31 marzo 2009

CRIMINALES DE GUERRA; LE TOCA EL TURNO A LOS MILITARES ISRAELÍES




Entrada a los juzgados militares de Rose Barracks, en Vilseck (Alemania). | AFP
AFP | elmundo.es | Vilseck (Alemania)

UN SARGENTO DE EEUU, CONDENADO POR LA MUERTE DE CUATRO IRAQUÍES EN 2006


El sargento estadounidense Joseph P. Mayo ha sido condenado por un tribunal militar reunido en la base de Vilsek a un máximo de 35 años de cárcel por su implicación en la muerte, en 2007, de cuatro ciudadanos iraquíes apresados por las tropas norteamericanas en Bagdad. Las víctimas fueron atadas, vendadas, tiroteadas y arrojadas a un canal.
Mayo, de 27 años, deberá pasar un mínimo de 10 años en prisión antes de tener derecho a una reducción de pena.
Otro sargento, Michael Leahy Jr., fue condenado en febrero a cadena perpetua —cno posibilidad de revisión de condena— por los mismos hechos, mientras que un tercer soldado del mismo rango, John Hatley, será juzgado a partir del 13 de abril en la misma causa.
Además, dos soldados, Steven Ribordy, de 26 años, y Belmor Ramos, de 24, fueron condenados en otoño pasado por su participación indirecta en los asesinatos a siete y ocho meses de cárcel, a cambio de declarar contra sus compañeros de rango superior. Otros dos soldados fueron puestos en libertad sin cargos.
Mayo habría sido condenado a cadena perpetua de no haberse confesado su responsabilidad en la muerte de uno de los cuatro cuatro presos asesinados.
El oficial confesó ante el tribunal que lo juzgó, en el destacamento del Ejército de EEUU de Rose Barracks, en Vilseck (Bavaria, Alemania) que él fue uno de los tres militares de la Compañía A, del Primer Batallón del 18º Regimiento de Infantería, que asesinaron de un tiro en la cabeza a los cuatro prisioneros maniatados antes de tirarlos a un canal de la capital iraquí.

ISRAEL MARZO 2009: EL FASCISMO AL PODER

Netanyahu forma un gobierno «puzle» con una treintena de ministerios

LAURA L. CARO | JERUSALÉN

Martes, 31-03-09

Más hinchado, más hedonista y más peligrosamente derrochador de lo que fueron en su día Ariel Sharon o Ehud Barak, Benjamin Netanyahu será primer ministro de Israel al frente de un Gobierno de 30 ministros y 7 viceministros que, según el diario «Yedioth Ahronoth», tomará posesión a las cinco de la tarde de hoy. El Parlamento ha tenido que encargar ya una nueva mesa para dar cabida a las reuniones de este gabinete, que el viejo halcón del Likud ultimaba ayer ajeno a las críticas de la opinión pública, y pendiente sólo de cumplir las múltiples promesas que ha ido realizando para garantizarse esta investidura con la que, casi diez años después, verá satisfecha su ambición: volver a dirigir los designios de Israel.
Benjamin Netanyahu ocupaba la jornada de ayer en notificar el reparto de carteras a los elegidos dentro de su formación, donde el malestar se ha disparado al constatar la generosidad con la que «Bibi» ha tratado a sus socios de coalición, en contraste con las discretas competencias que ha reservado para los suyos. Aparte del Ministerio de Finanzas, -que al parecer gestionará el propio Netanyahu para controlar y premiar lealtades-, y los de Justicia o Educación, el Likud se quedará en este Gobierno con poco más que Transportes, Comunicación y Cultura y Deportes. Las inacabables hipotecas del designado primer ministro parecían, hasta ayer, no dar oportunidad siquiera para colocar en puestos de relumbrón a los tres rutilantes colegas cuyas fotos acompañaron a Netanyahu en su cartel electoral: Benny Begin, Dan Meridor y Bogey Yaalon, ex jefe del Estado Mayor, al igual que otro eterno apoyo, el general Yossi Peled.
Para los analistas, los recelos internos en su partido serán el primer dolor de cabeza de Netanyahu, que ha pagado el precio del poder concediendo Exteriores a su principal socio, Avigdor Lieberman, jefe del Yisrael Beitenu; Interior al líder del ultraortodoxo Eli Yishai, -líder del Shas que se queda también con Vivienda-, y la responsabilidad de Defensa a Ehud Barak, que finalmente no ha dudado en partir su propia formación laborista con tal de mantenerse en el Gobierno.
Pólvora para la oposición
La chequera y arriesgados arreglos políticos han servido para cuajar esta incierta coalición de partidos aparentemente incompatibles, en la que Lieberman, Yishai y Barak serán también vicepresidentes, y que padecerá el estigma de la inestabilidad. Enfrente, el Kadima de Tzipi Livni se ocupará de propiciar cuanto antes la voladura de tan forzada alianza. Sus diputados ya anunciaron ayer la presentación de una propuesta en el Parlamento para limitar gobiernos tan excesivos en su número como el que Netanyahu ha cuajado para pagar favores.
Las preocupaciones domésticas no serán las únicas. Antes de la toma de posesión, y con la vista puesta en el ultranacionalista Lieberman, la UE ya ha advertido al primer ministro «in pectore» de que las relaciones mutuas serán difíciles si Netanyahu sigue sin reconocer la solución de dos Estados y no congela los asentamientos.

LOS AYATOLLAS DE IRÁN FRENTE A LOS AYATOLLAS DE ISRAEL


TODO: De como Israel se convierte en un país nazifascista, en una suerte de 4º Reich; de como el medio Oriente se transforma en un polvorín...

Ardor religioso en el Ejército israelí

Colonos y ultraortodoxos se hacen fuertes en las Fuerzas Armadas debido a su celo patriótico y al creciente número de jóvenes que eluden la llamada a filas

JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén - 31/03/2009

Eran un centenar de soldados. Abandonaron la sala en el instante en que una joven colega de armas se aupó al escenario. La Halaja, ley judía, prohíbe escuchar el canto de una mujer. Sucedió a comienzos de marzo. La próxima semana se inaugura en una base militar del desierto del Negev un hotel para oficiales casados, sus familias creyentes y rabinos. La penetración de la extrema derecha religiosa (alimento de los colonos, que consideran Cisjordania y Gaza tierra otorgada por Dios a los judíos) y la influencia de los rabinos sionistas en el Ejército israelí son imparables. Imbuidos de una ideología mesiánica se hacen fuertes al compás de la creciente evasión al llamamiento a filas y de la necesidad de reclutar jóvenes motivados.

En un desalojo en Hebrón, 12 de los 40 uniformados se negaron a obedecer
Las cifras sobre la composición de las tropas son secretas


Es una tendencia que tendrá consecuencias en el hipotético supuesto de que se alcanzara un acuerdo de paz con los palestinos. ¿Quién evacuaría a los colonos de Cisjordania? Ya han surgido brotes de desobediencia. En un desalojo en Hebrón, en agosto de 2007, 12 de los 40 uniformados que debían tomar parte se negaron a cumplir órdenes. En la evacuación de colonos de una casa en esa ciudad, en diciembre, fue la policía de fronteras quien se encargó de la operación.
Los laicos ashkenazis -judíos procedentes de Europa- formaron la espina dorsal del Tsahal durante 30 años. Apenas se veían kipás en las coronillas de los uniformados. Pero el Estado fundado sobre bases socialistas dejó paso al liberalismo, y el cambio en el Ejército se acomodó a la transformación social.

Colisión de jerarquías

Ni siquiera los especialistas pueden aportar cifras precisas sobre la composición del Ejército. Son datos secretos. Pero sólo hay que observar cualquier grupo de soldados que pululan por las calles para comprobar que los creyentes abundan. En las unidades de combate, con presencia permanente en la Cisjordania ocupada, son cada día más potentes.
Yagil Levy, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Abierta de Israel, asegura: "Al menos el 10% de los soldados de estas unidades proceden de las mechinot [academias militares con un 50% de graduados creyentes] y las hesder yeshivas [las 45 escuelas que combinan los estudios talmúdicos con el servicio militar]". "Hay muchos más religiosos aparte de ese 10%, pero éstos son los más organizados, y mantienen vínculos con los rabinos que han puesto sus pies en el Ejército, lo que fomenta una colisión entre la jerarquía religiosa y la militar".
"Hubo planes", agrega, "para dispersarlos, pero los rabinos se opusieron. Amenazaron con convertir a estos soldados en ultraortodoxos", un sector exento del servicio si demuestra que estudia en una escuela religiosa, aunque también existen unidades especiales para ellos.
Por primera vez el rabino jefe del Ejército, Avichai Rontzki, es un colono. "El Ejército", añade Levy, "nunca bloqueó a los religiosos, pero hasta los años ochenta, los rabinos creían que en las unidades de combate, que pueden pasar tres semanas en Cisjordania o en el Golán, los jóvenes creyentes se podían ver expuestos a experiencias seculares. Ésta no era la atmósfera adecuada para un observante". Hoy es diferente.
Antes de la guerra de Yom Kipur, en 1973, la evacuación de los territorios ocupados no estaba en la agenda. Ahora tienen una misión ideológica: proteger Eretz Israel (Israel, Cisjordania y Gaza). En Cisjordania, los colonos forman las unidades de reservistas que protegen los asentamientos, y son buen número entre los soldados regulares de la brigada Kfir, desplegada en ese territorio. La distinción entre colonos y militares se difumina. Son, en gran medida, los encargados de las continuas redadas en Cisjordania, acompañadas a menudo de violencia gratuita contra los palestinos. Pero resultan imprescindibles, dado el creciente escaqueo de los jóvenes de clase media-alta, que ha crecido ya hasta el 5%: alegan enfermedades psicológicas.
"El Estado Mayor no hace casi nada. Cada vez se pueden ver más y más comandantes de batallón y de brigada que son religiosos", afirma el profesor. Motivación es la palabra clave. "El jefe del Estado Mayor, Gaby Ashkenazi, entiende muy bien que sin la gran motivación de los soldados religiosos, podemos cerrar la tienda", explica Levy.
Desde el Gobierno, el bombardeo sobre los peligros que se ciernen sobre Israel es cotidiano. Analistas y ex políticos discrepan. "La gente", afirma Levy, "se siente más segura, la sensación de amenaza se hunde y la necesidad de sacrificio decae. Estos procesos provocan un descenso en la motivación, y al mismo tiempo hay más motivación entre otros grupos: beduinos y drusos, ultraortodoxos y mujeres, que tienen más opciones de ingresar en unidades de combate. No es que el Ejército se haya vuelto más liberal, es que en los años noventa se dieron cuenta de que las necesitaban". Pero nadie gana en celo patriótico a los colonos en uniforme.

Los rabinos descienden al campo de batalla

Nunca había ocurrido hasta la guerra de Gaza. Los rabinos acompañaron a los soldados en el campo de batalla. Difundieron panfletos en los que se animaba a "no tener piedad con el enemigo". "Estamos siendo muy violentos", advirtieron mandos castrenses en plena operación. Los jefes religiosos se dirigían primordialmente a los militares laicos. "Querían difundir la idea de que se trataba de una misión religiosa. Normalmente, una operación militar es un acto racional. Ellos quieren teologizarla", sostiene el experto Yagil Levy.
La enorme potencia de fuego desatada en la franja por el Ejército israelí -"se empleó una política muy liberal, muy flexible a la hora de emplear la fuerza. No siempre el término liberal es positivo", sonríe el profesor- respondió también a otros factores.
En primer lugar, el Gobierno estaba muy preocupado por las bajas tras la segunda guerra de Líbano. "Si se producen muchas bajas entre los soldados, la campaña se termina", asegura Levy. A diferencia de la contienda de 2006, todo se planeó al detalle.
Incluso el momento de lanzar la guerra, cuando en los países occidentales se disfrutaban las vacaciones de Navidad. Y más importante: se buscó que la campaña militar gozara de gran legitimidad entre la población israelí. "Nunca", explica Levy, "ha sido tan documentado y expuesto en los medios el sufrimiento de los israelíes atacados por los árabes como fueron los lanzamientos de cohetes contra Sderot y las comunidades vecinas. Cuando había atentados terroristas se intentaba proyectar la imagen de que todo volvía a la normalidad rápidamente. En Sderot ha sido al contrario. Se ha mostrado el sufrimiento continuo, y eso unido a los sentimientos nacionalistas, a los postulados de los rabinos y a la convicción de que la misión era legítima, generó esa agresividad".

STALIN EN ESPAÑA



STALIN EN ESPAÑA

ANTONIO ELORZA 31/03/2009

Si cada muerte individual es una tragedia, la muerte de un millón de personas es una estadística". Esta frase atribuida a Stalin, que recoge Martín Amis, refleja muy bien la doble cara del estalinismo. De un lado su dimensión monstruosa, de política que para alcanzar sus fines recurre de modo sistemático a la destrucción de los hombres; de otro, su componente de racionalidad, en el sentido que aborda los grandes problemas buscando en todo momento aplicar el criterio de elección racional.
El gran error fue su previsión de que Hitler no iba a atacarle, posiblemente porque en la partida que ambos jugaban, sobreestimó la capacidad intelectual de su oponente y no creyó que iba a cometer aquel tremendo error de precipitarse con una invasión a pocos meses del invierno. Además, tanto a Hitler como a Stalin, por atención a la guerra en curso en el primer caso y por falta de preparación suficiente en el segundo, les convenía aplazar el enfrentamiento.

Claro que la vocación punitiva de sesgo paranoide también afectaba a esa búsqueda de racionalidad y al volumen de recursos disponibles para su política expansiva: ejemplo, la purga de Tujashevski y de buena parte de los mandos militares, una mutilación del potencial ofensivo cuyo coste pudo ya estimarse con ocasión de la penosa victoria sobre Finlandia. Y aspecto que jugará un papel no desdeñable en la guerra de España, coincidente en el tiempo con los grandes procesos de 1936-1938.
Por lo demás, el planteamiento de Stalin fue desde 1933 a 1938 impecable, teniendo en cuenta que, a diferencia de Lenin, el georgiano se dio perfecta cuenta de lo que las instituciones representativas suponían para los trabajadores de Europa occidental. Eran algo a tener en cuenta, no podía reproducirse sin más la vía soviética al socialismo, lo cual era bien distinto de asumir la democracia como fin en sí mismo. A partir de 1935, en el tiempo de la guerra española, la aplicación del viraje representado por el VII Congreso de la Internacional Comunista, el del antifascismo y los frentes populares, se ajusta a esa camisa de fuerza. Por otra parte, Stalin mueve sus fichas pensando que la guerra es inevitable y tanto él como sus colaboradores (Litvinov) están dispuestos a que en cada jugada no haya el menor menoscabo para los intereses de una "patria del socialismo" necesitada de anclaje en la escena internacional (de ahí que suscriban el Pacto de No Intervención al consolidarse la sublevación militar en España).
En la primavera del 36, en plena efervescencia popular, los comunistas españoles se encontraban bajo la férrea dirección del italoargentino Victorio Codovilla, comprometido luego en el asesinato de Trotski en México yencantado con la idea de una próxima revolución española. Sólo que a partir de la entrada de las tropas de Hitler en Renania, mes de marzo, y a la vista de la inestabilidad reinante, no era ya tiempo para Moscú de revolución en España, sino de prevenir el golpe de la reacción. Por eso al llegar éste, la respuesta firmada por Dimitrov es inmediata, frente a las manifestaciones de entusiasmo de Codovilla por un aplastamiento supuestamente inmediato de la rebelión: "Lo más importante es el mantenimiento y reforzamiento del Frente Popular. Hay que actuar exclusivamente bajo la bandera de la defensa de la República que permite reunir la mayoría aplastante del pueblo español frente a la contrarrevolución".
La defensa de la república democrática se convierte en la consigna central de la Komintern y del PCE, por contraste con los planteamientos izquierdistas del POUM de Andrés Nin y con la revolución colectivista de la CNT, lo cual no significa que los comunistas dejen de participar en el proceso revolucionario, tanto en sus aspectos positivos como en la práctica de la represión (checas).
Stalin acepta que la URSS suscriba la No Intervención, pero con toda cautela decide apoyar a la República al constatar en agosto del 36 el deterioro de la situación militar. El programa de recepción al embajador de la República, Marcelino Pascua, será una muestra inmejorable de ese apoyo cauteloso. Desde su veraneo en el Mar Negro, dos notas de Stalin a su fiel Kaganovich lo expresan de modo inequívoco, primero en cuanto a abastecimientos ("vender petróleo a los españoles en los términos más favorables para ellos, a menor precio si hace falta", y otro tanto para trigo y alimentos, 18 de agosto), luego en cuanto a ayuda militar (enviar bombarderos vía México, buenos pilotos, armamento y municiones, 6 de septiembre). El mismo mes, la puesta en marcha desde la Internacional Comunista de lo que serán las Brigadas Internacionales, un frente popular en armas, no un ejército para sovietizar España, será la expresión más clara de esa actitud.
Su traducción política fue la famosa carta de 21 de diciembre de 1936 a Largo Caballero, punto de partida según Santiago Carrillo del posterior eurocomunismo. Amén de recomendar para España una vía parlamentaria al socialismo, Stalin aconseja una política que evite el aislamiento del Gobierno y que enlace con todo aquel dispuesto a defender la República.
En lo sucesivo, los intereses de la URSS siguen imperando, pero no sin cierta flexibilidad, observable en la rectificación de febrero del 38 a la consigna de abandono del Gobierno por el PCE, e incluso en la atención otorgada a fines del mismo año, al borde del desplome, a la petición de armas cursada por Hidalgo de Cisneros por encargo de Negrín. El respaldo a Largo Caballero en la primavera del 37, y aún antes frente al sectarismo del virrey Codovilla, invalida la imagen habitual. Su posterior sustitución como tutor del PCE por Palmiro Togliatti se sitúa en la misma dirección "frentepopulista".
Sólo que la política del VII Congreso, y, más aún, la aplicación del apoyo a la República en tiempo de histeria antitrotskista y de procesos de Moscú, era como el huevo de la serpiente. Incorporaba el principio de la captación o destrucción de los aliados socialistas mediante procesos de unificación y un agresivo proselitismo (JSU, UGT, PSUC) e introducía en el interior de las instituciones republicanas la práctica del terror. El desembarco de la NKVD con Orlov al frente, las matanzas de noviembre de 1936, afectaban al escenario idílico de la protección fraterna a una democracia republicana que según la imagen oficial se veía abocada a una nueva Guerra de Independencia frente a los invasores alemanes e italianos al lado del traidor Franco.
Los hechos de mayo de 1937 permitieron que culminase la campaña antitrotskista, con el asesinato de Andrés Nin y la detención y proceso de los dirigentes del POUM. Sin embargo, si bien el presidente Negrín echó una cortina de humo sobre lo primero -necesidad obliga-, protegió a los apresados y el proceso del POUM no reprodujo el espectáculo de justicia criminal de los juicios de Moscú. Fue un signo de que el peso del comunismo en el Estado republicano no suponía sovietización. De ahí las tensiones en el final de la contienda entre quienes proponían una huida hacia delante con la toma del poder, al modo del búlgaro Stepanov, con Pasionaria a su lado por inercia, y los que como Dimitrov y Togliatti trataban de evitar sin éxito que el PCE quedara como "el partido de la guerra". Aislado.
La derrota militar del invierno anterior había invalidado el intento de Stalin en septiembre de 1937 de eliminar el pluralismo político de la zona republicana mediante unas elecciones con listas homogéneas, no ya de frente popular, sino de "bloque popular", agregación de fuerzas subalternas en torno al Partido. Ni los leales dirigentes del PCE lo aceptaron de buena gana, por no hablar de la oposición socialista. No obstante, lo que cuenta es comprobar cómo la asunción transitoria de la democracia por Stalin llevaba a la lógica de monopolio del poder que caracterizará a las llamadas democracias populares.

30 DE MARZO, DÍA DE LA TIERRA PALESTINA

30 DE MARZO, DÍA DE LA TIERRA PALESTINA: LOS MEDIOS DE ISRAEL SILENCIARON LA JORNADA, PERO NO PUEDEN TAPAR EL CIELO CON UN HARNERO

Miles de palestinos protestan contra la expropiación de tierras y el racismo

Yvke

Miles de palestinos en Cisjordania e Israel tomaron las calles este lunes para denunciar la expropiación de sus tierras por el Estado de Israel, que avanza silenciosamente su ocupación y la limpieza étnica en la tierra de Palestina. El Foro Social Mundial ha declarado el 30 de marzo como jornada internacional de boicot y sanciones a Israel, en respaldo a la resistencia de un pueblo a ser borrado del mapa.


Miles de palestinos en Cisjordania e Israel se echaron a la calle en protesta contra la expropiación de sus tierras por las autoridades israelíes, en el llamado Día de la Tierra, que se conmemora este lunes, por vez primera, en todo el mundo.

La principal concentración en la zona tuvo lugar este año en la ciudad de Dir Hana, en la Galilea, donde miles de palestinos con ciudadanía israelí recorrieron sus calles para recordar la muerte de seis miembros de la comunidad en una protesta por la tierra hace 33 años.

Estos palestinos, denominados por el Estado de Israel como "árabes-israelíes", quedaron dentro de los límites reconocidos internacionalmente del Estado de Israel, y representan sesenta años después alrededor del 20 por ciento de los 7,2 millones de habitantes del país.

"Las razones por las que estalló el Día de la Tierra son tan relevantes hoy como en 1976: la expropiación continúa", afirmó durante la protesta el diputado Afo Agbariye, del partido israelí de izquierda Hadash.

Ese año, en una manifestación en Sahnín, también en la Galilea, los organismos de seguridad de Israel mataron a seis palestinos con ciudadanía israelí que desde entonces son el símbolo de la determinación palestina de no permitir el expolio de tierras.

Dentro del territorio israelí las expropiaciones continúan sobre todo en la Galilea (norte) y en el desierto del Negev (sur), si bien de forma mucho más ralentizada y con mayores garantías judiciales para la población árabe que hace cuatro o cinco décadas.

En este sentido, la jornada ha sido para los manifestantes una oportunidad para "oponerse unidos contra el racismo y el fascismo israelí", ante la entrada en funciones, quizás este martes, de un nuevo gobierno liderado por el derechista Benjamín Netanyahu, y entre cuyos aliados figura el ultranacionalista Avigdor Lieberman.

"Este año tiene una importancia especial por la subida de la extrema derecha al gobierno y la demanda de judeizar la Galilea y el Negev a cuenta de los árabes", explicó el también diputado israelí Taleb A-Sana, de la Lista Árabe Unida.

En las últimas dos décadas el problema de las expropiaciones de tierra es mucho más acuciante en Cisjordania, donde los palestinos ven sus tierras expoliadas a diario tanto para la construcción del muro de separación como para la de asentamientos judíos.

"En este día queremos recordar la legitimidad de nuestra presencia en esta tierra, en la tierra de nuestros padres y abuelos; renovar nuestro compromiso con la máxima de que la tierra palestina es indivisible", expresa Ramala Husán Qaraida, de 35 años y habitante de Ramala, capital administrativa de la Autoridad Nacional palestina (ANP).

Por toda Cisjordania, en ciudades, pueblos y aldeas, en campos de refugiados y olivares, se celebraron actos y marchas para recordar a todos "el mensaje de rechazo de nuestro pueblo a las prácticas israelíes", en palabras de Wasel Abu Yusef, representante local del movimiento islamista Hamás.

"En este día lo que el pueblo dice es que seguirá luchando hasta conseguir sus derechos y la libertad, y construir un estado independiente con Jerusalén como capital", agregó.

Y es que si hay algún lugar de la región donde la tierra cobra un significado especial ése es Jerusalén, donde día a día los palestinos libran una batalla legal y demográfica para mantener sus posesiones y frenar el avance de la presencia israelí.

Desde que hace cuatro décadas conquistó la parte oriental con el resto de Cisjordania, Israel ha construido masivamente en Jerusalén, que desde 1981 considera su capital eterna e indivisible.

Más de 250.000 israelíes viven hoy en barrios judíos levantados en zonas de Jerusalén ocupadas en 1967, y que tratan de reducir a la mínima expresión la presencia palestina en una lucha frenética por la ciudad.

Para Qais Abdelkarim, representante del Frente Democrático de Liberación Palestina (FDLP) en Ramala, la llegada de Netanyahu al poder no es buena señal porque significará un "impulso a la política de limpieza étnica en Jerusalén".

Mientras el mundo espera la entrada en funciones del nuevo gobierno israelí para conocer sus intenciones, los palestinos recibieron este lunes un espaldarazo a la lucha por la tierra de parte del Foro Social Mundial, que ha declarado por primera vez el 30 de marzo como jornada de boicot y sanción a Israel.

CERRARON LA INVESTIGACIÓN SOBRE GAZA

ISRAEL UBER ALLES: PEQUEÑAS MUESTRAS ADELANTADAS DE LO QUE VA A SER EL COMPORTAMIENTO HITLERIANO DEL GOBIERNO BIBERMAN, RACISMO-APARTHEID-VIOLENCIA

La fiscalía militar israelí desestimó los testimonios de los soldados “por no ser testigos directos”

El argumento es que no hay pruebas de delitos en los relatos. El ejército israelí todavía tiene que dar explicaciones, por ejemplo, de seis casos descriptos en detalle por Human Rights Watch del supuesto uso de fósforo blanco en áreas civiles.

Por Donald Macintyre *

Soldados israelíes utilizaron ayer gas lacrimógeno para dispersar a unos manifestantes.
Desde Jerusalén
El ejército israelí empezó a moverse para disipar el creciente aluvión de críticas por las muertes de cientos de civiles durante su ofensiva de 22 días en Gaza. La avanzada de las relaciones públicas por parte de la fuerza de defensa israelí tomó impulso tras las acusaciones hechas por algunos soldados de que las permisivas reglas de combate no protegían a los civiles. Para peor, ayer la fiscalía militar cerró la investigación de una serie de casos de asesinatos de civiles palestinos por parte de soldados israelíes. El fiscal militar, Avi Mendelblit, dio carpetazo al asunto al considerar que no hay pruebas de delitos en los relatos que fueron denunciados y que los soldados que prestaron testimonios no eran testigos directos.
En Israel, el escándalo estalló hace dos semanas, cuando la prensa local expuso los testimonios de varios soldados y oficiales durante una conferencia ante cadetes de una academia de preparación militar. Un soldado aseguró que, después de que un jefe de unidad discutiera con su comandante sobre la permisividad del código de actuación y éste fuera cambiado, otros militares del mismo rango se quejaron y dijeron: “Deberíamos matar a todos aquí (en Gaza). Todos son terroristas”.
Las acusaciones como ésta generaron una difundida publicidad y llevaron a los funcionarios más altos a reunirse con periodistas. En estas reuniones buscaron reforzar la afirmación de que, en palabras del jefe de Estado Mayor, Gabi Ashkenazy, “la fuerza israelí actuó moral y éticamente. Si hubo incidentes como éste, fueron aislados”.
La movida ocurre después de la publicación de una serie de informes de Amnesty International y Human Rights Watch, en los que documentaron que en las muertes de los civiles se violó la ley internacional. El último fue un informe de la semana pasada de Human Rights Watch que decía que el “deliberado” e “imprudente” uso de fósforo blanco era una “evidencia de crímenes de guerra”.
La inteligencia militar israelí dio a conocer la semana pasada nuevas cifras, indicando que 1166 palestinos habían muerto en el conflicto. De éstos, decía que 295 eran “ciudadanos no involucrados”, mientras que 162 no tenían una afiliación identificada. El Centro Palestino de Derechos Humanos (CPDH) dice que 1417 palestinos murieron y, de ésos, 926 eran civiles y 236 combatientes. Parte de la discrepancia –aunque sólo una parte– es una cuestión de definición. El CPDH incluye como civiles a policías civiles –muchos de los cuales eran nuevos graduados, muertos en el bombardeo de un desfile el primer día de la ofensiva, el 27 de diciembre– y activistas políticos desarmados. Sostiene, igual que Human Rights Watch, que esto es apoyado por la ley internacional. La fuerza israelí, sin embargo, los ubica a todos como entre los 709 “operativos terroristas” de Hamas.
La semana pasada, el coronel Roi Elkabets, que comandó a cientos de soldados blindados en la Operación Plomo Fundido, citó a algunos periodistas extranjeros para dar ejemplos de lo que él decía eran los dilemas que enfrentaban. En un caso dijo que identificaron a un miembro de Hamas con un AK-47 parado detrás de una mujer mayor que llevaba una bandera blanca y un grupo de hasta ocho niños. No le dispararon al hombre de Hamas, quien tampoco abrió fuego, hasta que reapareció cuando la mujer y los niños se habían ido.
Pero el ejército tiene todavía que refutar en detalle muchos casos específicos citados por las agencias de derechos humanos y periodistas que visitaron Gaza después de la ofensiva, y los testigos que describen las muertes de los civiles.
Todavía tiene que dar explicaciones específicas, por ejemplo, de seis casos descriptos en detalle por Human Rights Watch del supuesto uso de fósforo blanco en áreas civiles, otros seis en los que se mató a civiles aunque estaban en grupos llevando banderas blancas, o el uso repetido de artillería en áreas construidas.

* De The Independent de Gran Bretaña.

SERGIO

SERGIO

Por Hugo Presman

¿Sabes una cosa Sergio? No te reconozco. Y sin embargo estás igual. La misma kipa multicolor. La misma buena oratoria. Tu rostro joven. Si. Estás igual que cuando pedías justicia por las victimas del criminal atentado contra la AMIA. Ahí en Plaza Lavalle frente a tribunales. Cuando eras un referente de Memoria Activa. Junto a Diana Malamud y Laura Guinzberg. Pasó mucho tiempo. Por eso tal vez se me confunden los tantos. Pero si mal no recuerdo te referenciabas en Marshall Meyer, el rabino que acompañaba a las madres en los años de plomo, en sus rondas alrededor de la Pirámide de Mayo. Aquel al que un día se le acercó un padre cuya hija estaba desaparecida y le dijo: Marshall¿ Que haces aquí? ¿ Tenes un hijo desaparecido? No le respondió. Estoy aquí porque vos tenes un hijo desaparecido.

Estás igual y sin embargo no te reconozco a pesar de la misma kipa multicolor. Dejaste Plaza Lavalle y reapareciste en la Plaza del Congreso colocándote en el palco a la derecha de Blumberg. Cambiaste a la libertad del himno repetida tres veces por la seguridad por triplicado. Y eso no es muy republicano. Aunque entonces aún no habías adherido al discurso del democratismo vacío. Marshall Meyer ya no te guiaba. Ahora te seducía el falso ingeniero. Y la prensa del establishment empezó a darte espacio. Ahora te buscaban, hacías declaraciones, te convertías en un referente moral. Aunque para ello estuvieras rodeado de admiradores del terrorismo de estado, de la mano dura. Lejos quedaban los lunes poco concurridos de Plaza Lavalle. Ya no estas en Memoria Activa. Ahora militas en Amnesia Activa. Nada de lunes sin gente y sin prensa. Velas y medios. Buscaste la cobertura del cristianismo institucional: Bergoglio, Marcó. Escribiste un libro, El Manifiesto Cívico Argentino que parece una versión actual de los manuales de educación democrática, materia que se implementó a partir de la Revolución Fusiladora. Para que el pueblo no cayera nuevamente en una dictadura. Ahí también se hablaba de república y democracia mientras se proscribían a las mayorías populares. No se podía, sin cometer un delito, mencionar a Perón, Eva Perón, Partido Justicialista. No tenían voz los millones que lo respaldaban. Pero los Bergman de entonces hablaban de la segunda tiranía. Y los que se decían democráticos y revolucionarios eran entre otros tus socios actuales Sergio: la Sociedad Rural, el diario La Nación, la Iglesia Institucional, las franjas de clase media que miraban despectivamente a los cabecitas negras que tenían el tupé de gozar de derechos solo reservados hasta entonces a otros sectores. ¿ Sabes Sergio que los cabecitas negras han sido discriminados, aquí, en nuestra argentina, como los judíos los han sido en otras sociedades? Y vos Sergio, el que tenía como referente a Marshall Meyer, al humanismo judío, el de la kipa multicolor, hoy bendecís a muchos de los discriminadores. Hablás de nuestros hermanos del campo. No te referís a los peones rurales. A los pequeños y medianos propietarios por fuera del modelo sojero, a los campesinos sin tierras o expropiados de la zona no pampeana. A ellos no los ves. Los “hermanos del campo” son Biolcatti, Miguens, Llambías, Grobocopatel. Te convocan a dar charlas de la Mesa de Enlace junto a Vicente Massot, el sólido cuadro intelectual y propietario de Nueva Provincia, tradicional vocero de la Marina, que justifica la tortura, defendió el terrorismo de Estado y minimizó el holocausto. ¿Será que si ese Dios en que crees, contemplara nuevamente impávido una remake de los años de plomo, vos estarías contra los que denostaban a las madres que buscaban a sus hijos? Si existe una vida después de esta, Marshall Meyer debe haberse muerto de nuevo.

Pareces la versión religiosa en envase judío de Elisa Carrió. Por eso dijiste ayer: “Hay una Argentina que puede ser República después de Néstor” “No entreguen ningún voto, ni la dignidad” “Hay que llenar las mesas para que no nos roben los votos” “Tenemos que tomar eso que aprendimos de los hermanos del campo. Hay que organizarse para defendernos. La inseguridad se resuelve con decisión política”.

Créeme Sergio que no te reconozco. Aunque estés igual. Con tu kipa multicolor, tu habilidad oratoria y tu figura de joven querible. Cambiaste tu discurso y tus amigos. Tus aliados. Nunca más la marginalidad. Ahora la primera plana del establishment. Por eso dijiste ayer, en un acto contra la inseguridad que convertiste en un acto opositor, que no hay que confundir “el legado de Perón con la locura de Nerón”. No seas hipócrita Sergio. Vos, si hubieras sido contemporáneo y mayor de edad entre 1945 y 1955, habrías estado contra “ la segunda tiranía”. Preguntale sino a tus nuevos amigos. Donde estuvieron o donde se hubieran ubicados. Hubieras dicho que Perón era Nerón. Que incendiaba la República y asesinaba la democracia. Y que sus seguidores eran la barbarie. Para que se concrete la República que vos y tus aliados quieren, hay que implantar el voto calificado. Y en la lógica de ese razonamiento de democracia blanca es posible que vos como argentino de origen judío también quedes excluido.

Tanto esperar el Mesías, que te impacientaste. Tu confusión te llevó primero a encontrarlo en Blumberg y ahora en la Mesa de Enlace. Crees que Alfredo de Angeli es la reencarnación de un combatiente del Gueto de Varsovia y Elisa Carrió una continuación de los profetas.

No te reconozco Sergio Bergman. Te ha encandilado el vellocino del oro mediático. Cada vez más cerca de los poderosos. Reemplazaste el Antiguo Testamento por el diario La Nación. Cada vez más lejos de Dios si este existe. Que él, que contempló impávido Auschwitz y la Esma, los bombardeos en Gaza, en la Plaza de Mayo, las atrocidades múltiples y tus involuciones, te perdone.

30 marzo 2009

Barak, la hoja de parra de Netanyahu

Khalid Amayreh
al-Ahram Weekly


Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

El recién nombrado primer ministro israelí Benyamin Netanyahu y el líder del Partido Laborista Ehud Barak han llegado a un acuerdo que allanará el camino para que el este último se una al gobierno dirigido por el Likud, que se espera que se dé a conocer la semana que viene.

Según este acuerdo, Barak seguirá siendo ministro de Defensa y su partido recibirá varias carteras de menor importancia entre las que se incluyen Agricultura, Infraestructuras, Industria, Comercio y Trabajo, y un ministerio sin cartera.

Políticamente el acuerdo estipula que Israel formulará un plan global para la paz y la cooperación en Oriente Medio, continuar con las conversaciones de paz con los palestinos y comprometerse con los acuerdos de paz ya firmados.

El acuerdo también habla de “actuar en contra de las construcciones ilegales árabes y judías” en Cisjordania, lo que sugiere que el próximo gobierno redoblará la virulenta práctica de demoler las casas palestinas. Desde que ocupó Cisjordania, Jerusalén este y Gaza en 1967 Israel ha demolido al menos 20.000 casas árabes bajo diversos pretextos. El gobierno también está planeando destruir cientos de casas en el ocupado Jerusalén este en lo que un dirigente palestino ha descrito como “decapitar la presencia demográfica árabe” en la ciudad. La Autoridad Palestina sigue esperando hacer de Jerusalén la capital de un futuro Estado palestino.

Los comentaristas israelíes argumentan que el acuerdo entre el Likud y el Partido Laborista es demasiado general para ofrecer una clara imagen de la exacta asociación entre ambos partido. Sin embargo, la “ambigüedad constructiva” podría dar a ambos la sensación de haber conseguido lo que querían.

Barak ha dicho muchas veces que él no se uniría a una coalición de derecha. Sin embargo, en los últimos días parece haber cambiado de opinión a pesar de la fuerte oposición que hay dentro de su partido a unirse a la coalición del Likud, que los observadores ya han calificado como el gobierno más de derecha de la historia de Israel.

El acuerdo entre Barak y Netanyahu no es definitivo ya que tiene que ser aprobado por la asamblea general del Partido Laborista que se reunirá para votar sobre ello.

Una sólida pluralidad, quizá una mayoría, dentro del Partido Laborista se opone firmemente a unirse a un gobierno dirigido por el Likud, por razones ideológicas y también porque muchos laboristas tradicionales consideran que el hecho de que Barak acepte “desempeñar un papel secundario” respecto a Netanyahu es una muestra de oportunismo barato. Esto, según calculan los dirigentes laboristas, perjudicarían gravemente la imagen del Partido Laborista como un partido progresista y futura alternativa a la demagogia de la derecha. El propio Barak solía condenar al Likud por representar al “capitalismo canallesco”.

Ophir Pines-Paz es uno de los más fervientes oponentes de Barak y de cualquier acuerdo con el Likud. Afirma que lo único que hará Netanyahu será usar a Barak y a cualquiera que se una a él desde el Partido Laborista como “una mera hoja de parra” para desdibujar y ocultar la verdadera naturaleza del próximo gobierno.

“Es completamente natural que Barak quiera unirse al gobierno de Bibi-Lieberman”, afirma Pines-Paz, el único ministro que abandonó el gobierno de Olmert cuando el dirigente de Yisrael Beiteinu, Avigdor Lieberman, se unió a él. “Él no tiene problema alguno con la ideología. Quizá puedan ustedes recordarme cuántos puestos de avanzada ha evacuado Barak hasta ahora y exactamente cómo acató el [informe] Talia Sasson sobre la expansión de los asentamientos”, afirmó refiriéndose a un informe oficial del gobierno publicado el 8 de marzo 2005. Este informe, encargado por el ex-primer ministro Ariel Sharon, fue dirigido por el ex-director del Departamento de Acusación Criminal del Estado, Talia Sasson.

El 23 de marzo los oponentes a Barak dentro del Partido Laborista lo acusaron de “ tratar de entregar el Partido Laborista a Yisrael Beiteinu” y de “actuar como si tuviera 50 escaños en el Knesset en vez de haber sufrido una derrota electoral”.

Según el diario Haaretz, siete legisladores laboristas, incluyendo a Pines-Paz, enviaron una carta sin precedentes a Netanyahu y a su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, en la que declaraban que ellos no estarían vincualdos por el acuerdo alcanzado entre Barak y el dirigente del Likud. “Esta es la primera vez en la historia del Partido Laborista en la que el presidente ha establecido un equipo negociador sin que haya habido una discusión exhaustiva dentro del partido y sin obtener la aprobación de ninguno de sus órganos. Es una grave violación de la constitución del partido”.

Los rebeldes también advirtieron a Netanyahu de las consecuencias de las acciones de Barak: “Debe usted saber que el equipo negociador establecido por la facción de Barak dentro del Partido Laborista no tiene nuestro respaldado ni el de ninguna de las partes oficiales autorizadas. Es muy desafortunado que el presidente del partido decida dirigir cuestiones del partido de esta manera. Dadas las circunstancias, debemos informarle de que no puede contar usted con nuestro apoyo en relación a ningún acuerdo al que pueda usted llegar con Ehud Barak”.

Tratando de justificar su decisión de unirse al partido de Netanyahu, Barak dijo a sus compañeros legisladores del Partido Laborista que su participación en el gobierno garantizaría que éste no se escoraba demasiado hacia la derecha. Sin embargo, este argumento es considerado muy falso y carente de rectitud.

Barak ya ha demostrado que está de acuerdo con el Likud acerca de expandir los asentamientos. Bajo su autoridad como ministro de Defensa en el anterior gobierno, la expansión de los asentamientos en Cisjordania continuó imparable a pesar de los compromisos asumidos con los estadounidenses de congelar su expansión. Según el destacado periodista israelí Akiva Eldar, varios nuevos asentamiento recientemente creados se presentaron como “simplemente nuevos barrios de los asentamiento ya existentes”. En algunos casos, los nuevos barrios está a más de 5 kilómetros del asentamiento del que se supone son barrios. “¿Quién quiere enviar a sus hijos a una guardería al otro lado del muro, por no mencionar los costes en infraestructuras y servicios?”, preguntó Eldar.

Además, existen indicios de que Barak ya está tratando de atraerse el cariño de los partido de extrema derecha, como el partido de los colonos Habayt Hayahudi (Hogar Judío) así como del Shas y Judaísmo de la Torah Unida, antes conocido como Agudat Yisrael.

Su papel es claramente actuar como facilitador de los partidos fascistas y pro-colonos para “blanquear” sus manifiestamente ilegales asentamientos (ilegales incluso para los criterios israelíes) construidos sobre tierra palestina robada.

La semana pasada, Barak, en tanto que ministro de Defensa, decidió legalizar el nuevo asentamiento de Sansana al sur de las colinas de Hebrón que hasta los tribunales israelíes había declarado ilegal. De manera parecida se negó a ratificar una orden de desmantelamiento de casas construidas sobre tierra palestina robada en el asentamiento de Ofra al norte de Cisjordania.

A la luz de todo esto, no es difícil predecir cómo va a funcionar el gobierno Netanyahu-Lieberman-Barak respaldado por paridos de colonos y religiosos extremos.

Usando las palabras de un periodista israelí, el próximo gobierno tendrá un modus operandi basado en el engaño, el subterfugio y la prevaricación. “Será un gobierno que afirmará estar comprometido con la paz mientras que en realidad hace todo lo posible para hacer que la paz sea tan difícil de alcanzar y distante como siempre”.

Enlace con el original: http://weekly.ahram.org.eg/2009/940/re101.htm

BOICOT A LOS ASESINOS


Palestina, el genocidio continua: ¿cuándo vamos a empezar en serio el boicot?


Carmen Martí Amiguet
Rebelión


La sociedad civil palestina lleva años explicándonos con paciencia y de forma clara lo que necesita y pide al resto del mundo: una campaña internacional contra el Estado de Israel de boicot, desinversiones y sanciones.
Paso a paso y, especialmente después de la destrucción de Gaza, se van produciendo nuevas incorporaciones a la campaña. Pero, a la luz de los resultados obtenidos hasta ahora, en España no parece haber encontrado mucho eco.

Es cierto que algunas personas y grupos están realizando aportaciones muy valiosas – como la denuncia ante los tribunales de los criminales de guerra del CSCA o la campaña SOS Gaza de Alquds, o el documental de Alberto Arce, entre otros – , pero una mayoría de organizaciones no pasa de las declaraciones o llamadas al boicot que no acaban de concretarse.

Tampoco se ha obtenido hasta el momento ningún boicot institucional. Palabras muchas, pero únicamente palabras. Tenemos declaraciones de condena de ayuntamientos que, tras pedir a otras instituciones que rompan relaciones con Israel, organizan conciertos con cantantes israelíes sionistas o colaboran en promocionar el turismo de Israel. Tenemos manifiestos firmados por muchos sindicatos llamando al boicot, pero sin llevar adelante ninguna propuesta concreta. Las universidades mantienen sus acuerdos académicos con Israel, las federaciones deportivas ni se plantean expulsarles de las competiciones y las relaciones privilegiadas de nuestros gobiernos con Israel continúan siendo excelentes.

Para celebrar el día de acción global, el 30 de marzo, una vez mas, el Comité Nacional Palestino para el Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) pidió, por favor, que se impulsaran las BDS:

“Por favor promuevan este día de acción en sus páginas de Internet y en sus listas de correo.

Para más información, vean: http://www.bdsmovement.net

Solicitaban firmas de apoyo en su pagina, agregar un vínculo en las páginas de las diferentes organizaciones durante el mes de marzo, difundir la campaña BDS a sus miembros, componentes, y al público general, así como organizar y participar en acciones locales BDS el próximo 30 de marzo, remitiéndoles la información para poder difundirla a través de su página web.

Apenas han encontrado respuesta. Resulta desolador buscar ese apoyo en las paginas web de la mayoría de organizaciones. Y únicamente un debate sobre la resistencia palestina en Madrid aparece en la lista de acciones publicadas. Parece que hay actos convocados en otras ciudades, aunque muy pocos –y en general no relacionados con acciones específicas de boicot–, que no se les ha remitido, o no les ha llegado para su publicación.

Parece urgente e importante, por tanto, que nos preguntemos a que se debe la escasa respuesta a la campaña BDS :

Quizás nos hemos relajado porque dejaron de bombardear Gaza, olvidando que el genocidio continua, que la situación de Gaza es insoportable y que en Cisjordania empeora día a día.
Quizás no llega la información. Pero también es posible que no se les escuche por no considerar importantes sus propuestas. A veces cuesta aceptar en la practica que un movimiento de solidaridad esté dirigido por las personas a las que pretende apoyar.
Con respecto a la página web que proponen para centralizar y dirigir la campaña, es posible que haya dificultades para intercambiar información, y esta claro que existen problemas de traducción.

Tal vez nos falta el instrumento adecuado para planificar una campaña BDS .Debido a la gran especialización y división sectorial de la izquierda, el conjunto de organizaciones consideran que no esta dentro de su campo de acción y se limitan a un apoyo testimonial. En teoría correspondería organizarla a las asociaciones de solidaridad con Palestina, y, aunque algunas son muy activas a nivel local, falta la difusión y coordinación que deberían aportar las redes y plataformas existentes y, por otro lado, una mayoría parecen priorizar otras actuaciones, quizás porque la ayuda humanitaria se come todo su tiempo y energía.
Si añadimos a lo anterior los importantes recursos que la izquierda institucional esta dedicando a desactivar las posibles respuestas que puedan molestar a Israel... quizás vayamos entendiendo lo que ocurre.
Conclusiones :

1.- Es necesario actuar, ya, para conseguir el aislamiento de Israel y el fin de su impunidad . Sobran llamamientos al boicot... y faltan los instrumentos para aplicarlo, falta planificación y diseño de campañas concretas dirigidas a todos los sectores e instituciones.

Las pocas actividades que se han realizado, aunque minoritarias, en general han obtenido una buena acogida .Pero para organizar bien una campaña se necesita un grupo estable que lleve adelante un trabajo de base con importante esfuerzo y continuidad.

No basta con llamar al boicot:

Hay que organizar acciones colectivas, concretar el boicot, centrarlo en determinados productos, promover acciones contra los supermercados que venden productos israelíes....exigir la suspensión de la venta de armas. Apoyar a campañas mundiales ya en marcha (veolia, Motorola, L'Oréal...).
Hay que conseguir que los sindicatos apliquen sus llamamientos al boicot : que rompan relaciones con el sindicato israelí Histradut – sionista cien por cien e importante apoyo del Estado israelí–, exigiendo su expulsión de los organismos sindicales internacionales, ...que apoyen en la practica a los sindicatos palestinos, ...y que organicen el boicot a empresas y productos israelíes. .
Es necesario investigar el tipo de relaciones que mantienen con Israel todo tipo de instituciones (diputaciones, parlamentos, Universidades, ayuntamientos, gobiernos ) ,buscando las medidas mas eficaces para conseguir que las rompan, junto con la promoción de hermanamientos con instituciones palestinas.
Campañas especificas para expulsar a los equipos israelíes de las competiciones deportivas europeas.
Campañas para aplicar el boicot cultural en conciertos, festivales de cine, etc...y, al mismo tiempo, potenciar la difusión de artistas palestinos e israelíes que están en contra de la ocupación...
Llamamientos a expulsar a Israel de todo tipo de organismos internacionales (sociedades médicas, científicas, de investigación, deportivas... de la ONU, la UNESCO, etc...)
Campaña de presión para que se rompan los acuerdos con Israel tanto del gobierno español como de la UE, exigiendo además indemnizaciones por la destrucción repetida de las infraestructuras que estos financian.
Apoyo a las campañas que pretenden que Israel sea juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad.
2.- La dirección, coordinación y centralización de la campaña corresponde al BDS movement .

Por tanto, si realmente quieren apoyar al pueblo palestino, el trabajo de las organizaciones de izquierda tendrá que estar enfocado a facilitar los medios necesarios para que esta dirección sea posible:

Impulsando la creación de comités de base BDS locales, en los sindicatos, en barrios, en empresas, en pueblos, sectoriales... que se irían coordinando a medida que se fueran consolidando.
Ayudando al BDS movement a disponer de una página BDS movement en castellano, aportando medios técnicos y traducción.
Escuchemos lo que nos pide la sociedad civil palestina y demostremos nuestra solidaridad respondiendo a sus peticiones: pongamos en marcha una fuerte campaña BDS.

No podemos continuar con el papel de pasivos espectadores. Es tan brutal lo que está haciendo Israel en nuestro nombre y con la colaboración de “nuestras instituciones”, “nuestros gobiernos”, “nuestras empresas”... que nos convertimos en cómplices si no actuamos.

OPERACIÓN PLOMO SÓLIDO...

TODO; Ante el silencio vergonzozo de los países "civilizados", de la ONU, de los países "democráticos" y las naciones árabes "moderadas", el mundo quiere olvidar, poner una venda negra sobre lo ocurrido en Gaza, sobre los crímenes cometidos en Gaza, amparar a los criminales de guerra de Israel, Olmerte, Barak, Livni y Gaby Ashquenazi, el comandante en jefe de las ffaa. El mundo cuerdo, la gente que apoya la paz, la justicia y la autodeterminación de los pueblos sojuzgados, como el palestino, deben remover el recuerdo de los asesinatos en masa, los crímenes de fósforo blanco y exigir el castigo a los culpables. Andrés Aldao


Operación plomo sólido: la última matanza de Israel


Higinio Polo
El Viejo Topo

El pasado 17 de enero, el Tsahal israelí, tras detener la agresión a la franja de Gaza, permitió la entrada de algunas personas de organizaciones internacionales por el paso de Rafah, fronterizo con Egipto; entre ellas, un pequeño equipo de Amnistía Internacional. Era una novedad, porque desde el mes de noviembre de 2008, Israel impedía la entrada en la franja de Gaza de organizaciones humanitarias y periodistas. La máquina de guerra israelí acababa de detener su furia. Las primeras impresiones de los miembros de Amnistía Internacional fueron atroces: en Gaza, todavía podían verse trozos de fósforo incandescente en la calle, en viviendas, al alcance de los niños. Pudieron ver cómo, entre un caos dantesco, los ciudadanos se afanaban para recuperar los cadáveres enterrados de cualquier forma por las palas de los bulldozers militares del ejército israelí entre los escombros de las casas, que trataban a los muertos como si fueran basura. Porque, mientras tenía lugar la feroz matanza de palestinos, los militares hebreos impedían el entierro de los muertos, dejando que los cadáveres empezaran a descomponerse: más de cien cuerpos fueron recuperados en los primeros días de la nueva tregua. De nuevo, con su potente maquinaria militar, a la vista del mundo, Israel arrasaba pueblos y ciudades, como hace poco más de un año en Líbano. Las consecuencias han sido letales: más de mil trescientos muertos, casi seis mil heridos, más de cien mil desplazados, cuatro mil casas destruidas y barrios enteros arrasados, decenas de escuelas dañadas, hospitales, centros administrativos, almacenes.

Para justificar su actitud, acumulando mentiras sobre mentiras, Israel acusó al gobierno de Hamás de haber roto la tregua, acto que estaría en el origen de su Operación Plomo sólido. Hamás había cumplido con los términos de la tregua, así como otras organizaciones palestinas, a pesar de que algunas, como el FPLP, no estaban de acuerdo con su contenido. La acusación del gobierno israelí era una mentira más, porque la agresión fue iniciada por el Tsahal y, además, olvidaba deliberadamente el inhumano bloqueo a la franja de Gaza, el cierre de los pasos fronterizos, la negativa israelí a permitir la entrada de gasolina, medicinas, alimentos, hasta el extremo de haber creado una situación de emergencia denunciada por los organismos de la ONU y por organizaciones humanitarias. Se calcula que en la Franja entraban setecientos camiones diarios con suministros para la población, y que, según datos de la Fundación Carter, el bloqueo israelí ha reducido esa cifra a menos de un tercio, condenando a la penuria y al hambre a un millón y medio de personas. En Gaza falta hasta el agua potable.

¿Qué había pasado, en realidad, en los meses anteriores a la agresión? El 19 de junio de 2008, el gobierno de Hamás en la franja acordó una tregua de seis meses con Israel, por la que Tel-Aviv se comprometía a suavizar el bloqueo, mientras que los palestinos aceptaban detener el lanzamiento de cohetes a territorio israelí. En ese momento, durante los poco más de cinco meses transcurridos del año 2008, el ejército israelí había matado a casi cuatrocientos palestinos, entre ellos sesenta niños, casi todos habitantes de la franja de Gaza; al tiempo que dieciséis civiles y nueve militares israelíes habían muerto en acciones palestinas. Algunos ataques israelíes tuvieron especial repercusión internacional, como el asesinato en Gaza del periodista Fadel Shana, de la Agencia Reuters, y de tres palestinos, dos niños y un adulto, en abril de 2008. El periodista estaba debidamente identificado con un chaleco antibalas fluorescente, donde podía leerse, al igual que en su vehículo, “PRENSA”, circunstancia que no impidió su asesinato: mientras Fadel Shana filmaba un tanque israelí, sus ocupantes lanzaron un obús contra él, pese a la presencia de civiles. Era el séptimo periodista asesinado por el ejército israelí. Para limitar las críticas internacionales, procediendo según su costumbre, Israel anunció una investigación, que concluyó justificando la acción de sus soldados. De hecho, ante asesinatos semejantes, todas las “investigaciones” que ha emprendido Israel han sido exculpatorias para sus militares.

La tregua de junio de 2008 fue recibida con alborozo por la población palestina, desesperada, pero deseosa de aferrarse a la más mínima posibilidad de cambio, que permitiese la apertura de las fronteras y la llegada de alimentos y suministros. Israel, una vez más, no sólo incumplió sus compromisos, sino que aumentó su presión sobre la martirizada población palestina, que alcanza a todos los aspectos de la vida cotidiana. Ya en abril de 2008, antes de la firma de la tregua, la Organización Mundial de la Salud había denunciado que los servicios de seguridad del Shin Bet israelí llegaban al extremo de denegar muchos permisos para pacientes palestinos que debían ser tratados de cáncer fuera de la Franja. Debido a ello, en los últimos meses, decenas de palestinos han muerto por la negativa israelí a permitir su salida de la franja de Gaza, pese a conocer que no podían ser tratados dentro por la precaria situación hospitalaria. ¡Para conceder el permiso de salida de Gaza, los militares israelíes ponían en ocasiones la condición de que el paciente palestino se convirtiera en delator y colaborador de sus servicios secretos! En noviembre de 2008, John Ging, director de la UNRWA, denunciaba que Israel llegaba al extremo de someter a embargo a los propios organismos de la ONU que realizan trabajo humanitario, y se preguntaba en qué lugar del mundo la ayuda alimentaria era sometida a tan severas restricciones. Al mismo tiempo, en Ginebra, Navi Pillay, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, denunciaba: “Un millón y medio de palestinos han sido privados de sus más básicos derechos humanos durante meses. El bloqueo es una violación de las leyes internaciones y humanitarias.” Israel había creado un ghetto infame, aislado del mundo, y aumentaba su presión. En ese momento, hacía cuatro meses que el lanzamiento de cohetes hacia Israel desde la franja se había detenido por completo: la población israelí había disfrutado de una calma absoluta y las milicias palestinas no habían realizado ningún ataque, pese a padecer hechos tan graves como el pogromo contra palestinos en la ciudad israelí de Acre (donde viven muchos colonos extremistas evacuados de Gaza en 2005), pogromo tolerado por la policía israelí, o “asesinatos selectivos” por parte de los servicios secretos israelíes..

El 4 de noviembre de 2008, pese a la calma, Israel, utilizando como excusa que los palestinos estaban construyendo un túnel cerca de la frontera, rompió la tregua con Hamás, asesinando a seis palestinos en una incursión en el interior de Gaza, apoyada por fuerzas terrestres y aviación. Desde ese momento, intensificó aún más el bloqueo, creando una situación de emergencia y configurando un gigantesco campo de concentración donde se impedía la entrada de periodistas, diplomáticos europeos, organizaciones humanitarias e incluso funcionarios de la ONU. Amnistía Internacional acusó a Israel de estar llevando a cabo un castigo colectivo a toda la población palestina. Sin inmutarse, a finales de diciembre, el gobierno israelí ordenaba al Tsahal atacar Gaza para iniciar la matanza. Comenzaba la Operación plomo sólido, preparada desde muchas semanas atrás. Pese a la propaganda con que Israel intentó intoxicar al mundo, fueron los soldados invasores quienes ocuparon las casas, quienes las utilizaron como puestos de ataque, quienes destrozaron el mobiliario, reventando las paredes y, desde los agujeros, practicaban la caza de palestinos.

Mientras tanto, sus tanques aplastaban ambulancias, vehículos, destrozaban las calles. Los misiles lanzados por Israel, junto con el bombardeo de sus F-16 y de la artillería crearon tal escenario de destrucción que Amnistía Internacional hablaba de “barrios concurridos convertidos en paisajes lunares”. La ferocidad israelí parecía no tener límite. Una buena parte de los huertos y carreteras, hospitales, escuelas, conducciones de agua, tendidos eléctricos, almacenes de alimentos, oficinas y locales de la ONU, centros administrativos, viviendas, fueron arrasados por completo: la devastación fue apocalíptica. Incluso la agencia de la ONU para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA) de Jabalia fue bombardeada, matando a 41 personas, y la escuela primaria de la UNRWA de Beit Lahia, donde se refugiaban casi dos mil personas que dormían hacinadas pensando que allí estaban seguras, fue blanco de la artillería israelí: varios niños murieron y otras personas resultaron heridas. La inhumanidad del ejército israelí, que bombardeó con saña a los civiles, sin preocuparse por las consecuencias, llenó Gaza de cadáveres, de personas con miembros amputados, con la cabeza reventada, con espantosas heridas que horrorizaban incluso a los médicos, quienes, con precarios medios, intentaban afrontar un infierno. La revista The Lancet, que denunció el silencio de la mayoría de las asociaciones médicas del mundo, recogió las palabras de unos médicos noruegos, expertos en escenarios de guerra, Mads Gilbert y Eric Fosse, quienes llegaron al hospital Al-Shifa de Gaza cuando el año 2008 finalizaba: “Hemos visto las heridas de guerra más horribles en hombres, mujeres y niños de todas edades”. Los testimonios eran numerosos, pero, negando la evidencia, el gobierno israelí y sus cómplices prosiguieron encarnizadamente la matanza. El propio Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, que entró en la franja de Gaza el 20 de enero, calificó de “escandaloso” que Israel hubiese bombardeado incluso la sede de la ONU en Gaza y prometió que la organización internacional haría todo lo posible para que se abriera una investigación sobre la matanza de civiles. Pero la martirizada población palestina necesita algo más que palabras. La propia ONU considera que reparar la devastación causada por Israel costará miles de millones de dólares.

Esa es la secuencia de los hechos, aunque ello no impida a Israel seguir acumulando mentiras acusando a Hamás de haber roto la tregua. Tel-Aviv lo hizo con la ayuda del gobierno Bush (y con el silencio de Obama), cuya secretaria de Estado, Condoleeza Rice, pese a que estaba bien informada por sus servicios secretos y saber que no era así, también hizo responsable a Hamás de la ruptura. Algo parecido hizo el Parlamento Europeo, que culpó al movimiento islamista del fin de la tregua, y, aunque acompañó esa acusación del reconocimiento de que Israel “estaba violando el Derecho Internacional Humanitario” en su agresión a Gaza, se abstuvo vergonzosamente de pedir el fin del bloqueo a la Franja. Diputados comunistas del Parlamento Europeo acusaron a la Unión Europea de complicidad con el gobierno israelí, y de ser responsables, junto con Estados Unidos, “de la impunidad criminal de Israel”. Pero sus demandas de expulsión de los embajadores israelíes, de suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel, firmado por la Unión Europea, y de creación de una Comisión de Investigación sobre los crímenes cometidos por Israel en Gaza, fueron desoídas por la mayoría del Parlamento.

Para justificar su feroz agresión, la propaganda israelí puso en circulación las habituales mentiras, mezcladas con medias verdades. Desde la insistencia en el lanzamiento de cohetes (algunos portavoces militares, sin ningún escrúpulo, hablaban de “misiles”), ocho mil, según Tel-Aviv, que han causado muy pocas víctimas entre la población civil israelí. La propaganda israelí también utilizó al soldado Gilad Shalit, que sigue prisionero en Gaza, cuyo cautiverio fue una de las excusas dadas por el gobierno de Olmert para mantener el bloqueo a la Franja y para justificar su actuación, aunque se abstuvo de recordar que casi diez mil palestinos se hallan en prisiones israelíes (de los que casi mil proceden de la Franja). Para mayor vergüenza de Israel, además de la persistente política de asesinatos y matanzas contra la población palestina, llevada a cabo por todos los gobiernos israelíes, en el inicio de la Operación Plomo sólido había también cálculos electorales: para reforzar las posibilidades de Kadima, y también de Barak y Livni, aunque pertenezcan a distintos partidos.

Sin embargo, algo está empezando a cambiar. Las manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino que llenaron las calles de muchas ciudades del mundo, muestran el progresivo aislamiento de Israel, aunque no hayan conseguido detener su ferocidad. Las palabras del parlamentario británico Gerald Kaufman, judío y miembro del Partido Laborista, en la Cámara de los Comunes, calificando a los gobernantes israelíes de criminales de guerra, ilustran el desprestigio creciente de Israel: “Me educaron como judío ortodoxo y sionista. […] Mis padres vinieron a Gran Bretaña como refugiados desde Polonia. La mayoría de sus familias fueron más tarde asesinadas por los nazis en el holocausto. Mi abuela estaba enferma en la cama cuando los nazis llegaron a su casa en el pueblo de Staszow. Un soldado alemán le disparó un tiro en la cabeza. Pero mi abuela no murió para prestar cobertura a los soldados israelíes que asesinan abuelas palestinas en Gaza. El actual gobierno israelí explota cínicamente y sin piedad la inacabable culpabilidad de los gentiles por la matanza de judíos en el holocausto como justificación para asesinar palestinos. […] Ya va siendo hora de que nuestro gobierno le diga claramente al gobierno israelí que su conducta y su política son inaceptables, y de que imponga una total prohibición de suministro de armamentos a Israel. Ha llegado el momento de la paz, pero de una paz auténtica, no de la solución por conquista que pretenden los israelíes y que nunca podrán alcanzar. No son simplemente criminales de guerra: están locos.”

En el ataque a Gaza, el Tsahal mató a casi mil cuatrocientos palestinos, y causó heridas a unas seis mil personas más, entre ellas dos mil niños y ochocientas mujeres. Para justificar el elevado número de civiles asesinados (entre ellos, más de cuatrocientos niños y más de cien mujeres), Israel volvió a acusar a las milicias palestinas, sobre todo a Hamás, de utilizar a la población como escudos humanos. Era una burda mentira, pero, según el derecho internacional, aunque esa acusación fuera cierta no justificaría el asesinato de civiles inocentes. Trece israelíes murieron, entre ellos cuatro civiles. La desproporción era evidente. También lo es el número de muertos en ambos bandos: en los ocho años transcurridos desde el inicio del siglo XXI, quince israelíes han muerto a causa del lanzamiento de cohetes palestinos; mientras que el Tsahal ha causado directamente la muerte de casi cinco mil palestinos en el mismo periodo. Para vergüenza del gobierno israelí, Amnistía Internacional ha acusado directamente a su ejército de ser quien ha utilizado a la población civil palestina como escudo humano, ocupando viviendas palestinas y utilizando a las familias como rehenes en los pisos superiores mientras los francotiradores israelíes ocupaban los bajos de las casas para disparar desde allí. Es cierto que, al mismo tiempo, Amnistía Internacional reprocha a los combatientes palestinos que disparen desde zonas próximas a las viviendas, con el peligro que supone para la población, aunque es obvio para cualquier observador que en una zona tan pequeña y superpoblada como la Franja de Gaza es difícil para la resistencia defenderse y disparar lejos de zonas urbanas o campamentos de refugiados.

Israel ha utilizado armamento prohibido por los acuerdos internacionales, ha pisoteado las Convenciones de Ginebra, ha utilizado su poderosos ejército, su marina, su aviación, contra milicianos mal armados, y contra la población civil, en un intento deliberado de crear una situación de terror. La evidente comisión de crímenes de guerra por Israel exige que todas las organizaciones progresistas y los ciudadanos honestos pidan a sus gobiernos y a la Corte Penal Internacional la apertura de una investigación internacional y la creación de un tribunal que juzgue a los responsables. Convertidos en criminales de guerra, los dirigentes israelíes despreciaron incluso las acusaciones de algunas asociaciones judías internacionales y de destacados judíos, como el escritor francés André Nouschi, que, a principios de enero de 2009, escribió una contundente carta al embajador israelí en Francia en la que afirmaba: “Como judío, siento vergüenza de vosotros”.

El gran argumento que repite la propaganda israelí es que Israel es “la única democracia de Oriente Medio” y que no hace sino responder a las “provocaciones terroristas” palestinas utilizando su “legítimo derecho a la defensa”. Es difícil acumular tantas mentiras. Para empezar, porque Israel no es una democracia, sino un Estado racista, colonial, oficialmente judío (similar, por tanto, en ese sentido, a la teocracia iraní o a la dictadura saudita), que utiliza la tortura en sus centros de detención, que ordena asesinatos y ejecuciones extrajudiciales, que discrimina a buena parte de la población de su territorio, que encarcela sin justificación, que permite el robo de la tierra y las propiedades palestinas, no ya en Gaza o Cisjordania, sino en el propio Israel, como atestiguan los constantes abusos en Jerusalén Este, y que incluso impide la participación política de algunos partidos palestinos. Segundo, porque la mayor de las provocaciones, y el origen de todo el conflicto, es la “limpieza étnica” y el despojo protagonizados por las organizaciones terroristas sionistas en 1948 que provocaron una oleada gigantesca de refugiados palestinos en toda la zona, y que hoy, sesenta años después siguen malviviendo, ellos y sus descendientes, en infames campamentos de refugiados. Esa es la verdadera provocación y el origen del crimen. Tercero, porque la defensa propia siempre debe ser proporcional, e Israel utiliza el terror y, con mucha frecuencia, es quien inicia los nuevos episodios de enfrentamientos. Ese es el Israel que dice defenderse. ¿Puede el mundo aceptar su comportamiento?

* * *

La feroz indiferencia ante la muerte de los civiles palestinos, que ha gangrenado a buena parte de la sociedad israelí, explica el cinismo y la impunidad con que actúan sus gobiernos. Despojando de toda humanidad a la población palestina, los soldados israelíes pueden reventar las casas, patear las cabezas de aterrorizados ciudadanos, disparar al menor pretexto, tratar a los palestinos como si fueran bestias, asesinar sin temor a las consecuencias. El desprecio, el odio y el fanatismo religioso refuerzan la crueldad con que Israel destruye las vidas de tantos palestinos: años de mentiras, de humillaciones, de asesinatos impunes, de saña y de brutalidad, han creado en el imaginario colectivo de buena parte de la población israelí un estereotipo de “palestino” que se acerca mucho a la concepción que tenían los nazis sobre los propios judíos. Así, los palestinos despojados durante décadas no son víctimas, sino feroces partidarios del terrorismo islamista y merecen el bloqueo e incluso la muerte. Por eso, es habitual que incluso responsables de organizaciones israelíes califiquen a los palestinos de “bestias”, de “cucarachas”, de “basura”, cuyo destino debe ser el éxodo y la aniquilación. Para Israel, los palestinos deben aceptar que jamás volverán a recuperar su tierra, y la política de ampliación de los asentamientos para colonos israelíes, de construcción del muro, de confiscación arbitraria de tierras palestinas, está orientada a la absorción de buena parte de Cisjordania, encerrando a los palestinos en ghettos aislados, fuertemente vigilados, similares a la Gaza que conocemos hoy. El viejo plan de Ariel Sharon de retirarse de Gaza para controlar Cisjordania fue incluso rechazado por los más feroces partidarios de la segregación de la población palestina: incluso el Likud se manifestó contrario al plan de Sharon. En nuestros días, el gobierno de Olmert ha continuado impulsando la creación de nuevos asentamiento y la ampliación de los existentes. Más de doscientos mil colonos israelíes viven ya en barrios del Jerusalén palestino, y otros doscientos cincuenta mil ocupan las mejores tierras de Cisjordania. En ese escenario, el proceso iniciado en Oslo, y la posterior hoja de ruta diseñada por el gobierno de Bush, son una verdadera burla y la constatación de que Israel no quiere la paz y, mucho menos, la solución del drama palestino. La vía de la negociación impulsada por la ANP y por Abbas, encajonada entre Oslo y la hoja de ruta, no ha dado ningún resultado, y ha servido de coartada para que Israel prosiga su política de represión y de despojo.

La resistencia palestina, que se debate entre organizaciones nacionalistas, islamistas e izquierdistas, tiene ahora un complejo escenario ante sí. Las grandes cuestiones que plantea la causa palestina continúan siendo las mismas: el fin de la ocupación israelí y la creación de un Estado independiente, que conserve las fronteras de 1967; la cuestión de Jerusalén, que debe ser la capital, compartida o no, de la nueva Palestina; y el retorno de los refugiados. La paz en la zona debe basarse en esas premisas, porque todas las demás cuestiones son secundarias. Porque, pese a la enorme destrucción, el pueblo palestino ha vuelto a demostrar que, truncando el objetivo israelí, no va a rendirse, y que el único camino es combinar la resistencia y la negociación. Sin embargo, acechan muchos peligros: Israel ha conseguido convertir a buena parte de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, en colaboracionista en muchas de sus decisiones, ahogada la administración de Mahmud Abbas en la corrupción y en la ineficacia, con la vieja Al Fatah de Yaser Arafat convertida en una organización desprestigiada. De hecho, Mahmud Abbas, que fue en los años setenta un destacado miembro del FDLP, se ha convertido en una figura que recuerda al Pétain colaboracionista bajo la ocupación, y no debe extrañar que Hamás y organizaciones de izquierda como el FPLP acusen a una parte de la ANP de “complicidad con Israel”. Pese a ello, la Autoridad Nacional Palestina ha decidido denunciar al gobierno israelí ante los organismos internacionales por la comisión de “crímenes contra la humanidad”. Pero la división palestina hipoteca la resistencia.

A Israel le conviene presentar a la resistencia palestina como un movimiento con hegemonía islamista, para intentar convertirla en un espantajo similar a Al Qaeda. De hecho, el apoyo israelí a Hamás, en sus inicios como movimiento, tenía como objetivo la erosión y posterior destrucción de la OLP como organización palestina mayoritaria, que se manifestaba progresista y laica, y de la izquierda representada por el FPLP de George Habash y otras de menor implantación. Israel ha conseguido parcialmente ese objetivo, y la división política entre Cisjordania y Gaza, con dos gobiernos diferentes, que actúan con lógicas enfrentadas, juega a favor de Israel. Esa división tiene su origen en el proceso electoral que se inició en 2005. Tras la muerte de Arafat (envuelta en múltiples sospechas que apuntan a Israel), el 9 de enero del 2005 se celebraron las elecciones a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina, creada en virtud de los acuerdos de Oslo. A los comicios (que, pese a los obstáculos israelíes que impidieron votar a decenas de miles de palestinos, fueron calificados por observadores internacionales de ejemplares) se presentaron como principales candidatos Mahmud Abbas, por Al Fatah, y Mustafá Barghouti (el compañero de tantas batallas de Edward Said); además de Taysir Khaled por el FDLP, Bassam Salhi, por el Partido del Pueblo Palestino, y los independientes Abd Al Karim Shbair, Al Sayyed Barakeh y Abd Al Halim Al Ashgar. Los resultados confirmaron a Mahmud Abbas como presidente de la ANP. Así, Al Fatah mantuvo su función de eje de la resistencia palestina. Sin embargo, un año después, el escenario cambió. Las elecciones parlamentarias, celebradas el 25 de enero de 2006 y consideradas plenamente democráticas por todos los observadores internacionales destacados en la zona, dieron la victoria a Hamás, configurando un Parlamento palestino donde Hamás disponía de 76 escaños sobre un total de 132. La resistencia de Abbas y de Al Fatah a ceder el gobierno a Hamás aumentó los desencuentros, que culminaron en la negativa del partido de Abbas a integrarse en un gobierno conjunto y, después, en enfrentamientos armados entre ambas organizaciones que desembocaron en la actual situación, con dos gobiernos palestinos, uno en Gaza dirigido por Hamás, y otro en Cisjordania dirigido por Al Fatah. Para complicar más la situación, el mandato de Abbas ya ha terminado, aunque siga ejerciendo como presidente, y Hamás no reconoce su autoridad.

La propaganda israelí, con el silencio y, a veces, la complicidad de la ANP, ha intentado crear la idea en el mundo de que el gobierno de Hamás en la Franja es ilegítimo, calificándolo como fruto de un golpe de Estado, pero esa versión dista mucho de ser cierta. De hecho, actuando así, Israel, con el apoyo de Estados Unidos y, también, de la Unión Europea, que califican a Hamás de organización terrorista, pretende desconocer el resultado de las elecciones democráticas celebradas en todos los territorios palestinos ocupados, y esas elecciones dieron la victoria al partido de Jalid Mechaal, gusten o no sus postulados. La izquierda palestina tampoco los comparte, pero sabe que, hoy, Hamás está del lado de la resistencia ante la ocupación israelí y sabe que ese es el principal instrumento que debe mantener la población palestina.

La política de negociación y colaboración con Israel que ha mantenido la Autoridad Nacional Palestina no ha dado resultados. Ni el proceso iniciado con los acuerdos de Oslo (¡han pasado ya dieciséis años!, sin avances tangibles hacia un Estado palestino), supervisados por el gobierno Clinton, en un momento de desconcierto por la desaparición de la URSS, tradicional apoyo palestino; ni la posterior hoja de ruta, que el llamado Cuarteto (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y la ONU) lanzó para supervisar las negociaciones de paz, han dado resultados. Hay que recordar que la hoja de ruta fue publicada por el Departamento de Estado norteamericano en abril de 2003, y preveía “un arreglo final y global al conflicto palestino-israelí para 2005”. Fue una iniciativa estadounidense, aceptada por los otros tres avalistas del proceso, que, sin embargo, fue papel mojado desde el principio. La última declaración norteamericana, bajo el gobierno Bush, fijaba el límite de 2008 para cumplir con la hoja de ruta. Todo han sido mentiras, porque Israel no tiene la menor intención de negociar con seriedad, y, mucho menos, de avanzar hacia la creación de un Estado palestino.

La estrategia de Tel-Aviv se resume en el mantenimiento de un estado de guerra y tensión intermitentes, enmarañando las negociaciones, añadiendo siempre nuevas exigencias, imponiendo la discusión de cuestiones menores, dilatando la solución a la cuestión palestina, eternizando en el tiempo el proceso, confiando en la eficacia de la conjunción de su brutal represión sobre la población palestina, de los asesinatos selectivos de sus dirigentes más significados, de los masivos ataques armados y del estímulo de los enfrentamientos interpalestinos, añadidos al deterioro hasta límites insoportables de la vida cotidiana de los habitantes de Gaza y Cisjordania, sometiéndoles incluso a la tortura del hambre y al cerco de las enfermedades por las degradadas condiciones sanitarias que ha creado el bloqueo, mientras Israel sigue anexionando territorios y encerrando en ghettos inconexos a los palestinos, al otro lado de un muro más cruel que el del ghetto de Varsovia. Israel espera que esa dinámica lleve a las organizaciones palestinas a la interiorización de la derrota y al inicio del éxodo definitivo. Pero si una cosa ha demostrado el pueblo palestino es que continuará la resistencia al expolio y a la ocupación.

La colaboración de las dictaduras árabes, desde Egipto hasta Jordania y Arabia, complacientes con Estados Unidos e Israel, facilita la actuación israelí, que regularmente inicia agresiones limitadas, guerras que posponen la solución del conflicto palestino y crean cuestiones de disputa secundarias que facilitan su estrategia de no entrar a negociar la creación del Estado palestino. No es casualidad que Israel, además de destruir las infraestructuras de los territorios ocupados, arrase sistemáticamente todos los organismos e instituciones que pueden ser el germen del futuro Estado palestino. Tel-Aviv sabe que todas las organizaciones palestinas aceptarían la solución de dos Estados sobre la base de las fronteras de 1967. Pese a sus declaraciones, Israel no quiere la paz, sino la guerra, como demuestra su actuación: en el Líbano, Israel ha lanzado ataques en 1978, 1982, 1993, 1996 y 2006, y contra Cisjordania en 2002 (llamada, de manera hipócrita, Operación escudo defensivo), y la última, Operación plomo sólido, contra Gaza, por no hablar de las acciones más limitadas, contra los palestinos o como el ataque contra Siria en 2008. Esa es la estrategia compartida por la mayoría de organizaciones israelíes que defienden el delirio sionista.

Pero la división, y el enfrentamiento armado entre facciones palestinas, azuzado por Israel y por Estados Unidos, plantea un difícil futuro, en un Oriente Medio cruzado por múltiples enfrentamientos, con la ocupación norteamericana de Iraq y Afganistán, y donde tienen mucho qué decir Irán y Siria, Turquía y Egipto, además de las grandes potencias. El mandato de Mahmud Abbas ha concluido, y Hamás no reconoce ya su autoridad, como la ANP no reconoce al gobierno de Ismael Haniya, pero la dificultosa, e imprescindible, búsqueda de una estrategia común va a complicar el futuro inmediato, sobre todo porque Israel sigue estimulando la guerra civil entre los palestinos. En el horizonte inmediato sólo esperan al pueblo palestino nuevos sufrimientos, pero la resistencia sigue siendo el único camino.

29 marzo 2009

EL GRAN JUEGO

Uno o dos años de un gobierno de Netanyahu-Lieberman-Kahane pueden causar un daño irreparable a Israel ante el mundo, en las relaciones con los Estados Unidos, en el sistema judicial, en la democracia, la moral y la salud nacional. El lado positivo de esta situación es que el Parlamento tendrá una oposición fuerte, una vez más. Y
quizás hasta sea una oposición eficaz.


Por Uri Avnery

“Alea iacta est” -"la suerte está echada"-, dijo Julio César y cruzó el río Rubicón en su camino a conquistar Roma. Ése fue el fin de la democracia romana.

Nosotros no tenemos un Julio César. Pero tenemos un Avigdor Lieberman. Cuando él anunció el otro día su apoyo a un gobierno encabezado por Benjamin Netanyahu, cruzó el Rubicón.

Espero que éste no sea el principio del fin de la democracia israelí.

Hasta último momento, Lieberman mantuvo a la opinión pública israelí expectante. ¿Se uniría a Netanyahu? ¿Apoyaría a Tzipi Livni?

Aquellos que participaron en el juego de las especulaciones estuvieron divididos en su visión de Lieberman.

Algunos de ellos dijeron: Lieberman es de hecho lo que pretende ser, un racista nacionalista extremo. Su verdadero objetivo es convertir a Israel en un estado judío libre de árabes -Araberrein, en alemán. Él desprecia la democracia, no sólo la del país sino también la de su propio partido, integrado por gente que le dice a todo que sí. Como otros partidos similares en el pasado, el suyo está basado en el culto de la personalidad, el culto de la fuerza bruta, el desprecio por la democracia y el desdén por el sistema judicial. En otros países esto se llama fascismo.

Otros dicen: eso es solo una apariencia. Lieberman no es ningún fuehrer israelí, solo es un estafador y un cínico. Las investigaciones policiales en su contra y sus relaciones comerciales con los palestinos lo muestran como un ser oportunista y corrupto. Además, es amigo de Tzipi. Cultiva la imagen del fascista para facilitar su camino al poder. Pero entregará todas sus banderas por un pedazo de gobierno.

El primer Lieberman apoyaría un gobierno de extrema derecha de Netanyahu. El segundo Lieberman podría apoyar a un gobierno de Livni. Durante una semana entera él hizo malabares. Ahora se ha decidido: él es, de hecho, un racista nacionalista extremo. Y como dicen los norteamericanos: si camina como un pato y hace cuac como los patos, es un pato.

Para cuidar las apariencias, le dijo al presidente, Shimon Peres, que su propuesta de reapaldar a Netanyahu para que forme gobierno sólo aplica si éste acepta un gobierno de base amplia que incluya al Likud, a Kadima y a su propio partido. Pero ésa es simplemente una maniobra: probablemente un gobierno como ése no logre formarse y sí lo haga una alianza del Likud, Lieberman, los discípulos de Meir Kahane y los partidos religiosos.

Algunos en la izquierda dicen ¡excelente! Los votantes conseguirán exactamente lo que merecen. Finalmente, habrá un gobierno exclusivamente de derecha.

Uno de los defensores de esta posición es Gideon Levy, consistente defensor de la paz, la democracia y la igualdad civil.

Él y quienes piensan como él sostienen que Israel tiene que atravesar esta fase antes de que pueda recuperarse. Que la derecha debe tener el poder necesario para llevar adelante su programa, sin el pretexto de encontrarse limitada por los miembros de izquierda o de centro de la unión. Que hay que dejarlos intentar, a la vista de todo el mundo, seguir una política de guerra, el derrocamiento de Hamas en Gaza, la anulación de cualquier negociación de paz, el fortalecimiento de los asentamientos, escupiendo ante la opinión pública mundial y chocando con los Estados Unidos.

Para quienes sostienen esto, ese gobierno no podría durar demasiado. La nueva administración de Barack Obama no lo permitirá. El mundo lo boicoteará. Los judíos norteamericano entrarán en shock. Y si Netanyahu se desvía -aunque sea ligeramente-del estrecho rumbo de la derecha, su gobierno caerá hecho pedazos. Los socios kahanistas (seguidores del extremista Meir Kahane, n. del traductor) del gobierno pedirán el divorcio. Después de todo, el último gobierno de Netanyahu cayó hace diez años por impulso de la extrema derecha, que no le perdonó que se sentara con Yasser Arafat y firmara un acuerdo que dio (pro forma) parte de Hebron a la Autoridad Palestina.

Después de la caída del gobierno, según esta prognosis, la opinión pública entenderá que no hay ninguna opción de derecha, que los eslóganes de la derecha no son más que palabras sin sentido. Sólo así ellos llegarán a la conclusión de que no hay ninguna alternativa al camino de la paz. Los votantes elegirán un gobierno que terminará la ocupación, allanará el camino para un Estado palestino con capital en Jerusalén Oriental y se retirarán a las fronteras de la Línea Verde, con los ajustes que fueran mutuamente aceptables.

Para que la opinión pública acepte esto, es necesario un shock. La caída del gobierno de extrema derecha podría provocar esa sacudida. Según un refrán atribuido (equivocadamente, parece) a Lenín, cuanto peor, mejor. O, dicho de otro modo, debemos estar mucho peor antes de poder conseguir algo bueno.

Ésa es una teoría seductora. Pero también es aterradora.

¿Cómo podemos estar seguros de que la administración de Obama tornará irresistible su presión sobre Netanyahu? Eso es posible. Esperemos que pase. Pero no es en absoluto cierto.
Obama no ha pasado todavía ninguna prueba ante ningún problema. Está claro que hay una marcada diferencia entre lo que él prometió en la campaña electoral y lo que está haciendo en la práctica. En varios temas está continuando las políticas de George Bush con ligeras alteraciones. Eso era, por supuesto, esperable. Pero Obama no ha mostrado todavía cómo actuaría bajo presión real. Cuando Netanyahu movilice a fondo el lobby pro israelí, ¿Obama se rendirá, como lo hicieron todos los presidentes precedentes?

Y la opinión pública mundial, ¿qué tan unida estará? ¿Cuánta presión podrá ejercer? Cuando Netanyahu declare que cualquier crítica a su gobierno es “antisemita” y que cada llamada al boicot es el eco del eslogan nazi “Kauft nicht bei Juden” (“no compre a los judíos”), ¿cuántos de los críticos resistirán la presión? ¿Cuánto coraje serán capaces de tener Merkel, Sarkozy y Berlusconi? Y por otro lado: un boicot mundial ¿no intensificará la paranoia en Israel y empujará a toda la opinión pública israelí a los brazos de la extrema derecha, bajo el slogan de que todo el mundo está contra nosotros?

En la mejor de las circunstancias, si todas las presiones materializan y tienen un fuerte impacto, ¿cuánto tiempo tomará? ¿Qué desastres logrará hacer un gobierno como ése antes de que la presión empiece a tener efecto? ¿Cuántos seres humanos serán matados y resultarán heridos en ataques y actos de venganza mutuos? Un gobierno dominado por los colonos, ¿cuántos nuevos asentamientos establecerá?, ¿cuántos de los existentes serán ampliados? Y mientras tanto, ¿acaso los colonos no intensificarán su provocación a los palestinos con el objetivo de provocar una limpieza étnica? And in the meantime, won’t the settlers intensify their harassment of the Palestinian population with the aim of bringing about ethnic cleansing?

Los integrantes del espectro de la derecha ya han declarado que no aceptan un cese de hostilidades en Gaza porque eso consolidaría el poder de Hamas allí. Ellos buscan renovar la Guerra de Gaza bajo una dirección más brutal aún, reconquistar la Franja y volver a poblarla con colonos.

El discurso de Netanyahu sobre una “paz económica” es algo sin ningún sentido, porque ninguna economía puede desarrollarse bajo un régimen de ocupación y centenares de barricadas. Cualquier proceso de paz -real o virtual- será parado. El resultado: la autoridad palestina se derrumbará. Presa de la desesperación, la población cisjordana irá más allá de Hamas o del movimiento Al-Fatah para convertirse en Hamas 2.

Dentro de Israel, el gobierno tendrá que enfrentar una depresión que se profundiza y quizás cause un caos económico. Todas las áreas del gobierno están unidas en su odio a la Corte Suprema, y las locas manipulaciones del ministro de Justicia, Daniel Friedman, serán reemplazadas por otras más locas todavía. Con el atractivo eslogan del “cambio de régimen”, el asesinato selectivo del sistema democrático tendrá lugar.

Todas estas cosas son posibles. Uno o dos años de un gobierno de Bibi-Lieberman-Kahane pueden causar un daño irreparable a Israel ante el mundo, en las relaciones con los Estados Unidos, en el sistema judicial, en la democracia, la moral y la salud nacional.

El lado positivo de esta situación es que la Knesset (Parlamento unicameral) tendrá una oposición fuerte, una vez más. Quizás hasta una oposición eficaz.

Kadima nació para ser un partido gubernamental. No será fácil para él adaptarse al papel opositor. Eso requerirá una transformación emocional e intelectual. Durante diez años yo dirigí una oposición intransigente en la Knesset, y sé lo difícil que es. Pero si Kadima logra tal transformación con éxito -cosa que dudo- puede convertirse en una oposición eficaz. La necesidad de presentar una alternativa clara al gobierno derechista puede llevar al partido a descubrir fuerzas insospechadas dentro de sí. Los juegos de Tzipi Livni con los palestinos pueden llegar a convertirse en un programa serio para arribar a una solución de dos estados, un programa que se fortalecerá y se ahondará en la disputa parlamentaria con un gobierno que lleva adelante un programa opuesto.

El Laborismo también tendrá que sufrir una transformación profunda. Ehud Barak no es ciertamente la persona adecuada para emprender una lucha opositora, sobre todo porque no será “la cabeza de la oposición”, un título oficialmente conferido por la ley al líder de la facción opositora más grande. Él será el segundo violín en el concierto opositor. El Laborismo tendrá que competir, y quizás esto lo lleve a su recuperación. La Biblia nos cuenta el milagro de los huesos secos (Ezequiel 37).

Eso es aplicable aún más para Meretz. Tendrá que competir con Kadima y el Laborismo para justificar su lugar en el camino de la paz y la recuperación social.

Un optimista real puede esperar incluso un acercamiento entre la "izquierda judía” y los “partidos árabes”, alternativa que hasta ahora la izquierda ha boicoteado y obviado como posible alianza. El esfuerzo común y el voto conjunto en la Knesset también pueden provocar allí un desarrollo positivo.

Y más allá de la arena parlamentaria, el gobierno de extrema derecha puede cambiar la atmósfera en el país y estimular a muchas personas bien intencionadas a dejar la seguridad de sus torres de marfil y empezar un proceso de rejuvenecimiento intelectual en los círculos desde los cuales una nueva, abierta y diferente izquierza debe emerger.

Todas estas son especulaciones teóricas. ¿Qué pasará en la realidad? ¿Cuáles serán las consecuencias de un régimen derechista "puro", si Tzipi Livni mantiene su determinación de no unirse al gobierno de Netanyahu? ¿Israel caerá en un camino suicida sin retorno o ésta será una fase transitoria antes del llamado a despertarse?

Es un gran juego, y como cada juego, despierta tanto miedo como esperanza.
La fuente: Uri Avnery es periodista, ex legislador y pacifista israelí, líder del movimiento Gush Shalom. La traducción del inglés pertenece a Sam More para elcorresponsal.com.

08 marzo 2009

LAURA

Laura

Recuerdo que la conocí en el III Encuentro de la Red Latinoamericana de Alternativas a la Psiquiatría que se realizó, si mal no recuerdo, en el 86, lo que fue para mí la primera vez que – desde antes del golpe del 76 – puede participar en un espacio de esas características. Porque fui uno de los no nos pudimos ir del país a tiempo y debimos mantenernos sobreviviendo en el aislamiento de todo aquello que representara un peligro para nuestras vidas (y para los demás) y, también por vivir a la distancia de los grandes centros, de aquellos que se enteraron de lo que verdaderamente había pasado, recién cuando comenzó la democracia y el Juicio a las Juntas.
Inolvidable encuentro, donde me encontré entre otros con Rubén Musicante, quien fuera mi primer terapeuta en Córdoba a comienzos de los 70 y que hubo de exiliarse en México luego de un atentado con una bomba de la Triple A. Donde Maria Langer en las palabras finales y a modo de cierre del evento dijo :” La locura, la psicosis, existe”. Y también donde Tato Pavloski puso en escena su increíble “Potestad”.

Pero en una de las comisiones fue donde estuve con Laura, junto a otras Madres y otros participantes, intentando poner en palabras lo que había acontencido, sus efectos, sus secuelas. Si aún hoy, transcurridos mas de 30 años, todavía estamos intentando dar cuenta de aquello, en aquel entonces resultaba tremendamente dificultoso. Nunca olvidaré el dolor que nos atravesaba, y la, para mí, casi inexplicable entereza, ante el espanto, que transmitían aquellas mujeres que seguian empujando a la historia hacia delante

Y entre ellas: Laura

Después fui enterándome de ella por distintos medios, hasta que en el 2004, gracias a la generosidad de Marta Zabaleta, volvimos a encontrarnos en la Universidad de Leiden, Holanda, con motivo de una Conferencia organizada por la Sociedad de Estudios Latinoamericanos (SLAS), donde compartimos una mesa, relatando nuestras mutuas experiencias durante la dictadura. Al finalizar, Laura, que había hablado de sus hijas y seres queridos desaparecidos, en un momento en que quedamos solos, me tomó de la mano y con lágrimas en los ojos me dijo: “Es increíble, pero todavía me parece mentira todo lo que pasó”. Y su pena y asombro me estremecieron, pues creo que entendía de lo que me estaba hablando.

Pronto volvimos a encontrarnos en la II Feria de la Palabra, organizada por Rubén Gómez, esta vez como mi invitada, pues era mi deseo que conociera Comodoro, y que mi ciudad la conociera a ella, convencido de que valdría la pena.

Vino junto con Patricia Luli y ambas pararon en casa, y eso días, los tengo, y seguramente Laura también, como de los mas bellos de nuestras vidas, tal la intensidad de lo vivido.

Recuerdo su asombro ante la belleza del mar, de las lomas, de las calles. Su emoción cuando estuvimos en la Biblioteca de Barrio San Martín y la recibieron con tanto afecto y admiración que le parecía increíble. Mas, cuando Rosa Pincul, querida lamgem, la honró con canciones mapuches al son del cultrún y con sus atuendos típicos, con todo el amor con que puede dedicar su canto alguien como ella.

En la Feria hizo una exposición brillante de “Desaparecidos: una palabra” con intercambio que los presentes aún recordarán. Tambén fue quien presentó mi libro “Poemas y canciones”, leyendo además, exultante y conmovida el poema “Que no se vayan todos”. “Nunca había leído un poema en público” me comentó después, con una alegría que la desbordaba.

Inolvidable nuestro paseo por las arenas de Rada Tilly y mas aún a Caleta Cordova, donde hube además de invitarla a comer mariscos en lo del Polaco, que fallelció el año pasado. Eran como las cinco de la tarde cuando fui a pedirle por excepción , dada la hora, que nos atendiera, y él, con la gentileza que siempre tuvo, puso manos a la obra. Cuestión que en una tarde soleada, embellecido por el azul del mar, con nuestras almas contentas, degustamos con todo el placer del mundo una de las comidas, según dijo Laura, mas ricas de su vida. Y aún recordamos y recordaremos los que estuvimos presentes, el diálogo increíble que se produjo entre Zbigmiewcz Gaborowski – que así se llamaba el Polaco – y Laura. La historia encarnada en un diálogo. El fue uno de los últimos combatientes que participaron en el Levantamiento del Gueto de Varsovia que aún permanecía vivo . Razón por la cual poco antes de morir fue condecorado por el gobierno de Polonia. Pero con Laura no hablaron de sus luchas sino de la belleza de la vida. Del placer de disfrutar de una comida hecha con amor y respeto. Eran una dama y un caballero de la vida dándole significado a sus existencias en un encuentro fortuito, para solaz de sus existencias.

Inolvidables las charlas que después tuvimos. Y las copas de vino tinto que se escurrían acariciando nuestros cuerpos, brindando por la alegría de sabernos vivos.

Inolvidable la permanente compañía que le brindaba mi perro Boggie, que como he relatado alguna vez, no se acerca a las personas malas.

Inolvidable Laura.

Porque sus palabras, su mirada, su profunda tristeza y su esperanzadora alegría, se fueron desplegando con el correr de las horas y los días.

Porque donde estuvimos compartió su dolor sembrando palabras de aliento.

Porque sus manos brindaron caricias de consuelo y agradecimiento.

Porque su mirada, franca y profunda, encandiló corazones y su voz arrulló oídos y mentes.

Eso y mucho mas nos brindó Laura.



Hable con ella hace unos meses, cuando me enteré por una querida amiga en común (eterna compañera de lucha) que no estaba bien de salud.

Se alegró, como se suele alegrar ella, cuando me identificó. Recordó algunas cosas, entre ellas: “Si me acuerdo del perrito..Como era el nombre?...”. Y yo sentí que se me estrujaba el pecho de emoción.

Hace tiempo que tengo la intención de escribir algo sobre Laura. Y hoy en este sábado que precede al Día Internacional de la Mujer, no pude contenerme.

Es mi homenaje a ella.

Laura mujer.

Laura madre.

Laura colega.

Laura luchadora..

Laura herida.

Laura destrozada.

Laura valiente.

Laura memoria.

Laura compañera.

Laura dulce.

Laura tierna.

Laura vida.

Por siempre Laura.

Laura Bonaparte.

Que de ella estoy hablando.

Miguel Angel de Boer

Comodoro Rivadavia, Marzo 7, 2009