06 noviembre 2007

Una reflexión en torno al concepto de refugiado y un acercamiento al caso palestino

Al menos en el caso palestino, que cuenta con millones de refugiados y miles de desplazados, el concepto de refugiado resulta al mismo tiempo problemático y paradójico, puesto que refugiado proviene de la palabra refugio, que se asocia a protección, cobijo, etc. La realidad que viven la mayoría de los refugiados en el mundo y particularmente los palestinos es precisamente de desesperanza, desprotección y vulnerabilidad.

Por Nicolás Chadud D.

En términos estrictamente jurídicos el concepto de refugiado se refiere a las personas que han sido forzadas a dejar un país o territorio y han tenido que “refugiarse” en otros países. A diferencia del desplazado que se ve forzado a irse de un lugar y busca cobijo en otra zona del país, sin cruzar una frontera internacional (1). Ahora bien, esta distinción o matiz conceptual y jurídico se puede ver superada por la dinámica y complejidad de los acontecimientos políticos, que incluso la puede hacer indistinguible.
En el caso palestino, miles de personas provenientes de Jaffa, Haifa, Ramle o Jerusalén pasaron a ser en un primer momento “sólo” desplazados y se reubicaron o concentraron en Gaza y Cisjordania hasta 1967 (Guerra de los Seis Días). Para luego ser expulsados definitivamente de Palestina y llegar como refugiados, principalmente, a Jordania, Líbano o Siria (2). Otros miles, corrieron peor suerte, porque llegaron a ser directamente refugiados como resultado de la instalación del Estado de Israel y de la primera Guerra Árabe Israelí en 1948. Pero esa condición, para otras tantas personas, tampoco ha sido definitiva, como lo que experimentan actualmente los refugiados palestinos que han debido dejar el campamento de Nahr al Bard, o los que vivieron los horrores de Sabra y Shatila en septiembre de 1982.
La experiencia histórica de los refugiados palestinos en estos países es del todo desgarradora. A modo de ejemplo, en Líbano no sólo no se les asegura ningún derecho social o económico, sino también se les percibe como “una amenaza electoral” real o potencial al denominado “equilibrio político libanés” (3). A su vez, no pueden ejercer una lista numerosa de profesiones, entonces el problema sería su existencia propiamente tal, la vida misma. La excusa de los sucesivos gobiernos libaneses para marginar a los palestinos de la sociedad es que Israel debe aceptar el retorno de esos refugiados o compensarlos debidamente. Lo que es cierto, pero no contradictorio, de acuerdo al derecho internacional y a la resolución 194 de Naciones Unidas.
Al menos en el caso palestino, que cuenta a su haber con millones de refugiados y miles de desplazados, el concepto de refugiado resulta al mismo tiempo problemático y paradójico, puesto que refugiado proviene de la palabra refugio, que se asocia a protección, cobijo, etc. Es decir, el concepto refugiado se define por su oposición, por su antónimo, los sin refugio . La realidad que viven la mayoría de los refugiados en el mundo y particularmente los palestinos es precisamente de desesperanza, desprotección y vulnerabilidad (4). Se encuentran literalmente “desnudos y a la intemperie”, son personas propias de ésta época post moderna, “sin certezas o fundamentos”, pero en un sentido “carnal”.
El asunto de los refugiados palestinos es relevante de analizar no sólo porque constituye uno de los ejes centrales en las reivindicaciones palestinas, sino también porque se inserta en un contexto sociopolítico mundial (“lucha contra el terrorismo”) de desfiguración y monstruosidad del “otro-enemigo”, una especie de humanoide, que ya no es un oponente político legítimo como lo fue en la Guerra Fría.
Se trataría más bien de personas que se encuentran al margen de la “ley” y de todo “orden”, en “estado de excepción” permanente (5). Algo próximo u homologable a lo que Michel Foucault denominó en su momento como la categoría de monstruo humano. “La noción de monstruo es esencialmente una noción jurídica -jurídica en el sentido amplio del término, claro está, porque lo que define al monstruo es el hecho de que, en su existencia misma y forma, no sólo es violación de las leyes de la sociedad, sino también de las leyes de la naturaleza…es lo que combina lo imposible y lo prohibido” (6).
El retorno de los refugiados palestinos a sus tierras, se dice, amenazaría la “subsistencia” de Israel como Estado Judío, como si se tratara de un organismo vivo que perdería su “esencia”, vitalidad y poder de “reproducción”. Sin duda, nos encontramos inmersos en un conflicto de carácter biopolítico, en el cual el poder se inscribe y se ejerce sobre los cuerpos mismos de los individuos (7).
La sofisticación y minuciosidad del poder es lo que se encuentra en juego y por tanto, lo decisivamente político es, por de pronto, rastrear esa ideología “apolítica” que se refugia en nombre del “bien”- léase “los demócratas”- para “Luchar contra el mal”, encarnado por gente monstruosa (“militantes”, “insurgentes”,“fundamentalistas” o “rebeldes”) en países como Irak o Palestina, que se han convertido en el último tiempo en grandes “campos de refugiados”, que no son otra cosa que campos de concentración y exterminio sistemático, puesto que se planifica un “tratamiento técnico” para acelerar la fase biológica de la muerte, a través de incursiones militares, atentados y la asfixia total de la vida cotidiana (8), increíblemente acompañado de una retórica política a favor de los derechos humanos.
Cuando en otro momento “crítico” de la historia “lo monstruoso” e impronunciable se vinculaba con “lo judío” y por tanto en su mérito debía ser perseguido, detenido, aislado y extinguido, a través de un “procedimiento quirúrgico” (técnico) propio de la sociedad moderna. A su vez, la actual sociedad moderna y tecnificada, denominada de la (des)información se encuentra en crisis, pero esta “anomalía histórica” se ha hecho crónica e irreversible, más bien pareciera ser parte de su fundamento, átomo del espectáculo terrorífico mismo y eso implicaría, que es irreconciliable con la propia “razón” que se supone sustenta éste proceso histórico. En definitiva si existe algo que se podría denominar “razón”, de eso prescinde precisamente la modernidad. Por el momento, sólo opera la “razón de Estado” y el “tratamiento” de los refugiados no son la excepción.
Notas: 1. Revisar la discusión en http://dicc.hegoa.efaber.net/listar/mostrar/74. 2. En la Guerra de los Seis Días fueron expulsados una cifra cercana a los trescientas mil palestinos. 3. En Líbano existe una especie de democracia consociativa. 4. La mayoría de los refugiados se concentran en zonas fronterizas o en la llamada “tierra de nadie”; entre Irak y Jordania, entre Afganistán y Paquistán, entre Líbano e Israel. Por tanto, son los primeros afectados en guerras como la experimentada entre Hezbollah e Israel en el año 2006. 5. El mejor ejemplo son los presos en Guantánamo, que ni siquiera poseen la condición de prisioneros de guerra. 6. Foucault Michel, Los anormales, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 1999, p.61. 7. Ha sido recurrente la política israelí de privar por largos periodos de agua y luz a los habitantes palestinos de Gaza. Esto es lo que Israel denomina a menudo como represalia. Revisar en http://www.elpais.com/articulo/internacional/Israel/planea/cortar/luz/agua/Gaza/ represalia/ataques/palestinos/elpepuint/20070912elpepiint_2/Tes. 8. “ Cientos de miles de personas han perdido la vida en Irak desde la invasión de EEUU y el país entero sufre de carencias de comida, electricidad y agua. El conflicto en Irak ha producido más refugiados que ningún otro hoy en día y más de la mitad de la población sunita en Bagdad ha sido eliminada en episodios de violencia étnica”. Revisar en http://www.avaaz.org/en/.

La fuente: El autor es licenciado en Ciencia Política, Universidad Arcis. Su artículo fue publicado en la revista Hoja de Ruta.

El búnker nuclear de Jerusalén


ESTARÁ ACABADO EN 2011

 Con la construcción del refugio Israel contaría con dos comandos centrales subterráneos
 ¿Quiénes formarán parte de la selecta lista de personas con derecho a acceso al búnker?



SAL EMERGUI

JERUSALÉN.- Es un secreto discretamente conocido- o en este caso, enterrado- pero de vez en cuando salen pequeñas noticias al respecto. Siempre envueltas en gran misterio y hermetismo oficial. Un silencio para no detallar y revelar lo que es uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de Israel: la construcción en las montañas que rodean Jerusalén de un amplio y moderno búnker que servirá de centro de mando en caso de un ataque nuclear.
Espaciosos túneles que permiten a dos camiones viajar de forma paralela, salas de control, ascensores de emergencia, cuarteles militares, habitaciones y despachos donde serían evacuados el presidente, el primer ministro, el Gobierno en pleno, los altos mandos del Ejército y los miembros de la Knésset (Parlamento).
El complejo subterráneo, que estará acabado en 2011, servirá de protegido escenario para gobernar y tomar las decisiones en los momentos de "emergencia nacional". "No se trata sólo de un ataque nuclear. El búnker está destinado también a situaciones extremas de crisis como un atentado de grandes proporciones, un terremoto o una guerra", explica un experto que ha visitado un lugar cada vez menos secreto.
"Uno camina dentro de él con sorpresa cuando piensa que desde ahí podrían funcionar las oficinas gubernamentales. Sencillamente es un lugar de ciencia ficción", reconoce al diario local Yediot Ajaronot una personalidad que ha recorrido parte de este proyecto valorado en más de 200 millones de euros.
La censura militar no permite revelar datos como la profundidad y longitud del refugio que tendrá dos entradas. Una de ellas se encontrará en el nuevo Complejo del Gobierno, en Jerusalén. Es decir, apretando tan solo un botón, el primer ministro y los principales líderes podrán descender de forma segura y directa al refugio y manejar los acontecimientos en momentos de máxima incertidumbre.
En la actualidad, el único búnker conocido que cuenta la cúpula militar israelí se encuentra debajo de la Kiriah de Tel Aviv, donde se levanta el Ministerio de Defensa. Varias modernas salas de control que centralizan todos los brazos y ojos de los organismos de seguridad. Las pantallas planas dominan el centro de mando.
El Estado Mayor del Ejército pasó la mayor parte de la última guerra del Líbano, en este centro del que todos hablan pero pocos han visitado. Con la construcción del refugio en Jerusalén, Israel contaría con dos comandos centrales subterráneos, conectados pero independientes y sobre todo a salvo de todo tipo de bombas y amenazas químicas o biológicas.
Sólo trabajadores israelíes
Aludiendo "estrictas medidas de seguridad", en este proyecto solo trabajan obreros israelíes judíos que tras pasar un exhaustivo interrogatorio han sido contratados para una obra asumida conjuntamente por cuatro constructoras con prestigio mundial.
Por muy protegido y espectacular que planea ser, este refugio no se ha librado de la lucha de varias organizaciones ecológicas israelíes que temen que su ubicación debajo de las montañas colindantes con la ciudad santa "provoquen un gran daño al medioambiente".
Hace unos meses, pidieron al Ministerio de Defensa que les permitiera hacer un recorrido en el lugar para "verificar que las obras se hacen según las normas de construcción y sin perjudicar al medioambiente". La respuesta oficial de las autoridades fue la prevista: "No es posible por motivos de seguridad".
Como suele ocurrir en Israel cada vez que se inicia o revela un proyecto, la polémica aparece. Analistas se preguntan: ¿Cómo es que el Estado tiene dinero para proteger a sus líderes y no para blindar los colegios en la modesta ciudad de Sderot ante los cohetes Kassam lanzados desde Gaza? ¿Quiénes formarán parte de la selecta lista de personas con derecho a acceso al búnker en momentos de "vida o muerte"? ¿Quién elabora esta lista? ¿Los familiares de los dirigentes están incluidos o no? Muchas preguntas enterradas de momento como el refugio de Jerusalén.
En una caricatura se veía a un risueño Ehud Olmert (primer ministro) con una hoja y pluma en la mano, conversando con su mujer: "Alisa, no sé si meter a Bibi en la lista de invitados", en alusión a la inclusión en el búnker o "arca de Noé" de su máximo rival interno y líder de la oposición, Beniamin Netanyahu.
Yediot Ajaronot es uno de los pocos medios que ha dado información al respecto. Sus revelaciones –imposibles sin el directo o indirecto beneplácito de los organismos de seguridad- no son casuales y se enmarcan en la guerra psicológica en torno al proyecto nuclear de Irán y las afirmaciones del presidente Mahmoud Ahmadineyad a favor de "borrar del mapa al Estado sionista". Por si hubiera alguna duda, la noticia sobre la construcción de este búnker compartía página con el anuncio iraní de su primera "bomba inteligente".