08 agosto 2008

SOBREVIVEN LAS MENTIRAS DE HIROSHIMA COMO APOYO A LOS CRÍMENES DE GUERRA DEL SIGLO XX


Sobreviven las mentiras de Hiroshima como apoyo a los crímenes de guerra del siglo XX


John Pilger - The Guardian
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Àngel Ferrero


Cuando fui por primera vez a Hiroshima en 1967, su sombra todavía estaba ahí. Era la impresión casi perfecta de una persona descansando: inclinada, con las piernas separadas, y una mano en la cintura mientras, sentada, esperaba a que abriera el banco. A las ocho y cuarto de la mañana del 6 de agosto de 1945, ella y su silueta fueron grabadas a fuego en el granito. Estuve contemplando la sombra durante una hora o más, luego caminé hacia el río y me encontré con un hombre llamado Yukio, en cuyo pecho quedó grabado el dibujo de la camisa que vestía cuando fue arrojada la bomba atómica.
Él y su familia vivían todavía en una casucha que fue levantada por el polvo de un desierto atómico. Describió el resplandor sobre la ciudad que siguió a la bomba como “una luz azulada, algo parecido a un cortocircuito”, después del cuál se produjo un tornado y empezó a caer una lluvia negra. “Me arrojó al suelo y me di cuenta de que de mis flores solamente quedaban los tallos. Todo se quedó quieto y en silencio, y cuando me levanté, había gente desnuda, sin decir nada. Algunos de ellos no tenían ni piel ni pelo. Estaba seguro de haber muerto.” Nueve años después, cuando volví a buscarle, había muerto de leucemia.

En los días inmediatamente posteriores a la bomba, las autoridades de ocupación de los aliados prohibieron toda mención al envenamiento radioactivo, e insistieron en que la gente había muerto o resultado herida únicamente como consecuencia de la onda expansiva. Ésa fue la primera gran mentira. “No hay radioactividad entre las ruinas de Hiroshimas”, decía la portada del New York Times, un clásico de la desinformación y la abdicación periodística, que el reportero australiano Wilfred Burchett puso en su lugar con su primicia del siglo. “Escribo esto como advertencia al mundo”, escribió Burchett en el Daily Express, después de haber llegado a Hiroshima tras un peligroso viaje, siendo el primer corresponsal en atreverse a ello. Describió las salas de los hospitales llenas de gente sin ninguna herida visible, pero muriendo de lo que denominó “una plaga atómica”. Por decir la verdad se le retiró su acreditación y fue puesto en la picota pública y difamado -pero también vindicado.

El bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki fue un acto criminal a una escala épica. Fue un asesinato en masa premeditado desatado por un arma de criminalidad intrínseca. Por esta razón sus apologistas han tratado de buscar refugio en la mitología de que ésta fue la última “guerra buena”, cuya “sumersión ética” (ethical bath), como lo ha llamado Richard Drayton, ha permitido a occidente no sólo expiar su sangriento pasado imperial sino promover 60 años de guerras de rapiña, siempre bajo la sombra de la Bomba.

La mentira más perdurable es aquella que asegura que la bomba fue lanzada para finalizar la guerra en el Pacífico y salvar vidas. “Incluso sin el bombardeo atómico”, concluyó el United States Strategic Bombing Survey [la comisión para el seguimiento de Bombardeos Estratégicos de los Estados Unidos] de 1946, “la superioridad aérea sobre Japón podría haber ejercido la suficiente presión como para llevar a una rendición incondicional y hacer innecesaria la invasión. Basándose en una detallada investigación de los hechos, y apoyados en el testimonio de los líderes japoneses supervivientes, es la opinión de esta Comisión que... Japón se habría rendido incluso si las bombas atómicas no hubieran sido arrojadas, incluso si Rusia no hubiera entrado en guerra e incluso si no se hubiera planeado o contemplado la invasión.”

El Archivo Nacional de Washington guarda documentos estadounidenses que testimonian los acercamientos japoneses hacia la paz en fecha tan temprana como 1943. Se les hizo caso omiso. Un cable enviado el 5 de mayo de 1945 por el embajador alemán en Tokio e interceptado por los norteamericanos disipa cualquier duda de cómo los japoneses estaban desesperados por reclamar el fin de las hostilidades, incluyendo “la capitulación, incluso si los términos fueran duros.” En cambio, el secretario de guerra estadounidense, Henry Stimson, dijo al presidente Truman que “temía” que las fueras aéreas norteamericanas hubieran “bombardeado tanto” Japón, que el nuevo arma no pudiera “mostrar toda su fuerza”. Más tarde admitió que “no se hizo ningún esfuerzo, y ninguno de los que se hicieron fue seriamente considerado, para conseguir la rendición, y no se hizo para no tener que no emplear la bomba”. Sus colegas en el departamento de exteriores estaban impacientes “por intimidar a los rusos con la bomba, haciéndola explotar más que paseándose con ella bajo el brazo”. El general Leslie Groves, director del Proyecto Manhattan que construyó la bomba, declaró que “nunca hubo por mi parte ninguna ilusión que me apartara de la idea de que Rusia era nuestro enemigo, y que el proyecto estaba siendo desarrollado sobre ese punto de partida.” El día después de que Hiroshima fuera arrasada, el presidente Truman expresó su satisfacción por el “éxito abrumador” del “experimento”.

Desde 1945, se cree que los Estados Unidos han estado a punto de emplear sus armas nucleares en al menos tres ocasiones. En su falaz “guerra contra el terror”, los actuales gobiernos de Washinton y Londres han declarado que están preparados para llevar a cabo ataques nucleares “preventivos” contra estados no-nucleares. Con todos los indicadores apuntando hacia la medianoche de un Apocalipsis nuclear, las mentiras con las que se justifica resultan todavía más escandalosas. Irán es la actual “amenaza”. Pero Irán no tiene armas nucleares y la desinformación de que planea crear un arsenal nuclear proviene de la MEK, un desacreditado grupo opositor iraní esponsorizado por la CIA. Exactamente lo mismo que las mentiras sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein que se originaron en el Congreso Nacional Iraquí y que fabricó Washington.

El papel de la prensa occidental a la hora de poner en pie a este espantajo ha sido fundamental. Que la Inteligencia Militar estadounidense afirme que, “casi con toda seguridad”, Irán abandonó su programa de armas nucleares en el 2003, ha sido relegado al cuarto trastero de la memoria. Que el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad nunca amenazó con “borrar a Israel del mapa”, es algo sin interés. Pero éste ha sido el mantra de los “hechos” proporcionado por los medios de comunicación a los que, en su reciente actuación lacayuna ante el parlamento israelí, Gordon Brown aludió para amenazar, una vez más, a Irán.

Esta progresión de mentiras nos ha llevado a una de las crisis nucleares más peligrosas desde 1945, porque la amenaza real sigue siendo algo casi innombrable en los círculos del establishment occidental y, por consiguiente, en los medios de comunicación. Solamente existe una potencia nuclear cuyo arsenal prolifera en todo Oriente Medio, y ésa es Israel. Mordechai Vanunu intentó heroicamente avisar al mundo de ello en 1986, cuando sacó clandestinamente del país pruebas de que Israel estaba construyendo al menos unas 200 cabezas nucleares. Desafiando las resoluciones de la ONU, Israel está hoy claramente impaciente por atacar Irán, temerosa de que una nueva administración norteamericana pudiera -sólo pudiera- conducir a genuinas negociaciones con una nación que occidente ha estado perjudicando desde que Gran Bretaña y Estados Unidos acabasen con la democracia iraní en 1953.

En el New York Times del 18 de julio, el historiador israelí Benny Morris, considerado en su día un liberal y hoy asesor del establishment político y militar de su país, amenazó con “un Irán convertido en un páramo nuclear.” Esto sería un asesinato en masa. Tratándose de un judío, la ironía es sangrante.

La cuestión que sobreviene es: ¿somos el resto de nosotros meros espectadores, asegurando, como hicieron los buenos alemanes, “que no sabemos nada”? ¿Nos escondemos por más tiempo detrás de lo que Richard Falk ha llamado “una pantalla legal y moral farisaica [de] imágenes positivas de valores occidentales e inocencia y nos hacemos los amenazados, dando validez a una campaña de violencia ilimitada”? La caza de los criminales de guerra vuelve a estar de moda. Radovan Karadzic se sienta en el banquillo de los acusados, pero Sharon y Olmer, Bush y Blair no. ¿Por qué no? La memoria de Hiroshima exige una respuesta.

Enlace original: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/aug/06/secondworldwar.warcrimes

EL VERDADERO ROSTRO DE CECILIA


O LA VERDADERA JETA DE LA "OSA PANDO" (SOBRENOMBRE MÍO A.A.)

Defensora del obispo Baseotto, del capellán Christian Von Wernich, de cuanto represor andaba suelto en espera de un juicio, Cecilia Pando se dejó llevar por su instinto. Las cámaras de la tele, que tanto usó, la expusieron sin maquillajes.

Por Nora Veiras Página 12

Los ojos desorbitados, la mandíbula copándole el rostro, la voz ronca lastimada de tanto gritar. Cecilia Pando se convirtió ayer en la atroz caricatura de sí misma. Su odio y rencor quedaron al descubierto en forma y contenido. La mujer que sigue repitiendo que “los desaparecidos están vivos en España” se mostró en plenitud tras la condena a un grupo de represores en Corrientes. Ante la Justicia, la amenaza de muerte.
En los estertores del verano del 2005, la esposa del mayor del Ejército Rafael Mercado empezó a construirse como icono de la ultraderecha a partir de una carta de lectores publicada en La Nación. La defensa del entonces obispo castrense Antonio Baseotto fue la excusa para criticar la política de derechos humanos del gobierno de Néstor Kirchner. “En esa famosa carta manifesté mis ideas, lo que pienso, porque me sentí y me siento agredida continuamente por el presidente de la Nación. Primero, con el hecho de que lo había sacado a monseñor Baseotto del obispado castrense. Porque el presidente en ese tema no es nadie, tiene que cerrar la boca y respetar lo que dice el Vaticano. Pero él siempre quiere más, quiere pasar por sobre la autoridad del Vaticano”, explicó.
Baseotto oficiaba de padre espiritual de los familiares y represores que empezaban a ser detenidos por delitos de lesa humanidad. Pando, joven, madre de siete hijos, docente, apareció como el mascarón de proa de una remake de los Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión (Famus), la entidad que durante el alfonsinismo había intentado contrarrestar la lucha de los organismos defensores de los derechos humanos.
A medida que ganaba espacio en los medios, aparecieron los sponsors. Bernardo Neustadt la catapultó como uno de “los talentos” de su fundación. Mercado fue pasado a retiro por no haberse diferenciado de los dichos de su esposa, agraviantes para el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, a la sazón, el Presidente, pero rápidamente consiguió trabajo en Scanner S.A. La empresa fundada por el teniente coronel retirado Héctor Schwab, detenido en el 2003 por orden del juez español Baltasar Garzón, le dio cobijo y apeló a sus contactos para encontrarle lugar a Pando en uno de los colegios de Fasta. La Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta), que encabeza el cura ultranacionalista Aníbal Fosbery, quien supo acompañar en los ’70 a José López Rega a Libia, es uno de los refugios del matrimonio y lugar de estudio de sus hijos.
En ese momento desde la secretaría de la Unión de Promociones, Schwab apadrinó a su hija María Pía y a Pando para formar la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de Argentina (Afyappa). Remeras blancas con una gran bandera argentina encerrada entre rejas –la “Patria presa”– fue el distintivo de ella y otras señoras frente a los tribunales de Comodoro Py. “Reclamamos libertad ya, para todos los detenidos sin sentencia o proceso por supuestos delitos de la década del ’70. Una Navidad sin presos políticos será el primer paso para terminar este cíclico proceso de venganzas, nuestra historia tiene demasiados vaivenes. Quiera Dios que mañana la venganza y la revancha política que hoy se implementan no causen nuevas víctimas al pueblo argentino”, empezó a arengar en diciembre de 2005.
Para entonces ya se había acercado al entonces ascendente Juan Carlos Blumberg y aportado conciencias de colegios de la zona norte a sus marchas por seguridad. En marzo de 2006 irrumpió en la Casa Rosada. Como asesora de la diputada Nélida Mansur del partido de Luis Abelardo Patti, se coló en un acto por el Día de la Mujer y cruzó a Kirchner a los gritos. Se quejó, con razón, porque su esposo había sido castigado por los dichos de ella en función del código castrense. Fue un ensayo de los gritos desaforados. Poco después amenazó con encadenarse a las rejas del Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, y a los pocos días se le impidió entrar en un acto en el Colegio Militar.
Así, a fuerza de escandaletes Pando fue forjando su lugar mediático. En el camino había quedado el otro rostro femenino de la defensa de los represores: Karina Mujica. La ex novia de Alfredo Astiz tuvo que resignar protagonismo cuando una cámara la descubrió en un prostíbulo marplatense. La doble moral la alejó de las luces y la relegó a una escuela de danza y folklore en Luján. Su militancia en Memoria Completa quedó opacada.
Las señoras de Afyappa redoblaron esfuerzos al ritmo del avance de los procesos contra los represores. Aparecieron en las audiencias del juicio al capellán de Ramón Camps, Christian Von Wernich y Pando tuvo un primer conato de gritos hasta que le prohibieron entrar. En la página web políticaydesarrollo, escribió horrorizada por el traslado del cura al penal de Marcos Paz: “Dios, que en su infinita sabiduría sabe escribir derecho con las conductas torcidas de los hombres, seguramente encontrará en este injusto traslado la posibilidad de que otros detenidos encuentren la paz y el apoyo espiritual que necesitan para soportar su calvario”.
Este año la tropa pandista intentó disputar cada martes la Plaza de Mayo. Un grupo raleado pintó crespones cerca de los pañuelos de las Madres para pedir justicia por “los muertos por la subversión”. Entrenadas ya, se sumaron a más de una marcha en favor del reciente lockout ruralista.

Pando había aparecido en el inicio del juicio en Corrientes y fue consecuente en el final. Desencajada, dejó al descubierto la impotencia de su marginalidad.

TODO LA RAHOLA


TODO: Con la Pilarica ya he ajustado cuentas. Funcionaria secreta del servicio de informaciones de Israel, el shabac y el shin bet (el contraespionaje), su figura sonriente engañabobos es una máscara de su alma repelente y repugante, buchona que usa su talento para amañar, falsificar y urdir patrañas. Veamos que aporta la nota.

J.M. Álvarez − insurgente

Pilar Rahola tiene debilidad por los medios de información. Ha participado en algún programa “rosa” de televisión y en tertulias radiofónicas, útiles para alienar, aún más si cabe, la mente de los ciudadanos. Rahola, que dice ser nacionalista, es admiradora del sionismo y enemiga acérrima del pueblo palestino.
Esta barcelonesa odia a los árabes; a los comunistas; a Fidel Castro y a Hugo Chávez. Si Evo Morales continúa reuniéndose con el ”carcamal” Fidel (como ella lo denomina) acordando medidas conjuntas que beneficien a los obreros y campesinos bolivianos- quienes podrán ser tratados médicamente en Cuba o estudiar becados en la isla- será considerado un indio perverso, e ingresará en la lista negra de Pilar.
También colabora- entre otras- en una publicación con sede en Miami, capital de la mafia anticubana, compartiendo espacio con Vargas Llosa o Carlos Alberto Montaner. Ahí se explaya a gusto con Hugo Chávez llamándolo “chulo inculto”, o pone el grito en el cielo cuando Venezuela compra armas para defenderse. Desde luego que no lo hace por una supuesta posición pacifista, ya que no le preocupa, en absoluto, el inmenso arsenal que posee Estados Unidos, el Imperio de la tortura y los centros secretos de exterminio. Repite que, el objetivo del terrorismo no es matar por matar, sino matar mucho para socializar el terror e imponer su dominio. Ahí acierta de pleno, porque precisamente eso es lo que hacen las “democracias” occidentales.

Cuando salta a la palestra el Estado de Israel, Pilar entra en una especie de trance místico, que desemboca en una catarata de descalificaciones dirigidas contra los que critican el muro de la vergüenza de Cisjordania, los crímenes selectivos o el asesinato de mujeres y niños palestinos. Enarbola la bandera de la lucha contra el antisemitismo, mezclando, intencionadamente, la gimnasia con la magnesia porque semitismo y sionismo son dos cosas diferentes. El sionismo es una ideología de conquista y expansión que se realiza aplastando los derechos de otros pueblos; por tanto es similar a la que parió el Tercer Reich.

Se indigna cuando el cantaor José Mercé manifiesta que nunca actuaría para George Bush y le pregunta si haría lo propio con las antiguas dictaduras del telón de acero, olvidando que, ahora, las dictaduras están enquistadas en sociedades como la española, que tortura, clausura periódicos, dicta leyes para ilegalizar partidos políticos, niega el derecho al voto a miles de ciudadanos, efectúa juicios al más puro estilo franquista, y se alborota, cínicamente, cuando un general cita un artículo de la Constitución- gestada por la oligarquía y acatada por la casta política- que concede manga ancha al Ejército para imponer el “orden” en Cataluña o el País Vasco. Todo ello demuestra, una vez más, que el Estado español es un siniestro régimen, heredado de Franco, y no una democracia de la que Rahola
pueda presumir delante de nadie.

Esta clase de gente, defensora de regímenes oligárquicos, tienen la desvergüenza e indignidad de atreverse imprecar a los que se niegan a aceptar la imposición de un nuevo orden mundial de corte fascista. Utilizando sus mismas palabras habría que recordarle a Pilar Rahola que la plutocracia es, sin duda, un malvado reto a la democracia y a los principios de la libertad, pero en el terreno práctico representa, además, un peligro para toda la humanidad. Así lo demuestra las cien mil personas asesinadas en Iraq por Estado Unidos y sus aliados, o los millones de seres humanos que mueren de hambre y enfermedad por el simple hecho de haber nacido en el mundo pobre.

Calificada como independentista; republicana; izquierdista; feminista, y un sin fin de adjetivos más, Rahola- fiel a su condición de burguesa que desprecia a las clases populares- sólo es una servidora de la plutocracia y una asidua visitante de las cloacas del submundo de la farándula. Aunque parezca lo contrario, la bandera de esta chica “progre” no es precisamente la senyera catalana, por suerte para lo que ésta representa.

Diga la verdad, Shimon (recomendado)


Opinión/Ideas (tomado de El Corresponsal)

En una durísima carta abierta escrita por quien fue durante cuatro años su ayudante, el periodista israelí Gideon Levy no le ahorra críticas al ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, por permancer en un gobierno al que califica de criminal. "Usted es cómplice de Sharon. Usted también ha encarcelado a un pueblo entero durante un año con un grado de crueldad inaudito en la historia de la ocupación israelí. Su gobierno está pisoteando a tres millones de personas, dejándolos sin nada parecido a una vida normal. Nada de ir al mercado, nada de ir trabajar, nada de ir al colegio o visitar a un tío enfermo. Nada. Ningún permiso para ir a ninguna parte, y ningún permiso para volver de ningún lugar. Ni de día ni de noche. El peligro acecha por todas partes, y por todas partes hay otro puesto de control ahogando la vida".

Por Gideon Levy


En los 24 años que nos conocemos, cuatro de los cuales los dediqué a trabajar con usted como su ayudante, ésta es la tercera vez que le escribo una carta abierta. En 1989, cuando usted era ministro de Finanzas en el gobierno de Shamir y la primera intifada estaba en apogeo, yo usé estas páginas para escribir "Una carta a mi ex jefe". Entonces, yo le dije que "por primera vez en su vida, usted no tenía nada que perder, excepto la perspectiva de esfumarse en el aire". Esto fue después de que usted guardó silencio ante la conducta de las Fuerzas de Defensa israelíes durante la intifada, ante la continuación de la ocupación y la terca negativa de Israel para reconocer a la OLP como legítima representante de los palestinos. En ese tiempo, yo creía que usted pensaba diferente de Yitzhak Shamir y de Yitzhak Rabin (conocido entonces como el "rompehuesos"), pero que simplemente no tenía la valentía suficiente para hablar.

Once años después, en 2000, yo le escribí otra carta abierta. Esto fue después de Oslo y el asesinato de Rabin, y de que usted perdiera nuevamente una elección, esta vez, para la presidencia. Entonces, yo dije: "Muchos israelíes lo ven como una persona diferente ahora. Para ellos, usted representa la esperanza de algo distinto". Y ahora, cuando le escribo nuevamente, tengo que decirle: Usted ya no representa ninguna esperanza para nadie.

El gobierno del que usted es un importante integrante, nada menos que el ministro de Relaciones Exteriores, no es más que un gobierno de último recurso; este gobierno es un gobierno criminal. Y ser socio del crimen ya es otra cuestión. Ya no es posible absolverlo, darle crédito por Oslo, entender que su corazón tal vez sufra por lo que está
pasando y entender que usted puede estar reventando de rabia por lo que pasa y se abstiene de hablar, de gritar, y, sobre todo, de actuar, tal vez debido a esas consideraciones tácticas que usted entiende mejor que cualquiera.

No, su silencio e inacción ya no pueden ser justificados de ninguna manera: Shimon, usted es cómplice del crimen. El hecho de que usted pueda sentir esto y, de vez en cuando, incluso profiera algunas palabras débiles de condena, el hecho de que usted no es el primer ministro y Estados Unidos nos está dando carta blanca... son excusas. Usted
continúa sirviendo en un gobierno con sangre en sus manos y todavía ocupadas en matar, encarcelar y humillar. Y usted es cómplice de todos sus hechos. Así como el ministro de Relaciones Exteriores talibán es parte del régimen talibán, usted es parte del régimen de Sharon. Su responsabilidad no es mucho menor que la del primer ministro. Es igual a la del ministro de Defensa y jefe del estado mayor, cuyas acciones usted ha criticado duramente en discusiones privadas. Siempre sólo en discusiones privadas.

Usted dice que se enteró del asesinato de Raed Karmi (1), después de tres semanas de tregua palestina, por la radio. Desde su perspectiva, eso es suficiente para eximirlo de responsabilidad en el hecho e incluso de permitirse criticarlo. Mientras las Fuerzas de Defensa israelíes estaban reocupando Tulkarem, usted se encontraba con Bill Clinton. Cuando preguntó por eso, usted masculló algo incoherente. Siguieron las demoliciones de viviendas en Rafah (2), y usted se mordió los labios y guardó silencio. Uno puede asumir que la explosición de la sede de la radiotelevisión palestina tampoco fue asunto suyo. Pero usted carga con la terrible responsabilidad por todas estas cosas,
por todas estas acciones que no pueden definirse como otra cosa que crímenes de guerra

Pregúntele a su cuñado, el profesor Rafi Walden, jefe de cirugía del Centro Médico Sheba, quien a veces viaja a los territorios palestinos como voluntario de Médicos por los Derechos Humanos, y él le dirá de qué cosas usted es parte. Él le dirá sobre las mujeres a punto de dar a luz -no una o dos, no sólo una rara excepción- que no pueden llegar al hospital debido a la crueldad del ejército del que usted alguna vez estuvo tan orgulloso, y cuyos bebes se mueren apenas después de haber nacido. Él le dirá sobre los pacientes de cáncer necesitados de llegar a Jordania para su tratamiento. Pero no, ellos ni siquiera pueden ya ir a Jordania, por "razones de seguridad".

Él le dirá sobre los hospitales de Belén que fueron bombardeados por las Fuerzas de Defensa. Él le dirá sobre los doctores y enfermeras que duermen en el hospital porque no pueden conseguir una casa. Le dirá sobre los pacientes de diálisis obligados a perder horas viajando tres veces por semana en un esfuerzo desesperado por alcanzar las máquinas de las que dependen sus vidas. Él le dirá sobre los pacientes a los que se les niega tratamiento médico debido al cierre y sobre las ambulancias impedidas de atravesar los puestos de control, inclusive cuando transportan a personas extremadamente enfermas. Él le dirá sobre las personas que se han muerto en los puestos de control
y sobre aquéllos que se murieron en su casa porque ni siquiera se atrevieron a acercarse al puesto de control, que están hechos ahora de tanques estacionados en el medio del camino o de montones de tierra y bloques de cemento que no pueden moverse, ni siquiera para alguien al borde de la muerte.

Usted ha encarcelado a un pueblo entero durante un año con un grado de crueldad inaudito en la historia de la ocupación israelí. Su gobierno está pisoteando a tres millones de personas, dejándolos sin nada parecido a una vida normal. Nada de ir al mercado, nada de ir trabajar, nada de ir al colegio o visitar a un tío enfermo. Nada. Ningún permiso para ir a ninguna parte, y ningún permiso para volver de ningún lugar. Ni de día ni de noche. El peligro acecha por todas partes, y por todas partes hay otro puesto de control ahogando la vida.

Una nación entera ya dio parcialmente su mano en son de paz, no menos de lo que nosotros hemos hecho -usted lo sabe muy bien-. Han tenido demasiado sufrimiento, desde el Nakba, en 1948, a través de la ocupación de 1967 y durante el sitio de 2002, y ellos quieren exactamente las mismas cosas que los israelíes queremos para nosotros: un poco de sosiego, un poco de seguridad y una gota de orgullo nacional. Un pueblo entero despierta cada mañana a un abismo de desesperación, desempleo y privaciones, y ahora también con tanques estacionados al final de la calle.

Usted siempre fue perdonado por todo esto, pero ya no más. Alguien que es socio en un gobierno que deliberadamente sabotea cada esfuerzo palestino para lograr una tregua, que humilla absolutamente a sus líderes, para quien la venganza es la única fuerza motivadora, que cínicamente explota la situación del mundo después del 11 de Septiembre para hacer cuanto quiera, no puede ser perdonado por mucho más tiempo. Realmente, si usted no está de acuerdo con todo lo que este gobierno quiere hacer, ¿qué sucede? Usted está adentro, usted es cómplice como en cualquier otro crimen. A veces lo veo contestar la pregunta de algún periodista sobre el último hecho despreciable de su gobierno. La mirada en su cara (y yo estoy bastante familiarizado con sus expresiones) sugiere
rechazo, incluso aversión. Y entonces usted da una de su evasivas y no una respuesta directa. Usted masculla algo e intenta desembarazarse por medio de algún torpe juego de palabras. Así pasó esta semana, cuando usted
estaba de pie junto a Clinton y se le preguntó por la ocupación de Tulkarem y usted no dijo nada, nada. Simplemente esperó que la pregunta pasara para poder hablar de su visión sobre la paz.

Cuando se le pregunta por los asesinatos, las demoliciones, la humillación de Arafat y su encierro escandaloso, la destrucción del aeropuerto de Dahaniya o el festival del despliegue de las municiones en Eilat, usted frunce su
frente y da una respuesta a medias. Pero eso ya no es suficiente.

Ahora es el momento de respuestas directas, honradas y verdaderas. O nada. Ahora es el momento de decir que la ocupación de Tulkarem fue una acción estúpida, que el asesinato de Raed Karmi fue proyectado para renovar la violencia y que la destrucción de las casas de Rafah fueron un crimen de guerra... Estos no son tiempos para las sutilezas, para los significados ocultos, para las veladas críticas en privado -porque, aquí afuera, un desastre terrible está ocurriendo y un viento enfermo está soplando y echando todo a perder.

¿Debo darle un ejemplo? Hace unos días, usted fue citado diciendo (de nuevo, en forma privada) que era duro para usted criticar acciones del gobierno cuando los Estados Unidos no decían nada. ¿Qué clase de patética excusa
es ésa? El hecho de que haya una administración rapaz en los EE.UU., que no tiene contrapeso en el mundo, y que hace cuanto quiere y le permite a Israel hacer lo que le plazca, ¿que tiene que ver con sus principios? ... ¿Qué tiene eso que ver con valores básicos de justicia y moral?

Quizás usted podría tomar un solo día de vacaciones, que tan raramente toma, y visitar los territorios ocupados. ¿Ha visto alguna vez el puesto de control de Qalandiyah? ¿Ha visto usted lo que pasa allí? ¿Usted piensa que puede hacer su trabajo sin haber visto el pueso de control de Qalandiyah? ¿Entiende usted que también es responsable de lo que pasa allí? ¿Entiende que cualquier ministro de Relaciones Exteriores de un estado que establece estos puestos de control tiene responsabilidad por su existencia?
También usted podría ir al pueblo de Yamoun y reunirse con Heira Abu Hassan y Amiya Zakin, quienes perdieron a sus bebés hace tres semanas cuando soldados de las Fuerzas de Defensa israelíes no permitieron el paso de sus automóviles a través del puesto de control, mientras ellas estaban en trabajo de parto y sangrando. Escuche sus historias terribles. ¿Y qué les dirá? ¿Que lo lamenta? ¿Que no debe de haber pasado? ¿Que es parte de la lucha contra el terror? ¿Que está avergonzado? ¿Que tal vez fue un error de Shaul Mofaz (jefe del estado mayor) y
no suyo? El vocero de las Fuerzas de Defensa no ha expresado pesar ni siquiera sobre estos dos casos, ni mencionó ninguna investigación al respecto. El sólo confirmó que uno de los episodios ocurrió y que sobre el otro "no sabía nada".

Y algo igualmente importante: ¿qué dirá usted sobre los soldados que se comportan de este modo? ¿Que es debido a la seguridad nacional? ¿Que los palestinos son los responsables? ¿O Arafat? La verdad, Shimon, es que usted tiene responsabilidad por las muertes de esos dos bebés. Porque usted guardó silencio. Porque usted ocupa un lugar en este gobierno.

Estos son tiempos terribles. Pero lo peor todavía está por venir. El ciclo de violencia y odio está lejos de alcanzar su cima. Todas las injusticias y los males perpetrados contra los palestinos explotarán en el futuro en nuestras caras. Un pueblo que es abusado de esta manera durante años explotará un día en una terrible furia, aun peor que la que nosotros vemos ahora. Y entretanto nosotros tenemos los soldados entrando en la estación de radio, poniendo explosivos y volando el lugar sin detenernos a preguntar por qué.

Estos soldados son portadores de malas noticias, pero no sólo para sus víctimas. Soldados que destruyen decenas de casas que pertenecen a refugiados, con todas sus miserables posesiones adentro, sin un momento de vacilación -y, ciertamente, ninguna oposición para ejecutar tales órdenes, descaradamente ilegales-, no son buenos soldados, inclusive para su país. Pilotos que bombardean blancos en el corazón de ciudades pobladas, tanquistas que apuntan,
sus armas a mujeres que intentan llegar al hospital para dar a luz en medio de la noche y policías de frontera que abusan de las mujeres y los adolescentes, no son un buen augurio de las cosas por venir...

Sí, este año nosotros hemos perdido nuestro camino. Usted ha unido fuerzas con un primer ministro que es el traficante de guerra más veterano de Israel, y nadie puede decir con seguridad cuáles son intenciones. Y con un público al que le lavaron el cerebro con discursos con una uniformidad aterradora, usted la tiene fácil. Desde que otro miembro de su partido, Ehud Barak, destruyó intencionalmente el campo de la paz, usted ha quedado habilitado para hacer cuanto quiera. Las Fuerzas de Defensa israelíes ya no investigan ningún crimen de guerra y el sistema legal aprueba cada injusticia, que siempre viene cubierta bajo el manto de la seguridad. El mundo entero está ocupado luchando contra el terror, la prensa esconde su cara y el público no quiere oír, no quiere ver y no quiere saber. Sólo quiere venganza. Y bajo la cobertura de esta ignorancia y con el apoyo de una persona de su estatura, la ocupación se ha vuelto una máquina del crimen y el mal.

Naturalmente, usted dirá: ¿Qué puedo hacer? Yo no fui elegido primer ministro. Y tampoco fui elegido presidente del Partido Laborista. Yo ni siquiera soy el ministro de Defensa. Usted tiene razón: en este gobierno usted no puede hacer nada. Y no está haciendo nada. ¿Cuál es la razón por la que usted se transformó en un integrante de este gobierno? Usted dirá: Yo tengo influencia, yo pertenezco a una fuerza moderadora, yo estoy intentando. No tiene sentido. Las cosas no podrían estar mucho peor que ahora; entonces, ¿dónde exactamente ha ejercido su influencia y qué cosas usted ha prevenido que sucedieran? Alguna vez en su vida imaginó estar sentado en un gobierno que volvía a ocupar partes el Area A (bajo control total palestino) sin dificultades?

Simplemente piense qué hubiera pasado si usted abandonaba ruidosamente este gobierno y le hubiera dicho al mundo lo que siente (quizás) en su corazón. El Premio de Nobel de la Paz contra los crímenes del gobierno de Sharon. Imagine si hubiera ido a Ramallah a ver a Arafat, que está allí sitiado, y hubieran caminado juntos por la calle, frente a los tanques israelíes, pidiendo un cese del fuego. En verdad, el cielo no se hubiera caído, la ocupación no hubiera acabado y el cierre de Jenin no hubiera sido levantado, pero se hubiera abierto una fisura en la conciencia moral de este gobierno actualmente impune. Imagine si usted hubiera dicho: Sí, las demoliciones de viviendas son un crimen de guerra. Sí, un estado que tiene listas de blancos para ser asesinados no es un estado de derecho. Sí, instalar puestos de control que causan la muerte de personas es un acto de terror. No, los palestinos no son los únicos culpables de esta orgía de sangre. Sí, nosotros tenemos un primer ministro que es un peligro para la democracia. Sí, nosotros tenemos un ministro de Defensa y presidente del Partido Laborista que es el contratista del gobierno
para los asesinatos y demoliciones de viviendas. Sí, nosotros tenemos un primer ministro que sólo quiere ocupar, vengar, matar, expulsar, demoler y extirpar y no tiene ningún otro plan en mente.

¿Eso es lo que piensa? Si lo es, entonces dígalo, por el amor de Dios. Y si no, entonces su lugar está realmente con este gobierno y nosotros, los que una vez creimos en usted, cometimos un error terrible. Y por favor no diga que a usted lo están convirtiendo en un "punching bag" una vez más. A usted no. Desde Oslo, usted fue la encarnación de nuestras esperanzas. Y éstas han sido defraudadas.

El tiempo es corto, Shimon. No sólo para usted, sino para todos nosotros. Nosotros estamos de pie al borde del abismo. Si usted espera hasta que Benjamín Ben-Eliezer, Ephraim Sneh, Ra'anan Cohen, Dalia Itzik y su gusta venido a con otro furtivo los resignar-de-el-gobierno-para-elección-propósitos reparten, usted simplemente puede
encuentre que usted dio de puntapiés en el olvido por ellos. Usted sabe que ellos han estado intentando librarse de usted durante algún tiempo. Y aun cuando usted tenga un gesto ahora, puede que ya sea demasiado tarde. Puede que ya todos estemos muy defraudados y que ya no haya manera de reconstuir las ruinas provocadas por Sharon.

Pero la única manera de que usted agregue un logro más significativo a su rica biografía no es justamente levantándose ahora y resignando este gobierno, al que sin embargo usted puede influir hasta cierto punto, sino
hablando fuerte y claramente, y diciéndole a los israelíes todo lo que piensa sobre lo que está pasando, especialmente sobre el mal que estamos perpetrando con nuestras propias manos. Una vez más en su vida, intente construir algo nuevo, no un reactor atómico o una nueva industria aeronáutica, que ya tenemos suficientes. Ahora, contra todas las desigualdades, intente construir un sólido campo de paz israelí, para hacer algo antes que nada. ¿Es posible todavía creer que usted ve las cosas de manera diferente al resto de sus colegas en el gobierno? Diga la verdad, Shimon.
Notas: (1) Karmi era el jefe del brazo armado de Al-Fatah, partido del presidente palestino, Yasser Arafat. El 15 de enero fue víctima de los llamados "asesinatos selectivos" perpetrados por el ejército israelí. (2) El ejército israelí destruyó en Rafah, al sur de Gaza, decenas de viviendas de palestinos como represalia por un atentado palestino en el que murieron cuatro soldados israelíes.

La fuente: el autor es un detacado periodista del diario Haaretz (80.000 ejemplares, Tel-Aviv). Primer diario publicado en hebreo durante el mandato británico, en 1919, "El país" es el periódico de referencia de los políticos e intelectuales israelíes. Austero e independiente, su falta de complacencia le valió perder lectores, sobre todo en 1982, durante la guerra del Líbano, y en 1987, al comienzo de la primera Intifada. Siempre propiedad de la familia Schocken, que lo adquirió en 1935, Haaretz construyó su reputación con el análisis. A pesar de su costado voluntariamente "cuadrado", el periódico se abrió a las nuevas tecnologías al proponer todos los martes un suplemento multimedia. Haaretz (www.haaretz.co.il) está en Internet desde fines de 1996. Se limita a reproducir los artículos aparecidos en su edición de papel, pero se distingue por la publicación periódica de varios de sus artículos traducidos en inglés, en colaboración con el International Herald Tribune. La versión inglesa es gratuita. El acceso a las páginas en hebreo es pago. El periódico tiene un sitio espejo en los Estados Unidos (www.haaretzdaily.com), lo que facilita el acceso a las páginas.