14 septiembre 2008

AL CÉSAR LO QUE ES DE DIOS


Y A LOS AMERICANOS SARAH PALIN, LA CORTA DE VISTA MÁS MIOPE DE LOS ESTADOS UNIDOS

Jorge Majfud − Argenpress

No hace muchos días la candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos por el partido Republicano, Sarah Palin, afirmó que la construcción de un oleoducto en Alaska representaba la voluntad de Dios para unir a las personas y a las compañías. Luego pidió a la gente que orase por aquellos que estaban cumpliendo el deseo de Dios en Irak. “Esto es lo que debemos tener por seguro -dijo-, que nuestros líderes están enviando soldados a Irak para cumplir con un plan, que es el plan de Dios” (CNN, 9-9-2008).
A lo largo de la historia, Dios, los dioses o sus representantes han expresado la misma voluntad, desde el antiguo Egipto hasta las salvadoras revoluciones de Augusto Pinochet y Rafael Videla. Un best seller del siglo XVI, como las Cartas de Relación (1522) de Hernán Cortés, llena páginas de orgullosas descripciones sobre esta noble tarea.
Por la cultura jurídica propia de la España de la época, Hernán Cortés envió a los mexicanos una larga carta explicando quién era el rey, a quien todo le pertenecía, incluidas las tierras de quienes no entendían el idioma del enviado del cielo. De esa sabia manera, se justificó y legalizó el sometimiento de los rebeldes, ya que la insubordinación era el mayor delito por entonces: “les quemé más de diez pueblos -escribió Hernán Cortés-, en que hubo pueblo de ellos de más de treinta mil casas […] Y como traíamos la bandera de la cruz, y pugnábamos por nuestra fe y por servicio de vuestra sacra majestad en su muy real ventura, nos dio Dios tanta victoria que les matamos mucha gente, sin que los nuestros recibiesen daño”. Para que no quedasen dudas, “los mandé tomar a todos cincuenta y cortarles las manos, y los envié que dijesen a su señor que de noche y de día y cada cuanto él viniese, verían quiénes éramos”. El paso implacable del hombre de armas y letras no se detiene: “seguí mi camino considerando que dios es sobre natura, y antes que amaneciese di sobre dos pueblos, en que maté mucha gente”. Y más tarde “ya que amanecía di con otro pueblo tan grande que se ha hallado en él, por visitación que yo hice hacer, más de veinte mil casas. Y como las tomé de sobresalto, salían desarmados, y las mujeres y niños desnudos por las calles, y comencé a hacerles algún daño; y viendo que no tenían resistencia vinieron a mí ciertos principales del dicho pueblo a rogarme que no les hiciésemos más mal porque ellos querían ser vasallos de vuestra alteza y mis amigos; y que bien veían que ellos tenían la culpa en no me haber querido servir”.
El objetivo final -la pacificación de pueblos tan feos y crueles- es siempre logrado con ayuda del cielo: “Después de sabida la victoria que Dios nos había querido dar y cómo dejaba aquellos pueblos en paz, hubieron mucho placer”.
Este best seller del momento fue traducido a varias lenguas europeas y admirado como un modelo de héroe de la civilización. Es cierto que el gran Hernán Cortés termina sus días traicionando sus propios valores por la influencia de los valores humanistas, de los valores de los propios salvajes o quizás por las debilidades propias de su edad acrecentada. Después de más de veinte años viviendo y conviviendo con los nativos, Hernán Cortés escribe, melancólico: “tengo experiencia de los daños que se han hecho y de las causas de ellos, tengo mucha vigilancia en guardarme de aquel camino, y guiar las cosas por otro muy contrario”. Más adelante, el héroe arrepentido resiste la costumbre, “y por esto yo no permito que saqueen oro con ellos, aunque muchas veces se me ha requerido […] Ni tampoco permito que los saquen fuera de sus casas a hacer labranzas, como lo hacían en otras islas”.
Bernal Díaz del Castillo (Historia verdadera, 1575), un soldado que se aproxima más a las convicciones de nuestra época, no cae en romanticismos de viejo y justifica la violencia de la empresa. Lo mismo había hecho Pedro Cieza de León (Historia del Perú, 1553). Según el antropólogo peruano Manuel Burga (Nacimiento de una utopía, 1988), “podríamos decir que la violencia constituye el principio ordenador del sistema colonial. Indudablemente, los incas también utilizaron la violencia en sus campañas de conquista, pero ella, sin embargo, se ocultaba cuando los incas conservaban intactas las sociedades conquistadas. [Los españoles] se esforzaron en quebrar la autosuficiencia de los ayllos y lanzarlos a una economía de mercado”.
La heroica y necesaria violencia de la Conquista fue presentada por otros malos españoles y peores católicos, como Fray Montesinos y sobre todo por el delirante Fray Bartolomé de las Casas, para denunciar una empresa que consideraban injusta y genocida. Bartolomé de las Casas dejó sus memorias y denuncias escritas y se enfrentó en debates públicos (como en la Junta de Valladolid, 1551), ante el rey y la noble nobleza española de la que pareció salir vencedor. Por el buen corazón del Rey se promulgaron las humanísimas Leyes Nuevas en 1542, prohibiendo el abuso de los salvajes, pero nunca llegaron a imponerse en la práctica por la mala voluntad de algunos gobernantes. El sojuzgador de Nueva Granada, Balacázar, respondió a una de estas órdenes Reales según la práctica corriente: “Se respeta, pero no se cumple”. Esto, para otro intelectual rebelde y traidor de su propia clase social, el peruano Manuel González Prada (Nuestros indios, 1908), era parte de un mismo juego: “los Reyes de España, cediendo a la conmiseración de sus nobles y católicas almas concibieron medidas humanitarias o secundaron las iniciadas por los Virreyes […] oficialmente se ordenaba la explotación del vencido y se pedía humanidad y justicia a los ejecutores de la explotación; se pretendía que humanamente se cometiera iniquidades o equitativamente se consumara injusticias”.
Durante siglos y milenios de literatura escrita y oral, por lo menos hasta la llegada de la crítica ilustrada del siglo XVIII, siempre se absolvió al rey y se culpó a los mandos medios por corrupción y abuso, desde los escritos de Guamán Poma Ayala (1610) o dramas como Fuenteovejuna (1612) de Lope de Vega hasta nuestros tiempos, mucho más espectaculares y virtuales.
Los Derechos Humanos se respetan pero no se cumplen. Como afirman nuestros sabios líderes del siglo XXI, las guerras son parte del plan del verdadero Dios, aunque siempre hay algunos individuos, generalmente mandos medios, que desvirtúan tan nobles objetivos como lo es la Paz mundial por la fuerza muscular del brazo armado del Señor. Jesús predicó el amor indiscriminado, pero sus seguidores más fieles mejoraron esta prescripción. Como decía el gran Theodore Roosevelt, “Speak softly and carry a big stick; you will go far” (“Carga un garrote en la mano mientras hablas dulcemente y llegarás lejos”). En antiguo castellano se decía: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Lo que demuestra que si algunas sagradas escrituras pueden parecer contradictorias con la moral y la teología política, éstas en sí mismo extienden su inquebrantable coherencia a lo largo de los siglos, a través de las naciones y más allá de las diversas culturas que pueblan nuestro adorable mundo humano: el poder procede de Dios, ergo el plan del César es el plan de Dios. ■

¡BRADEN O PERÓN!


LA “AGENDA POSITIVA”, NUEVA ARMA DE INJERENCIA DE EEUU PARA AMÉRICA LATINA

Salvador del Río − Alai-amlatina/Visiones Alternativas

E
n medio de los anuncios de retiro de los embajadores de Estados Unidos en Bolivia y Venezuela, y la respuesta recíproca del Departamento de Estado Norteamericano, surge un concepto expresado en dos palabras, “agenda positiva”, en cuyo significado, hasta ahora poco difundido, poco se ha reflexionado: éste es intervencionismo.
El vocero del Departamento de Estado, Sean McCorman, expresó en Washington su extrañeza por la expulsión de sus embajadores por los gobiernos de Evo Morales y Hugo Chávez. Estados Unidos, dijo, mantiene en la región una agenda positiva para ayudar a sus poblaciones, mientras que los gobiernos de Bolivia y Venezuela “no ayudan a su gente” y sus decisiones “sólo contribuyen a hundirlos más en el aislamiento”.

Los términos “agenda positiva” han venido siendo empleados por la diplomacia norteamericana como una manifestación en apariencia de buena voluntad para insertar a otros países en la “modernidad” del libre comercio y la apertura económica. La secretaria de Estado, Condolezza Rice, los usó en septiembre de 1997 al referirse a las intenciones de su gobierno de mantener una relación de cooperación con otros gobiernos, pero al citar al de Hugo Chávez lo calificó como una “mala influencia” para América Latina.
La “agenda positiva” quiere ser aplicada por la administración norteamericana de grado o por la fuerza. La ayuda que los programas de cooperación implican está condicionada a su aceptación por parte de los gobiernos que la reciben. Son los casos de México, que en voz de su presidente Felipe Calderón no sólo admitió, sino que demandó la instrumentación de la llamada iniciativa Mérida, con la cual espera recibir unos cuatrocientos millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada; también, los de países como Colombia en el combate a las guerrillas o Perú, además de algunos otros que se mantienen como fieles discípulos de la globalización entendida como la hegemonía norteamericana en la economía y en la política.
Bolivia y Venezuela han rechazado en la práctica esa “agenda positiva” y han preferido seguir sus propios caminos para la solución de sus problemas; entre estas vías está el rechazo a la rectoría de los organismos financieros internacionales, la creación de organismos propios o regionales para su desarrollo y, cuando ha sido necesario, el rescate por nacionalización o expropiación de bienes estratégicos, en pleno uso de su soberanía. La respuesta imperialista de la Unión Americana ante esas decisiones es una serie de acciones de presión que van desde los intentos separatistas hasta el financiamiento para movimientos desestabilizadores en busca de una percepción sobre una supuesta debilidad de esos gobiernos.
En mayor o menor grado, otros países del área latinoamericana se muestran dispuestos a sacudirse el control de las grandes corporaciones internacionales y a mantener una política interna e internacional al margen de esos lineamientos. Ecuador, Brasil, Argentina, Paraguay o Nicaragua se alejan por etapas de esa órbita. Es el problema que Estados Unidos advierte e intenta contrarrestar con el apoyo de otros gobiernos apegados a su política.
La “agenda positiva” aparece así como un instrumento de injerencia cuyos resultados, sin embargo, no han sido hasta ahora los esperados por Washington. En México la llamada iniciativa Mérida, pendiente aún de ser puesta plenamente en práctica, no ha logrado reducir el problema de la delincuencia, que va en aumento pese a los programas anunciados para contenerla; la situación económica empeora no sólo como consecuencia de la crisis que se vive en Estados Unidos y con efectos en muchos otros países, sino por la imposibilidad de la actual administración para canalizar las inversiones hacia la creación de nuevos empleos. La desocupación, la abierta y la disfrazada, se incrementan.
La “agenda positiva” de la que comienza a hablar la administración norteamericana se mantiene, así, como una herramienta de control, aceptado cuando esto le es posible, y cuando no, por la intervención directa que puede llegar a límites insospechados. ■

Prisioneros palestinos en cárceles israelíes

TODO: leídos atentamente los fundamentos de la resolución del Parlamento Europeo, uno busca en nuevos diccionarios y enciclopedias el significado, auténtico y rela, de la palabra hipocresía. Es indudable que seis décadas de sufrimiento, represión, hambreamiento, crímenes de lesa humanidad y otras violaciones a los derechos humanos, demuestran que el pueblo palestino sólo se tiene a sí mismo. El lenguaje protocolar, de una frialdad alaskeana (puesta de moda en las últimas semanas), la indiferencia con que la CE habla de los "procedimientos israelíes" hacia los palestinos. Lo publicamos como prueba de la complcidad de la CE con Israel.


Resolución del Parlamento Europeo, de 4 de septiembre de 2008, sobre la situación de los presos palestinos en las cárceles de Israel
El Parlamento Europeo ha aprobado uns resolución sobre el trato a los prisioneros palestinos por parte de Israel, por inmensa mayoría, 416 a favor, 131 en contra y 61 abstenciones. Esta resolución, típica del Parlamento Europeo hace una lectura del conflicto como si no existiera ocupación, calificando las acciones palestinas como terrorismo y no así a las israelíes, ni siquiera como crímenes contra la humanidad. Señala las vulneraciones de derechos humanos por parte israelí, como si ya la ocupación en sí no lo significase, pero no colige la lógica pertinente que señalaría la suspensión del Acuerdo Preferencial con Israel. Por el contrario, parecería que la salida de menos de dos centenares de presos palestinos, menos del dos por ciento, fuera la excusa para obviar la estructural represión israelí, señalar la salida como gesto de buena voluntad y omitir que Israel arbitrariamente puede ampliar al día siguiente el número de presos palestinos. Nota del CSCA





El Parlamento Europeo,

Vistas sus resoluciones anteriores sobre Oriente Próximo,
Vista la declaración pronunciada por la Comisaria Benita Ferrero-Waldner ante el Parlamento el 9 de julio de 2008 sobre la situación de los presos palestinos en las cárceles de Israel,
Visto el Acuerdo de Asociación UE-Israel y los resultados de la octava reunión del Consejo de Asociación UE-Israel celebrada el 16 de junio de 2008,
Visto el informe elaborado por su Delegación ad hoc a Israel y los Territorios Palestinos (30 de mayo a 2 de junio de 2008) y sus conclusiones,
Vistos los Convenios de Ginebra, en particular, el IV Convenio sobre la Protección de Personas Civiles en Tiempos de Guerra, de 12 de agosto de 1949, y especialmente sus artículos 1 a 12, 27, 29 a 34, 47, 49, 51, 52, 53, 59, 61 a 77 y 143,
Visto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, de 1966,
Visto el informe anual de 2007 del Comité Internacional de la Cruz Roja y, en particular, la sección del mismo relativa a los territorios palestinos ocupados,
Vistos los informes publicados en 2006, 2007 y 2008 por el Comité Público contra la Tortura en Israel con la ayuda de las aportaciones financieras de la Comisión Europea y de varios Estados miembros,
Vistas las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas sobre el conflicto de Oriente Próximo,
Visto el artículo 108, apartado 5, de su Reglamento,
A. Considerando que en los últimos años Israel se ha enfrentado y sigue enfrentándose a numerosos ataques terroristas mortíferos dirigidos contra la población civil y que las autoridades israelíes han adoptado una serie de medidas para prevenir estas acciones terroristas, incluida la detención de militantes palestinos sospechosos; considerando, no obstante, que la lucha antiterrorista no justifica que se conculque el Derecho humanitario,
B. Considerando que hoy día más de 11 000 palestinos, incluidos cientos de mujeres y niños, se encuentran en cárceles y centros de detención en Israel y que la mayoría de ellos fueron detenidos en los territorios palestinos ocupados,
C. Considerando que, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de la que Israel es parte signataria, se define como niño a todo ser humano menor de 18 años; considerando, sin embargo, que a partir de los 16 años los niños palestinos son considerados adultos en virtud de la normativa militar de Israel aplicada en los territorios palestinos ocupados, y que frecuentemente se encuentran detenidos en malas condiciones,
D. Considerando que 198 palestinos fueron liberados por el Gobierno israelí el 25 de agosto de 2008 como gesto de buena voluntad y de creación de un clima de confianza mutua, y que ambas partes siguen negociando con miras a un acuerdo más general sobre la liberación de otros presos,
E. Considerando que los Gobiernos de Israel y el Líbano han adoptado recientemente medidas positivas para el intercambio de presos por los restos mortales de unos soldados israelíes,
F. Considerando que en Israel hay unos 1 000 presos detenidos sobre la base de «órdenes de detención administrativa», con derecho de apelación, pero sin haber sido objeto de cargos judiciales ni de juicio y sin derecho a la defensa; considerando que estas «órdenes de detención administrativa» pueden ser prorrogadas durante muchos años y, en algunos casos, lo son,
G. Considerando que, según algunos informes sobre derechos humanos, hay presos palestinos que sufren malos tratos y tortura,
H. Considerando que, para la inmensa mayoría de los presos palestinos encarcelados en prisiones situadas en territorio israelí, es a menudo imposible o muy difícil disfrutar del derecho a recibir visitas de sus familiares, pese a las peticiones formuladas en este sentido ante Israel por el Comité Internacional de la Cruz Roja,
I. Considerando que la cuestión de los presos políticos tiene importantes implicaciones políticas, sociales y humanitarias y que la detención de 48 miembros electos del Consejo Legislativo Palestino y de otros representantes municipales tiene graves consecuencias para la evolución política en el territorio palestino ocupado; considerando que el Documento de los presos, aprobado en mayo de 2006 por dirigentes políticos palestinos de diversas facciones encarcelados, sirvió de base para la reconciliación nacional y preparó el camino para el establecimiento de un gobierno de unidad nacional,
J. Considerando que las relaciones entre las Comunidades Europeas e Israel, según el artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel, se basan en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos, que constituyen un elemento esencial del mencionado Acuerdo; considerando que el Plan de Acción UE-Israel destaca que el respeto de los derechos humanos y del Derecho humanitario internacional está entre los valores compartidos por ambas partes,

Celebra la reciente decisión del Gobierno de Israel de liberar a cierto número de presos palestinos como un gesto positivo para fortalecer a la Autoridad Palestina y restablecer un clima de confianza mutua;
Pide que Hamás e Israel den pasos similares con miras a la inmediata liberación del cabo israelí Gilad Shalit;
Señala que la cuestión de los presos palestinos tiene una gran repercusión en la sociedad palestina y en el conflicto israelo-palestino y considera que, en este contexto, la liberación de un número sustancial de presos palestinos, así como la liberación inmediata de los miembros del Consejo Legislativo Palestino encarcelados, incluido Marwan Barghouti, podría ser un paso positivo hacia el establecimiento del clima de confianza mutua necesario para alcanzar progresos sustanciales en las negociaciones de paz;
Apoya los legítimos intereses de seguridad de Israel; considera que debe respetarse plenamente el Estado de Derecho en el trato dado a todos los presos, por tratarse de un paso fundamental para un país democrático;
Pide a Israel que garantice que se respetan las normas mínimas de detención, que someta a todos los presos a juicio, que deje de recurrir a las «órdenes de detención administrativa», y que aplique medidas adecuadas en lo relativo a los menores y a los derechos de visita de los presos, en consonancia con normas internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes;
Expresa su preocupación por la situación de las mujeres palestinas presas y otros presos vulnerables, que, según se informa, sufren malos tratos y carecen de acceso a atención sanitaria;
Pide a la Autoridad Palestina que haga todos los esfuerzos para evitar actos violentos o terroristas, particularmente por parte de ex presos y, sobre todo, de niños;
Manifiesta su firme convicción de que el fortalecimiento de las relaciones UE-Israel debe ser coherente con el cumplimiento por parte de Israel de sus obligaciones en virtud del Derecho internacional y estar vinculado a dicho cumplimiento;
Acoge con satisfacción la decisión tomada en la octava reunión del Consejo de Asociación UE-Israel de establecer una Subcomisión de Derechos Humanos de pleno derecho para reemplazar al actual Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos; pide que se consulte ampliamente a las organizaciones de defensa de los derechos humanos y las organizaciones no gubernamentales de Israel y los territorios palestinos ocupados sobre el control de los progresos de Israel en el cumplimiento de sus obligaciones derivadas del Derecho internacional y se las asocie plenamente a dicho control;
Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, al Gobierno israelí, a la Knesset, al Presidente de la Autoridad Palestina, al Consejo Legislativo Palestino, al Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, a los Gobiernos y Parlamentos de los Estados miembros, al Secretario General de las Naciones Unidas, al Enviado Especial del Cuarteto a Oriente Próximo, al Presidente de la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea, al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y al Comité Internacional de la Cruz Roja.