DAVID
ALANDETE Jerusalén
El Ejército se moviliza para 'prevenir' una
ofensiva por sorpresa contra los altos del Golán
CUANDO
EL RÍO SUENA AGUA TRAE...
En los
círculos de seguridad y diplomacia de Israel se habla ya de un posible eje del caos,
una zona que iría desde el Mediterráneo al golfo Pérsico y que comprende a
Líbano, Siria e Irak, países que se consideran en diferentes niveles de
desintegración. “No quiere decir que se vayan a crear nuevos Estados, sino que
las instituciones se encuentran en diverso estado de crisis, con Gobiernos
extremadamente débiles o inestables y grupos insurgentes que actúan como
desestabilizadores”, explican fuentes del Gobierno de Israel. En ese eje operan grupos radicales tanto chiíes como
suníes, con ambiciones y objetivos diferentes, enemigos entre ellos,
pero unidos en su oposición a la existencia de Israel.
“Israel debe aprovechar el
momento. Si, como asegura el Gobierno, su principal amenaza son Hezbolá, Irán y
el régimen en Siria, debe buscar una alianza con los Gobiernos suníes
moderados, como Turquía, Egipto, Jordania y Arabia Saudí, para hacerle frente
de forma común”, explica Moshe Ma’aoz, profesor emérito sobre Oriente Próximo e
Islamismo en la
Universidad Hebrea de Jerusalén. “¿Cuál es la forma de
mejorar las relaciones con los Gobiernos suníes? Resolviendo el problema
palestino. A Israel le conviene estratégica y políticamente lograr una solución
de dos Estados, que acabará con su aislamiento en la región y en el mundo. El
proceso de paz es la forma de oponerse el extremismo chií y a las células
radicales suníes en Siria”, reflexiona.
Las fuentes del
Gobierno israelí aseguran que, hasta ahora, “Israel ha mantenido un perfil muy
bajo respecto a Siria”. “Es de importancia estratégica para Israel que Siria
deje de formar parte de un eje radical, que desista de ser un aliado de Irán y
reduzca la intensidad de sus amenazas sobre Israel. En Israel no hay voluntad
de interferir en los asuntos internos sirios, pero hay algunos límites, y uno
de ellos es ver una desestabilización en la zona del Golán, que en las pasadas
cuatro décadas ha sido estable”, añaden.
Esa inquietud viene
acompañada de maniobras bélicas. De madrugada, los vuelos de aviones israelíes
sobre territorio libanés son frecuentes. Solo entre jueves y viernes se
produjeron 12 operaciones de ese tipo, algo que Beirut ha denunciado ante la ONU. Israel tiene ya tres de las cinco
baterías que conforman su escudo antimisiles Iron Dome (Cúpula de Hierro),
en el norte del país, en torno a la ciudad de Haifa, que comprende una
zona metropolitana de un millón de habitantes.
En las pequeñas
localidades al este de esa ciudad, los ciudadanos tienen las alarmas probadas y
los búnkeres listos, conscientes ahora más que nunca de que las advertencias
del Gobierno pueden acabar siendo más que palabras. (El País – 11/2/2013)
* El gobierno de Netaniahu y Liberman viven
para la guerra: fabricación y exportación de armas, prueba de armas en combate
(las operaciones en la franja de Gaza) y vuelos ilegales sobre el Líbano y
Jordania .
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