30 septiembre 2008

ISRAEL RECIBE TROPAS DE ESTADOS UNIDOS

TODO; no aprendieron de sus maestros y protectores (Iraq y Afganistán), no aprendieron de las dos aventuras del Líbano. no aprendieron de la derrota ante Nashrala. No olvidan y no aprenden. Si este país ataca a Irán (por el momento no pasa de ser una bravata, la misma que ante el Hizhbala luego de la humillante derrota en 2006, y las amenazas al Hamás, con quien debió acordar una vergonzosa tregua). Pero, si estos aventureros se atreven a atacar a Irán, moriremos en masa. Hay que cortar las manos de los guerreristas antes de que sea demasiado tarde. Andrés Aldao

Más de un centenar de militares que envió Washington se ha desplegado en una base aérea del desierto del Negev para instalar un moderno radar que permite detectar un misil a cuatro mil kilómetros de distancia.

Por Juan Miguel Muñoz * Desde Jerusalén

Ha sido siempre una prioridad para el Estado de Israel gozar de amplio margen de autonomía para embarcarse en una guerra. En el caso de Irán, cuyo programa nuclear suscita inmensa preocupación en el gobierno de Ehud Olmert y en la totalidad de la clase política, tener las manos libres se antoja imposible. Por primera vez en sus sesenta años de historia, Israel ha aceptado la presencia permanente de soldados extranjeros en su territorio. Más de un centenar de militares estadounidenses se ha desplegado en una base aérea del desierto del Negev para instalar un moderno radar que permite la detección temprana del lanzamiento de misiles balísticos.
El sistema, conectado a la red de satélites que EE.UU. gestiona en Europa, hace posible detectar un misil a 4000 kilómetros de distancia y el emplazamiento desde el que se ha disparado. Así, las posibilidades de interceptar un proyectil cuando todavía se halla a gran distancia de Israel aumentarán considerablemente. Evidentemente, la capacidad defensiva del ejército sale reforzada. Cuestión diferente es que se vea disminuida la capacidad de los mandos israelíes para que puedan decidir un bombardeo aéreo por su cuenta.
“La eventual decisión de atacar Irán se adoptará únicamente en Jerusalén”, afirmaba poco antes del verano a este diario un alto funcionario del Ministerio de Exteriores. No parece que la afirmación pueda sostenerse. Según varias fuentes diplomáticas, Israel solicitó a la administración de George W. Bush material bélico –bombas de toneladas para perforar hasta seis metros de hormigón armado y aviones para repostar en vuelo–, además del permiso para utilizar un corredor aéreo sobre Irak, un aspecto crucial para un eventual bombardeo de las instalaciones persas.
La Casa Blanca, enfangada ya en dos guerras, Irak y Afganistán, rechazó la petición. De momento, pretende continuar la vía de la presión diplomática sobre Teherán para que renuncie a sus planes atómicos. Algo improbable, dado que la obtención de capacidad nuclear es un objetivo que concita el apoyo del régimen iraní en bloque y de la gran mayoría de la población.
Ahora, con la presencia de uniformados estadounidenses en suelo israelí, las consultas de Tel Aviv con Washington para aventurarse en un conflicto con Irán serán más necesarias que nunca. Las recientes palabras de Amos Gilad, alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí, suenan más bien como una expresión de fanfarronería. “Somos –aseguró Gilad– un Estado independiente. Tendremos que adoptar nuestras propias decisiones.” Nadie sabe si Israel se embarcará en una aventura militar contra Irán, aunque la derecha la reclama con fervor. Pero algo sí está claro: las negociaciones para desplegar el radar concluyeron en julio y sólo dos meses después ya está siendo instalado.

SOCIALISMO PARA RICOS

Socialismo para ricos

Por Joaquín Estefanía *

La impaciencia por saber si sería aprobado y conocer la letra pequeña del plan de rescate financiero de la administración Bush ha impedido detenerse con la atención debida en la quiebra de la principal caja de ahorros de EE.UU., Washington Mutual (WaMu). Esa quiebra –la mayor de una entidad financiera en la historia norteamericana– supone otro salto cualitativo en la naturaleza de la crisis. ¿Por qué? Porque esta vez ya no se trata de una institución mayorista, como por ejemplo Lehman Brothers, sino que su caída tiene consecuencias sobre los ahorros de decenas, o acaso, centenares de miles de ciudadanos: Main Street, no Wall Street.
WaMu no es un caso más de bancos que desconfían de bancos en el interbancario, sino de ciudadanos afectados en su confianza hacia el funcionamiento del sistema financiero minorista (como el británico Northern Rock, que hubo de ser nacionalizado). Desde el principio de la semana pasada, casi 18.000 millones de dólares fueron retirados de las oficinas de WaMu, generando una espiral de pánico. La intervención de la administración Bush facilitando la compra de WaMu por JP Morgan Chase –evitando cualquier tipo de subasta a la que hubieran podido acceder otros bancos, porque no había tiempo para la misma– ha logrado detener por el momento ese pánico de las ventanillas.
Que la crisis financiera ha traspasado directamente, por primera vez de modo tan nítido, el ámbito de la aristocracia bancaria y ha llegado al conjunto de los ciudadanos lo demuestran las primeras reacciones en la calle contra el plan de rescate de Bush. En las manifestaciones a las puertas de la Bolsa de Nueva York se ha calificado esta solución de ayuda al sector financiero como “socialismo para los ricos, liberalismo para los demás”, tan familiar a los neoliberales, como enseña la historia, en todas las mutaciones de idéntica índole. Los ciudadanos se encuentran inmersos en el clásico dilema del prisionero de la teoría de juegos (William Poundstone, editorial Alianza, 1992), un modelo de conflictos muy frecuente en la sociedad: cada jugador, de modo independiente, trata de aumentar al máximo su ventaja sin importarle el resultado del otro jugador y, sin embargo, ambos jugadores obtendrían un resultado mejor si colaborasen; desafortunadamente para los prisioneros, cada jugador está incentivado por sus propios intereses (en este caso económicos) para defraudar al otro, incluso tras prometerle colaborar. Los ciudadanos se han encontrado en el dilema de apoyar la intervención o la barbarie. Por hacer unas comparaciones cercanas: si el rescate se elevase finalmente hasta un monto total de 700.000 millones de dólares, equivaldrá a vez y medio el costo de la guerra de Irak (sin tener en cuenta los gastos colaterales de la última, estudiados por Stiglitz); la ayuda a Africa, comprometida en la ONU pero no desembolsada por las potencias donantes, será tan sólo una décima parte del monto de esas ayudas al mundo de las finanzas.

De El País de Madrid. .

¿CAPITALISMO ROJO O COMUNISMO DE MERCADO?


TODO; La realidad de la China contemporánea es muy clara: el socialismo, las banderas rojas, el PCCh, el presidium, los congresos y parte del lenguaje son anacronismos que se mantienen en vigencia para disfrazar la dictadura del aparato burocrático del PCCh. China inunda los mercados con sus copias de productos industriales de todo tipo, con una meticulosa política de dumping que arruina las industrias de los países que importan toda su producción industrial: Desde zapatos hasta cámaras fotográficas digitales, ordenadoras, heladeras e incluso partes fundamentales de la industria automotriz. China exporta capitales, invierte con las mismas intenciones y propósitos que el resto del capital financiero internacional. La tonalidad rojiza de su propaganda es un consuelo para nostálgicos de Mao tsé tung, para nostálgicos de la Gran Marcha, de la guerra contra los nacionalistas de Chan Kai sek y la independencia de 1949. Esos recuerdos son sólo postales desvaídas para guardar en el álbum de la melancolía. De aquella pobreza y esfuerzo colectivo (que palpé y conocí en China durante mi visita de tres meses en 1965) sólo ha quedado el recuerdo, la memoria de un gran esfuerzo, un periodo de tremendos sacrificios que ha culminado con sus notables beneficios para una minoría de minorías, y con la realidad de millares y millares de desocupados y hambrientos. Andrés Aldao.

Sally Wang − Asia Times Online

El difunto máximo líder chino Deng Xiaoping dijo a comienzos de la década de los noventa: “Hay mercado en una economía planificada, y existe planificación en una economía de mercado.” Hizo el comentario para silenciar a ideólogos del partido que estaban a punto de lanzar un debate nacional para establecer si sus reformas de economía de mercado concordaban con el socialismo.
Deng simplemente dijo a la nación que no existe una demarcación absoluta entre socialismo y capitalismo y que no debieran perder tiempo buscándola. Pero es poco probable que cuando Deng hizo el comentario se le haya ocurrido que estaba prediciendo eventos como los que se desarrollan actualmente.
China se ha concentrado durante los últimos 30 años en la desnacionalización para convertir su economía socialista en una economía de libre mercado. En este impulso, el gobierno en Beijing obviamente usaba como modelo al sistema económico occidental de libre mercado, liderado por EE.UU. China ha tratado durante 40 años de adaptarse a estándares internacionales, que son establecidos en gran parte por Occidente, de nuevo dirigido por EE.UU., y su ambición de modernización es alcanzar a las principales economías capitalistas, con EE.UU. como el objetivo máximo.
Pero ahora, mientras China se aproxima a una economía de libre mercado, EE.UU. tiene que adoptar más y más medidas “socialistas” para salvar del colapso a sus mercados financieros. Para algunos economistas chinos, el rescate por Washington de las dos compañías de financiamiento de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac, y de American International Group (AIG) es un acto de “nacionalización”. Y el paquete de rescate de 700.000 millones de dólares propuesto por el gobierno de George W Bush es otro paso en esa dirección.
“Las acciones de Washington constituyen una revelación para los creyentes en una economía libre en China, que ahora se dan cuenta de que incluso en una economía de mercado, el gobierno no puede negarse siempre a tocar a la economía, por orientado hacia el mercado que sea,” dijo un investigador de economía en la Academia China de Ciencias Sociales (CASS).
“Por otra parte, las acciones de EE.UU. parecen ofrecer una ‘justificación,’ o excusa para gritar más fuerte, a los que han estado pidiendo que el gobierno chino ‘rescate’ a los mercados en caída de bienes raíces y de la bolsa, sin importar las diferencias en las situaciones en China y en EE.UU.”
Las medidas de rescate en EE.UU., dirigidas por el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, suceden sólo 18 meses después que Paulson advirtiera que China arriesga perder billones de dólares en potencial económico a menos que abra sus mercados de capital.
“Un mercado financiero abierto, competitivo y liberalizado puede asignar efectivamente recursos escasos de un modo que impulsa la estabilidad y la prosperidad mucho mejor que la intervención gubernamental,” dijo Paulson, según Bloomberg, a una audiencia en el Mercado de Futuros de Shangai.
Ahora el gobierno chino enfrenta pedidos del interior para que tome medidas a fin de ayudar a su propio mercado inmobiliario.
Según National Business Daily del 24 de septiembre, la semi-gubernamental Asociación China de Bienes Raíces ha presentado un informe al Consejo de Estado, o gabinete, proponiendo que el gobierno afloje su política restrictiva en el mercado inmobiliario. El vicepresidente de la asociación, Zhu Yizhong, dijo que las propuestas incluyen que se permita a los gobiernos locales que “rescaten” sus mercados de bienes raíces así como que reduzcan el impuesto a transacciones inmobiliarias.
En efecto, la asociación quiere que Beijing “legalice” iniciativas emprendidas por algunos gobiernos locales para detener una caída en los precios de la vivienda en sus localidades, incluyendo subsidios financieros para compradores de casas, dijo el economista de CASS.
Por ejemplo, una política decidida el 4 de septiembre en Xian, capital de la provincia septentrional Shaanxi, estipulaba que del 4 de septiembre al 31 de diciembre de 2009 compradores de apartamentos de menos de 90 metros cuadrados, o apartamentos usados de menos de 144 metros cuadrados, recibirán un subsidio del gobierno municipal de 0,5% a 1,5% del precio total. Para alentar a los constructores para que inicien la construcción de proyectos habitacionales, el gobierno también promete eliminar algunos gravámenes.
Muchas otras ciudades, incluidas Xiamen, Nanjing, Changsha y Chengdu, han lanzado políticas similares este año para estimular los flojos mercados locales de bienes raíces.
El gobierno municipal de Xiamen en la provincia Fujian anunció que los compradores de departamentos entre 70 y 80 metros cuadrados, recibirán hukou o residencia permanente en Xiamen para hasta dos personas.
Esas ciudades han lanzado las medidas de rescate no porque haya fuertes caídas en los precios de la vivienda sino por una caída en la venta de viviendas.
Los precios de viviendas en 35 ciudades aumentaron un 8% anual en el segundo trimestre, menos que el 9,8% en el período entre enero y marzo, según la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y el Buró Nacional de Estadística, sugiriendo que los esfuerzos de Beijing del año pasado por frenar los préstamos y los precios tienen efecto.
En Xian, los precios de viviendas aumentaron un 20,8% en el segundo trimestre, pero las transacciones bajaron un 20% según el área útil. Los precios de casas en Xiamen fueron los terceros por su nivel entre las 35 ciudades – a un promedio de unos 7.000 yuanes (1.000 dólares) por metro cuadrado. Pero las ventas disminuyeron un 64%.
Por lo tanto, sus medidas de rescate han provocado intensas críticas. Los críticos dicen que los gobiernos de las ciudades están desafiando la política de Beijing sólo para mantener los precios de la vivienda a un nivel elevado a fin de poder obtener más fondos de las ventas de terrenos, que se han convertido en una fuente cada vez más importante de sus ingresos fiscales.
Una encuesta en línea de Xinhua.net indicó que casi un 90% de los encuestados creen que las políticas de subsidio del gobierno local no son justificables.
Como defensa, Xiao Zhengguang, vicesecretario general del gobierno municipal de Xian, dijo que el gobierno tiene la responsabilidad de solucionar problemas enfrentados por la industria inmobiliaria ya que esa industria es un pilar de la economía nacional.
Numerosos analistas dicen que la intención oculta tras las políticas de los gobiernos locales de fortalecer las ventas de viviendas también es promover el crecimiento del producto interior bruto local, aparte de aumentar sus ingresos fiscales.
“La situación es muy diferente de la de EE.UU. Los precios de casas en China siguen siendo altos y [la vivienda privada] no es asequible para los asalariados promedio. Además, no ha habido una fuerte baja de los precios de casas que pudiera amenazar a la industria financiera. Así que no hay motivos para una intervención del gobierno,” dijo el economista de CASS.
“Esos gobiernos municipales y urbanizadores juegan con Beijing para velar por sus propios intereses. Hay que meter en cintura a esos gobiernos locales ya que sus políticas se oponen a las de Beijing.”
Li Daokui, director del centro de investigación económica china y mundial en la Universidad Tsinghwa, dijo que es injusto utilizar dineros públicos para subvencionar a compradores de viviendas. También cuestionó las medidas locales para ayudar a urbanizadores. “Al dar subsidios a urbanizadores, deberían considerar que se les exija que bajen los precios de las viviendas.”
Li sugiere que el subsidio debiera ser dado a compradores de su primer apartamento, en lugar de hacerlo con todos los compradores. Los compradores de su primera casa son personas que realmente la necesitan, dijo.
Chen Hewu, investigador de economía en el Centro de Certificación de China, criticó al gobierno local por apuntalar el mercado de bienes raíces dando subsidios cuando los precios de viviendas siguen estando a un nivel intolerable.
El precio razonable de vivienda internacionalmente reconocido es de tres a seis veces el ingreso anual de una persona. En China, la ratio del precio de viviendas respecto al ingreso anual de un asalariado promedio es de 15 a 20 veces o aún más.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

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Sally Wang es periodista, basada en Shenzhen, China
(Copyright 2008 Asia Times Online (Holdings) Ltd.)
http://www.atimes.com/atimes/China_Business/JI27Cb01.html

LOS TALIBANES DE ISRAEL


Mujeres israelíes denuncian crecientes amenazas de los grupos ultraortodoxos, fundamentalistas religiosos que consideran más importante seguir su propia interpretación de los preceptos divinos que acatar las leyes israelíes, y que han creado ‘patrullas del recato’ para hostigar a las mujeres que no viven de acuerdo con sus normas morales.

Por Jonathan Cook

Sobre el muro de una bulliciosa calle se lee la siguiente pintada en hebreo: “moda = promiscuidad”. Para las mujeres en algunas comunidades israelíes esta idea no es simplemente un fatuo graffiti, sino una advertencia que, cada vez con más frecuencia, va acompañada de amenazas de violencia física.
Los judíos ultraortodoxos de Israel, fundamentalistas religiosos que consideran más importante seguir su propia interpretación de los preceptos divinos que acatar las leyes israelíes, prefieren vivir en barrios y poblados apartados, casi siempre cerca de los lugares sagrados de Jerusalén.
Conocidos localmente como haredim (literalmente, “temerosos de Dios”), constituyen la comunidad de más rápido crecimiento en Israel y ya conforman una décima parte de la población. Se reconoce a los hombres por el atuendo: un uniforme de sombrero o casquete negro, camisa blanca y traje negro que data de las raíces ancestrales de la comunidad proveniente de Europa del Este.
Pero ante lo que consideran la amenaza de la cultura moderna, algunos grupos de haredim exigen el cumplimiento más riguroso de la halajá o normativa religiosa judía. Varios grupos de hombres ultraortodoxos se han convertido en escuadrones de vigilancia con la etiqueta “patrullas del recato”; su principal blanco son las mujeres haredi cuya conducta encuentran inapropiada.
El número de notas sobre mujeres atacadas en las calles o en sus casas se multiplica constantemente en los medios locales.
En un caso ampliamente difundido en el verano y que se atribuye a miembros de una patrulla del recato, se arrojó ácido al rostro de una joven de 14 años de Upper Beitar, colonia ultraortodoxa en Cisjordania, al sur de Jerusalén.
La joven le dijo a uno de los paramédicos que había recibido amenazas constantes antes de que se consumara la agresión. Según los medios, llevaba pantalones holgados cuando fue atacada.
Varios rabinos han calificado a las mujeres que usan pantalones de impúdicas. Shlomi Aviner, uno de los rabinos más prominentes, sentenció el mes pasado: “En general, una mujer siempre debe llevar ropas recatadas, incluso cuando se encuentra sola y en la oscuridad”.
Elhanan Buzaglo, ultraortodoxo, fue acusado la semana pasada al ser sospechoso de irrumpir, con seis cómplices, en el hogar de una mujer armados con un bate y gas lacrimógeno en un barrio ultraortodoxo de Jerusalén. La mujer, divorciada de un haredi, fue golpeada y amenazada de muerte a menos que abandonara la zona.
Según las acusaciones: “El demandado y las otras personas empujaron a la demandante, la arrojaron al suelo, la golpearon, azotaron su cabeza contra el suelo y patearon todo su cuerpo”.
Muy pronto vieron la luz otras demandas en contra de Buzaglo, entre ellas un intento de arrollar a una joven con su auto.
Inat Horvi, del Centro de Acción Religiosa, vinculado al movimiento liberal de judaísmo reformista, señaló que probablemente las patrullas del recato han formado parte de la vida haredi desde hace décadas.
Sin embargo, añadió que el extremismo religioso muestra una tendencia creciente entre los grupos ultraortodoxos y, de manera general, en la sociedad israelí. “Las mujeres mayores ultraortodoxas denuncian que sus hijas no pueden vestir el tipo de ropas que ellas mismas usaron a su edad”, afirmó.
Dijo que en la mayoría de las comunidades haredi los hombres y las mujeres permanecen estrictamente separados en público, e incluso hay segregación marcada en tiendas y aceras.
Además, las patrullas del recato han lanzado una campaña en contra de los reproductores MP3, amenazan a los dueños de las tiendas que los ofrecen y, en algunos casos, las han quemado.
No todas las comunidades están tomando con tranquilidad esta creciente ola de “vigilancia”. En Beit Shemesh, un poblado al oeste de Jerusalén cuya población mixta está conformada por judíos ortodoxos menos estrictos y por haredim, 1.500 personas protestaron en contra de las patrullas del recato a fines del año pasado, y exigieron medidas a la policía y las autoridades municipales.
La manifestación se produjo después de dos incidentes con las patrullas. En el primer caso, cinco varones ultraortodoxos atacaron a un hombre y a una mujer por sentarse juntos a bordo de un autobús; en el segundo, una familia fue amenazada porque desde la calle alcanzaba a verse la pantalla de su televisor. Varias mujeres han denunciado advertencias de no salir a trotar por la ciudad.
El campo de batalla clave de las patrullas del recato ha sido la segregación de hombres y mujeres en autobuses públicos, conocidos como líneas mehadrin o “kosher”. Las patrullas del recato insisten en que las mujeres ocupen únicamente los asientos posteriores de los autobuses.
El Centro de Acción Religiosa ha presentado una demanda ante la Corte Suprema para que se obligue a Egged, la empresa nacional de autobuses, y al Ministerio de Transporte a poner fin a su cooperación oficial en 30 rutas donde se observan estas prácticas. Muchas otras rutas tienen prácticas de segregación informal, cuyo cumplimiento queda en manos de los propios pasajeros ultraortodoxos.
“En principio, no cuestionamos el derecho de los haredim de solicitar autobuses segregados dentro de sus comunidades”, señaló Inat Horvi. “Nuestra demanda está diseñada para impedir que Egged y el Ministerio de Transporte sigan usando recursos públicos para hacer cumplir la segregación en servicios abiertos al público en general”.
Los funcionarios del Ministerio se han lavado las manos con el pretexto de que, según ellos, las líneas mehadrin son resultado de acuerdos establecidos entre Egged y los haredim. No obstante, la corte ha ordenado que tanto Egged como el Ministerio de Transporte respondan a la demanda antes de que termine el mes.
Inat Horvi afirmó que en años recientes un creciente número de rutas de autobús entre las ciudades más importantes se ha sumado a la segregación a partir de las exigencias de los pasajeros ultraortodoxos, aunque ninguno lleva un letrero que así lo indique.
“La gente de Egged ha cedido porque saben que la convicción de los haredim es tan sólida que dejarán de usar los servicios y crearán sus propias líneas de autobuses aunque no estén autorizadas. Saben, también, que en la mayoría de los casos el público que no es haredi no tiene opción: tienen que seguir usando las líneas, aun cuando haya segregación”.
Una docena de mujeres que han sido víctimas de amenazas o golpizas son partes en la demanda judicial. Una de ellas, Naomi Ragen, escritora de 58 años, se refiere a las rutas segregadas como “líneas talibán”.
Hanna Pasternak, judía ortodoxa y feminista de 58 años, dijo haber sufrido una serie de confrontaciones humillantes con varones ultraortodoxos cuando ha decidido sentarse en la parte delantera del autobús.
“En una ocasión, un hombre exigió que me sentara en la parte de atrás, pero me negué a hacerlo”, comentó. “El viaje duró una hora y él no dejó de gritarme ni un minuto. Me insultó, me dijo de todo”.
Después se dirigió al resto de los varones y les habló en yiddish, la lengua de los judíos mayores de Europa Central. “No se dio cuenta de que yo entendía todas y cada una de sus palabras; lo oí decir que los hombres harían bien en averiguar dónde vivía para darme una lección. Me bajé del autobús aterrada”.
No todos los rabinos están de acuerdo con el nuevo énfasis en el recato.
Israel Rosen, rabino y líder de colonos, criticó la tradición haredi de omitir los nombres femeninos de los periódicos y las invitaciones: “¿Acaso no hay una relación psicológica entre la hipocresía de ocultar un nombre y ocultar un rostro debajo de un velo estilo talibán?”

La fuente: El autor es periodista del diario The National (Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos). La traducción del inglés pertenece a Atenea Acevedo para Tlaxcala, la red de traductores para la diversidad.