19 noviembre 2007

Cualquier paz es mejor que desaparecer de la liza.





por Andrés Aldao − 19/11/07

Un lector de TODO el mundo reprocha mi antijudaísmo, mi posición radical antiisraelí., mi apoyo a Irán, todo lo cual −según opina− me convierte en antisemita. Ante todo, que critique a gobernantes y políticos israelíes judíos por sus posiciones y decisiones en el contexto general y particular de lo que ocurre en el Medio Oriente, no me convierte en “antijudío” sino en adversario de gobernantes, generales, funcionarios y políticos israelíes que han demostrado hasta el hartazgo su compromiso con los EEUU, con el petrolero Bush y su ama de llaves, Condoleza Rice, para la aplicación sistemática de las ideas expansionistas del gran capital de USA (judíos y gentiles) y su negativa a hacer la paz con el pueblo palestino, excepto la concesión de algunas medidas melifluas e inconsistentes que contradicen leyes y normas internacionales vigentes que nadie se molesta en recordar.

Si analizo la política de los gobiernos de Israel y la crítico, puedo ser una persona antiestablishment, un periodista adversario del gobierno. Si Israel se reclama “democrática”, debe concederme el derecho a ser opositor del gobierno y de sus ideas y conductas, asimismo de los políticos y los militares de la derrota. Pero el eficaz departamento de propaganda de los cuerpos de inteligencia de Israel han estudiado a fondo la concepción del “agi−prop” del GPU y los textos del Komintern de Stalín, y saben convertir una oposición legítima en su contrario. En ese contexto, yo no soy opositor del gobierno israelí sino antisemita, antijudío, enemigo del “pueblo judío” (una calificación étnica muy discutible y que no se aplica en absoluto a los ciudadanos del Estado de Israel).

Por último, veamos mi “apoyo a Irán”. Por no apuntalar a Irán, por denunciar la flexibilidad del Sr. Arias Manso y su triste apretón de manos con quien niega el holocausto y auspicia la desaparición del estado en el que vivo con mi familia, debí renunciar a Poetas del Mundo. Pero en esa misma nota de ruptura, aclaré que disiento con la política genuflexa y diversionista del gobierno israelí, ariete de USA. Irán tiene derecho a desarrollar su programa nuclear pacífico, el mismo que tuvieron Pakistán, la India e Israel. El presidente de Irán me es tan poca garantía como Putin, o el pakistano Mushraff, o los generales de la derrota israelíes, que están buscando la revancha contra el Hizbollah por la histérica derrota sufrida en julio−agosto de 2006 a manos de los milicianos libaneses que defendieron su tierra de la agresión ordenada por Olmert.

Volvamos a nuestro tema central. En una época le exigieron a Arafat reconocer a Israel; luego, que luchase contra el “terrorismo” palestino, pero que aceptara el terrorismo de Tzáhal. Después, Israel planteaba que no tenía “interlocutor” para las conversaciones de paz. Más tarde, una vez que el Hamás ganó las elecciones en la Franja de Gaza, transparentes, en una jornada sin incidentes, con veedores internacionales, Israel y EEUU desconocieron los resultados y hostigaron, conspiraron y encerraron al movimiento islámico (creado y financiado por el Shabac para enfrentar a Arafat), dentro del ángulo agudo de las medidas de represalias draconianas, al margen y por encima de las leyes internacionales.
¿Cuál es la nueva muletilla frente a Anápolis? Los palestinos deben, ante todo, reconocer a Israel como “Estado Judío”, una cosa que no existe, una pretensión autocrática, una peligrosa coincidencia con la Alemania aria del tercer Reich, el Irán musulmán, el Misisipi del klu klux klan, la España de Dios Patria y Hogar de la falange franquista, las colonias kahnaistas del CAJ y Marzel, y la hinchada de Beitar Irushalaim, el más numeroso y peligroso conjunto de huliganim sin la cabeza rapada...
Me niego a ser parte de este “estado judío” y, como yo, muchos millares de israelíes se niegan a integrar este estrafalario y vergonzante proyecto racista, antiisraelí y antidemocrático, en el que sustituyen la nacionalidad por una caracterización religiosa y minoritaria.
Israel, como “estado judío”, debe volver a las fronteras de la partición de 1948, restituir todas las tierras y propiedades robadas a la población palestina que vivía en este territorio, Y debe devolver las tierras robadas en la Franja de Gaza, Samaria y Judea a sus legítimos dueños, trasladar las colonias al territorio de Israel reconocido y legítimo según la histórica decisión de las Naciones Unidad: el Estado de Israel junto al Estado de Palestina. Fuera de esto no hay ni habrá paz. ¡Nunca!

Hambrearon a los palestinos, desplazaron a Abu Mazen al margen del proceso, no reconocieron los esfuerzos del Hamás para frenar la violencia y desechan su legitimidad. Israel no detiene sus provocaciones ni el comportamiento autoritario e inhumano en las vallas, prosigue su política de ajusticiamientos ilegales, pretende cortar aprovisionamientos elementales que suministra a la Franja de Gaza (luz, agua y otros servicios vitales). Y los Kassam caen y seguirán cayendo en Sderot.
El fascista y Rasputin Liberman, ministro del gobierno, procesado por cooperar en el blanqueo de dinero negro de las mafias rusas, y el condenado (y liberado) delincuente sexual Jaim Ramón son, “un solo corazón”, piensan lo mismo. En Liberman no causa extrañeza, y en Ramón tampoco, dado que este último se mostró partidario de bombardear el Líbano indiscriminadamente, aun al costo de matar niños, hombres y mujeres, ancianos inocentes, cuyo delito era (y es) vivir en ese país: “Aunque no me resulta agradable decirlo −adujo en una entrevista en el canal 10 de TV durante los días de la aventura libanesa (julio de 2006)− prefiero que mueran niños del Líbano y no los israelíes”.
Esta clase de ministros fascistas, irracionales, dignos discípulos de la barbarie, el racismo y el chovinismo, son los que junto al desprestigiado cerOlmert rigen los destinos del estado de Israel en vísperas de su 60º aniversario. En cuanto a Eli Ishai, el correveidile del rabino Ovadia Iosehp, nadie lo toma en cuenta a pesar de la fuerza electora que representa.
El Partido Laborista, por su parte, bien socialdemócrata y oportunista, siempre opta por andar en la cuerda floja, huyendo de las decisiones que le den un tono coherente. Siempre se columpian entre el todo y la nada, el sí o el no, escabuyéndose entre innumerables matices de gris mate. La figura de Shimón Peres (hoy de Kadima) es el símbolo del repertuorio laborista israelí: una caterva pringosa, resbaladiza y falsa, envejecida, artrítica, que padece de un irreversible proceso de Altzheimer político y social.

Y ahora Anápolis, versión desvaída de reuniones anteriores en las que todas las esperanzas de un acuerdo naufragaron y abortaron mucho antes del encuentro formal.
En Anápolis se demostrará, una vez más, que los representantes de Israel no desean la paz, ni el acuerdo ni sentarse a debatir los problemas del Medio Oriente, en general, y el de Israel, Palestina y Siria en particular.
La paz pareciera ser una causa perdida y sólo el lenguaje de la guerra, la sangre y el duelo podrá convencer a los dirigentes de Israel de que cualquier paz es siempre mejor que desaparecer de la liza. Esto es, la realidad deberá llevarlos al convencimiento forzoso de que si no aceptan negociar, el estado de Israel tiene su futuro oscuro y lóbrego en el breve plazo histórico, según la profecía apocalíptica y fundada de Abraham Burg... ■

Atrapado entre el cáncer y el bloqueo



 Un joven ha muerto víctima de esta enfermedad y del hermetismo de las fronteras
 Los casos similares al de Nael El Kurdi se han multiplicado recientemente en la Franja


SAL EMERGUI

GAZA.- El bloqueo de la Franja de Gaza asfixia y a veces mata a los bloqueados si éstos padecen una grave enfermedad. Este es el caso del joven Nael El Kurdi, de 21 años, que ha muerto víctima del cáncer y del hermetismo de las fronteras entre Israel y Gaza.
En los últimos cuatro meses, Nael intentó sin éxito ser tratado del tumor cancerígeno en su testículo derecho y de una hepatitis. Su destino era el Hospital Ijilov de Tel Aviv, pero en el camino se topó con el paso fronterizo de Erez. Cuatro meses esperando un permiso que nunca llegó. Desde que el grupo islamista Hamas se hiciera con el control de la Franja —expulsando por las armas a sus rivales de Al Fatah— Israel ha cerrado la mayoría de accesos.
Detrás del bloqueo se esconden nombres y apellidos como Nael El Kurdi. "El último mes ha sido un infierno. Apenas comía, sufría mucho y la enfermedad se agravaba cada día. No le dejaban entrar en Israel pese a que nunca ha pertenecido a ninguna banda armada ni constituye un peligro para nadie", asegura su tío Hani, que solloza: "Mi sobrino quería salir de Gaza solo para vivir, nada más".
Pero el paso de Erez que separa —más que nunca— Israel de la Franja no le abrió sus puertas. Nael quedó atrapado mortalmente entre la Gaza de Hamas y las bloqueadas puertas de Israel y Egipto. Su fallecimiento este fin de semana ha pasado tan desapercibida como su sufrimiento.
"La muerte de Nael es el ejemplo de las consecuencias terribles de la política que utiliza el Shabak [servicios secretos internos israelíes], al impedir el tratamiento médico a los enfermos palestinos de Gaza", acusa Ran Yaron, de la ONG israelí Médicos por los Derechos Humanos. Una voz de denuncia convertida en ángel protector de centenares de enfermos palestinos.
'Un asunto de vida o muerte'
El temor ahora se centra en la vida de Mirfat Al Wawi, de 31 años, madre de seis hijos y que padece una grave hepatitis. Todavía no ha sido autorizada para entrar en Israel pese a que su estado es crítico. Su pecado es que está casado con Ahmed, un militante de Hamas que suplica: "No le dejen morir porque viva conmigo. No le castiguen por mi culpa".
El director de Médicos por los Derechos Humanos, Danny Filk, indica a elmundo.es: "Son casos muy duros y sus historiales médicos han sido confirmados por doctores israelíes. Es un asunto de vida o muerte. No entiendo por qué no les dejan ser intervenidos en los hospitales".
Si antes de junio, cuando Hamas se convirtió en amo y señor de Gaza, Israel permitía la entrada diaria de unos 40 enfermos palestinos, ahora la cifra se ha reducido a la mitad. Datos fríos para reflejar dramáticas historias como la de Inaf Nadjar, de 20 años, que tardó semanas antes de someterse a una terapia en Tel Aviv. El cáncer, de nuevo.
Apelando a "motivos de seguridad", las autoridades israelíes hacen caso omiso a las peticiones de operarse de urgencia en Israel. El Shabak hizo oídos sordos a Imad Zarab, de 27 años, sordo de nacimiento, con un tumor cerebral y a la espera de ser internado en el hospital San José de Jerusalén. Gracias a la ayuda de la ONG israelí y de varios recursos ante el Tribunal Supremo, finalmente pudo entrar al "primer mundo".
Entre Hamas y el Shabak
Fuentes del Shabak afirman que cada petición es estudiada detalladamente. "Gaza es una zona controlada por un grupo terrorista que pide la destrucción de Israel y podemos decir que la población que vive allí está bajo su cobijo. Desde su territorio lanzan diariamente cohetes Kassam contra nuestras ciudades. Los terroristas han aprovechado estos casos humanitarios para cometer atentados", dicen dichas fuentes refiriéndose a dos mujeres embarazadas, que con una falsa autorización médica y enviadas por Yihad Islámica, fueron interceptadas en el paso fronterizo antes de cometer un atentado suicida.
"No creo que la seguridad esté en peligro por una mujer afectada por el cáncer o un sordo con tumor cerebral", rebate Filk.
Wajidi necesitaba urgentemente ser operado de los ojos debido a un desprendimiento de la retina. Para evitar la pesadilla de la ceguera, tuvo que vivir un infierno. Tras recibir los permisos, se dirigió al paso de Erez. Al otro lado de la frontera, la tierra prometida para sus desgastados ojos.
Tras varias horas haciendo cola, fue llamado por un 'reclutador' del Shabak. "Me preguntó en qué operaciones armadas había participado y si conocía a personas que han disparado Kassam contra Israel. Le dije que no sabía nada y me respondió que si yo no le ayudaba, él no me podría ayudar". No hacia falta más palabras y Wajidi se tuvo que volver a su casa, consciente que en su caso el permiso no sirve de nada si no acepta ser fuente de información en 'territorio hostil'.
Yaron revela el drama: "Por un lado, los enfermos están preocupados por su salud y harían todo lo que sea para poder entrar en Israel y salvarse. Por otro, si aceptan ser colaboracionistas y son descubiertos, sus paisanos les asesinarán. Les colocan en una dramática encrucijada".

La histérica arrogancia del "Israel uber alles"...

Muere un joven enfermo de cáncer en Gaza mientras esperaba autorización para entrar en Israel

Las autoridades denegaron varias peticiones de acceso alegando motivos de seguridad


EUROPA PRESS - Gaza - 19/11/2007

El joven Nail al Kurdi de 22 años y residente en Gaza, murió el pasado fin de semana víctima del cáncer que padecía mientras esperaba autorización para entrar en el Estado de Israel y recibir el tratamiento médico, según informó hoy la agencia de noticias israelí Haaretz.
A pesar de las numerosas peticiones por parte de la asociación de Médicos por los Derechos Humanos, el servicio de seguridad israelí, Shin Bet, le denegó la entrada al país alegando motivos de seguridad.
Ante esto la asociación presentó una petición al Tribunal Supremo de Justicia de Israel para conseguir que Al Kurdi pudiera recibir su tratamiento.
Yohanna Lerman, la abogada que representa a la institución de médicos, afirmó que la petición, que fue archivada en nombre de Al Kurdi y otro siete palestinos a la espera de recibir cura, aún no ha sido atendida después de que el Tribunal Supremo ofreciera a los fiscales del Estado tiempo para poder estudiar el caso.
"Así pues, la Corte dio tiempo al estado a pesar de las numerosas advertencias médicas que alertaban que si Al Kurdi no recibía tratamiento médico a tiempo, moriría", señaló un comunicado de la organización.
"Continuaremos luchando por la causa para poder ayudar a los siete pacientes restantes. Desgraciadamente, no podremos ayudar a Nail al Kurdi nunca más", sentenció Lerman.