30 marzo 2008

"COEXISTENCIA PACÍFICA": NO EN EL PLANETA TIERRA

RAZONES DE LA VICTORIA CONSERVADORA EN LAS ELECCIONES IRANÍES

A los pobladores del país persa no les interesa tanto el enfrentamiento con Occidente sobre el programa nuclear, como las promesas incumplidas de Ahmadinejad, quien centró su campaña presidencial en la defensa de los intereses de los pobres.

Por Adrián Mac Liman

Las elecciones generales celebradas el pasado fin de semana en Irán nos han deparado una nueva sorpresa. Mientras la mayoría de los politólogos apostaba por una pugna entre conservadores y reformistas, esta vez la lucha por el poder enfrentó a los antiguos combatientes de la guerra Irán-Irak (1980-1989) con los máximos exponentes de la vieja guardia religiosa. Tampoco hay que extrañarse sobremanera: el Consejo de los Guardianes, órgano supremo del poder de los ayatollahs, optó por rechazar la mitad de las candidaturas, supuestamente dudosas, presentadas para los comicios. En la mayoría de los casos, se trataba de personalidades reformadoras o independientes, cuyo programa se apartaba de la rígida y obsoleta línea impuesta por los jerarcas religiosos. En este contexto, conviene señalar la involuntaria "renuncia" de Alí Eshraghi, sobrino del ayatollah Khomeini, rechazado por los Guardianes, y de su primo, Hassan Khomeini, otro heredero directo del mítico Guía, quien no dudó en denunciar públicamente la "militarización" de la vida política persa.
Curiosamente, quienes más se aferran a los cánones y dogmas de la revolución islámica son los antiguos "guardianes de la revolución" (pasdarán), pertenecientes, al igual que el presidente Mahmud Ahmadinejad, a la nueva clase dirigente del país. Los pasdarán fueron enviados al frente para defender la patria, mientras los religiosos se hacían con el control de las estructuras políticas y económicas de Irán. En la actualidad, la mayoría de los ex combatientes de aquella guerra son hombres mayores de 50 años, intelectuales que desean formar parte de la clase dirigente. El analista francés Bernard Hourcade
estima que los antiguos pasdarán quieren "reconquistar el poder secuestrado en su momento por el clero shiíta".
El imparable avance de este ejercito ideológico del régimen de Teherán que, según los expertos, está integrados por más de 10 millones de personas, pone de manifiesto la existencia de una guerra soterrada entre los "turbantes" de los ayatollahs y los pasdarán. Hay quien atribuye la fisura al mero deseo de un inevitable relevo generacional y quien estima que, pese a su acatamiento a las normas impuestas por los religiosos, los pasdarán albergan el hasta ahora oculto deseo de apostar por la modernización del país. Una modernización que pasa por la reforma de las estructuras económicas, la lucha contra la inflación, que alcanza la cifra récord de 20% anual, contra el desempleo, contra la acentuación de la brecha que separa a los ricos de los pobres.
Cabe suponer, pues, que los problemas internos centrarán el futuro debate nacional. A los pobladores del país persa no les interesa tanto el enfrentamiento con Occidente sobre el programa nuclear, como las promesas incumplidas de Ahmadinejad, quien centró su campaña presidencial en la defensa de los intereses de los pobres. Pero si las críticas contra la discutible gestión económica del presidente han abandonado las callejuelas del zoco para encentrar su debido eco en las páginas de los periódicos de gran tirada, su gestión de la crisis nuclear cuenta, extrañamente, con el apoyo casi incondicional de las clases más desfavorecidas, poco propensas a olvidar los viejos "clichés" nacionalistas, que loan a Irán, cuna de una civilización milenaria, que posee y defiende valores "muy superiores" a los de Occidente.
Mientras los militares parecen a su vez dispuestos a apoyar a la corriente conservadora, los estudiantes muestran su total indiferencia ante los resultados de los comicios. Recuerdan que las reformas anunciadas en la década de los 90 por el equipo liderado por el liberal Mohamed Khatamí se quedaron en agua de borrajas. Los universitarios no sólo desconocen a los candidatos, sino que apenas sienten curiosidad por conocerlos. Saben de antemano, al igual que el resto de la población iraní, que la corriente conservadora contará con más del 70% de los escaños en la nueva Majlis (Parlamento) y que la lucha por el cambio se limitará a unas críticas veladas a la actuación gubernamental, que ocultarán, en realidad, las grandes maniobras ideadas por los promotores del cambio generacional.
Aparentemente, todos los intentos de Washington de promover o imponer la instauración de un sistema democrático (es decir, prooccidental) han fracasado.

La fuente: El autor es escritor y periodista. Su artículo se publica por gentileza del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS).

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DENUNCIARÁN ATROCIDADES VETERANOS DE IRAK Y AFGANISTÁN

Incidentes como las torturas en la prisión bagdadí de Abu Ghraib y la masacre de una familia entera de iraquíes en la localidad de Haditha se enmarcan en un patrón de "ocupación cada vez más sangrienta", según la organización Madden, que hará manifestaciones públicas en Washinton la semana próxima.

Por Aaron Glantz

SAN FRANCISCO, 4.- Veteranos de guerra norteamericanos brindarán testimonio en Washington, del 13 al 16 de marzo, sobre los crímenes contra la población civil que cometieron o presenciaron en Irak y en Afganistán.

"Los periodistas no usan todo su potencial para cubrir la guerra en Iraq porque resulta muy peligroso. El público queda así con muchas concepciones erróneas sobre la verdadera naturaleza de la ocupación", dijo el infante de marina (marine) hoy inactivo Liam Madden.
Los actos brutales de fuerzas norteamericanas en Irak hoy conocidos por el público no son hechos aislados perpetrados por "unas pocas manzanas podridas", como aseguran políticos y militares, según Veteranos de Irak contra la Guerra, la organización que Madden integra.
Incidentes como las torturas en la prisión bagdadí de Abu Ghraib y la masacre de una familia entera de iraquíes en la localidad de Haditha se enmarcan en un patrón de "ocupación cada vez más sangrienta", según la organización.
"Nuestro problema en Irak es el caos creado por los políticos, en el que no rige el derecho nacional ni los tratados internacionales. Esta atmósfera se presta para la actividad criminal", afirmó el sargento del ejército norteamericano Logan Laituri, quien se desempeñó en Irak entre 2004 y 2005 antes de ser eximido por objeción de conciencia.
Laituri dijo que eso se hace sentir en las "reglas de combate" entregadas por los mandos a los soldados en el frente. Por ejemplo, este sargento informó que uno de sus camaradas disparó contra un hombre desarmado que caminaba por la calle en Samarra, 125 kilómetros al norte de Bagdad.
"El problema es que ese soldado no estaba cometiendo un acto que puede denominarse delito, porque las reglas de combate son muy claras: nadie debía, en el momento en que ocurrió, caminar por la calle", dijo.
"Pero nadie debería decirle a una familia que abandone su casa o su ciudad para poder bombardearlas. Las normas protegen esas acciones violentas, no las legitiman", continuó.
Veteranos de Irak contra la Guerra llama a la manifestación "Soldado de Invierno", cuya denominación alude a una frase del revolucionario de la independencia norteamericano Thomas Paine. "Éstos son tiempos de prueba para el alma de los hombres. El soldado de verano, el patriota al brillo del sol que rehúya del servicio al país en esta crisis merece también el amor y la gratitud de hombres y mujeres", escribió Paine en 1776, año inaugural de la revolución.
Los organizadores dicen que también se presentará evidencia fílmica y fotográfica de abusos, y que los testimonios serán transmitidos en vivo por televisión satelital y a través del sitio web de la organización (http://ivaw.org).
Soldado de Invierno sigue el modelo de una actividad similar realizada por veteranos de Vietnam en 1971, hace 37 años..
Unos 100 miembros de Veteranos de Vietnam contra la Guerra se reunieron entonces en Detroit, estado de Michigan, en un acto abierto a los ciudadanos.
Atrocidades como la masacre de My Lai, en la que cientos de civiles vietnamitas fueron asesinados por soldados norteamericanos en marzo de 1968, habían encendido la oposición popular a la guerra, pero políticos y militares insistieron en que esos crímenes eran excepciones aisladas.
"Al principio, hasta la masacre de My Lai fue negada", observó Gerald Nicosia, cuyo libro "Home to War", que narra las vicisitudes del movimiento de veteranos de Vietnam.
"Los militares norteamericanos tradicionalmente desacreditaron las acusaciones al asegurar que el denunciante 'es un soldado loco' o 'un inconformista' en el que no se puede confiar. Por eso Veteranos de Vietnam contra la Guerra hizo ese acto en Detroit", recordó. "Usaron sus medallas, y demostraron así que eran más de uno o dos o tres inconformistas. Eran soldados condecorados, cada uno de ellos verificando lo que había dicho el otro", agregó.
Nicosia recordó que la campaña Soldado de Invierno de 1971 fue ignorada por los medios de comunicación dominantes, pero dejó una huella indeleble en la audiencia.
Entre los veteranos presentes figuraba el teniente de la armada John Kerry, entonces de 27 años, hoy senador del Partido Demócrata y candidato a la presidencia en las pasadas elecciones.
Tres meses después de los actos en Detroit, Kerry presentó su caso ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, atestado de cámaras de televisión y veteranos de guerra.
En uno de los discursos más famosos de esos tiempos, Kerry concluyó: "Alguien debe morir para que el presidente (Richard) Nixon no sea -y éstas son sus palabras- 'el primer presidente en perder una guerra'. Les pedimos a los norteamericanos que piensen sobre eso. ¿Cómo se le pide a un hombre que sea el último hombre en morir en Vietnam? ¿Cómo se le pide a un hombre que sea el último hombre en morir por un error?".
La ciudadanía y los veteranos norteamericanos se ven hoy en una situación similar, según Nicosia.
"La mayoría de los estadounidenses están muy insatisfechos con la guerra de Irak ahora y estarían felices de salirse de ella. Pero tienen arraigada la idea de que los Estados Unidos es un buen país. Mucho más difícil que sacar a las tropas de Irak será que los norteamericanos se den cuenta de las cosas terribles que se hacen en nombre de su nación", opinó.

La fuente: Agencia de noticias IPS.

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UNA MENTIRA DE TRES BILLONES

La invasión de Irak puede acabar costando 60 veces más de lo estimado inicialmente por EEUU

En 2003, Donald Rumsfeld anunció el coste económico de lo que supondría acabar con
Saddam Hussein. Junto a un alto cargo de la Casa Blanca, estimó que el precio estaría entre los 50.000 y 60.000 millones de dólares. Y avisó que parte de esa cantidad correría a cargo de otros países.
No imaginó que cinco años después esos números iban a pasar por la auditoría externa de un premio Nobel de Economía.El economista estadounidense Joseph Stiglitz, preocupado por el hecho de que el gobierno hubiera mentido con los gastos al igual que hizo con las supuestas armas de destrucción masiva, decidió en compañía de Linda Bilmes, experta en presupuestos, analizar el verdadero precio de la guerra.
El resultado es el libro The Trillion Dollar War, cuya principal conclusión es que el coste alcanzará finalmente los tres billones de dólares. El premio Nobel de 2001 considera que la Casa Blanca no cuenta en sus presupuestos todos los gastos que genera la ocupación, ni cuenta lo que va al coste de la atención sanitaria y las pensiones de incapacidad y viudez de militares y familiares.
Bush se defendió de las acusaciones afirmando: "No vas a una guerra con la mentalidad de un auditor o un economista". Para Stiglitz, el argumento del presidente no tiene sentido. "No se decide la respuesta a un ataque como el de Pearl Harbor basándote en criterios económicos. Pero cuando se elige atacar un país, al menos se debe calcular el momento oportuno y haber realizado todas las preparaciones necesarias", declaró Stiglitz a The Guardian.
En su estudio, Stiglitz y Bilmes han presentado dos presupuestos, uno optimista y otro más realista, estimando todos los costes de la guerra, incluida la renovación del material hasta 2017. En el mejor escenario, EEUU tendría que hacer frente a 2 billones de dólares.
Stiglitz, que trabajó para la Administración de Bill Clinton, cree que se trata de un problema de prioridades: "Mientras perdemos batallas que no podemos vencer en Irak, Afganistán y Pakistán estamos perdiendo otras en las que sí podemos ganar como una mejor sanidad en los Estados Unidos, un mejor futuro para África y un Medio Oriente más estable".

LA OLIGARQUÍA AGROPECUARIA: TUMOR MALIGNO DE LA ARGENTINA

“Crisis, recuperación y nuevos dilemas: la economía argentina 2002-2007”, la contribución al crecimiento del PBI fue del 22,6 por ciento en la industria, 17,1 por ciento en el comercio y sólo 3,5 por ciento en el campo en ese período. La contribución del campo al crecimiento en los noventa fue mayor que en el último período, pero aun en ese momento, menor que la de la industria”. Y agregó, para dejar más claro el concepto, que “el mismo cuadro se obtiene del Indec: en el período 2003-2007, el PBI creció 8,7 por ciento promedio, el PBI Industrial el 10,0 y el Agropecuario 6,0. Ergo, la contribución de la industria al crecimiento del PBI fue mayor. Es un tema de Cuentas Nacionales”. En otro blog (Mide/No Mide, vidabinaria.blogspot.com) se precisa que, según el último censo poblacional, poco más del 10 por ciento es “rural” (localidades con menos de 2000 habitantes) y que cerca de 21 millones de personas (el 52 por ciento del total) viven en los diez aglomerados urbanos más grandes del país. El autor de ese blog señala que “busco el Producto Interno Bruto a precios de mercado y me encuentro con que en 2007 el rubro Agricultura, ganadería, caza y silvicultura representó un tercio de la Industria manufacturera. Y casi lo mismo que los rubros Construcción e Intermediación financiera”.

Ese libro de la Cepal reúne diez investigaciones y una de ellas se refiere al campo, elaborada por Roberto Bisang: El desarrollo agropecuario en las últimas décadas: ¿volver a creer? En ese documento, que analiza con criterio amplio el atractivo proceso de crecimiento del sector, se ofrece un análisis introductorio esclarecedor para comprender esa idea de sentirse y parecerse los “dueños del país” por parte de los hombres del campo:
- “El desarrollo económico (y la propia historia) de la Argentina guarda una estrecha relación con la explotación económica de los recursos naturales en general y, en particular, con las producciones agropecuarias”.
- “Esa imagen se fue forjando a partir de mediados del siglo XIX, cuando la prosperidad del país corría de la mano de la ampliación de la frontera agrícola-ganadera (de las carnes primero y del trigo y del maíz después) en base a tecnologías importadas (y adaptadas localmente) sustentando un modelo traccionado por el mercado externo”.
- “La Argentina, ‘granero del mundo’ o controlando la mitad del comercio mundial de carnes bovinas, estructuró su base productiva a partir de un conjunto acotado de sectores que operaron a modo de ‘locomotoras’ del crecimiento de toda la economía”.
- “Cuando la cantidad de tierras y el deterioro de los términos del intercambio impusieron un límite a este modelo, quedó al descubierto la fragilidad de una estructura productiva desbalanceada y dual, centrada en unas pocas actividades y orientada a mercados (y por empresas) muy concentrados”.
- “En el lapso que va desde 1900 hasta 1935, la producción de cereales y oleaginosas crece a razón de un 3,5 por ciento anual; a posteriori sobrevienen tres décadas donde los niveles se estancan, para retomar un sendero de crecimiento entre 1965 y 1985. Desde inicios de los años noventa hasta el 2006-2007, la producción agregada crece a razón del 5,8 por ciento anual”.

Bisang se pregunta si “en la Argentina del Bicentenario se repite parte de la historia del Centenario”.
Una de las motivaciones del actual lockout patronal, expresado por los grandes productores y operadores de la actividad agrocupecuaria, tiene su origen en el deseo de retornar a ese esquema económico agroexportador, con predominio del poder político en manos conservadoras como en ese entonces. Ya se sabe cuál fue el resultado y mucho más lo conocen los pequeños y medianos productores que no quedaron bien parados de ese modelo de exclusión. Por ese motivo, sus legítimos reclamos quedan confundidos cuando están asociados a los grupos más reaccionarios del sector y, además, cuando provocan el deterioro del poder adquisitivo de asalariados y postergados por el desabastecimiento y suba de precios.

Repetir esa historia no es un recomendable sendero a transitar, aunque aprender de ella brinda la oportunidad de aprovecharla para que esta vez los ganadores no sean los mismos de siempre.

28 marzo 2008

"EL CONFLICTO AGRARIO Y LA CUESTION CAMPESINA EN LA ARGENTINA",

TEMA DE "LEÑA AL FUEGO" DEL PROXIMO SABADO

"LEÑA AL FUEGO", el programa que el periodista HERMAN SCHILLER conduce los sábados de 18 a 20 por Radio de la Ciudad, AM 1110, estará dedicado el próximo sábado, 29 de marzo, al siguiente tema:

"EL CONFLICTO AGRARIO Y LA CUESTION CAMPESINA EN LA ARGENTINA"

Participarán:

- ALEJANDRO OLMOS, hijo (integrante
del MORENO, Movimiento por la
Recuperación de la Energía Nacio-
nal Orientadora).


- JULIO GAMBINA (economista; presi-
dente de la FISYP, Fundación de
Investigaciones Sociales y Políti-
cas; miembro del comité directivo
de CLACSO, Consejo Latinoameri-
cano de Ciencias Sociales; autor,
entre otros libros, de "Los años de
Menem" y el estudio introductorio
de la "Contribución a la crítica de la
economía política" de Carlos
Marx).


- ANGEL STRAPAZZON (referente del
MOCASE, Movimiento Campesino
de Santiago del Estero). Vía telefó-
nica.


Además, como viene ocurriendo en los últimos tiempos, estará en calidad de columnista la doctora MARIA DEL CARMEN VERDU, integrante de la CORREPI, Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional.


Y, como siempre, las denuncias espontáneas y la alta participación de la audiencia.


"LEÑA AL FUEGO" va en vivo y puede presenciarse en Sarmiento 1551, noveno piso, Capital. Se ruega concurrir unos minutos antes de iniciarse la emisión.


Números telefónicos para los mensajes de los oyentes:


5371-4600

4371-7899

4373-5970

4373-7803


Celular para comunicarse con este programa durante la semana:

156-782-1799


Esta es la emisión número 501 de "LEÑA AL FUEGO", programa que comenzó a emitirse por Radio de la Ciudad el 3 de abril de 1999.


Para sintonizar este programa por Internet:


www.radiodelaciudad.gov.ar

VINE, VI, DESTRUI



Ehud Barak está dispuesto a arriesgar las vidas judías de hoy para vengarse de personas que quizás derramaron sangre judía hace años y que posteriormente han abandonado la lucha armada.

Por Uri Avnery

Lo que ha sucedido esta semana es tan irritante, tan impresentable que destaca, incluso, en nuestro paisaje familiar de irresponsabilidad gubernamental.
En el horizonte cercano, de hecho, estaba tomando forma una suspensión de las hostilidades. Los egipcios hicieron grandes esfuerzos para convertirla en un alto el fuego oficial. La llama ya ardía más baja. El lanzamiento de Qassam y Katyushas desde la Franja de Gaza a Israel descendió de varias docenas a dos o tres diarios.
Y entonces pasó algo que volvió a levantar las llamas: soldados secretos del ejército israelí asesinaron a cuatro militantes palestinos en Belén. Un quinto fue asesinado en un pueblo cerca de Tulkarem.
El modus operandi no deja lugar a dudas en cuanto a las intenciones. Como de costumbre, la versión oficial fue mendaz (cuando el portavoz del ejército dice la verdad, se avergüenza e inmediatamente se apresura hacia la mentira siguiente). Los cuatro, dijo, sacaron sus armas y pusieron en peligro la vida de los soldados, que sólo querían arrestarlos, por lo que los obligaron a disparar.
Cualquiera con medio cerebro sabe que esto es mentira. Los cuatro estaban en un automóvil pequeño en la calle principal de Belén, la vía que ha unido Jerusalén y Hebrón desde la época de los británicos (o los turcos). Es cierto que iban armados, pero no tenían ninguna oportunidad en absoluto de sacar sus armas. El automóvil, simplemente, fue acribillado por docenas de balas.
No hubo un intento de efectuar un arresto. Fue una ejecución pura y dura, una de esas ejecuciones sumarias en las que el Shin Bet asume todas las funciones: fiscal, juez y verdugo.
Esta vez ni siquiera se han molestado en sugerir que los cuatro estaban a punto de llevar a cabo un ataque asesino. No señalaron, por ejemplo, que tuvieran algo que ver con el ataque de la última semana al seminario Mercaz Harav, el buque insignia de la flota de los colonos. Realmente no se podían sugerir ese tipo de pretensiones porque el más importante de los cuatro palestinos había concedido recientemente entrevistas a los medios de comunicación israelíes en las que declaró que él mismo se había acogido al «plan de indulto» israelí; un programa del Shin Bet por el que los militantes «buscados» deponen sus armas y se comprometen a poner fin a la resistencia a la ocupación. También fue candidato en las últimas elecciones palestinas.
En ese caso, ¿por qué los asesinaron? El Shin Bet no escondió la razón: dos de los cuatro participaron, en el año 2001, en ataques en los que murieron israelíes. «Nuestro largo brazo los alcanzará aunque pasen años», alardeó Ehud Barak en televisión, «alcanzaremos a todos los que tengan sangre judía en sus manos».
Simple y llanamente el ministro de Defensa y sus hombres pusieron en peligro el alto el fuego de hoy para vengar algo que sucedió hace siete años.
Era obvio para todos que la matanza de los militantes de la Jihad Islámica en Belén provocaría una reanudación de los lanzamientos de Qassam sobre Sderot. Y así fue.
El efecto de un cohete Qassam es totalmente impredecible. Para los residentes de Sderot, éste es una especie de ruleta israelí: el cohete puede caer en un descampado, en un edificio; y a veces puede matar a alguna persona.
En otras palabras, según el propio Barak, estaba dispuesto a arriesgar las vidas judías de hoy para vengarse de personas que quizás derramaron sangre judía hace años y que posteriormente han abandonado la lucha armada.
El énfasis está en la palabra «judío». En su declaración, Barak tuvo cuidado de no hablar de «personas con sangre en las manos», sino de aquellos «con sangre judía en las manos». La sangre judía, por supuesto, es muy diferente de cualquier otra sangre. Y de hecho, entre los dirigentes israelíes no hay ninguna persona con tanta sangre en las manos como él. No sangre abstracta ni metafórica, sino sangre de verdad, muy roja. Durante su servicio militar, Barak ha matado personalmente, de verdad, a muchos árabes. Cualquiera que estreche su mano -desde Condoleezza Rice a la honorable invitada de esta semana,
Angela Merkel- está estrechando una mano manchada de sangre.
La matanza de Belén plantea varias cuestiones complicadas pero, con muy pocas excepciones, los medios de comunicación no las expusieron. Esquivan su deber, como de costumbre, cuando se trata de problemas de «seguridad».
Los auténticos periodistas, en un verdadero Estado democrático, habrían hecho las preguntas siguientes:
a) ¿Quién decidió las ejecuciones de Belén?: ¿Ehud Olmert?, ¿Ehud Barak?, ¿el Shin Bet? ¿Todos? ¿Ninguno?
b) ¿Los que tomaron la decisión se daban cuenta de que al condenar a muerte a los militantes de Belén, también estaban condenando a muerte a cualquier residente de Sderot o Ashkelon que pudiera ser alcanzado por los cohetes lanzados en venganza?
c) ¿Entendieron que también estaban comprometiendo a Mahmoud Abbas, cuyas fuerzas de seguridad, teóricamente, se encargan de Belén, porque sería acusado de colaboracionismo con el escuadrón de la muerte israelí?
d) ¿El objetivo real de la acción era minar el alto el fuego establecido en la práctica en la Franja de Gaza (cuya realidad se negó oficialmente, tanto por Olmert como por Barak, a pesar de que el número de cohetes lanzados descendió de docenas al día a sólo dos o tres)?
e) ¿El gobierno israelí, en general, tiene la intención de oponerse a un alto el fuego que libraría Sderot y Ashkelon de la amenaza de los cohetes?
f) Y si es así, ¿por qué?
Los medios de comunicación no exigieron que Olmert y Barak expusieran al público las consideraciones que los llevaron a adoptar esta decisión que implica a todos los israelíes. Y no es sorprendente. Después de todo, son los mismos medios de comunicación que bailaron de alegría cuando el mismo gobierno empezó una guerra indeseable e inútil en Líbano. También son los mismos medios de comunicación que permanecieron callados esta semana, cuando el gobierno decidió golpear a la libertad de la prensa y boicotear la cadena de televisión Al Jazira, como castigo por mostrar a los niños asesinados durante la
reciente incursión del ejército israelí en Gaza.
Pero excepto dos o tres periodistas valientes e independientes, los demás periodistas de prensa, radio y televisión marchan en formación, como un regimiento de prusianos desfilando al unísono, cuando se menciona la palabra «seguridad».
Este fenómeno era expuesto esta semana en CounterPunch por un periodista llamado Yonatan Mendel, antiguo empleado del popular website israelí Walla. Señaló que todos los medios de comunicación, desde los programas de noticias del Canal 1 hasta las páginas de Haaretz, como si todos obedecieran una orden, utilizan exactamente la misma terminología sesgada: el ejército israelí confirma y los palestinos exigen; se asesinan judíos mientras que se matan palestinos o éstos encuentran la muerte; se secuestran judíos mientras que se arrestan árabes; el ejército israelí siempre responde mientras que los palestinos siempre
atacan; los judíos son soldados mientras que los árabes son terroristas o simplemente asesinos; el ejército israelí siempre ataca a terroristas de alto rango, nunca a terroristas de bajo escalafón; los hombres y las mujeres agredidos siempre son judíos, nunca árabes. Y, como dijimos, las personas con sangre en las manos siempre son árabes, jamás judíos. Esto, a propósito, también es aplicable a una gran parte de la cobertura extranjera de los sucesos de aquí).
Cuando el gobierno no revela sus intenciones, nosotros no tenemos ninguna opción más que deducir sus intenciones de sus acciones. Es una regla judicial: cuando una persona hace algo con un resultado previsible, se supone que lo hizo para obtener ese resultado.
El gobierno que decidió la matanza de Belén indudablemente pensaba torpedear el alto el fuego. ¿Por qué quiere hacerlo?
Hay varios tipos de alto el fuego. El más simple es el cese de hostilidades en la frontera de la Franja de Gaza. Ningún Qassam, Katyusha ni granada de mortero por un lado y ningún asesinato selectivo, bombardeos, fuego de artillería e incursiones por la otra parte.
Sabemos que el ejército pone objeciones a esto. Quieren ser libres para «liquidar» desde el aire y hacer una incursión por tierra. Quieren un alto el fuego unilateral.
Un alto el fuego limitado es imposible. Hamás no puede aceptarlo, puesto que el asedio corta la Franja por todos los lados y convierte la vida allí en un infierno: no hay bastantes medicinas ni suficiente comida, los enfermos graves no pueden llegar a los hospitales apropiados, el movimiento de automóviles ha llegado a la congelación casi total, ninguna importación o exportación, ninguna producción o actividad comercial. La apertura de todos los cruces de la frontera para el movimiento de mercancías es, por consiguiente, un componente esencial de un alto el fuego.
Nuestro gobierno no tiene la intención de hacer esto, porque significaría la consolidación del gobierno de Hamás en la Franja de Gaza. Fuentes gubernamentales sugieren que Abbas y su personal en Ramallah también ponen objeciones al levantamiento del asedio -un rumor malévolo, porque significaría que Abbas está librando una guerra contra su propio pueblo-. El presidente Bush también rechaza un alto el fuego, incluso cuando su gente pretende lo contrario. Europa, como de costumbre, baila al son de EEUU.
¿Puede aceptar Hamás un alto el fuego que sólo se aplicaría en la Franja de Gaza y no en Cisjordania? Es dudoso. Esta semana quedó probado que la organización Jihad Islámica de Gaza no puede cruzarse de brazos mientras asesinan a sus miembros en Belén. Hamás no se quedaría quieto en Gaza disfrutando los frutos de un gobierno si el ejército israelí fuera a matar a los militantes de Hamás en Nablús o Jenín. Y, por supuesto, ningún palestino estaría de acuerdo en que la Franja de Gaza y Cisjordania son dos entidades separadas.
Un alto el fuego sólo en Gaza permitiría a Barak volarlo en pedazos en cualquier momento con una provocación al estilo de Belén. Así es como podría suceder: Hamás está de acuerdo con un alto el fuego sólo en Gaza, el ejército israelí mata una docena de miembros de Hamás en Hebrón, Hamás responde lanzando Katyushas a Ashkelon, y Olmert le dice al mundo: ¿Ven? ¡El Hamás terrorista está violando el alto el fuego, lo que demuestra que no tenemos ningún socio para la paz!
Esto significa que un alto el fuego real y duradero, que crease la atmósfera necesaria para auténticas negociaciones de paz, debería incluir también a Cisjordania. Olmert-Barak no aceptarían esto ni locos. Y mientras George Bush ande por el medio, no habrá una presión eficaz sobre nuestro gobierno.
Una pregunta: ¿quién esta realmente a cargo de Israel en este momento?
Los hechos de esta semana apuntan una respuesta: el hombre que toma las decisiones es Ehud Barak, la persona más peligrosa de Israel, el mismo Barak que dinamitó la conferencia de Camp David y convenció a todo el público israelí de que «nosotros no tenemos ningún socio para la paz».
Hace hoy 2.052 años, en el Idus de marzo, Julio César fue asesinado. Ehud Barak se ve a sí mismo como una moderna réplica local del general romano. Él también querría informar tranquilamente: «Vine, vi, conquisté» Pero la realidad es muy diferente: Vino, vio, destruyó.
La fuente: El autor es periodista y ex legislador. La versión original de su artículo se publicó en Gush Shalom. La traducción del inglés pertenece a Carlos Sanchis, con revisión de Caty R, para Tlaxcala, la red de traductores para la diversidad.

27 marzo 2008

´LA UNIÓN DEMOCRÁTICA --- 63 AÑOS DESPUÉS

Poner al país en estado de alerta -- No dejar la calle en manos de la oligarquía...

Tuve el privilegio, el enorme e histórico privilegio de haber sido testigo y protagonista de los acontecimientos políticos en la Argentina de los años 1945 / 1955
Fueron los años de la convergencia de todos los grupos políticos alrededor de la candidatura de Robustiano Patrón Costas, candidato del contubernio, detrás de quienen se alinearon los "democráticos" radicales unionistas, los socialistas de Américo Ghioldi, los demoprogresistas, los partidos caudillescos del interior, el comunismo de Codovilla y Rodolfo Ghioldi, todos unidos en la Unión Democrática manejada por la oligarquía terrateniente, con el programa conservador y antipopular de la "gente del campo". Como hoy. El enemigo era Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte de Perón. Y los peronistas, y las clases populares, los trabajadores urbanos y agrarios. Como hoy.

Hoy, una vez más, la oligarquía terrateniente reagrupa fuerzas y enfrenta al pueblo de los años cincuenta. a la memoria del Perón de aquellos años, encarnados en Néstor Kirchner, ex presidente, y en Cristina Fernández de Kirchner, la "parejita", el "dictador" pinguino y la "puta" de la casa Rosada.

Y hoy, una vez más, el "ancho espectro" opositor, la puta que la Carrió, la mística agente de la casa blanca, el micro Macri, los socialistas "modernos", criteriosos como Biner, los traidores de adentro como Reuteman, y, cuando no, la izquierda inservible, la izquierda nada, humo, vocinglera, vacía, que siempre le sabe hacer el juego a los enemigos, que siempre sabe actuar como furgón de cola de los enemigos del país. Y. por supuesto, La Nación y Clarín. Y el quedarse a la expectativa de los "zurdoprosistas" de Página12.

Amigos lectores: esta vuelta ya la vivimos. La clave de la hora es tener a millones de argentinos despreciados por la oligarquía en la calle, y paralizar al ejército.

En caso contrario, Argentina y América Latina perderán este enfrentamiento manejado por los servicios y la embajada de los Estados Unidos de América.

Quien menosprecia a estos enemigos, quien los subestime, está perdido.La reunión de los "patriotas" de América Latina en Rosario, con la presencia de José ASnar, estuvo calculada, prolija y puntualmente programada, por los enemigos de la causa piopular.
Amigos, la fuerza de la razón ha perdido peso y vigencia: ahora es urgente que actúe la razón de la fuerza popular o, lamentablemente, seremos vencidos por la oligarquía terrateniente y sus políticos. Mientras tanto, escribir los nombres de quienes, con el temor o complicidad de la derrota, ya quieren cambiar el fusil de hombro.


Andrés Aldao

LA DERECHA URUGUAYA Y SUS AMIGOS DEL EXTERIOR

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, un ex comunista transformado en conservador, encabeza en la ciudad de Rosario, Argentina, una reunión internacional de intelectuales y políticos conservadores, quienes debatirán sobre los riesgos del populismo en América Latina.
El seminario, organizado con motivo de los 20 años de existencia de la Fundación Libertad, lleva por título "Los desafíos de América Latina: entre las falencias institucionales y las oportunidades de desarrollo".
Esta organización fue creada hace dos décadas por simpatizantes del capitán ingeniero Álvaro Alsogaray, tristemente célebre ideólogo de la derecha argentina y otrora asesor y funcionario de todos los gobiernos militares o derechistas de ese país.Los invitados uruguayos son los ex presidentes Julio María Sanguinetti (colorado), Luis Alberto Lacalle (blanco) y el aspirante a presidente de la República el ex intendente de Paysandú y actual senador, doctor Jorge Larrañaga.
Para que no queden dudas del contenido conservador y derechista de la reunión, participan también el ex presidente del gobierno Español, el conservador José María Aznar y el subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Roger Noriega, entre otros.México tendrá una de las representaciones más nutridas con la presencia del ex presidente Vicente Fox; el ex canciller Jorge Castañeda ¬ otro izquierdista arrepentido-; el ex dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Espino, y el historiador Enrique Krauze.
Este encuentro de derechistas tiene la doble paradoja de realizarse en la ciudad que vio nacer al doctor Ernesto "Che" Guevara y que es gobernada por el líder socialista Roberto Miguel Lifschitz.
En representación de Argentina sólo participarán líderes opositores a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre ellos el derechista jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri.
Esta reunión de la Fundación Libertad es la confirmación de que existe una internacional de la derecha, que tiene como locomotora al Partido Republicano de Estados Unidos y al Partido Popular de España, a la que se integraron los dos partidos tradicionales de nuestro país y la derecha argentina.
Es preocupante que esta reunión de dirigentes derechistas fracasados, en la gran mayoría de los casos, se haga en Argentina y en el mismo momento en que la elite rural de ese país busca desestabilizar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
El escenario de tensión de Argentina es grave, pero mucho más grave es cuando la derecha nacional e internacional encuentran la posibilidad de accionar juntas.
En estos momentos está reunida la Sociedad Interamericana de Prensa, donde seguramente alentará a estas políticas derechistas.
Fernando Buen Abard, profesor de la UNAM, advirtió en el "Encuentro Latinoamericano contra el terrorismo mediático" que hay una organización estratégica de la empresa Prisa, comandada por la CIA con la intervención de Vicente Fox y José María Aznar, quien -sostuvo- viene haciendo tareas de neofascismo mediático. Asimismo destacó las agresiones permanentes del mexicano Manuel Espino, presidente del Partido Acción Nacional. "Esto no es una casualidad, esta es una acción conjunta (...)", afirmó.
La empresa Prisa está estrechamente vinculada a Fundación Libertad y al Partido Popular, estrecho aliado del Partido Nacional y ahora, parece ser, del Partido Colorado.

22 marzo 2008

Cuáles son los millonarios costos de la ineptitud


La guerra contra Irak tuvo sólo dos ganadores: las compañías petroleras y los contratistas para defensa. El precio de la acción de Halliburton, la antigua compañía del vice Dick Cheney, se fue a las nubes. La mitad de los doctores iraquíes fueron asesinados o abandonaron el país, el desempleo no baja de 25%, y, a cinco años de iniciada la guerra, Bagdad aún tiene menos de ocho horas de electricidad por día.

Por Joseph Stiglitz

En nuestro nuevo libro La guerra de los tres billones de dólares: los verdaderos costos del conflicto en Irak, Linda Bilmes, profesora de Harvard, y yo calculamos por lo bajo que el costo económico de la guerra será de tres billones de dólares para EE.UU., y de otros tres billones para el resto del mundo, es decir, mucho más de lo que estimó el gobierno de Bush antes de iniciar las acciones bélicas. El equipo de Bush no sólo engañó al mundo respecto de los posibles costos de la guerra, sino que también quiso ocultarlos a medida que se desarrollaba el conflicto.
Esto no es motivo de sorpresa. Después de todo, el gobierno de Bush mintió acerca de todo lo demás, desde las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein hasta la supuesta vinculación de éste con Al Qaeda. De hecho, sólo después de la invasión liderada por EE.UU., Irak se convirtió en caldo de cultivo para terroristas.
La administración de Bush afirmó que la guerra costaría 50.000 millones de dólares. Hoy EE.UU. gasta en Irak precisamente esa suma cada tres meses. Para poner esa cifra en contexto: por un sexto del costo de la guerra, EE.UU. podría encarrilar y estabilizar su sistema de seguridad social por más de medio siglo, sin recortar beneficios ni buscar contribuciones.
Más aún, el gobierno estadounidense les redujo impuestos a los ricos cuando fue a la guerra, pese a tener déficit presupuestario. Como resultado, tuvo que apelar al gasto público con déficit fiscal -en buena parte, del exterior- para solventar la guerra. Esta es la primera guerra en la historia de EE.UU. que no exigió algún sacrificio a la ciudadanía; por el contrario, todo el costo se transfiere a las generaciones futuras.
¿Fue esto, acaso, incompetencia o falta de honestidad? Lo más probable es que ambas. La contabilidad de caja mostró que el gobierno de Bush se concentró en los costos del momento, no en los costos futuros, como la invalidez o el cuidado de la salud de los veteranos que regresaban de la guerra. Años después de que comenzara el conflicto bélico, el gobierno encargó vehículos especialmente blindados que habrían salvado las vidas de muchos de los que murieron por las bombas colocadas a los costados de los caminos.
El gobierno trató de ocultarles a los estadounidenses los costos de la guerra. Los grupos de veteranos recurrieron al Acta de Libertad de Información para conocer el número total de heridos: 15 veces más que el de muertos. Hasta ahora, a 52.000 veteranos que regresaron de Irak se les diagnosticó síndrome de estrés postraumático. EE.UU. tendrá que otorgar indemnizaciones por invalidez, según se estima, a un 40% de los 1,65 millones de soldados ya desplegados.
La ideología y las ganancias excesivas también desempeñaron un papel importante en la disparada de los costos de la guerra. EE.UU. recurrió a contratistas privados, que no resultaron baratos.
La guerra tuvo sólo dos ganadores: las compañías petroleras y los contratistas para defensa. El precio de la acción de Halliburton, la antigua compañía del vice Dick Cheney, se fue a las nubes. La mitad de los doctores iraquíes fueron asesinados o abandonaron el país, el desempleo no baja de 25%, y, a cinco años de iniciada la guerra, Bagdad aún tiene menos de ocho horas de electricidad por día.
Las miles de muertes violentas ya son una costumbre para la mayoría de los habitantes de Occidente. Pero estudios estadísticos sugieren que en los primeros 40 meses de la guerra hubo muertes adicionales de entre 450.000 personas, como mínimo, (150.000 de ellas, violentas)y 600.000. El mayor costo de esta guerra manejada con tanta ineptitud lo paga Irak.

La fuente: El autor es economista, escritor y Premio Nobel de Economía (2001). Es uno de los economistas más famosos del mundo, a partir de la publicación de libros de divulgación masiva y las críticas a los organismos internacionales de crédito. Nació en los Estados Unidos.

20 marzo 2008

UN CÚMULO DE ERRORES




La guerra de Irak ha llevado la muerte, la destrucción y el caos al país y a la región

Cinco años después de una desastrosa invasión de Irak basada en mentiras y juicios equivocados, George W. Bush no sólo no mostró ayer arrepentimiento alguno, sino que se reafirmó en su decisión e incluso en su ánimo de lograr la victoria, aunque se guardó mucho de definir en qué consistiría esa proeza. Está así en línea con su cómplice José María Aznar, quien, ignorando la realidad, ha llegado a afirmar que "la situación actual iraquí no es idílica, pero sí muy buena". No cabe mayor cinismo por parte de quienes, junto a Blair y Barroso, se citaron unos días antes en las Azores para preparar esta guerra que no sólo ha puesto patas arriba el castigado país, sino toda la región. Bush empezó un conflicto en el que han muerto cientos de miles de personas, pero quien deberá terminarlo, mal, será su sucesor en la Casa Blanca.
Fue un engaño justificar la invasión en unas armas de destrucción masiva que no existían. Fue un error empezar la guerra en nombre de la lucha contra el terrorismo, pues el régimen de Sadam Husein no era un problema en este sentido ni tenía nada que ver con Al Qaeda, aunque Irak se ha convertido desde entonces en la mejor escuela, ahora junto a Afganistán, de terrorismo yihadista. Y fue una enorme equivocación acabar con toda la estructura del Estado de Sadam Husein sin haber dispuesto antes de un recambio. De ahí sólo podía surgir el caos.
Bush y Aznar hablan de victoria pero hoy los iraquíes siguen viviendo en el miedo, no ya de un dictador, sino de la dictadura de la violencia. La producción de petróleo sigue estancada, así como el suministro de fuel y electricidad a los hogares. Aunque ha aumentado el número de soldados iraquíes y los atentados se han reducido, están al mismo insoportable nivel que en 2005. Y es de lamentar que se haya juzgado y ejecutado someramente a Sadam Husein, pues debería haber vivido para pagar por sus crímenes en la cárcel y contar cómo fue aliado de EE UU en otros tiempos. Y no ya un error, sino un crimen de guerra, fue sustituir las torturas del régimen anterior por otras de sus presos en Abu Ghraib.
Esta guerra dividió a Europa y distrajo los esfuerzos necesarios para estabilizar Afganistán y acercar a palestinos e israelíes. Ha dado nuevas alas a Irán y a sus aliados en la zona, de Hezbolá a Hamás, y a los chiíes. Irak ha pasado de ser uno de los pocos regímenes árabes laicos a convertirse en una república islamista.
Lo ideal sería una solución regional a esta guerra. Pero EE UU no va a encontrar aliados ni entre los occidentales ni en el mundo islámico para ello. Le corresponde acabarla, teniendo en cuenta que Irak, por la zona en la que se asienta y por las riquezas petroleras que contiene, no es Vietnam. La decisión es muy difícil, porque no es lo mismo invadir que retirarse precipitadamente de un país que se podría quebrar en tres (suníes, chiíes y kurdos) con consecuencias desestabilizadoras para toda la región y el mundo.

LA SEGUNDA PARTICIÓN DE PALESTINA



Pese a las grandes dificultades que encierra cerrar la fractura que se ha instalado en los territorios ocupados, la prioridad internacional debería ser regresar a una Palestina representada por una sola Autoridad

JOSÉ MARÍA RIDAO 20/03/2008

La última escalada de violencia en la franja de Gaza no ha dado lugar a reacciones políticas ni intelectuales a la altura de lo que está sucediendo. El centenar largo de víctimas mortales que han provocado las acciones de palestinos e israelíes, en una proporción de al menos 10 a una desfavorable a los primeros, se ha integrado sin dificultad en la macabra rutina de Oriente Próximo, una zona de la que ya nadie parece esperar otra cosa que una ración cotidiana de cadáveres y hogares destruidos. En esta ocasión, sin embargo, el balance fúnebre arroja cifras que deberían haber golpeado las conciencias: no sólo la práctica totalidad de las víctimas son civiles, sino que, además, un alto porcentaje de ellas eran niños de corta edad.
No puede suspenderse la defensa de los derechos de los palestinos en función de lo que voten
Los patrocinadores de Annapolis están abandonando a su suerte a los habitantes de Gaza
La brutalidad con la que se desarrolla el conflicto queda cabalmente resumida en las declaraciones de un miembro del Gobierno israelí, quien anunció un holocausto entre los habitantes de Gaza en respuesta a los misiles lanzados por Hamás. Baste recordar que hace apenas unos años José Saramago fue objeto de duros reproches por comparar la situación de los palestinos en los territorios ocupados con la de los judíos bajo el nazismo. Las declaraciones del ministro israelí no hacen buenas las del premio Nobel; sencillamente demuestran que la capacidad de reacción se ha embotado. Con el agravante de que el premio Nobel se limitaba a establecer un discutible paralelismo histórico mientras que, en el otro caso, se trata de una aterradora amenaza.
La victoria de Hamás en las últimas elecciones celebradas en los territorios ocupados, así como el golpe de Estado recíproco entre Abbas y Haniye que ha provocado una segunda partición de Palestina, de tantas consecuencias como la acordada por Naciones Unidas en 1947, ha tenido efectos que desbordan la estricta dimensión política del conflicto. Puesto que Hamás está incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea y, por otra parte, llegó al poder mediante una victoria electoral, la actuación israelí y de gran parte de la comunidad internacional parece apoyarse en un sobrentendido monstruoso: los castigos contra Gaza son colectivos porque, según se viene a insinuar, en Gaza nadie es inocente. Si esta ecuación se consolida, y nada indica que no se esté consolidando cuando se asiste, en riguroso silencio, al férreo embargo israelí que dura desde hace meses, el conflicto de Oriente Próximo se habrá instalado en una lógica que sólo lleva a la expulsión, sino a la aniquilación o al exterminio. La defensa de los derechos más elementales de una población civil como la de Gaza no puede quedar en suspenso en razón de lo que esa población haya votado en unas elecciones democráticas; se trata, por el contrario, de una defensa para la que no cabe excepción, y que vale lo mismo para condenar el lanzamiento de misiles por parte de Hamás contra las ciudades israelíes fronterizas que para reprobar las incursiones israelíes en las ciudades palestinas. La cuestión de principio no se ve afectada por la eficacia mortífera de uno y otro contendiente.
La grave responsabilidad contraída por Abbas y Haniye al haber propiciado la separación política entre Gaza y Cisjordania es sólo comparable a la que, por miope ventajismo, han asumido los patrocinadores de Annapolis. La expresión "proceso de paz" se ha convertido con los años en la manera corriente de nombrar una de las guerras más desiguales que ha conocido el siglo XX, y que lleva visos de ocupar parte del XXI. En resumidas cuentas, Annapolis no tuvo más resultado que el de seguir alimentando el espantajo del "proceso de paz" para no enfrentarse a la realidad de una guerra librada entre un poderoso ejército ocupante y un enjambre de organizaciones provistas de armas azarosas, en la que la población civil desempeña el trágico papel de campo de batalla. Los patrocinadores de Annapolis sabían de antemano que la alfombra roja extendida a los pies de Abbas se traduciría, de inmediato, en insoportable sufrimiento para la población de Gaza, pero no tuvieron la lucidez o los escrúpulos suficientes para no adentrarse por ese tortuoso camino. Pretendían reforzar a Abbas y debilitar a Haniye, pero no fueron capaces de prever que el acoso a Haniye invalidaría la interlocución de Abbas, como se ha visto con ocasión de esta nueva escalada de violencia. Y puede que aún no se haya tocado el fondo: de persistir el ensañamiento con la población civil de Gaza, sus atroces privaciones, sus escalofriantes dosis de muerte y destrucción, acabarán volviéndose contra el frágil poder de Abbas. En realidad, su permanencia al frente de una Autoridad mermada depende de lo que quiera Israel.
La segunda partición de Palestina ha concedido un renovado aliento a las doctrinas que sueñan con una transferencia de los territorios ocupados, o de una parte de ellos, a los países árabes colindantes, cerrando el paso a la solución de los dos Estados. Al margen de las ingentes dificultades para avanzar por esta vía, su eventual puesta en práctica sólo significaría exportar a toda la región la inestabilidad que padecen los palestinos. Al menos en ese punto Annapolis no incurrió en el que, tal vez, hubiera sido el más irreparable de los errores: reafirmó la solución de los dos Estados, aunque fijó una estrategia inviable para llegar al objetivo. Una estrategia que, además, puede propiciar la liquidación de uno de los pocos elementos del "proceso de paz" que sigue en pie pese a sus reiterados fracasos. A diferencia de lo que ocurría hasta los años noventa, antes de la Conferencia de Madrid y de los Acuerdos de Oslo, los palestinos dispusieron a partir de entonces de un mecanismo democrático para elegir a sus representantes, tanto en la gestión de los asuntos dependientes de la Autoridad como, sobre todo, en el trato con los israelíes.
Cualquier negociación emprendida con éstos venía, así, avalada políticamente por el respaldo de una mayoría, aunque las diversas organizaciones armadas en los territorios ocupados dispusieran de una contundente capacidad para interponer obstáculos, sobre todo si Israel se obstinaba en no identificar y deslindar responsabilidades. Abbas y Haniye han desarticulado ese mecanismo democrático y, por su parte, los patrocinadores de Annapolis han dado carta de naturaleza a la nueva situación de hecho. Del lado israelí, además, se ha jugado con una doble baraja, manteniendo la apariencia de una negociación con Abbas y, al mismo tiempo, prosiguiendo con la colonización.
El principal problema a estas alturas no es sólo que Annapolis resulte inviable para alcanzar la paz o, al menos, un arreglo que limite el horror que se vive en Oriente Próximo. Al suponer que es posible un acuerdo por separado con Abbas, los patrocinadores de Annapolis están abandonando a su suerte a los habitantes de Gaza, están cerrando los ojos a un sufrimiento que nada puede justificar, ni siquiera la quimera de una paz que difícilmente se alcanzará sobre semejantes presupuestos. En estas circunstancias, los contendientes se sienten empujados a reafirmarse en sus respectivos maximalismos, para los que la población civil no cuenta. Aunque será sin duda muy difícil cerrar la fractura que se ha instalado en los territorios ocupados, la prioridad internacional, como también la de los dirigentes israelíes y palestinos a los que la actual espiral de violencia no haya cegado todavía, debería dirigirse a recomponer la unidad, propiciando que Palestina vuelva a estar representada por una sola Autoridad elegida democráticamente.
Cualquier intento de sacar provecho de la división política entre Gaza y Cisjordania está condenado al fracaso. Pero un fracaso que dejará un rastro de horror que pesará como una losa de vergüenza durante mucho tiempo.

Un ex jefe de la 'Triple A' Argentina


... no declara por problemas neurológicos

TODO:La creación de la Triple A fue el engendro del cabo López Rega Y los elementos de la derecha peronista vinculados con expolicías y militares detrás de las bambalinas. La responsabilidad de Perón "el viejo" no es simplista ni fácil, pero la complicidad de la estúpida mujer que quiso para sí el papel irrepetible de María Eva Duarte fue total. Influida por el cabo, era una marioneta -incapaz y mediocre- que por razones que no analizaremos aquí,ejercía influencia sobre el hombre que cambió la Argentina en el periodo 1945 / 1955, y en ADELANTE YA NADA VOLVERÍA A SER COMO ANTES.Algunos puntos de la nota son polémicos, cuando pretenden ensombrecer el papel de Perón en la verdadera historia argentina emporcándolo con quien fue su secretario privado. Si publicamos esta nota, es para refrescar crímenes que, por fin, son llamados por su vefdadera calificación: crímenes de lesa humanidad.

La 'Triple A' fue una banda terrorista paraestatal creada por el gobierno de Perón

 El ex subcomisario está acusado de delitos de 'lesa humanidad', que son imprescriptibles


JUAN IGNACIO IRIGARAY

BUENOS AIRES.- Rodolfo Eduardo Almirón Sena, uno de los ex jefes del grupo terrorista argentino 'Triple A' que llegó este miércoles a Buenos Aires extraditado desde España, por ahora no está en condiciones de declarar ante la Justicia debido a 'problemas neurológicos'.
Así lo establecieron los médicos del Cuerpo Médico Forense, del Poder Judicial, que revisaron al ex subcomisario, de 72 años, en el ambulatorio del palacio de Tribunales de Buenos Aires, poco después de que llegara al país en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, que tuvo 20 horas de demora por problemas técnicos.
Los médicos diagnosticaron que Almirón sufre un gran estrés por el prolongado viaje, además de los problemas neurológicos que arrastra desde España. Y dictaminaron que, de momento no está en condiciones de declarar, imputado de homicidios y pertenencia a una organización criminal.
Así pues, el juez federal Norberto Oyarbide, que pidió su extradición a España, resolvió que Almirón ingresra en el hospital de la prisión de Marcos Paz (100 kms. a las afueras de Buenos Aires), y ordenó que fuera sometido a un nuevo examen de los médicos forenses el jueves 27, pasada la Semana Santa.
Allí posiblemente se desvelará si todo es una maniobra dilatoria de Almirón, al estilo de la que en 1999 el dictador chileno Augusto Pinochet esgrimió en Londres para salvarse de la extradición a España, donde el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón pretendía sentarlo en el banquillo.
Pero si persistiera el diagnóstico médico adverso, Almirón podría luego ser declarado inimputable por razones de salud, con lo cual debería ingresar en un hospital psiquiátrico. En ese caso, sus abogados hasta podrían solicitar que vuelva a España pues allí vive su esposa y posee la doble nacionalidad hispano-argentina.
Al llegar al aeropuerto de Ezeiza, nervioso y asombrado, Almirón se enfrentó a los reporteros que lo aguardaban después de 33 años de su huida de Argentina. "¿Usted se arrepiente?", le gritaron los periodistas y Almirón, enfundado en un chaleco antibalas y esposado, alcanzó a contestar: "¿De qué me tengo que arrepentir?".
El ex subcomisario está acusado de delitos de 'lesa humanidad', que son imprescriptibles. En principio se le imputa ser el autor material de cuatro asesinatos políticos en 1974: Los del diputado nacional Rodolfo Ortega Peña; el subjefe de la Policía bonaerense Julio Tomás Troxler; el profesor universitario Silvio Frondizi y su yerno Luis Ángel Mendiburu.
Los GAL se inspiraron en la Triple A
La 'Alianza Anticomunista Argentina' (AAA o Triple A) fue una banda terrorista paraestatal creada en el seno del Gobierno de Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón (1973-76) para eliminar y perseguir a los opositores de izquierda, incluida la Juventud Peronista y la organización guerrillera Montoneros. Los 'GAL' españoles se inspiraron en la 'Triple A'.
El creador de la 'AAA' era el ministro de, curiosamente, Bienestar Social, José Lopez Rega -ex cabo de la policía ascendido a subcomisario por Perón- que puso de brazo ejecutor al comisario José Ramón Morales (ya fallecido) y a su yerno Morales. Los dos habían sido expulsados de la Policía por presunta connivencia con delincuentes, pero fueron reincorporados y hasta cumplieron tareas de custodia de Martínez de Perón y López Rega.
La 'Triple A' debutó mediante un atentado con bomba contra el entonces senador opositor Hipólito Solari Irigoyen. A partir de ahí, ejecutó entre 800 y 1.000 atentados contra miembros de la oposición política y la guerrilla, además de perpetrar amenazas a intelectuales y artistas, tales como Héctor Alterio, Mercedes Sosa y Jorge Cafrune, que se exiliaron en España.
A mediados de 1975, en medio de protestas populares por el plan económico denominado 'Rodrigazo', López Rega abandonó el Gobierno y fue enviado a España con el rango de embajador plenipotenciario por Martínez de Perón, alias 'Isabel' -su apodo cuando era bailarina de cabaré- o 'La Perona'.
Localizado por 'Interviú'
En 1983, Almirón Cena fue localizado por la revista 'Interviú' trabajando en la seguridad de Manuel Fraga, entonces líder de Alianza Popular. El descubrimiento suscitó un escándalo y Almirón Sena dejó su trabajo en el partido. También había instruido a los escoltas del presidente Felipe González. Luego trabajó como empleado de hostelería en un restaurante de la Gran Vía madrileña.
Pero en diciembre de 2006, un periodista de EL MUNDO de Barcelona lo reencontró viviendo en un piso de protección oficial en la localidad valenciana de Torrent, ya con 70 años, jubilado, y acompañado por su segunda esposa. El 28 de aquel mes fue detenido por la Policía Nacional y puesto a disposición de la Audiencia Nacional.
En la misma causa penal está imputada con orden de extradición la ex presidenta, Martínez de Perón, que cumple arresto domiciliario en su chalé de las afueras de Madrid a la espera de que la Justicia española y el Gobierno del presidente Rodríguez Zapatero resuelvan si la mandan o no a Argentina.
La viuda de Perón vive desde 1980 en Madrid y mantiene relaciones estrechas con la familia Franco.

BUENOS DÍAS, HAMAS



Uri Avnery

Los israelíes vivimos en un universo poblado por monstruos y fantasmas. No hacemos la guerra contra personas de carne y hueso y contra organizaciones reales, sino contra demonios que buscan destruirnos. Es una guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas, entre el bien absoluto y el mal absoluto. Así es como nos parece a nosotros, y así es como lo ve también el otro lado.
Tratemos de traer esta guerra desde las esferas de lo virtual al rudo terreno de la realidad. No existe margen para una política razonable, ni siquiera para un debate racional, si no conseguimos escapamos del reino del horror y las pesadillas.
Tras la victoria obtenida por Hamas en las elecciones palestinas, Gush Shalom dijo que teníamos que hablar con ellos. Ahí van algunas de las preguntas con las que me bombardearon desde todas partes:

¿Te gusta Hamas?
En absoluto. Soy una persona de convicciones profundamente laicas. Soy contrario a toda política que mezcle política y religión, sea ésta judía, musulmana o cristiana, en Israel, en el mundo árabe o en USA.
Lo cual no me impide hablar con la gente de Hamas, igual que he hablado con otra gente con la que no estoy de acuerdo. Tampoco me ha impedido ser huésped en sus casas, intercambiar ideas con ellos y tratar de comprenderlos. Algunos me caían bien y otros no.

Se dice que a Hamas lo creó Israel ¿Es eso cierto?

Israel no “creó” a Hamas, pero sin duda le prestó ayuda en sus primeros momentos.
Durante los primeros 20 años de ocupación la dirigencia israelí consideró a la OLP como su principal enemigo. Por eso favoreció a organizaciones palestinas que, según pensaban, podrían socavar a la OLP. Un ejemplo de ello fue el ridículo intento de Ariel Sharon de establecer “ligas municipales” árabes que actuarían como agentes de la ocupación.
La inteligencia israelí, que en los últimos 60 años ha fracasado prácticamente siempre en sus intentos por predecir acontecimientos en el mundo árabe, también falló entonces. Creyeron que la emergencia de una organización islámica debilitaría a una OLP secular. Mientras que la administración militar de la ocupación encerraba en la cárcel a cualquier palestino comprometido con la actividad política —así fuera a favor de la paz— a los activistas religiosos se abstenía de molestarlos. La mezquita se convirtió en el único lugar donde los palestinos podían reunirse y planear su acción política.
Esta política israelí se basaba, naturalmente, en una absoluta falta de comprensión del Islam y la realidad palestina.
Hamas fue fundada oficialmente inmediatamente a finales de 1987, después del estallido de la primera Intimada. El Servicio de Seguridad Israelí (conocido como Shabak o Shin Bet) la trató con guantes de seda. Hasta un año tardó en arrestar a su fundador, el jeque Ahmad Yassin.
Es irónico que la dirigencia israelí apoye ahora a la OLP confiando en socavar así a Hamas. No hay mejor prueba de la estupidez palmaria de nuestros ”expertos” en asuntos árabes, fruto de la arrogancia y el desprecio. Hamas es mucho más peligrosa para Israel de lo que jamás lo fue la OLP.

¿La victoria de Hamas en las elecciones es un síntoma del ascenso del Islam en el pueblo palestino?

No necesariamente. El pueblo palestino no se hizo religioso de la noche a la mañana.
Es cierto que se está produciendo un lento proceso de islamización en toda la región, desde Turquía hasta Yemen y desde Marruecos hasta Irak. Es la reacción de la joven generación árabe frente al fracaso del nacionalismo laico como fórmula para resolver sus problemas nacionales y sociales. Pero esto no fue la causa del terremoto en el seno de la sociedad palestina.

Si eso es así, ¿cuál fue la razón de la victoria de Hamas?

Hay varias razones. La principal de ellas es la creciente convicción de los palestinos de que nunca conseguirán nada de los israelíes por medios pacíficos. Tras el asesinato de Yassir Arafat, muchos palestinos pensaron que si elegían como presidente a Mahmoud Abbas obtendrían de Israel y de USA todo lo que éstos se negaron a darle a Arafat. Descubrieron que sucedía exactamente lo contrario: ninguna negociación real y expansión incesante de las colonias.
Entonces se dijeron: si los medios pacíficos no funcionan, entonces no hay más remedio que recurrir a medios violentos. Y si estalla una guerra no hay guerreros más valientes que Hamas.
En segundo lugar, la corrupción en los escalafones más altos de Fatah había alcanzado tales proporciones que la mayoría de los palestinos estaban asqueados. Mientras vivía Arafat la corrupción fue tolerada porque todos sabían que Arafat personalmente era honrado y porque su monumental importancia para la lucha de liberación nacional neutralizaba los errores de su administración. Una vez muerto Arafat la corrupción se hizo imposible. Por otro lado, Hamas era considerada limpia y sus líderes incorruptos. Las instituciones sociales y educativas de Hamas, financiadas en su mayoría por Arabia Saudí, gozaban del respeto de la mayoría de la población.
Las divisiones internas de Fatah también favorecieron a los candidatos de Hamas. Hamas, por supuesto, no había participado en elecciones anteriores, pero la creencia más extendida —incluso entre la propia gente de Hamas— era que solo representaba a un 15-25% del electorado.

¿Es razonable suponer que los palestinos derrocarán a Hamas por propia iniciativa?

Mientras continúe la ocupación no hay ninguna posibilidad de que tal cosa ocurra. Un general israelí ha dicho esta semana que si el ejército israelí interrumpiera sus actividades en Cisjordania Hamas reemplazaría a Abbas también allí.
La administración de Mahmoud Abbas se sostiene sobre pies de barro —pies usamericanos e israelíes. Si los palestinos acaban perdiendo la confianza que aún tienen en Abbas el poder de éste se desintegrará.

¿Pero cómo se puede llegar a un acuerdo con una organización que declara que nunca reconocerá a Israel y cuya carta fundacional hace un llamamiento a la destrucción del Estado judío?

Toda esta historia del “reconocimiento” es absurda, una mera excusa para evitar el diálogo. No necesitamos que nadie nos “reconozca”. Cuando los EE.UU. empezaron a dialogar con Vietnam no exigieron ser reconocidos como un Estado anglosajón, cristiano y capitalista.
Si A firma un acuerdo con B, eso significa que A reconoce a B. Todo lo demás son ganas de marear la perdiz.
Igualmente, los aspavientos en torno a la carta fundacional de Hamas se parecen al jaleo que se armó antaño a propósito de la carta fundacional de la OLP. Se trataba de un documento relativamente irrelevante que nuestros representantes utilizaron durante años como pretexto para rechazar cualquier diálogo con la OLP. Removieron cielo y tierra para obligar a la OLP a anularlo. ¿Quién se acuerda hoy de eso? Lo que cuenta son los actos de hoy y mañana, no los papeles de ayer.

¿Sobre qué deberíamos hablar con Hamas?

En primer lugar, sobre un alto el fuego. Cuando una herida sangra hay que detener la hemorragia antes de comenzar a tratar la herida.
Hamas ha ofrecido en numerosas ocasiones un alto el fuego, Tahidiyeh ("Calma") en árabe. Eso significaría detener todas las hostilidades: cohetes Kassam y Grad rockets y disparos de mortero por parte de Hamas y de las otras organizaciones, y “liquidaciones selectivas”, incursiones militares y hambruna forzada por parte de Israel.
Las negociaciones deberían dirigirlas los egipcios, mayormente porque deberían abrir la frontera entre la Franja de Gaza y el Sinai. Gaza debe recuperar la libertad de comunicación con el mundo por tierra, mar y aire.
Si Hamas solicitara la extensión del alto el fuego a Cisjordania, también esto debería discutirse. Ello requeriría conversaciones a tres bandas entre Hamas, Fatah e Israel.

¿No aprovecharía Hamas un alto el fuego para rearmarse?

Desde luego. Lo mismo que Israel. Quizá con el tiempo descubramos alguna forma de protegernos de los cohetes de corto alcance.

Si el alto el fuego se mantiene, ¿cuál sería el siguiente paso?

Un armisticio, o Hudnah en árabe.
Hamas tendría problemas para firmar un acuerdo formal con Israel, dado que Palestina es una Waqf, es decir, un legado religioso (esto se originó en tiempos por razones políticas. Cuando el califa Omar conquistó Palestina, temió que a su muerte sus generales se repartieran el país, como ya habían hecho en Siria, de modo que proclamó que se trataba de una propiedad de Alá. Eso nos recuerda la actitud de nuestros propios religiosos, que sostienen que es pecado ceder cualquier parte del país porque Dios nos lo prometió expresamente).
Una Hudnah es una alternativa a la paz. Se trata de un concepto profundamente arraigado en la tradición islámica. El propio profeta Muhammad acordó una Hudnah con los gobernantes de La Meca, con los cuales estaba en guerra tras su huida de La Meca a Medina. (Por cierto, antes de que expirara la Hudnah los habitantes de la Meca abrazaron el Islam y el profeta entró en la ciudad pacíficamente). Dado que la Hudnah implica una sanción de tipo religioso, su violación por parte de los creyentes musulmanes es imposible.
Una Hudnah puede durar docenas de años y puede ser prorrogada sine die. Una Hudnah prolongada equivale de facto a la paz si las relaciones entre las dos partes crean una realidad de paz.

Así pues, ¿una paz formal es imposible?

También hay una solución para eso. Hamas ha declarado en el pasado que no se opone a que Abbas lleve a cabo negociaciones de paz, a condición de que el acuerdo que se alcance sea refrendado mediante plebiscito. Si el pueblo palestino lo confirma, Hamas declaró que aceptaría la decisión del pueblo.

¿Por qué habría de aceptarlo Hamas?

Como cualquier fuerza política palestina, Hamas aspira al poder en el Estado palestino que se creará sobre las fronteras de 1967. Para ello necesita contar con la confianza de la mayoría. No cabe duda de que la inmensa mayoría del pueblo palestino desea un Estado propio y la paz. Hamas es perfectamente consciente de ello. No hará nada que provoque el distanciamiento de la mayoría del pueblo.

¿Y qué pinta Abbas en todo esto?

Abbas debería ser presionado para que acepte un acuerdo con Hamas en la línea del anterior acuerdo firmado en La Meca. Pensamos que a Israel le conviene claramente negociar con un gobierno palestino que incluya a los dos grandes movimientos, de forma que el acuerdo obtenido sea aceptado por prácticamente todos los sectores del pueblo palestino.

¿El tiempo trabaja a nuestro favor?

Durante muchos años, Gush Shalom se dedicó a decirle al público israelí: hagamos la paz con la dirigencia laica de Yasser Arafat, pues de lo contrario el conflicto nacional degenerará en un conflicto religioso. Desgraciadamente, también esta profecía se ha hecho realidad.
Aquellos que no querían a la OLP se las tienen que ver ahora con Hamas. Si no llegamos a un acuerdo con Hamas tendremos que enfrentarnos a organizaciones islámicas más extremistas, como los talibanes de Afganistán.

Fuente: Counterpunch - Rebelion - Marzo 2008 - Traducción: LB.

DEMOCRACIA ISRAELÍ

El Tribunal Supremo israelí consagra la segregación

Los palestinos tendrán prohibido el acceso a una autopista en Cisjordania

JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén - 19/03/2008

La historia de la carretera 443, que une Jerusalén con una autopista que enlaza la ciudad santa con Tel Aviv, es un compendio de las prácticas arbitrarias ejercidas por las administraciones israelíes. La vía transcurre por territorio ocupado; ejemplifica los manejos del Ejército israelí y su poder para imponerse por encima del estamento civil, y muestra que los gobiernos y los tribunales dan su beneplácito posterior a los atropellos contra los palestinos. Hace diez días, el Tribunal Supremo emitió un fallo, dado a conocer hoy por el diario Haaretz, que consagra, por primera vez, una práctica segregacionista. Tras un largo proceso judicial, los demandantes palestinos han perdido la batalla y tendrán vetado circular por la carretera 443 que atraviesa Cisjordania. La Asociación para los Derechos Civiles en Israel arremetió contra este precedente judicial discriminatorio y que viola la legislación internacional.
Fue la primera de algunas vías que han sido bautizadas como carreteras del Apartheid. Todo comenzó a principios de la década de los ochenta, cuando se inició la construcción de la citada vía para que también los palestinos, a los que se impedía transitar por la autopista número 1, pudieran utilizarla. Se expropiaron predios de propiedad privada de palestinos y en los avatares judiciales que se suscitaron el Estado prometió que la carretera -jalonada de muros, vallas metálicas y torretas de cemento militares- permanecería abierta a todos los conductores, árabes e israelíes.
Pero tras el estallido de la segunda Intifada, en septiembre de 2000, y los ataques a vehículos israelíes, el Ejército cerró el paso a los coches palestinos. Sin encomendarse al Ejecutivo. El entonces viceministro de Defensa, el laborista Efraim Sneh, admitió que la decisión no fue consultada con el Gobierno. Y más tarde, la Administración Civil -el organismo dirigido por militares que gestiona los territorios ocupados- ofreció 80 permisos para conductores palestinos que residen en pueblos donde viven 30.000 personas.
Como ocurre en infinidad de ocasiones en Cisjordania, los uniformados dictan las normas. En las pequeñas carreteras que desembocan en la autopista 443 se observan hoy día bloques de cemento que taponan la salida a los lugareños. Sólo en algunos puntos, un puñado de taxis tienen permitido el acceso. Pero la gran mayoría de la población ha visto cómo se le ha cortado el camino a la ciudad de Ramala, capital administrativa de Cisjordania, y al resto de este territorio. Sucede lo mismo en cientos de kilómetros en la Cisjordania ocupada, reservados exclusivamente para el tránsito de los colonos.
EL Supremo ha dictaminado ahora que el Estado deberá explicar con detalle, en el plazo de seis meses, el estado de la construcción de una nueva carretera para empleo exclusivo de palestinos, lo que indica que la autopista 443 seguirá siendo utilizada únicamente por ciudadanos israelíes. La nueva vía acarreará nuevas expropiaciones y un coste de millones de euros.
Los abogados de la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, que representa a seis pueblos a los que afecta la prohibición, aseguran que la decisión judicial viola las leyes internacionales y que los jueces han eludido pronunciarse sobre las cuestiones planteadas por los demandantes. Y, para colmo, los letrados afirman que los soldados han comenzado recientemente a acosar a los seis pueblos que entablaron la demanda con patrullas en las que utilizan bombas de luz y balas de caucho. Es la represalia contra quienes se atrevieron a acudir a la justicia. ■

Pacifistas y ex combatientes se movilizan en EE UU


...contra la guerra de Irak

Las manifestaciones coinciden con el quinto aniversario de la invasión estadounidense del país

Activistas, pacifistas y ex combatientes se han movilizado hoy en Estados Unidos para protestar por la guerra que se inició hace cinco años en Irak, y en la que han muerto casi 4.000 soldados estadounidenses y más de 30.000 han sido heridos. Las protestas convocadas hoy contra la guerra en Irak han incluido manifestaciones y acciones de desobediencia civil, vigilias, oraciones y paros estudiantiles en grandes ciudades del país, desde Nueva York a San Francisco, así como en la capital, Washington.

Bush el idiota cínico: "La guerra en Irak es justa, noble y necesaria"

Un grupo de combatientes en Irak han reclamado en Washington el arresto del presidente George W. Bush por el inicio hace cinco años de una guerra que consideran "ilegal". "Nosotros fuimos como voluntarios a defender este país", ha proclamado un orador del grupo Veteranos de Irak y Afganistán en una concentración frente al Departamento de Justicia en Washington.
A pocas manzanas de allí la policía ha detenido a unos 30 manifestantes que se sentaron en el suelo y cerraron el acceso al departamento de Hacienda (IRS), mientras que otro centenar de activistas, vestidos de negro y con máscaras, desfilaba frente a la Casa Blanca en una "marcha de los muertos".
También en Washington, otras columnas de manifestantes, casi todas encabezadas por grupos de ex combatientes en Irak y Afganistán han hecho protestas frente al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Congreso, el Instituto Estadounidense del Petróleo y firmas petroleras, y medios de comunicación.
Los estudiantes universitarios en Dakota del Norte y Nueva Jersey han abandonado las clases, y en la Universidad de Minesota los estudiantes han anunciado que cerrarían las oficinas de reclutamiento militar en el recinto académico.
En las afueras de Miami varias decenas de manifestantes, también vestidos de negro y con pancartas, han desfilado cerca de la sede del Mando Conjunto Sur de las Fuerzas Armadas, y en Ohio los grupos opuestos a la guerra han anunciado una veintena de marchas y vigilias. Por su parte, cientos de personas desfilaron por el Distrito Financiero de San Francisco portando pancartas y coreando consignas contra la guerra.

14 marzo 2008

EL GUETO DE GAZA

El gueto de Gaza

Washington y Bruselas coinciden en que el origen del problema está en el lanzamiento de misiles y en que Israel ha sido desproporcionada en su respuesta. Como era de esperar, ni Estados Unidos ni la Unión Europea han criticado la política de castigos colectivos aplicada en Gaza, que ha provocado la mayor crisis humanitaria de los últimos cuarenta años, ni la construcción del muro en Cisjordania, que se ha saldado con la anexión unilateral de nuevas tierras palestinas. No podía ser de otra manera, ya que Israel recibió luz verde de la comunidad internacional para intensificar el aislamiento de la franja palestina, todo ello con el propósito de asfixiar a Hamás, formación que se impuso en las elecciones legislativas de 2006 y que fue desalojada del poder un año más tarde.


Por Ignacio Álvarez-Ossorio

Gaza se encuentra al borde de la extenuación. La última ofensiva israelí ha dejado más de un centenar de muertos, la mitad de ellos civiles. La visita de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y del alto responsable de Política Exterior y Seguridad Común europeo, Javier Solana, ha detenido momentáneamente la sangría, pero las perspectivas de futuro no son excesivamente halagüeñas. Hamás no da su brazo a torcer y varios dirigentes israelíes han advertido que seguirán atacando Gaza como respuesta a los lanzamientos de cohetes artesanales a su territorio. Por si quedara alguna duda de los planes bélicos que se barajan, Matan Vilnai, número dos del Ministerio de Defensa y brazo derecho del dirigente laborista Ehud Barak, advirtió: «Cuantos más cohetes Qassam lancen y más lejos lleguen, atraerán un mayor holocausto porque vamos a defendernos con toda nuestra fuerza».
Ante este desolador panorama, la comunidad internacional ha respondido como acostumbra: pidiendo contención a las partes sin hacer distinción entre ocupantes y ocupados. Washington y Bruselas coinciden en que el origen del problema está en el lanzamiento de misiles y en que Israel ha sido desproporcionada en su respuesta. Como era de esperar, ni Estados Unidos ni la Unión Europea han criticado la política de castigos colectivos aplicada en Gaza, que ha provocado la mayor crisis humanitaria de los últimos cuarenta años, ni la construcción del muro en Cisjordania, que se ha saldado con la anexión unilateral de nuevas tierras palestinas. No podía ser de otra manera, ya que Israel recibió luz verde de la comunidad internacional para intensificar el aislamiento de la franja palestina, todo ello con el propósito de asfixiar a Hamás, formación que se impuso en las elecciones legislativas de 2006 y que fue desalojada del poder un año más tarde.
La apuesta de Washington y Bruselas, además de extraordinariamente arriesgada, partía de una falsa premisa. Una vez que se cortara el grifo de la ayuda internacional, la popularidad de la formación islamista descendería a mínimos históricos y el nuevo Ejecutivo se vería abocado a abandonar el poder. En un escenario tal, Al-Fatah recuperaría el terreno perdido y podría retomar el proceso de paz devolviendo la situación a la normalidad. No ha ocurrido ni lo uno ni lo otro. En unas condiciones sumamente adversas, Hamás ha logrado mantener inalterables sus apoyos, mientras que la reanudación de las negociaciones tan sólo ha acrecentado la vulnerabilidad de Fatah, cuyo futuro pende ahora de la consecución de un poco probable acuerdo de paz.
Mientras todo esto ocurre, Gaza se desangra. El informe -'La Franja de Gaza: una implosión humanitaria'- realizado por ocho prestigiosas organizaciones no gubernamentales y presentado ayer denuncia que el millón y medio de palestinos que viven en dicha franja se encuentra en la más grave situación humanitaria de las últimas cuatro décadas como consecuencia de «las severas restricciones israelíes al movimiento de mercancías y de personas». Las ONG denuncian que «como resultado del bloqueo y del colapso de la economía, hay poco dinero para comprar alimentos y pocos alimentos que comprar. Los precios de la comida están subiendo y la harina, la leche y el arroz escasean. A la vez que la crisis humanitaria se agrava, el número de convoyes humanitarios cae en picado».
Todo ello forma parte de una estrategia deliberada de las autoridades israelíes destinada a convertir la cuestión nacional palestina en un mero asunto humanitario o, como describió gráficamente el analista Víctor Currea-Lugo, «un intento por reducir el problema palestino a un problema de arroz». En este contexto cobran especial significación las palabras de Dov Weissglass, uno de los principales consejeros del primer ministro israelí, en torno de la necesidad de someter a los palestinos a «una dieta de adelgazamiento». El éxito de esta estrategia es incuestionable, ya que el bloqueo israelí y las sanciones internacionales han tenido un efecto devastador sobre la economía palestina: al colapso de la industria (debido a las restricciones al movimiento de mercancías) se ha sumado la devastación de la agricultura (como resultado de la tala indiscriminada de árboles y la incapacidad de los campesinos para acceder a los cultivos).
Hoy en día la mitad de los palestinos de Gaza están desempleados. La producción industrial se ha reducido en un 95% y tan sólo quedan abiertas, a duras penas, 200 de las 4.000 fábricas que había. Escasea el agua potable, debido tanto a la carestía de recursos hídricos de la zona como a la sobreexplotación de la que hicieron uso los colonos, y falta la electricidad, como consecuencia del bombardeo de la única central eléctrica por las Fuerzas de Defensa Israelíes en 2006. El 80% de los gazawíes depende de la ayuda internacional y el 62% de sus salarios se destinan exclusivamente a la adquisición de alimentos de primera necesidad. Como denuncia el informe: «El bloqueo ha desmantelado completamente la economía y empobrecido a la población de Gaza. Las políticas israelíes afectan a la población civil de manera indiscriminada y constituyen un castigo colectivo contra hombre, mujeres y niños normales. Las medidas adoptadas son ilegales desde el punto de vista del derecho internacional humanitario».
Ante esta situación, Amnistía Internacional, Oxfam, Save the Children, así como las otras cuatro organizaciones no gubernamentales firmantes, consideran imprescindible un replanteamiento de la posición de la comunidad internacional. En consonancia con las demandas de la sociedad civil europea, el informe reclama un giro copernicano en la estrategia de Bruselas. De una parte, exige que la Unión Europea denuncie de manera taxativa el bloqueo israelí de Gaza y utilice toda su influencia para ponerle fin. De otra parte, recomienda a los países europeos que faciliten la reconciliación entre Fatah y Hamás. Es decir: que la Unión Europea recupere la iniciativa frente a Israel, retome su tradicional política de solidaridad hacia la cuestión palestina y abandone sus actuales planteamientos cortoplacistas. A pesar de la gravedad de la situación es bastante improbable que nuestros estadistas salgan de su ensimismamiento y rompan su silencio cómplice. ¿Permitirán acaso que la Franja de Gaza se transforme en un nuevo gueto? Todo parece indicar que sí.

La fuente: El autor es profesor del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, ialvarez@ua.es

11 marzo 2008

LA IMPUNIDAD DEL GOBIERNO DE ISRAEL

La legítima defensa en un mundo civilizado que respete la legalidad es proporcionada al peligro o agresión, y un ataque de soldados israelíes, tanques, helicópteros armados y cazabombarderos es muy desproporcionado frente a kalashnikov y lanzamisiles artesanos, especialmente cuando los muertos los ponen sobre todo los civiles palestinos.

Por Xavier Caño

El analista Miguel Bastenier nos recuerda en un reciente escrito que a principios del siglo XX un periodista judío, Zangwill, popularizó el eslogan definitivo del sionismo: “Una tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra”. La “tierra sin pueblo” era Palestina, oficialmente Siria Sur, provincia del imperio otomano, y el pueblo era el judío en diáspora. Pero en esa Palestina de mil novecientos vivía un millón de habitantes, de los que el 90% eran árabes. Los errores y malevolencias de Inglaterra tras la I Guerra Mundial, en la que desapareció el Imperio Otomano por derrota, concedieron una parte notable de Palestina al pueblo judío. A este respecto, Bastenier nos cuenta que Ilan Pappé, uno de los historiadores israelíes que han reescrito la historia del inicio del Estado de Israel sin fábulas ni mitos, ha explicado que el Plan Dalet, ejecutado por el ejército judío, limpió el terreno para que “un pueblo sin tierra ocupara una tierra sin pueblo”.

Pappé no nos cuenta una historia distinta a la de otros historiadores revisionistas del inicio de Israel, pero califica la guerra entre israelíes y árabes, previa a la fundación del Estado de Israel, como limpieza étnica. Eso es lo nuevo, que enlaza aquel tiempo con nuestros días.

Pappé relata cómo desde marzo de 1948, civiles y militares judíos pusieron en marcha el citado plan que incluyó la matanza de un centenar de aldeanos palestinos en Deir Yassin, y forzar a 250.000 palestinos de núcleos urbanos a huir. Entre fin de marzo y el 15 de mayo se “limpiaron” de palestinos doscientas localidades y la zona de Jaffa. Cientos de miles de expulsados. Pappé insiste en que el Plan Dalet fue una auténtica operación de limpieza étnica: si los palestinos no huían voluntariamente, eran expulsados por la fuerza. De un millón de palestinos, quedaron 150.000.

Sesenta años después, el gobierno de Israel pone en marcha periódicamente operaciones de represalia que recuerdan el Plan Dalet. La razón aducida es la “legítima defensa” frente a los proyectiles que guerrilleros de Hamás arrojan sobre territorio israelí con lanzamisiles artesanos. Una razón poco aceptable. La legítima defensa en un mundo civilizado que respete la legalidad es proporcionada al peligro o agresión, y un ataque de soldados israelíes, tanques, helicópteros armados y cazabombarderos es muy desproporcionado frente a kalashnikov y lanzamisiles artesanos, especialmente cuando los muertos los ponen sobre todo los civiles palestinos.

En siete años han muerto once ciudadanos israelíes por cohetes lanzados por guerrilleros de Hamás, pero en el último ataque contra la franja de Gaza, 116 palestinos, de los que más de la mitad son mujeres y niños, incluso bebés, y más de 350 han resultado heridos. En Yabalia, algunas mujeres y niños murieron en el dormitorio o en la cocina, habituales lugares de combate, como es conocido. Los últimos cohetes de Hamás causaron diez heridos leves.

El primer ministro israelí Ehud Olmert ha dicho que “si los civiles (israelíes) de Sderot no pueden llevar una vida normal, tampoco podrán hacerlo los palestinos de Gaza”. También propio de un mandatario civilizado: la venganza de pelea de taberna. Y añadió, para convencernos de cuan civilizado es, que los ataques aéreos y terrestres contra Gaza no se detendrán ni un segundo a pesar de las críticas internacionales.

¿Y la comunidad internacional? Bien, gracias. El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido con urgencia, condenó la escalada de violencia en la zona y decidió reunirse de nuevo. Juiciosa decisión, muy útil. Por supuesto, los miembros del Consejo expresaron su profunda preocupación “por la pérdida de vidas civiles en Gaza”. Varios países europeos y de los Estados Unidos han pedido a Israel que contenga sus represalias y, a ambas partes, el fin de la violencia. El mismo hipócrita e ineficaz ritual que se pone en escena desde que Israel empezó a dejar claro que la legalidad internacional y el respeto a los acuerdos de paz le importan poco.

En tanto el grupo de presión judío de Estados Unidos sea poderoso y los presidentes estadounidenses, demócratas o republicanos, lo teman tanto, Israel continuará impune, por más que se pase por donde quiera la legalidad y el derecho internacionales.

Pero nos queda la palabra para denunciarlo.

La fuente: El autor es escritor y periodista. Su artículo se publica por gentileza del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS).

10 marzo 2008

INDIFERENCIAS ISRAELÍES


Se vuelve a hablar de la posible desmembración de Palestina: Cisjordania para Jordania, y Gaza para Egipto
ANDRÉS ORTEGA 10/03/2008


Poco importa que el presidente palestino Abbas haya interrumpido las conversaciones de paz tras el ataque y la masacre israelí en Gaza, o que las fuera a reanudar y que el asesinato por Hamás de ocho israelíes en una yeshiva en Jerusalén o sus represalias las imposibiliten. Pues la indiferencia se ha apoderado de los israelíes a este respecto. No creen ya en ningún posible proceso de paz, y lo ocurrido en la franja y en Jerusalén les ratifica en esta actitud.


Olmert está a la cabeza de un Gobierno israelí débil, que usa la fuerza contra Hamás en Gaza de manera tan desatinada como lo hizo contra Hezbolá en Líbano (error que puede repetir), alimentando el nexo entre ambos grupos. También Abbas está al frente de una Autoridad Palestina que Estados Unidos rearma pero que, salvo en el nombre, ha perdido su autoridad. Es cuestionado entre los suyos, Gaza está en manos de Hamás (y sometida por ello a un indecente, además de ilegal, castigo colectivo) y el ataque contra la franja, que Israel parece querer proseguir hasta derribar la administración de Hamás allí, no sólo no le favorece sino que puede haber generado otra cadena de violencia.
En Cisjordania, Hamás parece haber desaparecido, pero es una ilusión óptica. Sus militantes han guardado sus gorras negras a la espera de tiempos mejores, pero Hamás, que ganó limpiamente las elecciones parlamentarias en 2006, está muy presente. La insensata estrategia americana (y europea) de apoyar a Israel en el aislamiento y asfixia de Hamás y de Gaza no ha dado resultados. Aunque no parezca correcto decirlo después del atentado de Jerusalén, alguien tendrá que acabar hablando con el movimiento violento que Israel impulsó en su día contra Arafat. Sin Hamás, ninguna paz es ya posible. Pero la UE se ha colocado en una situación imposible para cumplir este papel que, por su parte, la Administración Bush rechaza de plano. Habrá que aguardar, si acaso, a un nuevo presidente en Washington, sin esperar nada del proceso de Annapolis, que nació imposibilitado sin Hamás, sin Gaza y sin ganas. Hoy, además, se vuelve a hablar de la posibilidad de desmembración de Palestina (Cisjordania para Jordania, y Gaza para Egipto).
En vísperas del 60º aniversario de la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, cabe constatar que los israelíes han ganado la guerra, la larga, aunque quizás no se hayan percatado de ello. Sus asentamientos en territorios ocupados siguen avanzando. Israel ha sido reconocido de hecho por la Liga Árabe y muchos de sus miembros. Irak no es ya una amenaza, aunque sí un caos. El terrorismo no ha desaparecido de Israel, pero ha quedado disminuido. Pese a lo ocurrido en Jerusalén o los cohetes caseros Kassam disparados desde Gaza, pocas veces Israel había vivido tan seguro, lo que le pone en una posición novedosa de cara a una paz que no parece ya interesarle.
Otro elemento que ha cambiado en las profundidades de la sociedad israelí es el rechazo a sacrificar más vidas de los suyos en operaciones militares. De hecho, fue este cambio el que llevó a los israelíes a retirarse de Líbano en 2000, y que reapareció en la guerra contra Líbano de 2006 o ahora en la operación contra Gaza.
Por otra parte, el reciente Cuarto Diálogo de Medios UE-Israel celebrado en Tel Aviv ha puesto de manifiesto algo que no gusta a los israelíes: que su conflicto con los palestinos haya perdido importancia relativa, al menos para los europeos, frente a otros como Líbano, Afganistán e Irak en los que están implicadas fuerzas de esos países. Los israelíes consultados consideran que es muy importante que el suyo sea percibido como central para seguir asegurándose el apoyo de EE UU.
Quizás esta nueva seguridad encontrada influya a la hora de magnificar la amenaza existencial que ven algunos israelíes en un posible Irán con armas nucleares, y la conexión siria. Israel se ve como un Estado que, dado su tamaño, puede ser destruido con una sola bomba atómica (one bomb state). Pero sobre todo, piensan algunos expertos, de tener armas nucleares, Irán sería capaz no ya de lanzarlas a Israel sino de entrar en una "guerra de desgaste" contra el Estado judío. "Irán debe detener su programa pues de otro modo no sabemos lo que podríamos hacer", señalan. Ante este reto, "Israel se siente solo". Pues Bush ya no dispone de todas las opciones posibles después de la forma en que invadió Irak. Olmert, señalan estos expertos, no quiere pasar a la historia como "el dirigente bajo el cual se ha nuclearizado nuestro mayor enemigo". Una actitud que no les deja, ni puede dejarnos a los demás, indiferentes