26 diciembre 2007

Israel revisa las normas para excarcelar a presos palestinos



El Gobierno de Olmert ofrece liberar a Marwan Barguti

LUIS JIMÉNEZ - Jerusalén - 26/12/2007

Israel ha comenzado a revisar los estrictos criterios que sigue para la excarcelación de prisioneros, y puede excarcelar al diputado palestino Marwan Barguti, el carismático político que estuvo a punto de suceder al histórico Yasir Arafat. Barguti, de 48 años, que conoció la prisión israelí a la edad de 18, y un exilio de siete años en Jordania, nació en Ramala, capital de Cisjordania. Lleva más de tres años en una cárcel de Israel, donde un tribunal civil lo sentenció a cinco cadenas perpetuas por el asesinato de cinco israelíes.
■ El problema es la liberación de presos con las "manos ensangrentadas"
El viceministro de Defensa, general Matán Vilnaí, levantó ampollas el lunes entre los partidos de la derecha israelí al indicar que Barguti, condenado en 2004 como autor intelectual de esos asesinatos, "no fue quien los perpetró y debe ser tratado como un líder político". Era entonces líder de milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, afiliados a movimiento nacionalista Al Fatah.
El laborista Vilnaí hizo sus declaraciones coincidiendo con la primera reunión de un nuevo organismo, formado por cinco ministros del Gobierno de Ehud Olmert, para suavizar las normas vigentes para excarcelar a prisioneros palestinos antes de que hubiesen cumplido su condena, lo cual es habitual en el caso de canjes por soldados cautivos o muertos.
"El Gobierno está saboteando la batalla internacional contra el terrorismo", replicó el diputado Yuval Steinitz, del bloque derechista Likud. "Olmert está allanando el camino para liberar a asesinos que volverán al crimen", agregó.
Las cárceles y prisiones militares de Israel alojan actualmente a 11.000 presos palestinos. Su liberación es una exigencia constante del presidente palestino, Mahmud Abbas. El criterio que siempre plantea problemas y polémicas es el que prohíbe la liberación de prisioneros con "manos ensangrentadas", es decir, que hubiesen planificado o participado en ataques en los que perdieron la vida civiles o soldados israelíes, o hubiesen resultado heridos.
Lo que está por ver es hasta qué punto aplicará Israel la flexibilidad en el caso de los prisioneros islamistas de Hamás y la Yihad Islámica, que tienen en su poder al soldado israelí Guilad Shalit, capturado en junio del año pasado por comandos de Gaza que llegaron hasta su base por un túnel.
En medio de noticias contradictorias sobre una supuesta negociación de un canje de Shalit por centenares de prisioneros palestinos, se especula con que el esperado intercambio pueda concretarse en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, es un habitual mediador entre los palestinos e Israel. El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, llegará el miércoles a Egipto. Hay quien da por seguro que viaja con esa misión. ■

Mil familias bajo cartones



Chabolas insalubres se levantan sobre un antiguo vertedero cerca de la capital salvadoreña, en una concentración de miseria con pocos precedentes
JUAN JOSÉ DALTON - Soyapango - 26/12/2007

“Nosotros no tuvimos fiestas navideñas ni vamos a tener Año Nuevo, más que rezar para que Dios se apiade de todo este gentío pobre. Ahora somos más de mil familias que nos hemos trasladado a estos predios baldíos desocupados], porque no tenemos otros lugares adonde ir y aquí tenemos esperanza...”, dice Marta (no quiere revelar su apellido), de 36 años de edad, quien, con sus tres hijos pequeños, ha construido una casa de cartón en un terreno agreste y polvoriento ubicado a la orilla de una de las más importantes carreteras de acceso a la capital salvadoreña, San Salvador.
El 1 de diciembre de este año, apenas unas cuantas decenas de familias procedentes de varios lugares de El Salvador se instalaron este terreno, que estuvo abandonado durante décadas y que en el pasado fue un vertedero. En la actualidad se cree que es propiedad de una empresa canadiense. “Son más de 40 manzanas de terreno y a diario viene gente de todos los lugares: gente que vive debajo de los puentes o en las quebradas; los que se han quedado sin casas producto de los terremotos o diluvios; hay un grupo que fue estafado y lo perdió todo... En fin, somos gente que vive en la miseria, los más pobres de los pobres”, explica William S., un hombre al que la gente identifica como uno de los líderes de la que llama La Comunidad, donde la canción del venezolano Alí Primera Las casas de cartón tiene una impactante vigencia.
“Tenemos aproximadamente mil familias y unos 600 menores de edad, en su mayoría muy pequeños o que están siendo amamantados. Aquí la mayoría de familias han llegado a apartar un terrenito con la esperanza de que se les construya una vivienda digna, como dice la Constitución de la República, es a lo que tenemos derecho”, reivindica William S., aunque todavía no ve con claridad cuál será el futuro de estas personas que han construido sus casas con cuanta cosa han recogido de las calles: cartones, láminas, plásticos negros e incluso hierba.
Desde la carretera Panamericana, La Comunidad parece un campamento improvisado de damnificados de algún desastre natural. “En los últimos 30 años no hay precedentes de esto. Sólo recuerda situaciones anteriores de destrucciones por terremotos”, explica a EL PAÍS María Eugenia Pohl, ingeniera que trabaja con una constructora española en Nicaragua y conoce a fondo los problemas de infraestructuras de la región. La profesional agrega: “Esta situación sólo me recuerda al plantón que hizo un grupo de campesinos el año pasado en Managua. Ellos cientos de personas, incluidos menores de edad] tomaron durante meses los parques cercanos al centro de Gobierno para exigir atención y una indemnización por haber sido afectados por un insecticida agrícola Nemagón] en las plantaciones bananeras y que ha generado cánceres en ese grupo de personas”.
El pastor evangélico Lisandro Abarca, de las Asambleas de Dios y quien acompaña espiritualmente a La Comunidad, asegura que “es propicio, en este fin de año y después de las celebraciones de Navidad, que aquellos que tienen mucho y que se han dado gusto en los grandes centros comerciales se compadezcan de esta gente que no tiene nada, sino sólo necesidades”. El lugar carece de agua potable, electricidad y sistema de desagüe. “En poco tiempo, aquí habrá un foco de infección; el polvo y la variación del temperaturas de la época enferma a los niños. La falta de letrinas es grave”, advierte Abarca.
En El Salvador existe un déficit de más de 540.000 viviendas, en una población de menos de seis millones de habitantes, según la Asociación Salvadoreña de Ingenieros y Arquitectos (ASIA). La casi totalidad del segmento de la población que no posee una vivienda digna es porque no tiene capacidad de endeudamiento y carece de empleo formal. En toda la región centroamericana, desde Panamá a Guatemala, con más de 30 millones de habitantes, el déficit de vivienda es de más de 3,3 millones de unidades.
La situación social se agrava porque el 50% de la población de la región es pobre —la mitad de esta cifra se encuentra en situación de extrema pobreza—, escasea el empleo y, para colmo de males, es una zona que año tras año es víctima de desastres naturales como terremotos y huracanes. Además, especialmente en Guatemala, Honduras y El Salvador, se mantienen unos altísimos índices de inseguridad, crimen organizado y de la violencia ejercida por las pandillas llamadas maras, que están provocado nuevos fenómenos como migraciones hacia el extranjero y desplazamientos internos, según expertos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

EL BLOQUEO DE GAZA Y BARENBOIM




El director Daniel Barenboim en un concierto en Milán. (Foto: REUTERS)

SAL EMERGUI desde Jerusalen

25 de diciembre.- El prestigioso director de orquesta y pianista, Daniel Barenboim, se ha acostumbrado a romper fronteras y muros de incomprensión.
Hace unos días el pianista judío nacido en Buenos Aires se topó por primera vez con el bloqueo que viven los habitantes de la Franja de Gaza desde hace meses. Indirectamente, claro. Israel no permitió la entrada en Gaza de "uno de sus chicos", un músico palestino de la orquesta West-Eastern Divan.
Un proyecto de convivencia ganador de muchos premios y que Barenboim fundó con su amigo el intelectual palestino, Edward Said, fallecido en 2003. Su sede, por si alguien lo pregunta, está situada en Pila, cerca de Sevilla.
La reacción de Barenboim fue como su música, creativa y contundente: "Un concierto u obra en Gaza es más importante que todos los conciertos del mundo. La cultura no tiene que ser permitida sino fomentada".
El vetado tiene nombres y apellidos: Ramzi Abduredwan, miembro de la orquesta que viajaba para ofrecer un concierto de música barroca en la Iglesia católica de Gaza. Los soldados israelíes le retuvieron durante siete horas en el paso fronterizo de Erez. Suficiente tiempo para que el resto de la orquesta decidiera anular su concierto.
Una orquesta que tendrá su segunda oportunidad el próximo 12 de enero en Ramala con la presencia de Barenboim. Los israelíes aseguraron que "Gaza es un territorio hostil gobernado por un grupo que no reconoce a Israel y desde donde se lanzan cohetes Kassam". Algunas fuentes, sin embargo, reconocieron "el error en este caso".
"Probablemente haya sido un fallo burocrático. La cuestión es que esos fallos son frecuentes y hacen que la vida de la gente del mundo de la cultura resulte difícil", comenta Barenboim que asegura seguir luchando por la convivencia, hoy día un estribillo que desafina: "Es verdad que las condiciones son difíciles pero todos en esta región debemos y podemos vivir en paz. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos trabajando y haciendo música".
La trayectoria personal y profesional de Barenboim es fascinante. Nacido en una familia judía de Buenos Aires, dio su primer concierto a los 7 años. Tras emigrar a Israel, comenzó una odisea de países y academias que modelaron su espectacular talento natural.
Al mismo tiempo que se ha hecho un nombre de oro en el mundo de la cultura, Barenboim ha protagonizado varios capítulos polémicos. Como en 2001 cuando se atrevió a interpretar en Jerusalén una opera de Wagner, el compositor favorito del régimen nazi de Hitler. Uno de los pocos tabús que aun quedan en Israel. "Cuando escuché las notas de Wagner en un 'ringtone' del móvil de un espectador en el auditorio, me di cuenta que se podía interpretar en el escenario", dijo.
Volviendo a Gaza, Barenboim critica el bloqueo por razones humanitarias al margen de la política. "La gente necesita comida y cultura y nadie puede prohibir eso, y menos el pueblo judío, que tanto ha luchado por eso". Ahmed, del campo de refugiados de Jan Yunes, en la Franja de Gaza, es sincero: "Está muy bien lo de la música pero lo que queremos aquí es que se levante el bloqueo que nos castiga a todos por unos cuantos. Estamos hartos".
Barenboim, el director universal con varios pasaportes en su poder (argentino, israelí, español...), promete seguir rompiendo fronteras y políticas para demostrar que la música puede ser un perfecto instrumento para acercar pueblos.