05 junio 2007

TODO (blog político desde el medio Oriente



Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca se distancian del presidente Bush

P. RODRÍGUEZ
WASHINGTON. Temerosos de que la impopularidad del presidente Bush pueda resultar contagiosa, la decena de aspirantes del Partido Republicano a la Casa Blanca utilizó su primer debate en New Hampshire para marcar diferencias con vistas a las elecciones de 2008. Con críticas sucesivas no sólo contra los demócratas o la teocracia de Irán sino también contra la Administración Bush, en cuestiones decisivas como la guerra de Irak, Katrina, inmigración o un reprochado alejamiento de posiciones conservadoras empezando por el disparado gasto público.
Sin recordar la regla cardinal de Ronald Reagan de no criticar en público a correligionarios de partido, el ex gobernador de Wisconsin Tommy Thompson se permitió incluso bromear que si llega a presidente nunca se le ocurriría utilizar las habilidades diplomáticas de George W. Bush en la ONU. En contraste con las promesas compartidas por los demócratas de utilizar en el futuro los servicios de Bill Clinton para restaurar la imagen internacional de Estados Unidos.
Dentro de este llamativo memorial de agravios contra Bush, dos días después de una cita similar de los demócratas en New Hampshire, la Casa Blanca fue especialmente criticada por su improvisada actuación durante la posguerra de Irak. Mientras los aspirantes más conservadores cuestionaron la sabiduría de respaldar un compromiso legislativo para intentar legalizar a doce millones de «sin papeles».
Conservadurismo divino
Pese a su falta de cariño por la gestión de Bush, los republicanos con aspiraciones presidenciales sí realizaron un esfuerzo por declarar su amor hacia valores patrióticos e incluso religiosos. Compitiendo entre sí por presentarse como la alternativa genuinamente conservadora de un plantel que por ahora no está generando enorme entusiasmo entre las bases del Partido Republicano.
Con todo, el momento más comentado de este foro se produjo cuando el ex alcalde de Nueva York intentaba explicar su posición a favor del aborto. Uso de la palabra que coincidió con una espectacular descarga de rayos, truenos y centellas. Para salvar la situación, Giuliani bromeó sobre el significado de lo ocurrido para alguien educado en colegios católicos.

Dos años y medio de cárcel para el 'número dos' de Cheney por obstruir a la justicia

Lewis Libby era juzgado por un caso relacionado con la invasión norteamericana de Irak

REUTERS - Washington - 05/06/2007

Lewis Scooter Libby, mano derecha del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, ha sido sentenciado a dos años y medio de cárcel por mentir y obstruir a la justicia durante una investigación ligada a la invasión de Irak. Libby fue encontrado culpable de esos delitos por un juzgado popular, y se enfrentaba a una sentencia de hasta 25 años de prisión.
Libby era un funcionario de segundo nivel en la Administración, pero indirectamente estaba en juicio la conducta de Cheney, del presidente norteamericano, George W. Bush, y del resto de la Administración en todo lo que se refiere a la propaganda y las mentiras de la guerra de Irak.
El conocido como caso Plame gira alrededor de la figura de Libby, identificado como el protagonista de la campaña de la Administración norteamericana para desprestigiar a Joseph Wilson. Este diplomático, experto en África, fue enviado por la CIA a Níger en 2002 en busca de pruebas que demostrasen que el ex presidente iraquí Sadam Husein había tratado de comprar uranio enriquecido. La Casa Blanca lo dio por hecho y lo utilizó como un argumento más para invadir Irak. Pero resulta que Wilson no encontró prueba alguna, y así se lo contó al diario New York Times.
Tras la publicación del artículo, varios funcionarios de la Administración (entre ellos, Libby) se pusieron en contacto con periodistas para desacreditar a Wilson. El número dos de Cheney usó para ello un argumento peliagudo: sacó a la luz que la mujer de Wilson, Valerie Plame, era agente de la CIA. Así, pretendía dar la idea de que el diplomático no fue enviado a Níger por su valía sino por su relación familiar.
Desvelar la identidad de una espía es un delito muy grave en Estados Unidos, motivo por el cual se abrió una investigación al respecto. El jurado consideró que Libby mintió en el curso de esas pesquisas, y actuó con el fin de sembrar calumnias y engañar a los investigadores.

Una oferta que no puede ser rechazada

Por Saeb Erekat

El 28 de marzo de 2007, los líderes de los países árabes se reunieron en Riad y renovaron su compromiso con la paz como una opción estratégica: Ellos reafirmaron su ofrecimiento a Israel por una paz integral y justa, "la Iniciativa de Paz árabe."

La Iniciativa de Paz árabe ofrece una visión histórica y un compromiso histórico: A cambio de una finalización a 40 años de ocupación israelí, retiro pleno a las fronteras del 4 de junio de 1967, establecimiento de un estado Palestino soberano con Jerusalén Oriental como su capital, y una justa y convenida solución a la condición de los refugiados palestinos basada en laResolución 194 de la ONU, los estados árabes proporcionarían una paz integral y sustentable basada en la finalización del conflicto, logrando estabilidad regional y seguridad para todos, y la completa aceptación y normalización de relaciones con Israel.

Considerando que la Iniciativa de Paz árabe ofrece una visión, un marco para las negociaciones y el apoyo de los países árabes, no es un substituto de negociaciones directas entre Israel y los Palestinos sobre las cuestiones del estatus final. Sin embargo, la importancia real de la Iniciativa de Paz árabe está en el hecho que los refugiados y Jerusalén no pueden resolverse sin el apoyo de los países árabes.

La Iniciativa de Paz árabe requiere una solución justa para los refugiados palestinos, a ser acordada con Israel. Además de la naturaleza humanitaria de la condición de los refugiados, los recientes eventos violentos en el campamento de refugiados Nahr al Bared en el Líbano demuestra sus peligrosas dimensiones regionales y su potencial para poner al Medio Oriente en llamas. En cuanto a Jerusalén y los lugares santos, el apoyo y sostén de estados árabes importantes, principalmente Arabia Saudita, Egipto y Jordania, son esenciales dado la importancia religiosa e histórica de la ciudad para al mundo árabe y musulmán. La Iniciativa de Paz árabe provee un marco para tal apoyo.

Hoy, sólo dos países árabes - Egipto y Jordania - conducen relaciones diplomáticas plenas con Israel, y ningún país en el mundo reconoce la soberanía de Israel sobre Jerusalén. Finalizar el conflicto según los contornos de la Iniciativa de Paz árabe garantizará a Israel el reconocimiento del resto de los 20 países árabes y 57 países musulmanes. Acabar el conflicto y lograr la paz creará una nueva realidad regional que garantizará la seguridad para los ciudadanos del Medio Oriente y la estabilidad regional e internacional.

Este año marca 59 años de al-Nakba (la "Catástrofe" Palestina) y 40 años de ocupación israelí. Generaciones de palestinos han nacido como refugiados y con la realidad de la ocupación. Aceptando la solución de dos-estados, con un estado palestino en la Franja de Gaza y la Margen Occidental y Jerusalén Oriental como la capital de Palestina, nosotros, el pueblo palestino, efectuamos nuestro compromiso histórico y aceptamos el 22 por ciento de la tierra de la Palestina histórica para afianzar la paz, la seguridad y la prosperidad para nuestro pueblo. El tiempo ha llegado para que ustedes acaben con la carga de la ocupación y traigan a sus hijos a casa.

Como todas las naciones del mundo, nosotros nos negamos a vivir bajo ocupación o cualquier otro sistema que nos niegue nuestros derechos civiles y políticos plenos. Si Israel no acepta esta oferta generosa, nosotros podríamos perder la última oportunidad para la paz basada en la solución de dos-estados y en cambio podría enfrentar un largo conflicto sangriento que producirá muchas víctimas en ambos lados - algo que Israel puede evitar si empieza a enfrentar las realidades actuales del nuevo Medio Oriente.

En la vida de cada nación, llega un momento para enfrentar opciones difíciles e históricas. Basado en la experiencia del pasado, con un ojo crítico hacia el futuro y nuestro compromiso con las generaciones futuras, el mundo árabe está escogiendo el camino de la paz, el compromiso y la negociación extendiendo su mano a ustedes, el pueblo israelí. Para que nosotros podamos ver paz en nuestra generación y afianzar un futuro pacífico para nuestros hijos, permítannos forjar juntos una nueva realidad de paz en el Medio Oriente.

El Dr. Saeb Erekat es el principal negociador palestino de la OLP.

Fuente: Haaretz - 5/6/2007 - Traducción: Roberto Faur.

Israel sigue dividido por el triunfo del ’67


Este artículo publicado en Página12 describe la situación, señala las consecuencias por boca del Prof. Laor, aunque de hecho es como arrojar semillas de trigo en el desierto. Lamentablemente, incluso vivir en israel no le enseña nada a los israelíes exorcizados por el delirio de la superioridad, por la repetición metódica de consignas de la época del judío errante y perseguido. Israel se ha transformado en una potencia militar que puede "derrotar" a los palestinos con sus helicópteros,la artillería y los grupos terroristas denominados "mitzarabin", que es una especie de grupo de paramilitares que se disfrazan de palestinos y detienen o asesinan a milicianos y civiles indefensos... Aunque cuando se enfrenta a los milicianos libaneses de Jizhballa muerden la cicuta de la derrota...
Esta es la realidad en Palestina e Israel en junio 2007, a 40 años del "triunfo" que embriagó a los judíos israelíes y a los judíos sionistas del resto del mundo.
Andrés Aldao


En 1967 el ejército israelí ocupó Gaza, Cisjordania, la península de Sinaí y las Alturas del Golán. La disputa perdura.

Por Sergio Rotbart / Tel Aviv

Un cinco de junio, hace 40 años, Israel iniciaba el operativo militar más deslumbrante de su historia. En apenas seis días su ejército logró conquistar la península del Sinaí, Cisjordania (incluida la parte oriental de Jerusalén) y las Alturas del Golán, derrotando a las fuerzas armadas de Egipto, Jordania y Siria. En contraste con el apabullante logro militar y territorial, la corta guerra, considerada con los años la principal divisoria de aguas en la historia del país, se convirtió en el foco de las más agudas y amargas disputas que nutren al debate político local. De un lado, se encuentran los que ven en la victoria de 1967 el único reaseguro para sobrevivir en un medio hostil y, además, quienes le imprimen el halo de verdadero segundo génesis de la redención nacional, que vino a completar lo iniciado en su primera edición de 1948, con la creación del estado judío, extendiéndolo a una buena parte de la “Tierra de Israel” de la época bíblica. Del otro lado, están quienes la consideran como el “pecado original” que no pudo ser corregido, corrompiendo a un pequeño e idealizado estado que hasta 1967 había brindado una buena cuota de seguridad y bienestar a sus ciudadanos judíos (los árabes estuvieron bajo gobierno militar hasta fines de 1966) gracias a su capacidad de desarrollarse dentro de las fronteras de 1949, reconocidas por la comunidad internacional.

Durante los años inmediatamente posteriores a la contienda de 1967, sin embargo, tanto la derecha nacionalista como los gobiernos laboristas inpulsaron la colonizacón de Cisjordania y Gaza mediante la creación progresiva de asentamientos judíos. Eran los tiempos de la “ocupación civilizada”: los palestinos trabajaban en las ramas menos calificadas de la economía israelí, mientras que los israelíes iban de compras al mercado de Ramalá o de Belén, incorporadas a la red de suministro de la empresa eléctrica de Israel. Pocos osaban, entonces, criticar el expansionismo territorial-colonial y alertar sobre sus implicancias éticas, políticas y sociales. Esa actitud opositora era esgrimida solamente por los militantes de la izquierda radical y unos pocos intelectuales. Uno de ellos, Yeshayahu Leibowitz, profetizó en 1968: “El estado que surgirá, con un millón y medio de árabes en su interior, será un estado controlado por el servicio de seguridad, con todo lo que esto significa con respecto a la educación y la libertad de expresión”.
La “integración” –por cierto, completamente dependiente y desigual– entre el centro israelí y la periferia palestina duró veinte años, hasta que la primera Intifada (1987-1990) la redujo a un viejo espejismo. En 1990 se produjo un giro fundamental en la relación entre el estado israelí y los territorios palestinos ocupados. En reacción a la ola de asesinatos a puñaladas de transeúntes israelíes perpetrados por jóvenes palestinos, que a su vez vengaban a los 17 creyentes musulmanes asesinados en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, Israel impuso el cierre del paso de Gaza y Cisjordania al interior de su territorio. Así comenzó a implementarse la estrategia de la separación y el aislamiento forzado de la población palestina, cuya lógica perdura hasta hoy. Los palestinos dispuestos a matar y a morir empuñando un puñal fueron adoptados como mártires por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), creado en 1988, al fragor de la Intifada, como alternativa al nacionalismo laico representado por la OLP. Durante las décadas de 1970 y 1980 las autoridades israelíes apoyaron a las instituciones y dirigentes de la corriente islamista, con la intención de contrarrestar a la OLP y a las agrupaciones de izquierda, dado que éstas participaban activamente en la oposición a la ocupación israelí, mientras que la primera estaba abocada a la actividad religiosa.
La primera Intifada volvió a instalar en la conciencia de los israelíes los límites previos al estallido de la guerra de 1967, la llamada “Línea Verde”. En esa misma época, los movimientos pacifistas comenzaron a trasladar el discurso contra el régimen de ocupación de los márgenes al centro del debate público. El colapso de los acuerdos de Oslo y la segunda Intifada, cuya arma principal ya no eran las piedras ni los cuchillos sino los atentados suicidas, trajeron aparejada la deslegitimación de la oposición política e ideológica a la continuidad, no obstante la retirada unilateral de Gaza, de la dominación colonial de la población palestina. Actualmente, cuando el gobierno de Hamas y los ataques con cohetes Qassam ocupan el lugar principal del escenario mediático, las diversas estrategias de control, separación y encierro de alrededor de 3,5 millones de palestinos, así como la expropiación de más tierras de Cisjordania, pasan a ser el decorado invisible de la tragedia, cuyos protagonistas exclusivos son los terroristas y los defensores de la seguridad nacional. Pese a ello, el poeta y escritor Yitzhak Laor, un veterano y consecuente desmitificador del nacionalismo israelí, cree oportuno realizar un balance crítico del propio discurso pacifista. “A veces –explica– pareciera que el propio uso de la palabra ‘ocupación’, luego de que durante muchos años fuera considerada ‘subversiva’, hace todo el trabajo. Si el profesor radical dice ante su curso ‘ocupación’ y sus estudiantes anotan la palabra, ya quedaron liberados de la tarea de la explicación histórica o sociológica. ¿Cuál es el significado de la ocupación israelí de los territorios palestinos tras cuarenta años de gobierno salvaje, ilimitado, cuyos defensores gustan decir que es ‘más civilizado que cualquier otra ocupación’?” Laor sostiene que, para no quedarse en el lugar común, es necesario entender “cómo ha sido eliminada la entidad política y social de los palestinos y cómo ha sido despedazada la última parcela que les ha quedado para construir en ella su estado”. Y agrega: “Es muy simple decir: ‘dos estados para dos pueblos’. Incluso Bush lo dijo. ¿Pero dónde empieza exactamente el estado palestino? ¿Cómo fue que el pueblo palestino ha desaparecido como entidad nacional? El muro de separación construido en el interior de las tierras palestinas, so pretexto de la seguridad de los israelíes, es sólo un síntoma de algo mucho más amplio. 1967 no fue la herida sino la pus de la herida no tratada, y el sexto día de esa guerra se ha prolongado como un estado de coma durante cuarenta años”.

Una guerra sin final


HOY se cumplen 40 años del estallido de una guerra que duró tan sólo seis días, pero cuyas consecuencias todavía perduran porque está en el origen de un problema que afecta a la estabilidad internacional. En menos de una semana, Israel ganó una guerra a sus vecinos árabes (Egipto, Siria y Jordania), consolidó el Estado nacido en 1948 y ocupó los territorios motivo de litigio permanente. Aquélla fue una guerra relámpago que sorprendió por su rapidez y prestigió al Tsahal, el ejército israelí, por su enorme eficacia. Pero también tuvo consecuencias negativas para Israel y el futuro de la región.

Después de unos meses de amenazadores movimientos de tropas árabes en las fronteras de Israel, que crearon un clima de inminente holocausto, Israel fue el primero en golpear. Tras eliminar las bases de la aviación egipcia y siria en el alba del día 5 de junio de 1967, los carros de combate y la infantería israelí ocuparon con una velocidad sorprendente el Sinaí, hasta Suez y Aqaba; tras durísima batalla por sus estrechas calles, tomaron Jerusalén Oriental, y penetraron en Cisjordania, ocupando Ramala, Belén y Jericó, y después de volar los puentes sobre el Jordán, penetraron en Siria hasta llegar a 60 kilómetros de Damasco. El espectacular balance significó la ocupación de 68.500 kilómetros cuadrados (Israel tenía entonces poco más de 20.000), que incluían la totalidad de la Palestina del antiguo mandato británico.

La causa sionista alcanzó su punto culminante, espoleada por las imágenes de los soldados israelíes, con los generales Moshe Dayan y Yitzhak Rabin a la cabeza, en espacios bíblicos como la tumba de los Patriarcas, en Hebrón, o el muro de las Lamentaciones, en la ciudad antigua de Jerusalén. La euforia llegó al paroxismo con anuncios turísticos que aconsejaban "visitar Israel para conocer las pirámides".

La presión de las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Soviética puso freno a la acometida militar y, en noviembre, el Consejo de Seguridad dictaba la resolución 242, que iba a estar en la base de la polémica territorial hasta la actualidad. Tras declarar inadmisible la adquisición de territorios por medio de la guerra y proclamar la necesidad de trabajar por una paz justa y duradera entre Israel y sus vecinos árabes, la resolución ordenaba el cese de toda beligerancia y el respeto a la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los estados y a su derecho a vivir en paz. También ordenaban las Naciones Unidas la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados. Una diferencia en las versiones en inglés y en francés de la resolución (de los territorios ocupados o de territorios ocupados) ha servido para defender posiciones radicalmente contrarias en el permanente contencioso territorial, que es el origen del problema.

La resolución 242 abogaba por una solución justa al problema de los refugiados, que es la otra gran cuestión. Tras la guerra de 1948, hasta 750.000 palestinos se refugiaron en los países vecinos. Otro tanto ocurrió tras la guerra de los Seis Días, que desplazó a otros 300.000 palestinos, dando origen al problema de los refugiados. En su mayor parte se hallan en Jordania y Líbano, donde protagonizarán guerras con los ejércitos de estos países. En Jordania, durante el llamado septiembre negro de 1970, y en Líbano en la guerra civil de 1975, sin contar las intervenciones de Israel en 1982 o en el 2006.

Pero la guerra de los Seis Días también supuso una carga negativa para Israel, que fue visto a partir de aquel momento, especialmente entre la izquierda europea, como una fuerza ocupante. La guerra alineó definitivamente a la Unión Soviética con la causa árabe y los países del Tercer Mundo decidieron los tres noes de la cumbre de Jartum de 1967: no al reconocimiento de Israel, no a la negociación con Israel y no a la paz con Israel. Todo ello dio alas a la intransigencia árabe y reforzó el nacionalismo palestino en torno a Arafat, con la aparición de grupos guerrilleros y el terrorismo.

Pero aquella guerra también alimentó las tesis anexionistas en el interior de Israel que preconizaban unas fronteras defendibles y que poco a poco irían ganando terreno hasta el fin de la hegemonía laborista y la primera victoria electoral del Likud, a mediados de los setenta.

Los niños de Iraq

AL AHRAM - El Cairo, - 04/06/2007

Muy marcados psicológicamente por la violencia y los atentados, sufriendo condiciones sanitarias que se deterioran, los niños iraquíes pagan un duro tributo al conflicto. Como otros miles, estos niños son las víctimas de la violencia que ensangrenta cotidianamente el país desde la invasión del ejército norteamericano en marzo del año 2003. Tocados otros tantos adultos por la multiplicación de los atentados suicidas, los niños también se encuentran muy a menudo presos en medio de los combates entre el ejército norteamericano o británico y los rebeldes. Según la Cruz Roja, un 33% de los niños iraquíes registrados como discapacitados lo ha sido como víctima de atentado.

El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) en Iraq estima, por su parte, que las condiciones de vida de numerosos niños iraquíes se deterioran a causa de la insuficiencia del material para responder al flujo de pacientes y víctimas, pero sobre todo a causa del éxodo masivo de los médicos iraquíes. Convertidos en huérfanos por el conflicto, numerosos niños iraquíes se incorporan a las filas de los grupos rebeldes. "En la provincia de Diyala (norte de Bagdad), algunos niños y adolescentes se han incorporado a las filas de los insurgentes suníes o a las milicias chiíes por dinero, para ser protegidos o para vengar a miembros de su familia", estima en el 2006 un informe de la ONU que destaca, por otra parte, un aumento del consumo de droga entre los huérfanos.

Quién amenaza a quién?

DIARIO DEL PUEBLO - Pekín

El informe sobre la fuerza militar de China publicado el 25 de mayo por el Departamento de Defensa norteamericano ha exagerado intencionadamente la fuerza militar de China y su presupuesto, propagando la teoría de la amenaza china, violando gravemente los reglamentos de las relaciones internacionales e interviniendo groseramente en los asuntos internos de China.

El Ministerio de Asuntos Exteriores chino lo rechazó categóricamente. La población china es más de cuatro veces la de EE. UU. y la superficie territorial china también es mayor que la estadounidense; sin embargo, la fuerza militar china es insignificante en comparación con la norteamericana. EE. UU. ha hecho comentarios indiscretos como si China amenazara su seguridad. ¿Cabe preguntar quién amenaza a quién? Según afirma el documento, la fuerza militar china está en continuo ascenso, el desarrollo de la fuerza militar china tendrá influencia sobre la situación de seguridad del este asiático y del mundo.

A pesar de todo eso, los gastos militares de China sólo equivalen al 9% de los de EE. UU., o sea, al 6% si se suman los gastos de EE. UU. destinados a la lucha antiterrorista. Sin embargo, los militares chinos deben vigilar las extensas zonas fronterizas colindantes con 20 países. El Gobierno chino ha declarado reiteradamente que jamás procurará por la hegemonía y aplicará siempre la línea diplomática de paz. China desarrolla su fuerza militar exclusivamente para la defensa propia y garantizar que Taiwán no se separe de la patria. El que China desarrolle su fuerza militar es totalmente asunto interno de un país soberano.

Un séptimo día que no tiene final

El desgaste de la ocupación transformó a la sociedad israelí e hizo más violento el país

La guerra de 1967 sigue marcando el pulso entre los países árabes y Occidente
HENRIQUE CYMERMAN - Corresponsal JERUSALÉN - 04/06/2007


La madrugada de mañana martes se cumplen 40 años del inicio de la guerra de los Seis Días entre Israel y los países árabes, que cambió la situación geopolítica mundial y cuyas consecuencias siguen vivas. Un conflicto latente que ha degenerado en una guerra entre religiones y en fuente de tensiones entre Occidente y el islam.

EUFORIA Y HUMILLACIÓN

La victoria 'endiosó' a Israel y humilló al mundo árabe profundamente
- Algunos consideran la guerra de los Seis Días - que estalló el 5 de junio de 1967- como una pírrica victoria militar israelí, en la que el Estado judío se convirtió de la noche a la mañana en una nación ocupante. Otros opinan que la fulminante conquista de Gaza y el Sinaí (a Egipto), Cisjordania y Jerusalén Este (a Jordania) y los altos del Golán (a Siria) son el seguro de vida para lograr el reconocimiento de todo el mundo árabe. La fórmula tierra a cambio de paz.

Tres semanas antes de la guerra, un catedrático de la Universidad Hebrea de Jerusalén - que prefiere mantener el anonimato- fue movilizado por la reserva militar. Antes de partir hacia su base en el sur, entregó a su esposa, Geula, bibliotecaria, una píldora de cianuro. No hacía falta que le explicara el motivo: muchos israelíes hicieron lo mismo en el periodo de espera de tres semanas, a partir del 15 de mayo. Temían un segundo holocausto, con la conquista del Estado judío por las tropas de Egipto, Jordania y Siria. Mientras se construían en todo el país (nacido tan sólo 19 años antes) enormes cementerios, se hablaba de la "caída del tercer templo".

El presidente egipcio Gamal Naser introdujo su ejército en la península del Sinaí, expulsó a la fuerza de paz de la ONU y bloqueó el tráfico marítimo israelí por el canal de Suez. El ejército hebreo, empezando por la fuerza aérea, que destruyó en tierra a los cazas árabes en un ataque relámpago, aplastó a todas las fuerzas árabes en menos de una semana, lo que provocó una ola de júbilo en Israel y humilló profundamente al mundo árabe.

Pocos saben que, en el tercer día de guerra, Israel envió un telegrama al rey jordano Husein que podría haber cambiado la historia: una propuesta de alto el fuego. "La ciudad vieja de Jerusalén quedará en vuestras manos si aceptáis negociar la paz", escribió el primer ministro Levy Eshkol. El monarca no contestó y el Tsahal ocupó Jerusalén oriental. Algunos en el Estado judío vieron la mano divina en el triunfo, lanzándose a colonizar la Judea y Samaria bíblicas (Cisjordania) para crear la Gran Tierra de Israel.

Sever Plotzker, comentarista del influyente diario Yediot Ahronot,calcula que Israel invirtió 120.000 millones de dólares en los asentamientos. Sea como fuere, tras la guerra de 1967 los judíos estaban embriagados por la magnitud de su victoria y, los árabes, paralizados por la vergüenza de las botas de sus soldados, abandonadas en la huida.

Uri Dromi, un joven teniente israelí en 1967, cuenta que al séptimo día él y un grupo de amigos viajaron rápidamente a Cisjordania porque estaban convencidos de que las zonas ocupadas serían devueltas en pocos días a cambio de paz. En Jericó, un anciano le dijo: "Vi a los turcos, a los británicos y a los jordanos gobernarnos, y ahora os toca a vosotros". Según Dromi, fue necesaria otra guerra, la de 1973, para que el mundo árabe entendiera que Israel no será derrotada. Egipto fue el único país que aceptó la fórmula tierra a cambio de paz, recuperando a partir de 1978 todo el Sinaí a cambio de una paz (fría) con Israel.

La guerra de los Seis Días cambió también a los palestinos. Tras la creación de Israel en 1948, unos vivían en la Gaza egipcia, otros en la Cisjordania jordana y algunos permanecieron en Israel. En la aldea de




Barta, por ejemplo, había familias separadas por una verja: los de la parte occidental eran ciudadanos israelíes, los de la oriental, jordanos. Durante 19 años se hablaron a gritos a través de la frontera. La guerra de 1967 permitió su reunificación bajo la ocupación israelí y reforzó su lucha por lograr la soberanía y una identidad común. Las encuestas señalan que, en estos 40 años, al menos un miembro de cada familia palestina ha pasado por una cárcel israelí, convirtiendo sus celdas en escuelas de adoctrinamiento.

Los palestinos siempre han dicho que no aceptarán la paz sin recuperar no sólo Gaza (evacuada por orden de Sharon hace dos años) sino también Cisjordania y Jerusalén Este. El problema es que el grupo palestino dominante en el último año y medio, Hamas, no parece dispuesto a aceptar la paz con Israel, ni siquiera si se retirara totalmente y evacuara a los 260.000 colonos.

En Israel, el desgaste de la ocupación transformó a la sociedad. El servicio militar como potencia ocupante creó un Israel más violento. Dentro del propio ejército surgieron pequeños pero significativos movimientos de protesta contra la ocupación, como los pilotos que exigen una retirada y se niegan a participar en bombardeos contra zonas palestinas. En los años setenta, la primera ministra Golda Meir decía que los palestinos no son un pueblo; hoy casi todos los políticos y ciudadanos israelíes abandonaron el sueño de la gran tierra del Israel bíblico y entienden que es necesaria la creación de un Estado palestino.

La pregunta es si algún gobierno israelí tendrá fuerza para evacuar a los colonos. Los palestinos, en cambio, deben olvidar sus sueños de enterrar el Estado judío, logrando así el retorno de millones de refugiados a las casas de sus familias, en Israel, Gaza y Cisjordania. Deberían recordar que lo que empezó como un conflicto territorial entre dos pueblos se está transformando con el tiempo en una guerra de religiones que contribuye a envenenar las relaciones entre Occidente y el islam.

Ya en 1937, la Peel Commission (británica) determinó que se trataba de un conflicto "irrefrenable" y que la solución era "dividir el territorio entre judíos y árabes". El 40. º aniversario podría servir a ambos pueblos para reflexionar si quieren seguir con la actual situación, y llegar a un estatus similar al de Kosovo que exigiría la intervención internacional, o aceptan el principio de la partición, aprobado por la ONU hace 60 años: la fórmula de dos estados para dos pueblos en paz.

¿Alicia o idiotas en el País de las Maravillas?

por Andrés Aldao


Israel y los israelíes tienen un flamante juego, un solaz extravagante que ocupa las horás útiles e inútiles de los fariseos del desierto: el chusmerío.

“El ejército israelí se está preparando para la guerra con Siria. Los sirios se están preparando para reconquistar el Golán. El presidente de Siria ofrece negociaciones de paz con israel. Olmert no cree en la sinceridad de los sirios. El primer ministro de Israel no descarta hacer la paz con los sirios.”.
Aunque en Israel están muy ocupados con el 40ª aniversario de la guerra de los seis días. Todo vuelve hacia los orígenes... La borrachera del triunfo de hace 40 años: las canciones, las anécdotas, los yacimientos de nuevas interpretaciones y la repetición de viejas canzonetas de victoria. Nada nuevo: el pueblo de israel va de jolgorio en jolgorio, los responsables de los 170 israelíes caídos en la aventura del Líbano y el millar caído en ese país no cuentan. Ya están muertos y el señor primer ministro ha vociferado, desde el estrado de la Kneset, que volvería a tomar las mismas medidas que el 12 de julio de 2006. La Comisión Winograd, las declaraciones de militares con cabeza sobre los hombros (y no entre los hombros, como Jalutz y Cía.) condenan la incapacidad de los generales de la derrota, pero la realidad no funciona para nada. Vivimos en el país de los juegos o, mejor aún, en el país de las maravillas. Como la Alicia de Lewis Carroll.
Pero seamos realistas y objetivos: hay veces en que el señor Olmert pareciera querer imitar a Bonaparte el tío, cuando en realidad es mucho menos que el sobrino, Luis Bonaparte, el malabarista que ensamblaba a varios grupos de poder y vivió sirviendo los intereses de una minoría corrompida. El mismo Omert es el jefe vergonzoso de los corruptos que medran en Kadima y su entorno. Todos los ladrones de cuello blanco se han agrupado alrededor del primer ministro, acusado de hacer negocios ilícitos, favorecer a sus amigos en licitaciones públicas, ventas de empresas, percepción de coimas y otras bellezas por el estilo. Los dirigentes laboristas, entretanto, están guerreando entre sí por ocupar la jefatura del partido. Día y noche. El ejército, como el toro que embiste a ciegas al torero, ha vuelto al ruedo de Gaza, la sangre se desplaza por los guetos y la ciudad de Gaza, y el mundo culto, democrático, que almuerza con la servilleta al cuello y el espectacular empleo de los cubiertos (hasta para pelar uvas con cuchillo y tenedor), mastica los bifes de chorizo de 300 gramos mientras cambia impresiones sobre lo que ocurre entre palestinos e israelíes. En el interín, Bagdad es algo semejante a los antiguos mataderos de Chicago o a los frigoríficos Swift o la Negra.
Nadie atina a nada. Las chicas musulmanas van con el velo y vestidas hasta los tobillos; los muchachos palestinos disparan sus kalachnicov al aire; los soldados israelíes, guiados por los buchones al servicio del shabac israelí, juegan al tiro al niño con sanguinolentas muecas de bienestar. El planeta tierra, circuncidado por el smog, bosteza de cansancio existencial e Israel sigue soñando con ser el país de las maravillas. Hasta que despierte y se encuentre con la realidad concreta. Hasta entonces, hagan juego, caballeros, que hay que vender armas, comprar armas, fabricar armas. El negocio más remunerador del planeta.
Andrés Aldao

«No podemos aceptar que se use el conflicto palestino para matar»

«Se puede hablar de todo, incluso de religión, pero siempre sobre las bases de la legalidad internacional»

POR JUAN SERRANO

Pasado mañana cumplirá su primer año al frente de la Presidencia de la Asamblea General de Naciones Unidas. Haya Rashed al Khalifa, nacida en Bahrein, preside un período de sesiones -que concluye en septiembre- caracterizado por los debates sobre la igualdad de género, la pobreza, el sida, el desarrollo sostenible y el diálogo entre civilizaciones. De la mano de la Casa Árabe, Rashed al Khalifa llegó ayer a España, en vísperas de la llegada a Madrid del secretario general, Ban Ki-moon, para tantear el terreno antes del inicio de las negociaciones entre Rabat y el Frente Polisario sobre el futuro del Sahara Occidental.
-¿Qué va a pasar con el Sahara?
-De momento, el Consejo de Seguridad ha instado al Gobierno de Marruecos y al Polisario a dialogar directamente. Las negociaciones se desarrollarán durante este mes para intentar llegar a un acuerdo aceptable por ambas partes. No sería necesaria una nueva decisión del Consejo. Realmente, es un asunto específico entre dos partes muy concretas.
-Papeles, resoluciones, diplomáticos... La gente ve la ONU como un panal de burócratas. ¿Se puede trabajar más cerca del pueblo?
-Somos 192 estados miembros y necesitamos mucho esfuerzo y mucho tiempo para alcanzar consensos. La ONU fija normas internacionales, regula numerosas instituciones y el funcionamiento de la propia organización. Eso es muy burocrático, pero también trabajamos para ayudar a los países pobres a que participen en las discusiones. Hacemos muchos esfuerzos para combatir el sida y la malaria, para garantizar la educación primaria y para luchar contra la pobreza. Trabajamos con y por la gente. Esa es nuestra vida diaria.
-¿Debemos sentirnos culpables por el conflicto palestino?
-No, no debemos. La ONU dedica muchos esfuerzos, miembros y horas de trabajo para resolverlo. Israelíes y palestinos deben sentarse, entenderse y buscar una solución para un conflicto que no sólo afecta a la región, sino al todo el mundo.
-No hay más que ver lo que está pasando en Líbano. Por cierto, ¿será positivo el Tribunal especial para investigar el crimen del ex primer ministro Rafik Hariri?
-Es una decisión muy buena del Consejo de Seguridad. Se puede hablar de todo, de religión, de asuntos internos, pero siempre sobre las bases de la legalidad internacional. Debemos asegurar la estabilidad de Oriente Próximo y no permitir más crímenes. Es inaceptable que se use a los palestinos y al conflicto palestino para que sigan matándose unos a otros en todo Oriente Próximo.
-Lleva muchos años defendiendo los derechos de la mujer y sin embargo seguimos oyendo noticias de mal trato y discriminación. ¿Qué falta por hacer?
-Educación. Es muy importante cómo educamos a las mujeres. Deben conocer sus derechos, deben saber que pueden decir no y que la legalidad internacional las protege. Necesitamos mucho tiempo para cambiar algunas tradiciones.
-Fue embajadora de Bahrein en Madrid, ¿qué tal?
-Me sentí como en casa. Los árabes y los españoles tenemos muchas cosas en común

El Gobierno criticó el informe de Amnistía Internacional

Peres recuerda. a sus 84 años, muchas cosas. Aunque son más las cosas que olvida o distorsiona o falsifica. Estos señores debieran responder la siguiente pregunta: ¿Cómo es que durante los años de la Intifida murieron 1000 israelíes y 4500 palestinos, entre ellos 600 niños y adolescentes? (TODO)

El Gobierno rechazó el informe difundido ayer por Amnistía Internacional (AI) que critica duramente la construcción de la cerca de seguridad en Cisjordania y exhorta a Israel a poner fin a las medidas que adopta con la población palestina en los territorios.
El viceprimer ministro Shimón Peres declaró en referencia a la cerca que "Israel tiene derecho a buscar los medios necesarios para defenderse de los ataques terroristas suicidas".
Peres recordó cómo a principios de la actual Intifada palestina, que estalló en septiembre de 2000, los atentados palestinos contra autobuses y centros de recreación en Jerusalén se sucedían sin solución de continuidad.
"Pero la barrera redujo casi por completo este tipo de ataques", dijo Peres.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores , Mark Regev, dijo: "Estamos leyendo el informe y parece que es una compilación de viejos informes".
Abundó en que "Israel es un país en el que la protección de los derechos humanos forma parte del centro de nuestra experiencia política. Es un Estado donde la judicatura tiene un papel poderoso e independiente y tanto los jueces, como los organismos de seguridad y los políticos son susceptibles de crítica".
El portavoz recalcó que en Israel el sistema judicial como las fuerzas de seguridad trabajan en equilibrio para impedir "que las organizaciones terroristas cumplan su cometido".
AI pidió en su informe a Israel que ponga fin a "las apropiaciones de tierra, bloqueos y otras violaciones del derecho internacional" cometidas "bajo la ocupación" de los territorios palestinos, de la que se cumplen cuarenta años este mes de junio.

Varsovia se plantea «limpiar» a Goethe, Kafka y Dostoievski


De la "cortina de hierro" a la "cortina de misiles" de George Bush. La Polonia democrática de los mellizos mayordomos de USA retoma un precedente hitleriano, una aberrante caza de brujas que ha quitado la careta del régimen "liberal" de esta Polonia que retorna a las cavernas.(A.A.)

LIUBLIANA. SIMÓN TECCO CORRESPONSAL

El ministro de Educación y viceprimer ministro del Gobierno polaco, Roman Giertych, fiel a su cruzada para imponer lo que él considera la renovación moral de Polonia, y después de arremeter contra los presuntos agentes del ex régimen comunista y contra los homosexuales, propone ahora limpiar la lista de autores de libros de lectura obligatoria en el programa escolar.
A su juicio, de la lista se deben eliminar escritores de renombre mundial como Witold Gombrowicz, Fiodor Dostoievski, Stanislaw Witkacy, Franz Kafka, Johann Wolfgang Goethe y Joseph Conrad, y reemplazarlos por autores nacionalistas polacos.
En una entrevista publicada el fin de semana pasado por el cotidiano «Nasz Dziennik», argumenta su propuesta afirmando que se «trata de autores incomprensibles para los menores» y que, por lo demás, «la situación histórica ha cambiado en Polonia». En su opinión, quienes no están de acuerdo con la propuesta no comprenden que hoy «es necesario centrar la atención en el pasado y dar a las figuras del siglo XX la significación que les compete».

Reacción de Szymborska

Una de las primeras figuras de la literatura polaca que ha reaccionado ha sido la poetisa y premio Nobel de Literatura Wislawa Szymborska, calificando la idea del ministro de «ridícula». En su opinión, todo indica que Giertych «tiene un gran sentido del humor», cuando en lugar de los mencionados escritores, propone la lectura de tres libros de Jan Dobraczynski, ex activista del movimiento Patriótico de Renovacion Nacional (PRON), sobre el que se apoyó el general Wojciech Jaruselski para aplicar la ley marcial impuesta entre 1981 y 1982 para reprimir al movimiento sindical Solidaridad.
La propuesta también ha dejado perplejo a su colega, el ministro de la Cultura, Kazimierz Ujazdowski: «Creo que la nueva lista de libros ha sido hecha con prisa, por lo cual creo que habrá que cambiar algunas cosas», comentó con una buena dosis de diplomacia. Curiosamente, en la «nueva lista» de literatura obligatoria, la obra clásica «Apología de Sócrates» es atribuida a Aristóteles y no a su autor, Platón, seguramente porque el ministro sospecha que este último tenía inclinaciones homosexuales, comenta con ironía la prensa liberal polaca.
Giertych es el promotor de la propuesta de expulsar de los colegios a cualquier maestro con inclinaciones homosexuales o a todo director de escuela que permita en las clases que se hable de seguridad en las relaciones entre homosexuales, porque en su opinión ello significaría hacer propaganda a favor de tal inclinación.
La Asociación de Editores Polacos ha protestado ante el presidente del Estado, Lech Kaczynski, si bien todo indica que Giertych cuenta con el apoyo de éste y de su hermano gemelo, el primer ministro Jaroslaw Kaczynski, que han fundamentado su política en «la caza de brujas». Los editores sostienen que durante muchos años lucharon para que fueran editados los libros de autores como Gombrowicz, Herlin-Grudzinyk y otros que hoy son colocados en la lista negra.

Carta a Cindy Sheehan

JOSÉ ANTONIO MARTÍN PALLÍN 04/06/2007

Querida Cindy: tu vida sufrió un vuelco el día que el cartero llamó a tu puerta. Te entregó un sobre del Departamento de la Guerra, cuyo contenido intuías pero que nunca pensabas ni querías que llegase. Tu hijo Casey había muerto heroicamente, según la terminología oficial y burocrática, en las calles de Bagdad, ese lugar lejano y de fantasía que los que mandan en tu país habían decidido sumir en el sufrimiento a costa de vuestra dignidad y con grave peligro para las vidas de los soldados invasores.
Esa noche tuviste un sueño. Te veías de la mano de Martin Luther King encabezando una masa de ciudadanos negros, judíos, blancos y de muchas etnias que llenaba la grandiosa Avenida de Washington que conduce a las escaleras donde se erige el memorial a Abraham Lincoln, clamando, una vez más, por los derechos civiles y por la paz. Nada había cambiado demasiado desde 1963. Los gritos ilusionados de aquella histórica marcha habían surtido un efecto momentáneo, pero los fríos e impasibles personajes que dirigen los destinos del país que se presenta como la mayor democracia del mundo, aguardaban la oportunidad para repetir sus estrategias. No les importó demasiado la sangre de sus servidores armados y el sufrimiento de las personas que tenían sus hijos en el puesto de combate. La desastrosa experiencia de Corea y Vietnam no fue suficiente para disuadirles de su nueva y arriesgada aventura en Irak. Ni siquiera el rechazo internacional consiguió pararles.
El sueño te movió a iniciar una campaña tan importante como significativa. Llegaste a plantar, ante la Casa Blanca, tantas cruces del mismo color como soldados muertos. Ahora serían insuficientes.
Confiabas en los sectores más racionales, democráticos y críticos de tu país que no dudaron en utilizarte como arma ideológica y ejemplo de los valores que ellos querían llevar a la práctica cuando diesen un vuelco a las instituciones y pusiesen en marcha sus promesas de paz y moderación. No conozco suficientemente los entresijos de la política y, sobre todo, de la economía norteamericana, como para entender las claves que han llevado a los representantes demócratas a mantener un discurso reconfortante en las tribunas y una política vergonzante en los pasillos de las Cámaras.
Has sacrificado tu vida por un objetivo que, a pesar de los pesares, sigue mereciendo la pena. Has sido insultada y amenazada por la más rancia derecha de tu país, al que tanto amas a pesar de tu desilusión. Los padres de la patria americana, los luchadores por los derechos civiles, los que se sacrifican por los más débiles y los defienden frente a la injusticia siguen viviendo a tu alrededor. Ésos y no los poderosos constituyen la esencia del país que siempre amaste y que tarde o temprano recriminará la despreciable conducta que han tenido frente a tu ejemplar entrega. Esa parte del alma de tu pueblo con la que soñaste y debes seguir soñando, es también mi patria.
Estoy seguro de que muchos de tus compatriotas sienten en estos momentos un nudo en el alma difícil de deshacer hasta que recibas el reconocimiento de los que te han vilipendiado públicamente y los que han maniobrado en las oscuras alcantarillas del poder para romper tu vida y helarte el corazón.
Los huracanes pasan y la calma parece más intensa cuando se alejan. Has tenido el privilegio de ser incluida en la lista interminable de los radicales, según los conceptos que vomitan las bocas de los tibios y conformistas que se hacen pasar por hombres de concordia, moderación y sentido común.
No soy capaz de encontrar otro comportamiento más digno, más sensato y más lleno de amor por tu hijo, por tus conciudadanos y por la humanidad. Has ido a la raíz de las cosas, has tratado, con tu pacífica palabra y tu sacrificio personal, de llegar a todos los confines de la tierra. Hoy eres noticia en todos los medios de comunicación del mundo. Los que conozcan tu calvario no podrán quedarse indiferentes. Algunos se alegrarán de tu caída y pensarán que la tienes merecida, otros pensamos que mantienes abiertas las avenidas de la libertad y la dignidad.
Nos has llegado al centro neurálgico de nuestros sentimientos. Seguirás teniendo multitud de amigos y el amor de todos los que como tú figuramos en la lista de los radicales, en el buen sentido de la palabra radical.
Querida Cindy, en el retiro que hayas escogido, piensa en nosotros. No te podemos exigir ni reprocharte nada, has llegado a beber hasta las heces el vaso de la amargura. Gracias por tu ejemplo. Te expreso el ferviente deseo de que el cartero no vuelva a llamar a las puertas de las madres que tú has puesto en pie de paz.

José Antonio Martín Pallín es magistrado emérito del Tribunal Supremo.

Tanques y blindados israelíes penetran un kilómetro en el sur de la franja de Gaza



GAZA.- Más de 15 tanques y blindados israelíes, apoyados desde el aire por helicópteros, han penetrado un kilómetro en el sur de la franja de Gaza y tomaron posiciones en varias casas palestinas, según los testigos. Por su parte, el Ejército israelí confirmó que varios de sus tanques se adentraron en el sur de Gaza.
Las excavadoras militares israelíes allanaron varios terrenos circundantes a la aldea de Al Fujari, próxima al paso industrial de Shufa, y los soldados se instalaron en los tejados de varias viviendas y obligaron a sus moradores a permanecer en una sola habitación, dijeron los testigos y fuentes de seguridad palestinas.
Los soldados israelíes buscan localizar los túneles empleados por milicianos palestinos para introducir armas y otros pertrechos de contrabando en Gaza desde Egipto, indicaron las fuentes palestinas.
Según fuentes militares citadas por la radio pública israelí se trata de una "actividad defensiva para reducir amenazas". Durante la misma se practicaron detenciones y no se registraron heridos.
Desde hace semanas las facciones armadas palestinas en Gaza intensificaron sus lanzamientos con cohetes Al Kasam contra suelo israelí, pero durante la jornada de hoy no se ha producido ningún ataque de este tipo, destacó la emisora de radio.

Amenazan con degollar a las presentadoras de TV sin velo

HUGO MEDINA / CORRESPONSAL

JERUSALÉN. Un grupo denominado «Espadas de la Verdad» ha amenazado con decapitar a todas aquellas presentadoras de la televisión palestina que no observen en su vestimenta las rigurosas costumbres religiosas, últimamente en boga en la Franja de Gaza.La amenaza ha llenado de congoja a una quincena de presentadoras. La mayoría de ellas aparecen en pantalla sin el pañuelo que cubre la cabeza de la mayoría de las musulmanas en Gaza, una costumbre que se ha ido arraigando en los últimos años.
A diferencia de lo que ocurría durante los años ochenta, cuando se veían muchas mujeres con la cabeza descubierta, en la actualidad prácticamente todas las mujeres se la cubren, incluidas las pocas mujeres cristianas que viven en la Franja.
La amenaza de «Espadas de la Verdad» también está dirigida contra aquellas mujeres que utilizan perfumes o se visten con ropa occidental, algo que cada vez es más difícil de hallar fuera de los domicilios particulares de algunas familias palestinas.
«Cortaremos las gargantas vena a vena para proteger el espíritu y la moral de la nación», advirtieron los integristas en un comunicado donde se acusa a la presentadoras de carecer de cualquier vestigio de «vergüenza y moral».
«Espadas de la Verdad» se ha atribuido una parte de los cuarenta atentados que en las últimas semanas se han realizado en Gaza contra cibercafés y tiendas que venden música occidental. Las presentadoras, sus familias y un pequeño grupo de simpatizantes, se manifestaron ayer para exigir protección al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás.
La dirección de la televisión palestina ha dicho que varios vigilantes acompañarán a las presentadoras desde sus domicilios a la sede de la televisión, aunque no pueden establecer una vigilancia permanente.
En Egipto, lo contrario
La amenaza de «Espadas de la Verdad» llega sólo unos días después del debate similar que se ha abierto en Egipto, aunque se trata de un caso exactamente opuesto.
Allí, algunas presentadoras, que hasta ahora aparecían en pantalla sin pañuelo, han decidido ponérselo porque consideran que deben llevarlo en su condición de musulmanas. Sin embargo, la dirección de la televisión ha sido tajante: les ha prohibido salir en pantalla con pañuelo. Las presentadoras han decidido apelar la decisión ante los tribunales.
La actitud de las presentadoras egipcias y del grupo palestino «Espadas de la Verdad» refleja con claridad la imparable involución religiosa que vive el mundo musulmán desde Marruecos hasta Pakistán.