27 mayo 2008

OLMERT OPTA POR LA PAZ

TODO: En fin, uno cree que sabe mucho, que conoce a muchos, que "se las sabe todas...·". pero no es así. En realidad, cuando escuchamos que viven en la usabush un millón seiscientos mil ex israelíes, en Canadá e Inglaterra unos cuantos millares, de pronto nos preguntamos ¿quiénes son estos "iordim"? ¿Aventureros, vivillos, oportunistas, delincuentes? Hay de todo, pero también han descendido los "asfixiados", esto es, los israelíes que no pueden vivir en su país de nacimiento o de elección. Yo soy uno: desde hace muchos años. Dos hechos me volvieron irrespirable hasta la asfixia la vida cotidiana en este país, a pesar de los tres hijos, los diez nietos y la edad... El triunfo de los "fascistas" revisionistas fue el primero (Beguin al poder, el revisionismo se apodera de las instituciones israelíes con la complicidad de loslaboristas, los religiosos, los colonizadores de Palestina, los generales de la derrota y los servicios de informaciones, buenos para asesinar e inútiles para investigar y prevenir: La 2da. aventura libanesa lo demostró con creces (y 117 soldados muertos y 45 civiles...), destrucción, asesinatos en masa desde el aire, etcétera.
El segundo hecho que terminó por asfixiarme total fue el asesinato de Rabín preparado por un sector del shabac (uno de sus integrantes sabía que el asesino Igal Amir preparaba el magnicido y "se olvidó y no le dio importancia".
El viejo zorro de Ben Gurión tenía razón, Israel se va a convertir en poco tiempo una nación como todas, dijo públicamente... Por eso, a los siete años de la independencia, y luego de seis millones de judíos incinerados en las cámaras de gas, en los campor de tormento hitleristas durante 1939 / 1945, se arregló con la Alemania nazi encubierta. Así es: Israel y su pueblo son una nación como todas. Revisionismo y magnicidio lo han demostrado. Recomiendo la lectura de lo que viene... )Andrés Aldao)


Gilad Atzmon - Palestine Think Tank

Traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens

Ehud Olmert, el primer ministro de Israel, aseguró el pasado 22 de mayo en el diario Haaretz que las próximas negociaciones con Siria en Estambul son un “acontecimiento histórico”, ni más ni menos. Tiene razón. Es la primera vez en la historia de Israel que un primer ministro se embarca en negociaciones de paz para evitar una investigación policial de sus propias actividades delictivas. Parece que Olmert está buscando una rápida vía de escape que detenga en seco la investigación.
La Knesset israelí ha sido siempre un refugio para delincuentes israelíes y gángsteres judíos, que se aprovechan de la inmunidad que tienen sus miembros. Esto no es nuevo: el bandidaje es muy común entre los líderes israelíes.
La lista de sinvergüenzas y condenados por la justicia en el entorno político de Israel es interminable. Hace unos años, una encuesta realizada en el país reveló que el 60% de los miembros de la Knesset tenían antecedentes penales. Es bien sabido que el anterior presidente del Estado judío, Moshe Katsav, perdió su prestigioso cargo porque fue acusado nada menos que de delitos sexuales –violación y acoso–, así como del delito más banal de escuchas ilegales. Omri Sharon, hijo de Ariel Sharon y también miembro de la Knesset por el Likud y la Kadima, está acusado de soborno. Su padre tuvo la suerte de convertirse en una legumbre justo a tiempo de librarse de la vergüenza de que lo destituyeran de su puesto de primer ministro por su participación en el mismo delito.

Olmert no es diferente, es tan corrupto como el que más. Sin embargo, cabe la posibilidad de que pueda controlar su destino. Todo lo que tiene que hacer es presionar suficientemente a las autoridades policiales para que detengan la investigación de sus fechorías.
Olmert no es Tolstoi, pero tiene dos alternativas para elegir: la guerra y la paz. Ningún detective de la policía israelí hostigaría a un primer ministro en tiempo de guerra. Por la misma razón, nadie hostigaría a un primer ministro en medio de un esfuerzo histórico de conciliación con el vecino más hostil de Israel.
Aunque estábamos preparados para que Olmert arrasara Gaza o golpease a Hezbolá, se ha decantado por la alternativa de la paz. Es obvio que ha tenido en cuenta la colosal derrota del ejército israelí en Líbano hace menos de dos años, así que, ante la duda, ha decidido no confiar en sus generales. Todo hace suponer que estos últimos tampoco confían en sí mismos, pues se han dado cuenta de que los árabes ya no son blanco fácil como antes: ahora contraatacan y lo hacen bastante bien.
Sin un ejército con el que librar sus guerras, a Olmert no le queda otra que la paz. Está claro que carece de poder político para iniciar una retirada de los Altos del Golán. Ha elegido la paz porque sabe que los israelíes están lo bastante desesperados como para que quizá puedan aceptarlo. Los israelíes saben la verdad: los días del Estado judío están contados y la denominada “ventana de la oportunidad” se cerró hace tiempo. Israel está rodeado de enemigos y la mayoría demográfica de los judíos en el territorio se está convirtiendo en agua pasada.
Los usamericanos y los británicos están asimismo tan desesperados que apoyan la iniciativa de Olmert. Bush, Blair y Brown necesitan un éxito diplomático, incluso si no conduce a ninguna parte. En la política occidental todo se mide con la perspectiva del corto plazo. Por eso solemos cambiar de opción como de chaqueta.
Si se tiene en cuenta la reciente derrota militar israelí en Líbano y las cobardes tácticas que su ejército utiliza en Gaza para evitar enfrentamientos sobre el terreno (sus bombardeos alcanzan de forma indiscriminada a la población civil), cualquier retirada israelí del Golán sería considerada por israelíes y árabes como una bandera blanca. No hay mucha gente en la política de Israel dispuesta a respaldar esa iniciativa, y menos aún en el ejército o en los servicios de inteligencia. Por eso, hemos de llegar a la conclusión de que la iniciativa de paz está ahí para solventar los problemas personales inmediatos de Olmert, para posponer la investigación penal de sus actividades, para darle al corrupto un respiro en el poder.
Según el Haaretz, “Fuentes cercanas al presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad declararon el viernes que éste no podía ocultar su decepción y su sorpresa ante las noticias de las conversaciones de paz israelo-sirias”.
Mi querido presidente Ahmadineyad, no se preocupe. Nada ha cambiado y nada cambiará. Los israelíes no van a aceptar la nueva iniciativa, es algo que les resulta imposible. Israel sólo es capaz de funcionar entre conflictos, es un Estado que se define a sí mismo por la negación. El día que sus ciudadanos empiecen a buscar una paz verdadera habrán dejado de ser israelíes.

Fuente http://palestinethinktank.com/2008/05/25/olmert%e2%80%99s-peace-spin/

Esta traducción en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=5224&lg=es

Sobre el traductor:

El escritor y traductor español Manuel Talens es miembro de Cubadebate , Rebelión y Tlaxcala , la red de traductores por la diversidad lingüística. Su novela más reciente es La cinta de Moebius (Alcalá Grupo Editorial, 2007). En mayo de 2008 ha aparecido su libro de ensayos Cuba en el corazón, publicado por la misma editorial. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.


MÚSICO, COMPOSITOR, ESCRITOR

Gilad Atzmon nació en Israel en 1963 y recibió su educación musical (composición y jazz) en la Academia de Música Rubin, en Jerusalén. Es un multiinstrumentista que toca los saxofones soprano, alto, tenor y barítono, además del clarinete, sol, zurna y flautas.
Hasta 1994 fue arreglista-productor de varios proyectos de rock y danza israelíes, que dieron representaciones en Europa y USA tocando música "soul" judía. Muy implicado en la escena musical israelí, grabó para 'Ofra Haza', Yeuda Poliker y otros muchos. También viajó con Memphis Slim y acompañó musicalmente a muchos jazzmen internacionales, como Jack De Johnette, Michel Petrucciani y Richie Byrach, entre otros.
En 1994, cuando se fue a vivir al Reino Unido, sintió renacer su interés por la música del Oriente Próximo, África del Norte y la Europa del Este. Fundó en Londres su grupo actual, The Orient House Ensemble, y empezó a redefinir sus propias raíces a la luz de las realidades políticas. Desde entonces, The Orient House Ensemble ha viajado por todo el mundo.
Es también un escritor prolífico y a menudo polémico. Los ensayos de Atzmon se publican en muchos medios, tanto alternativos como convencionales. Sus novelas Guía de perplejos y Mi único amor han sido traducidas a 24 idiomas.
A lo largo de los años la música de Gilad Atzmon ha evolucionado cada vez más hacia un híbrido cultural. Como director musical y virtuoso de instrumentos de viento siempre asombra a su público con un poderoso y sofisticado estilo personal, a veces lleno de ironía, que combina la maestría del bebop con las raíces del Oriente Próximo. Bajo la influencia de Coltrane, las interpretaciones en directo de Gilad Atzmon son impresionantes y abrumadoras.
Como miembro del grupo The Blockheads, Atzmon ha grabado y tocado en compañía de artistas como Ian Dury, Robbie Williams, Sinead O'Connor y Paul McCartney. También ha grabado con Robert Wyatt, The Waters Boys y otros muchos.
The Orient House Ensemble incluye a Asaf Sirkis (batería), Yaron Stavi (bajo) y Frank Harrison (teclados).

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