06 diciembre 2007

La derrota de Chávez

La República (Montevideo)

COMO CONDICION PREVIA A UN BALANCE EXHAUSTIVO DE LA JORNADA REFERENDARIA EN VENEZUELA CON LOS DATOS DE TODOS LOS ESTADOS A LA VISTA, HAY QUE TENER PRESENTE ANTE TODO ALGUNAS POCAS CIFRAS REPRESENTATIVAS. ME REFIERO A CIFRAS GLOBALES, QUE REVELAN CAMBIOS DE SECTORES DE LA CIUDADANIA.
Niko Schvarz

El desenlace de la consulta popular me hizo recordar (y sin duda a muchos les pasó lo mismo) la incredulidad que nos embargó cuando el sandinismo perdió en la elección de 1990 el gobierno que había conquistado con la revolución de 1979 y la elección de 1984. No lo podíamos creer. Sin embargo, sucedió.
Desde 1998, en que Chávez llegó por primera vez a la presidencia, el pueblo venezolano fue llamado nueve veces a pronunciarse por sufragio universal. Ha sido una expresión cabal de democracia, refrendada el pasado 2 de diciembre. En las buenas y en las malas, ya sea a juicio del gobierno o de la oposición, imperó la democracia, y esto debería acallar las críticas de muchos que profesan la democracia de labios para afuera y llegaron a su sitial mediante un fraude escandaloso y menos votos que su contrincante. En aquella lejana elección, Chávez obtuvo 3 millones y medio de votos. A partir de esa fecha, la progresión fue constante y de amplitud creciente: 3,8 millones en 2000, 6 millones en 2004, y así llegamos a la elección presidencial del 3 de diciembre de 2006, en que Chávez alcanzó 7.274.331 votos, el 62,87% de la votación total y la victoria en los 27 estados. Esta es la cifra con la que debe compararse la votación del domingo pasado.
Para el bloque A, la fórmula del SI propuesta y defendida por el presidente logró 4.379.392 votos, el 49,29% del total. Para el Bloque B, el SI bajó ligeramente, a 4.335.136 votos, y también bajó el porcentaje, a 48,94%. O sea que perdió prácticamente 3 millones de votos. El porcentaje, que el año pasado había llegado a casi 2 de cada 3, esta vez fue de menos de la mitad, siendo superado por la votación del NO en 1,41% en el bloque A (50,7% a 49,29%) y en 2,11% en el bloque B (51,05% a 48,94%).
Las fuerzas del NO alcanzaron 4:504.354 votos para el Bloque A y 4:522.332 votos para el Bloque B. En grueso, obtuvieron 200 mil votos más que la candidatura oposicionista del gobernador Manuel Rosales en la elección presidencial del año pasado (4,3 millones).
El presidente Chávez atribuyó su derrota al crecimiento de la abstención. Como se ve por las cifras precedentes, en 2006 la votación total sobrepasó ampliamente los 11 millones y medio. Ahora, con un electorado que se ha mantenido en el entorno de 16 millones de habilitados, la votación anduvo arañando los 9 millones de ciudadanos. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, en su única comparecencia pública, adicionó al total de votos válidos para las dos opciones (8.883.746) los poco más de cien mil votos nulos, para un total de 9.002.439 votos escrutados (hasta ese momento), lo que configuraba un porcentaje de abstención del 44,11%. Otras estimaciones elevaban unas décimas ese porcentaje, hasta 44,9%. Es un guarismo muy alto, cercano a la mitad del cuerpo electoral.
Este es el hecho. A partir de ahí divergen las interpretaciones. Unos dicen que el proyecto no enamoró a la ciudadanía. Chávez opinó en sus primeras declaraciones, apenas reconoció (sin tardanza, con hidalguía apreciada por todos) el triunfo del NO, que el proyecto podría ser prematuro y hay que darle tiempo para madurar. Otra interpretación es que pareció excesivo otorgar un cheque en blanco a una reelección indefinida, que se había postulado hasta 2050.
Lo que tirios y troyanos no pueden menos que reconocer, dentro y fuera de fronteras, es que en Venezuela imperó e impera un régimen plenamente democrático, que coloca la decisión del destino del país en manos del pueblo soberano. Unos y otros afirman que el domingo "ganó la democracia" y que sobre esa base pueden encontrarse todos los venezolanos para debatir el futuro del país.

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