10 noviembre 2007

Balada para un loco

nota: Publico este texto aparecido en La República de Montevideo, en mi carácter de rioplatense y porteño jubilado de tanta arrogancia, napia pa´rriba y ceñuda egolatría de pillado de Buenos Aires. Sí, soy también porteño y cuando escribo "los hermanos uruguayos" pienso en Rama, Quijano, Onetti, Idea Vilariño, los tablados, Marcha, Telecataplum y Viglietti...(Andrés Aldao)




por ROBERTO CABALLERO *

El martes 2 de octubre sobre las 15 horas bajé del Buquebús en el puerto de Buenos Aires, iba enviado por un grupo de compañeros de la Corriente de Acción y Pensamiento ¬ Libertad (CAP-L) a visitar al Flaco Nicolini, quien había hecho un infarto precisamente cruzando el Río de la Plata el sábado anterior y operado de urgencia el domingo 30 de mañana en un sanatorio bonaerense.
Llevaba los saludos de decenas de compañeros, portaba el abrazo solidario de mucha gente, cargaba el mensaje de que los compañeros estamos en cualquier circunstancia, pero sobre todo cuando --como en el caso del Flaco-- estás pasando por una mala. Toda esta responsabilidad no sólo me pesaba mucho más que el bolso con mi ropa, sino que debía llevarla con el mayor de los amores porque aquello del "Che" es cierto, hay que endurecerse, pero sin perder la ternura, jamás.
Me encontré con el Flaco rodeado por el amor de una familia increíble, numerosa, que se prodigaban en entregarle todo el afecto y cariño que fuera posible para sacarlo adelante, me sentí incómodo, intruso en medio de ese estrechar filas en torno a quien necesitaba apoyo. Así, me dije, es como debe ser el compañerismo, la camaradería: generosa y a cada cual según su necesidad. Entré al CTI tres minutos, le di un apretón de manos y alcancé a decirle: "... Flaco los compañeros me mandaron a buscarte, te queremos en Montevideo lo antes posible, vamo'arriba...", se sonrió, me preguntó cómo estaban las cosas, los demás, "el que importa sos vos", contesté y me fui, lo dejé casi sin respuesta.
Hacía 48 horas le habían practicado una angioplastia ingresando por la arteria femoral aplicándole dos stent en tantas otras arterias, agravado por una neumonía que lo tenía con más de 38ª de fiebre.
Viajé al otro día al centro porteño. En el tren, un veterano, de impecable camisa y corbata, tocaba al bandoneón "Verano Porteño", de Piazzola, siguió con "Cambalache" de Enrique Santos Discépolo, los pasajeros del vagón lo aplaudimos y llenamos su gorro de monedas; en los andenes, grandes afiches de tipo comercial anunciaban que dentro de 20 días había elecciones en Argentina, sin ser eso, poca cosa electoral más y si uno era medio distraído podría llegar a pensar que era publicidad de programas de la TV como los de Tinelli.
Por Florida, cada dos o tres cuadras, parejas de bailarines evolucionaban con cortes y quebradas para las fotografías de los turistas, todo Buenos Aires respira tango, tal vez por eso cuando de tardecita regresé al barrio de San Isidro --donde está el sanatorio--, me encontré de pronto caminando por una calle alfombrada de naranjas, pensé que se habían caído del naranjal de alguna casa.
No, los naranjales estaban en la vereda sobre el cordón, llenos de naranjas, tantas que las ramas se doblaban por el peso, seguí caminando asombrado ante ese espectáculo de los naranjales en la vía pública, hasta que en la esquina miré el nombre de la calle: Arenales, fue leerlo y el play accionó mi memoria, era la voz del Polaco Goyeneche: "Salís de tu casa por Arenales. Lo de siempre en la calle y en vos...Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo".
Me imaginé que el Flaco Nicolini era el personaje del tango. Horacio Arturo Ferrer debió conocerlo antes que nosotros o inventarlo a imagen y semejanza.
Cuál fue la locura del Flaco para vivir este calvario de casi un año, acaso es más grave que las acusaciones cruzadas entre otros compañeros del FA sobre fraude, estafa, traba de embargo, etc.
¿Alguien les pidió la renuncia a sus bancas ante acusaciones de tan subido como grave porte?, ¿con qué vara medimos la apariencia de la honestidad? Se argumenta que un hombre público --como la mujer del César-- ocupando un cargo público no sólo debe ser honrado, sino aparentarlo, argumento con el que no estoy de acuerdo. En mis años de bancario, conocí infinidad de tipos que parecían, aparentaban, simulaban ser honestos y eran todo lo contrario, lo que importa es serlo; si después andás con medio melón en la cabeza y no parecés, a qué prejuiciado le importa. Entonces vuelvo a lo mismo: ante estas nuevas acusaciones entre otros compañeros me pregunto: ¿la teoría de la mujer del César es "pa'todos o pa'lgunos"?
Hubo muchos saludos de apoyo, pero faltaron otros, de los que no quiero hablar hoy.
Salvo de la cancillería.
El señor Bustillo, embajador en Argentina, quien no hace mucho nos llevó junto a Nicolini (cuando era senador) a conocer el lujo desmedido de la embajada en Buenos Aires, no leyó la prensa uruguaya o no vio o escuchó por otros medios la noticia de que Leonardo Nicolini estaba internado con un infarto. ¿No se enteró realmente? Hay que avisarle: ¡Bustillo, Nicolini perdió la banca pero no la nacionalidad! ¡Pobres uruguayos de a pie y anónimos si les llega a pasar algo en la Argentina!
Sí, el Flaco es esa cosa rara que sale cada tanto de atrás de un árbol, mezcla de penúltimo linyera y primer polizonte en quien sabe qué viaje, por eso, por estar piantao, pero bien piantao, se trepó a la locura de operarse en Salud Pública hace casi un año.
Hoy los medios de prensa están dando la primicia de que la Justicia lo declaró inocente y archivó el caso. Pero claro, eso no le devuelve la banca de senador, ni le paga el alquiler, ni la luz, ni los impuestos, ni nada..., salvo su dignidad, esa que no necesariamente necesita aparentarse, figurarse, maquillarse como si fuera la mujer del César, ¿qué cosa ¿no?
Recuerdo ahora, que cuando por Arenales llegué a Avda. Libertador y pegué la vuelta me pareció sentir todavía al Polaco:
"Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir...¡Vení, volá, vení!"
Vení Flaco, vení, vamos a tomar ahora sí una de más. *

* Secretario del Senador E. Fernández Huidobro. Ex preso político (MLN-T) 1972- 1985

La madre de todos los pretextos

DELIRIUM TREMENS...

El gobierno menesteroso de Ehud Olmert se parece a un barquichuelo a la deriva, aunque siempre gira sobre su eje y en el mismo lugar.
¿Llamarlo lamentable? ¿Desdoroso? ¿Inservible? ¿Peligroso? El señor Olmert, un pequeño y triste mafioso, ha cometido todos los errores y desarciertos previstos. Incluidos sus peregrinos aciertos (ninguno)... Rodeado de fascistas, ineptos, corruptos y ladrones, arrogantes y resbaladizos laboristas, rabinos trepadores e ignorantes, gente convicta de hurtos y defraudaciones −ladronzuelos y estafadores− (incluido y en primer lugar el propio primer ministro), prosigue imperturbable su marcha hacia el precipicio, hacia el hundimiento del estado de Israel en vísperas del 60º aniversario de su creación. Un lúcido análisis de Ury Avnery pone a los ciudadanos de Israel frente a su propia conciencia: los que no comparten que traigan pruebas, sólidas, inefables y contundentes...

Este artículo es de uno de los pocos, contados,a veces inhallables israelíes que tienen lucidez, valentía, conocimiento profundo de la situación y nada de pelos en la lengua... Es digno de leerse varias veces, y aquellos que forman parte de la legión de pilaricos raholistas, que cierren la boca sucia y vocera de los fulleros del gran poder imperial- ¡Bravo, Ury Avnery! (Andrés Aldao)



La visión del choque de civilizaciones se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles. La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.


Por Uri Avnery

Cuando oigo mencionar el 'choque de civilizaciones' no sé si reír o llorar.
Reír, porque semejante concepto es absurdo. Llorar, porque es propenso a causar desastres incalculables.
Llorar todavía más porque nuestros líderes están explotando ese eslogan como un pretexto para sabotear cualquier posibilidad de una reconciliación israelo-palestina. Sólo es uno más de una larga lista de pretextos.
¿Por qué el movimiento sionista necesitaba excusas para justificar la manera en que trató al pueblo palestino?
En el origen, el sionismo era un movimiento idealista. Tenía una gran carga moral. No sólo para convencer al mundo, sino, ante todo, para tranquilizar su propia conciencia.
Desde la más tierna infancia aprendimos de los pioneros, muchos de ellos hijos e hijas de familias acomodadas y de buena formación que dejaron atrás una vida cómoda en Europa para empezar una nueva en un lejano y -para los estándares de aquella época- primitivo país. Aquí, en un clima salvaje al que no estaban acostumbrados, a menudo hambrientos y enfermos, realizaron trabajos físicos de romperse los huesos bajo un sol brutal.
Para eso necesitaban creer totalmente en la rectitud de su causa. No sólo creyeron en la necesidad de salvar a los judíos de Europa de la persecución y los pogromos, sino también en la creación de una sociedad tan justa como nunca antes se había visto, una sociedad igualitaria que sería un modelo para el mundo entero. León Tolstoi no era menos importante para ellos que Teodor Herzl. Los quibutz y moshav eran símbolos de todo el proyecto.
Pero ese movimiento idealista tenía como objetivo establecerse en un país habitado por otro pueblo. ¿Cómo dirimir la contradicción entre sus ideales sublimes y el hecho de que su realización requería la expulsión de un pueblo de su tierra?
La manera más fácil fue reprimir totalmente el problema e ignorar su propia existencia: la tierra, nos dijimos, estaba vacía, no había ningún pueblo en absoluto viviendo aquí. Esa fue la justificación que sirvió de puente sobre el abismo moral.
Solamente uno de los Padres Fundadores del movimiento sionista fue lo suficientemente valiente para llamar al pan pan y al vino vino: Ze'ev Jabotinsky escribió hace ya 80 años que era imposible engañar al pueblo palestino (cuya existencia reconoció) y comprar su consentimiento a las aspiraciones sionistas.
Somos colonos blancos que colonizan la tierra de la población nativa, dijo, y no hay ninguna oportunidad en absoluto de que los nativos se resignen voluntariamente a esto. Se resistirán violentamente, como todos los pueblos nativos de las colonias europeas. Por lo tanto necesitamos un 'muro de acero' para proteger la empresa sionista.
Cuando a Jabotinsky le dijeron que su enfoque era inmoral, contestó que los judíos estaban intentando salvarse del desastre que los amenazaba en Europa y, por consiguiente, su moralidad ganaba a la moralidad de los árabes en Palestina.
La mayoría de los sionistas no estaba preparada para aceptar este enfoque de orientación a la fuerza y buscaron fervientemente una justificación moral con la que pudieran vivir.
Así empezó la larga búsqueda de justificaciones, con un pretexto tras otro según las cambiantes modas espirituales del mundo.
La primera justificación precisamente fue la que ridiculizó Jabotinsky: realmente hemos venido para beneficiar a los árabes. Los redimiremos de sus primitivas condiciones de vida, de la ignorancia y la enfermedad. Les enseñaremos métodos modernos de agricultura y les traeremos medicina avanzada. Todo (excepto el empleo, porque necesitábamos cada trabajo para los judíos que estábamos trayendo aquí, a los que estábamos transformando de judíos del gueto en un pueblo de obreros y labradores de la tierra).
Cuando los ingratos árabes procedieron a resistirse a nuestro gran proyecto, a pesar de todos los beneficios que supuestamente les estábamos trayendo, encontramos una justificación marxista: no son los árabes quienes se oponen a nosotros, sino sólo los effendis. Los árabes ricos, los grandes hacendados, tienen miedo de que el ejemplo resplandeciente del igualitarismo de la comunidad hebrea atraiga al explotado proletariado árabe y origine que éste se levante contra sus opresores.
Eso tampoco funcionó mucho tiempo, quizás porque los árabes vieron cómo los sionistas compraban la tierra de esos mismos effendis y expulsaban a los arrendatarios que la habían cultivado durante generaciones.
El ascenso de los nazis en Europa trajo masas de judíos al país. El público árabe vio cómo le segaban la hierba bajo los pies y empezó una rebelión contra británicos y judíos en 1936. ¿Por qué, preguntaron los árabes, debemos pagar por la persecución de los judíos por parte de los europeos? Pero la revuelta árabe nos dio una nueva justificación: los árabes apoyan a los nazis. Y de hecho, el Gran Muftí de Jerusalén Hajj Amin al-Husseini, se fotografió sentado junto a Hitler. Algunas personas 'descubrieron' que el muftí era el auténtico instigador del Holocausto (años después se reveló que Hitler detestaba al muftí, y que éste no tenía ninguna influencia sobre los nazis.)
La Segunda Guerra Mundial acabó y fue seguida por la guerra de 1948. La mitad del vencido pueblo palestino se convirtió en refugiado. Eso no preocupó a la conciencia sionista porque todos lo sabíamos: se fueron por su propia y libre voluntad. Sus líderes los habían llamado a dejar sus casas y volver después con los ejércitos árabes victoriosos. La verdad es que jamás se ha encontrado ninguna prueba para sostener esta afirmación absurda, pero era suficiente para aliviar nuestra conciencia hasta este día.
Se podría preguntar: ¿por qué no se permitió a los refugiados regresar a sus casas una vez que la que la guerra había terminado? Bien, fueron ellos quienes rechazaron el plan de partición de la ONU de 1947 y empezaron la guerra. Si debido a esto perdieron el 78% de su país, sólo se pueden culpar a sí mismos.
Entonces vino la Guerra Fría. Nosotros estábamos, por supuesto, en el lado del 'mundo libre', mientras que el gran líder árabe Gamal Abd-al-Nasser recibió sus armas del bloque soviético (ciertamente en la guerra de 1948 a nosotros nos fluyeron armas soviéticas, pero eso no es importante). Estaba bastante claro: hablar con los árabes es inútil porque apoyan la tiranía comunista.
Pero el bloque soviético se derrumbó. 'La organización terrorista llamada OLP', como la denominaba Menajem Begin, reconoció a Israel y firmó el acuerdo de Oslo. Hubo que buscar una nueva justificación para nuestra renuencia a devolverle al pueblo palestino los territorios ocupados.
La salvación vino de América: un profesor llamado Samuel Huntington escribió un libro sobre el 'Choque de Civilizaciones' y así nosotros encontramos la madre de todos los pretextos.
El enemigo mortal, según esta teoría, es el Islam. La civilización occidental judeocristiana, liberal, democrática y tolerante, está frente al ataque del monstruo islámico, fanático, terrorista y asesino.
El Islam es asesino por naturaleza. Realmente, 'musulmán' y 'terrorista' son sinónimos. Cada musulmán es un terrorista, cada terrorista un musulmán.
Un escéptico podría preguntar: ¿cómo fue que la maravillosa cultura occidental dio a luz a la Inquisición, los pogromos, la quema de brujas, la aniquilación de los nativos americanos, el Holocausto, las limpiezas étnicas y otras atrocidades sin par?; pero eso fue en el pasado. Ahora la cultura occidental es la encarnación de la libertad y el progreso.
El profesor Huntington no estaba pensando particularmente en nosotros. Su tarea era satisfacer un peculiar deseo de Estados Unidos: el imperio estadounidense siempre necesita un enemigo virtual que abarque todo el mundo, un solo enemigo que incluya a todos los opositores a Estados Unidos del mundo entero. Los comunistas cumplieron su promesa: el mundo entero se dividió entre tipos buenos (los estadounidenses y sus partidarios) y tipos malos (los comunistas). Todo el que se opusiera a los intereses estadounidenses automáticamente se convertía en comunista -Nelson Mandela en Sudáfrica, Salvador Allende en Chile, Fidel Castro en Cuba-, mientras que los señores del apartheid, los escuadrones de la muerte de Augusto Pinochet y la policía secreta del Sha de Irán pertenecían, como nosotros, al mundo libre.
Cuando se derrumbó el imperio comunista los Estados Unidos se quedaron sin un enemigo mundial. Este vacío ahora está ocupado por los musulmanes-terroristas. No sólo Osama ben Laden, sino también los combatientes chechenos por la libertad, la colérica juventud norteafricana de los suburbios de París, los guardias revolucionarios iraníes, los insurgentes de Filipinas...
Así, la visión mundial estadounidense se reestructuró: un mundo bueno (la civilización occidental) y un mundo malo (la civilización islámica). Los diplomáticos todavía tienen cuidado de hacer una distinción entre 'islamistas radicales' y 'musulmanes moderados', pero eso sólo es para las apariencias. Entre nosotros sabemos, por supuesto, que todos son Osamas ben Ladens. Todos son iguales.
Así, una gran parte del mundo formada por múltiples y muy diferentes países y una gran religión, con tendencias muy diversas e incluso opuestas (como en la cristiandad o el judaísmo), que ha dado tesoros científicos y culturales incomparables al mundo, se arroja entera al mismo saco.
Esta visión se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles.
La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.
Ahora la línea argumental del Israel oficial es ésta: los palestinos eligieron a Hamás, un movimiento islámico asesino (si no existiera, habría que inventarlo -y de hecho, algunas personas afirman que, en su inicio, lo crearon nuestros servicios secretos-). Hamás es terrorista, igual que Hezbollah. Quizás Mahmoud Abbas no sea un terrorista, pero es débil y Hamás está a punto de tomar el control exclusivo de todos los territorios palestinos. Por lo que nosotros no podemos hablar con ellos. No tenemos ningún compañero. En realidad, posiblemente no podamos tener un compañero porque pertenecemos a la civilización occidental que el Islam quiere erradicar.
En su libro de 1896 Der Judenstaat, Teodor Herzl, el 'Profeta oficial del Estado israelí”, ya profetizó este desarrollo. Esto es lo que escribió en 1896: 'Nosotros constituiremos para Europa (en Palestina) una parte del muro contra Asia, serviremos como una vanguardia de cultura contra la barbarie'.
Herzl estaba pensando en un muro metafórico, pero entre tanto hemos erigido un muro auténtico. Para muchos, éste no es sólo un muro de separación entre Israel y Palestina, sino una parte del muro entre Occidente y el Islam, la línea de fuego del choque de civilizaciones. Más allá del muro no hay hombres, mujeres y niños, no existe una población palestina conquistada y oprimida, no hay pueblos y ciudades ahogados como Abu-Dis, a-Ram, Bil'in y Qalqilia. No, más allá del muro hay mil millones de terroristas, multitudes de musulmanes sedientos de sangre que sólo tienen un deseo en la vida: arrojarnos al mar simplemente porque somos judíos, parte de la civilización judeocristiana.
Con una posición oficial como ésta, ¿quién puede dirigirse a nadie? ¿De qué se puede hablar? ¿Cuál es el punto de encuentro en Annapolis o en cualquier otra parte?
¿Y qué podemos hacer, llorar o reír?

La fuente: Uri Avnery es periodista, ex legislador y pacifista israelí. La traducción del inglés pertenece a Carlos Sanchis para Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.

Duras críticas de Chávez y Kirchner a las empresas españolas


El presidente venezolano acusa a la CEOE de haber apoyado el golpe de 2002

JORGE MARIRRODRIGA - Santiago de Chile - 10/11/2007

Los empresarios españoles se convirtieron ayer en los inesperados protagonistas de la sesión plenaria de la 17ª Cumbre Iberoamericana cuando fueron citados tanto por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez -que dedicó un furibundo ataque contra el presidente de la CEOE, la patronal española-, como por el presidente argentino, Néstor Kirchner. Mientras, y tratando de desechar la visión de que es un simple acuerdo retórico, los representantes de los 22 países asistentes a la cumbre aprobaron ayer impulsar el desarrollo de un sistema de cohesión social panamericano que beneficie sobre todo a los seis millones de emigrantes de Iberoamérica.
Chávez, quien llegó al amanecer a Santiago cantando una ranchera -"No soy monedita de oro pa caerle bien a todos"-, calificó el programa de acción aprobado como "una declaración de buenas intenciones sin metas que se puedan medir en el tiempo" e hizo blanco de sus críticas al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien esta misma semana manifestó su preocupación por la inseguridad jurídica que existe en Venezuela, Bolivia y Ecuador. "Son los mismos que apoyaron el golpe de abril [de 2002, contra el propio Chávez y que no tuvo éxito], la derecha española. Y ahora los empresarios vienen a decirnos que el capitalismo es el camino", destacó el venezolano, quien a continuación arremetió contra el ex presidente José María Aznar, a quien acusó de ser el encargado de vender "el discurso de Washington" y tachó de "fascista". Algunos asistentes al acto comentaron que don Juan Carlos regañó después, en tono distendido y para rebajar la tensión, a Chávez por sus palabras. El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó anoche a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, el malestar de España por las declaraciones de Chávez.
El presidente de Venezuela restó valor a los acuerdos alcanzados en la cumbre y volvió a proponer a sus homólogos que abracen su proyecto bolivariano para Latinoamérica, del que subrayó ya se han puesto en marchas iniciativas concretas como el Banco del Sur, PetroSur, ALBA (el tratado económico alternativo al ALCA) y Telesur. En particular sobre la televisión, Chávez subrayó que "las élites se han adueñado de los medios" y aseguró que tiene razones para cerrar "todas las televisiones privadas" de Venezuela. "Aunque en Venezuela somos generosos y en vez cerrarlas esperamos a que se acaben las concesiones", anunció. La de Chávez no fue la única referencia al empresariado español que se escuchó ayer en la sede del encuentro. "Los empresarios españoles me corrían por todos lados y yo no tuve más remedio que pelear", destacó el argentino Néstor Kirchner, en un discurso que suponía su despedida oficial de sus homólogos. Kirchner agradeció en público su apoyo al rey Juan Carlos.
Hay dos grandes empresas españolas que atraviesan momentos delicados en Argentina: por un lado Repsol, que está negociando la venta del 25% de YPF a un empresario amigo personal del presidente argentino y, por otro, el Grupo Marsans, propietario de Aerolíneas Argentinas, compañía con un altísimo nivel de conflictividad laboral donde el Estado argentino quiere aumentar su participación.
Quien es, según las encuestas, el presidente más popular de los asistentes a la cumbre, el ecuatoriano Rafael Correa, pidió que se emitiera una condena del racismo y la xenofobia, espoleada por la reciente agresión a una ecuatoriana en Barcelona.

Evo Morales planta a Bachelet

El presidente boliviano prefiere jugar al fútbol que asistir con el resto de los mandatarios a la cena oficial ofrecida por la anfitriona de la cumbre

EP - Santiago de Chile - 10/11/2007

Mientras sus homólogos del continente sudamericano asistían a la cena oficial ofrecida la noche del viernes por la anfitriona de la cumbre, la presidenta Michelle Bachelet, el mandatario boliviano, Evo Morales, prefirió jugar al fútbol contra los chilenos. Y ganó por goleada.
El equipo de Morales ganó 8-1 a un once local que incluía viejas glorias del fútbol y legisladores. El mandatario boliviano marcó el segundo gol de su equipo, integrado por miembros de su comitiva, incluyendo al parecer algunos de sus guardaespaldas. Al final del partido, en la cancha de la academia de formación de oficiales de la Policía, el presidente intercambió su camiseta verde por la roja que había usado el capitán del equipo chileno y autor del gol del honor, el ex internacional Carlos Caszely.
Por el lado chileno jugaron otro ex internacional, Jaime Pizarro, y dos senadores, el derechista Hernán Larraín y el demócrata cristiano Jorge Pizarro. "Nos pasó un tsunami por encima", reconoció Pizarro, que en su juventud destacó como jugador de rugby. Morales se retiró de la cancha con una gran sonrisa y eludió los micrófonos de los periodistas.

Bush: entre la fe y la bravuconería

'The New York Review of Books' analiza el diálogo Bush-Aznar publicado por EL PAÍS

ERNESTO EKAIZER 10/11/2007


La tarde del pasado 26 de septiembre, los editores de la prestigiosa revista The New York Review of Books se pusieron en contacto con EL PAÍS. Querían autorización para publicar un documento que el periódico había entregado ese mismo día a sus lectores: la transcripción de la conversación mantenida por el entonces presidente del Gobierno español José María Aznar y el presidente estadounidense, George W. Bush, en el rancho de Crawford el 22 de febrero de 2003.

• "Como un gánster de película..."

Su petición era más concreta: ¿era posible que se le facilitara la versión original en inglés? La respuesta fue ésta: la versión publicada era la transcripción original realizada por uno de los participantes en la reunión, el entonces embajador de España en Washington, Javier Rupérez, quien fue el encargado de tomar las notas y redactar el acta. Los editores estadounidenses necesitaban debatir si seguir adelante. El argumento: no es usual que una publicación norteamericana transcriba palabras del presidente de Estados Unidos traduciéndolas del español al inglés. Uno de los especialistas con los que cuenta la revista, el periodista Mark Danner, que trabajó anteriormente para The New Yorker, consideró que la conversación de Crawford era un documento de importancia equivalente al célebre Downing Street Memo, una transcripción en la que el primer ministro británico Tony Blair y sus colaboradores estiman, el 23 de julio de 2002, que Bush considera la guerra como inevitable y que "la información de los servicios secretos y los datos giraban en torno a la política". Los editores llegaron finalmente a una conclusión: se haría la traducción del español al inglés del texto íntegro por un equipo de especialistas en ambos idiomas y se publicaría junto con un texto del citado periodista. "Es la primera vez que hacemos esto. No hay precedentes de poner las palabras en inglés del presidente norteamericano traducidas del español. La veracidad del texto y el hecho de que no ha sido cuestionado por la Casa Blanca nos han convencido", dijo uno de los editores. En su edición del 8 de noviembre, The New York Review of Books publica el largo ensayo de Danner junto con la versión completa en inglés de la entrevista de Crawford. Danner califica a Bush como un "gánster de película" en algunos pasajes del diálogo con Aznar.

Características argentinas

Por Osvaldo Bayer

De “aquí tenés el sobre” ahora hemos pasado al “ojo, que te pueden pontaquartar”, sinónimo de “te pueden ‘buchonear’” después de que el negocio esté listo. El léxico muy argentino en torno de la “coimisión” ha ganado otro vocablo. Ahora existe la advertencia redonda. Sí, en estos días, el juicio al ex presidente De la Rúa, mandatario catapultado en helicóptero nuevamente al llano, nos hace recordar a que en todo tiempo argentino se practicó aquello de la “coimisión”. Desde los tiempos de Roca, con el nuevo verbo “atalivar”, pasando por la década infame de las tierras de El Palomar, después a enfermeros que se convirtieron en multimillonarios, y las épocas de la pizza con champán y ahora lo de la complicación del pontaquartismo. Estas tierras ubérrimas dan para todo, pero no para todos. Pero no vamos a hablar ahora del nivel de pobreza y de la desnutrición de niños argentinos.

El punto más estridente de la historia de las coimisiones argentinas fue sin duda alguna la venta de las tierras de El Palomar, que manchan tanto al poder militar como al mundo político de la Década Infame. La cosa fue simple. Dos empresarios compraron para el ejército 222 hectáreas de El Palomar, a 0,65 centavos el metro cuadrado, y en la misma acción se la vendieron al Estado a 1,10 peso. En ese negociado estaban involucrados legisladores de la Comisión de Defensa del Congreso y el mismo ministro de Guerra, general Márquez, que pasó a llamarse para la picardía popular como “general Palomárquez”. Pero la estafa quedó en descubierto y terminó con el suicidio del legislador radical Guillot y la prisión de otros implicados. El escándalo provocó la renuncia del propio presidente de la Nación, doctor Ortiz, la que finalmente no fue aceptada.

La llamada Década Infame dejó tras de sí el “affaire” de la Chade, el de los colectivos, el de la lotería nacional llamado “de los niños cantores”, donde a los menores que sacaban las bolillas premiadas les hacían leer otras cifras.

La doble moral fue invadiendo todos los sectores y llegó también al fútbol, con varios casos de soborno, “coimisiones” en la compraventa de jugadores, y, en la vida diaria, aquello de “conversar” las multas y “ponerse”.

Pero digamos que fue la picardía de Sarmiento la que dejó al descubierto este método argentino de resolver los problemas. Fue cuando desde sus páginas de El Censor empleó por primera vez el verbo “atalivar”. Decía el sanjuanino que el presidente Julio Argentino Roca “hace los negocios y su hermano ‘ataliva’”. Y ahí ponía punto. Hasta que los lectores adivinaron de por sí lo que quería decir. Sí, Roca, el presidente tenía un hermano llamado Ataliva Roca. Y “atalivar” era usado por Sarmiento como verbo para significar que cobraba la coimisión. Pero de allí, Sarmiento pasa a la acusación directa en el artículo del periódico El Censor, del 18 de diciembre de 1885. Dice sin pelos en la lengua acerca del gran negociado de las tierras del “desierto” conquistadas por Roca: “El general Roca, educado en el Colegio del Uruguay, no ha traído a su gobierno otra idea sobre el reparto de la tierra pública que en la práctica en aquellos tiempos (de Urquiza) –la voluntad sin límites de aquel que ejerce el poder– adoptándolo como sistema”. Y luego Sarmiento se ríe de la llamada “conquista del desierto de Roca diciendo que sólo fue un paseo en carruaje”. Dice textual: “El pensamiento de un paseo en carruaje a través de La Pampa cuando no había en ella un solo indio fue un pretexto para levantar un empréstito enajenando la tierra fiscal a razón de 400 nacionales la legua, en cuya operación la Nación ha perdido 250 millones de pesos oro, ganados por los Atalivas, Goyos y otras estrellas del cielo del presidente Roca. Pero si se puede explicar, aun cuando no se justifique, esta medida antieconómica y ruinosa para el Estado, por la famosa Expedición al Desierto, después de que ésta se realizó sin batallas ni pérdidas de ningún género para el gobierno, no hay razón, no hay motivo alguno para que tal empréstito continúe hoy abierto... para los amigos del general Roca, máxime cuando la suscripción se cerró hace ya mucho tiempo. Es necesario llamar a cuentas al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos. ¿En virtud de qué ley, el general Roca, clandestinamente, sigue enajenando la tierra pública a razón de 400 nacionales la legua que vale 3000? El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del Crédito Público órdenes directas, sin expedientes, ni tramitaciones ‘inútiles’ (sistema Urquiza), para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas. Allí están los libros del Crédito Público que cantan y en alta voz para todo el que quiera hacer la denuncia al fiscal... Al paso que vamos, dentro de poco no nos quedará un palmo de tierra en condiciones de dar al inmigrante y nos vemos obligados a expropiar lo que necesitamos, por el doble de su valor, a los Atalivas”.

Así se repartió la tierra de las enormes pampas sureñas. Al presidente de la Sociedad Rural de aquellos tiempos se le entregaron dos millones y medio de hectáreas. Un apellido –Martínez de Hoz, nada menos– conocido en todas las épocas argentinas. El bisnieto, en 1976 estará sentado al lado del dictador Videla, en la Casa Rosada. Todo en carroza. Aunque en el billete de cien pesos nos muestren al general Roca, a caballo, para hacerlo más marcial y heroico.

El investigador René Orsi, en su libro Alem y Roca señala que “Julio A. Roca integraba una sociedad de hecho con su hermano mayor, Ataliva, a quien endilgaban el neologismo de ‘atalivar’ y era ‘il padrone’ mientras que Julio Argentino oficiaba como ‘gerente de la casa de comercio’”. Y añade: “Ataliva Roca, habiendo iniciado su vida carente de bienes como sus hermanos, al morir dejó una cuantiosa fortuna compuesta por importantes fracciones de campo en la provincia de Buenos Aires y La Pampa, de más de diez propiedades urbanas en Capital Federal, acciones de capital de diversas sociedades comerciales, varias chacras y loteos en Morón, La Matanza, Bahía Blanca, Junín y La Plata”. Al morir dejó tres estancias de enorme extensión.

Por eso, nosotros los argentinos hemos bautizado una ciudad en La Pampa como Ataliva Roca y también una calle en Morón.

Su hermano, Julio Argentino, el “conquistador del desierto”, fue su socio comercial permanente.

La campaña del desierto costó muy caro a pesar de haber sido solo un paseo –como lo calificó en esa época Leandro N. Alem–, quien señaló “fue un paseo del ejército argentino por el desierto mientras su general iba cómodamente entre los almohadones de su carruaje”. El mismo Roca lo atestigua en una carta a su hermano Ataliva: a quien escribe que han llegado ya al Río Negro “sin que nos haya costado más sacrificios que comer carne de yegua. Si no hubiera sido por el pequeño contratiempo de los proveedores esta campaña hubiera tenido los aires de un paseo”.

Un paseo que le salió muy caro el Estado argentino –se puede ver en el presupuesto de la época– y enriqueció a los poderosos de siempre (basta ver la lista oficial de los que recibieron las tierras). Por eso al monumento más grande de Buenos Aires, el bronce a Roca, no lo mueve nadie. Valió la pena “atalivar”.

En cambio sí, al colegio secundario de la ciudad bonaerense de Moreno se le ha quitado el nombre de Roca y llevará en el futuro el de un docente desaparecido. Y la plaza Julio Argentino Roca, de Rosario, se llama ya Pueblos Originarios. La Etica avanza a veces muy lenta, pero triunfa finalmente.