11 febrero 2013



REINICIAMOS LA PUBLICACIÓN DE TODO EL MUNDO... NECESIDAD Y OPORTUNIDAD

La situación histórica, las recientes elecciones en Israel y sus resultados. el reconocimiento de Palestina en la ONU como estado observador han generado cambios prometedores en el juego político del medio Oriente. A partir del ataque del ejército israelí al Líbano el 12 de julio del 2006 comencé a denunciar abiertamente los planes de agresión de Israel contra los países que se oponen a sus planes de agresión, los ataques a la franja de Gaza, la agresión al Marmara, el barco que transportaba a ciudadanos que querían llegar a las playas de Gaza para brindarle a los palestinos de la franja ayuda humanitaria. Las consecuencias de la agresión de Israel son conocidos y fueron denunciados, aunque las denuncias y las protestas no hacen mella en el cinismo del gobierno que dirigen Netaniahu, Liberman y el likud, ínfimos personajes políticos que amenazan a los pueblos de la región con las armas sofisticadas y los aviones de bombardeo que posee tzahal.
Las últimas elecciones efectuadas el 22 de enero demostraron una derrota parcial de los dirigentes neofascistas israelíes (likud - israel beitenu) y el inesperado avance de un grupo político impensado (Hay Futuro) que dirige Yahir Lapid: 19 diputados , el segundo partido político. Los laboristas y su nueva  líder, la nada carismática y poco política Shelly Iejimovich sufrieron una derrota que los llevó a un desteñido tercer lugar. Meretz, la izquierda israelí judía aumentó su caudal a 6 votos pero lejos de poder configurarse como un partido de izquierda de los ciudadanos israelíes judíos y árabes. Jadash, el frente de comunistas y grupos árabes cuyo más prestigioso dirigente es Dov Henin, obtuvo 4 diputados y es una pena porque sus posiciones expresan la auténtica situación en Israel y las necesidades de cambios en la zona.

La victoria del escapismo / Michel Warschawski

LAPID; EL APRENDIZ DEL PADRE

Una interesante visión del "triunfo" de Yahir Lapid, suma de oportunismo  y bravatas del pequeño burgués subido a la ola temporal de la clase media de Israel - Andrés Aldao)


Israel
La victoria del escapismo

Viento Sur


Nadie esperaba grandes cambios en estas últimas elecciones. Todo el mundo sabía que Netanyahu sería reelegido y que las opciones de una remontada de centro-izquierda (Kadima y el Partido Laborista) eran mínimas. Sin embargo, una vez más, el electorado israelí ha vuelto a sorprender a los llamados expertos y ha desmentido todas las encuestas: la extrema derecha en el poder -el bloque Netanyahu-Lieberman- así como el partido fascista Israel Beitenuhan ha recibido un severo castigo y han pasado de 46 a 21 parlamentarios (de 120); una derrota que nadie había previsto. Pero no echemos las campanas al vuelo demasiado pronto: una parte de esos votos perdidos han servido para reforzar el partido religioso de extrema derecha HaBayit HaYehudi (La casa judía)que pasa de 3 a 12 diputados. Así pues, la derrota de la derecha es bastante relativa.
En estas elecciones la gran sorpresa ha sido el resultado obtenido por Yahir Lapid -un presentador de TV muy popular- y su nueva formación política, Yesh Atid (Hay Futuro): 19 diputados para un partido que no existía hace unos pocos meses y que… no dice nada, nada de nada. Si las movilizaciones del verano de 2011 fueron caracterizadas como "un movimiento social y no político" (es decir, que no tiene opinión sobre el conflicto árabe-israelí), el partido de Yahir Lapid, que ha aprovechado la ola de la voluntad de cambio que expresaba este movimiento y la aspiración de la juventud israelí a romper con la política al viejo estilo, ni es ni política ni es social: Ni-ni. Eso es lo que resume el programa electoral de Yesh Atid: ni derecha ni izquierda, ni guerra ni paz, ni por la colonización, ni en contra.
Yahir Lapid es la expresión del Israel de 2013 o, mejor dicho, de las clases media askenazis y no religiosas de Tel Aviv y sus alrededores, sectores sin ideología y cuyos únicos valores son la modernidad occidental, el éxito social y el consumo. Yair Lapid es el escapismo por excelencia y el desprecio declarado hacia la gente pobre. Un desprecio que apenas lo camufla bajo la apariencia de anti-clericalismo.
El único eslogan electoral de Yesh Atid fue: "Por la distribución equitativa del esfuerzo", que en hebreo-israelí significa: servicio militar obligatorio para todo el mundo (incluso para los ultra-religiosos) y reducción de las ayudas sociales a los más pobres. Contrariamente a lo que dicen determinados comentarios hechos a la ligera, Yair Lapid representa la derecha social sin complejos y lo realmente triste es que mucha gente del movimiento Indignados del verano pasado le hayan votado. En relación a la ocupación colonial y al conflicto árabe-israelí o ante el riesgo de una guerra preventiva contra Irán, Lapid no se sitúa ni a la derecha ni a la izquierda, sencillamente son cosas que no le interesan. Evidentemente, esto es lo que explica por qué no ha tenido ningún problema en aceptar participar en el gobierno de extrema-derecha de Netanyahu-Lieberman.
Pero esto no acaba aquí. Al contrario: o bien Lapid agua su programa y acepta la presencia de partidos ultra-religiosos en el gobierno (corriendo el riesgo de perder legitimidad ante sus electores), o bien impone a Netanyahu que rompa con sus aliados tradicionales, en cuyo caso Israel sufrirá, por segunda vez en su historia, una fractura social grave. Porque la cuestión no está en la religión sino en que los partidos religiosos representan a las capas más pobres de la población judía.
Si el Shas (religiosos sefardíes) y Yahadut Hatora (religiosos askenazíes) se van a la oposición, Netanyahu y Lapid no tardarán en hacer la experiencia, dolorosa, de una oposición popular que se moviliza en la calle para defender sus conquistas. Una movilización dura ante la cual la movilización de las y los indignados del verano de 2011 parecerá un happening simpático e inofensivo. Netanyahu ha prometido reformas estructurales (es decir, restricciones presupuestas dolorosas para las capas populares) a los oligarcas de las finanzas que le han apoyado. Y para hacer tragar la píldora tendrá necesidad del apoyo de los partidos religiosos. Y, en ese caso, Yair Lapid, a pesar de sus 19 diputados, podría convertirse en un lastre.
(Rebelión)


 

DAVID ALANDETE Jerusalén 
El Ejército se moviliza para 'prevenir' una ofensiva por sorpresa contra los altos del Golán

CUANDO EL RÍO SUENA AGUA TRAE...
En los círculos de seguridad y diplomacia de Israel se habla ya de un posible eje del caos, una zona que iría desde el Mediterráneo al golfo Pérsico y que comprende a Líbano, Siria e Irak, países que se consideran en diferentes niveles de desintegración. “No quiere decir que se vayan a crear nuevos Estados, sino que las instituciones se encuentran en diverso estado de crisis, con Gobiernos extremadamente débiles o inestables y grupos insurgentes que actúan como desestabilizadores”, explican fuentes del Gobierno de Israel. En ese eje operan grupos radicales tanto chiíes como suníes, con ambiciones y objetivos diferentes, enemigos entre ellos, pero unidos en su oposición a la existencia de Israel.
 “Israel debe aprovechar el momento. Si, como asegura el Gobierno, su principal amenaza son Hezbolá, Irán y el régimen en Siria, debe buscar una alianza con los Gobiernos suníes moderados, como Turquía, Egipto, Jordania y Arabia Saudí, para hacerle frente de forma común”, explica Moshe Ma’aoz, profesor emérito sobre Oriente Próximo e Islamismo en la Universidad Hebrea de Jerusalén. “¿Cuál es la forma de mejorar las relaciones con los Gobiernos suníes? Resolviendo el problema palestino. A Israel le conviene estratégica y políticamente lograr una solución de dos Estados, que acabará con su aislamiento en la región y en el mundo. El proceso de paz es la forma de oponerse el extremismo chií y a las células radicales suníes en Siria”, reflexiona.
Las fuentes del Gobierno israelí aseguran que, hasta ahora, “Israel ha mantenido un perfil muy bajo respecto a Siria”. “Es de importancia estratégica para Israel que Siria deje de formar parte de un eje radical, que desista de ser un aliado de Irán y reduzca la intensidad de sus amenazas sobre Israel. En Israel no hay voluntad de interferir en los asuntos internos sirios, pero hay algunos límites, y uno de ellos es ver una desestabilización en la zona del Golán, que en las pasadas cuatro décadas ha sido estable”, añaden.
Esa inquietud viene acompañada de maniobras bélicas. De madrugada, los vuelos de aviones israelíes sobre territorio libanés son frecuentes. Solo entre jueves y viernes se produjeron 12 operaciones de ese tipo, algo que Beirut ha denunciado ante la ONU. Israel tiene ya tres de las cinco baterías que conforman su escudo antimisiles Iron Dome (Cúpula de Hierro), en el norte del país, en torno a la ciudad de Haifa, que comprende una zona metropolitana de un millón de habitantes.
En las pequeñas localidades al este de esa ciudad, los ciudadanos tienen las alarmas probadas y los búnkeres listos, conscientes ahora más que nunca de que las advertencias del Gobierno pueden acabar siendo más que palabras. (El País – 11/2/2013)
* El gobierno de Netaniahu y Liberman viven para la guerra: fabricación y exportación de armas, prueba de armas en combate (las operaciones en la franja de Gaza) y vuelos ilegales sobre el Líbano y Jordania .

09 enero 2012

El laboratorio de Frankenstein


Hungría
El laboratorio de Frankenstein


Traducido por Gorka Larrabeiti


El 2 de enero de 2012 unos 100.000 húngaros salieron a las calles para protestar contra la nueva Constitución que entraba en vigor ese mismo día.

Igual que los Chicos de la Via Paal (1) entablaron una batalla ya perdida cuyos efectos se sentirán dramáticamente en los próximos meses.

Hungría es una de las avanzadillas experimentales donde la crisis europea está alcanzando el rojo vivo y cuyos desarrollo y resultado no es posible imaginar por el momento.

Un parlamento en manos del primer ministro Viktor Orbán y de su partido ha cambiado radicalmente, valiéndose de una abrumadora mayoría, la ley fundamental del Estado Húngaro. La nueva Constitución aumenta el control gubernamental sobre el Tribunal Constitucional, culpable de haberse opuesto al control casi total sobre los medios de comunicación que pretendía la ley de medios del gobierno . Pero este es sólo uno de los pasajes más inquietantes del cambio que ha emprendido Orbán. El otro consiste en la introducción de Dios en el sistema jurídico húngaro, cuyas leyes, de alguna manera, tendrán carácter divino por decisión parlamentaria.

El 23 de diciembre de 2011, mediante otro golpe, la mayoría parlamentaria aprobó una nueva ley electoral que reduce el número de diputados, modifica los distritos electorales, aumenta el número de firmas que debe reunir cada candidato, permite por primera vez el derecho al voto a los húngaros que viven en el extranjero: un conjunto de medidas (algunas de las cuales conocen bien los italianos, que las han probado en su propia carne) que garantizarán la victoria al partido de Viktor Orbán, Fidesz. Resulta que ya se habían aprobado otras medidas en relación con este "cambio de marcha" autoritario: desde hoy los miembros del antiguo Partido Comunista Húngaro (muchos de los cuales forman ahora parte del Partido Socialista) podrán ser perseguidos retroactivamente por "crímenes comunistas" cometidos antes de 1989, año de la caída del famoso Muro. Además, para mayor alegría del partido de extrema derecha Jobbik, también aliado de Orbán, se modifica el estatuto de los húngaros en el extranjero, poniendo en tela de juicio nada menos que el Tratado de Trianon firmado tras la Primera Guerra Mundial, mediante el cual Hungría se vio privada de casi dos tercios de su antiguo territorio como castigo por haber participado en la guerra del lado de las potencias centrales. Esto significará en poco tiempo un empeoramiento de las relaciones entre la Hungría de Orbán y los países vecinos, donde quedaron, sin encontrar jamás la paz, minorías húngaras significativas. Sobre todo en Rumania y Serbia.

Hasta el momento se trata de un rebrote de nacionalismo y pulsiones xenófobas, revanchistas, antilibertarias, antidemocráticas. Pero Orbán es algo más complejo. Su mayoría también ha aprobado una nueva ley que requiere una mayoría de dos tercios para modificar el sistema tributario vigente. Dicha medida ha de entenderse como un desafío para la Unión Europea y su Banco Central, ya que le da al parlamento el poder de limitar la legislación europea e incluso de evitar su aplicación en el territorio de Hungría. Como confirmación de todo ello, Orbán ha aprobado el nuevo estatuto del Banco Nacional de Hungría, que reduce drásticamente su independencia, dejando el banco bajo el control directo del gobierno.

Tras este doble gancho de boxeo de Bucarest ha llegado la venganza de las potencias europeas.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, que mantenían negociaciones con Hungría sin éxito desde hace meses, las han roto de modo abrupto. Estamos ante una guerra abierta entre la Unión Europea y Hungría, que es Estado miembro a todos los efectos. Está bastante claro que la delegación de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional han llevado a cabo una orden, cuyo objetivo es crear las condiciones para forzar la renuncia de Viktor Orbán. La ofensiva se ha desencadenado de manera coordinada centrándose en las medidas antidemocráticas introducidas por Orbán. Así lo han dado a entender la Comisaria europea de Derechos Humanos, Viviane Reding; el Parlamento Europeo en una resolución de condena al rumbo autoritario del gobierno húngaro, incompatible con los principios de la Unión; una posición similar adoptada por el Consejo de Europa; otra de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, y un pronunciamiento de la Comisión de Venecia, que se ocupa de los medios de comunicación.

También puntuales han llegado desde el otro lado del Océano las reprimendas del Departamento de Estado de EE.UU. y del Secretario General de la ONU. De modo que Viktor Orbán ha sido proclamado urbi et orbi peor enemigo, incluso peor que Silvio Berlusconi, aun sin bunga bunga.

El ultimátum del FMI marca hasta el momento el punto culminante. Luego intervendrán las agencias de crédito, el mercado, para castigar a los húngaros que han conducido al enemigo hasta el poder. Las imponentes manifestaciones masivas, también sin precedentes desde el fin del régimen socialista, indican el comienzo de una revuelta interna, que  podría conjugarse con la presión desde el exterior.

Nos hallamos, pues, ante una prueba inédita. Hungría está a punto de convertirse en un laboratorio experimental donde se produce una compuesto químico explosivo.

Una de las posibles salidas es un tercer golpe de Estado legal, después de los que han llevado al poder en Grecia a Lucas Papademos, y a Mario Monti en Italia. Se trataría de ver si, en este caso, encuentran un hombre de Goldman Sachs para Hungría. Acaso puedan pedir consejo a George Soros, que es de por ahí.

Pero no está claro que la cosa acabe así. Por lo menos no de inmediato. La mezcla es difícil de manejar para todo el mundo: una intervención desde el exterior a favor de la "democracia bancaria" europea, contra el régimen autoritario,  nacionalista, reaccionario de Orbán (que, sin embargo, representa al mismo tiempo, la soberanía nacional, monetaria, de la Hungría de hoy y la mayoría parlamentaria expresada por la población), o  bien la victoria de la autarquía nacional, la salida de la UE (y de Europa tout court), una política independiente del forint, la reapertura del litigio que sucedió al Tratado de Trianon, la reapertura de la caja de Pandora de las minorías magiares que han vivido fuera del territorio de la República de Hungría.

En otras palabras, o dominio tecnocrático europeo o dominio reaccionario interno. Esto es lo que le espera a Hungría. No el "pueblo" de Hungría que, en la actualidad, está claramente a favor, con mayoría absoluta, de la segunda hipótesis. La opinión pública democrática (dividida en diferentes corrientes, incluidas las que cuenta con distintos apoyos de Bruselas y los EE.UU.), representada por los 100 000 que se reunieron alrededor de la Casa de la Ópera, tendrá que elegir entre estos dos males.

Sin embargo, el pueblo húngaro no ha delegado en nadie (excepto en sus elegidos) para decidir en su nombre el ordenamiento del país. Así pues, "construir una democracia occidental europea" en contra de la mayoría de la gente podría ser una decisión (sin duda externa, sin duda semejante a un golpe de Estado) exactamente especular a la que impusieron los soviéticos después de su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Sabemos cómo terminó todo en 1989. No hubo sangre en las calles de Budapest porque el régimen se rindió. Estas dos variantes que se anuncian, una contra la otra, no parecen muy dispuestas a entregar el botín sin luchar.

Giulietto Chiesa es un periodista y político italiano. Fue corresponsal en Moscú para L'Unità y posteriormente para La Stampa. Colabora con varias publicaciones rusas y con el canal Russia Today. Fundador del sitio Megachip. Ha sido eurodiputado.

Notas:

1. Título de un clásico de la literatura juvenil escrito por Ferenc Molnár en que se relatan las aventuras, los "combates" de dos grupos de niños en la Hungría de principios del S. XX.


Fuentehttp://www.megachip.info/tematiche/beni-comuni/7466-ungheria-il-laboratorio-di-frankenstein.html

LA GUERRA QUE NOS ROBARON

LA GUERRA QUE NOS ROBARON

gush-shalom.org

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.


¿La maldad de Hamás no tiene límites? Parece que no.
Esta semana hizo algo imperdonable. Nos robó una guerra.
Desde hace unas semanas, nuestro nuevo Jefe de Estado Mayor, Benny Gantz, ha venido anunciando en cada oportunidad que se le presenta que es inevitable una nueva guerra contra la Franja de Gaza. Varios comandantes de las tropas acantonados alrededor de la Franja han estado repitiendo este grave pronóstico, también lo hacen sus seguidores, conocidos como comentaristas militares.
Uno de ellos nos consoló. Es cierto que Hamás ahora puede golpear a Tel Aviv con sus cohetes, pero que no será tan terrible, porque va a ser una guerra corta. Sólo tres o cuatro días. Como dijo uno de los generales, será mucho más "difícil y dolorosa" (para los árabes) que la operación Plomo Fundido I que duró tres semanas. Estaremos todos en nuestros refugios -los que tienen refugios, claro está- sólo durante unos días.
¿Por qué es inevitable la guerra? A causa del terrorismo, estúpido. Hamás es una organización terrorista, ¿no?
Pero hete aquí que viene el líder supremo de Hamás, Khaled Mashal, y declara que Hamás ha renunciado a toda acción violenta. A partir de ahora se concentrará en las manifestaciones de masas no violentas, en el espíritu de la primavera árabe.
Cuando Hamás renuncia al terrorismo, no hay pretexto para un ataque a Gaza.
¿Pero es necesario un pretexto? Nuestro ejército no se tragará la frustración por puro gusto de Mashal. Cuando el ejército quiere una guerra, tiene una guerra. Esto se demostró en 1982, cuando Ariel Sharon atacó al Líbano a pesar de que la frontera con Líbano había permanecido muy tranquila durante 11 meses. Después de la guerra nació el mito de los disparos cotidianos y hoy casi todos los israelíes pueden "recordar" el tiroteo. Un ejemplo asombroso del poder de la sugestión.
¿POR QUÉ quiere atacar el Jefe de Estado Mayor?
Un cínico podría decir que cada nuevo jefe del Estado Mayor necesita una guerra propia. Pero nosotros no somos cínicos, ¿verdad?
Cada pocos días, un cohete solitario se lanza desde la Franja de Gaza hacia Israel. Rara vez llega a algo más que un campo vacío. Desde hace meses, nadie ha resultado herido.
La secuencia habitual es así: nuestra fuerza aérea lleva a cabo una "liquidación selectiva" de milicianos palestinos en la Franja. El ejército afirma invariablemente que estos "terroristas" seleccionados tenían la intención de atacar a los israelíes. ¿Cómo conoce el ejército sus intenciones? Parece que nuestro ejército tiene la capacidad de leer los pensamientos.
Después de los asesinatos, su organización considera que es su deber vengar su sangre con el lanzamiento de un cohete o un proyectil de mortero, o incluso dos o tres. Esto "no puede ser tolerado" por el ejército, y así sucesivamente. Después de cada episodio de ese tipo, nuevamente se comienza a hablar de guerra. Como dicen los políticos en sus discursos en las conferencias del AIPAC: "¡Ningún país puede tolerar que sus ciudadanos se vean expuestos a los cohetes!"
Pero, por supuesto, las razones de una Operación Plomo Fundido II son más graves. Hamás está siendo aceptado por la comunidad internacional. Su primer ministro, Ismail Haniyeh, está viajando por todo el mundo árabe y musulmán después de haber estado encerrado en Gaza -una especie de franja de detención- durante cuatro años. Ahora puede cruzar a Egipto, porque los Hermanos Musulmanes, la organización madre de Hamás, se han convertido en un factor importante allí.
Peor aún, Hamás está a punto de unirse a la OLP y participar en el gobierno palestino. Es el momento de hacer algo al respecto. Atacar Gaza, por ejemplo. Obligar a Hamás a convertirse otra vez en extremista.
No contento con robarnos nuestra guerra, Mashal está llevando a cabo una serie de acciones más siniestras. Al unirse a la OLP, Hamás se está sometiendo a los acuerdos de Oslo y a todos los demás acuerdos oficiales entre Israel y la OLP. También anunció que Hamás acepta un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967 y que Hamás no se presentaría a la presidencia palestina este año, por lo que el candidato de Fatah -quienquiera que sea- podría ser elegido sin oposición prácticamente y estaría capacitado para negociar con Israel.
Todo esto pondría al actual gobierno israelí en una posición difícil.
Mashal tiene cierta experiencia en causar problemas a Israel. En 1977, el primer gobierno de Netanyahu decidió deshacerse de él en Amman. Enviaron a un equipo de agentes del Mossad para asesinarlo en la calle rociándole una oreja con un veneno indetectable. Pero en vez de hacer lo decente y morir en silencio por una causa misteriosa, como Yasser Arafat, dejó que su guardaespaldas persiguiera a los atacantes y los atrapó.
El rey Hussein, viejo amigo y aliado de Israel, se estaba volviendo loco. Le ofreció a Netanyahu una elección: o bien los agentes serían juzgados en Jordania y posiblemente ahorcados o el Mossad inmediatamente enviaba el antídoto secreto para salvar a Mashal. Netanyahu capituló y aquí tenemos Mashal, muy vivo y coleando.
Otro resultado curioso de esta desventura fue que el rey exigió que el fundador y líder de Hamás, el paralítico jeque Ahmad Yassin, fuese liberado de la prisión israelí. Netanyahu se vio obligado a liberar al dirigente que Israel asesinó siete años después. Cuando su sucesor Abd al-Aziz Rantisi, fue asesinado poco después, se despejó el camino de Mashal para convertirse en el jefe de Hamás. Y en lugar de mostrar su gratitud, ahora nos enfrenta a un reto terrible: la acción no violenta, a ofertas de paz indirectas, a la solución de dos Estados.
UNA PREGUNTA: ¿Por qué nuestro Jefe de Estado Mayor propone una pequeña guerra en Gaza, cuando podía tener tanta guerra como desea en Irán? No sólo una pequeña operación sino una gran guerra, una guerra muy, muy grande.
Bueno, sabe que no puede tenerla.
Hace algún tiempo hice algo que ningún comentarista experimentado hace. Prometí que no habría ningún ataque militar israelí contra Irán (tampoco ninguno estadounidense, por cierto).
Ningún periodista experimentado o un político hacen una predicción sin dejar un resquicio para sí mismo. Se utiliza un discreto "a menos que". Si su pronóstico va mal, recuerda su escapatoria.
Tengo algo de experiencia -unos 60 años- pero no dejé ningún resquicio. Dije que no habría guerra y ahora el general Gantz dice lo mismo en tantas palabras. No Teherán, pero pobre la pequeña Gaza.
¿Por qué? Debido a una sola palabra: Ormuz. No el antiguo dios persa Hormuzd, sino el estrecho que es la entrada y salida del Golfo Pérsico, a través del cual fluye el 20% del petróleo del mundo (y el 35% del petróleo transportado por vía marítima). Mi argumento era que ningún líder en su sano juicio -o incluso ligeramente loco- correría el riesgo del cierre del estrecho, debido a que las consecuencias económicas serían catastróficas, incluso apocalípticas.
Parece que los líderes de Irán no estaban seguros de que todos los dirigentes del mundo leerían esta columna, por lo que, por si acaso, lo dijeron ellos mismos. Esta semana llevaron a cabo notables maniobras militares en el Estrecho de Ormuz, acompañadas de la amenaza inequívoca de cerrarlo
Los EE.UU. respondieron con amenazas vanas. La invencible Marina de los EE.UU. estaba lista para abrir el Estrecho por la fuerza, si fuera necesario.
¿Cómo, por favor? La transportadora aérea más poderosa de aviones puede ser fácilmente hundida por una batería de misiles tierra-mar o por pequeños barcos con misiles. Supongamos que Irán comienza a llevar a cabo sus amenazas. Todo el poder de la fuerza aérea de EE.UU. y la Marina se ponen en marcha. Hunden barcos iraníes, bombardean las instalaciones de misiles y bombarderos del ejército. Aún así actuarán los misiles iraníes que harán imposible el paso por el estrecho.
¿Y después qué? No habrá otra alternativa que poner las "botas sobre el terreno". El ejército de EE.UU. tendrá que arrimarse a la costa y ocupar todo el territorio necesario desde el cual los misiles puedan lanzarse eficazmente. Esa sería una operación mayor. Se debe esperar una feroz resistencia iraní, a juzgar por la experiencia de los ocho años de la guerra con Irak. Los pozos de petróleo en la vecina Arabia Saudí y otros países del Golfo también se verán afectados. Semejante guerra iría mucho más allá de las dimensiones de las invasiones estadounidenses a Irak o Afganistán, e incluso de Vietnam.
¿Está la quebrada banca de EE.UU. capacitada para esto? ¿Económica, política y moralmente?
El cierre del estrecho es el arma definitiva. No creo que los iraníes la utilicen contra la imposición de sanciones por muy graves que sean, tal como han amenazado. Sólo un ataque militar justificaría semejante respuesta.
Si Israel ataca en solitario -"la idea más estúpida que he oído", como declaró nuestro ex jefe del Mossad- no habrá ninguna diferencia. Irán lo considerará una acción estadounidense y cerrará el estrecho. Por eso la administración de Obama puso el pie en el estribo y entregó a Netanyahu y de Ehud Barak una orden inequívoca de abstenerse de cualquier acción militar.
Ahí es donde estamos ahora. Nada de guerra en Irán. Sólo la perspectiva de una guerra en Gaza.
Y llega este endemoniado Mashal y trata de echar a perder las posibilidades de eso, también.

Uri Avnery es un escritor y activista israelí por la paz del movimiento Gush Shalom. Colaboró con Counter-punch en el libro The Politics of Anti-Semitism.

11 noviembre 2011

“El lobo feroz”: IRÄN


“El lobo feroz”!! “El lobo feroz”!!

por Andrés Aldao

¿Quién pone en duda que, aún en decadencia, los grandes imperios financieros como EEUU, Alemania y Francia manejan los intereses del mundo... Y que sólo la presencia de Rusia y China, cuando les conviene a su estrategia global, pueden contener o poner ciertos límites a la mano guerrera de la entente capitalista occidental.

Estados Unidos, las alicaídas potencias europeas y los gobernantes israelíes son los proyectores del pánico atómico que genera la presencia de Irán en el fuero del desarrollo nuclear. Fuera de todo raciocinio y de la más elemental lógica, sabiendo que mienten descaradamente, que distorsionan la realidad, la entente ANTI-IRÁN prepara al mundo para destruir al actual gobierno de Irán y suplantarlo por uno “democrático” y leal a los principios de la democracia dependiente... De las élites que pretenden el petróleo iranio e instalar un gobierno “razonable” de transición de la dictadura de Aminayhad a la democracia, con altos y puros valores de Obama, Cameron, Merkel, Zarkozy y... los fascistas netaniahu-barak-liberman, a quienes no les interesa las consecuencias de una aventura en Irán, como no les interesó las katiushas de Naszrala y el Jizhballa libanés sobre el norte de Israel. Hoy los  alcances de los proyectiles han cambiado dramáticamente: cualquier raqueta sobrepasa Tel Aviv con suma facilidad).


La situación es bien clara: quieren  salir de la crisis financiera y salvaguardar a los bancos y al capital financiero.  Ya lo hizo Bush y no resolvió la crisis económica: los problemas de  las deudas, la desocupación masiva (incluidos los EEUU) persisten. Entonces... entonces Irán es la oportunidad, como lo fueron Irak, Afganistán, Libia. La guerra es la solución, piensan esperanzados, incluidos los ineptos y aislados dirigentes fascistas israelíes, que continúan los ataques  contra la democracia (o lo que queda de ella —amordazar a la Corte suprema, leyes autoritarias, etc. son las últimas embestidas del neofascismo autóctono israelí).
Rusia y China son baluartes relativos contra la agresión del capital financiero que no encuentra las posibles salida a su crisis.

En todos mis antiguos escritos jamás tomé en serio las noticias petardistas de los medios, que sirven lacayesca e hipócritamente las tácticas y la estrategia de los países que tutelan al mundo occidental. Jamás les creí a los organismos internacionales influidos y sometidos por EEUU y los países europeos. La “objetividad” y la decencia e imparcialidad periodística son cuentos rosas para bobos, para incautos y cándidos lectores que se anexan al pánico (que es el móvil de esos titulares y notas) y lo retransmiten.


Duermo tranquilo aunque vivo en el centro de la tormenta... Lo único que puede alterar mi tranquilidad es la inconsciencia criminal de los “dirigentes democráticos del mundo”.

Quiero agregar una nota que trata sobre la “seriedad” del informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Y que cada uno le crea a quien le resulta más veraz y simpático.
Andrés Aldao


Nodo crucial en el “arco de inestabilidad”

Asia Times Online,

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Hay que prepararse para una tanda de “inteligencia” satelital poco clara de almacenes genéricos de todo Irán descritos frenéticamente como segmentos de una línea de montaje de una bomba nuclear (¿Recordáis una famosa “instalación nuclear secreta” en Siria no hace mucho? Era una fábrica textil.)
Hay que prepararse para una tanda de diagramas burdos que muestran artefactos sospechosos, o los contenedores que los ocultan, todos capaces de llegar a Europa en 45 minutos.
Hay que prepararse para una tanda de “expertos” en FoxCNN y la BBC que diseccionan interminablemente toda esa operación clandestina presentada como “evidencia”. Por ejemplo, el ex inspector de armas de la ONU David Albright, ahora en el Instituto para Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS, por sus siglas en inglés), que ya ha logrado la hazaña de volver de entre los muertos en vida, exhibiendo sus credenciales para “bombardead Irán” completas con diagramas e inteligencia satelital.
Olvidad Iraq – es tan 2003. Poneos en la nueva onda: acelerar en superdirecta hacia la guerra contra Irán. 
Ahora es japonés

Ante todo, dejad de lado todo sentido común.
Si Irán estuviera desarrollando un arma nuclear, estaría desviando uranio para hacerlo. El informe publicado esta semana por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) –por politizado que sea– lo niega rotundamente.
Si Irán estuviera desarrollando un arma nuclear, los inspectores de la ONU que trabajan para el OIEA hubieran sido expulsados del país.
Iraq no tenía un programa de armas nucleares en 2002. Y a pesar de eso fue sometido a ‘conmoción y pavor’. La misma base lógica se aplica a Irán.
Lo que Teherán puede haber realizado –si se ha de creer en la información comprometida utilizada en el informe del OIEA– es una serie de experimentos y simulaciones computarizadas. Todos lo hacen – por ejemplo países que han renunciado a la bomba, como ser Brasil y Sudáfrica.
Lo que indudablemente quiere el Cuerpo Islámico de Guardias Revolucionarios (IRGC) –a cargo del programa nuclear– es un disuasivo.
Es decir, la posibilidad de construir una bomba nuclear en caso de que enfrenten una amenaza inequívocamente establecida de cambio de régimen, provocada, con gran probabilidad, por un ataque e invasión estadounidense.
Abundan las dudas sobre la competencia –o imparcialidad– del nuevo jefe del OIEA, el manso japonés Jukya Amano. La mejor respuesta se encuentra en este cable de WikiLeaks.
En cuanto al origen de la mayor parte de la autodescrita información “creíble” del OIEA, hasta el New York Times se vio obligado a informar que “parte de esa información provino de EE.UU., Israel y Europa”. Gareth Porter presenta el desenmascaramiento definitivo del informe.
Además, hay que esperar considerable presión sobre la CIA para que reniegue de la crucial Estimación Nacional de Inteligencia (NIE), que estableció –irrefutablemente– que Teherán ya había eliminado un programa de armas nucleares en 2003.
Todo esto se complementa con los ladridos de los perros de guerra que ya se escuchan.
Los subalternos europeos podrán ser suficientemente incompetentes para ganar una guerra en Libia (lo consiguieron solo cuando el Pentágono se hizo cargo de la inteligencia satelital).
Podrán ser suficientemente incompetentes para controlar el desastre financiero en Europa.
Pero Francia, Alemania y el Reino Unido ya han estado ladrando – pidiendo sanciones más duras contra Irán.
En EE.UU., demócratas y republicanos por igual piden no solo sanciones; en el caso de republicanos insanos, lo que claro está, es un oxímoron, piden una nueva versión de ‘Conmoción y Pavor’.
Nunca se repite suficientemente cómo funcionan las cosas en Washington. El gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel dice qué hacer al poderoso Comité de Asuntos Públicos EE.UU.-Israel (AIPAC) y AIPAC ordena qué hacer al Congreso de EE.UU.
Por eso el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara considera una ley bipartidista que es esencialmente una declaración de guerra.
Según la ley, ni el presidente Barack Obama, ni la secretaria de Estado Hillary Clinton, ni, de hecho, ningún diplomático estadounidense puede emprender ningún tipo de diplomacia con Irán – a menos que Obama convenza a los “comités apropiados del Congreso” que no emprenderla significaría “una amenaza extraordinaria para los intereses vitales de seguridad nacional de EE.UU.”
“Comités apropiados del Congreso” define por casualidad exactamente al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, que recibe sus órdenes de marcha marcial de Bibi [Netanyahu] en Israel a través de AIPAC en Washington.
Tratad de informar a alguno de los que ponen primero a Israel en el Congreso de EE.UU. de cuáles serían las consecuencias inmediatas de un ataque contra Irán: el Estrecho de Ormuz cerrado en minutos, por lo menos de 6 millones de barriles de petróleo que desaparecen en la economía mundial (que ya está en recesión en el Norte industrializado), que un barril de petróleo llegue a 300 o 400 dólares.
No importa; son incapaces de sacar la cuenta.
Preparaos bien y ateneos a la agenda
Se remolinean los rumores sobre una reciente afirmación del Cuerpo Islámico de Guardias Revolucionarios (IRGC), según la agencia noticiosa Fars, de que bastan cuatro misiles iraníes para disuadir a Israel.
Esos misiles podrían –o no podrían– ser los misiles crucero nucleares soviéticos Kh-55 de Ucrania y Belarús, con un alcance máximo de 2.500 kilómetros, que Irán puede haber comprado hace años en el mercado negro.
El IRGC, por supuesto, no dice nada. Solo alimenta la niebla de (pre)guerra – ya que nadie sabe exactamente hasta qué punto Irán está bien defendido.
Es un secreto a voces en Washington que el cambio de régimen forma parte de los juegos de guerra del Pentágono por lo menos desde 2004.
La hoja de ruta favorita de 2002 de los neoconservadores, todavía vale: los objetivos son Iraq, Siria, el Líbano, Libia, Irán, Somalia y Sudán – todos nodos cruciales en el “arco de inestabilidad” acuñado por el Pentágono.
Imaginad a doctorandos en belicismo que examinan el tablero de ajedrez. Iraq fue debidamente conmovido y empavorecido (a pesar de que a EE.UU. lo está poniendo de patitas en la calle). Siria es un hueso demasiado duro que roer para la incompetente OTAN. El Líbano (Hizbulá) solo puede ser capturado si Siria cae primero. Libia fue una victoria (olvidad una prolongada guerra civil), Somalia es contenible por Uganda y Drones. Y el Sudán del Sur está en sus manos.
Eso deja –para los practicantes de la línea dura de la doctrina de Dominación de Espectro Completo– la tentadora posibilidad de un ataque exitoso contra Irán como la máxima acción de destrucción creativa, volviendo a barajar todos los naipes de Medio Oriente a Asia Central. El “arco de inestabilidad” definitivamente desestabilizado.
¿Cómo lograrlo? Es tan simple – piensan los belicistas. Convencer a Obama de que en lugar de ser hecho polvo, los conservadores besarán sus zapatos y que será canonizado como el re-acelerador de la economía de EE.UU. si solo va y libra otra guerra.
¿Quién está a favor de Ocupad Irán – literalmente?

Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en:pepeasia@yahoo.com .
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06 noviembre 2011

Uri Avnery: “¡Sujétenme!”


El talento y la sabiduría del "Ieque" nos da una lección de táctica y estrategia. Disfruten, amigos lectores. Y ¡ojalá que no se equivoque Uri! En caso contrario seguiremos la discusión en el infierno (Andrés Aldao)

“¡Sujétenme!”

Gush-shalom.org

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.


Es conocida la escena que ocurre en una escuela: un niño pequeño se pelea con un chico más grande y grita a sus compañeros “¡Sujétenme antes de que le rompa los huesos!”
Todos los días nuestro gobierno, a través de todos los canales, grita que de un momento a otro va a romper los huesos a Irán.
Irán está a punto de fabricar una bomba nuclear. No podemos permitirlo, así que vamos a bombardearlos hasta hacerlos pedazos. Benjamín Netanyahu lo dice en cada uno de sus innumerables discursos, incluyendo el de apertura de la sesión de invierno de la Knesset. Lo mismo ocurre con Ehud Barak. Todo comentarista que se precie (¿alguien ha visto alguna vez alguno que no se respete a sí mismo?) escribe sobre el tema. Los medios de comunicación amplifican el sonido y la furia.
Haaretz salpicó su primera página con fotos de los siete ministros más importantes ("el septeto de la seguridad") que muestra a tres a favor del ataque, cuatro en contra.
Un proverbio alemán dice: "Las revoluciones que se anuncian con antelación no se llevan a cabo." Lo mismo va para las guerras. Los asuntos nucleares están sujetos a una muy estricta censura militar. Muy, muy estricta en verdad.
Sin embargo, la censura parece estar sonriendo con benevolencia. Dejen que los niños, incluidos el Primer Ministro y el Ministro de Defensa (el que decide finalmente en los temas de censura) hagan sus juegos.
El respetado ex veterano jefe del Mossad Meir Dagan, ha advertido públicamente contra el ataque, que describió como "la idea más estúpida de la que ha oído hablar". Explicó que considera su deber de advertir en contra de ella, en vista de los planes de Netanyahu y Barak.
El miércoles hubo un verdadero diluvio de fugas de información. Israel probó un misil que puede liberar una bomba nuclear a más de 5.000 km de distancia, más allá de dónde- usted-sabe. Y nuestra Fuerza Aérea acaba de completar los ejercicios en Cerdeña, a una distancia mayor de lo que-ya- sabes-donde. Y el jueves, el comando del frente interno realizó ejercicios por todo el Gran Tel Aviv, con sirenas de distancia. Todo esto parece indicar que la algarabía general es una táctica. Tal vez para asustar y disuadir a los iraníes. Quizás para empujar a los estadounidenses a acciones más extremas, y tal vez coordinado con los estadounidenses de antemano. (En fuentes británicas, también se filtró que la Royal Navy se entrena para apoyar un ataque estadounidense a Irán).
Es una vieja táctica de Israel actuar como si nos estuviéramos volviendo locos. ("El jefe se ha vuelto loco" es un grito de rutina en nuestros mercados, para sugerir que el vendedor de frutas está vendiendo a pérdida). No vamos a escuchar más a los EE.UU. Simplemente bombardearemos, bombardearemos y bombardearemos.
Bueno, seamos serios por un momento. Israel no va a atacar a Irán. Punto.
Algunos pueden pensar que me voy por las ramas. ¿No debería añadir al menos "probablemente" o "casi seguro"?
No, no lo haré. Repito categóricamente: Israel no atacará a Irán.
Desde la aventura de Suez en 1956, cuando el presidente Dwight D. Eisenhower envió un ultimátum que detuvo la acción, Israel nunca ha realizado ninguna operación militar importante sin obtener el consentimiento de Estados Unidos por adelantado.
Los EE.UU. son el apoyo más seguro de Israel en el mundo (además de, tal vez, Fidji, Micronesia, las Islas Marshall y Palau). Destruir esta relación significa cortar nuestro lazo salvavidas. Para hacer esto se debe estar algo más que un poco loco. Hay que ser un loco.
Por otra parte, Israel no puede librar una guerra sin un apoyo estadounidense ilimitado, ya que nuestros aviones y nuestras bombas provienen de los EE.UU. Durante una guerra, se necesitan suministros, repuestos, muchos tipos de equipamiento. Durante la guerra del Yom Kippur, Henry Kissinger tenía un "tren aéreo" diario de abastecimiento. Y esa guerra probablemente se parecía más a un picnic en comparación con una guerra con Irán.
Miremos el mapa, algo que, por cierto, siempre se recomienda antes de iniciar cualquier guerra.
El primer rasgo que llama la atención es el Estrecho de Ormuz, por el que pasa uno de cada tres barriles de petróleo que alimentan al mundo y viajan por transporte marítimo. Casi toda la producción de Arabia Saudí, los Estados del Golfo, Irak e Irán tienen que pasar por esta estrecha vía marítima.
"Estrecho" es un eufemismo. El ancho de esta vía fluvial es de unos 35 kilómetros (20 millas). Es aproximadamente la distancia desde Gaza a Beer Sheva que cruzaron la semana pasada los primitivos cohetes de la Yihad Islámica.
Cuando el primer avión israelí entre al espacio aéreo iraní, el estrecho se cerrará. La marina iraní tiene un montón de barcos con misiles, pero no serán necesarios porque serán suficientes con los lanzados desde las bases terrestres.
El mundo ya está tambaleándose, al borde de un abismo económico. La pequeña Grecia está amenazando con caer y arrastrar con ella los pedazos de la economía mundial. La eliminación de casi una quinta parte del suministro de petróleo a las naciones industriales llevaría a una catástrofe difícil de imaginar.
Abrir el Estrecho por la fuerza requeriría de una gran operación militar (incluido "poner las botas en el suelo"), que cubrirá con su sombra todas las desventuras de EE.UU. en Irak y Afganistán. ¿Pueden darse este lujo los EE.UU.? ¿Puede la OTAN? El propio Israel no está en la misma liga. Sin embargo, Israel estaría muy involucrado en la acción, y en el lado de las víctimas.
En una rara muestra de unidad, todos los jefes de los servicios de seguridad de Israel, incluidos los jefes del Mossad y el Shin Bet, se oponen públicamente a la idea. Sólo podemos adivinar por qué.
No sé si la operación es posible en absoluto desde el punto de vista militar. Irán es un país muy grande, casi del tamaño de Alaska y las instalaciones nucleares están, en gran medida, muy dispersas y subterráneas. A pesar de las bombas de penetración profunda especial proporcionadas por los EE.UU., la operación puede estancar los esfuerzos de Irán –tal como están- sólo por unos meses. El precio puede ser demasiado alto para resultados tan magros.
Más aún, es muy cierto que con el inicio de una guerra, lloverán los misiles sobre Israel -no sólo desde Irán, sino también los de Hizbulá y quizás también de Hamás. No tenemos una defensa adecuada de nuestras ciudades. La cosecha de muertes y destrucción sería intolerable.
De repente, los medios de comunicación están llenos de historias acerca de nuestros tres submarinos, que luego crecen a cinco o incluso seis, si los alemanes son comprensivos y generosos. Se dijo abiertamente que estos nos dan la capacidad de una central nuclear para un "segundo golpe", si Irán utiliza sus (todavía inexistentes) ojivas nucleares en contra de nosotros. Sin embargo, los iraníes también pueden utilizar las armas químicas y otras de destrucción masiva.
Luego está el precio político. Hay un montón de tensiones en el mundo islámico. Irán está lejos de ser popular en muchas partes de ese mundo. Pero el asalto israelí contra un país musulmán importante puede unir inmediatamente a suníes y chiíes, desde Egipto, Turquía hasta Pakistán y más allá. Israel podría convertirse en una selva en llamas.
Pero hablar de la guerra sirve para muchos propósitos, incluyendo los nacionales y políticos. El sábado pasado, el movimiento de protesta social cobró vida nuevamente. Después de una pausa de dos meses, una masa de gente se reunió en la Plaza Rabin de Tel Aviv. Esto fue bastante sorprendente, porque ese mismo día los cohetes caían sobre las poblaciones cercanas a la Franja de Gaza. Hasta ahora, ante esta situación siempre se cancelaron las manifestaciones. Los temas de seguridad estaban por encima de todo. Esta vez no.
También, mucha gente creyó que la euforia de la fiesta de Gilad Shalit borraría la protesta en la conciencia de la opinión pública. No lo hizo.
Por cierto, algo extraordinario ha sucedido: los medios de comunicación que mimaban desde hace meses al movimiento de protesta, han hecho un cambio. De repente, todos ellos, incluido Haaretz, le clavan cuchillos en la espalda. Como si fuera por una orden, todos los periódicos, escribieron al día siguiente que hubo una participación de "más de 20.000" personas. Bueno, yo estaba allí, y tengo alguna idea de estas cosas. Había por lo menos 100.000 personas allí, la mayoría jóvenes. Yo apenas podía moverme.
La protesta no se ha desgastado, como afirman los medios de comunicación. Lejos de ello. Pero, ¿qué mejor medio que permita tomar las mentes de la gente que exige justicia social que hablar del "peligro existencial"? Más aún, para las reformas exigidas por los manifestantes se necesita dinero. En vista de la crisis financiera mundial, el gobierno se opone vigorosamente a aumentar el presupuesto del Estado, por temor a dañar nuestra graduación en el mercado de créditos.
Entonces, ¿de dónde podría venir el dinero? Sólo hay tres posibles fuentes: los asentamientos (¿quién se atrevería?), los ortodoxos (la misma respuesta) y el enorme presupuesto militar.
Pero en la víspera de la guerra más importante de nuestra historia, ¿quién tocaría las fuerzas armadas? Necesitamos cada shekel para comprar más aviones, más bombas, más submarinos. Las escuelas y los hospitales deben, por desgracia, esperar.
Así que Dios los bendiga a Mahmud Ahmadinejad. ¿Dónde estaríamos sin él?