08 agosto 2008

Diga la verdad, Shimon (recomendado)


Opinión/Ideas (tomado de El Corresponsal)

En una durísima carta abierta escrita por quien fue durante cuatro años su ayudante, el periodista israelí Gideon Levy no le ahorra críticas al ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, por permancer en un gobierno al que califica de criminal. "Usted es cómplice de Sharon. Usted también ha encarcelado a un pueblo entero durante un año con un grado de crueldad inaudito en la historia de la ocupación israelí. Su gobierno está pisoteando a tres millones de personas, dejándolos sin nada parecido a una vida normal. Nada de ir al mercado, nada de ir trabajar, nada de ir al colegio o visitar a un tío enfermo. Nada. Ningún permiso para ir a ninguna parte, y ningún permiso para volver de ningún lugar. Ni de día ni de noche. El peligro acecha por todas partes, y por todas partes hay otro puesto de control ahogando la vida".

Por Gideon Levy


En los 24 años que nos conocemos, cuatro de los cuales los dediqué a trabajar con usted como su ayudante, ésta es la tercera vez que le escribo una carta abierta. En 1989, cuando usted era ministro de Finanzas en el gobierno de Shamir y la primera intifada estaba en apogeo, yo usé estas páginas para escribir "Una carta a mi ex jefe". Entonces, yo le dije que "por primera vez en su vida, usted no tenía nada que perder, excepto la perspectiva de esfumarse en el aire". Esto fue después de que usted guardó silencio ante la conducta de las Fuerzas de Defensa israelíes durante la intifada, ante la continuación de la ocupación y la terca negativa de Israel para reconocer a la OLP como legítima representante de los palestinos. En ese tiempo, yo creía que usted pensaba diferente de Yitzhak Shamir y de Yitzhak Rabin (conocido entonces como el "rompehuesos"), pero que simplemente no tenía la valentía suficiente para hablar.

Once años después, en 2000, yo le escribí otra carta abierta. Esto fue después de Oslo y el asesinato de Rabin, y de que usted perdiera nuevamente una elección, esta vez, para la presidencia. Entonces, yo dije: "Muchos israelíes lo ven como una persona diferente ahora. Para ellos, usted representa la esperanza de algo distinto". Y ahora, cuando le escribo nuevamente, tengo que decirle: Usted ya no representa ninguna esperanza para nadie.

El gobierno del que usted es un importante integrante, nada menos que el ministro de Relaciones Exteriores, no es más que un gobierno de último recurso; este gobierno es un gobierno criminal. Y ser socio del crimen ya es otra cuestión. Ya no es posible absolverlo, darle crédito por Oslo, entender que su corazón tal vez sufra por lo que está
pasando y entender que usted puede estar reventando de rabia por lo que pasa y se abstiene de hablar, de gritar, y, sobre todo, de actuar, tal vez debido a esas consideraciones tácticas que usted entiende mejor que cualquiera.

No, su silencio e inacción ya no pueden ser justificados de ninguna manera: Shimon, usted es cómplice del crimen. El hecho de que usted pueda sentir esto y, de vez en cuando, incluso profiera algunas palabras débiles de condena, el hecho de que usted no es el primer ministro y Estados Unidos nos está dando carta blanca... son excusas. Usted
continúa sirviendo en un gobierno con sangre en sus manos y todavía ocupadas en matar, encarcelar y humillar. Y usted es cómplice de todos sus hechos. Así como el ministro de Relaciones Exteriores talibán es parte del régimen talibán, usted es parte del régimen de Sharon. Su responsabilidad no es mucho menor que la del primer ministro. Es igual a la del ministro de Defensa y jefe del estado mayor, cuyas acciones usted ha criticado duramente en discusiones privadas. Siempre sólo en discusiones privadas.

Usted dice que se enteró del asesinato de Raed Karmi (1), después de tres semanas de tregua palestina, por la radio. Desde su perspectiva, eso es suficiente para eximirlo de responsabilidad en el hecho e incluso de permitirse criticarlo. Mientras las Fuerzas de Defensa israelíes estaban reocupando Tulkarem, usted se encontraba con Bill Clinton. Cuando preguntó por eso, usted masculló algo incoherente. Siguieron las demoliciones de viviendas en Rafah (2), y usted se mordió los labios y guardó silencio. Uno puede asumir que la explosición de la sede de la radiotelevisión palestina tampoco fue asunto suyo. Pero usted carga con la terrible responsabilidad por todas estas cosas,
por todas estas acciones que no pueden definirse como otra cosa que crímenes de guerra

Pregúntele a su cuñado, el profesor Rafi Walden, jefe de cirugía del Centro Médico Sheba, quien a veces viaja a los territorios palestinos como voluntario de Médicos por los Derechos Humanos, y él le dirá de qué cosas usted es parte. Él le dirá sobre las mujeres a punto de dar a luz -no una o dos, no sólo una rara excepción- que no pueden llegar al hospital debido a la crueldad del ejército del que usted alguna vez estuvo tan orgulloso, y cuyos bebes se mueren apenas después de haber nacido. Él le dirá sobre los pacientes de cáncer necesitados de llegar a Jordania para su tratamiento. Pero no, ellos ni siquiera pueden ya ir a Jordania, por "razones de seguridad".

Él le dirá sobre los hospitales de Belén que fueron bombardeados por las Fuerzas de Defensa. Él le dirá sobre los doctores y enfermeras que duermen en el hospital porque no pueden conseguir una casa. Le dirá sobre los pacientes de diálisis obligados a perder horas viajando tres veces por semana en un esfuerzo desesperado por alcanzar las máquinas de las que dependen sus vidas. Él le dirá sobre los pacientes a los que se les niega tratamiento médico debido al cierre y sobre las ambulancias impedidas de atravesar los puestos de control, inclusive cuando transportan a personas extremadamente enfermas. Él le dirá sobre las personas que se han muerto en los puestos de control
y sobre aquéllos que se murieron en su casa porque ni siquiera se atrevieron a acercarse al puesto de control, que están hechos ahora de tanques estacionados en el medio del camino o de montones de tierra y bloques de cemento que no pueden moverse, ni siquiera para alguien al borde de la muerte.

Usted ha encarcelado a un pueblo entero durante un año con un grado de crueldad inaudito en la historia de la ocupación israelí. Su gobierno está pisoteando a tres millones de personas, dejándolos sin nada parecido a una vida normal. Nada de ir al mercado, nada de ir trabajar, nada de ir al colegio o visitar a un tío enfermo. Nada. Ningún permiso para ir a ninguna parte, y ningún permiso para volver de ningún lugar. Ni de día ni de noche. El peligro acecha por todas partes, y por todas partes hay otro puesto de control ahogando la vida.

Una nación entera ya dio parcialmente su mano en son de paz, no menos de lo que nosotros hemos hecho -usted lo sabe muy bien-. Han tenido demasiado sufrimiento, desde el Nakba, en 1948, a través de la ocupación de 1967 y durante el sitio de 2002, y ellos quieren exactamente las mismas cosas que los israelíes queremos para nosotros: un poco de sosiego, un poco de seguridad y una gota de orgullo nacional. Un pueblo entero despierta cada mañana a un abismo de desesperación, desempleo y privaciones, y ahora también con tanques estacionados al final de la calle.

Usted siempre fue perdonado por todo esto, pero ya no más. Alguien que es socio en un gobierno que deliberadamente sabotea cada esfuerzo palestino para lograr una tregua, que humilla absolutamente a sus líderes, para quien la venganza es la única fuerza motivadora, que cínicamente explota la situación del mundo después del 11 de Septiembre para hacer cuanto quiera, no puede ser perdonado por mucho más tiempo. Realmente, si usted no está de acuerdo con todo lo que este gobierno quiere hacer, ¿qué sucede? Usted está adentro, usted es cómplice como en cualquier otro crimen. A veces lo veo contestar la pregunta de algún periodista sobre el último hecho despreciable de su gobierno. La mirada en su cara (y yo estoy bastante familiarizado con sus expresiones) sugiere
rechazo, incluso aversión. Y entonces usted da una de su evasivas y no una respuesta directa. Usted masculla algo e intenta desembarazarse por medio de algún torpe juego de palabras. Así pasó esta semana, cuando usted
estaba de pie junto a Clinton y se le preguntó por la ocupación de Tulkarem y usted no dijo nada, nada. Simplemente esperó que la pregunta pasara para poder hablar de su visión sobre la paz.

Cuando se le pregunta por los asesinatos, las demoliciones, la humillación de Arafat y su encierro escandaloso, la destrucción del aeropuerto de Dahaniya o el festival del despliegue de las municiones en Eilat, usted frunce su
frente y da una respuesta a medias. Pero eso ya no es suficiente.

Ahora es el momento de respuestas directas, honradas y verdaderas. O nada. Ahora es el momento de decir que la ocupación de Tulkarem fue una acción estúpida, que el asesinato de Raed Karmi fue proyectado para renovar la violencia y que la destrucción de las casas de Rafah fueron un crimen de guerra... Estos no son tiempos para las sutilezas, para los significados ocultos, para las veladas críticas en privado -porque, aquí afuera, un desastre terrible está ocurriendo y un viento enfermo está soplando y echando todo a perder.

¿Debo darle un ejemplo? Hace unos días, usted fue citado diciendo (de nuevo, en forma privada) que era duro para usted criticar acciones del gobierno cuando los Estados Unidos no decían nada. ¿Qué clase de patética excusa
es ésa? El hecho de que haya una administración rapaz en los EE.UU., que no tiene contrapeso en el mundo, y que hace cuanto quiere y le permite a Israel hacer lo que le plazca, ¿que tiene que ver con sus principios? ... ¿Qué tiene eso que ver con valores básicos de justicia y moral?

Quizás usted podría tomar un solo día de vacaciones, que tan raramente toma, y visitar los territorios ocupados. ¿Ha visto alguna vez el puesto de control de Qalandiyah? ¿Ha visto usted lo que pasa allí? ¿Usted piensa que puede hacer su trabajo sin haber visto el pueso de control de Qalandiyah? ¿Entiende usted que también es responsable de lo que pasa allí? ¿Entiende que cualquier ministro de Relaciones Exteriores de un estado que establece estos puestos de control tiene responsabilidad por su existencia?
También usted podría ir al pueblo de Yamoun y reunirse con Heira Abu Hassan y Amiya Zakin, quienes perdieron a sus bebés hace tres semanas cuando soldados de las Fuerzas de Defensa israelíes no permitieron el paso de sus automóviles a través del puesto de control, mientras ellas estaban en trabajo de parto y sangrando. Escuche sus historias terribles. ¿Y qué les dirá? ¿Que lo lamenta? ¿Que no debe de haber pasado? ¿Que es parte de la lucha contra el terror? ¿Que está avergonzado? ¿Que tal vez fue un error de Shaul Mofaz (jefe del estado mayor) y
no suyo? El vocero de las Fuerzas de Defensa no ha expresado pesar ni siquiera sobre estos dos casos, ni mencionó ninguna investigación al respecto. El sólo confirmó que uno de los episodios ocurrió y que sobre el otro "no sabía nada".

Y algo igualmente importante: ¿qué dirá usted sobre los soldados que se comportan de este modo? ¿Que es debido a la seguridad nacional? ¿Que los palestinos son los responsables? ¿O Arafat? La verdad, Shimon, es que usted tiene responsabilidad por las muertes de esos dos bebés. Porque usted guardó silencio. Porque usted ocupa un lugar en este gobierno.

Estos son tiempos terribles. Pero lo peor todavía está por venir. El ciclo de violencia y odio está lejos de alcanzar su cima. Todas las injusticias y los males perpetrados contra los palestinos explotarán en el futuro en nuestras caras. Un pueblo que es abusado de esta manera durante años explotará un día en una terrible furia, aun peor que la que nosotros vemos ahora. Y entretanto nosotros tenemos los soldados entrando en la estación de radio, poniendo explosivos y volando el lugar sin detenernos a preguntar por qué.

Estos soldados son portadores de malas noticias, pero no sólo para sus víctimas. Soldados que destruyen decenas de casas que pertenecen a refugiados, con todas sus miserables posesiones adentro, sin un momento de vacilación -y, ciertamente, ninguna oposición para ejecutar tales órdenes, descaradamente ilegales-, no son buenos soldados, inclusive para su país. Pilotos que bombardean blancos en el corazón de ciudades pobladas, tanquistas que apuntan,
sus armas a mujeres que intentan llegar al hospital para dar a luz en medio de la noche y policías de frontera que abusan de las mujeres y los adolescentes, no son un buen augurio de las cosas por venir...

Sí, este año nosotros hemos perdido nuestro camino. Usted ha unido fuerzas con un primer ministro que es el traficante de guerra más veterano de Israel, y nadie puede decir con seguridad cuáles son intenciones. Y con un público al que le lavaron el cerebro con discursos con una uniformidad aterradora, usted la tiene fácil. Desde que otro miembro de su partido, Ehud Barak, destruyó intencionalmente el campo de la paz, usted ha quedado habilitado para hacer cuanto quiera. Las Fuerzas de Defensa israelíes ya no investigan ningún crimen de guerra y el sistema legal aprueba cada injusticia, que siempre viene cubierta bajo el manto de la seguridad. El mundo entero está ocupado luchando contra el terror, la prensa esconde su cara y el público no quiere oír, no quiere ver y no quiere saber. Sólo quiere venganza. Y bajo la cobertura de esta ignorancia y con el apoyo de una persona de su estatura, la ocupación se ha vuelto una máquina del crimen y el mal.

Naturalmente, usted dirá: ¿Qué puedo hacer? Yo no fui elegido primer ministro. Y tampoco fui elegido presidente del Partido Laborista. Yo ni siquiera soy el ministro de Defensa. Usted tiene razón: en este gobierno usted no puede hacer nada. Y no está haciendo nada. ¿Cuál es la razón por la que usted se transformó en un integrante de este gobierno? Usted dirá: Yo tengo influencia, yo pertenezco a una fuerza moderadora, yo estoy intentando. No tiene sentido. Las cosas no podrían estar mucho peor que ahora; entonces, ¿dónde exactamente ha ejercido su influencia y qué cosas usted ha prevenido que sucedieran? Alguna vez en su vida imaginó estar sentado en un gobierno que volvía a ocupar partes el Area A (bajo control total palestino) sin dificultades?

Simplemente piense qué hubiera pasado si usted abandonaba ruidosamente este gobierno y le hubiera dicho al mundo lo que siente (quizás) en su corazón. El Premio de Nobel de la Paz contra los crímenes del gobierno de Sharon. Imagine si hubiera ido a Ramallah a ver a Arafat, que está allí sitiado, y hubieran caminado juntos por la calle, frente a los tanques israelíes, pidiendo un cese del fuego. En verdad, el cielo no se hubiera caído, la ocupación no hubiera acabado y el cierre de Jenin no hubiera sido levantado, pero se hubiera abierto una fisura en la conciencia moral de este gobierno actualmente impune. Imagine si usted hubiera dicho: Sí, las demoliciones de viviendas son un crimen de guerra. Sí, un estado que tiene listas de blancos para ser asesinados no es un estado de derecho. Sí, instalar puestos de control que causan la muerte de personas es un acto de terror. No, los palestinos no son los únicos culpables de esta orgía de sangre. Sí, nosotros tenemos un primer ministro que es un peligro para la democracia. Sí, nosotros tenemos un ministro de Defensa y presidente del Partido Laborista que es el contratista del gobierno
para los asesinatos y demoliciones de viviendas. Sí, nosotros tenemos un primer ministro que sólo quiere ocupar, vengar, matar, expulsar, demoler y extirpar y no tiene ningún otro plan en mente.

¿Eso es lo que piensa? Si lo es, entonces dígalo, por el amor de Dios. Y si no, entonces su lugar está realmente con este gobierno y nosotros, los que una vez creimos en usted, cometimos un error terrible. Y por favor no diga que a usted lo están convirtiendo en un "punching bag" una vez más. A usted no. Desde Oslo, usted fue la encarnación de nuestras esperanzas. Y éstas han sido defraudadas.

El tiempo es corto, Shimon. No sólo para usted, sino para todos nosotros. Nosotros estamos de pie al borde del abismo. Si usted espera hasta que Benjamín Ben-Eliezer, Ephraim Sneh, Ra'anan Cohen, Dalia Itzik y su gusta venido a con otro furtivo los resignar-de-el-gobierno-para-elección-propósitos reparten, usted simplemente puede
encuentre que usted dio de puntapiés en el olvido por ellos. Usted sabe que ellos han estado intentando librarse de usted durante algún tiempo. Y aun cuando usted tenga un gesto ahora, puede que ya sea demasiado tarde. Puede que ya todos estemos muy defraudados y que ya no haya manera de reconstuir las ruinas provocadas por Sharon.

Pero la única manera de que usted agregue un logro más significativo a su rica biografía no es justamente levantándose ahora y resignando este gobierno, al que sin embargo usted puede influir hasta cierto punto, sino
hablando fuerte y claramente, y diciéndole a los israelíes todo lo que piensa sobre lo que está pasando, especialmente sobre el mal que estamos perpetrando con nuestras propias manos. Una vez más en su vida, intente construir algo nuevo, no un reactor atómico o una nueva industria aeronáutica, que ya tenemos suficientes. Ahora, contra todas las desigualdades, intente construir un sólido campo de paz israelí, para hacer algo antes que nada. ¿Es posible todavía creer que usted ve las cosas de manera diferente al resto de sus colegas en el gobierno? Diga la verdad, Shimon.
Notas: (1) Karmi era el jefe del brazo armado de Al-Fatah, partido del presidente palestino, Yasser Arafat. El 15 de enero fue víctima de los llamados "asesinatos selectivos" perpetrados por el ejército israelí. (2) El ejército israelí destruyó en Rafah, al sur de Gaza, decenas de viviendas de palestinos como represalia por un atentado palestino en el que murieron cuatro soldados israelíes.

La fuente: el autor es un detacado periodista del diario Haaretz (80.000 ejemplares, Tel-Aviv). Primer diario publicado en hebreo durante el mandato británico, en 1919, "El país" es el periódico de referencia de los políticos e intelectuales israelíes. Austero e independiente, su falta de complacencia le valió perder lectores, sobre todo en 1982, durante la guerra del Líbano, y en 1987, al comienzo de la primera Intifada. Siempre propiedad de la familia Schocken, que lo adquirió en 1935, Haaretz construyó su reputación con el análisis. A pesar de su costado voluntariamente "cuadrado", el periódico se abrió a las nuevas tecnologías al proponer todos los martes un suplemento multimedia. Haaretz (www.haaretz.co.il) está en Internet desde fines de 1996. Se limita a reproducir los artículos aparecidos en su edición de papel, pero se distingue por la publicación periódica de varios de sus artículos traducidos en inglés, en colaboración con el International Herald Tribune. La versión inglesa es gratuita. El acceso a las páginas en hebreo es pago. El periódico tiene un sitio espejo en los Estados Unidos (www.haaretzdaily.com), lo que facilita el acceso a las páginas.

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