27 noviembre 2007

¿A QUÉ JUGAMOS?




Ernesto Ramírez - Barcelona, 07/11/07

Gran parte de la sociedad española está escandalizada porque el presidente de un país tercermundista irritó a su rey, hasta el punto de que abandonara la sala. Y más allá del exceso de trascendencia al que nos tiene acostumbrados el señor Hugo Chávez, surge una pregunta inherente al carácter del conclave realizado en Chile: ¿Qué pinta el monarca español en un conclave de naciones la mayoría de ellas de corte republicano?
Y cuando digo el monarca español, no me refiero a la persona, al señor Juan Carlos de Borbón el cual me parece un buen hombre con algunos aciertos (dentro de lo que le es permitido) en el ámbito político nacional, si no a la figura nobiliaria en sí; ¿Qué hace un Rey en pleno siglo XXI en un encuentro de mandatarios de regímenes republicanos en su mayoría? Más allá de la buena voluntad de esta persona, su presencia estuvo de más.
Si bien el señor Borbón no se retiró de la sala durante la discrepancia con Chávez si no durante la exposición de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, cierto es que su irritación la provocó el venezolano. Justifico este malestar si nos atenemos al plano de la buena educación, ya que Hugo Chávez sabe llegar a molestar tanto como un grano en el culo (iba a utilizar la palabra “ano” pero me creaba un problema de rima, innecesaria en el texto).
Particularmente creo que esta condición de “grano gerifalte” es utilizada con acierto en algunos aspectos por este particular mandatario. Esta condición, si mal no recuerdo, se puso francamente de manifiesto luego del frustrado golpe de estado del que fue víictima Chávez.
Ahora bien, ¿qué hubiera pasado si Hugo Chávez mantuviese un perfil bajo y se quedara calladito en su país? Pues muy fácil: probablemente hubiera corrido la misma suerte que el primer presidente socialista elegido democráticamente por un pueblo americano. Si, “Mister Danger” y la oligarquía venezolana (ésa que como todas las del mundo son solidarias mientras la solidaridad se manifieste por la vía de la caridad, pero en cuanto se habla de justicia social les tiembla el bolsillo ya que son alérgicos a repartir de manera más o menos igualitaria) se hubieran ocupado de eliminarlo, como lo hizo en su momento el ejercito golpista chileno al mando del asesino Pinochet con Salvador Allende, presidente electo del pueblo chileno. Al tomar la trascendencia internacional que ha tomado Chávez, atentar contra su vida implicaría que quedaran inmediatamente en evidencia tanto el sicario como al autor intelectual del magnicidio. Sé que muchos alegarán que el contexto político de la época en que fue muerto Allende era muy diferente al actual. Pero antes de ese contexto diferente existía uno mayormente democrático como el de hoy, y sobre todo, que existía y existe esa nación tan peculiar en su concepción y respeto de la palabra libertad. Ese país que erigió una gran estatua dentro de su territorio nacional en homenaje a este ideal y que fuera de fronteras pretende dignificarlo a fuerza de bombas, invasiones, conspiraciones, terrorismo de estado, torturas y asesinatos.
No conozco los pormenores de la situación interna de Venezuela como para aventurarme a apoyar incondicionalmente al señor Chávez, pero si de lo que dice, piensa y puede realizar un 40%, ya tiene mi simpatía y afecto.
Justamente en la televisión española (en la lamentable televisión española, la que en el poco tiempo que le dedico ha logrado convertirme en un as del zapping, dado el bajísimo nivel de su programación) veía, antes de comenzar a escribir estas líneas, a un conductor muy mediático de origen venezolano y de seguro de extracto social medio-alto como mínimo, despotricar contra el presidente de su país natal en clara defensa del rey de su país de acogida. Ahora bien, España y más específicamente Cataluña, es mi nación de acogida, vivo aquí desde hace cinco años y discrepo, en mi legítimo derecho de ciudadano del mundo, con muchas cosas de su política interna como de su política exterior. No faltará quien diga, por que los hay: ¡pero quién es este inmigrante para opinar: le matamos el hambre y todavía nos critica!
El error conceptual que cometen los que así piensan y que ha creado cierto preocupante grado de racismo en la sociedad española, proviene justamente de su falta de documentación a la hora de pronunciarse sobre temas tan candentes.
No hace mucho más de un mes hubo un incidente en el que un energúmeno veinteañero español agredió sin más, en un tren nocturno, a una adolescente de origen ecuatoriano. Entre las muchas, muchísimas manifestaciones de repudio a la agresión, hubo también voces disonantes de claro corte fascista.
Tuve oportunidad de escuchar en un bar a un individuo de esos que sólo lee, como único ejercicio intelectual, el suplemento deportivo, vociferar: “ellos también van por ahí liándola, que no vengan, que se vayan a su país, cada uno en su casa”.
“Cada uno en su casa”, claro que sí, así debería de haber sido desde hace quinientos años. Resulta muy fácil exigirlo ahora después de que pasaron a formar parte de la historia remota todas las barbaries, las usurpaciones, el trasiego indescifrable de riquezas, la humillación de razas que teniendo su religión y culturas propias (está demostrado que para nada inferior en conocimientos y organización, a la que le impusieron) debieron de abdicar, “santísima inquisición” mediante, a imposiciones foráneas.
Los habitantes de los países desarrollados están equivocados al pensar que su bienestar y desarrollo les pertenece en exclusiva. Por lo menos un cincuenta por ciento de este bienestar ha provenido de las veleidades expansionistas de sus ancestros, de los abusos cometidos, del exterminio de pueblos avasallados por la ambición desmedida, del despojo que fueron objeto tanto el continente americano como el africano.
Pero si a estos individuos les parece que el pasado remoto es muy lejano como para tenerlo en cuenta, tenemos también el pasado más cercano, el contemporáneo.
Cuenta está historia reciente que en las décadas que van del veinte al cincuenta el continente europeo se vio afectado por una serie de guerras que sembraron como todas las guerras muerte, desolación y hambruna. Huyendo de esta hambruna muchos españoles, “de todas partes” de España cruzaron el Atlántico buscando un plato de comida que encontraron ni bien llegar. La usurpada y humillada América Latina les abrió las puertas de su territorio que aún conservaba algunas riquezas. Y allí trabajaron duro, en menor o mayor medida algunos se enriquecieron y un porcentaje de éstos retornó a España, compraron regias casas y montaron sus negocios que generaron... “puestos de trabajo”.
Pero si todavía a estos individuos la historia cercana les parece un lugar lejano, tenemos el presente. Sí, aún en el presente les puedo asegurar que el plato de comida que hoy venimos a buscar los “SUDACAS” (y a pesar de yo tener un tipo étnico más europeo que sudamericano me siento totalmente identificado con este adjetivo, que por el valor cultural y humano que encierra jamás lograrán que me suene despectivo a pesar de la intenciones de quienes lo utilizan) está subvencionado por los pingües dividendos que obtienen las empresas españolas emplazadas a lo largo y ancho de la América del sur, cuyos beneficios retornan aquí generando nuevas inversiones y más...“puestos de trabajo”. Sí, ya sean las petroleras como Repsol u otras, las financieras como Banesto u otros, las de servicios como Telefónica, o las Unión Fenosa y un largo etc, remiten a España anualmente caudales de ganancias como para que la patética frase de “cada uno en su casa” deba ser muy seriamente replanteada.
Es que como dice en el estribillo de un tema de su autoría el cantautor argentino León Gieco: “si me pedís que vuelva al lugar donde nací, yo pido que tu empresa se vaya de mi país, y así será de igual a igual,y así será de igual a igual...”
Vivimos en un mundo donde día a día las fronteras se diluyen un poco más. Si los medios de comunicación masiva, la televisión primordialmente, se ocuparan de poner en el aire una programación menos sensacionalista, de mejor calidad, y más comprometida con la cultura, seguramente esto contribuiría a un mejor entendimiento entre las personas, y a una mejor comprensión de los problemas que nos conciernen a todos, como ciudadanos de este único mundo que poseemos.

ANÁPOLIS: FAHRENHEIT 451


LAS PERSPECTIVAS DE LA REUNIÓN DE PALESTINOS E ISRAELÍES ES PRÁCTICAMENTE NULA. NO IMPORTA EL PEDAZO DE PAPEL SOBRE EL QUE FIRMEN LOS PRESENTES EN LA REUNIÓN: ISRAEL NO VA A RUBRICAR UN ACUERDO POR EL CUAL DEBERÁ DEVOLVER PARTE DE JERUSALEM, PERMITIR EL RETORNO DE LOS REFUGIADOS, DESARMAR LAS COLONIAS LEVANTADAS EN JUDEA Y SAMARIA Y LUEGO SE CRUZARÁ DE BRAZOS, SONRIENTE Y SATISFECHA CON SU CONDUCTA DE SAMARITANA DEL MEDIO ORIENTE. SI CEROLMERT FIRMARA UN ACUERDO DE ESTE TIPO, NO PODRÍA REGRESAR A ISRAEL.
Y SI ABU MAZEN FIRMASE UN PAPEL SIN INCLUIR LAS EXIGENCIAS DEL PUEBLO PALESTINO COMO BASE LIMINAR,SI RECONOCIESE AL ESTADO DE ISRAEL COMO "ESTADO JUDÍO", COSA QUE NO ES NI SERÁ JAMÁS", YA DESDE ANÁPOLIS DEBERÍA BUSCAR REFUGIO EN LA COCHINCHINA O EN EL CENTRO DE LA TIERRA.
HAY QUE CONVENCERSE: ANÁPOLIS EQUIVALE A FAHRENHEIT 451
(Andrés Aldao)



Los principales obstáculos para la paz entre israelíes y palestinos
Los puntos de conflicto siguen sin resolverse tras décadas de litigo


ELPAIS.com - Madrid - 27/11/2007

La reunión internacional de Annapolis puede marcar el primer paso de un proceso de paz en Oriente Medio, aunque el escepticismo rodea la cumbre. Algunos de los puntos que serán tratados están sin resolver desde hace décadas.

Jerusalén

La ciudad está siempre sobre las mesas de negociación y es uno de los temas más conflictivos para israelíes y palestinos. Jerusalén es considerada una ciudad sagrada para el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Para los palestinos, es una ciudad santa, corazón de Palestina y el mundo árabe. Para los israelíes, Jerusalén tiene lazos históricos y religiosos con el pueblo judío y es parte integral de su identidad. En ella, están los restos del gran Templo Sagrado de Jerusalén. Después de la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel conquistó Jerusalén Oriental, lo que supuso una “ocupación” para los palestinos y una “liberación” para los israelíes. El gran símbolo de la disputa es el sitio llamado por los judíos Har Haram, Monte del Templo, y por los musulmanes Haram al-Sharif.

Fronteras

Oficialmente, los palestinos exigen una retirada israelí de todos los territorios ocupados desde junio de 1967, incluido Jerusalén Este. Según el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, los palestinos quieren "un Estado que tome como base las fronteras de 1967". Según ha declarado varias veces Abas; "La superficie de Cisjordania y la franja de Gaza es de 6.205 km2 y queremos estos 6.205 km2". Pero Israel descarta una vuelta a las fronteras previas a 1967 y quiere unir a su territorio las zonas donde se encuentran agrupadas las mayores colonias de Cisjordania, sobre todo en torno a Jerusalén, donde viven unas 250.000 personas. En 2005, Israel retiró todos sus asentamientos de la Franja de Gaza y cuatro implantaciones aisladas de Cisjordania, pero los palestinos exigen que las colonias desaparezcan.

Refugiados

Según datos de Naciones Unidas, existen entre siete y ocho millones de palestinos que viven en zonas de Palestina administradas por la Autoridad Palestina o están refugiados en tierras cercanas. Los palestinos siempre han exigido que Israel reconozca el derecho al retorno de estas personas, conforme indica la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU. Israel se niega categóricamente a conceder este "derecho al retorno" porque podría poner fin al carácter judío del Estado de Israel, proclamado en 1948, pero está dispuesto a tolerar la instalación de estos refugiados en el futuro Estado palestino.

Agua

El abastecimiento del líquido es motivo de importantes diferencias. La cuenca del Jordán es una de las zonas más áridas de la tierra. Israel controla el 80% del agua subterránea de Cisjordania tras la desviación del Jordán hacia el Neguev mediante el Acueducto Nacional, lo que causó un claro conflicto con los intereses árabes, tanto en calidad del agua como en cantidad. Es entonces cuando la negociación sobre el agua ha adquirido una doble dimensión técnica y política. Para los palestinos, Israel discrimina a los palestinos en su consumo, mientras que los israelíes consideran que el problema radica en la ausencia de una buena administración por parte de los palestinos. ■


Los palestinos ultiman un pacto con Israel para crear su propio Estado
El acuerdo establece las condiciones y los plazos para avanzar hacia el nuevo país


ANTONIO CAÑO - Washington - 27/11/2007

Negociadores palestinos e israelíes comunicaron ayer, horas antes del comienzo formal de la conferencia de Annapolis para la paz en Oriente Próximo, que estaban a punto de alcanzar un acuerdo para la redacción de un comunicado final en el que se establecerán los plazos y las condiciones para la creación de un Estado palestino. "Hay intensos contactos en estos momentos para conseguir ese documento. Creo que podremos lograrlo hoy mismo [lunes] o mañana", manifestó en el Departamento de Estado el jefe negociador palestino, Yasser Abed Raboo. "Nos estamos acercando", confirmó un portavoz israelí.
"Los palestinos y nosotros sacaremos adelante algo muy bueno", dijo Olmert
La presencia de Siria y Arabia en Annapolis ya es un éxito para Bush
Hasta anoche no se conocían detalles sobre el contenido de esa declaración, aunque la delegación palestina había comentado previamente que su voluntad era la de incluir un sistema de control de los acuerdos que se vayan tomando, así como el establecimiento de un plazo para acabar las negociaciones antes de finales de 2008. La aprobación de un documento así, que se ha resistido durante meses de duras negociaciones impulsadas por EE UU, significaría un signo optimista en una conferencia que nace marcada por el escepticismo de sus 40 participantes, incluidos todos los países árabes y la propia Liga Árabe.
Ese escepticismo, alimentado por décadas de fracasos en cualquier intento de diálogo, no impidió que las conversaciones comenzaran ayer con palabras de esperanza y garantías de buena voluntad. "Los palestinos y nosotros nos sentaremos juntos en Jerusalén y sacaremos adelante algo que será muy bueno", anticipó el primer ministro israelí, Ehud Olmert, al inicio de su encuentro bilateral en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, George Bush.
Bush también expresó su optimismo. "Esta conferencia", dijo, "marcará el apoyo internacional al propósito de israelíes y palestinos de comenzar negociaciones sobre el establecimiento de un Estado palestino y la consecución de la paz entre los dos pueblos".
Ése intenta ser el principal aporte de esta conferencia respecto a otros frustrados procesos de paz: su internacionalización. Durante años se ha dicho que ningún acuerdo entre palestinos e israelíes sería factible sin el apoyo del resto de los países árabes -especialmente Siria y Arabia Saudí- que se sienten afectados por algunos puntos de la agenda palestino-israelí, como el estatus de Jerusalén y el regreso de los refugiados palestinos. Siria, además, mantiene su propio litigio con Israel a propósito de la ocupación desde 1967 de los Altos del Golán.
Todos los árabes están ahora aquí, con mayor representación que nunca en la historia. Saudíes y sirios están aquí también. Los primeros representados por el mismo ministro de Relaciones Exteriores, Saud al-Faisal; los segundos, sólo por un viceministro, Faisal Mekdad. Su presencia es, ciertamente, un éxito de Bush y de su esforzada secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Pero un éxito que puede ser efímero si no produce algún efecto práctico.
Las condiciones, aparentemente, no son las más propicias para alcanzar esa meta. Tanto Olmert como el presidente palestino, Mahmud Abbas, con quien Bush se reunió también por separado ayer, son líderes débiles y cuestionados en sus propios países. El mismo anfitrión está a punto de entrar en su último año de presidente y no es, precisamente, muy popular en el mundo árabe.
Pero algunos otros factores contribuyen, al menos, a intentar el éxito. Entre éstos destacan el creciente peso que una potencia regional no árabe, como es Irán, está alcanzado en Oriente Próximo, así como la presión, también en aumento, que muchos Gobiernos de la zona sienten de parte de sus propias opiniones públicas cada día más radicalizadas. A nadie se le escapa que un verdadero acuerdo palestino-israelí sería un factor de estabilidad que sólo perjudicaría a quienes quieren cambiar por la fuerza el statu quo. *

LOS TRES MOSQUETEROS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Carlos BENÍTEZ VILLODRES


Manuel Marín, tras anunciar públicamente, el pasado 15 de noviembre, que ante las próximas elecciones generales de marzo de 2008 dejará la vida política, ha propiciado, con esta decisión, el surgimiento, en su persona, de otro Al Gore “a la española”.
El actual presidente del Congreso, nacido en 1949 en Ciudad Real, se convirtió en habitual en el Parlamento desde las primeras elecciones democráticas, cuando fue elegido diputado independiente (?) -PSOE- por la provincia de Ciudad Real en junio de 1977, y renovó su escaño en 1979 y 1982. Tras una larga trayectoria en la Comunidad Europea, volvió al Congreso en 2000, hasta que en abril de 2004 fue elegido como presidente de la Cámara Baja.
Es evidente que a la dirección del partido le habría encantado que Marín hubiese encabezado la candidatura por Ciudad Real. Me consta que esa propuesta ya estaba sobre la mesa, incluso se le había trasladado al propio interesado. Pero el PSOE respeta la decisión del presidente del Congreso, la entiende y considera que, pese a que Marín abandone la vida política, va a seguir siendo “un referente” en el partido.
Manuel decidió abandonar a su esposa, la política, para dedicarse en cuerpo y alma a luchar contra el cambio climático fuera y dentro del ámbito universitario y a defender la necesidad de construir un modelo de desarrollo económico sostenible y renovable. Temas estos en los que está sumamente interesado. Pero este divorcio, que estaba cantado, está motivado, según el propio Marín, porque se encuentra cansado, desmotivado y dolido.
Para este Al Gore español el cambio climático es el gran reto de la sociedad en el siglo XXI y un asunto que le preocupa desde hace tiempo. Según el interesado, tuvo “la suerte” de pasar 24 horas con el “hipócrita y galopín” Al Gore durante la entrega del Premio Príncipe de Asturias al ex vicepresidente de Estados Unidos.
Manuel se marcha sin haber sacado adelante la ansiada reforma del reglamento del Congreso, proyecto en el que puso todo su empeño junto al Plan de Modernización de la Cámara que, al menos, si ha visto cumplido. La falta de voluntad política de los dos grupos mayoritarios frustró, una legislatura más, la reforma. Pero Marín ya no quiere saber más de reforma, ni de política parlamentaria, ni de otras políticas básicas.
Al Gore fue el 45º Vicepresidente de los EE UU entre 1993 y 2001, bajo la presidencia de Bill Clinton y candidato a la presidencia del país en el 2000, cuando perdió las elecciones presidenciales frente a George Walter Bush. El ex vicepresidente estadounidense -gurú del medio ambiente, Premio Nobel de la Paz 2007 junto al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU (al ganar este Premio se ha colocado a la altura de la Madre Teresa, de Martín Luther King, del Dalai Lama…) y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007- y Arnold Schwarzenegger, gobernador republicano de California y partidario acérrimo de la pena de muerte, participarán en diciembre en New Hampshire en un foro presidencial sobre energía y cambio climático. ¿Habrá invitado Al Gore a su amigo Manuel Marín? Cuando la entrevista del “mosquetero americano”, en Oviedo, con el aún presidente de la Cámara Baja, tras la entrega del Premio Príncipe de Asturias al primero…, ¿le influiría aquél a éste, no para que abandonara la política, ya que la decisión estaba tomada de antemano, sino para que Marín se uniera a sus huestes, como ya hizo Arnold, para ganar dinero fácil con el falso y manido tema del cambio climático, embaucando a la gente allá donde diserten sobre este asunto apocalíptico, según Al Gore.

El Comité del Nobel dijo a los medios que le otorgaba este reconocimiento debido a su esfuerzo por “construir y divulgar un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre”. Sin embargo, muchos analistas ven en este premio, un golpe de las elites europeas a la administración Bush. Por ejemplo, World Socialist Web Site concluye que nunca se había visto una intervención tan abierta de la clase dirigente europea en la política interna de los Estados Unidos.
Al Gore sumó una nueva presea a sus esfuerzos por contener el cambio climático al recibir un reconocimiento especial en la 35.ª entrega de los Premios Emmy Internacional, que se celebró la noche del lunes, 19 de noviembre, en Nueva York. El actor y director Robert de Niro se encargó de entregarle el Premio Fundadores del Emmy Internacional a Gore por promover a “nuestra humanidad común”. Con sarcasmo, De Niro dijo que “Gore ha dedicado su vida al servicio público” y siguió haciéndolo “después de que fue elegido presidente en el 2000 y perdió el cargo con los votos de la Suprema Corte”.
La web “Kaos en la red” recuerda que fue durante el gobierno de Clinton-Gore, cuando Estados Unidos bombardeó Yugoslavia, Sudán, Afganistán, Irak, Zaire y Haití. “De pacifista, nada”, dice el portal, que también lo señala como uno de los impulsores del uso de biocombustibles, propuesta que, aseguran, auspicia la deforestación y atenta contra el cultivo de productos básicos para la alimentación. De otro lado, en marzo de este año el Tennessee Center for Policy Research denunció que la mansión de los Gore consumía 22,619 kilowatios hora, más del doble de la media de las familias americanas en un año. Y por si fuera poco, hace unas semanas el juez del Tribunal Supremo de Londres, Michael Burton, falló a favor de una demanda interpuesta por el ciudadano Stewart Dimmock contra “Una verdad incómoda”, a la que denunció por alarmista, exigiendo que se prohíba su exhibición en las escuelas públicas inglesas. ■

Escritor, poeta, periodista, crítico literario
Málaga (España)