25 abril 2008

HUMO

HUMO

Por Hugo Presman

Hace muchos años que un intenso y oscuro humo invade el territorio nacional. Y no es precisamente por la quema de pastizales. Es un humo que neutraliza la capacidad de pensar con la propia cabeza. Despierta los prejuicios más irracionales. Es el que lleva al esclavo a coincidir con el esclavizador. El que produce que el empleado explotado repita los mismos prejuicios que el empleador. El que conduce a que el ciudadano, fundamentalmente de diferentes segmentos de clase media, transformado en vecino, crea que elabora un pensamiento propio cuando repite las muletillas de conductores y panelistas radiales y televisivos. Y a su vez estos encuentran calor y rating escuchando los mensajes de los llamadores que confirman lo acertado de sus líneas editoriales.
No es el humo de los pastizales incendiados el que lleva a periodistas “progres”, terminar en el mismo campo de la Sociedad Rural. El espectro de la Unión Democrática nunca termina de alejarse, ni a ciertos intelectuales e “izquierdistas” aprender de esa aleccionadora experiencia. El humo de la academia mitrista ha llevado a Beatriz Sarlo a encontrar “calor popular” en los caceroleros de las ollas de teflón. Una cortina de humo quiere poner con su lejano pasado, donde militó en una de la escisiones maoísta de Partido Comunista. Ese mismo partido, el PCR, encontró en la esmirriada manifestación cacerolera a Plaza de Mayo, el embrión de una alianza obrero-campesina. En este caso el humo que cubre a estos actores, disipa cualquier duda: una intelectual que gira hacia la derecha y un partido de la “izquierda” ciega se encuentran en el mismo espacio de sus extravíos. Carlos Marx, podría apoderarse de la frase de Bolívar, al que lamentablemente denostó, mirando a la francotiradora y a la patrulla extraviada: “ He arado en el mar”.
No fue el humo de los pastizales incendiados el que llevó, durante el menemismo, a liquidar los remanentes del Estado de Bienestar con la ilusión de acceder al verdadero bienestar.
No es el humo de los pastizales incendiados el que lleva a igualar a todos los piquetes, transitando el camino generalmente confundido de lo políticamente correcto, como si fuera la misma situación la de los que quemaban neumáticos y cortaban calles para demostrar su presencia y la necesidad de sobrevivir en una sociedad que los ignoraba, con quienes discuten una tasa de ganancia.
No es el humo de los pastizales lo que lleva actualmente a la clase media rescatada del abismo, a reiterar una retahíla de críticas banales que no esgrimieron en los primeros años de Menem, cuando el país se regalaba impune y sin contradicciones, mientas se la seducía con el turismo fácil y el endeudamiento en cuotas que le permitía alentar sus ilusiones de ingresar al primer mundo de rodillas y por la puerta de servicio.
No es el humo de los pastizales incendiados lo que lleva al gobierno a considerar que se puede “vivir” con la renta de muchos de los hechos positivos realizados en los dos primeros años de gobierno de Néstor Kirchner.
¿Será un humo distinto al que emerge de los pastos incendiados el que lleva a la Presidenta de la Nación a considerar que venimos de 200 años de frustraciones y que la historia argentina comenzó el 25 de mayo del 2003?
No es el humo de los pastizales el que lleva a vastos sectores de los grandes centros urbanos, que conocen una vaca por alguna composición infantil o por una foto en Billiken, a coincidir con Cra o Carbap. Cuando el humo se aleja porque no sopla el viento norte, se puede observar que son otras las facturas que pasan. La alianza con Moyano y el sindicalismo, la ausencia de represión a los piquetes de los excluidos, hoy muy esporádicos, que dificultaban el sacrosanto derecho a transitar, los enfrentamientos ocasionales con EE.UU, la anticumbre de Mar de Plata, la desactivación fundamental del ALCA, el apoyo a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el juzgamiento de los militares implementadores del terrorismo de estado, sólo la pata armada de la dictadura criminal, la supresión de las visitas y recetas del FMI, el intento de subordinar la economía a la política, la mayor presencia del Estado, la disminución sustancial de la desocupación, los acuerdos con gobiernos que se alinean en los nuevos y alentadores aires latinoamericanos, la relación estrecha con Hugo Chávez, entre otras cuestiones.
¿Qué cortina de humo lleva a vastos sectores a jugar contra sus propios intereses, por su alienación con los sectores dominantes?
¿Que humo profético y apocalíptico lleva a la principal referente de la oposición, Elisa Carrió a sostener apenas ayer, que el kirchnerismo es el nazismo sin campos de concentración y ahora a la comparación con Ceacescu?
Un humo intenso y negro lleva a que el periodismo, casi en su conjunto, estigmatice a D’ Elías, que cometió el grosero error de los antipiquetes entre otros, pero que acierta en la mayor parte de sus declaraciones acerca del conflicto agrario y sobre los medios En cambio se considera un pobre campesino, un productor integrante de la familia Ingalls, casi un desamparado, a Alfredo De Angelis, el vista de aduana trucho que determinaba que camión pasaba y cual no, en un desembozado intento de producir el desabastecimiento de los centros urbanos.
¿Que humo portador de las cenizas de la “ingenuidad, induce a muchos periodistas y políticos a no advertir que se ha iniciado una vertiginosa carrera de esmerilamiento ( versión desarmada de los golpes de estado y alentadora de los golpes de mercado) que lleva a que se pregunte en forma cada vez más insistente si Cristina Fernández llega al 2011?
¿ Que humo ha llevado a la desmesura de considerar que hasta hace seis meses se vivía bajo la opresión de un poder hegemónico y ahora se afirma que se está ante un vacío de poder?
¿ Que humo vende el periodista Nelson Castro, en su posición de fiscal de los gobiernos, desde el multimedios Clarín, el grupo Fontevecchia, o la radio de Marcelo Tinelli?
Declara en La Nación del 20-04-2008: “ El periodismo libre es siempre un antipoder”
Es bueno que sea independiente del gobierno y en eso merece un elogio. Pero la cortina detrás de la cual Castro “vende” humo es omitiendo que siendo un contratado por grupos poderosos no es libre de ellos. Puede desmentir esta afirmación, haciendo un programa en TN sobre los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, una de las dueñas de Clarín, sobre la contaminación de Papel Prensa o hacer un organigrama detallado de cómo el multimedio está presente en la mayor parte de las áreas económicas. O un reportaje a dos recientes periodistas despedidos por el Grupo Clarín como Enrique Lacolla, 33 años en la empresa, y Claudio Díaz.
Es lógico que Nelson Castro no lo pueda hacer dado las reglas de juego. Pero lo que aquí se quiere señalar es la hipócrita posición de “ periodismo libre”
Humo periodístico “venden”, entre otros, el columnista estrella de La Nación Joaquín Morales Solá posando de independiente nada menos que desde la tribuna de doctrina o llamando su programa de televisión “ Desde el llano” con un amplio apoyo de importantes empresas, o Magdalena Ruiz Guiñazú, desde el grupo Prisa, que actúa de fiscal de los funcionarios y “llamativamente” es condescendiente en los reportajes con los referentes de los grupos económicos. Al respecto escribe el ensayista, escritor, licenciado en Filosofía José Pablo Feinmann: “El establishment, eso es realmente el Poder y no el Gobierno ( con lo cual les señalamos a ciertos progres, que creen estar luchando contra el Poder desde la “libertad de prensa”, que no están haciendo, ya que el Gobierno, lejos, muy lejos, está de ser el Poder, sino que solo es el Gobierno)……
El humo “alienta” la gestión denostando a la política. Alienta el mero espontaneísmo, despotrica contra la organización, y alienta la despolitización.
El humo espeso arranca en los sectores medios, incluidos la mayoría de los periodistas, lágrimas en defensa de los medios que sistemáticamente les mienten o que fijan la agenda diaria. Si en el conflicto de algunas de las entidades representativas del campo y el gobierno quedan del lado de la Sociedad Rural , o en el debate sobre los medios se ubican junto a los empresarios periodísticos agrupados en ADEPA, deberían preguntarse si no están en el lugar equivocado. Queda claro que la “Unión Democrática” es, parodiando a Borges, tan eterna como el agua y el aire.
El ABC de la política, si el humo no obstruye la visión, es dirigir la brújula orientadora hacia los lugares que enfrentan, más allá de sus enormes debilidades, a adversarios inequívocos como la Sociedad Rural y ADEPA.
El humo que invade al gobierno le ha llevado en los últimos meses a una lista larga de errores, algunos tan infantiles, como el del Indec, con el argumento oculto pre infantil que rompiendo el termómetro, la fiebre inflacionaria desaparece.
El humo no debe impedir observar el enorme desgaste de un gobierno que había perdido al 28-10-2007, el apoyo de buena parte de las clases medias urbanas, y el actual conflicto le ha alienado el favor de las clases medias rurales que apoyaron a Cristina Fernández en esa elección, mientras la inflación carcome fuertemente lo ingresos de los sectores más humildes que masivamente lo apoyan. Si a esto se suma algunas internas feroces y desconcertantes, el panorama se oscurece.
El humo que envuelve al gobierno, el resolver y adoptar medidas en el microclima viciado de un grupo que entra en un taxi, cuando la situación económica es muy diferente y las expectativas sociales se potencian lejos del abismo. Es un humo que no ayuda a la comprensión de lo que está sucediendo. En muchas ocasiones el gobierno anterior y el actual ha vendido humo con un discurso correcto alejado de los hechos que concreta.
El humo que envuelve al gobierno, no debe impedir elogiar sus aciertos y señalar las enormes limitaciones de quienes se proponen desarrollar un capitalismo nacional con una burguesía nacional miserable en su inexistencia y con un estado derruido y que en cinco años no rediseñó ni reconstruyó. Que incrementó la extranjerización de la economía. Que no se atrevió con una profunda reforma impositiva que contribuyera a mejorar la distribución del ingreso. Que los recursos naturales siguen en manos extranjeras y que en el caso de la minería es un robo impune. Que no se desarticuló el modelo sojero. Que no hay más allá de cierta presencia mayor del Estado, política industrial, agropecuaria, ni financiera. Que poco se ha hecho en educación, salud, ferrocarriles. Y la lista es mucho más larga. ¿Y entonces? En medio del humo que nos envuelve, una sociedad profundamente atravesada por enormes catástrofes producidas por políticas económicas devastadoras que produjeron un panorama post-bélico, con sus gigantescas consecuencias de disgregación social y con remanentes poderosos de la ideología neoliberal, tiene como consecuencia un corrimiento social extremadamente conservador. En un país que conoció la experiencia política del peronismo original que estableció el IAPI, expropió el diario La Prensa , que congeló los arrendamientos rurales produciendo una enorme redistribución del campo a la industria y a los sectores urbanos, resulta increíble que una discusión impositiva entre el 2,5% a 3% lleve al diario La Nación a escribir sobre el “ colectivismo kirchnerista”. Increíble es solo un eufemismo. Una cortina de humo. Revela como ha cambiado la relación de fuerza y como los sectores económicos más concentrados están dispuestos a agotar todos los recursos para que no le toquen en lo más mínimo su tasa de ganancias. Son los mismos que no dudaron en el siglo XX perpetrar los fusilamientos de la Patagonia , bombardear Plaza Mayo, fusilar clandestinamente en los basurales de José León Suárez, y luego implementar matanzas masivas mediante el terrorismo de estado para desarticular el Estado de Bienestar y el modelo de sustitución de importaciones, con el monstruo proletario que creció en sus entrañas..
Como dice el politólogo Eduardo Grüner, en Página 12 del 16-04-2008, que escribe claro en medio del humo de los pastizales: “ La situación obliga, a todo el que siente una mínima responsabilidad ante la sociedad, a sentar con la mayor nitidez posible una posición. Insistamos: no necesariamente a favor del gobierno, sino inequívocamente en contra de intentonas que a esta altura ya nadie puede dudar que son intencionalmente o no ( pero más bien que si) “desestabilizadoras” “golpistas” “reaccionarias” . Los “golpes” ya no son hechos con tanques e infantería, pero no por eso han caducado: la especulación económica, la insidia mediática de las medias verdades y las enteras mentiras, la corrupción verbal de los epítetos clasistas y racistas …….Y también, y sobre todo, deberemos hacerlo nosotros, los que- sin ser totalmente o siquiera en parte “ pro gobierno”- no tenemos derecho a equivocarnos sobre donde está el peligro mayor……Un gobierno legítimamente electo por la mayoría no es directamente miembro de aquellas “clases dominantes”, aunque inevitablemente tienda a “actuar” sus intereses. Y, en un contexto en el que no está a la vista ni es razonable en lo inmediato una alternativa consistente y radicalmente diferente para la sociedad, no queda más remedio que enfrentar la desagradable responsabilidad de tomar posición no “ a favor” de tal o cual gobierno, pero si, decididamente, en contra del avance muy decidido de lo que sería mucho peor, y si alguien nos chicanea con que terminamos optando por el “ mal menor” no quedará más remedio que recontrachicanearlo exigiéndole que nos muestre donde queda , aquí y ahora, el “bien” y su posible realización económica. Porque el peligro del mal “mayor” si es inmediato”.
Buena parte de la oposición arremete contra los fuegos positivos de este gobierno, encubriéndolo con el humo de sus defectos. Y lo hace ocultando que detrás está atrincherado el establishment, muchos de sus integrantes se han beneficiado con Néstor Kirchner pero que en su engolosinamiento económico no lo consideran “tropa propia”. Y además muchas veces, Kirchner los ha maltratado y no les puso las alfombras rojas.
Como siempre el poder real usa de fuerza operativa a las clases medias, también beneficiadas, pero que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, le ha despertado los peores prejuicios gorilas. El gobierno tiene así una paradoja significativa: despierta los odios de los mismos sectores sociales que Perón y Evita, pero muy escaso fervor en los sectores populares que los apoyan.
Eso es lo que puede observarse bajo el espeso humo que no proviene del incendio de los pastizales. Y que tantos industrializan y venden. Precisamente para evitar caer en lo mismo, la nota concluye aquí. Porque no soy ni objetivo, ni poso de independiente, y mucho menos de puro. Solo de ser sincero con mis convicciones y de pretender tener honestidad intelectual. Ojala que pueda evitar que el humo me confunda.

24-04-2007

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MI SUFRAGIO ES POR OBAMA (si pudiera votar)



Michael Moore

No voy a poder votar para presidente en esta temporada de primarias. Vivo en Michigan. Los dirigentes del partido (tanto aquí como en Washington DC) no pudieron organizarse como es debido y, por tanto, nuestros votos no serán contados.
Así que, si usted vive en Pensilvania, ¿me haría un favor? Este martes, ¿podría emitir mi voto –y el suyo– por el senador Barack Obama?
Hasta ahora no había dicho en público por quién votaría, sobre todo por dos razones: 1) ¿A quién le importa?, y 2) Me importa un comino (así como a la mayoría de la gente que conozco) qué nombre esté en la boleta este noviembre, siempre y cuando haya una foto de JFK y FDR (Franklin D. Roosevel) montados en un burro hasta arriba de la boleta, y la palabra “demócrata” al lado del candidato.
En serio, conozco mucha gente a la que no le importa si el nombre bajo esa enorme D es Bailarín, Corcoveador, Clinton o Relámpago**. Podría ser Mickey Mouse, el Pato Donald, Barry Obama o el Dalai Lama.
Bueno, eso sonaba bien el año pasado, pero durante los dos meses pasados las acciones y las palabras de Hillary Clinton han pasado de ser meramente decepcionantes a francamente repugnantes. Creo que el debate de la semana pasada fue la gota que derramó el vaso. Ya había observado a la senadora Clinton y su marido en ese juego de apelar al peor lado de los blancos, pero el miércoles pasado, cuando se sacó de la manga el nombre de “Farrakhan”, la temporada de tonterías*** llegó a un prematuro final para mí. Dijo la palabra “F” simplemente para asustar a los blancos. Por supuesto, Obama no tiene conexión alguna con Farrakhan. Pero, según la senadora Clinton, el pastor de Obama sí, ¡y el “boletín de la iglesia” reprodujo alguna vez un artículo de opinión de Los Angeles Times, escrito por un tipo relacionado con Hamas! ¡No! ¡El boletín de la iglesia!
A la noche siguiente, Stephen Colbert explicó con brillantez este sórdido intento de difamar a Obama. Señaló que si Obama es apoyado por Ted Kennedy, quien es católico, y la Iglesia católica está encabezada por un Papa que perteneció a la juventud nazi, eso significa una sola cosa: ¡OBAMA AMA A HITLER!
Sí, senadora Clinton, así sonó. Como si hubiera usted perdido la razón. Como si fuera una fanática alimentando el fuego de la estupidez. Qué triste que tenga que escribir estas palabras sobre usted. Ha dedicado su vida a las buenas causas y a las buenas acciones. Y ahora, echarlo todo por la borda por un cargo que no puede ganar si no es arrojando tanto lodo encima al candidato negro para que los superdelegados exclamen “Tío (Tom)” y le den todo a usted.
Pero eso no ocurrirá. Su suerte estaba echada desde que votó a favor de emprender esta sangrienta guerra. Cuando hizo eso fue como Moisés, quien perdió la cordura por un momento y por eso le prohibieron entrar a la Tierra Prometida.
Qué triste para una nación que quería ver a la primera mujer electa para la Casa Blanca. Ese día vendrá, pero no será con usted. Tendremos que esperar a que la actual gobernadora demócrata de Kansas compita en las elecciones de 2016 (¡lo leyeron aquí primero!).
Hay quienes dicen que Barack Obama no está listo, o que votó mal en esto o aquello. Pero eso es mirar los árboles y no el bosque. Somos testigos no únicamente de un candidato, sino de un profundo movimiento de masas por un cambio. Mi apoyo es más para Obama El Movimiento que para Obama el candidato.
No lo digo por demeritar a este hombre excepcional. Pero lo que ocurre es más grande que él a estas alturas, y eso es bueno para el país. Porque, cuando gane en noviembre, ese Movimiento de Obama tendrá que mantenerse alerta y activo. El Estados Unidos de los consorcios no va a entregar las riendas de nuestro gobierno sólo porque nosotros lo digamos. El presidente Obama va a necesitar una nación de millones que lo apoyen.
Sé que algunos de ustedes dirán, “Mike, ¿qué han hecho los demócratas para merecer nuestro voto?” Ésa es una muy buena pregunta. En noviembre de 2006, el país lanzó un fuerte mensaje de que queríamos poner fin a la guerra. Sin embargo, los demócratas no han hecho nada. Entonces, ¿por qué habríamos de estar tan ansiosos de alinearnos alegremente detrás de ellos?
Les diré por qué. Porque no puedo soportar ni un maldito minuto más a este gobierno y el daño permanente e irreversible que ha causado a nuestro pueblo y al mundo. Estoy casi en el punto en el que no me importa si los demócratas no tienen columna vertebral o hueso de la rodilla o una sola idea en sus mareadas cabecitas. Siempre y cuando su nombre no sea “Bush” y la palabra “republicano” no está a su lado en la boleta, es suficiente para mí.
Yo, como la mayoría de los estadunidenses, he sido tundido durante ocho años, hasta perder el sentido. Por eso me uniré a millones de ciudadanos y llegaré tambaleándome a la casilla en noviembre, como un boxeador en el duodécimo round, todo ensangrentado y moreteado, con un ojo tan hinchado que no lo puedo abrir, y buscaré lo único que importa: esa gran “D” en la boleta.
No me malinterpreten. Perdí mis lentes color de rosa hace mucho tiempo.
Es tonto ver en los demócratas algo más que una versión más bonita de un partido que existe para pujar en nombre de la elite empresarial en este país. Cualquier apoyo a un demócrata debe darse reconociendo este hecho y con la esperanza de que algún día tendremos un partido que represente primero al pueblo, y leyes que garanticen igualdad de voz a ese partido.
Finalmente, quiero decir algo acerca de la decencia básica que he visto en Obama. Como parte de su misión de seguir alentando los temores del Estados Unidos blanco, Clinton continúa echándole en cara al reverendo Wright. Cada vez que lo hace, grito a la tele: “¡Dilo, Obama! Di que cuando ella y su esposo tuvieron dificultades matrimoniales relacionadas con Mónica Lewinsky, ¿a quién llevaron a la Casa Blanca para que les diera 'consejo espiritual'? ¡Al reverendo Jeremiah Wright!”
Pero no, Obama no le echaría eso en cara. No sería correcto. No sería decente. Ella ya pasó por suficiente dolor. Así que se mantiene callado y recibe el lodo que le echa.
Por eso las muchedumbres que vienen a verlo son tan numerosas. Por eso nos llevará por un camino más decente. Por eso votaría por él si se permitiera que Michigan tuviera una elección.
Pero la pregunta que escucho una y otra vez es... “¿Puede ganar? ¿Puede ganar en noviembre?” A lo lejos escuchamos la sirena del tren de la muerte llamado el Expreso Hablemos Claro. Sabemos que es posible que escuchemos las palabras “presidente McCain” el 20 de enero. Sabemos que todavía hay muchos estadunidenses que nunca votarán por un negro. Hillary también lo sabe. Cuenta con ello.
Pensilvania, el estado que dio a luz a esta gran nación, tiene la oportunidad de enderezar las cosas. No ha tenido oportunidad de brillar de esta manera desde 1787, cuando se escribió allí nuestra Constitución. En esa Constitución escribieron que un negro o una negra eran sólo “tres quintas partes” humanos. El martes, el buen pueblo de Pensilvania tiene la posibilidad de redimirse.

* Esta carta abierta fue subida a www.michaelmoore.com este lunes.
** Nombres de los renos de Santaclós. (T.)
*** Periodo del verano caracterizado por la publicación de notas intrascendentes en los medios anglosajones. (T.)


Traducción: Tania Molina