02 septiembre 2009

Bombardeos sobre Plaza de Mayo: La masacre del 16 de junio de 1955

Bombardeos sobre Plaza de Mayo: La masacre del 16 de junio de 1955 es el Guernica argentino

Juan Carlos Cena y Elena Luz González Bazán
Argenpress


El 16 de junio, en el mediodía de otoño del año 1955, formaciones de las aviaciones de Marina y Aeronáutica, haciendo su bautismo de fuego, sobrevolaron el centro porteño y descargaron toneladas de explosivos sobre la población civil. El bombardeo dejó, aproximadamente, 350 muertos, cifras nunca confirmadas, como en Guernica, se ocultan los efectos de la masacre, y más de 2000 heridos, entre ellos casi un centenar de lisiados para el resto de su vida. Otras fuentes reflejadas en este trabajo hablan de 700 tumbas cavadas en el cementerio porteño de la Chacarita.
En Guernica los fascistas/franquistas demuelen y masacran a un pueblo para que truene el escarmiento desde el aire, con total y absoluta cobardía; en Plaza de Mayo, masacran al pueblo alevosamente con el pretexto de matar a Perón, el déspota nazi/fascista, según los ideólogos de la Unión Democrática, del mismo modo: para que truene el escarmiento, hay que matar al tirano, comenzando por el pueblo que lo apoya.
Fue el inicio de un proceso histórico, dentro del campo social y político, comenzaba el desmontaje de una formación ideológica de carácter nacional, esta es parte de su historia.
"A mediados de junio bombardearon la Plaza de Mayo. El primer estallido. La oligarquía descargaba sin piedad sobre el pueblo todo ese odio rancio acumulado, de linaje. Toda la sociedad simiesca aplaudía las muertes, no existía en ellos aflicción cristiana, sino el gozo oligárquico de la muerte de clase. Las muertes eran de los otros: los plebeyos que resistían por permanecer en estrado de dignidad peronista perpetua., la que los incluyó en la sociedad".
Párrafo del cuento Brumas de septiembre, perteneciente al autor Juan Carlos Cena, de su libro Crónicas del Terraplén - 2001.
Para analizar la verdadera naturaleza de los procesos históricos, estos deben ser tomados en determinadas etapas para analizarlos dentro de que contexto histórico, momento en que aparecen los sucesos, como las masacres, en este caso, y la realidad posterior que se distorsiona, donde se tiñe y oculta toda la etapa señalada.
No hay hechos separados en los procesos históricos, este tipo de masacres no son aisladas, sino que estallan en un momento histórico, político, social y económico determinado. Todos los hechos represivos que generaron masacres fueron inducidos por los factores de poder que dominan el aparato del Estado
No podemos dejar de mencionar, antes de entrar en el tema, algunos antecedentes históricos sobre la historia de la masacres en nuestro País. Diríamos, desde el inicio.
"-Señor general, si la matanza es tan grande ¿Quién quedará para nuestro servicio?
-Ea. Déjame -respondió Garay-, que es la primera batalla, si en ella los humillamos tendremos quien con rendimiento acuda a nuestro servicio",
Cierto día del invierno de 1580, un tremendo combate tuvo lugar a las orillas del río que divide las dos veces fundada Buenos Aires, de los territorios aborígenes... Las crónicas relatan que aquel día -además de establecerse ese transparente diálogo entre Juan de Garay y alguno de sus soldados- fue decisivo en el proceso de extermino de los querandíes. Dicen los cronistas que las aguas del río enrojecieron, ya aún después de la derrota querandí, los españoles continuaron la masacre, dándole nuevo nombre al paraje, que a partir de entonces comenzó a llamarse La Matanza.
Se podría inferir que todo parte desde ese momento. Momento del traslado de lo peor que trajeron en sus bodegas los barcos de la conquista a nuestro territorio, el huevo de la serpiente, el mismo que anidó en Guernica desde los tiempos de la inquisición: los genocidios en América Latina.
Es larga la lista de estos hechos aberrantes ocurridos en América Latina y, en este caso, en nuestro territorio: La Conquista del Desierto, La Semana Roja en 1909, La violenta represión a los estibadores y portuarios en Ing. White en 1909, en Macachín, La Pampa en 1910, La Semana Trágica 1919, Los fusilamientos en La Patagonia en 1921, Las Masacres de la Forestal en el Chaco, La masacre de Jacinto Aráoz, en la provincia de La Pampa en 1921.
En abril de 1924 la Reducción Aborigen promueve y realiza la primera y única huelga agrícola indígena, su líder indiscutible fue el Cacique Toba Pedro. Los pobladores argentinos originarios de la Reducción Aborigen, llamada luego Napalpí (cementerio o lugar de los muertos en lengua Toba), a 120 kilómetros de la capital del entonces Territorio Nacional del Chaco, Resistencia, tenía una población de 850 personas, aproximadamente. A raíz de ese movimiento se produce una feroz matanza.
Podríamos seguir enumerando las distintas represiones al movimiento obrero y popular, a los campesinos y al pueblo en general. La violenta represión desatada luego del golpe de Estado de 1955 fue la representación de que el odio de clase se instalaba en todo el territorio nacional contra todos los trabajadores y el pueblo. Todo fue más tarde ratificado por sucesivos gobiernos civiles y militares.
La movilización militar a ferroviarios y bancarios, al tiempo, la aplicación nacional del Plan Conintes diseccionado al movimiento obrero peronista, luego, la violenta represión a los ferroviarios durante la Huelga de 1961 que se resistían contra la aplicación de este Plan devastador y de desguace que traía, por encargo del imperio, este General Larkin; todo ocurría en los espacios "democráticos" del gobierno de Arturo Frondizi. La militarización de los conflictos fue una constante antes y durante el gobierno militar de Ongania, continuando por sus sucesores.
Con el advenimiento del gobierno de Isabel Perón, la represión se recrudeció en otras formas: La Triple A, comandada por López Rega junto a su banda, fue el brazo ejecutor más importante y sanguinario, como la implementación de la Masacre de Ezeiza; luego, la represión al cordón industrial del Paraná y así con las masacres selectivas de la Triple A por todo el territorio, junto a la defenestración de gobiernos peronistas populares.
Todo un anticipo de lo que vendría, primero el golpe de estado de 1955 y la continuación más criminal con el golpe genocida de 1976. Todos estos hechos están marcados por el profundo odio de la clase dominante que tiene sobre el pueblo trabajador, obreros, estudiantes, intelectuales honestos y así con lo que se atreven a luchar por su dignidad. Es el poder brutal del Estado utilizado desde la fundación de este territorio como Nación para doblegar al pueblo por mandato del imperio colonial.
Ese odio acumulado tuvo su representación inicial en la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, sin duda alguna.
Los bombardeos protagonizados por la marina y aeronáutica de guerra no fueron productos de las contradicciones y de los errores que había incurrido el segundo gobierno de Perón. No, fue un ejercicio anticipatorio inducido por las fuerzas oligárquicas que querían recuperar el terreno y los tiempos perdidos. Operación a modo de advertencia, como un adelanto de lo que vendría. Las fuerzas del odio se reagrupaban y anunciaban que regresarían a cualquier costo.
La masacre de junio de 1955 era la anticipación de ese nuevo recomienzo. Cuestión que estallaría ese mismo año, el 16 de septiembre, con persecución y cárcel, tortura y muerte de miles de hombres y mujeres, trabajadores, delegados, militantes, activistas y todos los que se opusieron a la caída de Perón y a los luchadores populares comprometidos con el pueblo.
Se debía terminar con ese proceso populista de carácter nacional, insoportable para las clases dominantes. La distribución del ingreso, a pesar de la crisis, el gobierno peronista, es decir Perón, había decidido mantener a como de lugar el porcentaje más alto de la distribución del ingreso en forma equitativa con el pueblo, más alto de toda la historia de Latinoamérica. La participación de los trabajadores de la Argentina en el PBI rayaba en el 53 por ciento, hubo momentos del 61 por ciento. Muy mal ejemplo.
Ante tan funesto ejemplo, la oligarquía, con el visto bueno del imperio, comenzó a armarse el andamiaje golpista. El imperialismo yanqui comenzaba a ocuparse de Latinoamérica, había perdido terreno después de la segunda guerra mundial por atender a Europa, la prioridad.
En abril crece el enfrentamiento con la iglesia. El 14 de abril se suspendió en todas las escuelas la enseñanza obligatoria de religión y moral. El 20 de mayo se suprimió, por ley, la exención de impuestos a los templos y organizaciones religiosas y se llamó a una Constituyente para separar la iglesia del Estado.
En forma paralela, en México, se realizaban reuniones entre militares, Gainza Paz, Lanz Duret, el coronel García Valsesca, donde participaba, además, un personaje de los medios de comunicación de esos tiempos, llamado Joshua Power, comerciante, que controlaba los servicios informativos de Editor Press. El The New Cork Time y The Economist, donde anticipaban, en sus artículos, los días por venir.
Esta masacre hay que incluirla en el comienzo de procesos golpistas que se iniciaron en 1930 con el golpe de Uriburu contra el Peludo Hipólito Irigoyen. Se inicia “esa costumbre de golpear las puertas de los cuarteles” por parte de sectores civiles poseedores de un poder económico poderoso, que fueron perjudicados por el reparto equitativo en la distribución de los ingresos, levemente o fuertemente, es que acuden a los cuarteles a que ellos sean su brazo armado y estos militares se prestan a destronar a gobiernos elegidos en las urnas y a reprimir a los opositores de esos intereses.
Estos, los militares, debían resolver por medio de las armas, la fuerza y sin miramientos, las contradicciones que perjudicaban sus intereses, es decir, las contradicciones con los trabajadores y el campo popular. La resolución era la represión violenta. Se rechazaba con terrorismo todo veredicto, por más democrático que fuera, propuestas u hombres elegidos en las urnas que no fueran funcionales a sus ambiciones.
En esta situación se deja de lado todo proceso democrático que no conculque con ellos, por más benéfico que fuera para la Nación y se lanzan a la consumación, una y otra vez, a la concreción del golpe militar. Se utilizan a las fuerzas armadas como herramienta represiva, de opresión, persecución y masacres que han dejado una dolorosa huella en la vida nacional.
EL 16 DE JUNIO
Previo a este ataque se encuentran otros intentos, como el de Benjamín Menéndez en 1951, familia de golpistas y represores.
El mes de junio no era un mes cualquiera en la etapa que vivía el proceso del segundo gobierno peronista. Las contradicciones se profundizaban y continuaron el 10 de junio con la manifestación de la iglesia católica en la procesión de Corpus Chisti, esto, hay que decirlo, excedía lo religioso. Por la noche la quema de una Bandera Argentina, que el gobierno de Perón se lo adjudica a la oposición.
El peronismo y antiperonismo eran una realidad.
La mañana del 16 de junio de 1955 fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo, aunque lo quieran negar. Operaron esos aviones los aviadores argentinos, arrojando nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme. Fijaron sus objetivos de ataque en los puntos del centro neurálgico de la Plaza de Mayo, la casa de gobierno, donde lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trolebuses repletos de pasajeros, en su mayoría trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas. Eran aviones de la Fuerza Área y de la Marina de Guerra Argentina que actuaron con los mismos objetivos y la misma saña criminal.
Aquel 16 de junio, el capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encentraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados, así comienza la masacre del 16 de junio. Noriega y Sabarots son los responsables materiales junto a los aviadores de aquel día de masacre, hay otros responsables intelectuales.
En el trabajo por recuperar históricamente aquella masacre, realizado por Gonzalo Cháves, titulado la Masacre de Plaza de Mayo, pasa revista a los nombres de muertos y heridos, lugares donde fueron alojados y la cantidad de muertos NN que aparecen en el listado.
Por otro lado, Gonzalo Cháves afirma en un reportaje concedido a un diario de Rosario: Me sorprendió descubrir entre los protagonistas de la masacre del 16 de junio de 1955 a hombres y nombres que participaron en el golpe del 24 de marzo de 1976, como los dos secretarios del ministro de Marina Olivieri, que fueron Emilio Eduardo Massera y Horacio Mayorga, dos marinos importantes en el último golpe de Estado. Ellos estuvieron al tanto de lo que iba a pasar y no detuvieron la acción militar contra los civiles. El ministro Olivieri dio parte de enfermo y sólo regresó al despacho dos días más tarde del 16 de junio. Lo mismo hicieron “Emilio Eduardo Massera y Horacio Mayorga, sus jóvenes ayudantes”.
De esa investigación se desprende que estuvieron involucrados activos participantes de la última dictadura militar como son: Carlos Suárez Mason y Osvaldo Cacciatore, intendente porteño durante la dictadura, el de las famosas autopistas, que integraba la escuadrilla de la aeronáutica que bombardeó la Plaza de Mayo. Otro de los personajes que estuvo en el bombardeo fue el hermano de Massera, Carlos Massera como piloto de la marina.
“La sublevación contó en forma activa con el respaldo de la base naval de Punta Indio que estaba al mando del capitán de marina Néstor Noriega; del BIM 4 (Batallón de Infantería de Marina), asentado en Puerto Nuevo y de parte de la oficialidad de la Aeronáutica hubo dos aviones Catalina que llegaron de la base Espora. La noche del 15 de junio copó Ezeiza, con el objetivo de reabastecerse de combustible y explosivos, porque la base de Punta Indio quedaba muy lejos. De allí los pilotos con sus aviones fueron y volvieron varias veces, entre ellos Cacciatore”, sostiene Cháves.
Hay un testigo incomparable, el camarógrafo de Sucesos Argentinos, Carlos de la Fuente, víctima del bombardeo, que a pesar de estar herido, no perdió la conciencia, llegó a contabilizar "pilas de muertos detrás de la Casa Rosada", con una etiqueta atada con un hilo en el dedo gordo del pie con los datos de cada una de las victimas. Dice lacónicamente: todo fue un pandemonium.
Siempre se trató de minimizar esta masacre, hecho aberrante y criminal si los hubo. Hoy aparecen una serie de lenguaraces hablando y otros escribiendo sobre el bombardeo a la Plaza de Mayo hipócritamente; otros pidiendo resarcimiento económico para las víctimas, toda una burla caricaturesca, cuando, durante años ni se acordaron de ese pueblo masacrado, ni que los fusilados en León Suárez que eran trabajadores y resistentes. Cuando se asesina al pueblo, los plumíferos y charlatanes se hunden en el silencio. Son otras muertes. Otros, falsarios presurosos y oportunistas, dicen, hablan, y del mismo modo, deletreando algunas frases para no quedar fuera en este cincuentenario. Hoy olvidado momento histórico, cuando se cumplen 52 años.
Repetimos, siempre se trató de minimizar y ocultar por derecha este hecho monstruoso, pero no podemos callarnos y denunciar la carga de hipocresía de algunos que detentan el rótulo de progresistas y adelantados.
Por otro lado el reconocido periodista Gregorio Selser sostiene lo siguiente: “Como culminación de la serie de actos de desagravio a la bandera, se dispone que una escuadrilla de diez aviones a retropropulsión sobrevuelen la Catedral de Buenos Aires, en Plaza de Mayo. Ignorándolo Perón, ese vuelo debe convertirse en la señal de una insurrección conjunta de las tres fuerzas armadas y comandos civiles, que debía iniciarse a las 8”.
Pero debido a una imprevista niebla, los aviones sólo pueden alzar vuelo a las 10. Durante ese lapso Perón es informado de la conjura y se traslada al Ministerio del Ejército. Al mediodía aviones navales bombardean la Casa Rosada y sus adyacencias, al tiempo que fracasan los intentos de la infantería de marina de apoderarse del sector. Las víctimas se cuentan por centenares. Los aviones que participaron de la acción se refugiaron en Uruguay”, es decir, se fugan llenos de cobardía.
Dice Roberto Bardini, en un trabajo, que los agresores huyen hacia Uruguay, donde solicitan asilo político, eran tiempos de Battle Barres. “Al día siguiente, el diario Clarín -que no se caracteriza por sus simpatías peronistas- escribe: 'Las palabras no alcanzan a traducir en su exacta medida el dolor y la indignación que ha provocado en el ánimo del pueblo la criminal agresión perpetrada por los aviadores sediciosos que ayer bombardearon y ametrallaron la ciudad'.
“El ataque a traición de los aviadores navales subversivos produce un terrible impacto emotivo en la población. Durante meses no se habla de otra cosa en los hogares de todo el país. En 'Dossier Secreto - El Mito de la Guerra Sucia -, el periodista norteamericano Martin Andersen cita el informe de un analista de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, quien describe este estupor generalizado en un mensaje enviado a Washington a las tres semanas del sangriento acontecimiento” continua Bardini.
La masacre de junio de 1955 costó la vida aproximadamente a 350 ciudadanos, otras fuentes más precisas sostienen 367, y a más de dos millares de heridos, sin contar las profundas secuelas de terror que se instaló en gran parte de la población que vivió, asistió y sufrió aquellos bombardeos encabezados por los aviones de la marina y Aeronáutica, acción indudablemente repudiable.
García Acosta sostiene en una nota publicada por este medio, en el 2005 que: “En la Mesa de Entradas General de la DAOM, donde trabajaba, se llevaba el registro de todo lo que se emitía como notas, órdenes de trabajo. Cada dependencia tenía un número y una barra, al que seguía el número de la actuación. La Dirección de Construcciones tenía el número 1/. A primera hora un ordenanza trajo una nota con una orden de trabajo urgente: informaba que la Dirección de Construcciones procedería a cavar 700 tumbas en el Cementerio de la Chacarita. Al asentarla en el libro tuve clara conciencia de la masacre.
Muchos años después, ya disuelta la DAOM y yo fuera de ella, por razones de investigación histórica, traté de ubicar en el Archivo Municipal ese enorme libro de Registro de la Dirección de Construcciones para volver a ver, allí registrada con mi letra, ese macabra orden de trabajo, tétrico reflejo del doloroso enfrentamiento que dividió a los argentinos y que tuvo formas de barbarie”.
Los hospitales que brindaron ayuda en el momento que se producía la caída de casi 14 toneladas de explosivos sobre la Plaza de Mayo y adyacencias fueron: la denominada y conocida Asistencia Pública, los hospitales Argerich, Rawson, Clínicas, Alemán, Policlínico del Ministerio de Hacienda, Policlínico Militar y Policlínico Rivadavia. Otras fuentes tienen la información sobre los muertos y heridos en el hospital Ramos Mejía y Español y el Policlínico Durand; otro grupo lo conforman los Policlínicos Fernández, Álvarez y Las Heras. Lo de policlínicos es la denominación de la época. En la Morgue Judicial como en los listados de los hospitales y policlínicos se encontraba la lista de muertos y heridos.
Las mujeres fallecidas e identificadas son 50, 9 las NN femeninas, los hombres no identificados son dos decenas. Asimismo, en la Asistencia Pública aparecen 25 cadáveres no identificados y el Policlínico Las Heras no se suministró, en su momento, la lista de los muertos. Además, hay una lista de enfermeras y enfermeros que prestaron ayuda a los atacados y fueron muertos en el bombardeo, sumando otros seis asesinados.
Un cable de ANSA, por otro lado, informaba sobre los sublevados que piden asilo en Uruguay: la lista de 27 rebeldes, incluyendo a un civil. Un párrafo aparte sobre la participación de los civiles, ya que esta sublevación militar contó con comandos civiles que luego actuarían durante la denominada Revolución Libertadora. La lista es publicada por el diario La Nación del 8 de julio de 1955, donde se incluyen las bajas o retiros entre los militares insurrectos: Aeronáutica: 26 miembros y en la Marina, 78 marinos. Estos destierros de las fuerzas fueron refrendadas por los ministros de Marina y Aeronáutica. Además el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas informaba que habían sido encuadrados en el marco de rebeldía al personal interviniente en los sucesos del 16 de junio, de acuerdo al Código de Justicia Militar.
Pero la realidad posterior ocultó la masacre del 16 de junio, se conoció más la quema de las iglesias que este momento histórico, que no sólo marcaba el comienzo del final del gobierno peronista, sino, el recomienzo e implementación por parte del Estado, la puesta en marcha de la maquinaria represiva.
Apareció la consigna: Cristo Vence.
Se cumple más de medio siglo de este suceso aberrante, es la inauguración de un proceso histórico que brota de las entrañas de lo más rancio del poder oligárquico con violencia y represión, era la ofensiva de las fuerzas de ese poder para apoderarse del aparato del Estado: comenzaba en el campo social el desmontaje de una formación ideológica de carácter nacional.
Luego del bombardeo, parte del pueblo salió a la calle enardecido. Perón trató de contenerlos. En esa reacción, donde le solicitaron armas al Perón, se cometieron algunos desmanes como respuesta a la masacre. Se cumplió más de medio siglo y, sin embargo, la masacre sigue impune, como tantas otras aberraciones contra el pueblo. Por eso, debe aparecer la memoria histórica, rescatar la identidad colectiva y que estos asesinatos queden escritos en los anales de la historia, los nombres de sus autores.
El 16 de septiembre, de ese mismo año, se termina de consumar lo iniciado el 16 de junio de 1955; La masacre de Plaza de Mayo. Luego de la caída de Perón vendrán los asesinatos a mansalva en José León Suárez y los fusilamientos de junio de 1956.
Comenzaba la construcción de un andamiaje legal de un gobierno militar de facto, con la vigencia del Decreto 4161 que preveía cárcel para todo aquel que mostrara sus simpatías peronistas, luciera emblemas o fuera miembro de la Resistencia Peronista.
El odio de clase se mostró en la quema de todas las bibliotecas que tenían libros de aquellos que eran teñidos de peronistas. Los 9 tomos del sanitarista Ramón Carrillo, Teoría del Hospital son quemados, y así todo lo que había pertenecido al gobierno peronista, como la anterior residencia presidencial que fue devorada por las llamas. La destrucción de la Fábrica Argentina de Locomotoras instalada en talleres Liniers fue desguazada y los prototipos de las locomotoras Justicialista y Argentina cortadas con sopletes, entre tantos hechos de verdadera violencia.
El gobierno militar, por presión de la oligarquía vacuna, anula la Ley del Peón Rural.
Muchos de los que participaron en el bombardeo guerniquiano a Plaza de Mayo, luego del derrocamiento de Perón, ocuparon altos cargos en los distintos gobiernos civiles y militares, como Zavala Ortiz de origen radical, algunos fueron premiados colocando sus nombres a algunas de nuestras calles y al nombre de una estación de subterráneos como Ing. Carranza, conspicuo comando civil durante la Libertadora.
En el caso de Francisco Manrique fue funcionario en la liberadora con Lanusse, otros como Olivieri fue premiado y el cargo fue representante ante la ONU - Organismo de las Naciones Unidas, Vicchi, embajador en Estados Unidos de América; y en el caso de Toranzo Calderón, uno de los responsables fundamentales de aquella matanza fue a la España franquista como embajador, donde mostró orgulloso el Guernica Argentino.
Una costumbre de las clases dominantes instalada en este país, con un fuerte contenido de clase, es que casi todos los genocidas en la Argentina son homenajeados de una u otra manera, con sus nombres señalan calles o plazas, como Juan de Garay o Julio A. Roca, dos ejemplares genocidas, entre otros.
Varias décadas llevó instalar el tema del Guernica Argentino, miles de muertos y desapariciones hay en esta historia, sin embargo, es bueno comenzar por donde empezó. Porque los nombres de los aviadores son los comandantes y principales figuras del 24 de marzo de 1976 y de los hechos posteriores.
Y en esa misma cadena de realidades, que se conectan, están todas las violaciones a los derechos humanos y la implementación de otras formas para dejar impune todo este largo proceso de dolor y muerte, represión y desaparición.
Es bueno comenzar por el principio. Aquella mañana nublada y fría de junio, un jueves, como hoy 22 North American, 5 Beerchraft, 4 Gloster y 3 Anfibios catalina, 34 aviones en total nublaron el cielo de Buenos Aires, durante el espacio de horas de terror, y a partir de las 12,40 y con vuelos rasantes y asesinos, hasta entrada la tarde otoñal de junio, acumularon muertos, heridos y desesperación. Dos décadas después muchos de estos marinos y aviadores iniciaban el camino de la última dictadura militar.
Hoy muchos de ellos, están sindicados en las fojas enrojecidas de la represión estatal…
Como sostiene el poeta Roque Dalton: no se puede construir nada que se parezca a reconciliación con este “inmenso mar de mierda”…

LA PLEGARIA DE TUTU

La plegaria de Tutu


Uri Avnery

Rebelión


Traducido del inglés por Carlos Sanchis




¿Cuánto contribuyó realmente el boicot a Sudáfrica en la caída del régimen racista? Esta semana hablé con Desmond Tutu sobre esta cuestión, que está en mi mente desde hace mucho tiempo.

Nadie está mejor cualificado para contestar a esta pregunta que él. Tutu, el arzobispo anglicano de Sudáfrica y premio Nóbel, fue uno de los líderes de la lucha contra la segregación racial y, después, presidente de la Comisión de la Reconciliación y la Verdad que investigó los crímenes del régimen. Esta semana visitó Israel con los Mayores, una organización de los estadistas de mayor edad del mundo establecida por Nelson Mandela.

El asunto del boicot surgió nuevamente esta semana después de que un artículo del Dr. Neve Gordon apareciera en Los Ángeles Times, haciendo un llamamiento a un amplio boicot mundial a Israel. Él citó el ejemplo de Sudáfrica para mostrar como un boicot global podría obligar a Israel a poner fin a la ocupación, que comparó al régimen de segregación racial.

He conocido y respetado a Neve Gordon desde hace muchos años. Antes de llegar a ser un conferenciante en la Universidad Ben Gurion de Beersheba, organizó muchas manifestaciones contra el Muro de Separación en el área de Jerusalén, en las que yo también tomé parte.

Lamento no poder estar de acuerdo con él esta ocasión Ni sobre la similitud con Sudáfrica ni sobre la eficacia de un boicot a Israel.

Hay varias opiniones sobre la contribución del boicot al éxito de la lucha antiapartheid. Según una visión, fue decisivo. Otra visión sostiene que su impacto fue marginal. Algunos creen que el desplome de la Unión Soviética fue el factor decisivo. Después de que los EEUU y sus aliados no tuvieran ya ninguna razón para apoyar al régimen en Sudáfrica, que hasta entonces había sido visto como un pilar de la lucha mundial contra el comunismo.

"El boicot fue inmensamente importante" me contó Tutu. "Mucho más que la lucha armada", añadió.

Se debe recordar que, a diferencia de Mandela, Tutu fue un defensor de la lucha no violenta. Durante 28 años que Mandela languideció en prisión. Podría haber salido libre en cualquier momento, si hubiera estado de acuerdo únicamente en firmar una declaración condenando el "terrorismo". Lo rechazó.

"La importancia del boicot fue no solamente económica," explicó el arzobispo, "sino también moral. Los sudafricanos están, por ejemplo, locos por los deportes. El boicot, que impidió a sus equipos competir en el extranjero, los golpeó muy duro. Pero el asunto principal fue que nos dio el sentimiento de que no estábamos solos, que el mundo entero estaba con nosotros. Lo cual nos dio la fortaleza para continuar."

Para mostrar la importancia del boicot Tutu me contó la siguiente historia: En 1989, el líder blanco moderado, Frederic Willem de Klerk, fue elegido presidente de Sudáfrica. Tras asumir el cargo declaró su intención de establecer un régimen multirracial. "Lo llamé para felicitarlo, y la primera cosa que me dijo fue: ¿Llamará ahora usted a cancelar el boicot?"

Me parece que la respuesta de Tutu acentúa la enorme diferencia entre la realidad sudafricana de entonces y la nuestra hoy en día.

La lucha sudafricana fue entre una gran mayoría y una pequeña minoría. Entre una población total de casi 50 millones, los blancos sumaban menos del 10%. Esto significa que más del 90% de habitantes del país apoyaron el boicot, a pesar del argumento de que también los dañaba.

En Israel, la situación es todo lo contrario. La cantidad de judíos suma más del 80% de los ciudadanos de Israel, y constituye una mayoría de un 60% a lo largo del país entre el Mar Mediterráneo y el Río Jordán. El 99,9% de los judíos se oponen a un boicot a Israel. Ellos no sentirán el “el mundo entero está con nosotros”, sino que “el mundo entero está contra nosotros”.

En Sudáfrica, el boicot global ayudó a fortalecer la mayoría y la aceró para la lucha. El impacto de un boicot sobre Israel sería exactamente lo contrario: empujaría a gran mayoría a los brazos de la extrema derecha y crearía una fortaleza mental contra el "mudo antisemita"(El boicot, por supuesto, tendría un impacto diferente sobre los palestinos, pero que no es la finalidad de quienes lo defienden.)

Los pueblos no son iguales en todas partes. Parece que los negros de Sudáfrica son muy diferentes de los israelíes y de los palestinos. El desplome del régimen racista opresivo no condujo a un baño de sangre, como podría haberse pronosticado, sino a lo contrario: al establecimiento del Comité de Reconciliación y la Verdad. En vez de revancha, perdón. Aquellos que comparecieron ante la comisión y admitieron sus delitos fueron indultados. Lo cual está en consonancia con la creencia cristiana y también en la promesa bíblica judía: "Quienes confesaren y abandonaren [sus pecados] tendrán perdón." (Proverbios 28:13)

Le conté el obispo que admiro no solamente los líderes que eligieron este camino sino también al pueblo que lo aceptó.

Una de las profundas diferencias entre los dos conflictos atañe al Holocausto.

Los siglos de pogromos han impreso en la conciencia de los judíos la convicción de que el mundo entero está decidido en su contra. Esta creencia se reforzó cien veces con el Holocausto. Cada niño judío israelí aprende en la escuela que "el mundo entero permaneció silencioso" cuando los seis millones fueron asesinados. Esta creencia está anclada en los recovecos más profundos del alma judía. Incluso cuando está latente, es fácil de despertar.(Esta es la misma convicción que llevó a Avigdor Lieberman la semana pasada a acusar a toda la nación sueca de cooperar con los nazis, a causa de un artículo idiota en un diario sensacionalista sueco.)

Puede ser perfectamente que la convicción judía de que "todo el mundo está contra nosotros" sea irracional. Pero en la vida de las naciones, como desde luego en la de los individuos, es irracional ignorar lo irracional.

El Holocausto tendrá un impacto decisivo sobre cualquier llamamiento a un boicot a Israel. Los líderes del régimen racista en Sudáfrica abiertamente simpatizaron con los nazis e incluso fueron internados por ello en la segunda guerra mundial. El apartheid estuvo fundamentado en las mismas teorías racistas inspiradas por Adolf Hitler. Fue fácil conseguir que el mundo civilizado boicoteara semejante régimen repugnante. Los israelíes, por otra parte, son vistos como las víctimas del nazismo. El requerir un boicot recordará a mucha gente alrededor el mundo el lema nazi "Kauft nicht bei Juden!" - ! No compren a los judíos.

Esto no es de aplicación a todo tipo de boicots. Hace unos 11 años, el movimiento Gush Shalom, en el cual estoy activo, llamó a un boicot de los productos de los asentamientos. Su intención era separar los colonos del público israelí y mostrar que hay dos de tipos de israelíes. El boicot se diseñó para fortalecer a esos israelíes que se oponen a la ocupación, sin llegar a ser anti - israelí o anti-semita. Desde entonces, la Unión Europea ha trabajado duro para cerrar sus puertas a los productos de los colonos y casi nadie la ha acusado de antisemitismo.

Uno de los principales campos de batalla en nuestra pelea para la paz es la opinión pública israelí. La mayoría de los israelíes creen hoy en día que la paz es deseable pero imposible (a causa de los árabes, por supuesto.) Nosotros los debemos convencer no de que esa paz sería buena para Israel, sino que es de modo realista alcanzable.

Cuando el arzobispo preguntó que era lo que nosotros como activistas israelíes por la paz esperábamos, le respondí: “Esperamos que Barack Obama haga público un amplio y detallado plan de paz y que use todo el poder persuasivo de los EE.UU. para convencer a las partes que lo acepten. Esperamos que el mundo entero se agrupe detrás de este empeño. Y esperamos que esto ayude a colocar al movimiento israelí de la paz de nuevo sobre sus pasos y convenza a nuestro público que es tanto posible como útil seguir el camino de la paz con Palestina.”

Nadie que se recree en esta esperanza puede apoyar el llamamiento al boicot a Israel. Quienes llaman al boicot actúan a la desesperada. Y esa es la raíz del asunto.

Neve Gordon y sus compañeros en este esfuerzo han desesperado de los israelíes. Han llegado a la conclusión de que no hay oportunidad de que la opinión pública israelí cambie. Según ellos, ninguna salvación vendrá desde dentro. Hay que ignorar al público israelí y concentrarse en movilizar al mundo contra el Estado de Israel. (Algunos de ellos creen de cualquier modo que el Estado de Israel debería desmantelarse y ser reemplazado por un estado binacional)

Yo no comparto ninguno de los dos puntos de vista, ni el desespero del pueblo israelí, al que pertenezco, ni espero que el mundo se ponga en pie y obligue a Israel a cambiar sus modos en contra de su voluntad. Para que esto sucediera el boicot debe reunir el impulso universal, se le deben unir los Estados Unidos, la economía israelí debe derrumbarse y el espíritu del público israelí debe romperse.

¿Cuánto tiempo llevaría esto? ¿Veinte Años? ¿Cincuenta? ¿Toda la vida?

Temo que este sea un ejemplo de un diagnóstico defectuoso que conduce a un tratamiento defectuoso. Para ser preciso: la suposición equivocada de que el conflicto palestino-israelí se asemeja a la experiencia sudafricana conduce a una elección equivocada de estrategia.

Cierto, la ocupación israelí y el sistema del apartheid sudafricano, seguro que tienen características similares. En Cisjordania, hay carreteras "únicamente para israelíes". Pero la política israelí no lo es en base a teorías de raza, sino a un conflicto nacional. Un pequeño, pero importante ejemplo: en Sudáfrica, un hombre blanco y una mujer negra (o viceversa) no podían casarse, y las relaciones sexuales entre ellos eran un delito. En Israel no hay tal prohibición. Por otra parte, un ciudadano árabe israelí que se casa una mujer árabe de los territorios ocupados (o viceversa) no puede traer a su cónyuge a Israel. La razón: salvaguardar la mayoría judía en Israel. Ambos casos son reprobables, pero básicamente diferentes.

En Sudáfrica había un acuerdo total entre las dos partes sobre la unidad del país. La lucha fue por el régimen. Tanto blancos como negros se consideraban a si mismos sudafricanos y estaban determinados a conservar el país intacto. Los blancos no querían la que partición, y desde luego no podían quererla, porque su economía se basaba en la mano de obra de los negros.

En Israel, los judíos israelíes y los árabes palestinos no tienen nada en común, ni un sentimiento nacional, ni una religión, ni una cultura, ni una lengua. La inmensa mayoría de los judíos quiere un estado judío (o hebreo). La inmensa mayoría de los palestinos quiere un estado Palestino (o Islámico). Israel no depende de los trabajadores palestinos por el contrario, expulsa a los palestinos del lugar de trabajo. Por ello, hay ahora un consenso global que la solución radica en la creación del Estado Palestino, junto a Israel.

En resumen: los dos de conflictos son fundamentalmente diferentes. Por lo tanto, los métodos de lucha también deben ser necesariamente diferentes.

Volviendo al arzobispo, una persona atractiva que es imposible que no guste de inmediato. Él me contó que reza frecuentemente y que su plegaria favorita dice así (la cito de memoria): "Dios amado, cuando estoy equivocado, por favor hazme voluntarioso para ver mi error. Y cuando estoy acertado; por favor hazme tolerante para vivir con ello."

LOS GENERALES DE LA MATANZA, FALSOS PROFETAS DE LA VERDAD

En boca de general mentiroso, hasta el ejército más humanista se hace dudoso

Los informes de transgresiones de soldados de Israel continúan hasta el día de hoy y Tzahal persiste que la única verdad son los reportes de sus voceros oficiales, sin agregar, en general, otras pruebas fidedignas.

“Un alto oficial de Tzahal mintió. Increíble, pobres los oídos que lo escuchan. ¡Mintió!. ¡En Tzahal! ¡Un oficial! ¡Y encima de alto rango! No al enemigo a quien engañarás en la guerra con artimañas. No a las Naciones Unidas, uniformando a soldados con ropa de policías. No a los norteamericanos. Por supuesto, todo eso es permisible. Engañar al no judío, mentirle y embaucarlo es un precepto sagrado. Por el camino recto solo camina el rebaño al degüello. El problema se complicó pues el oficial engañó insolentemente a los altos mandos del ejército y de forma burda, tal que finalmente fue descubierto.” (1)

El agudo comentario del prestigioso analista militar Amir Oren no hace más que poner de relieve la perplejidad y desconcierto que reina en el ejército israelí como consecuencia de la embarazosa situación creada en los últimos meses con motivo de la revelación y difusión de casos en que galardonados generales mintieron a superiores.

Tanto el artículo de Amir Oren como de la mayoría de los analistas militares se concentran en problemas de mando, liderazgo, normas, disciplina y penalización. El debate enfoca primordialmente la disyuntiva entre perdonar a quien los laureles y condecoraciones de un pasado glorioso lo ubican entre los más intrépidos y avispados de los combatientes, o penalizarlo como a un vulgar cadete del curso de oficiales que ante una insignificante falta disciplinaria lo fletan inmediatamente fuera del marco.

Esta visión restringida de los analistas, lo mismo que la del ejército, no llama la atención. En situación de conducir o analizar un conflicto, tantos los unos como los otros dan importancia a los componentes de la estrategia militar: comandos y control, desplazamiento de unidades, municiones, equipamiento, etc. y dejan de lado el importante flanco que hoy en día es la imagen de Israel ante grandes sectores de la opinión pública mundial. A diferencia de los campos de batalla tradicionales, en este frente, para triunfar, los proyectiles no se cargan con pólvora sino con palabras, pruebas, y fundamentalmente, con un alto contenido de veracidad y confianza que se gana con la experiencia y el tiempo.

El comportamiento del vocero del ejército de Israel durante el operativo “Plomo fundido” de principios del corriente año es un fiel ejemplo de ese desdén y falta de consideración. Como se recordará, el masivo ataque israelí produjo una impactante tragedia con cuantiosas víctimas humanas, muchas de ellas civiles no vinculados a los combates. Ya desde el principio el comando israelí impuso una cortina de humo informativa impidiendo todo acceso de periodistas, inclusive israelíes, difundiendo testimonios solo por medio de los voceros autorizados del ejército. Los reportes oficiales acentuaron el alto grado de moralidad y preocupación por la vida humana de los palestinos de parte de los soldados israelíes y que la verdadera culpa de las víctimas se debe atribuir a Hamas debido a que buscaba protección en concentraciones civiles.

Una vez que finalizaron los actos de beligerancia comenzaron a propagarse informes que detallaban horrendas atrocidades atribuidas a fuerzas israelíes citando como fuente diversos medios, inclusive soldados israelíes que participaron en los combates. Tanto las Naciones Unidas como distintos agrupaciones de voluntarios en defensa de los derechos humanos expresaron su intención de constituir comisiones investigadoras a los efectos de obtener una clara imagen de los acontecimientos. La respuesta del comando israelí fue tajante y clara. Desde la prohibición a entrar en Gaza como negando toda cooperación cuando no pudo impedir el ingreso de los investigadores de las Naciones Unidas.

Los informes de transgresiones de soldados de Israel continúan hasta el día de hoy y Tzahal persiste que la única verdad son los reportes de sus voceros oficiales, sin agregar, en general, otras pruebas fidedignas. Esta táctica de información es muy problemática pues al no permitir la transparencia, Israel se arrincona en una esquina en donde al observador externo e independiente solo le queda una de dos posibilidades: creer o no creer al vocero o general israelí.

Está claro que los últimos tropezones de los generales tiran abajo gran parte de los argumentos por los cuales Tzahal demanda que se desacrediten prestigiosas organizaciones internacionales que denuncian reiteradamente las transgresiones del ejército de Israel y se adopte únicamente su versión oficial. Parafraseando a nuestros astutos antepasados, no nos podemos olvidar que: en boca de general mentiroso, hasta el ejército más humanista se hace dudoso.

Si continuamos el mismo camino arrogante, demandando el reconocimiento de la propiedad de la verdad en base a versiones de discutida autenticidad, seguiremos acumulando brillantes victorias en el terreno militar pero estas serán fatalmente derrochadas en humillantes derrotas y fracasos en el marco de la opinión pública mundial trasmitiendo una imagen cada vez más deteriorada y problemática de Israel.

(1): “Es mejor decir la verdad por la patria”, Amir Oren, diario Haaretz (Tel Aviv), 14-8-09.
La fuente: Daniel Kupervaser es el editor del blog Ojalá me equivoque, dedicado a la discusión de los temas centrales de la sociedad israelí.

COORDINACIÓN FEDERAL, ARMA DE LA TRIPLE A

TODO: ¿QUÉ INTERESES SE OCULTAN TRAS EL SILENCIO IMPERATIVO DE CIERTOS GRUPOS DE DERECHOS HUMANOS QUE NO TOCAN EL PERIODO DE LA TRIPLE A, COMO SI FUESE HIERRO CANDENTE? DESDE EZEIZA, CON LOS MATONES CRIMINALES DEL CORONEL OSINDE Y RECLUTADOS POR LA NORMA KENNEDY, QUE DISPARARON SOBRE LA MULTITUD POPULAR QUE FUE A RECIBIR A PERÓN, YA EMPEZÓ A ACTUAR EL CROQUIS DE LA TRIPLE A.
PERO SIGUE EL SILENCIO, SILENCIO TOTAL. ¿QUIÉN IMPONE ESE "LAVARSE LAS MANOS"? ¿ESE MIRAR PARA OTRO LADO? ¿PORQUÉ CALLAN, MADRES, HIJOS Y MUCHAS OTRAS ORGAS DE DDHH? AQUÍ VA UN NUEVO TEXTO... ANDRÉS ALDAO


La historia de Coordinación Federal

Por Carlos Rodríguez

En los años sesenta, pero sobre todo a partir del golpe que en junio de 1966 encabezó el general Juan Carlos Onganía, la Superintendencia de Coordinación Federal pasó a ser el eje de la represión política en el área metropolitana. Si en un acto político o gremial –realizados siempre en la clandestinidad– se escuchaba el grito de advertencia “vienen los de Coordina”, el desbande era inmediato. Coordinación Federal fue contemporánea y luego sucesora, dentro de la Policía Federal, de lo que durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón fue la “Sección Especial”, que funcionaba en la comisaría 8ª, frente al Hospital Ramos Mejía, en General Urquiza al 500, bajo las órdenes del coronel Jorge Osinde. Desde 1974 y sobre todo luego del golpe del 24 de marzo de 1976, Coordinación Federal, en el lúgubre edificio de Moreno 1417, a una cuadra del Departamento Central de Policía, fue uno de los más activos centros clandestinos de detención de la Capital Federal.
“Hacía varios días que percibía que me estaban siguiendo. Eran las tres y media de la mañana cuando me desperté con el ruido de vidrios de las ventanas que se quebraban y vi que estaban empujando la puerta de mi habitación. Me encañonó el comisario (Juan Carlos) Morales. Con él estaban (Alberto) Villar y (Luis) Margaride. Me sacaron a la terraza y la lluvia de puntapiés no terminaba más. Como tenía un taller de reparaciones de radios para hacerme un manguito, ahí mismo agarraron la punta de los cables y me picanearon. Me llevaron a Coordinación Federal y me siguieron picaneando durante dos semanas.” El relato fue hecho a Página/12 en agosto del año pasado por el uruguayo Antonio Viana Acosta, detenido en Buenos Aires el 21 de febrero de 1974. Estuvo tres meses preso y luego fue enviado al Uruguay, donde la dictadura lo tuvo en cautiverio ocho años más. En su detención participaron grupos que pertenecían a la Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA), que lideraba en esos años Julio Yessi, mano derecha de José López Rega en el Ministerio de Bienestar Social de la Nación.
Los métodos de Coordinación Federal fueron acuñados por el comisario Alberto Villar, creador dentro de la policía del cuerpo de Guardia de Infantería. Un grupo encabezado por el propio Villar había estado, en 1969, durante la represión de obreros y dirigentes gremiales que participaron del Cordobazo, en mayo de ese año.
En materia de persecución política, Coordinación Federal ya comenzó a destacarse, junto con la Sección Especial, durante los primeros gobiernos del general Perón. Uno de sus jefes, en ese tiempo, fue el capitán Abel Rodríguez. En la dictadura militar que comenzó en 1976, su jefe más reconocido fue el coronel del Ejército Alejandro Arias Duval. Desde fines de 1975, en el edificio de Moreno 1417, se asentó el Grupo de Tareas 2, que dependía del Comando del Primer Cuerpo de Ejército, a cargo del general Carlos Guillermo Suárez Mason. La “patota” del GT-2 estaba asentada en el tercero y en el cuarto piso del edificio, que hasta hoy mantiene casi sin variantes su antigua estructura.
Los pisos cinco, seis y siete fueron utilizados como centro clandestino de detención. Los detenidos permanecían en condición de “RAF” (en el aire), es decir que sus nombres no figuraban en ninguna nómina legal de personas privadas de su libertad. También existieron muchos casos de prisioneros a los que luego se les dio el “traslado final”, como se llamaba la orden de ejecución sin juicio. Uno de los casos más conocidos fue el ocurrido la noche del 2 de julio de 1976 y en los días sucesivos. Decenas de personas fueron asesinadas a mansalva como represalia por un atentado cometido por la guerrilla contra el edificio de Coordinación Federal.
De ese asesinato en masa fue prueba el libro de entradas de la Morgue Judicial de la Capital Federal, donde en ese mes y año se elevó en forma notoria el número de cadáveres N.N. ingresados. Durante años, el total de entradas era de uno o dos cuerpos N.N. por día. Entre el 3 y el 7 de julio de ese año, el total de cuerpos llegó a 46, casi todos con la misma causa de muerte: “Heridas de bala en cráneo, tórax, abdomen y pelvis, hemorragia interna”. En todos los casos, acompañaba un informe similar: “Hallado junto con otros siete cadáveres en el interior de una playa de estacionamiento en Chacabuco 639, Capital”.
Otros 30 cuerpos aparecieron en otra ocasión en el partido de Pilar. “Uno (de los detenidos) me comentó que la noche anterior al hallazgo de 30 cadáveres en Pilar habían sacado treinta presos de Coordinación Federal” (Legajo 6976 de la ex Conadep).
“Las tres estábamos vendadas y esposadas, fuimos manoseadas durante todo el trayecto y casi durante todo el traslado. La misma persona vuelve a aparecer con alguien que dice ser médico y quiere revisarme, ante lo cual fui nuevamente manoseada sin ningún tipo de revisación médica seria. Estando medio adormecida, no sé cuánto tiempo después, oí que la puerta del calabozo se abría y fui violada por uno de los guardias.” El relato, hecho en su momento ante la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (Conadep), es una muestra del trato que se daba a la mujeres en el centro clandestino de Coordinación Federal.
Patrick Rice, sacerdote católico irlandés que estuvo secuestrado en el mismo lugar, vio que entre las detenidas estaba María del Socorro Alonso, que fue torturada a pesar de que estaba embarazado, lo que le provocó la pérdida del bebé. “Allí me pusieron en una celda y había unos seis presos en el mismo pasillo en otros calabozos, otros cuatro muchachos en una celda grande y otras tantas mujeres en otra celda grande. Había una cruz svástica pintada en la pared del fondo (...) según me comentaron, algunos guardias abusaban de las mujeres allí” (Legajo 6976 de la ex Conadep).
El grupo central de represores que actuó en Coordinación Federal (Morales, Villar, Arias Duval) conjugaba a personeros del peronismo de extrema derecha con altos funcionarios de la dictadura militar. En 1975, antes de ser ministro del Interior de la dictadura, el general Albano Harguindeguy fue jefe de la Policía Federal y como tal, responsable de la formación del GT-2 que funcionó en Coordinación Federal. En los últimos años de la dictadura encabezada por Jorge Rafael Videla, como para tender un manto de olvido, la vieja “Coordina” recibió el nombre edulcorado de Superintendencia de Seguridad Federal, y en democracia pasó a ser Seguridad Metropolitana.