30 diciembre 2009

HOLA, JORGE, ¿CÓMO ESTÁS? Jorge Di Pascuale


Silenciado por el establishment del 1976-1983, Jorge Di Pacuale fue un abnegado militante de la causa popular, Tan abnegado y tan militante, con la cabeza bien puesta sobre los hombros y distanciado ideológicamente de los "legalistas o revolucionarios de café", como de los partidarios de la violencia a ultranza ( la mayoría del pueblo trabajador no apoyaba esa línea táctica de élite). Era un hombre modesto; nos conocimos en reuniones que efectuamos en el local del Sindicato de Farmacia, y luego, ya en conversaciones con dirigentes de Peronismo de Base en los que a veces participaba de refilón. La figura y el trato dispensado por Jorge Di Pascuale en nuestras conversacione, es inolvidable.
Jamás me gustó presumir de "alto dirigente" pero respetaba draconianamente las normas de seguridad y los férreos principios de la clandestinidad. Jorge actuaba de cara al sol porque no tenía otra, por eso la represión se ensañó con él. Mi carrera política en la Argentina se acabó con mi detención el 1º de noviembre de 1974, más un año en Devoto y Resistencia junto a centenares de compañeros de todas las tendencias. Finalmente, el exilio, pero el recuerdo de Di Pascuale hizo posible la lucha en todos los niveles y su imagen ha quedado en la memoria como uno de los combatientes más claros de la lucha popular. Por eso lo recordamos y admiramos. Sólo el establishment acodado en el 76/83 y la burocracia lo ignoran.
Andrés Aldao

HOLA, JORGE, ¿CÓMO ESTÁS?

Por Manuel Justo Gaggero *

Al enterarme, los otros días, de que habían encontrado tus restos luego de que pasaran 33 años de aquel fatídico 29 de diciembre de 1976, en que te secuestró un “grupo de tareas” de la dictadura militar, sentí una profunda congoja y angustia, pensé que sería oportuno recordar los buenos momentos que pasamos en aquellos turbulentos años de las décadas del ’60 y del ’70, cuando pensamos que estábamos al borde de alcanzar el “cielo con las manos” y que la revolución era un “sueño eterno” pero posible.


Te conocí en 1962, en Paraná, cuando llegaste con varios dirigentes de las 62 Organizaciones para lanzar una campaña nacional por la libertad de los presos Conintes entre los que estaba el mítico Sebastián Borro, que había dirigido la huelga en el Frigorífico Lisandro de la Torre y la insurrección popular que la acompañó en el barrio de Barracas. Luego, dos años mas tarde, nos vimos en la casa de John William Cooke.


Me impresionaron tu firmeza, tu bonhomía y la seguridad que trasmitías cuando hablabas. Alicia Eguren, la compañera de John, me dijo en esa oportunidad, cuando vos ya te habías ido, que eras “el mejor exponente del sindicalismo combativo peronista”.


Seguimos viéndonos en diferentes oportunidades en ese verdadero reducto de la militancia en que habías transformado junto con los compañeros de Farmacia la sede de la calle Rincón donde este 29 de diciembre de 2009 te dieron el último adiós.


Con gran amplitud, entendiendo la diversidad y fomentando la unidad y el respeto a las diferencias, allí te encontrabas con militantes de la nueva izquierda como el Vasco Bengochea; de la Juventud Peronista como los recordados Eduardo Salvide, Envar El Kadre e intelectuales de la talla de Daniel Open y Alberto Carri.
Al constituirse la CGT de los Argentinos, tu sindicato fue un puntal para impulsar el Bloque de Agrupaciones Peronistas de Apoyo a dicha central. Con esta propuesta viajaste a Paraná, con los dos Alfredos –Carballeda y Ferraressi–, organizando el Bloque en toda la provincia. Luego vino el Cordobazo, tu encarcelamiento, tu libertad, mi paso por Caseros, Trelew, el triunfo de Cámpora, aquel inolvidable 25 de mayo del ’73 en que junto con miles de compatriotas hicimos el trayecto desde la Plaza de Mayo hasta la cárcel de Devoto para exigir la libertad de los presos del campo popular.
La idea de editar un diario te pareció un desafío interesante y junto a otros amigos y compañeros conformaste el Consejo Editorial del diario El Mundo, desde donde batallamos contra la derecha lopezreguista, denunciamos a la burocracia sindical de los Lorenzo Miguel y Cía. y cuestionábamos las medidas que en nada respondían a los enunciados en la campaña electoral por el General Perón.


La denuncia falsa de que había un supuesto complot para asesinar al presidente ejecutado por Julio Troxler, Envar El Kadre y Carlos Caride determinó que iniciáramos una fuerte campaña desde el diario para demostrar la falsedad de la imputación.


Nos reunimos, ¿te acordás?, con Bernardo Alberte –El Mayor–, en uno de los Pipos y programamos toda la actividad a desarrollar para destruir este nuevo intento de la derecha que ya había organizado la Triple A para asesinar a los militantes combativos.
En esos días, y hasta la clausura del diario, nos vimos casi diariamente, compartíamos largas charlas en las que no sólo abordábamos los temas políticos sino también la vida personal, el futuro de los hijos y las perspectivas.
En la soledad en que me encontraba –mi familia seguía viviendo en Paraná, y yo estaba en la Gran Ciudad– fuiste una gran compañía, siempre de buen humor y con la seguridad de que recorríamos el camino correcto.
Después del intento de copamiento por parte del ERP del Regimiento de Azul, acción que criticaste sin sumarte al coro de los que hablaban de provocación, o de agentes de la CIA, ofreciste tu casa para celebrar un encuentro con un compañero del Buró del PRT y un compañero de la dirección de las Fuerza Armadas Peronistas a los efectos de tratar una posible negociación con el gobierno de Isabel Perón para lograr la liberación del coronel Igarzábal, que había sido tomado prisionero por el ERP.
Estuvieron Benito Urteaga por el PRT Y José Osvaldo Villaflor por las FAP, las condiciones que ponía la organización guerrillera para liberar al militar encarcelado eran la libertad de los presos políticos, la derogación de la legislación represiva, la investigación de las bandas paraestatales –Triple A, Comando Libertadores de América– y la libre organización y actividad de las comisiones internas de fábricas. El PRT-ERP ofrecía, además, discutir una posible tregua en determinadas condiciones.
Vos hiciste todo lo posible para que la reunión tuviera alguna posibilidad de concretarse o asegurar un clima diferente en el país. Los compañeros de la FAP trasmitirían la propuesta al ministro de Justicia Antonio Benítez con el que mantenían un diálogo fluido. Lamentablemente el intento fracasó. Nos vimos por última vez días antes de que te fueras a Venezuela, yo estaba clandestino y traté de no crearte problema alguno, por lo que la reunión la organizaron varios compañeros garantizando todas las condiciones de seguridad.
Coincidimos en el carácter que tenía la ofensiva militar. Te insistí en que te quedaras en el exterior, pero finalmente el compromiso que sentías con los que habían quedado hizo que regresaras y fueras secuestrado aquel 29 de diciembre.
Será difícil olvidarte y estoy seguro de que, si estuvieras hoy aquí, estarías apoyando firmemente las luchas que libran los trabajadores contra el “sindicalismo de negocios”. Hasta siempre, Flaco, ya sos parte de la historia que escriben los que luchan y mueren por una sociedad más justa y un mundo mejor.


* Abogado, ex director del diario El Mundo.

26 diciembre 2009

Mensaje de las Abuelas de Códoba

QUE APAREZCAN LOS HIJOS ROBADOS A SUS MADRES
ENJUICIAR A LOS ASESINOS DE TRIPLE A Y
 DEL PROCESO

21 diciembre 2009

Homenaje a los miembros del ERP asesinados en Monte Chingolo

Homenaje a los miembros del ERP asesinados en Monte Chingolo

Una escultura por la memoria
Mañana, en el cementerio de Avellaneda, se descubrirá un friso realizado por Enrique Azcárate para recordar a los militantes torturados y desaparecidos en 1975, tras el intento de copamiento del Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno.
Por Julián Bruschtein
“Fueron personas comunes que dieron su vida por la lucha de los pueblos”, dijo el escultor Azcárate.
Al conmemorarse un nuevo aniversario del enfrentamiento en Monte Chingolo entre la guerrilla del ERP y el Ejército se inaugurará en el cementerio de Avellaneda una escultura que recuerda a los desaparecidos que fueron enterrados allí. “Intentamos mostrar que eran personas comunes de gran nobleza y desprendimiento”, señaló Enrique Azcárate, autor de la obra. El emplazamiento de la obra es la culminación del emprendimiento de los familiares para que el lugar sea reconocido y resguardado oficialmente. “Ahora podemos hacer este acto, pero hubo momentos en que para los familiares era peligroso acercarse hasta el lugar”, contó Alicia Delfino, uno de los familiares organizadores.
“Intentamos que la obra estuviera a la altura moral de las personas que están reflejadas allí. Personas comunes que dieron su vida por la lucha de los pueblos”, aseguró a Página/12 el escultor Enrique Azcárate. El artista inaugurará mañana, a las 10.30, junto a familiares, amigos y compañeros, un friso de dos metros de ancho por tres de alto en el cementerio de Avellaneda en homenaje a los militantes torturados, fusilados y desaparecidos luego de participar en 1975 en el intento de copamiento al Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno, en Monte Chingolo, límite del partido de Lanús.
“Son catorce figuras con banderas y pancartas. Cuatro están en primer plano y avanzan erguidas de frente –explicó el artista sobre el contenido y la simbología de la escultura–. Casi todos tienen los puños cerrados y armas para señalar ese momento, la determinación de cumplir con una idea.” Azcárate tiene 75 años y se ofreció voluntariamente para realizar la obra. Es el presidente de la Asociación de Argentina de Artistas Escultores y sus obras se encuentran en plazas y lugares públicos de la zona sur del conurbano bonaerense, como la del Indio Kilme, ubicado en la localidad ribereña de Quilmes, y otra dedicada al Maestro en Avellaneda, o al Amigo, en la plaza Villa de los Industriales, en Lanús.
El 23 de diciembre de 1975, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) se lanzó sobre el destacamento Domingo Viejobueno. Pero la organización guerrillera había sido infiltrada por las Fuerzas Armadas que consiguieron que el delator Jesús “el Oso” Ranier trabajara para ellos. Al llegar al destacamento, los militares los estaban esperando y fueron reducidos rápidamente, replegándose en los barrios de los alrededores. Además de los muertos, en el enfrentamiento el Ejército rastrilló la zona apresando a algunos que posteriormente fueron torturados y fusilados. Casi todos –49 según informes militares revelados en 2006, aunque se sabe que faltan nombres en el listado– fueron enterrados en tumbas NN en el cementerio de Avellaneda. Antes les cercenaron las manos y las guardaron en frascos de formol para su identificación.
De allí que los familiares de los desaparecidos, fusilados y caídos en combate en el enfrentamiento se reunían en el cementerio de Avellaneda cada año al cumplirse un nuevo aniversario. “A partir de 2005 intentamos hacer las cosas de manera más organizada y en 2006 logramos que el Concejo Deliberante de Avellaneda emitiera una ordenanza para preservar el espacio y poder inhumar los restos” que se fueron identificando, dijo Alicia Delfino, hermana de Eduardo Delfino, uno de los sepultados en la tumba NN. “Ese mismo año, Laura Bonaparte –Madre de Plaza de Mayo con una hija allí– propuso hacer un mural en el lugar y así llegamos hasta acá”, recordó Delfino. En el medio, el empuje de los familiares logró que se pusiera en el lugar una placa con los nombres de algunos de los desaparecidos y se delimitara la zona. Además, la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense la declaró patrimonio de la provincia.
“Se concretaron ahí, aun bajo el gobierno constitucional, todas las atrocidades y crímenes de lesa humanidad que vinieron después –dijo Delfino, en alusión a que todavía se encontraba María Estela Martínez de Perón en la presidencia–. Históricamente es fundamental que se dé a la luz la verdad.”

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14 diciembre 2009

Kadish al partido Avodá

Kadish al partido Avodá



Durante los últimos 9 años el partido Avodá prefirió tirar por la borda todos sus principios políticos e ideológicos y se plegó a gobiernos de coalición liderados por el Likud o Kadima convirtiéndose en la práctica en careta y disfraz de proyectos totalmente ajenos a su plataforma.


Por Daniel Kupervaser


Con profundo dolor y gran pena, el pueblo de Israel debe reconocer que el legendario y célebre partido Avodá (laborismo) dejó de existir y en estos días el cortejo lo conduce a su sepultura definitiva en el cementerio de la historia. El desenlace no fue repentino ni imprevisto, sino el resultado de arrastrar un prolongado estado enfermizo y el sufrimiento de una dolorosa agonía.
De nada le valieron los gloriosos años de heroicas epopeyas en la gestación y desarrollo de un Estado de Israel basado en la igualdad de oportunidades para toda su población y con una visión conciliatoria de igual a igual en el marco regional. Tampoco el marco ideológico le ayudó a protegerse con los necesarios anticuerpos ante los feroces ataques de las bacterias que causan simpatía a conquista territorial y hacen proliferar las ambiciones personales de sus líderes.
La preferencia de los mullidos sillones ministeriales por delante de los proclamados principios de una social democracia clásica no fueron más que actos de infamia de sus dos prominentes líderes de los recientes años: Shimon Peres y Ehud Barak. Durante los últimos 9 años el partido Avodá prefirió tirar por la borda todos sus principios políticos e ideológicos y se plegó a gobiernos de coalición liderados por el Likud o Kadima convirtiéndose en la práctica en careta y disfraz de proyectos totalmente ajenos a su plataforma. ¿Cuánto tiempo se puede mentir groseramente afirmando que es preferible influir dentro del gobierno que en la oposición?
“Los asentamientos son una parte inseparable del Estado de Israel”, afirmó Barak, para agregar posteriormente:”Los bloques de asentamientos son una parte inseparable de Israel en todas las negociaciones futuras con los palestinos. El valle del Jordán y el Mar Muerto son regiones muy queridas por mi corazón”. Con estas declaraciones tan típicas del Likud y todos los grupos extremos que promueven la colonización creciente de los territorios conquistados en 1967, muy bien obra la historia haciendo desaparecer del mapa político al partido Avodá. Tampoco representantes del partido en la diáspora estuvieron exentos de esta epidemia política. Recientemente se expresaron rechazando enérgica y totalmente el Informe Goldstone de la comisión de la ONU que investigó el último operativo Plomo Fundido liderado por el ministro de Defensa, Ehud Barak. ¿Con qué derecho puede seguir existiendo el partido Avodá con pretensiones de liderazgo de la izquierda israelí, cuando hay prominentes líderes, justamente de la derecha israelí, que reclaman que en ciertas acciones del ataque a Gaza hay sospechas de haberse cometido atrocidades y deben ser investigadas?


El darwinismo político se encargó de la extinción de esa especie que dispone de líderes que utilizan el mimetismo para anidarse en las sillas ministeriales en vez de luchar por la pureza, multiplicación y afinidad del grupo, incluso si le toca pasar largos y muy duros periodos invernales en la oposición.






Israel perdió, quien sabe por cuánto tiempo, el elemento básico de una democracia: el continuo conflicto entre la coalición y la oposición y la permanente existencia de una alternativa gubernamental. Ya no hay opciones. En Israel se escucha solo el unísono coro de Netanyahu, Barak e increíblemente de Tzipi Livni, líder de Kadima, que teóricamente está en la oposición de izquierda (insólitamente declaró que el plan de congelamiento de la construcción de Netanyahu es dañino para Israel por ser demasiado amplio). Ya no se habla de convivir pacíficamente, de concesiones mutuas, de conocimiento recíproco. Solo se escuchan amenazas de uso de la fuerza, la destrucción, la imposición, la conquista territorial, la discriminación, todos caminos que finalmente nos llevan al fracaso como fue la segunda guerra del Líbano, el operativo Plomo Fundido y también, aparentemente, la rendición ante la mayoría de las exigencias de Hamas para la liberación del soldado Shalit.


Muchos nos hemos quedado políticamente huérfanos, aunque pensando bien, es probable que sea preferible caminar desamparado por la vida política que bajo la protección de un padre desleal, violento y sometido a grupos extremos.






Pareciera que el unipartidismo reinará por muchos años en Israel.






Ojalá me equivoque.










Notas: Kadish es la plegaria judía que se pronuncia como parte del sepelio, generalmente de boca del hijo al lado de la tumba del fallecido padre o madre.


La fuente: Daniel Kupervaser es editor del blog Ojalá me equivoque, dedicado a la discusión de los temas centrales de la sociedad israelí. Enlaces Relacionados

ANÁPOLIS: FAHRENHEIT 451

ANÁPOLIS: FAHRENHEIT 451



Las perspectivas de la reunión de palestinos e israelíes es prácticamente nula. No importa el pedazo de papel sobre el que firmen los presentes en la reunión: israel no va a rubricar un acuerdo por el cual deberá devolver parte de jerusalem, permitir el retorno de los refugiados, desarmar las colonias levantadas en judea y samaria y luego se cruzará de brazos, sonriente y satisfecha con su conducta de samaritana del medio oriente. Si cerolmert firmara un acuerdo de este tipo, no podría regresar a israel.


Y si abu mazen firmase un papel sin incluir las exigencias del pueblo palestino como base liminar,si reconociese al estado de israel como "estado judío", cosa que no es ni será jamás", ya desde anápolis debería buscar refugio en la cochinchina o en el centro de la tierra.


Hay que convencerse: anápolis equivale a fahrenheit 451 (andrés aldao)



10 diciembre 2009

Alberto Vanasco - ROBERTO ARLT Y SU ÉPOCA


INTRODUCCIÓN A LOS LANZALLAMAS

por Alberto Vanasco

Esta introducción es prácticamente inhallable. Un trabajo de búsqueda, escaneo, corrección precisa y finalmente el texto original completo, es lo que ofrecemos a los lectores de Los Grandes Literatos Rioplatenses, El resultado compensa el trabajo de preso... A "disfrutarlo" . Andrés Aldao


ROBERTO ARLT Y SU ÉPOCA

Roberto Arlt pertenece a una generación de escritores latinoamericanos que, nacidos hacia las postrimerías del siglo XIX, empiezan a realizar, en la tercera década de este siglo, una literatura atenta a la realidad social y f ísica de América del Sur. Los novelistas de esta generación que sobresalen son: José Eustasio Rivera (1889-1928). quien publica en 1925 “La Vorágine”, en la que describe la vida y el paisaje de los llanos del Orinoco y de la selva del Amazonas; Ricardo Güiraldes (1886-1927), que en 1926 da a conocer “Don Segundo Sombra”, donde relata las vicisitudes existenciales de un gaucho de la pampa argentina; Rómulo Gallegos (1884-1969), que en “Doña Bárara” (1929) narra la vida en las sábanas venezolanas; Jorge Icaza (1906), quien denuncia en “Huasipungo” (1934) las formas de explotación de los indios en la meseta ecua¬toriana. Y Roberto Ant, nacido en 1900, que es entre todos ellos el que ha de novelar el drama urbano de América latina.No es casual que el escritor de los conflictos ciudadanos sea un habitante de Buenos Aires, ciudad que no sólo es la más extensa y populosa de Sudamérica sino que por sus características culturales y económicas constituye un orbe aislado y autónomo. Ubicada en la desembocadura de dos grandes ríos, cuyas cuencas abarcan una tercera parte del continente, Buenos Aires es una ciudad que tiene su propia música, que es el tango, un dialecto particular, que es el lunfardo, y hasta un medio público de transporte original, que es el colectivo. Y este cosmos se divide además en territorios menores, cada uno con su personalidad y carácter, que son sus cien barrios.Al borde de la tierra, fija sus ojos en Europa, y levantada junto al río, con diques, vías de ferrocarril y factorías, se aisla del agua. En resumen, una isla, un universo estanco sin paisajes ni playas. La vida nocturna y el fútbol acaparan sus emociones,En esta ciudad nació y vivió Roberto Arlt. quien, además, congregaba en su personalidad los principales conflictos sociales y culturales de un hombre de su tiempo, era hijo de inmigrantes y procedía de la pequeña hurguesía, la cual, debido al acelerado movimiento de clases que cxperimentó la sociedad argentina a principios de siglo, debió soportar agudos problemas sociales, culturales y económicos, que son los que en última instancia reflejan las novelas de Arlt.Su padre se llamaba Karl Arlt y había nacido en Poznan, una ciudad disputada por austríacos y polacos. Su madre, Catharine Iobstraibitzer, era oriunda de Trieste, encrucijada también de idiomas y nacionalidades. El padre, por lo tanto, hablaba alemán, y la madre, italiano. El matrimonio tuvo primero una hija, cuyo nombre fue Luisa. Luego nació Roberto, el 2 de abril de 1900, a quien le adjudicaron, además, los nombres de Godofredo Christophersen. Lecturas caóticas y ávidas, provenientes en su mayor parte de las ediciones baratas y bastardas de la época, junto a momentáneos trabajos en los menesteres más diversos, fueron sentando las bases de su destino de escritor A esto se sumó, como sublimante, una desastrosa relación con los padres. Y asimismo una primera frustración al no poder ingresar en la Escuela de Mecánica de la Armada. A partir de este momento su vocación se vuelca definitivamente hacia la literatura.A los 16 años, cuando publica su primera colaboración en La Revista Popular, que dirige don Juan José de Soiza Reilly, se siente ya consagrado y señalado. A los veinte da a la imprenta su primera tentativa novelística, “El Diario de un Morfinómano”, que no reconoció luego en su bibliografía. Al año siguiente hace un viaje a Córdoba por motivos de trabajo y conoce allí a Carmen Antinucci, con quien se casa en 1922. Su hija Mirta Electra nace en Cosquín, centro importante de residentes tuberculosos, donde deben establecerse por algún tiempo. Arlt no tuvo conocimiento hasta después de casados de la enfermedad de su mujer, y‘ este embuste familiar es otro de los graves factores que contribuirán a acentuar la acrimonia de su carácter. En esos años escribe “El Juguete Rabioso”, su primera obra de importancia, editada en 1926, donde transmuta casi todos los episodios significativos de su existencia hasta ese momento,En Buenos Aires, a la sazón, se lleva a cabo una renovación literaria que es motivada por la declinación del modernismo. Este nuevo florecimiento de la actividad poética y novelística se manifiesta a través de dos vertientes: el grupo denominado de Florida, como alusión a la calle céntrica en torno a la cual actuaba, y cuyas coordenadas creadoras eran la estética y la expresión individual; y el de Boedo, por el barrio suburbano en que residía la mayor parte de sus animadores, y que se caracterizaba por su predilección por los temas sociales y realistas, y las formas populares de expresión. Cada uno de estos grupos desatendía, desde luego, lo que el otro más cuidaba.Roberto ArIt fue reconocido y favorecido, curiosamente, por los participantcs de ambas tendencias, y gozó de la amistad de los más destacados entre ellos. En el grupo de Boedo, de Elías Castelnuovo, Roberto Mariani y Leónidas Barletta. En el de Florida, de Ricardo Güiraldes, Carlos Mastronardi, Conrado Nalé Roxló y Córdoba Iturburu. Es en la revista Proa, en cuya dirección se encuentra precisamente Ricardo Guiraldes junto a Pablo Rojas Paz, Brandán Caraffa y Jorge Luis Borges, donde se publican los primeros capítulos de “El Juguete Rabioso”. Empieza por ese entonces a trabajar como cronista policial en el diario Crítica, el vespertino más popular de Buenos Aires, y esa práctica periodística le ha de deparar tanto el arsenal fabuloso de caracteres y peripecias de la fauna urbana que volcará en sus novelas, como el vocabulario heterogéneo y pintoresco de su lenguaje narrativo.
Pero es en la Editorial Haynes, que publica el matutino El Mundo, donde Roberto Arlt adquirirá popularidad como periodista, con una notoriedad que en vida nunca le darían sus libros. Fue llevado a la Editorial Haynes por Conrado Nalé Roxlo, que dirigía en dicha casa la revista Don Goyo. Pasó casi en seguida a integrar el equipo de redacción del diario El Mundo, y el director, Carlos Muzio, le encargó una serie de notas firmadas, sus famosas “Aguafuertes”, que pronto le darían reputación de columnista original y espontáneo No eran pocos los que se suscribían al diario sólo para leer sus notasEsos fueron los años de plenitud y realización para Roberto Arlt. Tenía 28 años, no pasaba apremios económicos, el trabajo que hacia le entusiasmaba y se sentia lleno de fuerzas, de inspiración, de confianza Se pone entonces a trabajar, ahora sí, en una novela en serio, corno las de los maestros que admiraba, con plan, trama, acción y mensaje. La escribe de un solo impulso, sin releer ni corregir los originales, que prácticamente va entregando a la imprenta a medida que los mecanografía. pero avanza en su redacción con seguridad y exactilud, como si ya tuviera pensadas cada una de las situaciones o frases con que las describiría, como “si Dios o el Diablo estuvieran junto a uno dictándole inefables palabras”, según diría después en el prólogo de Los Lanzallamas.La primera parte de la novela aparece en 1929 coni el título de Los Siete Locos. El libro consigue atraer la atención de otros escritores como así también de muchos lectores atentos, y obtiene además un tercer premio municipal. Su autor no se detiene allí. Continúa con el desarrollo de las situaciones sin perder intensidad ni amplitud y al año siguiente concluye la segunda parte, a la que titula Los Lanzallamas, y que aparece en 1931.Se encuentra en ese momento en el pináculo de su carrera y en el apogeo de su vida.. Se separa, además, en esa época, de su mujer, y otra vez ve abiertas ante él todas las posibilidades para rehacer su vida. Pero 1930, desafortunadamente, fue un año crucial para los argentinos, y para casi todo el resto del mundo, y por lo tanto, también, y sobre todo, para Roberto ArIt. Una crisis internacional, un golpe de estado en la Argentina y el descubrimiento del teatro como autor son tres hechos que marcarán en esa fecha su vida definitivamente. El colapso financiero que convulsionó la economía mundial hacia 1930 ha sido ya suficientemente estudiado. Sus efectos se hicieron sentir también en la Argentina, a los que se sumaron factores agravantes propios de los medios de producción del país. Uno de ellos, tal vez el más importante, se hallaba relacionado con el precio de la carne, el principal producto de exportación de la Argentina, Desde principios de siglo el auge económico argentino había dependido de la carne vacuna. La invención, por parte de Charles Tellier, de las cámaras frigoríficas enriqueció a los ganaderos argentinos que pudieron llevar su producción al mercado internacional, y a través de los ganaderos todo el país experimentó una prosperidad que llegó casi al esplendor. De esa época data el legendario personaje argentino con fama de millonario que vive en París, derrochando fortunas, como el conocido protagonista de “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, de Blasco Ibáñez. De esa época también la divulgación del tango en el mundo, pero sobre todo en la capital francesa, detrás de la prodigalidad de las familias ganaderas. Esa expansión económica, y el bienestar general resultante, persistieron hasta fines de la primera guerra mundial. A partir de 1918 las nacioncs lesionadas por los efectos del conflicto bélico deben dedicarse a restaurar sus finanzas, y las demandas mundiales de carne se reducen sustancialmente. Para la Argentina se inicia una lenta crisis, Con las consecuencias sociales y políticas que le son inherentes, y esa paulatina desintegración será la que Arlt reflejará en sus novelas; En 1930 el ciclo se cierra con ci colapso económico internacional y la Argentina entra en un oscuro túnel que durará diez años, los que han sido denominados la década infame. Desde entonces las cosas para Ant ya no fueron ni tan fáciles ni tan satisfactorias. Era como si al ver ahora crudamente al descubierto las ruindades que había denunciado no se sintiera capaz de consignarlas en el papel. Termina y publica en ese mismo año de 1931 otra novela, “El Amor Brujo’, que marca ya una sensible declinación. La fuerza, la imaginería, el idioma explosivo de los libros anteriores han desaparecido; es una historia rosa contada desmañadamente, sin convicción ni grandeza, y con presunción de tremendismo, Publica además dos libros de cuentos, “El Jorobadito’’, en 1933, “El Cazador de Gorilas”, 1941, en algunos de cuyo relatos restallan algunas veces las mejores cualidades estilísticas de su autor. Pero en uno de ellos, intitulado precisamente Escritor Fracasado, Arlt parece hacer genialmente la radiografia de su incapacidad de volver ser el creador vigoroso que había sido. Por último, el teatro se convirtió en la actividad con que disimuló su decadencia como narrador, o en el medio de expresión que realmente lo cautivó y terminó por alejarlo de su vocacion de novelista.Su dedicación al teatro se originó en forma casual. En 1930, Leonidas Barletta había estrenado en el Teatro ci Pueblo, fundado por él, una pieza breve basada en la escenificación de uno de los episodios capitales de “Los Siete Locos”, bajo el título de “El Humillado”. La acogida favorable que el público brindó a este espectáculo, el interés y el entusiasmo que los actores demostraron por sus personajes, y el calor humano, además, que halló entre ellos, lo estimularon para que se pusiera a escribir directamente para la escena, y en este nuevo género obtuvo éxitos si no clamorosos al menos persistentes. No obstante, el teatro vocacional no representaba en aquellos tiempos ninguna solución económica, ni mucho menos, para ninguno de sus integrantes, y el único intento que realizó Arlt de incorporarse al teatro comercial, en 1936, con su obra en tres actos “El Fabricante de Fantasmas”, concluyó en un fracaso rotundo. En total fuere siete las piezas que escribió para el teatro. Por todo ello, para sostenerse económicamente, Arlt se complicó en una serie de maquinaciones financieras, entre cándidas y fantásticas, fundadas en inventos y negocios quiméricos, que no dieron ningún fruto, como era de suponerse, y que sólo contribuyeron a agravar su zozobra pecuniaria. Fueron como siempre sus colaboraciones periodísticas, artículos y cuentos, los que le permitieron sostenerse económicamente durante todos esos años. En 1939 conoce en la Editorial Haynes a la secretaria del director de la revista El Hogar. Ella se llama Elizabeth Mary Shine y se casan poco después. El 26 de julio de 1942, Roberto Arlt muere de un ataque cardíaco. Tres meses dcspués nace su hijo Roberto. Arlt vivió un momento singular y significativo de la sociedad a que pertenecía, y lo supo captar en sus obras. Formó parte, además, de una generación de intelectuales que por primera vez en la Argentina pretendió vivir de su actividad de artistas, de escritores, de creadores, y si de algún modo lo consiguieron fue a costa del sacrificio de sus sueños y ambiciones pcrsonales. Fue por lo tanto un testigo de su época y su obra constituye un alegato en que defendió el derecho humano a la dignidad, a la independencia, sobre todo a la pureza, y en que fustigó todas las formas de la mezquindad, de la bajeza, de la perversión en que puede sumirse el hombre. Por haber vivido en el vórtice de una conmoción general que sacudió con violencia inusitada las estructuras sociales de su país, y por haber sabido reflejar esa realidad en sus escritos, Roberto Arlt pudo llevar a cabo una de las obras más originales, profundas y vigorosas de la literatura argentina ■
Alberto Vanasco

03 diciembre 2009

ISRAEL: LA AMENAZA INTERNA

La derecha israelí se ha fascistizado 100 x 100 y, a medida que pasa el tiempo, la reacción de sus huestes va cobrando vuelo sin ninguna clase de restricciones. No es ninguna exageración pensar que las fuerzas de choque de los colonialistas llegarán a tomar las armas contra el "estado sionista" si el gobierno persiste en la idea de encarrilarse en la estrategia de dos estados para dos pueblos.
Es que una política a dos aguas no se puede mantener indefinidamente: no puedo afirmar que éste es el momento clave, pero si me animo a sostener que los antagonismos históricos entre Israel y los palestinos, y dentro de Israel, se desarrollan con efectos directos y colaterales a no muy largo plazo. Andrés Aldao.

Análisis de Jerrold Kessel y Pierre Klochendler

JERUSALÉN, nov (IPS) - Los israelíes se vieron alterados cuando, durante un desfile de graduación militar en el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, nuevos reclutas desplegaron pancartas que rezaban: "Nuestros hijos no evacuan a los judíos".
La preocupación se agudizó la semana pasada. Tras la demolición de dos casas de colonos judíos en la ocupada Cisjordania, seis soldados religiosos de la misma brigada exhibieron en su base carteles que declaraban su intención de negarse a eliminar más asentamientos si se les ordenaba hacerlo. La mayor parte de la brigada Kfir está compuesta por judíos religiosos procedentes de las colonias. Su servicio nacional combina responsabilidades militares con estudios religiosos. Ambos incidentes fueron filmados por particulares. Activistas favorables a los colonos hicieron llegar el material a las redes de la televisión israelí. Los soldados disidentes fueron castigados inmediatamente, algunos con 30 días de prisión y otros siendo confinados a sus cuarteles. Los dos hechos exacerbaron la preocupación pública en torno a la politización en el ejército israelí. Rabinos que viven en los asentamientos replican que son los altos oficiales del ejército quienes de hecho están "contaminados por la política", dado que están dispuestos a entregar tierras de Cisjordania, que los judíos religiosos nacionalistas consideran "le fueron prometidas por Dios a la nación judía". Muchos de los soldados colonos siguen los preceptos ideológicos compilados por rabinos ultranacionalistas que controlan sus estudios mientras realizan el servicio militar. El rabino Eliezer Melamed, del asentamiento Har Brajá, cercano a la septentrional ciudad cisjordana de Naplusa, es una importante fuente de inspiración. Brinda respuestas religiosas a los conscriptos sobre cómo ser leales "a la nación, a la tierra, al ejército". "Todo soldado u oficial tiene vedado participar en la acción estrictamente prohibida de expulsar a los judíos de sus hogares y entregar ninguna porción de la Tierra de Israel a los enemigos", escribió en uno de sus pasajes religiosos. "Quienes lo hagan violarán varios mandamientos de la Torá", agregó, aludiendo al Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia. En su libro "Revivim", Melamed responde a la pregunta: "¿Eso no hará colapsar al ejército?". "Si muchos se niegan, no se dará ninguna orden de esa clase. Como mucho, los altos comandantes tendrán que renunciar. Sería bueno que esto ocurriera. La mayoría de los altos oficiales están contaminados por la política", escribe el rabino. Un día después del último incidente, el primer ministro Benjamín Netanyahu declaró que "negarse a obedecer órdenes significa el colapso del Estado. Haremos todo lo posible por poner fin a eso. Nosotros sobrevivimos a causa de nuestro ejército, y el ejército depende de su capacidad de dar órdenes y de hacer que sean obedecidas". Habrá "tolerancia cero" para los soldados que se nieguen a obedecer órdenes, enfatizó Netanyahu. Pero más allá de las palabras, ni la dirigencia política ni la militar están actuando de manera resuelta para poner fin a esta situación. El primer ministro dirigió sus duras palabras contra todo soldado insubordinado, en un intento por crear una equivalencia moral entre los colonos derechistas que realizan manifestaciones y los izquierdistas "objetores de conciencia", que se oponen a cumplir funciones en los territorios ocupados. "La equivalencia es falsa", señaló un editorial del periódico Haaretz. Llamando a los colonos a protestar contra "una revuelta", la columna señaló: "Esto no es más que una fachada para la flagrante actividad de rabinos radicales dentro del ejército, algunos de los cuales desacatan abiertamente el imperio de la ley". Hablando sobre el serio problema de las lealtades divididas, el padre de uno de los soldados que protagonizaron la manifestación declaró: "No es por nada que nuestro ejército se llama Fuerzas de Defensa Israelíes. Su trabajo es defender a Israel, no sacar a los judíos de sus hogares en la Tierra de Israel". La amenaza de esa división de lealtades dentro del ejército ha acosado a la sociedad israelí durante muchas décadas. Sin embargo, ahora no sólo los israelíes izquierdistas y liberales comienzan a preguntarse qué hay detrás de la protesta. No es tanto la politización de los soldados comunes, sino el lanzamiento de una estrategia de colonos que aspira a disuadir al gobierno de adoptar acciones contra los asentamientos, ya sean los llamados "puestos de avanzada ilegales" o las "comunidades de asentamientos aprobados". Como para corroborar eso, una agrupación de colonos autodenominada "La Organización para Salvar a la Nación y la Tierra", anunció que pagará de su propio bolsillo 1.000 shekels (unos 260 dólares) a cada soldado que proteste por cada día que pase en una prisión militar. Incluso los ideólogos pro-colonos "moderados" alertan al gobierno de Netanyahu que no debería repetirse la evacuación de los asentamientos de Gaza que en 2005 llevó a cabo el gobierno del derechista Ariel Sharon. "Todos, soldados, políticos, los medios y las autoridades legales, concuerdan en que el ejército no debe politizarse", dijo Israel Harel, del asentamiento de Ofra. "El cabo y los sargentos que protestaron en los dos recientes incidentes tienen apenas un rol marginal en esa politización. Las partes que tienen la responsabilidad principal son las mismas personas que pusieron al ejército contra los civiles: el primer ministro y su ministro de Defensa (Ehud Barak)", agregó. La politización del ejército se ha convertido en un problema real en la sociedad israelí. Literalmente, en los primeros días posteriores a la creación del Estado de Israel, en mayo de 1948, el entonces primer ministro David Ben Gurión (1948-1953 y 1955-1963) ordenó al ejército naciente disparar contra un barco enviado por ultranacionalistas que intentaban hacer ingresar clandestinamente al país tanto a refugiados judíos de la Europa devastada por la guerra como armas. Ben Gurión estaba determinado a garantizar la lealtad a un ejército nacional único. Decenas fueron muertos en el ataque que tuvo lugar en aguas de Tel Aviv. Esto ayudó a sus sucesores a mantener a raya, aun en momentos turbulentos, el espectro de las luchas ideológicas dentro del ejército. El espectro empezó a resurgir con el inicio de la colonización de tierras palestinas, tras la guerra de 1967 entre árabes e israelíes. El filósofo religioso Yeshayahu Leibowitz alertó entonces que la ocupación "comería" a Israel desde adentro como un "cáncer". En contraste con los peligros de que el ejército no esté unido por un fin, el poder atribuido a los colonos --a menudo descritos como "un estado dentro de otro"-- es de algún modo un espantapájaros político. Pero el propio gobierno a veces usa de modo perverso el temor público a la fortaleza política del movimiento de colonos para sugerir que es imposible dar marcha atrás con los asentamientos. En Cisjordania viven 300.000 israelíes. La pregunta real sobre el futuro de los asentamientos es política y permanece sin resolver: ¿tiene Netanyahu la voluntad política, como Sharon, de ordenar un día la retirada de los colonos de los territorios ocupados? ¿Acaso es el líder que le aseguró al presidente estadounidense Barack Obama estar listo para hacer "importantes concesiones" en el contexto de un acuerdo de paz con los palestinos? ¿O es el líder que dijo a los colonos preocupados por el reclamo de Obama de congelar los asentamientos que, "en última instancia, a todos nos interesa lo mismo, pero uno debe actuar sabiamente"? Mientras, los colonos continúan explotando la prolongada ambivalencia de sucesivos líderes israelíes en relación a los asentamientos. (FIN/2009)
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ISRAEL-PALESTINA: Barghouti, el prisionero decisivo



ISRAEL-PALESTINA: Barghouti, el prisionero decisivo
Análisis de Jerrold Kessel y Pierre Klochendler

JERUSALÉN, 2 dic (IPS) - El destino de un prisionero palestino en Israel puede liberar al moribundo proceso de paz de su propia cárcel, siempre y cuando sea el momento correcto.

Una importante fuente residual de tensiones entre israelíes y palestinos puede estar a punto de resolverse esta semana, si la mediación alemana finalmente supera las complicaciones de último minuto. Se trata del canje de 1.000 prisioneros palestinos por el soldado israelí Guilad Shalit, secuestrado el 25 de junio de 2006 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que lo mantiene cautivo desde entonces. No es seguro que el canje prospere. Tampoco está claro quiénes de los 10.000 palestinos presos en cárceles israelíes serán parte del acuerdo. Y ciertamente tampoco está definido que uno de ellos sea Marwan Barghouti, líder de las fuerzas militares del movimiento palestino Fatah, sentenciado a cadena perpetua por un tribunal israelí hace cinco años. Si el intercambio tiene lugar sin Barghouti, es improbable que tenga mucho impacto en impulsar la paz entre los dos pueblos. En tal caso, el impacto político se limitará a los asuntos internos palestinos, centrándose en la reafirmación de Hamás a expensas de la Autoridad Nacional Palestina, liderada por el presidente Mahmoud Abbas, de Fatah. En contraste, la liberación de Barghouti puede ser un momento definitorio en las relaciones palestino-israelíes. Y una prueba sobre la intención real detrás del anuncio formulado la semana pasada por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de un congelamiento limitado y temporario de la construcción de asentamientos en Cisjordania. Hasta ahora, la dirigencia palestina se ha burlado de la moratoria parcial a los asentamientos, por considerarla una estratagema de Netanyahu diseñada para aliviar la presión de Estados Unidos sobre Israel. Esto tiene sus motivos: el congelamiento anunciado no es total. Excluye a Jerusalén oriental, y la construcción de colonias previamente aprobadas continuará. Además, hay dudas, incluso dentro de Israel, en torno a si el gobierno de Netanyahu tiene los medios técnicos para implementar ese congelamiento. Ya en julio de 2000, apenas semanas antes del estallido de la segunda intifada (levantamiento palestino), Barghouti, en declaraciones formuladas desde su modesta oficina de Ramalah, expuso a IPS su estrategia alternativa para poner fin a la ocupación. "Llevaremos a nuestro pueblo a las líneas de 1967 y proclamaremos desde allí que simplemente estamos defendiendo nuestras fronteras contra la ocupación israelí: sin armas, sin piedras incluso, simplemente con nuestros cuerpos", declaró. Muchos palestinos ven a Barghouti como el líder óptimo para conducirlos hacia su futuro Estado en caso de que Mahmoud Abbas no se postule a la reelección en los comicios de enero, como ya anunció. Barghouti, de 50 años, es considerado el verdadero heredero del difunto líder palestino Yasser Arafat (1929-2004), precisamente, tal vez, porque él también coquetea con la ambigüedad. Su estilo enérgico con frecuencia lo ha elevado a la cima de las encuestas sobre quién querrían los palestinos que los liderara en contra de Israel. Desde su celda en una prisión israelí, en los últimos tiempos Barghouti respondió preguntas de un periódico árabe en las que planteó su estrategia: "Depender sólo de nuestras negociaciones nunca fue nuestra opción. Siempre llamé a una combinación constructiva de negociaciones, resistencia y acción política, diplomática y popular". Precisamente ésta puede ser la fuente de recelos israelíes. Pero ahora, con la perspectiva de que Abbas pueda salir del cuadro, Israel tiene otra preocupación que confrontar: un vacío de poder dentro de la ANP. El futuro de la desfalleciente ANP será todavía más precario porque Hamás logrará una enorme credibilidad a partir del canje de prisioneros. Hay alguna oposición, pero el hecho destacable es que está silenciada y que los israelíes están abrumadoramente listos para aceptar el intercambio de prisioneros, incluso al punto de entregar a palestinos que participaron en algunos de los ataques más sangrientos contra civiles. Alon Liel, conferencista sobre ciencia política en la Universidad Hebrea de Jerusalén y ex alto diplomático israelí, llevó este planteo más lejos. "La asombrosa disposición pública y política de pagar un precio sin precedentes puede convertirse en la influencia necesaria para conferirle al acuerdo una dimensión histórica", afirmó. "No hace falta ser un político brillante para darse cuenta de que la línea que conecta un canje técnico de prisioneros con un avance hacia un proceso de paz se extiende a través de Marwan Barghouti", agregó. De ahí que la pregunta clave sea "cuándo" --y no "si"-- liberar a Barghouti, siempre que, por supuesto, Netanyahu tenga en mente una real agenda de paz. Si está comprometido con la paz en serio, Netanyahu puede usar el actual impulso público que el canje de prisioneros ha cobrado entre la población israelí para crear un impulso diplomático. Sin embargo, eso le requerirá desasociar el acuerdo de la liberación de Barghouti. Si Netanyahu hubiera decidido liberar a Barghouti previo a un acuerdo más amplio de intercambio de prisioneros, probablemente Hamás lo habría boicoteado. Y esto, debido a que se sentiría en riesgo de que le robaran su recompensa política en la lucha de poder que lo enfrenta con la ANP. El flanco derechista del gobierno de Netanyahu también habría saboteado la liberación de Barghouti. Ahora, sin embargo, muchos israelíes exigen la liberación del dirigente palestino. Netanyahu tiene la oportunidad de quitarle la primicia a Hamás, para mutuo beneficio de Israel y la ANP. Esto sólo puede funcionar una vez que el canje con Hamás ya este garantizado e implementado. De concretarse, la liberación de Barghouti acarreará múltiples beneficios a Netanyahu y a la ANP. Israel se llevará los aplausos de Washington. Para la ANP, será una manera de salir de un vacío político potencialmente peligroso. Además, para la escéptica dirigencia palestina, esto constituirá una prueba del auténtico deseo de paz de Netanyahu. Y para Estados Unidos, un Barghouti libre que reafirme a Abbas será el mejor inicio para una paz futura, especialmente considerando los últimos nueve meses de negociaciones fallidas. (FIN/2009)