04 mayo 2011

PIDIÓ EL CESE DE LA DISCRIMINACIÓN EN EL PARTIDO COMUNISTA Y LA AUTORIZACIÓN DE LAS UNIONES DE HOMOSEXUALES

RECLAMOS. LA SEXÓLOGA PIDIÓ EL CESE DE LA DISCRIMINACIÓN EN EL PARTIDO COMUNISTA Y LA AUTORIZACIÓN DE LAS UNIONES DE HOMOSEXUALES

 

La hija de Raúl Castro espera avances  en derechos gay con cambios en Cuba

 

La sexóloga Mariela Castro abogó ayer martes por que los cambios que lidera en Cuba su padre, el presidente Raúl Castro, logren avances en los derechos de los homosexuales, como la autorización de las uniones gay y el cese de la discriminación en el Partido Comunista (PCC).

La Habana | AFP

 La hija del presidente cubano sostuvo que habrá cambios en la isla.


Mariela Castro precisó que tras el VI Congreso del gobernante PCC (único), celebrado en abril, sostiene reuniones con el departamento ideológico para contar con apoyo a la campaña contra la homofobia y conseguir que se establezca como norma el fin de la marginación en sus filas.
"Hay espacio, lo hemos dialogado. Nos solicitaron presentar por escrito todos los elementos que le den al Partido los argumentos ante los militantes" para eliminar "todo lo que sea expresión de discriminación homofóbica en el seno" de la agrupación, expresó.
La hija del gobernante, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), explicó que en el Parlamento está a la espera desde hace unos tres años un proyecto de reformas al Código de Familia, que incluye las uniones gay.
"Esto está en punta pero todavía no sale, no acaba de cuajar, podría ser en 2011 o 2012. Se mueve pero la decisión todavía no nos llega", afirmó Mariela, al anunciar a la prensa una intensa jornada contra la homofobia, que abarca casi todo este mes.
La sexóloga dijo esperar que no se "siga demorando la decisión". "Las cosas van cambiando, parece que no, pero sí. El apoyo que estamos teniendo en el PCC, su orientación de que hay que atender esta problemática, nos da una pista de que algo se va a mover muy rápidamente" en este momento "complejo" del "proceso de cambios", apuntó.
Añadió que mientras tanto se estudian experiencias en lugares como la capital mexicana o Argentina, donde recientemente se aprobaron los matrimonios gay y se avanza en la formación de jueces, policías y militares para evitar tratos discriminatorios. "Poco a poco van cediendo. Vamos avanzando, persistiendo, y vamos a lograr cosas mejores de lo que ya hemos hecho", expresó

 

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El tenebroso Evangelio del combate al terrorismo, según san Obama (LA REPÚBLICA)


Por Gonzalo Perera  Matemático

Los atentados del 11 de setiembre perpetrados contra el World Trade Center fueron un acto criminal y cobarde, en que murieron civiles indefensos, tanto pasajeros y tripulantes de los aviones como trabajadores de las torres gemelas, en casi todos los casos con muy poco o nada que ver con las políticas imperiales. Y si bien es cierto que el total de víctimas del 11-S equivale a una pequeña proporción de los civiles vietnamitas quemados con napalm durante la guerra de Vietnam, tampoco el horror es cuestión meramente aritmética.
Ante la reciente eliminación de Bin Laden por parte de un operativo comando de la CIA, que contó con la cooperación del gobierno pakistaní, todos los grandes medios internacionales y sus repetidoras insistirán ad nauseam sobre la maldad del difunto y sobre el heroísmo y eficiencia de la acción que terminara con su vida. Y Hollywood ya debe estar planificando al menos una infantil superproducción sobre este operativo realizado en Abottabad, a 80 kilómetros de Islamabad y en el norte de Pakistán, con la habitual cuota de maniqueísmo "héroes-villanos" que caracteriza el razonamiento binario de los grandes estudios. La muerte de Bin Laden seguramente signifique además la reelección de Obama en los EEUU, pues el electorado americano es muy sensible a este tipo de operativos y a la épica hollywoodense. Y se percibe en los EEUU un clima de euforia "patriótica" que se instalará por un buen tiempo.
Bin Laden era un temible terrorista y sus actos completamente condenables. Bien. No se discute. Pero revisemos las conductas de los "héroes impolutos" que lo ultimaran:
1. El pasado 27 de abril falleció Orlando Bosch Avila, nacido en Cuba en 1926, feroz antirrevolucionario. Sirvió al servicio de la CIA, fue líder de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), institución que llegó a ser definida por el FBI, como "el paraguas de una organización terrorista anticastrista". El mismo Bosch fue definido por el ex fiscal general de los EEUU Dick Thornburgh como un "terrorista no arrepentido". Entre sus "gracias", prestó servicios durante el "Plan Cóndor" en el cono sur, fue coautor ( junto al agente de la CIA nacido en Cuba Luis Clemente Faustino Posada Carriles), del atentado terrorista contra el vuelo 455 de Cubana de Aviación del 6 de octubre de 1976, cobrando 73 vidas inocentes. Colaboró en el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington DC. Ayudó a su compadre Posada Carriles en numerosos operativos terroristas en suelo cubano, entre los cuales los atentados con bombas a hoteles e instalaciones turísticas de La Habana de 1997 que costaran la vida al joven turista italiano Fabio Di Celmo. Respecto al cual Posada Carriles mostró su capacidad de compasión afirmando: "Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado". Menciono estos atentados a mero título de ejemplo. El prontuario de Posada Carriles u Orlando Bosch en materia terrorista ameritaría de por sí varias notas. Hace un mes Posada Carriles fue exonerado de todo cargo por la Justicia de los EEUU, que lo estaba juzgando por (no se ría, que no es chiste): mentir ante el departamento de migraciones. Pero ni siquiera de eso es culpable, para la "gran democracia del norte", por lo cual hoy, como durante muchos años, Posada Carriles se pasea por Miami comiendo pastelitos de guayaba, sonriendo orgulloso ante quien recuerda sus "hazañas" , gozando de una evidente protección de parte del gobierno estadounidense. Las distintas "hazañas" de Posadas Carriles, Bosch y compañía, en número de muertes acaecidas en suelo cubano, superan las ocurridas por el atentado a las torres gemelas. Pero como dije antes, tampoco es cuestión de números.
Toda esta información querido lector, le pido que no me la crea, sino que la verifique por usted mismo en el Nacional Security Archive de la George Washington University, de Washington DC, universidad completamente insospechable de comunismo o sesgo antiyanqui: al conocerse la muerte de Bin Laden sus estudiantes salieron en masa a festejar ante la Casa Blanca, envueltos en la "stars and stripes". Usted puede acceder a esta información en el sitio http://www.gwu.edu/~nsarchiv/.
Me permito formular las siguientes preguntas:
a) ¿Cuántas notas ha visto/leído Ud. sobre la muerte y prontuario de Orlando Bosch?
b) ¿Y cuántas sobre "las hazañas" y la alevosa protección, violatoria de los más elementales principios del derecho, de la que ha gozado Luis Posada Carriles por parte del gobierno de los EEUU?
c) ¿Es o no es Posada Carriles un terrorista? ¿Era o no era un terrorista Orlando Bosch?
d) ¿ Por qué no merecieron similar suerte que Bin Laden?
2. Augusto Pinochet comandó la dictadura militar más sangrienta del Cono Sur y ejerció de manera salvaje e implacable el terrorismo de Estado puro y duro. Creo que es innecesario abundar al respecto. Las víctimas mortales de Pinochet al menos duplican las de las torres gemelas, aunque, una vez más, no es cuestión de números.
Es inevitable preguntar:
a) ¿Por que la CIA no envió un equipo de comandos especializados- como lo hiciera con Bin Laden- para actuar de igual modo con Pinochet y terminar con el calvario chileno?
b) ¿Por qué- muy por el contrario- los EEUU y particularmente la CIA no sólo colaboraron con el golpe de Pinochet, sino que le protegieron y asistieron hasta el final de sus días?
3. El Estado de Turquía asesinó, entre 1915 y 1923 a un millón y medio de armenios, en uno de los mayores genocidios de la historia. Las víctimas del terrorismo de Estado turco son unas quinientas veces las de las torres gemelas y siguen generándose hasta el día de hoy, puesto que al amparo del artículo 301 del código penal turco, la sola mención al genocidio armenio es causa de hasta tres años de prisión y de amenazas y presiones de grupos paramilitares, como los que asesinaron al periodista Hrant Dink el 19 de enero del 2007.
Imposible no preguntarse:
a) ¿Por qué razón los Estados Unidos no reconocen el genocidio armenio perpetrado por el Estado turco?
b) ¿Qué clase de moral ampara a los senadores estadounidenses que, según consta reiteradamente en actas del congreso, han tenido expresiones del tenor de que el problema no es la historia ni los derechos humanos en Turquía, sino que "EEUU no puede abandonar a su fiel aliado Turquía" (sic).
c) ¿Por qué motivo los EEUU, tan atentos a la libertad de expresión, no exigen al gobierno turco la supresión del artículo 301 de su código penal y la realización de una seria y completa investigación sobre los responsables del martirio del periodista Hrant Dink?
d) ¿Por qué no envía comandos a terminar con los grupos paramilitares y terroristas de ultraderecha que operan en suelo turco?
Bin Laden ha muerto y el mundo no parece tener nada que lamentar por ello. Pero sus ejecutores no son patrón de referencia para la moralidad y defensa de las libertades, ni mucho menos para el combate al terrorismo, al que persiguen o protegen como quieren y cuando quieren, según convenga a los sacrosantos "intereses americanos" (léase grandes corporaciones). Que no se intente investir a Obama con el manto de santo, que no le queda justo, ni aunque lo sujete con la estatuilla del insólito Premio Nobel de la Paz que se le regalara.
Porque en todo caso y si así fuera, la suerte de "Evangelio según san Obama", que parece medir la moralidad y guiar el combate de los EEUU al terrorismo, ni siquiera es confuso o contradictorio. Es, lisa y llanamente, repugnante y tenebroso.