19 enero 2008

EE.UU. SE EMPEÑA EN “CUIDAR” A AFRICA


La instalación de un comando militar centralizado, prevista para septiembre próximo, surge a la luz del fenómeno del terrorismo y a la sombra del descubrimiento de petróleo. Todo parece indicar que el país que no sea objeto de compra, estará sujeto a bombardeo.


Por Fernando Casares

Objeto. Sujeto. Si no eres objeto, serás sujeto. Pero si eres sujeto, serás un objetivo. Presenciamos así la objetivación del sujeto, su transformación en mercancía.

El tío italiano de Pablo Giussani*, un emprendedor industrial y ocasionalmente aventurero, describía con lujo de detalles una curiosa práctica y costumbre de una tribu amazónica, vivencia de uno de sus viajes a ese gigantesco pulmón planetario. En ella relataba cómo los miembros de esta tribu reaccionaban ante la crecida del río. Cogían palos y se dirigían rápidamente a los establos donde residían los animales, para acto seguido apalearlos brutalmente -sobre todo a los cerdos- que como consecuencia de dicha golpiza chillaban aguda y estruendosamente evidenciando su dolor. Luego explicarían esta práctica animista, alegando que los gritos de los animales cumplían la función de ahuyentar a los espíritus malignos que habían poseído al río, ocasionando dicha crecida.

Cuando me dicen que el Africom es el comando norteamericano en África y que con toda su parafernalia logística, militar y económica tendrá en este continente su megabase a partir de septiembre de 2008, entre otras cosas, para proteger al continente y combatir el terrorismo global, recuerdo esta práctica animista de la tribu amazónica, pero con una ligera diferencia, en donde el río que desborda es el petróleo, los nativos de esta tribu son los marines y los pobres animales apaleados los africanos. Puede que esto sea una grosera analogía, que otros actores intervengan en este ritual ensordecedor y violento, mas no por ser grosera es menos cierta.

El general William Wards, veterano de la operación de Somalia y quien fuera segundo en el Eucom –comando norteamericano en Europa- bajo mando del general James Jones, otro veterano pero de Vietnam, es el comandante jefe de este gigantesco comando militar, designado por el propio presidente Bush en septiembre de 2007. Gente de acción.

Sin embargo, no todos son militares. El comandante adjunto es una mujer civil y política, casualmente la señora embajadora de Estados Unidos en Argel, Mary Carlin Yates, esposa del señor Yates, quien tuviera un destacado papel en el polvorín de Irak. Lo que hace de Argelia un país pivote, ya no solo desde el punto de vista comercial sino también desde una óptica geoestratégica y diplomática en esta nueva configuración africana que pretenden armar a la luz de la lucha contra el terrorismo y a la sombra del petróleo.

Un actor clave para entender Africom es China. El país de Confucio y de Mao es hoy el mayor inversor en toda África y casi el 30% del petróleo que consume viene de este continente. Ofrece a su vez préstamos sin intereses ni garantías, para construir caminos, escuelas, hospitales, a países con endeudamientos altísimos. Aportó más de 8.000 millones de dólares a Angola, Nigeria y Mozambique en 2006, cuando el Banco Mundial solo aportó 2.300 millones a toda el África subsahariana. La Compañía Nacional de Petróleos de China -CNPC- cerró acuerdos con Nigeria y Sudáfrica para la creación de un consorcio que explote un yacimiento submarino en Nigeria, país con las mayores reservas probadas de África, y ostenta el 45% de sus acciones, mientras le asegura otros 175.000 barriles diarios. Y por si esto fuera poco, China posee una cantidad considerable de la deuda externa norteamericana y unas reservas en dólares que de un momento a otro las empieza a diversificar en otras divisas.

A mediados de 2006, Donald Rumfeld formó un grupo de estudio para la creación de un comando militar unificado en África. A principios de diciembre, el presidente Bush autorizó su creación, mientras que el US África Command fue anunciado definitivamente el pasado 6 de febrero de 2007 por el secretario de Defensa, Robert Gates, casualmente días después de una gira sobre 8 países de África del presidente chino Hu Jintao.

Todo este engranaje parece estar ligado a políticas que se arrastran desde la administración de Carter -que definía al petróleo del Golfo Pérsico como de interés vital para Estados Unidos y que emplearía cualquier medio, incluyendo la fuerza militar, para proteger ese flujo de intereses hostiles- pasando por el Informe del Nuevo Siglo Americano –completo dossier cuyas bases filosóficas se la deben a Leo Strauss y en el que los republicanos dan rienda suelta a las ambiciones y hegemonía de Estados Unidos durante el siglo XXI- hasta llegar a la Doctrina del 1% de Dick Cheney, que no es ni mas ni menos que la de la guerra preventiva.

Se estima que en 10 años el 25% del petróleo que consume Estados Unidos provendrá de África. En el primer semestre del 2007, el Ministerio de Energía de los Estados Unidos informó que actualmente se importa más petróleo de África que de Arabia Saudita. Tanto es así que el ex general James Jones, que citáramos anteriormente, habría afirmado desde su comando en Europa que gracias a su abundancia en recursos naturales, África sería el próximo frente de la lucha contra el terrorismo.

¿Y en qué pensamos cuando los americanos nos hablan de terrorismo? O mejor dicho: ¿Qué imágenes vienen a nuestra mente cuando ellos hablan de terrorismo?

En Argelia, los norteamericanos han construido el Centro de Estudios y de Investigación sobre el Terrorismo, que se completará con una base de escucha electrónica de comunicaciones situada en las cercanías de Tamanrasset –ciudad que hace pocos días visitara el presidente Bouteflika dentro del marco de inversiones y desarrollo de la región del sur argelino y concretamente de una obra titanesca que transportará 1 millón de metros cúbicos de agua subterránea a esa región olvidada-. Por su situación geográfica, la zona meridional de Argelia se encuentra en el epicentro de toda la región del Sahel, primordial para los norteamericanos.

En marzo de 2007, el canciller argelino, Mohamed Bedjaoui, expresó en una entrevista que su país no permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras en su suelo, porque esa práctica es incompatible con su soberanía e independencia. Un mes después ocurría la tragedia. El 11 de abril.

Pero Argelia no es el único país que se niega a albergar una base militar norteamericana en su suelo; es una más dentro de un coro de países que a viva voz rechazan esa posibilidad y entre los que se encuentran con mayor fuerza y contundencia Sudáfrica, Nigeria y Libia.

El martes 15 del corriente tuvo lugar una videoconferencia en la embajada de los Estados Unidos en Argel, para informar acerca del Africom. Lamentablemente, se vio truncada por una alarma de incendios proveniente del segundo piso del bunker estadounidense, en momentos en los que las preguntas del periodismo hacían referencia a Al Qaeda en el Magreb y la desestabilización en Irak, a cuyo pánico siguió el desalojo completo del recinto. Quedó un sabor agridulce, ya que luego no pudo reconectarse la embajadora, desde París-. Una lástima.

Pero desde la telepantalla nos dejó algunas afirmaciones.

“No habrá nuevas bases ni aumento de tropas norteamericanas sobre el continente africano”.

“No tenemos ninguna intención de establecer una base y tropas en Argelia”.

“El gobierno norteamericano ofrece su experiencia y su ayuda a los países africanos para que ellos mismos asuman su propia seguridad”.

“Somos sensibles a la posición de Níger y de Argelia de rechazar la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio”, en clara alusión a bases francesas.

También declaró que sobre 9.000 millones de dólares consagrados a África, 250 millones estaban destinados al sector militar, es decir, menos de un 3% del total. Aunque si esto fuera tan así, no entendemos la próxima afirmación.

“Llegar a la democracia no es tarea del Africom, es solo cooperación entre militares para luchar contra el terrorismo”. Entonces, ¿A dónde va el 97% restante del dinero?

“Vamos a seguir asistiendo a los países para luchar contra el terrorismo”.

Según la embajadora, la creación de Al Qaeda en el Magreb Islámico y el Africom es pura coincidencia.

Hablando de su experiencia en Ghana como embajadora, comentó que varios imames le habían pedido ayuda para mejorar la salud y la educación de la población musulmana, manera de introducir una dimensión humanitaria de la mano del Africom. Ella dirige los proyectos y programas de ayuda humanitaria, de salud, contra las minas, de respuesta a las catástrofes naturales y reforma del sector de la seguridad.

Por lo pronto, y ante el rotundo rechazo de África que parece más unida que nunca, el Cuartel General del Africom deberá seguir esperando otros vientos y anclado en Europa (Alemania) ante esta reticencia unánime de los países africanos a dejar asentar bases norteamericanas en su propio territorio.

La pregunta es: ¿A quién le creemos, al segundo del Africom, al que fuera jefe del actual jefe James Jones? ¿A la doctrina Carter?

En la web oficial del Departamento de Defensa estadounidense, con la firma del United States Africa Command, una oferta de empleo llama la atención.

“Si usted busca una nueva oportunidad para su carrera, nosotros lo invitamos a unirse a un equipo histórico. Una estancia en el Africom le ofrecerá la posibilidad de enriquecer su currículum profesional. Africom es su oportunidad de cambio para trabajar en una organización eficaz e imaginativa. Africom, un nuevo estilo de mando”.

Cuando menciona “estancia” no puedo dejar de imaginarme un placentero viaje ofrecido por una agencia de turismo y tiempo compartido. Curiosidades de la mercadotecnia norteamericana. Solo espero que no sea a ese paraje del Amazonas que describiera el tío de Pablo Giussani.

La fuente: El autor es un periodista argentino-español residente en Argel.

* Pablo Giussani, periodista fallecido hace largos años, con quien fuimos compañeros de redacción de LA VANGUARDIA ROJA, junto a Alexis Latendorf y Ricardo Monner Sanz (A.A.)

ISRAEL DESTRUYE EL MINISTERIO DEL INTERIOR DE HAMÁS EN GAZA


El Ejército bloquea la franja y deja a los palestinos sin ayuda humanitaria

LUIS JIMÉNEZ - Jerusalén - 19/01/2008

En plena escalada de las hostilidades en Gaza, un misil de la Fuerza Aérea israelí redujo ayer a escombros las cuatro plantas deshabitadas del edificio que hasta hace unos meses había servido como Ministerio del Interior del Gobierno de facto que ejerce el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás). Un portavoz militar israelí alegó que era un "fuerte" de los islamistas.

Según fuentes del hospital de Shiffa, una mujer murió y resultaron heridos 30 de los asistentes a una boda que se celebraba junto al edificio atacado desde un avión sin piloto, operado por control remoto. Ya son 50 los palestinos muertos y cerca de un centenar los heridos desde que el martes pasado comenzó la actual escalada de violencia.
El bombardeo del ministerio palestino parece una nueva vuelta de tuerca en la agresión de Israel a Gaza. "En la guerra como en la guerra", dicen los israelíes. Tras el ataque hubo una nueva reducción en el suministro de combustible, que paga la Unión Europea, y se cerró el paso fronterizo entre Israel y Gaza. El cierre afecta, entre otros, a la ayuda humanitaria que los organismos internacionales, entre ellos la ONU, prestan a la "prisión más grande del mundo", con un millón y medio de habitantes, como suelen llamar los palestinos a su terruño, en el que nadie sale y nadie entra.
De momento se desconoce si el Ejército permitirá salir a enfermos graves que reciben atención médica en hospitales de Israel, o en países árabes vecinos.
Las decisiones las tomó el ministro de Defensa y líder laborista israelí, Ehud Barak, en respuesta a los ataques palestinos, que en las últimas 48 horas lanzaron más de 140 proyectiles de mortero contra las localidades del sur de Israel vecinas de la franja de Gaza. En un caso causaron un incendio en un invernadero, y en otro dieron en un jardín de infancia aunque, por estar protegido, no causó víctimas entre los niños.
Barak, según analistas israelíes, cree que esas medidas drásticas y la intensificación de las operaciones militares, sin llegar a una invasión masiva de Gaza, "harán entrar en razón a los terroristas". Pero los milicianos de Hamás están convencidos de que Barak "tirará la toalla" y pedirá el alto el fuego cuando advierta que no se rinden y siguen disparando sus cohetes y sus morteros.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, sigue la guerra desde lejos, desde la Mukata de Ramala, en Cisjordania, pues Hamás lo expulsó de Gaza. Y de vez en cuando condena duramente las incursiones del Ejército israelí. Abbas tiene otra estrategia: cree que los islamistas, sus enemigos, perderán su fiereza cuando él consiga un Estado palestino independiente si prospera el proceso de paz.

Ni los muertos pueden descansar en paz



JAVIER ESPINOSA

GAZA.- Ahmed Abed se mostraba particularmente entusiasmado el jueves tras regresar al cementerio de Sheij Raduan, en pleno centro de la ciudad de Gaza. Había conseguido convencer a uno de sus amigos para que le regalara unas losas de cemento que usaba en su domicilio como bancos.
A metros de allí, su compañero de trabajo, Ausam Tafish intentaba aleccionar a los palestinos que le ayudaban en la tumba como colocar los ladrillos sin cemento. "Hay que mojar bien la arena con agua y apretarlos mucho", decía. "Nos estamos quedando también sin ladrillos así que ya hemos pensado que cuando se acaben empezaremos a desmontar los muros del cementerio", explicó.
Tafish, que lleva 20 años trabajando como sepulturero, reconoce que desde que el cemento se acabó en Gaza hace seis meses han tenido que recurrir al ingenio para continuar con su cometido.
"Descubrimos que una fábrica de mosaicos tenía almacenados escalones de escaleras y también los usamos ahora para las tumbas. El problema es que la carestía ha disparado el precio incluso de los escalones. Si antes costaban 10 shekels (2 euros) ahora son 50 (10 euros). Otras veces arrancamos trozos de casas abandonadas. Esta placa por ejemplo es de una cocina. El resultado final es que si antes construir una sepultura costaba 400 shekes (80 euros) ahora cuesta 700 (140 euros)", dice.
Sheik Raduan no es un caso aislado. En todos los cementerios consultados se registra la misma problemática. En el camposanto de Beit Lahia están empleando baldosas de las calles y ya se plantean acudir a las coberturas de zinc o de madera.
"Pero sabemos que con el tiempo se deterioran y los despojos se quedarán al aire", indica Salahadin Ayub, el responsable del recinto.
Bloqueo a la economía palestina
La carencia de materiales básicos para el rito funerario, una tradición especialmente simbólica en el mundo musulmán, fue denunciada el miércoles por el ministro de Salud del gobierno de Gaza, Basin Naim. El origen de la crisis se encuentra en el asfixiante asedio que ha impuesto Israel a la franja palestina y que entre otras muchas cosas impide el paso de cemento y textiles.
El viernes un portavoz de la Agencias de Ayuda a los Refugiados Palestinos de Naciones Unidas (Urnwa), Christopher Gunness, ratificó la significación de esta visicitud que ni siquiera respeta a los fallecidos.
"No hay cemento para construir tumbas. Los hospitales están repartiendo sábanas porque no se encuentra sudarios. Incluso en la muerte, los palestinos se ven afectados por el bloqueo", señaló.

A diferencia de la tradición cristiana, los musulmanes no recurren a féretros para enterrar a sus muertos pero en Gaza sí construyen sepulturas excavadas en la arena que acotan con ladrillos y después recubren con cemento en el estilo del cristianismo.
La religión musulmana otorga una especial solemnidad a todo el rito funerario que sigue parámetros similares en toda la región. El cadáver se lava primero de forma minuciosa en un proceso que se denomina "takfeen" y después se envuelve en una mortaja llamada "Kafan", a ser posible confeccionada con algodón. El cuerpo se coloca siempre en la sepultura con la cabeza mirando hacia la Meca.
"En Gaza les atamos las piernas con un lazo. Le pasamos otro lazo por la cintura y un tercero que une las piernas con la cabeza y que envuelve todo el cadáver. Cualquier persona con conocimientos islámicos lo puede hacer y por supuesto no se cobra como en Europa por estas cosas", aclara Muain Abu Okal, un licenciado en Estudios Islámicos, miembro de Hamas y dedicado desde hace 10 años al menester de adecentar los cuerpos antes de enterrarlos.
Okal también admite que el cerco israelí le ha obligado a usar cualquier tipo de cobertura textil disponible para envolver los restos humanos, a falta de mortajas que se acabaron hace ya meses. "Lavé el último cuerpo la última semana y tuvimos que utilizar unas sábanas de la familia del difunto. Hay gente que están aprovechando cortinas o ropa usada, que lavan y reciclan como sudarios. De momento seguimos acudiendo al color blanco pero si se acaba utilizaremos negro, amarillo o lo que sea", manifiesta.
"El Islam exige que le otorguemos un gran respeto a los muertos pero me temo que si esto sigue así terminaremos enterrándolos en la arena, sin cubrir ni nada, como a los animales", añade.
La reciente escalada militar a la que asiste el territorio palestino también ha descubierto una nueva problemática para sepultureros y expertos en el rito funerario. La práctica local permitía que los combatientes caídos en la lucha contra las tropas israelíes fueran enterrados sin "kafan", ataviados con su propia ropa.
"Pero los cohetes israelíes los dejan en pedazos así que tenemos que envolverlos en algo para recoger los trozos. Es terrible porque al final todo termina empapado en sangre", acota.

CRÓNICA DE LA MISERIA EN BEIT LAHIYA

55 euros al mes para 66 personas: El cierre de la frontera entre Israel y la franja de Gaza paraliza la economía y sumerge a la población en la pobreza.

Por Eugenio García Gascón

La sala es grande, de tal vez diez por cinco metros, y exhibe como única decoración una pequeña fotografía de un mártir que cuelga sin perspectiva de una de las paredes. Es un joven de unos 20 años a quien los soldados israelíes mataron en 2001, poco después de que se iniciara la segunda intifada. El joven es el sobrino de Um Basam, una mujer palestina de 58 años que debe atender a las 66 personas de su familia que viven en la casa.

El suelo está cubierto de viejas esteras de colores, rotas o incompletas, de modo que antes de entrar en la sala, en la planta baja de un edificio de cuatro pisos, hay que descalzarse. Después, uno se sienta en colchonetas raídas que se han extendido en el suelo y que por la noche sirven de camas.

La familia de Um Basam, como la familia de su marido Kamal al-Taransa, de 60 años, son oriundas de un pequeño pueblo que estaba situado justo al norte de la ciudad israelí de Ashkelon, de donde fueron expulsados por los judíos en 1948.

Los Al-Taransa construyeron este edificio con lo que ganaron el padre y los hijos en tiempos mejores, cuando varios miembros de la familia estaban empleados en el sector de la construcción en Israel. Entonces había días en que cada hijo regresaba a Beit Lahiya, un pueblo al norte de Gaza, con 300 shekels, unos 50 euros. Así pudieron añadir un piso a otro hasta llegar a cuatro. Luego vino lo que vino y tuvieron que renunciar a seguir edificando la casa.

Ahora, la situación de la familia es penosa. No trabaja ninguno de los hijos, que son nueve, además de cuatro hijas. Durante todo el día vagan de un lugar a otro, salen y entran en la casa sin ningún negocio entre manos, y ven pasar el tiempo que día a día los convierte en más pobres.

Vivir de la ayuda

"Lo único que recibimos es una pequeña subvención del Ministerio de Asuntos Sociales. Con eso debemos pasar el mes. En realidad vivimos de la ayuda de parientes y vecinos", explica Um Basam.

Um Basam se casó a los 14 años. Entonces no existían métodos anticonceptivos y Um Basam trajo al mundo 13 hijos. Desde que se casó ha vivido momentos buenos y malos, confiesa, pero ninguno peor que el actual. En todo el mes noviembre la suma total del dinero que entró en la casa es el equivalente a 55 euros, una cantidad insuficiente para alimentar a las 66 personas que, entre hijos, nietos y otros parientes, forman su familia."En Gaza no hay trabajo", explica Zuher, el tercer hijo de Um Basam. "La construcción se ha parado completamente a causa del embargo. Israel no permite que entre cemento ni materiales de obra, así que el caso de nuestra familia no es excepcional".

"La situación empezó a torcerse hace dos años, cuando Hamás venció en las elecciones palestinas", dice Zuher. "Los israelíes comenzaron a ponernos problemas y no dejaban entrar a casi nadie".

Hamás controla desde hace siete meses la franja de Gaza, donde arrebató el poder al partido Al Fatah de Mahmoud Abbás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina."Cuando Hamas tomó la franja de Gaza, los israelíes cerraron completamente la frontera, y ahora nadie puede entrar o salir", continúa Zuher.

Um Basam saca de su bolso papeles que son recibos de las tiendas del barrio. Recibos de la panadería y del colmado, donde poco a poco la familia Al-Taransa ha ido acumulando deudas que espera pagar algún día, cuando lleguen mejores tiempos.

"En Gaza sólo los funcionarios de Hamás o de Al-Fatah cobran salarios. El resto de la gente no tiene trabajo. Están como nosotros, viviendo de las ayudas de otras familias que tienen más recursos", cuenta Zuher.

Toda la familia Al-Taransa vive junta en el mismo edificio, lo habitual entre las familias palestinas. Se ayudan unos a otros y comparten el poco dinero que entra en la casa o la subvención del Ministerio.

Ni dulces ni tradiciones

Los niños de la familia acuden a una escuela regentada por la UNRWA, que es una agencia de la Naciones Unidas que atiende a las necesidades más urgentes de los refugiados palestinos. La escuela es gratuita.

Hace unos días, los musulmanes celebraron la fiesta de Aid al-Adha, la fiesta del Sacrificio, que conmemora la historia bíblica de Abraham e Isaac. Es tradición que las familias musulmanas se visiten unas en esta fecha, pero la familia Al-Taransa no vistió a nadie. "La costumbre es llevar dulces y regalos a las casas que se visitan, pero nosotros no tenemos dinero para dulces", se lamenta Um Basam.

"No perdemos de la esperanza de que Hamas y Al-Fatah hagan las paces", añade la mujer. "Si lo consiguen mejorará mucho la situación de todas las familias que, como nosotros, no tienen nada que comer".

La fuente: Diario Público (Madrid).

Muere Bobby Fischer


Bobby Fischer.

MADRID.- Campeón del mundo de ajedrez en 1972 y 1975, Bobby Fischer falleció a la edad de 64 años según informa la radio nacional islandesa citando a su amigo Garder Sverrisson: "Murió ayer [jueves] a consecuencia de una enfermedad".
De origen alemán, Robert James Fischer nació en 1943 en Chicago. Sus padres se divorciaron cuando él apenas contaba dos años, a lo que se achacan muchos de sus problemas psicológicos de la actualidad. A pesar de que aprendió a jugar gracias a las instrucciones de un pequeño juego que le regaló su hermana para que se entretuviese cuando le dejaban solo, su aprendizaje fue tan rápido que a los 12 años todos los rivales se le quedaban pequeños.
Primero en el Erasmus Hall High School de Brooklin y después bajo los auspicios de John W. Collins, maestro de otras grandes figuras y a la postre la figura paterna de la vida de Fischer, el joven se forjó una fama de niño problemático y adolescente prodigio. Un prestigio al que no defraudó al ganar el campeonato de Estados Unidos en 1957 a la edad de 14 años.
Con 15 años de convirtió el Gran Maestro más joven de la historia en alcanzar tal grado tras ocupar el quinto puesto en el internacional de Potoroz. A partir de ahí accedería al plano internacional coincidiendo con la época de dominio de la URSS en el mundo del ajedrez desde 1948.

La partida del siglo

Tras conseguir acceder a una final del campeonato del mundo y con un récord de 19 victorias consecutivas que constituye un hito histórico, Fischer finalmente logró medirse con el ruso Boris Spassky el final del mundial en Reykiavik en 1972. Una partida que trascendió mas allá de las fronteras del deporte, pues el mundo polarizado en bloques no lo entendió. Incluso Henry Kissinger, secretario de Estado norteamericano intervino para motivar a su díscolo compatriota.
Con un desarrollo tenso, el estadounidense se impuso después de 21 partidas (7 partidas ganadas, 3 perdidas y 11 tablas). Por fin se coronaba campeón del mundo siendo el único estadounidense de la historia en lograrlo. Pero con su gran éxito comenzó su maldición. No volvió a jugar durante su reinado y fue desposeído su corona en 1975 cuando planteó unas exigencias excesivas a la FIDE para su partida por el título con Anatoly Karpov.

Ocaso

Desde entonces no volvería a competir hasta 1995. Fue en Belgrado, en una partida para conmemorar los 20 años de su enfrentamiento con Spassky y bajo los auspicios de la Yugoslavia bloqueada por Estados Unidos. Su participación supuso ser considerado como traidor por su país y un peregrinaje a ninguna parte.
Por medio, 12 años desaparecido, su reaparición en Japón, en el aeropuerto internacional de Narita, y el asilo político concedido por Islandia antes de que Estados Unidos solucionara el problema diplomático con las autoridades niponas. Ingresado en diversas ocasiones con síntomas de paranoia, Fischer vivía en la capital más septentrional del mundo con su novia Miyoto Watai, con sus cuentas bloqueadas, viviendo de la caridad y recluido en un apartamento cercano a la bahía que ya no volverá a utilizar.


UNA ETERNIDAD SIN UDI (COMENTARIO)

DECIDÍ PUBLICAR LA NOTA DEL EPÍGRAFE, MÁS ABAJO, A PESAR DE LA VISIÓN TENDENCIOSA DE LOS AUTORES Y CREÍ CONVENIENTE REFERIRME A ELLA (A LA NOTA) EN UN ARTICULITO APARTE...

Desde el punto de vista de Karmit, es cierto que sobre esta joven israelí recién casado con Udi Goldwaser, el soldado tomado prisionero por el ejercito guerrillero del Hizballah, se abatió una tragedia persnal muy grande. Al igual que los familiares de Regev y Shelit. Ha pasado un largo año y medio sin noticias de los dos prisioneros en el Líbano. No voy a juzgar la conducta y la responsabilidad del gobierno de israel y la de los altos mandos del ejército. Ya han sido juzgados por un gran sectorr del pueblo, las familias de los caídos y los reservistas abandonados a su suerte, sin jefes ni directivas claras. Todo esto es conocido. No vale la pena abundar sobre algo sabido y que espera el informe de la comisión Winograd...
En la nota que comentamos se habla de terroristas, del sufrimiento de los familiares de los tres prisioneros, del drama personal de las tres familias, pero no hay una sola palabra de los muertos civiles en la invasión aventurera de Israel al sur del Líbano (un millar), ni la destrucción de la infraestructura, ni de los civiles palestinos de la franja de Gaza asesinados diariamente por las fuerzas de choque de Tzáhal, tan metódica en su guerra sucia, con aviones, tanques, carros blindados, helicópteros y las armas más modernas y sofisticadas, contra grupos guerrilleros mal armados, sin mucha capacidad de combate en campo abierto.
Hemos publicado una nota dando las cifras de palestinos que no portan armas, mujeres, niños y adolescentes, hombres de trabajo, gente anciana, víctimas de la política de ajusticiamiento criminal en contra de las normas de la Convención de Ginebra, ante el silencio de la ONU, de la CE, de la izquierda europea y la izquierda israelí (Meretz), ocupada en las próximas elecciones internas.

En el campo palestino hay muchas Karmit, que han perdido, esposos, hermanos y padres. Centenares y centenares. Y miles de presos (más de diez mil) encerrados durante largos años sin juicio muchos de ellos, incluso menores de edad.

He visto a la Karmit Goldwaser de Israel en la TV. Es una muchacha triste, agobiada por la tragedia. Puedo comprenderla y pienso que ella, a la luz de lo que ocurre en Israel, a la obvia inmoralidad e hipocresía de los gobernantes, a la inmoralidad y la soberbia de los militares hipócritas, que perdieron la segunda invasión al Líbano por su ineptitud y por lo injusto e inconcebible de la invasión, entiende, con mucho dolor, aunque en silencio, quiénes son los personajes que provocaronel drama que la aqueja.
Andrés Aldao