24 mayo 2008

''LOS LATINOAMERICANOS HAN SIDO CARNE DE CAÑÓN EN IRAK''

Jeremy Scahill: ''LOS LATINOAMERICANOS HAN SIDO CARNE DE CAÑÓN EN IRAK''
El periodista, que acaba de presentar en España su libro "Blackwater, el auge del ejército mercenario más poderoso del mundo", relata cómo la empresa recluta a mercenarios en países que los EEUU ha desestabilizado o en los que ha apoyado a escuadrones de la muerte y dictaduras.

Por Marta Miera

El 31 de marzo de 2004 cuatro estadounidenses fueron brutalmente asesinados en Fallujaha, Irak. No eran militares ni civiles. Se trataba de mercenarios privados de una compañía hasta entonces desconocida: Blackwater.
El periodista estadounidense Jeremy Scahill (Chicago, 1974) desvela en su libro Blackwater el auge del ejército mercenario más poderoso del mundo (Paidós) los entramados de esta empresa que nació en 1996 en Carolina del Norte y durante la guerra de Irak se convirtió en una importante multinacional.
Scahill describe a Blackwater como una guardia pretoriana de elite, con su propia base militar, una flota de veinte aviones, y 20.000 contratistas privados listos para entrar en acción y que la administración Bush emplea para todo tipo de aspectos bélicos. La ecuación es sencilla: cuantos más contratistas, menos soldados de reemplazo. De esa forma el Gobierno se resguarda de sus bajas, ya que los soldados privados no están incluidos en las listas oficiales de muertos estadounidenses.
En el momento álgido de la guerra de Irak la presencia de soldados privados ascendía a 20.000 y representaban el 30% del presupuesto total destinado a la reconstrucción del país.

El padre del ejército privado

El padre de este ejército privado se llama Eric Prince, "un archimillonario cristiano y derechista radical estadounidense que ha sido un importante apoyo financiero de las campañas del presidente George W. Bush", escribe Scahill.
En una entrevista con ADN.es, el periodista sostiene que "Prince, su familia y su entorno existen a la sombra de la política estadounidense. Su influencia y la de Blackwater son como sus operaciones en Irak: todo ocurre en la oscuridad. Ha sido el brazo que ha financiado el integrismo religioso en EEUU y también el partido y a los políticos republicanos. Ellos lanzan las armas y reciben el dinero".
Las aspiraciones de Blackwater no se limitan exclusivamente a las guerras internacionales. Su campo de acción se extiende desde Irak, Afganistán o el mar Caspio hasta Nueva Orleans, tras el huracán Katrina.

Un historial más que dudoso

Cuanto más sumergida se encontraba Irak en el caos más se enriquecían las empresas privadas. Fue entonces cuando Blackwater comenzó a reclutar a "soldados de alquiler" en América latina por un precio muy inferior al que pagaba por un ex oficial estadounidense.
Frente a los 10.000 dólares al mes que puede cobrar un mercenario estadounidense, los latinoamericanos aceptan el mismo riesgo, ofreciendo la misma preparación, por sueldos de 1.000 dólares.
"Una de las cosas más despreciables de la guerra de Irak es la forma en la que los latinoamericanos han sido carne de cañón", explica el periodista.
Muchos de los hombres contratados por Blackwater presentaban un historial más que dudoso en materia de respeto de los derechos humanos: "Estas empresas privadas contratan a gente en países que los EEUU ha desestabilizado o en los que han apoyado escuadrones de la muerte y dictaduras". "Una treintena de las personas que enviaron a Irak eran torturadores de la dictadura de Augusto Pinochet".

Scahill afirma que ni un solo guardia o vigilante estadounidense a sueldo de un contratista militar ha sido enjuiciado: "Muchos expertos en derechos internacionales y derecho federal luchan para que la compañía sea denunciada por los crímenes cometidos pero esto es algo que nunca ocurrirá. Gozan de una total impunidad".

Un final para Irak

Irak se convierte así en el epicentro de una guerra privatizada que ha disparado los ingresos de las compañias militares. Scahill escribe en su libro que en noviembre de 2006 "se calcula que cada semana eran asesinados mil iraquíes".
"Creo que cualquier violencia que tenga lugar en Irak es el resultado directo de la invasión y de la ocupación. Creo que la violencia sectaria entre chiíes, suníes y, en menor medida, kurdos se debe a la invasión. Creo que EEUU debe sacar a todas sus tropas de Irak y creo que la situación es tan terrible que ni siquiera es posible la paz", comenta el autor de Blackwater.
Para Scahill, con una amplia experiencia como reportero en Irak, escribir el libro ha sido un proceso costoso: "Ha sido muy difícil recopilar información. Si alguno de los empleados de Blackwater hablaba conmigo podía llegar a pagar 250.000 dólares de multa".

Tras la publicación del libro nunca ha sabido directamente nada de la multinacional: "Blackwater nunca haría algo en público con lo que se le pudiese identificar. Pero he recibido amenazas por correo electrónico y por teléfono. Algunas creo que van muy en serio. Pero sin duda la experiencia más abrumadora la viví cuando tras una presentación del libro. Se me acercó un hombre que había trabajado para Blackwater para decirme que en realidad todo era mucho peor de lo que había escrito".
La fuente: El artículo fue publicado por el periódico español ADN.