19 enero 2008

EE.UU. SE EMPEÑA EN “CUIDAR” A AFRICA


La instalación de un comando militar centralizado, prevista para septiembre próximo, surge a la luz del fenómeno del terrorismo y a la sombra del descubrimiento de petróleo. Todo parece indicar que el país que no sea objeto de compra, estará sujeto a bombardeo.


Por Fernando Casares

Objeto. Sujeto. Si no eres objeto, serás sujeto. Pero si eres sujeto, serás un objetivo. Presenciamos así la objetivación del sujeto, su transformación en mercancía.

El tío italiano de Pablo Giussani*, un emprendedor industrial y ocasionalmente aventurero, describía con lujo de detalles una curiosa práctica y costumbre de una tribu amazónica, vivencia de uno de sus viajes a ese gigantesco pulmón planetario. En ella relataba cómo los miembros de esta tribu reaccionaban ante la crecida del río. Cogían palos y se dirigían rápidamente a los establos donde residían los animales, para acto seguido apalearlos brutalmente -sobre todo a los cerdos- que como consecuencia de dicha golpiza chillaban aguda y estruendosamente evidenciando su dolor. Luego explicarían esta práctica animista, alegando que los gritos de los animales cumplían la función de ahuyentar a los espíritus malignos que habían poseído al río, ocasionando dicha crecida.

Cuando me dicen que el Africom es el comando norteamericano en África y que con toda su parafernalia logística, militar y económica tendrá en este continente su megabase a partir de septiembre de 2008, entre otras cosas, para proteger al continente y combatir el terrorismo global, recuerdo esta práctica animista de la tribu amazónica, pero con una ligera diferencia, en donde el río que desborda es el petróleo, los nativos de esta tribu son los marines y los pobres animales apaleados los africanos. Puede que esto sea una grosera analogía, que otros actores intervengan en este ritual ensordecedor y violento, mas no por ser grosera es menos cierta.

El general William Wards, veterano de la operación de Somalia y quien fuera segundo en el Eucom –comando norteamericano en Europa- bajo mando del general James Jones, otro veterano pero de Vietnam, es el comandante jefe de este gigantesco comando militar, designado por el propio presidente Bush en septiembre de 2007. Gente de acción.

Sin embargo, no todos son militares. El comandante adjunto es una mujer civil y política, casualmente la señora embajadora de Estados Unidos en Argel, Mary Carlin Yates, esposa del señor Yates, quien tuviera un destacado papel en el polvorín de Irak. Lo que hace de Argelia un país pivote, ya no solo desde el punto de vista comercial sino también desde una óptica geoestratégica y diplomática en esta nueva configuración africana que pretenden armar a la luz de la lucha contra el terrorismo y a la sombra del petróleo.

Un actor clave para entender Africom es China. El país de Confucio y de Mao es hoy el mayor inversor en toda África y casi el 30% del petróleo que consume viene de este continente. Ofrece a su vez préstamos sin intereses ni garantías, para construir caminos, escuelas, hospitales, a países con endeudamientos altísimos. Aportó más de 8.000 millones de dólares a Angola, Nigeria y Mozambique en 2006, cuando el Banco Mundial solo aportó 2.300 millones a toda el África subsahariana. La Compañía Nacional de Petróleos de China -CNPC- cerró acuerdos con Nigeria y Sudáfrica para la creación de un consorcio que explote un yacimiento submarino en Nigeria, país con las mayores reservas probadas de África, y ostenta el 45% de sus acciones, mientras le asegura otros 175.000 barriles diarios. Y por si esto fuera poco, China posee una cantidad considerable de la deuda externa norteamericana y unas reservas en dólares que de un momento a otro las empieza a diversificar en otras divisas.

A mediados de 2006, Donald Rumfeld formó un grupo de estudio para la creación de un comando militar unificado en África. A principios de diciembre, el presidente Bush autorizó su creación, mientras que el US África Command fue anunciado definitivamente el pasado 6 de febrero de 2007 por el secretario de Defensa, Robert Gates, casualmente días después de una gira sobre 8 países de África del presidente chino Hu Jintao.

Todo este engranaje parece estar ligado a políticas que se arrastran desde la administración de Carter -que definía al petróleo del Golfo Pérsico como de interés vital para Estados Unidos y que emplearía cualquier medio, incluyendo la fuerza militar, para proteger ese flujo de intereses hostiles- pasando por el Informe del Nuevo Siglo Americano –completo dossier cuyas bases filosóficas se la deben a Leo Strauss y en el que los republicanos dan rienda suelta a las ambiciones y hegemonía de Estados Unidos durante el siglo XXI- hasta llegar a la Doctrina del 1% de Dick Cheney, que no es ni mas ni menos que la de la guerra preventiva.

Se estima que en 10 años el 25% del petróleo que consume Estados Unidos provendrá de África. En el primer semestre del 2007, el Ministerio de Energía de los Estados Unidos informó que actualmente se importa más petróleo de África que de Arabia Saudita. Tanto es así que el ex general James Jones, que citáramos anteriormente, habría afirmado desde su comando en Europa que gracias a su abundancia en recursos naturales, África sería el próximo frente de la lucha contra el terrorismo.

¿Y en qué pensamos cuando los americanos nos hablan de terrorismo? O mejor dicho: ¿Qué imágenes vienen a nuestra mente cuando ellos hablan de terrorismo?

En Argelia, los norteamericanos han construido el Centro de Estudios y de Investigación sobre el Terrorismo, que se completará con una base de escucha electrónica de comunicaciones situada en las cercanías de Tamanrasset –ciudad que hace pocos días visitara el presidente Bouteflika dentro del marco de inversiones y desarrollo de la región del sur argelino y concretamente de una obra titanesca que transportará 1 millón de metros cúbicos de agua subterránea a esa región olvidada-. Por su situación geográfica, la zona meridional de Argelia se encuentra en el epicentro de toda la región del Sahel, primordial para los norteamericanos.

En marzo de 2007, el canciller argelino, Mohamed Bedjaoui, expresó en una entrevista que su país no permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras en su suelo, porque esa práctica es incompatible con su soberanía e independencia. Un mes después ocurría la tragedia. El 11 de abril.

Pero Argelia no es el único país que se niega a albergar una base militar norteamericana en su suelo; es una más dentro de un coro de países que a viva voz rechazan esa posibilidad y entre los que se encuentran con mayor fuerza y contundencia Sudáfrica, Nigeria y Libia.

El martes 15 del corriente tuvo lugar una videoconferencia en la embajada de los Estados Unidos en Argel, para informar acerca del Africom. Lamentablemente, se vio truncada por una alarma de incendios proveniente del segundo piso del bunker estadounidense, en momentos en los que las preguntas del periodismo hacían referencia a Al Qaeda en el Magreb y la desestabilización en Irak, a cuyo pánico siguió el desalojo completo del recinto. Quedó un sabor agridulce, ya que luego no pudo reconectarse la embajadora, desde París-. Una lástima.

Pero desde la telepantalla nos dejó algunas afirmaciones.

“No habrá nuevas bases ni aumento de tropas norteamericanas sobre el continente africano”.

“No tenemos ninguna intención de establecer una base y tropas en Argelia”.

“El gobierno norteamericano ofrece su experiencia y su ayuda a los países africanos para que ellos mismos asuman su propia seguridad”.

“Somos sensibles a la posición de Níger y de Argelia de rechazar la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio”, en clara alusión a bases francesas.

También declaró que sobre 9.000 millones de dólares consagrados a África, 250 millones estaban destinados al sector militar, es decir, menos de un 3% del total. Aunque si esto fuera tan así, no entendemos la próxima afirmación.

“Llegar a la democracia no es tarea del Africom, es solo cooperación entre militares para luchar contra el terrorismo”. Entonces, ¿A dónde va el 97% restante del dinero?

“Vamos a seguir asistiendo a los países para luchar contra el terrorismo”.

Según la embajadora, la creación de Al Qaeda en el Magreb Islámico y el Africom es pura coincidencia.

Hablando de su experiencia en Ghana como embajadora, comentó que varios imames le habían pedido ayuda para mejorar la salud y la educación de la población musulmana, manera de introducir una dimensión humanitaria de la mano del Africom. Ella dirige los proyectos y programas de ayuda humanitaria, de salud, contra las minas, de respuesta a las catástrofes naturales y reforma del sector de la seguridad.

Por lo pronto, y ante el rotundo rechazo de África que parece más unida que nunca, el Cuartel General del Africom deberá seguir esperando otros vientos y anclado en Europa (Alemania) ante esta reticencia unánime de los países africanos a dejar asentar bases norteamericanas en su propio territorio.

La pregunta es: ¿A quién le creemos, al segundo del Africom, al que fuera jefe del actual jefe James Jones? ¿A la doctrina Carter?

En la web oficial del Departamento de Defensa estadounidense, con la firma del United States Africa Command, una oferta de empleo llama la atención.

“Si usted busca una nueva oportunidad para su carrera, nosotros lo invitamos a unirse a un equipo histórico. Una estancia en el Africom le ofrecerá la posibilidad de enriquecer su currículum profesional. Africom es su oportunidad de cambio para trabajar en una organización eficaz e imaginativa. Africom, un nuevo estilo de mando”.

Cuando menciona “estancia” no puedo dejar de imaginarme un placentero viaje ofrecido por una agencia de turismo y tiempo compartido. Curiosidades de la mercadotecnia norteamericana. Solo espero que no sea a ese paraje del Amazonas que describiera el tío de Pablo Giussani.

La fuente: El autor es un periodista argentino-español residente en Argel.

* Pablo Giussani, periodista fallecido hace largos años, con quien fuimos compañeros de redacción de LA VANGUARDIA ROJA, junto a Alexis Latendorf y Ricardo Monner Sanz (A.A.)

2 comentarios:

silvia dijo...

LA UNICA MANERA DE SOPORTAR ESTAS BUENAS NUEVAS ES RECORDANDO,UNA CANCIÓN MUY IRONICA QUE CANTABAMOS EN LOS 70 QUE TENIA UN ESTRIBILLO:" SON TAN BUENOS LOS NORTEAMERICANOS,,,"

SILVIA

Anónimo dijo...

Gracias señor Andres por publicar mi articulo en su pagina. Personalmente no lo conozco. Tampoco tuve la ocasion de conocer a Pablo Giussani. Apenas tengo 30 años y un largo camino por recorrer -espero-, pero conciente de la cruda lucidez de este periodista, que tengo como ejemplo y referencia de investigacion y critica.

Gracias Andres.

Fernando Casares