20 marzo 2008

UN CÚMULO DE ERRORES




La guerra de Irak ha llevado la muerte, la destrucción y el caos al país y a la región

Cinco años después de una desastrosa invasión de Irak basada en mentiras y juicios equivocados, George W. Bush no sólo no mostró ayer arrepentimiento alguno, sino que se reafirmó en su decisión e incluso en su ánimo de lograr la victoria, aunque se guardó mucho de definir en qué consistiría esa proeza. Está así en línea con su cómplice José María Aznar, quien, ignorando la realidad, ha llegado a afirmar que "la situación actual iraquí no es idílica, pero sí muy buena". No cabe mayor cinismo por parte de quienes, junto a Blair y Barroso, se citaron unos días antes en las Azores para preparar esta guerra que no sólo ha puesto patas arriba el castigado país, sino toda la región. Bush empezó un conflicto en el que han muerto cientos de miles de personas, pero quien deberá terminarlo, mal, será su sucesor en la Casa Blanca.
Fue un engaño justificar la invasión en unas armas de destrucción masiva que no existían. Fue un error empezar la guerra en nombre de la lucha contra el terrorismo, pues el régimen de Sadam Husein no era un problema en este sentido ni tenía nada que ver con Al Qaeda, aunque Irak se ha convertido desde entonces en la mejor escuela, ahora junto a Afganistán, de terrorismo yihadista. Y fue una enorme equivocación acabar con toda la estructura del Estado de Sadam Husein sin haber dispuesto antes de un recambio. De ahí sólo podía surgir el caos.
Bush y Aznar hablan de victoria pero hoy los iraquíes siguen viviendo en el miedo, no ya de un dictador, sino de la dictadura de la violencia. La producción de petróleo sigue estancada, así como el suministro de fuel y electricidad a los hogares. Aunque ha aumentado el número de soldados iraquíes y los atentados se han reducido, están al mismo insoportable nivel que en 2005. Y es de lamentar que se haya juzgado y ejecutado someramente a Sadam Husein, pues debería haber vivido para pagar por sus crímenes en la cárcel y contar cómo fue aliado de EE UU en otros tiempos. Y no ya un error, sino un crimen de guerra, fue sustituir las torturas del régimen anterior por otras de sus presos en Abu Ghraib.
Esta guerra dividió a Europa y distrajo los esfuerzos necesarios para estabilizar Afganistán y acercar a palestinos e israelíes. Ha dado nuevas alas a Irán y a sus aliados en la zona, de Hezbolá a Hamás, y a los chiíes. Irak ha pasado de ser uno de los pocos regímenes árabes laicos a convertirse en una república islamista.
Lo ideal sería una solución regional a esta guerra. Pero EE UU no va a encontrar aliados ni entre los occidentales ni en el mundo islámico para ello. Le corresponde acabarla, teniendo en cuenta que Irak, por la zona en la que se asienta y por las riquezas petroleras que contiene, no es Vietnam. La decisión es muy difícil, porque no es lo mismo invadir que retirarse precipitadamente de un país que se podría quebrar en tres (suníes, chiíes y kurdos) con consecuencias desestabilizadoras para toda la región y el mundo.

LA SEGUNDA PARTICIÓN DE PALESTINA



Pese a las grandes dificultades que encierra cerrar la fractura que se ha instalado en los territorios ocupados, la prioridad internacional debería ser regresar a una Palestina representada por una sola Autoridad

JOSÉ MARÍA RIDAO 20/03/2008

La última escalada de violencia en la franja de Gaza no ha dado lugar a reacciones políticas ni intelectuales a la altura de lo que está sucediendo. El centenar largo de víctimas mortales que han provocado las acciones de palestinos e israelíes, en una proporción de al menos 10 a una desfavorable a los primeros, se ha integrado sin dificultad en la macabra rutina de Oriente Próximo, una zona de la que ya nadie parece esperar otra cosa que una ración cotidiana de cadáveres y hogares destruidos. En esta ocasión, sin embargo, el balance fúnebre arroja cifras que deberían haber golpeado las conciencias: no sólo la práctica totalidad de las víctimas son civiles, sino que, además, un alto porcentaje de ellas eran niños de corta edad.
No puede suspenderse la defensa de los derechos de los palestinos en función de lo que voten
Los patrocinadores de Annapolis están abandonando a su suerte a los habitantes de Gaza
La brutalidad con la que se desarrolla el conflicto queda cabalmente resumida en las declaraciones de un miembro del Gobierno israelí, quien anunció un holocausto entre los habitantes de Gaza en respuesta a los misiles lanzados por Hamás. Baste recordar que hace apenas unos años José Saramago fue objeto de duros reproches por comparar la situación de los palestinos en los territorios ocupados con la de los judíos bajo el nazismo. Las declaraciones del ministro israelí no hacen buenas las del premio Nobel; sencillamente demuestran que la capacidad de reacción se ha embotado. Con el agravante de que el premio Nobel se limitaba a establecer un discutible paralelismo histórico mientras que, en el otro caso, se trata de una aterradora amenaza.
La victoria de Hamás en las últimas elecciones celebradas en los territorios ocupados, así como el golpe de Estado recíproco entre Abbas y Haniye que ha provocado una segunda partición de Palestina, de tantas consecuencias como la acordada por Naciones Unidas en 1947, ha tenido efectos que desbordan la estricta dimensión política del conflicto. Puesto que Hamás está incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea y, por otra parte, llegó al poder mediante una victoria electoral, la actuación israelí y de gran parte de la comunidad internacional parece apoyarse en un sobrentendido monstruoso: los castigos contra Gaza son colectivos porque, según se viene a insinuar, en Gaza nadie es inocente. Si esta ecuación se consolida, y nada indica que no se esté consolidando cuando se asiste, en riguroso silencio, al férreo embargo israelí que dura desde hace meses, el conflicto de Oriente Próximo se habrá instalado en una lógica que sólo lleva a la expulsión, sino a la aniquilación o al exterminio. La defensa de los derechos más elementales de una población civil como la de Gaza no puede quedar en suspenso en razón de lo que esa población haya votado en unas elecciones democráticas; se trata, por el contrario, de una defensa para la que no cabe excepción, y que vale lo mismo para condenar el lanzamiento de misiles por parte de Hamás contra las ciudades israelíes fronterizas que para reprobar las incursiones israelíes en las ciudades palestinas. La cuestión de principio no se ve afectada por la eficacia mortífera de uno y otro contendiente.
La grave responsabilidad contraída por Abbas y Haniye al haber propiciado la separación política entre Gaza y Cisjordania es sólo comparable a la que, por miope ventajismo, han asumido los patrocinadores de Annapolis. La expresión "proceso de paz" se ha convertido con los años en la manera corriente de nombrar una de las guerras más desiguales que ha conocido el siglo XX, y que lleva visos de ocupar parte del XXI. En resumidas cuentas, Annapolis no tuvo más resultado que el de seguir alimentando el espantajo del "proceso de paz" para no enfrentarse a la realidad de una guerra librada entre un poderoso ejército ocupante y un enjambre de organizaciones provistas de armas azarosas, en la que la población civil desempeña el trágico papel de campo de batalla. Los patrocinadores de Annapolis sabían de antemano que la alfombra roja extendida a los pies de Abbas se traduciría, de inmediato, en insoportable sufrimiento para la población de Gaza, pero no tuvieron la lucidez o los escrúpulos suficientes para no adentrarse por ese tortuoso camino. Pretendían reforzar a Abbas y debilitar a Haniye, pero no fueron capaces de prever que el acoso a Haniye invalidaría la interlocución de Abbas, como se ha visto con ocasión de esta nueva escalada de violencia. Y puede que aún no se haya tocado el fondo: de persistir el ensañamiento con la población civil de Gaza, sus atroces privaciones, sus escalofriantes dosis de muerte y destrucción, acabarán volviéndose contra el frágil poder de Abbas. En realidad, su permanencia al frente de una Autoridad mermada depende de lo que quiera Israel.
La segunda partición de Palestina ha concedido un renovado aliento a las doctrinas que sueñan con una transferencia de los territorios ocupados, o de una parte de ellos, a los países árabes colindantes, cerrando el paso a la solución de los dos Estados. Al margen de las ingentes dificultades para avanzar por esta vía, su eventual puesta en práctica sólo significaría exportar a toda la región la inestabilidad que padecen los palestinos. Al menos en ese punto Annapolis no incurrió en el que, tal vez, hubiera sido el más irreparable de los errores: reafirmó la solución de los dos Estados, aunque fijó una estrategia inviable para llegar al objetivo. Una estrategia que, además, puede propiciar la liquidación de uno de los pocos elementos del "proceso de paz" que sigue en pie pese a sus reiterados fracasos. A diferencia de lo que ocurría hasta los años noventa, antes de la Conferencia de Madrid y de los Acuerdos de Oslo, los palestinos dispusieron a partir de entonces de un mecanismo democrático para elegir a sus representantes, tanto en la gestión de los asuntos dependientes de la Autoridad como, sobre todo, en el trato con los israelíes.
Cualquier negociación emprendida con éstos venía, así, avalada políticamente por el respaldo de una mayoría, aunque las diversas organizaciones armadas en los territorios ocupados dispusieran de una contundente capacidad para interponer obstáculos, sobre todo si Israel se obstinaba en no identificar y deslindar responsabilidades. Abbas y Haniye han desarticulado ese mecanismo democrático y, por su parte, los patrocinadores de Annapolis han dado carta de naturaleza a la nueva situación de hecho. Del lado israelí, además, se ha jugado con una doble baraja, manteniendo la apariencia de una negociación con Abbas y, al mismo tiempo, prosiguiendo con la colonización.
El principal problema a estas alturas no es sólo que Annapolis resulte inviable para alcanzar la paz o, al menos, un arreglo que limite el horror que se vive en Oriente Próximo. Al suponer que es posible un acuerdo por separado con Abbas, los patrocinadores de Annapolis están abandonando a su suerte a los habitantes de Gaza, están cerrando los ojos a un sufrimiento que nada puede justificar, ni siquiera la quimera de una paz que difícilmente se alcanzará sobre semejantes presupuestos. En estas circunstancias, los contendientes se sienten empujados a reafirmarse en sus respectivos maximalismos, para los que la población civil no cuenta. Aunque será sin duda muy difícil cerrar la fractura que se ha instalado en los territorios ocupados, la prioridad internacional, como también la de los dirigentes israelíes y palestinos a los que la actual espiral de violencia no haya cegado todavía, debería dirigirse a recomponer la unidad, propiciando que Palestina vuelva a estar representada por una sola Autoridad elegida democráticamente.
Cualquier intento de sacar provecho de la división política entre Gaza y Cisjordania está condenado al fracaso. Pero un fracaso que dejará un rastro de horror que pesará como una losa de vergüenza durante mucho tiempo.

Un ex jefe de la 'Triple A' Argentina


... no declara por problemas neurológicos

TODO:La creación de la Triple A fue el engendro del cabo López Rega Y los elementos de la derecha peronista vinculados con expolicías y militares detrás de las bambalinas. La responsabilidad de Perón "el viejo" no es simplista ni fácil, pero la complicidad de la estúpida mujer que quiso para sí el papel irrepetible de María Eva Duarte fue total. Influida por el cabo, era una marioneta -incapaz y mediocre- que por razones que no analizaremos aquí,ejercía influencia sobre el hombre que cambió la Argentina en el periodo 1945 / 1955, y en ADELANTE YA NADA VOLVERÍA A SER COMO ANTES.Algunos puntos de la nota son polémicos, cuando pretenden ensombrecer el papel de Perón en la verdadera historia argentina emporcándolo con quien fue su secretario privado. Si publicamos esta nota, es para refrescar crímenes que, por fin, son llamados por su vefdadera calificación: crímenes de lesa humanidad.

La 'Triple A' fue una banda terrorista paraestatal creada por el gobierno de Perón

 El ex subcomisario está acusado de delitos de 'lesa humanidad', que son imprescriptibles


JUAN IGNACIO IRIGARAY

BUENOS AIRES.- Rodolfo Eduardo Almirón Sena, uno de los ex jefes del grupo terrorista argentino 'Triple A' que llegó este miércoles a Buenos Aires extraditado desde España, por ahora no está en condiciones de declarar ante la Justicia debido a 'problemas neurológicos'.
Así lo establecieron los médicos del Cuerpo Médico Forense, del Poder Judicial, que revisaron al ex subcomisario, de 72 años, en el ambulatorio del palacio de Tribunales de Buenos Aires, poco después de que llegara al país en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, que tuvo 20 horas de demora por problemas técnicos.
Los médicos diagnosticaron que Almirón sufre un gran estrés por el prolongado viaje, además de los problemas neurológicos que arrastra desde España. Y dictaminaron que, de momento no está en condiciones de declarar, imputado de homicidios y pertenencia a una organización criminal.
Así pues, el juez federal Norberto Oyarbide, que pidió su extradición a España, resolvió que Almirón ingresra en el hospital de la prisión de Marcos Paz (100 kms. a las afueras de Buenos Aires), y ordenó que fuera sometido a un nuevo examen de los médicos forenses el jueves 27, pasada la Semana Santa.
Allí posiblemente se desvelará si todo es una maniobra dilatoria de Almirón, al estilo de la que en 1999 el dictador chileno Augusto Pinochet esgrimió en Londres para salvarse de la extradición a España, donde el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón pretendía sentarlo en el banquillo.
Pero si persistiera el diagnóstico médico adverso, Almirón podría luego ser declarado inimputable por razones de salud, con lo cual debería ingresar en un hospital psiquiátrico. En ese caso, sus abogados hasta podrían solicitar que vuelva a España pues allí vive su esposa y posee la doble nacionalidad hispano-argentina.
Al llegar al aeropuerto de Ezeiza, nervioso y asombrado, Almirón se enfrentó a los reporteros que lo aguardaban después de 33 años de su huida de Argentina. "¿Usted se arrepiente?", le gritaron los periodistas y Almirón, enfundado en un chaleco antibalas y esposado, alcanzó a contestar: "¿De qué me tengo que arrepentir?".
El ex subcomisario está acusado de delitos de 'lesa humanidad', que son imprescriptibles. En principio se le imputa ser el autor material de cuatro asesinatos políticos en 1974: Los del diputado nacional Rodolfo Ortega Peña; el subjefe de la Policía bonaerense Julio Tomás Troxler; el profesor universitario Silvio Frondizi y su yerno Luis Ángel Mendiburu.
Los GAL se inspiraron en la Triple A
La 'Alianza Anticomunista Argentina' (AAA o Triple A) fue una banda terrorista paraestatal creada en el seno del Gobierno de Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón (1973-76) para eliminar y perseguir a los opositores de izquierda, incluida la Juventud Peronista y la organización guerrillera Montoneros. Los 'GAL' españoles se inspiraron en la 'Triple A'.
El creador de la 'AAA' era el ministro de, curiosamente, Bienestar Social, José Lopez Rega -ex cabo de la policía ascendido a subcomisario por Perón- que puso de brazo ejecutor al comisario José Ramón Morales (ya fallecido) y a su yerno Morales. Los dos habían sido expulsados de la Policía por presunta connivencia con delincuentes, pero fueron reincorporados y hasta cumplieron tareas de custodia de Martínez de Perón y López Rega.
La 'Triple A' debutó mediante un atentado con bomba contra el entonces senador opositor Hipólito Solari Irigoyen. A partir de ahí, ejecutó entre 800 y 1.000 atentados contra miembros de la oposición política y la guerrilla, además de perpetrar amenazas a intelectuales y artistas, tales como Héctor Alterio, Mercedes Sosa y Jorge Cafrune, que se exiliaron en España.
A mediados de 1975, en medio de protestas populares por el plan económico denominado 'Rodrigazo', López Rega abandonó el Gobierno y fue enviado a España con el rango de embajador plenipotenciario por Martínez de Perón, alias 'Isabel' -su apodo cuando era bailarina de cabaré- o 'La Perona'.
Localizado por 'Interviú'
En 1983, Almirón Cena fue localizado por la revista 'Interviú' trabajando en la seguridad de Manuel Fraga, entonces líder de Alianza Popular. El descubrimiento suscitó un escándalo y Almirón Sena dejó su trabajo en el partido. También había instruido a los escoltas del presidente Felipe González. Luego trabajó como empleado de hostelería en un restaurante de la Gran Vía madrileña.
Pero en diciembre de 2006, un periodista de EL MUNDO de Barcelona lo reencontró viviendo en un piso de protección oficial en la localidad valenciana de Torrent, ya con 70 años, jubilado, y acompañado por su segunda esposa. El 28 de aquel mes fue detenido por la Policía Nacional y puesto a disposición de la Audiencia Nacional.
En la misma causa penal está imputada con orden de extradición la ex presidenta, Martínez de Perón, que cumple arresto domiciliario en su chalé de las afueras de Madrid a la espera de que la Justicia española y el Gobierno del presidente Rodríguez Zapatero resuelvan si la mandan o no a Argentina.
La viuda de Perón vive desde 1980 en Madrid y mantiene relaciones estrechas con la familia Franco.

BUENOS DÍAS, HAMAS



Uri Avnery

Los israelíes vivimos en un universo poblado por monstruos y fantasmas. No hacemos la guerra contra personas de carne y hueso y contra organizaciones reales, sino contra demonios que buscan destruirnos. Es una guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas, entre el bien absoluto y el mal absoluto. Así es como nos parece a nosotros, y así es como lo ve también el otro lado.
Tratemos de traer esta guerra desde las esferas de lo virtual al rudo terreno de la realidad. No existe margen para una política razonable, ni siquiera para un debate racional, si no conseguimos escapamos del reino del horror y las pesadillas.
Tras la victoria obtenida por Hamas en las elecciones palestinas, Gush Shalom dijo que teníamos que hablar con ellos. Ahí van algunas de las preguntas con las que me bombardearon desde todas partes:

¿Te gusta Hamas?
En absoluto. Soy una persona de convicciones profundamente laicas. Soy contrario a toda política que mezcle política y religión, sea ésta judía, musulmana o cristiana, en Israel, en el mundo árabe o en USA.
Lo cual no me impide hablar con la gente de Hamas, igual que he hablado con otra gente con la que no estoy de acuerdo. Tampoco me ha impedido ser huésped en sus casas, intercambiar ideas con ellos y tratar de comprenderlos. Algunos me caían bien y otros no.

Se dice que a Hamas lo creó Israel ¿Es eso cierto?

Israel no “creó” a Hamas, pero sin duda le prestó ayuda en sus primeros momentos.
Durante los primeros 20 años de ocupación la dirigencia israelí consideró a la OLP como su principal enemigo. Por eso favoreció a organizaciones palestinas que, según pensaban, podrían socavar a la OLP. Un ejemplo de ello fue el ridículo intento de Ariel Sharon de establecer “ligas municipales” árabes que actuarían como agentes de la ocupación.
La inteligencia israelí, que en los últimos 60 años ha fracasado prácticamente siempre en sus intentos por predecir acontecimientos en el mundo árabe, también falló entonces. Creyeron que la emergencia de una organización islámica debilitaría a una OLP secular. Mientras que la administración militar de la ocupación encerraba en la cárcel a cualquier palestino comprometido con la actividad política —así fuera a favor de la paz— a los activistas religiosos se abstenía de molestarlos. La mezquita se convirtió en el único lugar donde los palestinos podían reunirse y planear su acción política.
Esta política israelí se basaba, naturalmente, en una absoluta falta de comprensión del Islam y la realidad palestina.
Hamas fue fundada oficialmente inmediatamente a finales de 1987, después del estallido de la primera Intimada. El Servicio de Seguridad Israelí (conocido como Shabak o Shin Bet) la trató con guantes de seda. Hasta un año tardó en arrestar a su fundador, el jeque Ahmad Yassin.
Es irónico que la dirigencia israelí apoye ahora a la OLP confiando en socavar así a Hamas. No hay mejor prueba de la estupidez palmaria de nuestros ”expertos” en asuntos árabes, fruto de la arrogancia y el desprecio. Hamas es mucho más peligrosa para Israel de lo que jamás lo fue la OLP.

¿La victoria de Hamas en las elecciones es un síntoma del ascenso del Islam en el pueblo palestino?

No necesariamente. El pueblo palestino no se hizo religioso de la noche a la mañana.
Es cierto que se está produciendo un lento proceso de islamización en toda la región, desde Turquía hasta Yemen y desde Marruecos hasta Irak. Es la reacción de la joven generación árabe frente al fracaso del nacionalismo laico como fórmula para resolver sus problemas nacionales y sociales. Pero esto no fue la causa del terremoto en el seno de la sociedad palestina.

Si eso es así, ¿cuál fue la razón de la victoria de Hamas?

Hay varias razones. La principal de ellas es la creciente convicción de los palestinos de que nunca conseguirán nada de los israelíes por medios pacíficos. Tras el asesinato de Yassir Arafat, muchos palestinos pensaron que si elegían como presidente a Mahmoud Abbas obtendrían de Israel y de USA todo lo que éstos se negaron a darle a Arafat. Descubrieron que sucedía exactamente lo contrario: ninguna negociación real y expansión incesante de las colonias.
Entonces se dijeron: si los medios pacíficos no funcionan, entonces no hay más remedio que recurrir a medios violentos. Y si estalla una guerra no hay guerreros más valientes que Hamas.
En segundo lugar, la corrupción en los escalafones más altos de Fatah había alcanzado tales proporciones que la mayoría de los palestinos estaban asqueados. Mientras vivía Arafat la corrupción fue tolerada porque todos sabían que Arafat personalmente era honrado y porque su monumental importancia para la lucha de liberación nacional neutralizaba los errores de su administración. Una vez muerto Arafat la corrupción se hizo imposible. Por otro lado, Hamas era considerada limpia y sus líderes incorruptos. Las instituciones sociales y educativas de Hamas, financiadas en su mayoría por Arabia Saudí, gozaban del respeto de la mayoría de la población.
Las divisiones internas de Fatah también favorecieron a los candidatos de Hamas. Hamas, por supuesto, no había participado en elecciones anteriores, pero la creencia más extendida —incluso entre la propia gente de Hamas— era que solo representaba a un 15-25% del electorado.

¿Es razonable suponer que los palestinos derrocarán a Hamas por propia iniciativa?

Mientras continúe la ocupación no hay ninguna posibilidad de que tal cosa ocurra. Un general israelí ha dicho esta semana que si el ejército israelí interrumpiera sus actividades en Cisjordania Hamas reemplazaría a Abbas también allí.
La administración de Mahmoud Abbas se sostiene sobre pies de barro —pies usamericanos e israelíes. Si los palestinos acaban perdiendo la confianza que aún tienen en Abbas el poder de éste se desintegrará.

¿Pero cómo se puede llegar a un acuerdo con una organización que declara que nunca reconocerá a Israel y cuya carta fundacional hace un llamamiento a la destrucción del Estado judío?

Toda esta historia del “reconocimiento” es absurda, una mera excusa para evitar el diálogo. No necesitamos que nadie nos “reconozca”. Cuando los EE.UU. empezaron a dialogar con Vietnam no exigieron ser reconocidos como un Estado anglosajón, cristiano y capitalista.
Si A firma un acuerdo con B, eso significa que A reconoce a B. Todo lo demás son ganas de marear la perdiz.
Igualmente, los aspavientos en torno a la carta fundacional de Hamas se parecen al jaleo que se armó antaño a propósito de la carta fundacional de la OLP. Se trataba de un documento relativamente irrelevante que nuestros representantes utilizaron durante años como pretexto para rechazar cualquier diálogo con la OLP. Removieron cielo y tierra para obligar a la OLP a anularlo. ¿Quién se acuerda hoy de eso? Lo que cuenta son los actos de hoy y mañana, no los papeles de ayer.

¿Sobre qué deberíamos hablar con Hamas?

En primer lugar, sobre un alto el fuego. Cuando una herida sangra hay que detener la hemorragia antes de comenzar a tratar la herida.
Hamas ha ofrecido en numerosas ocasiones un alto el fuego, Tahidiyeh ("Calma") en árabe. Eso significaría detener todas las hostilidades: cohetes Kassam y Grad rockets y disparos de mortero por parte de Hamas y de las otras organizaciones, y “liquidaciones selectivas”, incursiones militares y hambruna forzada por parte de Israel.
Las negociaciones deberían dirigirlas los egipcios, mayormente porque deberían abrir la frontera entre la Franja de Gaza y el Sinai. Gaza debe recuperar la libertad de comunicación con el mundo por tierra, mar y aire.
Si Hamas solicitara la extensión del alto el fuego a Cisjordania, también esto debería discutirse. Ello requeriría conversaciones a tres bandas entre Hamas, Fatah e Israel.

¿No aprovecharía Hamas un alto el fuego para rearmarse?

Desde luego. Lo mismo que Israel. Quizá con el tiempo descubramos alguna forma de protegernos de los cohetes de corto alcance.

Si el alto el fuego se mantiene, ¿cuál sería el siguiente paso?

Un armisticio, o Hudnah en árabe.
Hamas tendría problemas para firmar un acuerdo formal con Israel, dado que Palestina es una Waqf, es decir, un legado religioso (esto se originó en tiempos por razones políticas. Cuando el califa Omar conquistó Palestina, temió que a su muerte sus generales se repartieran el país, como ya habían hecho en Siria, de modo que proclamó que se trataba de una propiedad de Alá. Eso nos recuerda la actitud de nuestros propios religiosos, que sostienen que es pecado ceder cualquier parte del país porque Dios nos lo prometió expresamente).
Una Hudnah es una alternativa a la paz. Se trata de un concepto profundamente arraigado en la tradición islámica. El propio profeta Muhammad acordó una Hudnah con los gobernantes de La Meca, con los cuales estaba en guerra tras su huida de La Meca a Medina. (Por cierto, antes de que expirara la Hudnah los habitantes de la Meca abrazaron el Islam y el profeta entró en la ciudad pacíficamente). Dado que la Hudnah implica una sanción de tipo religioso, su violación por parte de los creyentes musulmanes es imposible.
Una Hudnah puede durar docenas de años y puede ser prorrogada sine die. Una Hudnah prolongada equivale de facto a la paz si las relaciones entre las dos partes crean una realidad de paz.

Así pues, ¿una paz formal es imposible?

También hay una solución para eso. Hamas ha declarado en el pasado que no se opone a que Abbas lleve a cabo negociaciones de paz, a condición de que el acuerdo que se alcance sea refrendado mediante plebiscito. Si el pueblo palestino lo confirma, Hamas declaró que aceptaría la decisión del pueblo.

¿Por qué habría de aceptarlo Hamas?

Como cualquier fuerza política palestina, Hamas aspira al poder en el Estado palestino que se creará sobre las fronteras de 1967. Para ello necesita contar con la confianza de la mayoría. No cabe duda de que la inmensa mayoría del pueblo palestino desea un Estado propio y la paz. Hamas es perfectamente consciente de ello. No hará nada que provoque el distanciamiento de la mayoría del pueblo.

¿Y qué pinta Abbas en todo esto?

Abbas debería ser presionado para que acepte un acuerdo con Hamas en la línea del anterior acuerdo firmado en La Meca. Pensamos que a Israel le conviene claramente negociar con un gobierno palestino que incluya a los dos grandes movimientos, de forma que el acuerdo obtenido sea aceptado por prácticamente todos los sectores del pueblo palestino.

¿El tiempo trabaja a nuestro favor?

Durante muchos años, Gush Shalom se dedicó a decirle al público israelí: hagamos la paz con la dirigencia laica de Yasser Arafat, pues de lo contrario el conflicto nacional degenerará en un conflicto religioso. Desgraciadamente, también esta profecía se ha hecho realidad.
Aquellos que no querían a la OLP se las tienen que ver ahora con Hamas. Si no llegamos a un acuerdo con Hamas tendremos que enfrentarnos a organizaciones islámicas más extremistas, como los talibanes de Afganistán.

Fuente: Counterpunch - Rebelion - Marzo 2008 - Traducción: LB.

DEMOCRACIA ISRAELÍ

El Tribunal Supremo israelí consagra la segregación

Los palestinos tendrán prohibido el acceso a una autopista en Cisjordania

JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén - 19/03/2008

La historia de la carretera 443, que une Jerusalén con una autopista que enlaza la ciudad santa con Tel Aviv, es un compendio de las prácticas arbitrarias ejercidas por las administraciones israelíes. La vía transcurre por territorio ocupado; ejemplifica los manejos del Ejército israelí y su poder para imponerse por encima del estamento civil, y muestra que los gobiernos y los tribunales dan su beneplácito posterior a los atropellos contra los palestinos. Hace diez días, el Tribunal Supremo emitió un fallo, dado a conocer hoy por el diario Haaretz, que consagra, por primera vez, una práctica segregacionista. Tras un largo proceso judicial, los demandantes palestinos han perdido la batalla y tendrán vetado circular por la carretera 443 que atraviesa Cisjordania. La Asociación para los Derechos Civiles en Israel arremetió contra este precedente judicial discriminatorio y que viola la legislación internacional.
Fue la primera de algunas vías que han sido bautizadas como carreteras del Apartheid. Todo comenzó a principios de la década de los ochenta, cuando se inició la construcción de la citada vía para que también los palestinos, a los que se impedía transitar por la autopista número 1, pudieran utilizarla. Se expropiaron predios de propiedad privada de palestinos y en los avatares judiciales que se suscitaron el Estado prometió que la carretera -jalonada de muros, vallas metálicas y torretas de cemento militares- permanecería abierta a todos los conductores, árabes e israelíes.
Pero tras el estallido de la segunda Intifada, en septiembre de 2000, y los ataques a vehículos israelíes, el Ejército cerró el paso a los coches palestinos. Sin encomendarse al Ejecutivo. El entonces viceministro de Defensa, el laborista Efraim Sneh, admitió que la decisión no fue consultada con el Gobierno. Y más tarde, la Administración Civil -el organismo dirigido por militares que gestiona los territorios ocupados- ofreció 80 permisos para conductores palestinos que residen en pueblos donde viven 30.000 personas.
Como ocurre en infinidad de ocasiones en Cisjordania, los uniformados dictan las normas. En las pequeñas carreteras que desembocan en la autopista 443 se observan hoy día bloques de cemento que taponan la salida a los lugareños. Sólo en algunos puntos, un puñado de taxis tienen permitido el acceso. Pero la gran mayoría de la población ha visto cómo se le ha cortado el camino a la ciudad de Ramala, capital administrativa de Cisjordania, y al resto de este territorio. Sucede lo mismo en cientos de kilómetros en la Cisjordania ocupada, reservados exclusivamente para el tránsito de los colonos.
EL Supremo ha dictaminado ahora que el Estado deberá explicar con detalle, en el plazo de seis meses, el estado de la construcción de una nueva carretera para empleo exclusivo de palestinos, lo que indica que la autopista 443 seguirá siendo utilizada únicamente por ciudadanos israelíes. La nueva vía acarreará nuevas expropiaciones y un coste de millones de euros.
Los abogados de la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, que representa a seis pueblos a los que afecta la prohibición, aseguran que la decisión judicial viola las leyes internacionales y que los jueces han eludido pronunciarse sobre las cuestiones planteadas por los demandantes. Y, para colmo, los letrados afirman que los soldados han comenzado recientemente a acosar a los seis pueblos que entablaron la demanda con patrullas en las que utilizan bombas de luz y balas de caucho. Es la represalia contra quienes se atrevieron a acudir a la justicia. ■

Pacifistas y ex combatientes se movilizan en EE UU


...contra la guerra de Irak

Las manifestaciones coinciden con el quinto aniversario de la invasión estadounidense del país

Activistas, pacifistas y ex combatientes se han movilizado hoy en Estados Unidos para protestar por la guerra que se inició hace cinco años en Irak, y en la que han muerto casi 4.000 soldados estadounidenses y más de 30.000 han sido heridos. Las protestas convocadas hoy contra la guerra en Irak han incluido manifestaciones y acciones de desobediencia civil, vigilias, oraciones y paros estudiantiles en grandes ciudades del país, desde Nueva York a San Francisco, así como en la capital, Washington.

Bush el idiota cínico: "La guerra en Irak es justa, noble y necesaria"

Un grupo de combatientes en Irak han reclamado en Washington el arresto del presidente George W. Bush por el inicio hace cinco años de una guerra que consideran "ilegal". "Nosotros fuimos como voluntarios a defender este país", ha proclamado un orador del grupo Veteranos de Irak y Afganistán en una concentración frente al Departamento de Justicia en Washington.
A pocas manzanas de allí la policía ha detenido a unos 30 manifestantes que se sentaron en el suelo y cerraron el acceso al departamento de Hacienda (IRS), mientras que otro centenar de activistas, vestidos de negro y con máscaras, desfilaba frente a la Casa Blanca en una "marcha de los muertos".
También en Washington, otras columnas de manifestantes, casi todas encabezadas por grupos de ex combatientes en Irak y Afganistán han hecho protestas frente al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Congreso, el Instituto Estadounidense del Petróleo y firmas petroleras, y medios de comunicación.
Los estudiantes universitarios en Dakota del Norte y Nueva Jersey han abandonado las clases, y en la Universidad de Minesota los estudiantes han anunciado que cerrarían las oficinas de reclutamiento militar en el recinto académico.
En las afueras de Miami varias decenas de manifestantes, también vestidos de negro y con pancartas, han desfilado cerca de la sede del Mando Conjunto Sur de las Fuerzas Armadas, y en Ohio los grupos opuestos a la guerra han anunciado una veintena de marchas y vigilias. Por su parte, cientos de personas desfilaron por el Distrito Financiero de San Francisco portando pancartas y coreando consignas contra la guerra.