31 enero 2009

PARA APRENDER

Para aprender

Por Osvaldo Bayer

Desde Bonn, Alemania Federal
El martes pasado se recordó en toda Alemania el Día del Holocausto. Fue el aniversario de cuando en 1945 fue liberado de los nazis el campo de concentración de Auschwitz. En una ceremonia profunda, fue el Parlamento alemán, en una sesión especial, el que le puso a esta fecha la emoción impregnada de rabia y de vergüenza de esa realidad tan cruel. El presidente alemán Köhler habló con un acento que denotaba su búsqueda de las verdaderas expresiones para describir un crimen tan ominoso como el de los campos de concentración nazis, donde fueron asesinados millones de seres humanos, niños, mujeres y hombres, judíos, gitanos, enemigos políticos, homosexuales y personas discapacitadas. En los palcos había representantes de todas esas víctimas. Pero, además, se hallaban alumnos de colegios secundarios, y universidades, docentes e integrantes de organismos de derechos humanos. Luego del discurso presidencial, ocuparon el centro de la escena cuatro niñas que leyeron trozos de cartas de las víctimas. Y luego un cuarteto musical trajo la música de Bach, que sirvió, tal vez, como búsqueda de consuelo imposible de encontrar. Sirvió para comprobar que los asesinatos no quedan impunes y que siempre hay una luz de esperanza cuando los asesinos son condenados para siempre por la Historia.
Ese mismo día me tocó hablar en la Iglesia Evangélica de Gelsenkirchen, en la cuenca del Ruhr, el núcleo fabril más potente de Alemania. Allí, en esa ciudad, un centro de educación para familias lleva el nombre de Elisabeth Käsemann, la estudiante alemana asesinada por la dictadura militar argentina en 1977. Elisabeth, luego de terminar sus estudios de sociología en la universidad de Tübingen, quiso hacer sus trabajos prácticos en Latinoamérica. Luego de estar en Perú marchó hacia la Argentina, donde realizó trabajos solidarios en una villa miseria del Gran Buenos Aires. El 8 de marzo de 1977 fue secuestrada de su domicilio por una patrulla militar y llevada al campo de concentración El Vesubio, donde fue brutalmente torturada, para luego ser asesinada, el 24 de mayo del mismo año. Su padre, Ernst Käsemann, uno de los más brillantes teólogos de Alemania, viajó a la Argentina para recuperar el cuerpo de su hija. Luego de largas negociaciones y mediante el pago de 25.000 dólares, miembros del Ejército Argentino le devolvieron los restos de Elisabeth. El peor delito: además de matar impunemente, hacer negocio con el cuerpo sin vida de la víctima. Ante su tumba, en el cementerio de Tübingen, en aquel 1977, hablé en nombre del exilio argentino. Y comencé diciendo: “No dejar nunca la última palabra a los verdugos y militares, esto lo escribió Ernst Käsemann sobre su hija Elisabeth. Y por eso estamos aquí, ante su tumba, para no dejar la última palabra a los verdugos y militares argentinos que prosiguen torturando y asesinando en mi tierra, en ese país, que Ernst Käsemann denominó ‘fascinante’ pero que al mismo tiempo en esa belleza hospeda a un verdadero infierno. Este hombre de la Palabra y la Fe no quiere que se haga de su hija una figura de mártir. No es nuestra intención, pero sin nuestra influencia, Elisabeth se ha convertido en un símbolo. En ella se ha corporizado la más hermosa de las palabras, que los pueblos del mundo exclaman en voz bien alta: Solidaridad. Detengámonos aquí y pensemos en la belleza, en la esperanzada poesía de esas sílabas, solidaridad, que con toda fuerza fue pregonada por aquellos seres humanos que con el vocablo pensaron en ayudarse mutuamente, en buscar soluciones comunes a todos, por encima de lenguas y de razas distintas. Elisabeth, como muchos otros seres de lejanos países, ha colaborado para traer una vez más la tradición humanista. De dar la mano al más débil. De desesperarse ante el dolor de los demás. De la utopía de la justa repartición de los bienes de la tierra. El prójimo. Nuestros semejantes. El compañero. La palabra contra las cámaras de gas, contra el balazo, contra la picana eléctrica, contra la desaparición, contra el robo de niños de las prisioneras”.
“Rosa Luxemburgo –proseguí aquella vez– escribía de la prisión: ‘Pese a la oscuridad de la celda, de la luz de la muerte que entra por el tragaluz del calabozo, mi corazón late pleno de una incomprensible, desconocida alegría interna como si yo caminara sobre un prado pleno de capullos regado por un triunfante rayo de sol. Y le sonrío a la vida como si yo supiera un mágico misterio, que castiga a todo lo malo y a las tristes mentiras y las convierte en pura claridad y felicidad’. Es que Rosa sabía que su lucha por los de abajo era la que le daría la razón de ser, de vivir, mientras otros acumulaban cargos o riquezas mediante el poder o la avaricia.”
Terminé mis palabras diciéndole a Elisabeth: “Elisabeth, no tengo otra cosa que ofrecerte que mi vergüenza. Pero también tengo un orgullo, angustiado, nacido de puro dolor, pero pleno de energía. Es el orgullo de poder hablar de nuestras mujeres, de aquellas que como Elisabeth perdieron sus vidas en la misma lucha. Y sé que el mejor homenaje a Elisabeth es nombrar algunas de esas mujeres, hoy desaparecidas y así recordar sus risas, sus sueños, y su fe en un futuro bien claro como las madrugadas de nuestras pampas, amplias, frescas, sin sombras, como el trinar de sus pájaros. Sí, nombrar a Liliana Isabel, Blanca Haydée, Alicia, Silvia Angélica, María Adelia, María de las Mercedes, Noemí, Raquel, María Victoria...”
Sí, María Victoria, la hija del querido Rodolfo Walsh. Recordaré siempre la alegría de él al nacer su hija: “¡Una hija, una hija...!” me repitió y sus ojos y sus labios rieron.
Y terminé diciendo: “Los vestidos de Rosa llenos de lodo en el fondo del Landwehrkanal en aquel Berlín de 1919, María Victoria Walsh que no se entregó a las bestias, y Elisabeth, Elisabeth Käsemann, la viajera de un lejano país, con su valija llena de utopías. Nuestros verdugos. Militares. No dejarles la última palabra”.
El acto del martes pasado, donde repetí aquel discurso, se hizo en la bella iglesia evangélica donde funciona el Centro de Educación Familiar Elisabeth Käsemann. Nada mejor que el nombre de la joven muerta en la Argentina para identificar a un lugar dedicado a las madres y a los niños, es decir, al futuro. Las consignas de esa institución son estos principios: “Queremos apoyar a los padres para posibilitar un sano desarrollo de sus hijos, para ofrecerles juegos propios de cada edad, para que tengan un movimiento sano, para un trato familiar libre de toda violencia, además de una sana alimentación y la alegría de cocinar para la salud. Queremos ayudar a los padres para que sientan alegría en la educación de sus hijos, para que puedan cumplir con sus necesidades y para que sepan solucionar todo conflicto familiar”. Una vez más, la ética triunfa finalmente. Los asesinos de Elisabeth, el general Suárez Mason y el teniente coronel Durán Sáenz, han pasado a la historia como miserables asesinos y torturadores. En cambio, la víctima ha sido homenajeada con este nombre a una institución que mira hacia el futuro, hacia una sociedad de sentimientos y sueños.
Lo mismo ocurrió con Auschwitz. Se recuerda todos los años a sus víctimas y se desprecia con asco a los políticos y a los uniformados que quisieron establecer un régimen basado en el odio y el racismo.
Ojalá que el 24 de marzo, el día en que comenzó la dictadura de la desaparición de personas y del robo de niños, nuestro Congreso nacional y todas las Legislaturas provinciales imiten al Bundestag alemán. Así como aquí se dedicó el día a rememorar la vergüenza más grande de este pueblo, con sus campos de concentración, sus cámaras de gas y sus seis millones de víctimas, así nuestros cuerpos legislativos deberían seguir este camino, dedicar sus sesiones de ese día a analizar el pérfido sistema de la desaparición de personas y cómo fue posible llegar a esa maldad infinita. Que hable un representante de cada bloque y luego, escuchar poesías con voz infantil de nuestros poetas desaparecidos y una música dedicada a ellos, una música propia de la tierra que los vio nacer. Y, además, que una mujer nos hable sobre nuestras mujeres de-saparecidas, sobre el dolor de las madres a quienes les quitaron sus hijos en el momento de dar a luz, y de la fuerza de las Madres que salieron a la calle a exigir Vida. Por supuesto, que en cada colegio secundario se dé una clase especial y en todas las universidades, en el aula magna, se recuerde a los estudiantes y docentes desaparecidos y se haga un análisis de aquel fracaso rotundo y criminal de nuestra sociedad.
Para aprender.

29 enero 2009

¿Y?

¿Y?

Después de la guerra, comienza la polémica interna en Israel. En este artículo, el autor cuestiona la efectividad de la ofensiva bélica contra las bases de Hamas en Gaza.

Por Daniel Kupervaser

En un magistral operativo aéreo basado en una maniobra táctica sin precedentes, logramos sorprender a las fuerzas de Hamas, carentes de todo armamento antiaéreo, de radares y sin un mísero avión, y en el término de tres minutos impactamos sobre un centenar de objetivos destrozando y devastando sedes ministeriales, instituciones civiles y militares, campamentos de instrucción militar, depósitos de municiones, cárceles, inclusive una formación de un centenar de policías civiles. ¿Y?
Continuamos los días siguientes con ataques desde el aire, destruyendo toda la infraestructura, bombardeando la boca de túneles de abastecimiento en el límite con Egipto, liquidando todo grupo de guerrilleros que lanzaba raquetas y misiles sobre las ciudades de Israel y todo edificio de donde se detectaban disparos. ¿Y?
Matamos desde el aire a Nizar Rayyan, prominente ideólogo y uno de los destacados líderes del movimiento Hamas, en una brillante ejecución puntualizada desde el aire bombardeando su casa. ¿Y?
Lanzamos una masiva ofensiva terrestre con infantería blindada, tanques, artillería e ingeniería, todos equipados con el armamento más sofisticado del mundo y con el apoyo de la marina y la mejor aviación del mundo. ¿Y?
Matamos a Said Siam, ministro del interior del gobierno de Hamas, otro de los prominentes lideres del grupo terrorista que controla Gaza. ¿Y?
Nos deleitamos escuchando los sabios consejos de los prominentes asesores militares de la televisión, todos generales, brigadieres y almirantes en retiro que competían entre ellos para ver quién proponía la maniobra más brillante o cargaba con más pólvora o municiones. ¿Y?
Observamos a los corresponsales militares de las cadenas televisivas locales, todos uniformados con las mismas camperas de cuero marrón de la aviación norteamericana, y también uniformados con la misma palabra que no era más que recitar los informes de la cúpula militar israelí, desprendiéndose de principios profesionales de la democrática misión de un periodismo crítico. ¿Y?
Sentimos el inédito y monolítico apoyo al operativo por parte de todos los sectores judíos: desde Meretz, famosos escritores como A.B. Yoshua y el denominado Nuevo Movimiento de Izquierda (¿izquierda dije?) hasta los prominentes representantes de la acérrima extrema derecha. El silencio de la oposición fue llamativo y por supuesto que los contados opositores que elevaron su voz rápidamente fueron acallados tras las "patrióticas" muchedumbres vociferando "traidores". ¿Y?
Fuimos testigos de cómo distinguidos y honorables rabinos que en su pasado fueron acusados por las autoridades competentes de "instigación al racismo" (un judío, ¿racismo?) fueron invitados por el ejército para armarse de municiones morales de la conocida tradición judía ofreciendo una arenga a soldados antes de entrar en batalla con expresiones como: "En esta guerra no hay inocentes y por lo tanto, se puede disparar sobre civiles" ¿Y? (1)
Vimos cómo se puedne mantener los operativos del ejército de Israel en un territorio densamente poblado de civiles tras una cortina de humo informativa por medio de una democrática prohibición de la entrada de todo medio de comunicación a la zona de Gaza, salvo aquellos "corresponsales objetivos", todos vestidos con las mismas camperas norteamericanas y que cuando se los lleva a lugares determinados saben poner los ojos donde al ejército le agrada. ¿Y?
Alentamos a la población y a nuestros soldados cantando junto con la famosa Zehava Ben su nueva y pegadiza canción "Flores color oliva", que en una copla proclama, modesta y patrióticamente: "No importa, en la cantina o en batalla, ellos ofrecen todo y pasan el tiempo, Israel se honra por tener el mejor ejército del mundo". ¿Y?
Observamos aquellos atrevidos traidores que tuvieron la osadía de protestar en forma pasiva pero en público en contra de la guerra, gesto que para la policía es un serio delito, casi una subversión, que requiere exigir de los jueces la cárcel pues esos actos "desmoralizan a la población". ¿Y?
Movilizamos las fuerzas militares activas y parte de la reserva de uno de los ejércitos más fuertes y sofisticados del mundo, y tras más de tres semanas de duros combates contra un enemigo que logra movilizar no más de 15 mil combatientes (perdón, terroristas), equipados solo con armamento obsoleto compuesto por fusiles personales y anticuados proyectiles antitanques, logramos aniquilar unos 600 a 700. ¿Y?
Aun antes de finalizar los combates, el primer ministro Olmert y el ministro de Defensa Barak en conferencia de prensa, y tras ellos todos los miembros del gabinete israelí, salieron a gritar: Victoria, Victoria, hemos vencido!!!. ¿Y?
Y nos preguntamos: ¿qué es lo que realmente logramos?
¿Logramos desalojar a Hamas del poder en Gaza? No. Al contrario, logramos afianzar el reconocimiento internacional de Hamas como auténtico representante de los intereses palestinos.
¿Logramos desarmar a Hamas? No.
¿Logramos recuperar al soldado Guilad Shalit? No.
¿Logramos evitar el lanzamiento de misiles sobre población civil en Israel? No. Al contrario, logramos que Hamas demuestre que es capaz de bombardear hasta el último día de combate a 40 kilómetros, distancia no conocida hasta la operación.
¿Logramos instaurar condiciones de seguridad más cómodas para Israel? No.
¿Logramos recuperar el valor de la disuasión como estrategia central de defensa de Israel? No. Con un pueblo que vive en la miseria y no tiene qué más perder, la disuasión no tiene sentido. De hecho siguieron luchando hasta el último minuto.
¿Logramos evitar que Hamas se siga equipando con armamento por medio del contrabando? Da la impresión de que no, aunque el único logro es una movilización internacional en gran escala en apoyo de Israel en ese sentido. Sin ninguna duda, cualquier estadista perspicaz hubiese sido capaz de llevarla a la práctica sin necesidad de la sangrienta operación militar.
Y de todas maneras el operativo militar más grande en la historia de Gaza: ¿Qué es lo que logró?
Logramos inferir al pueblo palestino que vive en Gaza una espantosa y sangrienta tragedia humana y material. Su recuperación será dolorosa y prolongada (fuera de la militar, que será inmediata) pero, desde su punto de vista nacional, grabará en su conciencia la heroica epopeya e intrépido sacrificio en su lucha por la liberación nacional como pocos pueblos fueron capaces de enfrentar hasta hoy en día.
Al pueblo judío le ocasionamos una tragedia mucho mayor. En un acto de desesperación y guiados por la arrogancia y la soberbia, tiramos por la borda muchos de los valores humanos provocando una sangrienta tragedia humana cuyos efectos lo sufriremos por generaciones.
Enfrentamos un pueblo hundido en la pobreza y la desolación, que lucha por su liberación nacional, liderado por un grupo fanático - fundamentalista que declara abiertamente que su objetivo máximo es la destrucción del Estado de Israel, que se esconde detrás de inocentes y que no se pone límites atacando criminalmente a población civil en Israel.
¿Cómo responde Israel? Guiado por oscuros sentimientos de venganza y revancha, también nosotros aplicamos sin límites toda la fuerza destructiva del poderoso ejército. Los resultados no pueden sorprender a nadie.
Nuestros cerebros recibieron durante las últimas décadas un continuo y profundo lavado de militarismo y unilateralidad que nos confunde y enceguece y nuestras evaluaciones siempre nos guían a imponer la violencia e intimidación como única solución posible.
Pareciera que estamos infectados de una rara bacteria que nos hace perder la memoria muy rápidamente. Sesenta años fueron suficientes para dejar en el olvido la epopeya de nuestra liberación nacional del dominio inglés, en donde nuestros valientes combatientes también usaron el terror y se escondieron detrás de civiles inocentes. También alcanzamos a olvidar que tan solo hasta hace algo más de 30 años todavía se podía escuchar en ese entonces las mismas amenazas de Hamas o mucho peores en boca de Nasser, Saadat o el mismo rey Hussein de Jordania con quienes en pocos años firmamos acuerdos de paz basados en la devolución hasta el último centímetro de los territorios conquistados en 1967. Será posible que no recordemos los tres No de Khartum (No reconocer a Israel, no negociar con Israel y no hacer la paz con Israel) de la OLP cuando hoy en día soñamos en desalojar a Hamas de Gaza para poder instituir y besuquearnos con Abu Mazen, entonces uno de los lideres de la OLP en Khartum.
De seguir imponiendo la unilateralidad y la violencia en vez del diálogo y acuerdos basados en concesiones recíprocas, seguiremos preguntándonos ¿Y? Ojalá me equivoque.

La fuente: Periódico Nueva Sión (Buenos Aires, Argentina)

CRIMENES DE LESA HUMANIDAD

La Audiencia investigará a un ex ministro israelí por un bombardeo en Gaza en 2002
El juez Fernando Andreu admite a trámite una denuncia contra el ex titular de Defensa Benjamín Ben Eliezer por la muerte de 14 civiles en un ataque contra el líder de Hamás Salah Shehadeh.- El Gobierno israelí dice que hará lo posible para frenar la investigación


MANUEL ALTOZANO - Madrid - 29/01/2009

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu investigará al ex ministro de Defensa israelí Benjamín Ben-Eliezer y a otros seis cargos militares a sus órdenes por un presunto crimen contra la humanidad. Los investigados fueron los presuntos organizadores en 2002 de un bombardeo en la franja de Gaza para acabar con la vida del dirigente de Hamás Salah Shehadeh, pero la operación se saldó, además de con la muerte del líder de la milicia, con la de otros 14 civiles, varios menores entre ellos, según relata el auto del juez. El actual ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, ha afirmado en un comunicado que "hará todo" por anular la querella, informa EFE.

A FONDO
Además de Ben-Eliezer, el juez imputa los hechos al comandante de las fuerzas aéreas israelíes en el momento del ataque, Dan Halutz, al general del mando sur de las fuerzas de defensa israelíes, Doron Almog, al presidente del Consejo Nacional de Seguridad israelí y asesor nacional de seguridad, Giora Eiland, al secretario militar del ministro de Defensa, Michael Herzog, y al jefe del Estado Mayor, Moshe Ya'alon, y al director del servicio general de seguridad de Israel, Abraham Dichter.
Objetivo: un líder de Hamás
El ataque tuvo lugar el 22 de julio de 2002 y tenía como objetivo acabar con la vida del dirigente de Shehadeh. Para ello se utilizó un caza F-16 del Ejército israelí que lanzó una bomba de una tonelada sobre su vivienda en el barrio de Al Daraj de la ciudad de Gaza, una de las zonas residenciales más densamente poblados de la ciudad, según la resolución. El proyectil causó 15 víctimas mortales y 150 heridos. Su explosión alcanzó de lleno a la familia cuyos siete miembros fallecieron.
Andreu admite la querella, presentada por el Centro Palestino para los Derechos Humanos, después de que Israel se negara a contestar una comisión rogatoria enviada en agosto de 2008 en la que preguntaba si los hechos estaban siendo investigados en ese país. El juez concluye que existen indicios de crímenes contra la humanidad al tratarse de un ataque contra la población civil de inicio ilegítimo.
Principio de justicia universal
El auto de Andreu cita el artículo 23.4 de la Ley Órganica del Poder Judicial que hace referencia al principio de justicia universal: "Igualmente será competente la jurisdicción española para conocer de los hechos cometidos por españoles y extranjeros fuera del territorio nacional susceptibles de tipificarse, según la Ley penal española, como algunos de los siguientes delitos: (...). Y cualquier otro que, según los tratados o convenios internacionales, deba ser perseguido en España".
En el razonamiento jurídico del juez se dice finalmente que "con el propósito de cometer el asesinato" del líder de Hamás, "las Fuerzas Armadas del Estado de Israel, con el conocimiento de las consecuencias que tal acción podría conllevar" lanzaron un ataque que acabó con la vida de 15 personas. Por este motivo, dice el auto, "nos encontraríamos ante la existencia de un ataque contra la población civil, ya de inicio ilegítimo (...) que se torna en un hecho que ha de ser perseguido en virtud del principio de jurisdicción universal" debido a que es una acción "desproporcinada o excesiva" y que si se demuestra que fuera "preconcebida" podría dar lugar a "una calificación de los hechos distinta y aún más grave de la que incialmente puede considerarse".

EL MUNDO

• El auto considera que los ataques contra la población civil son 'ilegítimos'
• Uno de los denunciados es el ex ministro de Defensa Benjamín Ben-Eliezer
Sal Emergui | Jerusalén
Actualizado jueves 29/01/2009 15:40 horas

El 22 de julio de 2002 sigue persiguiendo a Beniamin Ben Eliezer. Ex general en la reserva y actualmente ministro de Infraestructuras, Ben Eliezer, más conocido como Fouad (por su origen iraquí) era ese día responsable de Defensa en el Gobierno de Ariel Sharon.
El hombre que dio la luz verde para que un caza de combate lanzará una bomba de una tonelada contra la casa de Salah Shehade, jefe del brazo armado del grupo islamista Hamas. En el ataque en pleno centro de la ciudad de Gaza, Israel no solo mató a Shehade sino también a 14 civiles, entre ellos 11 niños.
La decisión del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, de tramitar una querella contra él y otros seis israelíes por presunto "delito contra la humanidad" ha provocado estupor y mucha sorpresa en Israel. Los principales medios se hacen eco de la noticia, que en muchos casos encabeza sus telediarios o paginas electrónicas.
Fuentes del Gobierno israelí han afirmado a la radio estatal que la decisión del juez español "es muy grave. El presidente español, Jose Luis Rodriguez Zapatero, dejó claro hace unos dias a Israel que España está muy interesada en intervenir para ayudar a solucionar el conflicto en Oriente Próximo pero ahora desde Madrid sale un mensaje contrario".
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, afirmó en un comunicado que "hará todo" por anular la querella admitida a trámite.
Uno de los implicados, el actual ministro Avi Dichter: "Israel es un objetivo fácil, no presentan denuncias contra potencias como Gran Bretaña o EEUU en Afganistan. Espero que recapaciten. israel nunca ha atacado a civiles de forma intencionada". Hace unos meses y tras enterarse de las intenciones de grupos palestinos de acudir al tribunal español, la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni se dirigió a su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, para intentar solucionar el caso. "No podemos aceptar que una denuncia política antiisraelí dañe a oficiales reservistas", le pidió.
Livni- actualmente candidata del partido Kadima en las elecciones del 10 de febrero- confiaba con esta petición que España hiciera como Reino Unido en el tratamiento de posibles denuncias contra oficiales israelíes.
De hecho, España e Israel mantuvieron contactos secretos para que dicho caso no provocara un incidente diplomático. Al mismo tiempo, Exteriores en Jerusalén pidió a ben Eliezer y otros ex oficiales no viajar a España.
El portavoz de Ben Eliezer ha declarado a elmundo.es que están estudiando la noticia y que "aun es pronto" para dar una reacción oficial. Destacado miembro del partido laborista, Ben Eliezer había dicho en el pasado que "como ministro de Defensa doy fe que hemos anulado numerosas operaciones contra terroristas porque había riesgo de la muerte de civiles. Hemos evitado matar a gente responsable de la muerte de decenas de civiles para evitarlo."
El fundador y líder de Hamas, el jeque Ahmed Yassin (también muerto en otro ataque israelí el 22 de marzo de 2004, en plena Intifada Al Aksa) le había encargado a Shehade la formación del brazo armado, el llamado Azzadin El Qassam. Shehade había sido estado varios años en la cárcel israelí y posteriormente en la palestina, tras la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Uno de los agentes del Shaback (servicio secreto interno) que más interrogó a Shehade afirma a elmundo.es: "Era un hombre culto, que le gustaba leer biografías de líderes israelíes y al mismo tiempo nos odiaba a muerte. No tenía vergüenza en decirme que su objetivo y el de Hamas era la destrucción de Israel".
Sobre las querellas en España, afirma que "no es ninguna sorpresa, lo sería si tramitarán una querella contra los que envían hombres suicidas a cafeterías o discotecas".
Denunciados
Entre los siete israelíes denunciados por el Centro Palestino para los Derechos Humanos, se encuentra Dan Jalutz, ex jefe del Estado Mayor del Ejército que dimitió meses después de la llamada Segunda Guerra del Líbano (julio-agosto 2006).
Piloto con experiencia en varias guerras, Jalutz era el jefe de la Fuerza Aérea cuando uno de sus cazas mató a Shehade y 14 civiles. Tras la ola de críticas israelíes e internacionales por las consecuencias del ataque, Jalutz se dirigió a sus pilotos: "Tenéis todo mi apoyo. Podéis dormir tranquilos. Habéis hecho una acción perfecta".
Esta y otras declaraciones provocaron un recurso en el Tribunal Supremo de Israel al que tuvo que acudir Jalutz para dar explicaciones.
Otro oficial reservista es Moshe Yaalon que en 2002 era jefe del Ejército. De familia laborista, en los últimos años ha dado un giro a la derecha y hoy es una de las estrellas fichadas por el Likud de Beniamin Netanyahu, claro favorito a los comicios.
Las noticias llegadas desde la Audiencia Nacional de Madrid se producen cuando el Gobierno, Ejército, ministerio de Exteriores y Justicia encabezan un mecanismo de defensa a sus oficiales que han participado en la reciente operación contra Hamas dejando un balance de más de 1.300 muertos.
España, entre los problemáticos
Entre las medidas y consejos, Israel confeccionó un mapa con los países "más problemáticos" entre los que se incluía a España, Reino Unido o los escandinavos.
Organizaciones palestinas encabezadas por la ANP de Abu Mazen han dado ya los primeros pasos para, como dice su ministro de Justicia, "llevar a la justicia internacional a los responsables de la masacre".
"No dejaremos a ningún soldado o dirigente tirado. Ellos nos defendieron incluso sacrificando sus vidas de las acciones terroristas de Hamas y ahora es el turno de Israel de defenderles", dijo hace unos días Ben Eliezer, sin imaginarse ser el mismo posible objeto de una querella.

25 enero 2009

Israel garantiza la ayuda legal a sus militares frente a posibles denuncias internacionales

Numerosos organismos han acusado al Ejército israelí de haber cometido crímenes de guerra en Gaza

EFE - Jerusalén - 25/01/2009

El Gobierno israelí respaldará a sus militares ante posibles denuncias internacionales. Según una resolución aprobada hoy por el Consejo de Ministros israelí, el Ejecutivo garantizará defensa legal y política para cualquiera de sus militares que sea denunciado fuera del país por crímenes de guerra en la reciente ofensiva militar en Gaza, en la que murieron unos 1.400 palestinos.

El equipo ministerial, presidido por Ehud Olmert, ha asegurado a través de un comunicado que dará todo su apoyo a los militares y no dejará a su suerte a ninguna de las personas que participaron en esa ofensiva, si algún tribunal fuera de Israel decidiera abrir una causa por este tipo de crímenes. "Los comandantes y soldados que estuvieron en Gaza deben saber que están seguros frente a estos tribunales", afirmó Olmert al iniciar la sesión del Consejo.
Esta resolución llega tras la propuesta del ministro de Defensa, Ehud Barak, que se comprometió a hacer frente a los temores de muchos militares de ser procesados en tribunales extranjeros o ser arrestados cuando salgan de Israel. De hecho, el Ministerio de Defensa ordenó a todos los uniformados que hayan aparecido en medios de prensa con nombre y apellido entre el 27 de diciembre y el 18 de enero, período de la ofensiva militar, que informen a un coordinador jurídico designado especialmente para poder alertarles de posibles demandas.

Acusaciones

Numerosos organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos han acusado estas últimas semanas a Israel de haber cometido crímenes de guerra en Gaza y exigieron la apertura de procesos judiciales tanto en tribunales internacionales como nacionales.
Según el mapa definido por las autoridades judiciales de Israel, los países en los que militares israelíes podrían afrontar órdenes de arresto y juicio son España, Reino Unido, Francia y otros nórdicos. A estos países les recomiendan no viajar hasta que se aclare la situación, a la vez que sugieren a los militares que informen de sus futuros viajes para verificar con las embajadas israelíes si existen denuncias contra ellos.
Según datos del Ministerio de Salud palestino en Gaza, unas 1.400 personas, más de la mitad civiles y cientos de ellos menores de edad, murieron en los bombardeos israelíes en Gaza, en la que fueron arrasados numerosos objetivos considerados civiles por el derecho internacional. ■

AL PAN PÀN Y A LA MATANZA EN GAZA GENOCIDIO

GABRIEL iMPAGLIONE, POETA COMBATIENTE

No puedo reeditar en silencio este envío de Miguel Crispín Sotomayor: es el resalte de un luchador por la justicia, contra la corriente de cagatintas que tratan de "suavizar" las palabras, de estar bien con dios y el diablo, con el asesino y la víctima, con el ejército que bombardea un pequeño país que no tiene ejército ni aviación ni armas antiaéreas, y los que reciben las bombas de fósforo blanco, las bombas racimo, el horror y la matanza... Todo para mejorar sus perspectivas en las elecciones del 10 de febrero, montadas sobre 1300 muertos, dos tercios civiles indefensos y cerca de 350 niños. Silencio de USA, silencio de los países europeos, silencio de los países de América Latina, excepto Venezuela, Bolivia y Cuba, silencio de Oceanía...
Gabriel Impaglione es la voz poética del combatiente poeta, y los cagatintas de buenas maneras de todo el mundo, incluidos los israelíes "pacifistas" que en nombre de la paz apoyan la "guerra justificada", se sienten "incómodos" con la prédica militante y combatienete de todos los que llaman AL PAN PAN Y A LA MATANZA EN GAZA GENOCIDIO. Andrés Aldao



¿Cuántas veces toleran “los señores” la palabra genocidio?

Miguel Crispín Sotomayor. 24.01.09

Hace unos minutos acabé de leer el No. 168 de la revista literaria Isla Negra, que edita desde Italia el poeta argentino Gabriel Impaglione, en la que éste dedica “algunas líneas de respuesta a ciertos ilustres intelectuales europeos consternados por tanta palabra genocidio en la poesía de las ultimas revistas”.
Escribe Gabriel:

“A sus elegantes señorías, los intelectuales europeos que han tenido la gracia de escribirnos cartitas lamentando el encendido verbo de condena a la masacre del estado sionista israelí en Palestina.

La edulcorada “intelectualidad que frecuenta las salones elegantes es seria y correcta.
Suele codearse con las ilustres señorías que ocupan los sillones importantes, desde donde sacan a relucir sus índices también elegantes y firman con lapiceras a fuente brillantes, suaves, importadas de no sé donde, importantes documentos, contratos por ejemplo de entrega en nombre de los sacros intereses de la Patria. O bombardeos atroces sobre la humanidad, se encuentre donde se encuentre.
La intelectualidad que colabora -desde sus lentejuelas de mostrar en las fiestas- en las revistillas de todas partes, que piensa por nosotros, digiere por nosotros la realidad del mundo y nos la explica con la voz del amo.
La intelectualidad que se consterna con la poesía que dice lo que se debe decir, que se consterna por la voz de los poetas que carecen de hilos de moverse en el escenario, que se consternan por los versos que saltan a oponerse a los misiles.
Los intelectuales que prefieren no hablar de genocidio, pues no es palabra elegante, de salón elegante, y es de muy mal gusto hablar de genocidio cuando se esta comiendo.
Los intelectuales que escriben cartas poderosas, que hacen tremar pantallas y casillas de correo con sus cartas poderosas, importantes, vigorosamente alineadas a la voz del amo.
Los intelectuales que confunden “tufillos antisemitas” con condena al sionismo genocida y al imperialismo genocida y a las dictaduras genocidas y a los holdings económicos genocidas (porque también explotar y matar de hambre es genocidio).
Los intelectuales ensillonados, encorbatados para la ocasión, laureados tantas veces que ya no hay lugar en el estudio elegante para otro diploma: a) no entienden un comino de lo que pasa; b) no quieren entender un comino de lo que pasa; c) les pagan muy bien para desentenderse de lo que pasa.
Los intelectuales graves, emperifollados de palabras novedosas, rigurosos con la cita en las peluquerías, modernos (como cierta izquierda europea, que casi es lo mismo que decir cierta derecha mundial), escriben cartitas a Isla Negra, preocupados porque nuestra misión de promover y difundir poesía se vea intoxicada de versos demoníacos afganopalestinianos venezolanocubanoides boliviatorianos farabundeanosandinistas, versos iraquiatenienses, terribles versos de botas embarradas de floresta y campo. Versos Antibloqueos, versos antiguantanAmèrrrrica.

Y les digo que no se equivocan caballeros de la pluma elegante y el best sellers a mano.
Isla Negra es una Casa de Poesía, y la POESIA no entra en ningún salón a repetir de memoria lo que viene ordenado. La POESIA no se mancha de lentejuelas ni calla. La POESIA hace saltar su puño consternado delante de la injusticia, delante de las solapas elegantes que callan, delante de la prepotencia y la masacre. Jamás cómplice de la muerte. Y cuando grita genocidio: grita genocidio!”

Es horrible, decir que se repite muchas veces la palabra Genocidio. Habría que preguntar a esos señores: ¿Cuántas veces debía tocar por cada asesinado en Gaza? ¿Tocará la mitad de una vez por cada niño? ¿Tocará alguna vez por cada anciano o cada mujer? ¡Digan señores, ustedes que conocen tan bien las reglas del debe y el haber y de las proporciones!

Hace más de un siglo José Martí, Apóstol de la independencia de Cuba, escribió:
“No hay espectáculo, en verdad, más odioso que el de los talentos serviles”.
“La cobardía y la indiferencia no pueden ser nunca las leyes de la humanidad”.
“El egoísmo es el mal del mundo”.


Lo siento Gabriel, despídete de aparecer en cualquier antología y jamás esperes un premio que te saque de apuros económicos o reconozca tus méritos literarios. Tú, como mis otros amigos poetas, tampoco tendrás el Nóbel. Pero para ti y ellos, Martí dijo: “Todo es gozo cuando se pelea por la luz del mundo”.

24 enero 2009

LA GUERRA DE GAZA HA TERMINADO EN UN COMPLETO FRACASO PARA ISRAEL

LA GUERRA DE GAZA HA TERMINADO EN UN COMPLETO FRACASO PARA ISRAEL

Gideon Levy
Haaretz

Traducido para Rebelión por LB

Desde el mismísimo primer día después del regreso a Israel el último soldado israelí procedente de Gaza se puede establecer con certeza que todos ellos han ido allí en vano. Esta guerra ha terminado en un completo fracaso para Israel.
Esto va más allá del profundo fracaso moral, que es un grave problema en sí mismo, y tiene que ver con la incapacidad para alcanzar los objetivos declarados. En otras palabras, al dolor se le añade el fracaso. Lo único que hemos ganado en esta guerra han sido centenares de tumbas, algunas de ellas muy pequeñas, millares de personas mutiladas, mucha destrucción y el hundimiento de la imagen internacional de Israel.
Lo que al principio de la guerra había parecido una pérdida segura solamente a un puñado de personas, poco a poco se lo está comenzando a parecer a muchas más a medida que se van apagando los ecos de las trompetas triunfantes.
El objetivo inicial de la guerra fue poner fin a los disparos de cohetes Kassam. Sin embargo, éstos no cesaron de caer hasta el último día de la guerra. Ese objetivo solo se cumplió tras acordarse un alto el fuego. Los funcionarios de Defensa calculan que Hamas todavía dispone de 1.000 cohetes.
El segundo objetivo de la guerra, impedir el contrabando, tampoco se ha cumplido. El jefe del servicio de seguridad Shin Bet ha estimado que el contrabando se reanudará en el plazo de dos meses.
La mayoría del contrabando que se realiza en estos momentos tiene por objeto proporcionar alimentos a una población en estado de sitio, no obtener armas. Pero incluso si aceptamos las exageraciones de la campaña tremendista desarrollada para asustar a la gente con respecto a los túneles de contrabando, esta guerra ha servido para demostrar que lo único que pasaba por los túneles de contrabando entre la Franja de Gaza y Egipto eran armas rudimentarias y de mala calidad.
La capacidad de Israel de alcanzar su tercer objetivo es también dudosa. Disuasión... pamplinas. La disuasión que supuestamente habíamos conseguido con la segunda guerra del Líbano no ha tenido el más mínimo efecto sobre Hamas, y la que supuestamente se ha logrado ahora no está funcionando mucho mejor: el disparo esporádico de cohetes desde la Franja de Gaza ha continuado en los últimos días.
El cuarto objetivo, que no se declaró abiertamente, tampoco se ha cumplido. El ejército israelí no ha restaurado su capacidad. Era imposible que lo hiciera en una cuasi-guerra contra una organización menesterosa y mal equipada que lucha con armas improvisadas y cuyos combatientes apenas han opuesto resistencia.
Las heroicas descripciones y los poemas de victoria sobre el "triunfo militar" no podrán cambiar la realidad. Los pilotos volaban en misiones de entrenamiento y las fuerzas terrestres realizaban ejercicios que incluían maniobras de enlace de tropas y prácticas de tiro.
La descripción de la operación en términos de "logro militar" por parte de los analistas y generales que arroparon la operación es pura y simplemente ridícula.
No hemos debilitado a Hamas. La gran mayoría de sus combatientes no han sufrido daños y en realidad el apoyo popular a la organización ha aumentado. Su guerra ha intensificado el espíritu de resistencia y la voluntad de aguante. Un país que ha educado a toda una generación en el espíritu del “unos pocos contra muchos” debería ser capaz de apreciar el valor que tiene eso. En esta guerra no ha habido ninguna duda sobre quién era David y quién Goliat.
La población de Gaza, que ha sufrido un golpe tan terrible, no se hará más moderada ahora. Al contrario, el sentimiento nacional se revolverá más que antes contra la parte que ha asestado los golpes, es decir, contra el Estado de Israel. Así como la opinión pública en Israel se inclina hacia la derecha cada vez que es víctima de un ataque, en Gaza ocurrirá lo mismo después del mega-ataque que les hemos lanzado.
Si esta guerra ha debilitado a alguien ése es Fatah, cuya huida y abandono de Gaza ha adquirido ahora un significado especial. La sucesión de fracasos en esta guerra debe incluir, por supuesto, el fracaso de la política de asedio. Ya nos hemos enterado de que es ineficaz. El mundo boicoteaba, Israel asediaba y Hamas gobernaba (y sigue haciéndolo).
Pero el balance de esta guerra, en lo que a Israel se refiere, no termina con la constatación de que no se ha conseguido ninguno de los objetivos propuestos. Además, esta guerra ha impuesto sobre nosotros un pesado peaje que seguirá abrumándonos durante algún tiempo. A la hora de evaluar la situación internacional de Israel no debemos dejarnos engañar por el desfile de apoyo protagonizado por los líderes de Europa que se prestaron a una sesión fotográfica con el Primer Ministro Ehud Olmert.
Las acciones de Israel han asestado un duro golpe al apoyo de la opinión pública al Estado de Israel. Si bien esto no traduce siempre de forma inmediata en el plano diplomático, la ondas de choque llegarán algún día. El mundo entero ha visto las imágenes, unas imágenes que han estremecido a todos los seres humanos que las ha visto, aunque a la mayoría de israelíes les ha dejado fríos.
La conclusión es que Israel es un país violento y peligroso que actúa sin ningún tipo de restricciones, que ignora descaradamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y al que le importa un bledo el derecho internacional. Las investigaciones ya se han puesto en marcha.
Más grave aún es el daño que todo esto inflingirá a nuestra fibra moral. Ese daño se manifestará por medio de preguntas difíciles sobre lo que el ejército israelí hizo en Gaza, preguntas que inevitablemente acabarán surgiendo a pesar del filtro distorsionador de los medios de comunicación enrolados.
Entonces, ¿qué es lo que se ha conseguido después de todo? En tanto en cuanto guerra iniciada para dar respuesta a cuestiones de política interna, la operación ha tenido un éxito que ha desbordado todas las expectativas. El presidente del Likud Benjamin Netanyahu es cada vez más fuerte en los sondeos. ¿Por qué? Porque no hemos podido sacar suficiente provecho a esta guerra.
Fuente: http://www.haaretz.com/hasen/objects/pages/PrintArticleEn.jhtml?itemNo=1057670

22 enero 2009

TRIBUNALES DE GUERRA PARA CRIMINALES DE GUERRA

eSTA NOTA DE CONDENA LA ESCRIBÍ EL 31/2008. NO RECTIFICO NI UNA SOLA LÍNEA. TODO FUE CIERTO, TODO CONDENA A LOS CRIMINALES Y A SUS APOLOGÉTICOS Y MEDIOCRES SOSTENEDORES... eN EL ARTÍCULO DEL 31/12/2008, SUPRIMÍ COMENTARIOS HISTÉRICOS DE NAZIFASCISTAS JUDÍOS. ACTO DE JUSTICIA Y REDENCIÓN

31 diciembre 2008

TRIBUNALES DE GUERRA PARA CRIMINALES DE GUERRA

Poco tengo para agregar... Este último genocidio perpetrado por el gobierno y los militares de Israel han descubierto las cartas del juego macabro: la derecha se regocija con la sangre que se derrama de tantas víctimas inocentes.

Los militares saborean (algo prematuramente) la revancha de su derrota en julio de 2006, asesinando a mansalva a civiles, niños, mujeres, jóvenes, ancianos: aviones F16contra latas y cohetes con explosivos.

Los "pacifistas" de la "izquierda", Meretz y "la nueva izquierda", Jaim Oron, Amos Oz y Cía, apoyan el genocidio sin condiciones. Una vez más han demostrado con creces que son partidarios de la guerra, el exterminio y crímenes de guerra.

Estados Unidos, incluido Obama, la Unión Europea, la ONU, los países árabes han exhibido su hipocresía, se están lavando las manos, se limitan a palabras altisonantes mientras la gente de Gaza malvive desesperada... Siempre Pilatos mientras el calvario lo recorre el pueblo palestino.

Me da verguenza y asco vivir en este país manejado pòr asesinos y apoyado por masas de pueblo con instintos criminales, adeptos al duelo y a la sangre de los "otros"...

Deseo resaltar nuestra posición contraria a los crímenes de lesa humanidad.

Andrés Aldao

20 enero 2009

MEDIO SIGLO DE MENOSPRECIO ISRAELÍ POR LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Vijay Prashad
CounterPunch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Para C. M. Naim.

¡UM-Shmum! ([argot israelí] ONU = 0).

El desdén israelí por Naciones Unidas comienza en los años cuarenta y continúa hasta la fecha. El 29 de marzo de 1955, el gabinete israelí sesionó durante seis horas, discutiendo si invadir la Franja de Gaza (entonces bajo control egipcio) para reducir los ataques a través de la frontera. El primer ministro Moshe Sharett señaló que la resolución 181 (de 1947) de Naciones Unidas creó Israel. David Ben-Gurion, quien acababa de volver al gabinete como Ministro de Defensa, lo interrumpió: “No, no, no. Sólo el arrojo de los judíos creó el Estado, y no alguna resolución “UM-shmum” [Naciones Unidas Nada].” La mayoría de la dirigencia israelí (Moshe Dayan, Shimon Peres, Golda Meir, Yigal Allon, e incluso Abba Eban) aceptaron la posición de Ben-Gurion: todo esto mucho antes de la resolución de la Asamblea General de la ONU de 1975 que equiparó el sionismo con el racismo. Esto simplemente suministró más alimento para un desprecio bien establecido de Naciones Unidas dentro de los círculos gobernantes de Israel. Cuando el Likud ganó las elecciones en 1977, sacó ventaja de la resolución de la ONU sobre el sionismo. Respondiendo a la primera invasión del Líbano en 1978, la ONU creó la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (UNIFIL) mediante la resolución 425. El gobierno israelí no le hizo caso alguno, invadiendo el país una vez más en 1982, y se quedó al sur del río Litani durante los dieciocho años siguientes – en desacato a la resolución 509 (1982) que exigía que las fuerzas israelíes se retiraran “de inmediato e incondicionalmente.” El primer ministro
Menachem Begin dijo a la prensa israelí que Naciones Unidas “no puede ser objetiva” porque “la mayoría de la Asamblea General de la ONU es definitivamente anti-Israel, y la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad ni siquiera mantienen relaciones diplomáticas con Israel.” Naciones Unidas, UM-shmum, no importa.
El personal olvidado
El 25 de julio de 2006, la fuerza aérea israelí atacó un puesto de observación de la ONU en Khiyam, el Líbano. Durante catorce bombardeos los trabajadores de la ONU en el puesto llamaron diez veces a su número de contacto israelí para informarles del ataque. Continuó durante seis horas. La ONU recuperó posteriormente los cuerpos de cuatro mantenedores de la paz de UNTSO (Organización de Supervisión de la Tregua de Naciones Unidas). El Secretario General de la ONU, Kofi Annan calificó el ataque de “aparentemente deliberado” lo que provocó la exasperación del Daniel Ayalon, embajador de Israel en EE.UU., quien dijo que Annan era “ultrajante.” No fue el único incidente. Dos otros miembros del personal de la ONU murieron en un ataque aéreo de la FAI contra Tiro el 26 de julio, y un total de otros doce funcionarios de la ONU fueron heridos en otros incidentes, algunos relacionados con ataques de Hezbolá. La investigación israelí encubrió el incidente, a pesar de que admitió que los aviones dispararon bombas de precisión contra el puesto de la ONU.
Entre 2006 y el actual ataque contra Gaza ha habido otros incidentes de ataques israelíes contra personal de la ONU. El 7 de mayo de 2008, por ejemplo, los militares israelíes penetraron en la ciudad de New Abasan, al este de Khan Yunis, en Gaza. Entraron a tiros a una casa, matando a Wafa Shaker el-Daghma, maestra de escuela de treinta y tres años que trabajaba en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Sus tres hijos, (uno de ellos de tres años) estaban con ella cuando sucedió. La doctrina de fuerza excesiva es tan normal en las fuerzas armadas israelíes que esta muerte apenas provocó una reprimenda. La ONU hizo algún ruido, y los grupos de derechos humanos se quejaron de la violación del Artículo 33 de la Cuarta Convención de Ginebra (contra castigo colectivo) – pero Tel Aviv sonrió socarronamente. UM-shmum.
La actual guerra lleva el desdén a un nuevo nivel. Las violaciones generales contra la población civil son tan inmensas que el Relator Especial de Derechos Humanos de la ONU en los Territorios Ocupados, Richard Falk, señaló que el régimen israelí ha violado seriamente el derecho internacional mediante su acción de castigo colectivo, sus ataques contra civiles y su reacción militar desproporcionada. Es una “catástrofe humanitaria,” dijo Falk el 27 de diciembre. Las cosas han empeorado desde entonces. El 8 de enero, un tanque israelí disparó contra un convoy de la ONU, matando a un conductor. La ruta del convoy había sido coordinada con los militares israelíes para prevenir ese tipo de ataque. Esto ocurrió dos días después que fuerzas armadas israelíes bombardearon una escuela de la ONU en el campo de refugiados Jabaliya. John Ging, el jefe de UNRWA en Gaza, dijo: “Si [el gobierno israelí] nos da la autorización de actuar, es completa y totalmente inaceptable que sus soldados en el terreno disparen contra nuestros trabajadores de la ayuda.” La Cruz Roja también se retiró, al considerar imposible llegar a los civiles necesitados (en la aldea de Zeitoun hallaron a cuatro niños vivos, arrastrándose por sobre los cadáveres de civiles).
El 14 de enero, las fuerzas armadas israelíes bombardearon intensamente el complejo de la ONU en Gaza, hiriendo a tres y destruyendo suministros de emergencia de alimentos y medicinas. John Ging de UNRWA dijo airadamente a la prensa: “Tuvimos una experiencia de primera mano hoy en este complejo de la ONU de lo que ha estado viviendo a diario la pobre gente de Gaza durante los últimos veinte días y noches.” Los edificios en el complejo se incendiaron casi de inmediato después de ser alcanzados, y el fuego liberó un humo blanco. “Parecía fósforo,” dijo Ging. “Olía como fósforo y ardía como fósforo.” El uso de fósforo blanco no está prohibido técnicamente por la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (1980) o la Convención de Armas Químicas (1997), pero muchos consideran a pesar de ello que el uso de esa arma inflamatoria (como el napalm) es inmoral. El ministro de defensa israelí Ehud Barak se disculpó ante el Secretario General de la ONU Ban ki-Moon, diciendo que el ataque fue “un grave error.” Pero horas más tarde, el primer ministro israelí insinuó que Hamas había atacado desde dentro del complejo y que el ataque fue deliberado. Ging dijo que no había combatientes dentro del complejo, y que el contacto de la UNRWA dentro del ejército israelí no respondió a los diversos mensajes enviados durante el ataque.
Palestina no es el único sitio en el que son muertos mantenedores de la paz y personal civil de la ONU. Cada año, la ONU informa sobre la pérdida de vidas de su personal que trabaja valerosamente en zonas de conflicto. Expertos del Centro de Estudios para Refugiados y Desastres (Johns Hopkins School of Hygiene and Public Health) estudió los antecedentes de la ONU mantenidos por el Coordinador de Seguridad de la ONU, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, así como otras agencias humanitarias, y estableció que más de dos tercios de los colaboradores fueron muertos en actos de “violencia intencional” (publicado en BMJ en julio de 2000). Durante los años noventa, la mayor parte de las muertes tuvieron lugar en Ruanda, Somalia, Burundi y Afganistán – sitios donde el “gobierno anfitrión” ya no funciona efectivamente, donde el extremo caos significa que el vigor de la ley ya no es operacional. Los ataques israelíes son de naturaleza diferente. Estamos ante un miembro de la ONU, cuyos ejércitos están bajo control civil, y sin embargo ataca de modo bastante flagrante posiciones de la ONU. No es un incidente u otro, sino un modelo de menosprecio por la ONU y por sus empleados, a los que Kofi Annan llamó “el personal olvidado.”
El Ejército de la Paz de Bunche
El 14 de junio de 1947, Ralph Bunche llegó a Palestina. Nacido en una familia afro-estadounidense de grandes talentos, Bunche fue a la UCLA y a Harvard, hizo investigación innovadora sobre el colonialismo francés y el anticolonialismo africano. Un puesto en Howard no lo detuvo, ya que fue llevado rápidamente a Naciones Unidas, donde el Secretario General se apresuró a enviarlo para ayudar al Comité Especial sobre Palestina (UNSCOP) a establecer qué hacer con los británicos (que gobernaban el mandato), los judíos (cuyo número había comenzado a aumentar mediante la migración de Europa y otros sitios) y los palestinos (que habían comenzado a ser desplazados de sus tierras ancestrales). A Bunch lo sobresaltó la atmósfera de Jerusalén. “Los británicos están por doquier y todos llevan armas. Cuando vas por las calles te detienen constantemente centinelas y centros de control y exigen que muestres tu pasaporte. Los edificios están rodeados por alambradas de púas, búnkeres y abundan los bloques de ruta.” Bunche y UNSCOP tuvieron que moverse entre opiniones divergentes del centrista Chaim Weizmann y terroristas como Menachem Begin, entre los británicos y los palestinos. Las cosas no eran fáciles. Después dos semanas de trabajo, Bunche escribió en su diario: “Una cosa parece segura: este problema no puede ser resuelto sobre la base de justicia abstracta, histórica u otra. La realidad es que tanto árabes como judíos están aquí y quieren quedarse. Por ello, en cualquier ‘solución’ algún grupo, o por lo menos su reivindicación, va a ser afectado. El peligro en todo acuerdo es que se desarrolle un sistema de castas en el que los árabes subdesarrollados sean la casta inferior.”
UNSCOP jugó un papel importante al sacar a los británicos de la ecuación, un hecho que Ben Gurion disputó años después. Los británicos se fueron en mayo de 1948, y la guerra civil saludó la creación del Estado de Israel. La persona principal de la ONU, el conde Folke Bernadotte, actuó rápidamente para negociar un cese al fuego. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución al efecto. Ben Gurion y su gabinete querían la ventaja militar. Pero Bernadotte se mantuvo firme. El cese al fuego entró en efecto el 11 de junio, y Bunche y su equipo de irregulares de la ONU crearon un grupo improvisado de mantenedores de la paz (pintaron apresuradamente de blanco sus coches, con ONU escrito en grandes letras negras – ha sido costumbre desde entonces). Bunche y Bernadotte se esforzaron por mantener el cese al fuego en operación. Bernadotte escribió un informe sobre la situación, desafiando a la comunidad internacional a que viera si “está dispuesta a tolerar el recurso a la fuerza armada como medio para solucionar el problema de Palestina.” El conde Bernadotte, el hombre de la ONU en Palestina, fue asesinado mientras conducía por Jerusalén el 17 de septiembre, por miembros de la Banda Stern. El asesinato de Bernadotte fue autorizado por la troika que dirigía la Banda Stern: Yitzhak Yernitsky, quien fue conocido posteriormente como Yitzhak Shamir, primer ministro de Israel de 1983-1984; Nathan Friedman-Yellin, posteriormente conocido como Nathan Yellin-Mor, quien se convirtió en pacifista en sus últimos años;
Israel Sheib, conocido más tarde como Israel Eldad, siguió siendo un nacionalista de derecha convencido, a cuyo funeral en 1996 asistieron los primeros ministros Benjamin Netanyahu y Yitzhak Shamir, y el presidente del Knesset [parlamento israelí] Dov Shilansky.
El perpetrador material del asesinato fue Yehoshua Cohen, quien fue después un estrecho amigo de Ben Gurion. Cohen es un personaje celebrado en muchos sectores (tiene su hagiografía, “The Prince of Jerusalem,” publicada en 2006, escrita por Ofer Regev). Bunche se hizo cargo, e impuso un cese al fuego a comienzos de 1949. El año siguiente, Bunche obtuvo el Premio Nobel de la Paz, como primera persona de ascendencia africana en obtener esa honra.
En Oslo, en su discurso, Bunche presentó una visión para Naciones Unidas: “En último análisis, la prueba de fuego para una voluntad genuina de paz es la disposición de las partes en disputa de exponer sus diferencias a los procesos pacíficos de Naciones Unidas y al tribunal de la opinión pública internacional que refleja Naciones Unidas. Sólo de esta manera la verdad, la razón, y la justicia pueden llegar a prevalecer sobre la voz chillona y bramante de la propaganda; para que se pueda cultivar una moralidad internacional íntegra.” Fue un punto de vista desdeñado por Tel Aviv que, en 1967 se involucró en hostilidades, para tribulación de Bunche. Entonces le preocupó que “el gran éxito militar de Israel seguramente reforzará la posición tradicional de ese país de que las relaciones entre Israel y sus vecinos árabes deberían ser abandonadas a negociaciones y arreglos directos sin la intervención de alguna tercera parte (es decir la ONU).” Fue profético, como lo vemos después de la entrada del Likud a 3, Kaplan Street en Jerusalén.
En 1951, Bunche dio una conferencia en el National War College con el título “Review and Appraisal of Israeli-Arab Relations” [Examen y evaluación de las relaciones israelí-árabes]. Es una conferencia escrupulosa, en la que se filtran sólo una vez las emociones de Bunche: “Las verdaderas víctimas de todo este conflicto – y han sido victimizadas sucesivamente cada vez más en cada etapa – han sido los árabes de Palestina. Son los que han sufrido. Los judíos no han sufrido mucho como resultado del conflicto. De hecho, les va mejor hoy de lo que les iba antes de que comenzara. Los pueblos de los Estados árabes circunvecinos no han sufrido por el conflicto. Todo ha sido descargado sobre los árabes de Palestina.” Y sigue siendo así. Mil muertos no excitan las cuerdas vocales del nuevo presidente, la primera persona de ascendencia africana en el puesto, cuyo compromiso con la seguridad de Israel por sobre todo lo demás debilita cualquier resolución de la ONU.
El 15 de enero de 2009, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, se reunió con la Ministra de Exteriores de Israel, y aspirante al puesto de Primer Ministro, Tzipi Livni. Ban Ki-Moon casi imploró que Israel cumpliera con la tímida resolución 1860 de la ONU, redactada por el Reino Unido y aprobada por el Consejo de Seguridad por 14-0 (con la abstención de EE.UU.). Livni hizo caso omiso de su ruego. “En Israel hacemos nuestra propia evaluación a diario,” dijo, “y decidiremos cuando detenernos sobre la base de esa evaluación.” UM-shmum.
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Vijay Prashad es presidente George and Martha Kellner de Historia del Sur de Asia y Director de Estudios Internacionales en Trinity College, Hartford, CT Su nuevo libro es “The Darker Nations: A People's History of the Third World,” New York: The New Press, 2007. Para contactos escriba a: vijay.prashad@trincoll.edu

19 enero 2009

EL TIEMPO DE LOS JUSTOS

El tiempo de los justos (Tomado de EL CORRESPONSAL)


Lanzamos bombas sobre edificios residenciales y luego tratamos a los heridos en Ichilov; bombardeamos reducidos refugios en escuelas de las Naciones Unidas y luego rehabilitamos a los discapacitados en Beit Lewinstein. Les disparamos y luego lloramos, los asesinamos y luego nos lamentamos, despedazaremos mujeres y niños como máquinas de muerte automática y también preservaremos nuestra dignidad.

Por Gideon Levy

Esta guerra, quizás más que las que la precedieron, está exponiendo las verdaderas venas profundas de la sociedad israelí. El odio y el racismo están impulsando sus mentes, así como el impulso de venganza y la sed de sangre. La "inclinación del comandante" en las Fuerzas de defensa de Israel es ahora "matar cuantos sea posible", como lo describen los corresponsales militares en televisión. Y aún si la referencia es a luchadores de Hamas, esta inclinación es espeluznante.

La desbordada agresión y brutalidad se justifican como "ejercicio de prudencia": el terrorífico balance de sangre-cerca de 100 palestinos muertos por cada israelí muerto, no despierta ninguna interrogante, como si hubiésemos decidido que su sangre vale una centésima parte de la nuestra, como reconocimiento a nuestro racismo inherente.

Derechistas, nacionalistas, chauvinistas y militaristas son las únicas tónicas legítimas aquí en casa. No nos molesten con humanismo y compasión. Sólo marginalmente se puede escuchar alguna voz de protesta -ilegítima, ostracizada e ignorada por la cobertura de los medios- por parte de un reducido, pero valiente grupo de judíos y árabes. Al lado de ésta, otra voz suena, quizás la peor de todas: la voz de los "justos" e hipócritas. Mi colega Ari Shavit parece ser su más elocuente vocero. Esta semana, Shavit escribió aquí ("Israel debe duplicar, triplicar, cuadruplicar su ayuda médica a Gaza," Haaretz, enero 7): "La ofensiva israelí en Gaza es justificada.... Sólo una inmediata y generosa iniciativa humanitaria probaría que aún durante la brutal guerra a que nos han forzado recordamos que hay seres humanos en el otro bando"

Para Shavit, quien defiende esta guerra e insiste en que no debe perderse, el precio es irrelevante, así como el hecho de que no haya victorias en guerras tan injustas. Y se atreve a hablar de humanismo en el mismo texto.

¿Deseará Shavit que matemos y matemos, y luego vayamos a instalar hospitales de campaña y mandemos medicinas para atender a los heridos? Él sabe que una guerra contra una población indefensa, quizás la más indefensa del mundo, que no tiene adonde escapar, sólo puede ser cruel y despreciable. Pero estos tipos siempre quieren salir de ella luciendo bien. Lanzamos bombas sobre edificios residenciales y luego tratamos a los heridos en Ichilov; bombardeamos reducidos refugios en escuelas de las Naciones Unidas y luego rehabilitamos a los discapacitados en Beit Lewinstein. Les disparamos y luego lloramos, los asesinamos y luego nos lamentamos, despedazaremos mujeres y niños como máquinas de muerte automática y también preservaremos nuestra dignidad.

El problema es que esto no funciona de esa manera. Esto es una asquerosa hipocresía y autojustificación. Aquellos que hacen los más incendiarios llamados para más y más violencia sin considerar las consecuencias son por lo menos más honestos al respecto.

No se puede tener razón en los dos frentes. La única "pureza" en esta guerra es la de "purificarnos de los terroristas", que en realidad significa sembrar horrendas tragedias. Lo que acontece en Gaza no es un desastre natural, un terremoto o una inundación, en cuyo caso sería nuestro deber y derecho extender una mano con ayuda, enviar escuadrones de rescate, como tanto amamos hacer. De la peor suerte, todos los desastres que ocurren en Gaza son producto del hombre - de nosotros. No se puede ofrecer ayuda con las manos ensangrentadas. La compasión no brota de la brutalidad.

Aún así, hay quienes desean ganar en ambos frentes. Matar y destruir indiscriminadamente y salir de ello luciendo bien y con una conciencia limpia. Seguir cometiendo crímenes de guerra sin sentido alguno de la pesada culpa que debería acompañarlos. Hay que tener riñones. Quienquiera que justifique esta guerra justifica también sus crímenes. Quienquiera que predique a favor de esta guerra y crea en la legitimidad de los asesinatos en masas siendo cometidos no tiene ningún derecho para hablar sobre moralidad y humanismo. No hay tal cosa como matar y cuidar simultáneamente. Esta actitud es una representación fehaciente del básico sentimiento dual israelí que ha estado con nosotros desde siempre: cometer injusticias y vernos puros en nuestros ojos. Matar, demoler, hambrear, meter en prisión y humillar – y estar en lo correcto, sin mencionar ser justos. Los justos propiciadores de guerras no podrán permitirse estos lujos.

Todos los que justifican esta guerra justifican también todos sus crímenes. Todos los que la vean como una guerra defensiva deberán cargar la responsabilidad moral por sus consecuencias. Todos los que ahora aupan a los políticos y a los militares a continuar deberán llevar impresa en sus frentes la marca de Caín luego de la guerra. Todos los que apoyan la guerra apoyan también el horror.

La fuente: El autor es columnista del diario israelí Haaretz (Tel Aviv). La traducción del inglés pertenece a Franco Munini para Tlaxcala, la red de traductores para la diversidad lingüística.

"¡MENTIRA! ¡MENTIRA! ¡NO TIENE PERDON!"

TODO: Aunque vivo en este país, al que llegué por falta de otra posibilidad de salida (la alternativa era quedarnos en la cárcel de Devoto y Resistencia), no tengo nada nuevo para comentar. Ya he dicho todo desde todos los ángulos posibles. Agregaré que los discursos de Olmert y Barak del último sábado a la noche anunciando la "decisión de detener unilateralmente el fuego" es en verdad una burda mentira, una provocación apoyada por los gobernantes de los países europeos, confabulados con Israel para destruir no sólo al Hamás si no a todo el pueblo palestino. Gelman no ha innovado y le falta un detalle importante. La mayoría del pueblo israelí comparte ese punto de vista. Andrés Aldao

Por Juan Gelman

Es un verso del tango "Mentira", que Celedonio Flores y Francisco Pracánico compusieron en 1932. Carlos Gardel lo cantaba sin falsa emoción y sin el teatro que propinan hoy algunos tangueros. Se trata, claro, de un hombre que apostrofa a la mujer que lo engañaba y no por eso se privaba de llorar de amor en sus brazos. La frase es desde entonces, y aun antes, aplicable a numerosos políticos y gobiernos del mundo. Por ejemplo, al gobierno israelí y a su primer ministro, Ehud Olmert.
Llevan a cabo en Gaza una matanza que ha causado ya la muerte de casi mil palestinos y miles de heridos: un 60 por ciento eran o son civiles y casi 300 fueron niños. El pretexto: defensa propia en razón de los continuos ataques con misiles de Hamas. La verdad: "Cualquiera que observe con honestidad el desarrollo de los acontecimientos en los dos últimos meses descubrirá que los (cohetes) Kasam tienen un contexto. Fueron casi siempre arrojados después de operativos de asesinato de las FDI, y de éstos hubo muchos. La pregunta de quién empezó no es infantil en este contexto. Las FDI volvieron a las operaciones de exterminio y en gran escala. Y su consecuencia fue el incremento de los disparos de Kasam". Este análisis puede leerse en el diario israelí "Ha'aretz" del 9 de febrero de 2007. Está firmado por Gideon Levy, el periodista también israelí que Vargas Llosa elogió por su valentía intelectual.
Otra del gobierno Olmert: Hamas no respetó la tregua acordada a mediados de junio de 2008 que expiraba en diciembre. La verdad: tropas israelíes la rompieron el 4 de noviembre irrumpiendo en Gaza y matando a seis palestinos (www.guardian.co.uk, 5-11-08). Las FDI volvieron a romper la tregua el 17 de noviembre matando a un líder de Hamas. La respuesta palestina: más Kasam. Y luego: Tel Aviv no se cansa de repetir que Hamas usa escudos humanos para combatir a las FDI. Parece que es al revés. Un comunicado de Amnesty International detalla: "Nuestras fuentes en Gaza informan que soldados israelíes han entrado y tomado posición en varios hogares palestinos, obligando a las familias a permanecer en la planta baja mientras ellos usan el resto de sus casas como base militar y en posición de francotiradores" (www.amnesty.org, 7-1-09).
La Franja de Gaza contiene en sus 360 kilómetros cuadrados a una población de casi millón y medio de palestinos. Si los cohetes de Hamas llegaran a Tel Aviv y alcanzaran el barrio residencial donde está ubicado el Ministerio de Defensa israelí, ¿sería justo decir que Israel usa escudos humanos para defenderse de los Kasam? Vaya una observación interesante de Malcolm Smart, miembro del Programa de Amnesty para el Medio Oriente y el norte de Africa: "El ejército israelí tiene plena conciencia de que los tiradores palestinos suelen abandonar el lugar después de haber disparado. Cualquier ataque de represalia contra esas casas dañará a los civiles, no a los tiradores, en la mayoría de los casos". El comunicado de Amnesty agrega que la ocupación de casas palestinas por soldados israelíes ha sido una práctica frecuente en el pasado y que "en otros casos, han obligado a civiles palestinos, a punta de fusil, a entrar delante de ellos en los edificios donde temían que pudiera producirse un ataque".
El gobierno Olmert justificó el bombardeo de una escuela de la ONU instalada en el campo de refugiados de Jabaliya arguyendo que desde allí habían hecho fuego contra sus efectivos. Después de unos días, tuvo que rectificar: las FDI habían cañoneado sin más trámite a quienes se guarecían en la escuela, matando a 40 civiles. Lo mismo sucedió ¬entre otros¬ con el ataque a un camión que transportaba gas y no Kasam, como Tel Aviv adujo al principio. En verdad, Israel desató una guerra de exterminio.
"¿Sucede acaso que esta guerra es el laboratorio de los fabricantes de muerte? ¿Acaso es posible que en el siglo XXI se pueda encerrar a un millón y medio de personas y hacer de ellas todo lo que se quiera llamándolos terroristas?". Es una pregunta que formularon los médicos noruegos Mads Gilbert y Erik Fosse ¬hace 20 años que prestan asistencia en Gaza como miembros de la ONG Norwac¬ al salir de la Franja vía Egipto ("Le Monde", 12-1-09). Habían atendido a "víctimas de lo que tenemos todas las razones para pensar que se trata de un nuevo tipo de arma, ensayada por los estadounidenses, conocida con el acrónimo DIME (Explosivo de Metal Inerte Denso)". Los DIME son poderosos, su radio de acción es de 10 metros, a quien está a tres metros de la explosión le parten el cuerpo en dos, a los ocho, le cortan limpiamente las piernas.
Human Rights Watch ha denunciado el posible empleo de bombas de fósforo blanco contra los palestinos. Son de uso militar permitido para crear cortinas de humo, pero no en zonas pobladas, según establece el convenio de la ONU sobre armas convencionales (www.hrw.org, 10-1-09). Preguntado al respecto, el mayor israelí Avital Leibovitch aseguró que las FDI "no utilizan armas que el derecho internacional prohíbe. Otras naciones usan bombas de fósforo y tenemos el derecho a no hacer comentarios sobre el tema". Es cierto, las FDI tienen ese derecho. Y los palestinos, el derecho a no ser desollados vivos. Ni siquiera a ritmo de tango.

Exclusivo en Uruguay para LA REPUBLICA

17 enero 2009

OPERACIÓN PLOMO IMPUNE




OPERACIÓN PLOMO IMPUNE

Eduardo Galeano


(Este artículo está dedicado a mis
amigos judíos asesinados por las
dictaduras latinoamericanas que
Israel asesoró)


Para justificarse, el terrorismo de estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.
***
Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
***
Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.
Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa.
No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.
***
Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.
¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
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El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quien mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
***
La llamada comunidad internacional , ¿existe?
¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

(Este artículo está dedicado a mis
amigos judíos asesinados por las
dictaduras latinoamericanas que
Israel asesoró)

http://www.brecha.com.uy/alter/index.php?option=com_content&task=view&id=585&Itemid=70

15 enero 2009

LA JUSTICIA INTERNACIONAL JUZGARÁ A LOS CRIMINALES


LOS DIRIGENTES ISRAELÍES VAN A PAGAR POR EL BAÑO DE SANGRE EN GAZA


Gideon Levy − Haaretz

Cuando los cañones finalmente callen habrá llegado el tiempo de las preguntas y las investigaciones. El hongo producido por las nubes de humo y polvo se disipará en el cielo negro como la pez, el fervor, la desensibilización y el salto colectivo al vagón del tren [de la ofensiva militar israelí] quedarán enterrados en el olvido para siempre y tal vez dispondremos entonces de una imagen precisa de Gaza en todo su horror. Luego veremos el alcance de las matanzas y la destrucción, los cementerios rebosantes y los hospitales desbordados, los miles de heridos y discapacitados físicos y las casas destruidas que quedarán como legado de esta guerra.
Las preguntas que será necesario hacer, de la forma más cauta posible, serán quién es culpable y quién responsable. La exagerada predisposición del mundo a perdonar a Israel puede que no funcione esta vez. Los pilotos y artilleros, los tanquistas y los soldados de infantería, los generales y las miles de personas que se embarcaron en esta guerra con su correspondiente cuota de celo conocerán entonces las dimensiones del mal inflingido y la naturaleza indiscriminada de sus ataques militares. Es posible que no paguen ningún precio. Ellos fueron a la batalla, pero otros los enviaron.
El test público, moral y judicial se aplicará a los tres dirigentes israelíes que enviaron al ejército israelí a una guerra contra una población indefensa que ni siquiera disponía de un lugar donde refugiarse, en lo que ha sido tal vez la única guerra de la historia contra una franja de la tierra cercada por un muro. Ehud Olmert, Ehud Barak y Tzipi Livni estarán en el podium de los culpables. Dos de ellos son candidatos a primer ministro, el tercero es candidato a la acusación penal.
Es inconcebible que no se les pida cuentas por el derramamiento de sangre. Olmert es el único primer ministro israelí que ha enviado a su ejército a dos guerras opcionales y que lo ha hecho además durante uno de los mandatos más breves de la historia política israelí. El hombre que hizo una serie de valientes declaraciones sobre la paz a finales de su mandato ha orquestado nada menos que dos guerras. Hablando de paz y haciendo la guerra, nuestro "moderado" y "progresista" primer ministro se ha revelado como uno de nuestros mayores jaleadores de la guerra. Así es como lo recordará la historia. En comparación a eso, los delitos de los “sobres con dinero en metálico” y las infracciones de los "Rishon Tours" lo hacen aparecer como una persona tan pura como la nieve.
Barak, el líder del partido de la izquierda, deberá asumir el coste de las fechorías del ejército israelí bajo su tutela. Su cuenta quedará lastrada por el bombardeo de los centros de población, por los cientos de mujeres y niños muertos y heridos, por los numerosos ataques de su ejército contra personal médico, por el lanzamiento de proyectiles de fósforo en zonas civiles, por el bombardeo de una escuela dirigida por las Naciones Unidas que servía de refugio a civiles que tras el ataque permanecieron días enteros desangrándose porque el ejército israelí disparaba y bombardeaba a quienes trataron de evacuarlos. Incluso nuestro asedio de Gaza durante un año y medio, cuyas consecuencias se están haciendo visibles de forma aterradora merced a esta guerra, se volverá contra él. Golpe a golpe, todas esas cosas cuentan en el cómputo de los crímenes de guerra.
Livni, la ministra de Asuntos Exteriores y líder del partido centrista, será recordada como la persona que azuzó, legitimó y observó en silencio el desarrollo de todos estos acontecimientos. La mujer que prometió "un tipo diferente de política" resultó ser cómplice a tiempo completo. Esto no debe olvidarse.
Contrariamente a lo que se está diciendo, tenemos todo el derecho a pensar que estos tres dirigentes no se embarcaron en la guerra por consideraciones electorales. En Israel cualquier momento es bueno para hacer la guerra. La última guerra la iniciamos tres meses después de las elecciones, no dos meses antes. ¿Israel los juzgará con dureza a la luz de las imágenes que emanan de Gaza? Muy dudoso. En estos momentos los índices de aceptación electoral de Barak y Livni están subiendo, no bajando. La prueba que espera a estas personas no tendrá carácter doméstico. Es cierto que algunos estadistas internacionales han aplaudido cínicamente los golpes que ha asestado Israel. Es cierto que los USA han callado, Europa ha balbuceado y Egipto ha apoyado, pero otras voces se elevarán en el fragor del combate.
Los primeros ecos de esas voces ya se están oyendo. El pasado fin de semana las Naciones Unidas y la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra han exigido una investigación sobre los crímenes de guerra presuntamente perpetrados por Israel. En un mundo en el que los dirigentes bosnios y sus homólogos de Rwanda ya han sido llevados a juicio, es probable que la misma exigencia emerja para enjuiciar a los azuzadores israelíes de esta guerra. Los jugadores de baloncesto de Israel no serán los únicos que tendrán que refugiarse vergonzosamente en los estadios, y los altos funcionarios israelíes que emprendieron esta guerra no serán los únicos que tendrán que esconderse en los aviones de El Al para evitar ser detenidos. Esta vez nuestros más dirigentes más prominentes, los miembros del gabinete de guerra, son susceptibles de pagar un precio personal y nacional por sus actos.
No escribo estas palabras con alegría, sino con profunda tristeza y vergüenza. A pesar de toda la manga ancha que el mundo nos ha dado desde que podemos recordar, a pesar de la indulgencia que siempre ha mostrado con Israel, esta vez la actitud del mundo puede ser diferente. Si seguimos así, es posible que algún día veamos constituirse otro tribunal especial en La Haya.
Fuente: http://www.haaretz.com/hasen/spages/1054578.html

LA HISTORIA NO EMPEZÓ CON UN KASAM

TODO: Entre la censura y el "consenso" logrado gracias a las bocas tapadas y no escuchadas,la desinformación y la fantasía diversionista de la propaganda, hay un sector de israelíes que no acepta la guerra y la masacre. Amira Hess, una de las valientes periodistas israelíes que publican notas sin prejuicios, ha contado hechos que son parte de la historia. No se trata de tener ciega fidelidad hacia gobernantes y militares que tienen la conciencia sucia y viven de la mentira permanente, ante la mirada cómplice de casi todo el resto del mundo. Escribí que los bombardeos a la población civil de Gaza son crímenes de guerra. Acaso, ¿no lo son? Andrés Aldao

LA HISTORIA NO EMPEZÓ CON UN KASAM

por Amira Hess* − Haaretz, 14 / I / 2009.

La historia no empezó con los cohetes kasam. Pero para nosotros, los israelíes, la historia siempre empieza cuando los palestinos nos lastiman, y entonces el dolor se extrae de su contexto. Pensamos que si les causáramos a los palestinos un dolor mucho más grande, ellos finalmente van a aprender la lección. Hay quien llama a esto “logros”.
De todas maneras, la “lección” sigue siendo abstracta para la mayoría de los israelíes. Los medios de comunicación israelíes le recetan a sus consumidores una estricta dieta de baja información y poca verdad, y rica en generales y sus bufones. Los medios son modestos, no nos refriegan por la cara sus logros: los niños muertos y los cadáveres que se pudren bajos sus escombros, los heridos que se desangran hasta morir, porque nuestros soldados disparan contra los equipos de salvamento, los niños cuyas piernas fueron amputadas por la terribles heridas causadas por distintos tipos de armas sofisticadas, los padres llorando amargamente, los barrios de viviendas borrados del mapa, las espeluznantes quemaduras que provoca el fósforo blanco; y también el pequeño éxodo −decenas de miles de personas fueron expulsadas de sus casas y siguen siéndolo en estos mismos momentos, y se les ordena concentrarse en zonas urbanas cada vez más reducidas, que también serán bombardeadas.
Desde que se instauró la autoridad palestina, la máquina de parloteo israelí agrandó la magnitud del riesgo militar que implican para nosotros los palestinos. Y cuando ellos pasaron de la piedra al fusil, y de la bomba molotov a los atentados suicidas, y de las minas a los kasam y del kasam al grad, y de la OLP al Hamás, los nuestros dicen, con expresión victoriosa: se los dijimos, son antisemitas, por eso podemos enloquecernos.
Lo que permite la locura del ejército israelí −las palabras pertinentes para describirlo no se encuentran en mi diccionario− fue el paulatino proceso de aislamiento de Gaza. La desconexión convirtió a los habitantes de Gaza en objetos abstractos, sin nombre ni dirección, salvo la de sus milicias, sin historia, salvo las fechas que los del servicio de informaciones israelí establecen para ello. El sitio a Gaza no comenzó cuando el Hamás se apoderó de las fuerzas de seguridad en la franja, ni tampoco cuando Gilad Shalit fue tomado prisionero, ni cuando el Hamás fue elegido en elecciones democráticas. El sitio empezó en 1991, antes de los atentados suicidas, y desde entonces se perfeccionó hasta el máximo en el 2005.
La máquina de parloteo israelí presentó alegremente la desconexión como fin de la ocupación, ignorando, con descaro, todos los hechos. La separación y el cerco se presentaron como necesidad militar. Pero nosotros ya somos adultos y sabemos que las necesidades militares y las persistentes mentiras sirven metas políticas. La meta de Israel fue destruir la solución de dos estados, que el mundo esperaba que se concretase en 1990, con el fin de la guerra fría. La solución no era perfecta pero en ese momento los palestinos estaban dispuesto a aceptarla.
Gaza no es una potencia militar que agredió a su pequeña y pacífica vecina, Israel. Gaza es la zona que Israel conquistó en 1967 junto a la franja oriental (Judea y Samaria −nota de los traductores). Sus pobladores son parte del pueblo palestino, que perdió su país y su tierra en 1948.
En 1993, Israel tuvo la mejor oportunidad de demostrarle al mundo que lo que se dijo de ella no era verdad. Que no es un estado colonialista por naturaleza. Que expulsar a un pueblo de su tierra, desalojar a las gentes de sus casas, robar tierras palestinas para las colonias judías no son las bases de su existencia y de su ser. En los años 90 Israel tuvo la oportunidad de demostrar que el año 1948 no fue su paradigma. Israel perdió esa oportunidad cuando renovó los métodos de robo de tierras y desalojo de viviendas, cuando apiñó a los palestinos en un sector aislado. Ahora, en estos días negros, Israel demuestra que el año 1948 no ha finalizado. ■
Traducido del hebreo por Ester Mann y Andrés Aldao

* Amira Hess es periodista israelí del cotidiano Haaretz, especializada en temas relacionados con el conflicto israelo−palestino.

14 enero 2009

AVIGDOR LIBERMAN: UNO DE LOS PEORES NAZIFASCISTAS JUDÍOS


Político israelí pide ataque nuclear contra Gaza

14 de enero de 2009

Belén - Ma'an - El político israelí Avigdor Lieberman propuso una "solución" a la guerra en la Franja de Gaza el martes diciendo, "Israel no va a estar seguro siempre y cuando Hamas esté en el poder, y por lo tanto, tenemos que tomar una decisión que quiebre la voluntad de Hamas a seguir luchando ".
"Tenemos que seguir luchando contra Hamas como los Estados Unidos hizo con los japoneses en la Segunda Guerra Mundial", añadió Lieberman.
Según informes de medios de comunicación israelíes, él dijo que los ataques nucleares de EE.UU. habían hecho innecesaria una "ocupación del país."
Avigdor Lieberman, miembro del parlamento y presidente del partido Israel Beiteinu, habló en la Universidad Bar-Ilan.
Los comentarios de Lieberman causaron la crítica de los funcionarios palestinos.
Para el Dr. Mustafa Barghouthi, el Secretario General de la Iniciativa Nacional Palestina, "las declaraciones de los políticos israelíes son desproporcionadas, tales como sus acciones sangrientas a nuestro pueblo en Gaza."
"En 1945, EE.UU. lanzó dos ataques con bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, dando como resultado una de las mayores tragedias en la historia humana la cual ha sido condenada varias veces", agregó el diputado.
"Lieberman es un orador extremo y estamos acostumbrados a escuchar discursos extremos de él. Sin embargo, esto demuestra una vez más que Israel no aprende la lección del pasado sino que por el contrario, invoca una de las matanzas más sangrientas de la historia como el posible destino de Gaza. Ellos no tienen respeto por la vida humana", dijo, observando gran cantidad de apoyo a la guerra de Israel en la Franja de Gaza entre el público israelí.

13 enero 2009

VER, IMAGINAR, SENTIR, EL DOLOR AJENO



Millón y medio de palestinos padecen el asedio en el gueto de Gaza. Entretanto, los políticos de Israel proclaman su indiferencia ante los sufrimientos de los sitiados. Esto sólo puede producir más violencia

JUAN GOYTISOLO 13/01/2009

Sólo dañamos a los demás cuando somos incapaces de imaginarlos", leí en algún libro, no sé si de Todorov o de Carlos Fuentes. La frase se refería a gestas lejanas, como fueron la Conquista española de América o las guerras coloniales europeas del siglo XIX, cuando las crueldades de aquéllas, sufridas por pueblos "inferiores", se revestían con un nimbo de altruismo y heroicidad: misión evangelizadora o aportación de las luces de la civilización a su barbarie y atraso.
Las cosas son hoy distintas. Ya se trate de guerras de agresión, ya de supuestamente defensivas e incluso preventivas, las imágenes del daño causadas por ellas nos llegan directamente a domicilio. Asistimos en nuestra casa a las atrocidades de los bombardeos, a la muerte casi en directo de mujeres y de niños, al martilleo continuo de poblaciones aterrorizadas. La vista sobrecogedora de ruinas, cadáveres, desesperación de los próximos a las víctimas, puede ser captada no obstante sin que imaginemos los sentimientos de impotencia, rabia o dolor ajenos, sin que nos pongamos en la piel de quienes los sufren. El rechazo voluntario o inducido al reconocimiento del daño que causamos es a menudo producto de la ansiedad, del horror a nuestro propio pasado, de temores ancestrales a su reiteración en lo por venir. Matamos por miedo, atrapados en una espiral de zozobra, recelo e impulsos agresivos de la que es difícil escapar. A causa de ello dejamos que la fuerza de la razón ceda paso a la razón de la fuerza. No nos sentimos culpables del mal que infligimos en función del que pudiera abatirse sobre nuestras cabezas. La lógica del temor / castigo / temor no tiene fin, pero la angustia y la confianza ciega en la propia fuerza son malas consejeras.
Escribo esto a propósito de Gaza. ¿Era necesaria tal exhibición de prepotencia militar para poner fin al lanzamiento de cohetes artesanales a Sdirot y a otras localidades israelíes cercanas a la franja? El asedio por tierra, mar y aire a un millón y medio de personas hambrientas y que claman venganza, ¿conduce a una resolución del problema securitario de Israel o, más previsiblemente, lo agrava? ¿Era la única opción sobre el tapete después del minigolpe de Estado de Hamás contra la desacreditada Autoridad Palestina, como repiten a diario los portavoces militares y gubernamentales del Estado hebreo? La comunidad internacional, salvo los halcones de Bush, piensa lo contrario.
Machacar, machacar y machacar no garantiza el futuro de Israel: lo enclaustra en una mentalidad asediada que a largo plazo juega contra él. Sembrar el odio y el afán de revancha refuerzan, al revés, a Hamás, Hezbolá, y a sus mentores iraníes y sirios. ¿No es contradictorio alegar la legítima defensa del Estado judío contra "los lobos" que le rodean (empleo la terminología de un conocido analista norteamericano) y fomentar al mismo tiempo la proliferación infinita de estos "lobos" con una política de asfixia y destrucción de todas las infraestructuras civiles de la franja, incluidas escuelas, mezquitas, edificios administrativos y centros de acogida para refugiados de Naciones Unidas?
No basta con ver el destrozo cruel en los noticiarios televisivos para ponerse en la piel del daño infligido al otro: a estos centenares de miles de jóvenes de la franja, indignados por la patética incapacidad de Abbás y la complicidad en su desdicha de supuestos países hermanos, como el Egipto de Mubarak. Cualquier observador extranjero comprobará el efecto inverso del encarnizamiento que convierte a este gueto infame en un auténtico infierno: desde la frase de un profesor, laico por más señas, reproducida en uno de mis reportajes sobre Gaza de la pasada década -"mire a los jóvenes de los campos. Viven apretujados, sin trabajo, distracciones, posibilidades de emigrar ni de fundar una familia. Poco a poco se sienten morir en vida y su corazón se transforma en bomba. Y un día, sin avisar a nadie, correrán con un arma cualquiera a una operación terrorista suicida. No les importa morir porque se sienten ya muertos"-, hasta la recogida por el corresponsal de este periódico el pasado día 5 -"la gente apoya más que nunca a Hamás porque ha llegado un punto en el que la vida y la muerte son casi lo mismo"-, los hechos confirman que el Plomo Endurecido no resuelve nada: dilata y dificulta inútilmente la ya compleja y ardua resolución del conflicto.
Confieso mi perplejidad ante un dislate como el que, tras la terrible frase de Sharon -"los palestinos deben sufrir mucho más", formulada hace siete años a guisa de programa de acción-, un intelectual como Abraham Yehoshua la acepte hoy a su manera cuando, en estas mismas páginas, afirmaba sin rubor que "la capacidad de sufrimiento de los palestinos es mucho mayor
". ¿Se basa ello en un diagnóstico científico, en un psicómetro capaz de medir el dolor propio y ajeno? O ¿no será más bien reflejo de esta incapacidad de imaginar el padecimiento de los demás, ya fueren judíos, indoamericanos, negros o palestinos? Una oportuna lectura de Todorov nos sacaría de dudas.
El aplastamiento de Gaza no responde a una estrategia bien meditada: se funda más bien en una política oportunista de rentabilidad electoral de cara a las próximas elecciones parlamentarias, a costa de desvanecer las últimas ilusiones de quienes, desde Oslo a Annápolis, creyeron en la posibilidad de una solución dialogada, aunque desmentida año tras año, sobre el terreno, en los Territorios Ocupados: extensión imparable de la colonización, humillaciones diarias de los habitantes de Jerusalén Este y de Cisjordania, miseria y asfixia de Gaza, sobre todo después del triunfo electoral de Hamás, calificado de movimiento terrorista por Norteamérica y por una Unión Europea trágicamente desunida e incapaz de desempeñar el papel de mediador creíble que aconsejan las circunstancias.
El juego de separar el supuesto Estado palestino en dos entidades y de fragmentar el territorio cisjordano en bantustanes inviables perjudica ante todo al desacreditado Gobierno de Mahmud Abbás. Pues el radicalismo de una parte alimenta al de la otra y, con la excusa de no dialogar con los terroristas -obviando el hecho de que fueron democráticamente elegidos- el único "Estado democrático" de la región viola a diario las resoluciones de la ONU y desdeña olímpicamente la reprobación casi unánime de la opinión pública internacional.
Me vienen a la memoria la frase de alguien tan poco sospechoso de parcialidad antiisraelí como Marek Halter después de su visita a los Territorios Ocupados -"tengo miedo por Israel e Israel me da miedo"- y las reflexiones de mi amigo Jean Daniel sobre la paradoja histórica de que Israel -creado por los padres del movimiento sionista con el objetivo de constituir un Estado como los demás-, actúa desde 1967 como un Estado diferente de los demás, en la medida en que se sitúa deliberadamente al margen de la comunidad internacional que reconoció su existencia hace 60 años. La falta de imaginación respecto al dolor de los palestinos -la capacidad ética y, a fin de cuentas, humana de ponerse en su lugar- le encierra en un callejón sin salida: el de golpear más y más duro a sus enemigos, tanto a los que se niegan a aceptar la realidad con su infausta retórica e insostenibles bravatas -las de "arrojar a los judíos al mar"- como a los que aspiran a una paz y a un horizonte compartidos mediante el retorno a la llamada línea verde, conforme a la resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Escucho, con esperanza y alivio, la voz de sus intelectuales disidentes, de esos hombres y mujeres resueltos a distanciarse de la unanimidad clamorosa que señalan las encuestas por el éxito efímero de la devastadora operación militar en la franja. Son los disidentes laicos de uno y otro bando quienes abanderan la vuelta a la razón. Su aún quimérico anhelo de paz, se basa en la esperanza de alcanzar algún día un acuerdo pragmático y justo. Simples seres humanos, ven, imaginan y sienten el daño que infligen a los otros y que no quieren para sí mismos. En la línea ejemplar de Edward Said, desarraigado a la fuerza desde su niñez palestina, se niegan a echar raíces, como los árboles en el suelo de la opresión. Quieren ser el viento y el agua, como todas las cosas que fluyen en la constante mutabilidad del río de Heráclito. ¡Ojalá un día, más temprano que tarde, la historia les dé la razón!

12 enero 2009

EINSTEIN, ISRAEL, GAZA

Por Juan Gelman |*|

El pasado sábado 27, a las 11.30 hora local, 50 cazas de combate israelíes demolieron unos 50 puntos de Gaza en tres minutos. Fue una violación de los Diez Mandamientos y de la santidad del sabbath, pero tal vez no se apliquen cuando de matar palestinos se trata: centenares en esta ocasión y más de mil heridos. Hay diferentes puntos de vista sobre las razones de esta matanza brutal. Tel Aviv asegura que es una represalia por la ominosa práctica de Hamas de lanzar cohetes al territorio israelí. Analistas varios opinan que más bien tiene que ver con las próximas elecciones en Israel, donde todavía es primer ministro ¬interino y renunciante por corrupción¬ Ehud Olmert. Los hechos históricos indicarían otra cosa: se trata del nunca olvidado intento de reconstruir el "Gran Israel" echando a los palestinos de su tierra.
Ben Gurion, que inauguró el cargo de primer ministro del flamante Estado de Israel, aceptó la partición de Palestina en territorios israelíes y territorios palestinos que la ONU estableció en 1947. Pero tenía un viejo pensamiento de fondo: en carta a su mujer confió que un Estado judío "parcial" ¬un proyecto de 1937 del ocupante británico que nunca se llevó a cabo¬ era sólo un comienzo y que planeaba organizar un ejército de primera y utilizar la coerción o la fuerza para absorber toda la extensión del país ("Letters to Paula and the Children", David Ben Gurion, University of Pittsburg Press, 1971, carta de fecha 5-12-37, págs. 153-57). Esto se cumplió con la ocupación militar israelí de los territorios palestinos desde 1967 a la fecha. En el 2006, Tel Aviv se "retiró" de Gaza, a la que impuso un cerco implacable. El triunfo de Hamas en las inobjetables elecciones de ese año disgustó a Israel: un Estado que se dice democrático no tenía por qué respetar la democracia cuando de palestinos se trata.
Olmert es del partido Kadima, una escisión del derechista Likud, del que no se diferencia mucho, como prueban las guerras que sigue desatando. El Likud, a su vez, desciende del Herut, organismo que dio forma política al grupo paramilitar de Menahem Begin, también primer ministro de Israel (1977-1983). Los nombres cambian, pero la contumacia no. En diciembre de 1948, a siete meses de la declaración de independencia de Israel, Begin visitó EEUU y causó reacciones dispares. Por ejemplo, la de Albert Einstein, Hannah Arendt, el rabino Jessurun Cardozo y otros 26 destacados intelectuales judíos estadounidenses. Consta en una carta abierta que el "New York Times" publicó el 4-12-48.
El texto comienza así: "Entre los fenómenos políticos más inquietantes de nuestra época figura la aparición, en el recién creado Estado de Israel, del 'Partido de la Libertad' (Tnuat Herut), un partido político estrechamente emparentado con los partidos nazifascistas por su organización, sus métodos, su filosofía política y su demanda social. Fue creado por los miembros y partidarios de la ex Irgun Zvai Lemi, una organización terrorista de extrema derecha y chauvinista en Palestina. La visita actual a EEUU de Menahem Begin, jefe de ese partido, ha sido evidentemente calculada para dar la impresión de un sostén estadounidense a su partido y para cimentar los lazos políticos con los elementos sionistas conservadores de EEUU".
Continúa así: "Muchos norteamericanos de reputación nacional han prestado su nombre para acoger esa visita. Es inconcebible que quienes se oponen al fascismo en el mundo entero, muy correctamente informados sobre el pasado y las perspectivas políticas de M. Begin, puedan sumar sus nombres y apoyar al movimiento que él representa". Señala que es preciso informar a la opinión pública del país sobre el pasado y los objetivos de Begin ¬"uno de los que han predicado abiertamente la doctrina del Estado fascista"¬ para no dar la impresión en Palestina de "que una mayoría de EEUU respalda a elementos fascistas en Israel". A continuación menciona la matanza que las fuerzas israelíes provocaron en la aldea árabe de Deir Yassin, "que no había participado en la guerra y que incluso había combatido a las bandas árabes que querían convertirla en su base de operaciones". Precisa: "El 9 de abril (de 1948), bandas de terroristas (israelíes) atacaron esa pacífica aldea, que no era un objetivo militar, asesinaron a la mayoría de sus habitantes ¬240 hombres, mujeres y niños¬ y dejaron a algunos con vida para hacerlos desfilar por las calles de Jerusalén. Invitaron a todos los corresponsales extranjeros a ver las montañas de cadáveres y los destrozos causados en Deir Yassin". El texto acusa a Herut de preconizar en el seno de la comunidad judía una "mezcla de ultranacionalismo, misticismo religioso y superioridad racial", signo indudable de un partido fascista para el cual el terrorismo "es un medio para alcanzar su objetivo de ser un 'Estado líder'". Agrega: "Es más trágico aún que la alta dirección del sionismo estadounidense se haya negado a hacer campaña contra los designios de Begin". Han pasado 60 años desde que se publicó esta carta que Einstein firmó. ¿Habrá perdido actualidad? Muchas cosas cambiaron en Israel desde entonces. Su objetivo central, no.

Exclusivo en Uruguay para LA REPUBLICA