06 diciembre 2007

África sufre lo que contaminan otros



Sequías e inundaciones amenazan el continente que menos ensucia el planeta

LALI CAMBRA - Ciudad del Cabo - 05/12/2007

El calentamiento global puede castigar con especial dureza a los países del Cuerno de África, precisamente los que menos contaminan, según se relata en este segundo capítulo de la serie iniciada con motivo de la cumbre de Bali.
Madagascar ha padecido seis ciclones este año. Hace unos meses, el África ecuatorial de este a oeste, sufría inundaciones. Las olas del Índico cada vez lamen más costa keniana y los pescadores temen que un día sus casas desaparecerán engullidas por las olas. El lago Chad se seca, los pescadores se han hecho agricultores y donde antes se cobraban piezas de más de un metro, ahora se plantan hortalizas. Los campesinos de Suráfrica, Lesoto, Suazilandia o Zimbabue miran al cielo con desconfianza: llevan tres sequías en una década, cuando antes la relación era de una cada diez años. En el cuerno de África, la comida llega en forma de ayuda humanitaria y los pastores nómadas no tienen con qué alimentar a sus rebaños. Se desconoce hasta qué punto es atribuible al cambio climático, pero sí se sabe que África, el continente que menos ha contribuido al calentamiento del planeta, es el que más va a sufrirlo.

En las zonas de pesca del lago Chad se cultivan ahora las hortalizas

Tejas lanza más CO2 a la atmósfera que todos los países al sur del Sáhara

"El estado de Tejas, con 23 millones de personas, emite más CO2 que los 720 millones de residentes en el África subsahariana", reza el informe sobre África del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas. "Si los pobres del mundo consumieran la misma energía que Estados Unidos o Canadá, se necesitarían nueve planetas para lidiar con la contaminación". Mientras, los pescadores de Ngomeni, un pueblo a cien kilómetros al norte de Mombasa, Kenia, han reconstruido sus casas dos veces en un año porque los niveles del mar siguen subiendo. Poniendo puertas al viento, construyen diques con basura, ya que no disponen de nada mejor.
Los niveles del mar, de acuerdo con el Panel Intergubernamental, crecerán en el Índico, aunque preocupan más los países del Atlántico: Senegal, Gambia, Costa de Marfil o Nigeria, en cuyas costas vive gran parte de la población, que se convertirán en refugiados internos. Por otro lado, se esperan mayores sequías en los países del Cuerno de África. Algo que ya ocurre, y "afecta a millones de agricultores cuya supervivencia depende de la llegada de las lluvias. Son la mayoría de los campesinos", explica Richard Lee, portavoz del Programa Mundial de Alimentos. "Además de hacerlos más vulnerables, con el cambio climático habrá más desastres naturales, como ciclones e inundaciones. Ya los estamos viendo".
"El cambio climático tiene mayor impacto en África porque se produce en países pobres, sin opciones para cambiar de actividad económica", explica Mark Tadross, ingeniero ambiental de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), quien participa en un estudio para prever el cambio climático, algo vital para que el campesino sepa si puede esperar agua o no, y sustituir los cultivos de maíz, dependientes de la lluvia, por los de sorgo o mijo, más resistentes". En Lesoto, que afronta la peor sequía en treinta años, se ha dejado el tractor a un lado y las semillas se plantan en pequeños cubículos con tierra, que retienen la escasa lluvia. En el continente africano, el aumento de las temperaturas puede suponer un mayor número de infectados por malaria, ya que el mosquito que la transmite podrá sobrevivir a mayor altura o por más tiempo. La escasez de agua potable por falta de lluvias o inundaciones hará aumentar los casos de cólera, disentería o diarreas, la primera causa de mortalidad infantil en la región. Y no hay que olvidar que la competencia por recursos escasos, como el agua, puede exacerbar conflictos entre nómadas y agricultores.
El cambio climático no sólo afecta a los humanos. La corriente de Benguela (en la zona del Atlántico de Suráfrica, Namibia y Angola), según científicos consultados, está cambiando. Muy fría, plagada de nutrientes, era un paraíso para las especies marinas. Ahora las sardinas, por ejemplo, están dirigiéndose hacia el Índico y se desconocen las consecuencias que esto va a tener para la supervivencia de pájaros marinos únicos, o pingüinos y focas. Y para la industria pesquera de la zona, incluida la española, que opera en el caladero de Namibia. El cambio climático en los animales, que también deberán competir por un agua escasa, y en el paisaje, tendrá además repercusiones en la esperanza blanca del continente: el turismo.
Aún así, China o India han recibido más ayudas para luchar contra los efectos del cambio climático que África.

La impunidad ya tiene carta blanca en México






FRANCESC RELEA 06/12/2007

Muchos mexicanos llegaron a creer que la justicia acabaría por imponerse. Durante meses albergaron la ilusión de que la Corte Suprema abriría la puerta al juicio político contra el gobernador de Puebla, Mario Marín, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), acusado de violar los derechos individuales de la periodista Lydia Cacho (Ciudad de México, 1963). Había indicios de que el sueño podía hacerse realidad en uno de los casos más emblemáticos de la lucha contra la corrupción en los poderes públicos.

El gobernador de Puebla ideó el secuestro de una periodista crítica

El Supremo protege la corrupción política en una polémica sentencia


Desde abril de 2006, el más alto tribunal rastreó la actuación presuntamente delictiva de todo un gobernador -figura intocable en México-, a partir de la denuncia de una simple reportera. Dos comisiones investigadoras interrogaron a servidores públicos, gobernador incluido, recogieron testimonios de las víctimas y examinaron 1.595 averiguaciones previas de delitos sexuales cometidos en agravios de menores. El caso había salido a la luz en mayo de 2005, con la publicación del libro de Cacho Los demonios del edén, que denuncia una amplia red de pornografía infantil, a partir de las declaraciones de varias muchachas víctimas de abusos, en la que están implicados políticos y empresarios influyentes.
Bajo intensas presiones desde las más altas instancias políticas llegó el día del dictamen de la Corte. Cacho, sus abogados y muchos observadores confiaban en que seis de los 10 miembros del tribunal votarían contra el gobernador. "Esperemos que se haga justicia, pero no se rinda, que el país tampoco se rinde", había dicho el juez Juan Silva Meza a la periodista.
La noticia saltó la tarde del 29 de noviembre. Fue un golpe durísimo para Lydia Cacho y todos aquellos que querían creer en la Justicia, con mayúsculas. Por seis votos a cuatro, la Corte Suprema reconoció que en el caso se presentaron actos indebidos y algunas violaciones de garantías, que no fueron graves y, por lo tanto, no merecen un pronunciamiento del más alto tribunal. El fallo ha cerrado la última puerta del ordenamiento jurídico mexicano. A la periodista sólo le queda acudir a los tribunales internacionales. "El crimen está de fiesta, en particular el dedicado a la explotación y el abuso sexual de menores", escribió René Delgado, director editorial del diario Reforma, que calificó el dictamen de "monumental homenaje a la impunidad y el cinismo".
El gobernador Marín ya puede dormir tranquilo. La Corte Suprema no ha encontrado motivos suficientes para actuar contra este dinosaurio político del PRI, y otros 29 funcionarios estatales. Y lo que es más grave, no hace mención alguna a la red de pornografía infantil y los abusos sexuales de menores, a pesar de que los jueces de la comisión investigadora del Supremo recogieron los testimonios de varias de las víctimas. "¿Cómo pueden decir estos jueces que esto no pasó? ¿Ya no existimos?", preguntaba una niña de 15 años a Cacho el día después del fallo.
Aparentemente, dos de las integrantes del Alto Tribunal, Olga Sánchez y Margarita Luna, cambiaron su voto en el último momento, lo que permitió una mayoría favorable al gobernador. Fuentes próximas a la Corte confirmaron las presiones de altos dirigentes del PRI para defender a su correligionario Marín. "Nunca en la historia de México había existido una cuestión tan clara sobre el bien y el mal", ha comentado Cacho.
El libro Los demonios del edén fue una bomba, pues en sus páginas los demonios tienen nombre y apellido de políticos y empresarios poderosos, como el hotelero Jean Succar Kuri, jefe de la red delictiva, actualmente preso, y su amigo, el empresario textil de Puebla, Kamel Nacif. Este último denunció a la periodista ante las autoridades poblanas por difamación y calumnia.
En una acción ilegal, Lydia Cacho fue detenida en diciembre de 2005 en Cancún (Estado de Quintana Roo) por policías judiciales del Estado de Puebla, que la trasladaron a esta ciudad en un viaje infernal de más de 20 horas. Las amenazas de muerte y la tortura psicológica continuaron en la cárcel de Puebla, hasta la puesta en libertad bajo fianza. Las pocas dudas de que el gobernador Marín estaba detrás de aquella detención ilegal se desvanecieron al difundirse la grabación de una conversación telefónica entre Marín y su amigo Kamel Nacif, en la que aquel decía textualmente: "Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona". Desde entonces y hasta la semana pasada la periodista se movía con escolta policial.
La comisión investigadora de la Corte Suprema, que coordinó el magistrado Silva Meza, concluyó que "sí existió concierto de autoridades de los Estados de Puebla y Quintana Roo para violar los derechos fundamentales de la periodista Lydia Cacho", y que "sí existe violación reiterada y sistemática de derechos fundamentales en perjuicio de menores de edad".
En una sesión pública del más Alto Tribunal, el juez Silva Meza fue contundente al referirse a la red de explotación infantil en Cancún: "La periodista Lydia Cacho se quedó corta con su libro".

El fin de la democracia criolla


Por Jordi Borja *


En 1825 Bolivia proclamó su independencia y su Constitución. Todos los ciudadanos adquirían el derecho a votar, excepto los indígenas, que eran aproximadamente el 90 por ciento de la población. Hoy la población indígena representa el 60 por ciento de los más de 9 millones de bolivianos, la mitad de ellos vive en comunidades y la otra mitad, en las áreas urbanas. Su líder es presidente. Una gran parte de la población criolla y mestiza lo soporta mal.
Llego a Buenos Aires procedente de La Paz. He participado en un encuentro sobre la Descentralización del Estado organizado por el Ministerio de Presidencia. Coincide con los días de debate y aprobación del índice de la Constitución, el fin de semana pasado. Asisten profesionales extranjeros y políticos y expertos del gobierno y de la oposición. Al terminar su ponencia una antropóloga de origen hispano-alemán, que lleva muchos años trabajando con comunidades indígenas en Ecuador y en Bolivia, es abordada por cuatro personajes del partido Podemos, la coalición de centroderecha opositora. La tratan de “gringa de mierda” y le reprochan que se hubiera referido al racismo criollo y la histórica exclusión de los indígenas. “Si a mí me tratan así, cómo deben tratar a los indígenas”, les contestó. “A los indígenas no los tratamos, no tenemos por qué tratarlos de ninguna forma”. Es decir, no existen. En un ambiente académico y reposado la agresión verbal resulta aun más expresiva que el propio discurso de la antropóloga.
El movimiento político que lideraba, el MAS, sí esperaba ser la fuerza más votada, pero no obtener la presidencia (53 por ciento de los votos). Luego ganó las elecciones generales (50,3 por ciento) y obtuvo la mayoría absoluta de los escaños. Es un movimiento elemental, propio de poblaciones excluidas, nacido de una rebelión pacífica y que pasó por un breve período de oposición. Hoy es el partido de apoyo al gobierno, pero no se le puede pedir que aprenda en pocas semanas la cultura de gobierno. Es frecuente que sectores de su partido le generen problemas al presidente. Este aparece de todas formas como el principal, quizás único, baluarte que puede mantener la estabilidad de las instituciones democráticas. Y sospecho que algunos de los principales actores económicos piensan algo parecido.
El texto y las cuestiones conflictivas no están decididos. La música es lógicamente indigenista. El MAS se comprometió a iniciar un proceso institucional para terminar con la exclusión histórica de la población indígena. Las propuestas de “democracia directa” son imprecisas y no muy diferentes que los “consejos cívicos” de la presidenciable Ségolène Royal o el voto programático de la Constitución colombiana que en teoría permite desposeer a los cargos electos de su mandato. Las referencias al colectivismo de las tierras indígenas y a su peculiar justicia no hacen sino reconocer una situación de hecho que se mantiene desde la independencia. Su reconocimiento, condicionado al respeto de los derechos fundamentales y la adhesión a la Carta internacional de derechos humanos, permite ilegalizar las penas que conculquen estos derechos. No parece que sea lo que más preocupe a los criollos.
La reacción opositora ha hecho de la reivindicación de la autonomía regional y de la capitalidad para Sucre su caballo de batalla. Antes de las elecciones presidenciales se convocaron las primeras elecciones de prefectos y en cuatro de los nueve departamentos ganaron candidatos opositores, es la llamada Media Luna, y son la principal estructura de la movilización opositora. El movimiento se ha ampliado a Sucre y a Cochabamba, ciudades que siguen en importancia a La Paz y Santa Cruz. Pero reducir la cuestión a un enfrentamiento entre centralistas y autonomistas es inexacto.
Desde Santa Cruz y otras zonas opositoras, los comités cívicos, que han suplantado a sus partidos, se movilizaron y miles de sus miembros se fueron a Sucre para manifestarse contra los constituyentes. Paralelamente se radicalizó la demanda de capitalidad plena y las organizaciones gremiales y universitarias se añadieron a los manifestantes opositores venidos de fuera. El resultado es conocido: enfrentamientos entre los opositores y las fuerzas policiales que protegían a los constituyentes. Algunos muertos, pero no hay indicios de que la policía disparara y sí que hubiera manifestantes armados. Tampoco consta una presencia significativa en Sucre de columnas indígenas.
Un detalle que ayuda a entender el rechazo intolerante de los comités cívicos contra los constituyentes, entre los cuales muchos son indígenas: los gremios sucreños han hecho campaña y han logrado que en la ciudad no se les permita el acceso ni a los hoteles, ni restaurantes, ni comercios. El racismo originario de Bolivia está aún muy presente.

* Profesor de la Universitat Oberta de Catalunya.

AHÍ VA UN DEMÓCRATA

Ahí va un demócrata


La República - Montevideo (6/12)
Si el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hubiera ganado el referéndum para reformar la Constitución de ese país que establecía la reelección presidencial por tiempo indefinido, los grandes medios de comunicación del mundo dirían "ahí va un dictador".
Como su propuesta de reforma no resultó mayoritaria, decisión de la ciudadanía que acató en toda su plenitud, esos medios tendrían que estar diciendo que ahora "ahí va un demócrata". Pero no lo dicen, porque paradójicamente se quedaron sin su tradicional discurso de poner el mote de totalitario a todo presidente que busque transformaciones profundas de sus países.
Chávez, en el mismo momento de su derrota, pasó a ser un ganador, mostrándose ante los otros pueblos como un líder que pelea con firmeza y a su estilo por sus ideas y propuestas, pero que a la hora de la verdad no pierde su condición de demócrata.
A pesar de que esta verdad es indiscutible, porque los árboles solo se miden por los frutos, no hay que creer que la Casa Blanca, los gobiernos y fuerzas políticas de derecha, así como los medios de comunicación afines, vayan a aceptar esta interpretación de lo ocurrido en la tierra de Bolívar.
Muy por el contrario lo más seguro es que la derecha nacional e internacional busque, por todos los medios, desestabilizar al gobierno de Chávez, creando nuevas tensiones en una sociedad que en torno a la reforma constitucional quedó partida en dos.
Los ataques de estas fuerzas de derecha contra el presidente Chávez, buscarán que sus dardos reboten hacia el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el de Bolivia, Evo Morales. Dos países donde los desheredados se han vuelto constructores de su propio destino, participantes activos de las Asambleas Constituyentes en los dos países, instrumentos imprescindibles para que los pueblos ejerzan sus derechos.
La Casa Blanca y las oligarquías criollas necesitan en esa región de América Latina, una nueva realidad política para permitir el retorno de las fuerzas neoliberales y proimperialistas. Con Chávez machucado, es posible machucar, por lo menos, a Correa y Morales.
Ante esta situación las fuerzas de izquierda y los gobiernos progresistas latinoamericanos y caribeños, deben de actuar con energía e inteligencia, para impedir que la estabilidad de la región se ponga en peligro. Para ello se necesita un amplio movimiento de pueblos partidos y gobiernos en defensa de la democracia y de la paz, que impidan cualquier acto de locura de la derecha internacional.

El desafío es crear un estado de opinión de que las diferencias que se presenten en cualquier país, solo se deben de resolver por la vía de las urnas y del respeto a la institucionalidad.
Esto no se logrará, por cierto, con discursos confrontativos, sino con posturas firmes pero siempre apegadas al respeto a la autodeterminación de los pueblos, donde lo primero es respetar a la totalidad del pueblo venezolano ¬ a los que votaron No, a los que lo hicieron por el SI y a los que se abstuvieron-, que bajo el gobierno de Chávez, acaba de vivir una jornada cívica ejemplar.

La derrota de Chávez

La República (Montevideo)

COMO CONDICION PREVIA A UN BALANCE EXHAUSTIVO DE LA JORNADA REFERENDARIA EN VENEZUELA CON LOS DATOS DE TODOS LOS ESTADOS A LA VISTA, HAY QUE TENER PRESENTE ANTE TODO ALGUNAS POCAS CIFRAS REPRESENTATIVAS. ME REFIERO A CIFRAS GLOBALES, QUE REVELAN CAMBIOS DE SECTORES DE LA CIUDADANIA.
Niko Schvarz

El desenlace de la consulta popular me hizo recordar (y sin duda a muchos les pasó lo mismo) la incredulidad que nos embargó cuando el sandinismo perdió en la elección de 1990 el gobierno que había conquistado con la revolución de 1979 y la elección de 1984. No lo podíamos creer. Sin embargo, sucedió.
Desde 1998, en que Chávez llegó por primera vez a la presidencia, el pueblo venezolano fue llamado nueve veces a pronunciarse por sufragio universal. Ha sido una expresión cabal de democracia, refrendada el pasado 2 de diciembre. En las buenas y en las malas, ya sea a juicio del gobierno o de la oposición, imperó la democracia, y esto debería acallar las críticas de muchos que profesan la democracia de labios para afuera y llegaron a su sitial mediante un fraude escandaloso y menos votos que su contrincante. En aquella lejana elección, Chávez obtuvo 3 millones y medio de votos. A partir de esa fecha, la progresión fue constante y de amplitud creciente: 3,8 millones en 2000, 6 millones en 2004, y así llegamos a la elección presidencial del 3 de diciembre de 2006, en que Chávez alcanzó 7.274.331 votos, el 62,87% de la votación total y la victoria en los 27 estados. Esta es la cifra con la que debe compararse la votación del domingo pasado.
Para el bloque A, la fórmula del SI propuesta y defendida por el presidente logró 4.379.392 votos, el 49,29% del total. Para el Bloque B, el SI bajó ligeramente, a 4.335.136 votos, y también bajó el porcentaje, a 48,94%. O sea que perdió prácticamente 3 millones de votos. El porcentaje, que el año pasado había llegado a casi 2 de cada 3, esta vez fue de menos de la mitad, siendo superado por la votación del NO en 1,41% en el bloque A (50,7% a 49,29%) y en 2,11% en el bloque B (51,05% a 48,94%).
Las fuerzas del NO alcanzaron 4:504.354 votos para el Bloque A y 4:522.332 votos para el Bloque B. En grueso, obtuvieron 200 mil votos más que la candidatura oposicionista del gobernador Manuel Rosales en la elección presidencial del año pasado (4,3 millones).
El presidente Chávez atribuyó su derrota al crecimiento de la abstención. Como se ve por las cifras precedentes, en 2006 la votación total sobrepasó ampliamente los 11 millones y medio. Ahora, con un electorado que se ha mantenido en el entorno de 16 millones de habilitados, la votación anduvo arañando los 9 millones de ciudadanos. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, en su única comparecencia pública, adicionó al total de votos válidos para las dos opciones (8.883.746) los poco más de cien mil votos nulos, para un total de 9.002.439 votos escrutados (hasta ese momento), lo que configuraba un porcentaje de abstención del 44,11%. Otras estimaciones elevaban unas décimas ese porcentaje, hasta 44,9%. Es un guarismo muy alto, cercano a la mitad del cuerpo electoral.
Este es el hecho. A partir de ahí divergen las interpretaciones. Unos dicen que el proyecto no enamoró a la ciudadanía. Chávez opinó en sus primeras declaraciones, apenas reconoció (sin tardanza, con hidalguía apreciada por todos) el triunfo del NO, que el proyecto podría ser prematuro y hay que darle tiempo para madurar. Otra interpretación es que pareció excesivo otorgar un cheque en blanco a una reelección indefinida, que se había postulado hasta 2050.
Lo que tirios y troyanos no pueden menos que reconocer, dentro y fuera de fronteras, es que en Venezuela imperó e impera un régimen plenamente democrático, que coloca la decisión del destino del país en manos del pueblo soberano. Unos y otros afirman que el domingo "ganó la democracia" y que sobre esa base pueden encontrarse todos los venezolanos para debatir el futuro del país.