14 diciembre 2009

Kadish al partido Avodá

Kadish al partido Avodá



Durante los últimos 9 años el partido Avodá prefirió tirar por la borda todos sus principios políticos e ideológicos y se plegó a gobiernos de coalición liderados por el Likud o Kadima convirtiéndose en la práctica en careta y disfraz de proyectos totalmente ajenos a su plataforma.


Por Daniel Kupervaser


Con profundo dolor y gran pena, el pueblo de Israel debe reconocer que el legendario y célebre partido Avodá (laborismo) dejó de existir y en estos días el cortejo lo conduce a su sepultura definitiva en el cementerio de la historia. El desenlace no fue repentino ni imprevisto, sino el resultado de arrastrar un prolongado estado enfermizo y el sufrimiento de una dolorosa agonía.
De nada le valieron los gloriosos años de heroicas epopeyas en la gestación y desarrollo de un Estado de Israel basado en la igualdad de oportunidades para toda su población y con una visión conciliatoria de igual a igual en el marco regional. Tampoco el marco ideológico le ayudó a protegerse con los necesarios anticuerpos ante los feroces ataques de las bacterias que causan simpatía a conquista territorial y hacen proliferar las ambiciones personales de sus líderes.
La preferencia de los mullidos sillones ministeriales por delante de los proclamados principios de una social democracia clásica no fueron más que actos de infamia de sus dos prominentes líderes de los recientes años: Shimon Peres y Ehud Barak. Durante los últimos 9 años el partido Avodá prefirió tirar por la borda todos sus principios políticos e ideológicos y se plegó a gobiernos de coalición liderados por el Likud o Kadima convirtiéndose en la práctica en careta y disfraz de proyectos totalmente ajenos a su plataforma. ¿Cuánto tiempo se puede mentir groseramente afirmando que es preferible influir dentro del gobierno que en la oposición?
“Los asentamientos son una parte inseparable del Estado de Israel”, afirmó Barak, para agregar posteriormente:”Los bloques de asentamientos son una parte inseparable de Israel en todas las negociaciones futuras con los palestinos. El valle del Jordán y el Mar Muerto son regiones muy queridas por mi corazón”. Con estas declaraciones tan típicas del Likud y todos los grupos extremos que promueven la colonización creciente de los territorios conquistados en 1967, muy bien obra la historia haciendo desaparecer del mapa político al partido Avodá. Tampoco representantes del partido en la diáspora estuvieron exentos de esta epidemia política. Recientemente se expresaron rechazando enérgica y totalmente el Informe Goldstone de la comisión de la ONU que investigó el último operativo Plomo Fundido liderado por el ministro de Defensa, Ehud Barak. ¿Con qué derecho puede seguir existiendo el partido Avodá con pretensiones de liderazgo de la izquierda israelí, cuando hay prominentes líderes, justamente de la derecha israelí, que reclaman que en ciertas acciones del ataque a Gaza hay sospechas de haberse cometido atrocidades y deben ser investigadas?


El darwinismo político se encargó de la extinción de esa especie que dispone de líderes que utilizan el mimetismo para anidarse en las sillas ministeriales en vez de luchar por la pureza, multiplicación y afinidad del grupo, incluso si le toca pasar largos y muy duros periodos invernales en la oposición.






Israel perdió, quien sabe por cuánto tiempo, el elemento básico de una democracia: el continuo conflicto entre la coalición y la oposición y la permanente existencia de una alternativa gubernamental. Ya no hay opciones. En Israel se escucha solo el unísono coro de Netanyahu, Barak e increíblemente de Tzipi Livni, líder de Kadima, que teóricamente está en la oposición de izquierda (insólitamente declaró que el plan de congelamiento de la construcción de Netanyahu es dañino para Israel por ser demasiado amplio). Ya no se habla de convivir pacíficamente, de concesiones mutuas, de conocimiento recíproco. Solo se escuchan amenazas de uso de la fuerza, la destrucción, la imposición, la conquista territorial, la discriminación, todos caminos que finalmente nos llevan al fracaso como fue la segunda guerra del Líbano, el operativo Plomo Fundido y también, aparentemente, la rendición ante la mayoría de las exigencias de Hamas para la liberación del soldado Shalit.


Muchos nos hemos quedado políticamente huérfanos, aunque pensando bien, es probable que sea preferible caminar desamparado por la vida política que bajo la protección de un padre desleal, violento y sometido a grupos extremos.






Pareciera que el unipartidismo reinará por muchos años en Israel.






Ojalá me equivoque.










Notas: Kadish es la plegaria judía que se pronuncia como parte del sepelio, generalmente de boca del hijo al lado de la tumba del fallecido padre o madre.


La fuente: Daniel Kupervaser es editor del blog Ojalá me equivoque, dedicado a la discusión de los temas centrales de la sociedad israelí. Enlaces Relacionados

ANÁPOLIS: FAHRENHEIT 451

ANÁPOLIS: FAHRENHEIT 451



Las perspectivas de la reunión de palestinos e israelíes es prácticamente nula. No importa el pedazo de papel sobre el que firmen los presentes en la reunión: israel no va a rubricar un acuerdo por el cual deberá devolver parte de jerusalem, permitir el retorno de los refugiados, desarmar las colonias levantadas en judea y samaria y luego se cruzará de brazos, sonriente y satisfecha con su conducta de samaritana del medio oriente. Si cerolmert firmara un acuerdo de este tipo, no podría regresar a israel.


Y si abu mazen firmase un papel sin incluir las exigencias del pueblo palestino como base liminar,si reconociese al estado de israel como "estado judío", cosa que no es ni será jamás", ya desde anápolis debería buscar refugio en la cochinchina o en el centro de la tierra.


Hay que convencerse: anápolis equivale a fahrenheit 451 (andrés aldao)