09 junio 2008

HISTORIA DE UN PARTIDO

TODO: El derrotero de fabulados idiotas o provocadores por idiotas, el PCR ha tenido una trayectoria nefasta y posiciones políticas que lindan con el disparate y al servicio de los peores intereses. Otto Vargas, esmerado burócrata, se puso al frente junto a Enrique Rodríguez (que terminó sirviendo a Menem), y Juan Carlos Portantiero, sociólogo que se exilió en México y luego se dedicó a la sociología neta. Nido de ratas y universitarios, coló algunos sindicalistas que hicieron nombre hasta que cayeron en la cuenta que el PCR era el Partido Conservado Reaccionario. Así sigue: isabeliano, brujista, videliano y del campo, que en paz descanse.
Andrés Aldao


El Partido Comunista Revolucionario surgió en 1968 como una escisión del Partido Comunista, influenciado a la vez por posiciones guevaristas y maoístas. El sector guevarista se escindió al poco tiempo y derivó hacia la lucha armada, en tanto que el PCR mantuvo una línea insurreccional. Dirigido desde su origen por Otto Vargas, que venía del viejo comité central del PC, desarrolló a nivel sindical lo que se llamó la línea clasista, cuyo dirigente más importante fue René Salamanca, líder del Smata de Córdoba. A diferencia del resto de la izquierda, el PCR apoyó el gobierno de Isabel Perón, en contra de lo que definía como el “golpe prosoviético”, categoría en la que englobaba a las organizaciones guerrilleras, al sindicalismo ortodoxo y a los militares golpistas. Esa posición lo llevó a trabajar juntamente con los sectores isabelistas del “brujo” José López Rega, quien organizó la Triple A. En su visión sobre las Fuerzas Armadas siempre puso énfasis en la búsqueda de los sectores nacionalistas con los cuales ensayar algún tipo de acercamiento. En la década de los ’80 fue cuestionado por el resto de la izquierda por su relación con el sector “carapintada” y en especial con el que lideraba el coronel Mohamed Alí Seineldín, una relación que mantuvo por lo menos hasta el 2006, cuando firmaron una solicitada en conjunto por el bicentenario de la Reconquista.
Las posiciones electorales del PCR se orientaron la mayoría de las veces al voto en blanco. Con algunas excepciones. Una fue en 1989, cuando respaldó la candidatura de Carlos Menem, al que consideró “un emergente de la burguesía nacional”. De esa época se gestaron relaciones con diferentes intendentes del peronismo menemista y después duhaldista. Su agrupación gremial es la Corriente Clasista y Combativa, que primero lideró el Perro Santillán –hace unos años tomó distancia de ese partido– y luego Juan Carlos Alderete. Desde la elaboración que hace el PCR del maoísmo, el campesinado tiene un rol decisivo en el proceso revolucionario. Por esa razón priorizó su trabajo entre los pequeños y medianos productores y se opuso siempre a las retenciones, por considerarlas un instrumento de los gobiernos “oligárquicos”. Y en la actualidad comparte el escenario con la Sociedad Rural y la CRA para enfrentar a la oligarquía y las retenciones.