04 julio 2007

La máquina de matar

IDEL CASTRO escribió que al desclasificar documentos de la CIA el presidente Bush busca limpiar su imagen, pero que a la vez "ha creado una máquina de matar más brutal". Señaló que esta acción procuraba "dar a entender que estos métodos (de asesinato) pertenecen a otra época y ya no se usan. De más está agregar que todo lo que aquí se describe se sigue haciendo, sólo que de manera más brutal y alrededor de todo el planeta, incluyendo el número creciente de acciones ilegales dentro de los propios Estados Unidos".


Una historia de capa y puñal

La desclasificación parcial, con espacios en blanco y tachaduras, de documentos de la CIA se produce cuando la popularidad de Bush está en su nivel más bajo (29%), sobre todo por el desastre de la guerra en Irak, tal cual lo revela una encuesta de The Wall Street Journal del 14 de junio. También capotó su intención de apelar al "fast track" (hoy TPA). Bush dijo en la escuela naval de guerra de Newport que el buen Dios se llevará a Fidel Castro, ante lo cual el líder cubano recordó los cientos de intentos de asesinarlo, varios bajo las presidencias de Bush, y otros anteriores que aparecen en los documentos, uno de ellos organizado por Robert Kennedy en 1975. En ese momento, bajo la presidencia de Gerald Ford, Kissinger era secretario de Estado, y estaba preocupado por silenciar las denuncias sobre las actividades criminales de la CIA, dirigida por William Colby, que venía efectuando el periodista Seymour Hersh en The New York Times desde diciembre 1974.

El actual director de la Agencia, general Michael V.Haiden, dijo ahora en el mismo periódico que las 693 páginas de documentos desclasificados constituyen "un vistazo a una época muy diferente y a una Agencia muy diferente". Cierto. Hay que agregar a lo que allí aparece los crímenes perpetrados en Abu Ghraib y Guantánamo, en las cárceles clandestinas y los vuelos secretos en Europa, las masacres en Irak y Afganistán, la injerencia descarada contra Cuba y Venezuela, la intervención en el conflicto colombiano. Al respecto, la Asamblea Nacional cubana acaba de declarar: "Lo que hora reconoce la CIA no es historia antigua. Es realidad presente. La conducta del gobierno de Bush muestra claramente su intención de seguir empleando contra Cuba los métodos más execrables".

Hace muchos años, al comentar (bajo el título de "La perra otra vez en celo") el Documento de Santa Fe, base de la política de Reagan para América Latina, el dirigente comunista uruguayo Rodney Arismedi ubicaba el terrorismo como una constante en el accionar internacional de los gobiernos de EEUU. "Si nos atenemos a la verdadera acepción de la categoría política de terrorismo ­decía premonitoriamente en 1981- ella encaja justamente a la conducta, pasada y presente, de los imperialistas del Norte. Parte considerable de esta historia de capa y puñal la hemos sufrido los latinoamericanos".



La masacre de Irak y los camiones de Halliburton

Se destacan hoy por su magnitud incontrolada las masacres en Irak. Todas las cifras anteriores han sido desbordadas: 1951 muertes civiles en mayo y 1250 en junio. A la vez crece el número de efectivos norteamericanos muertos, con la consiguiente elevación de la protesta en el país. La sociedad se pregunta qué causa están defendiendo los soldados.

Un documental (The war tapes) filmado por integrantes del regimiento de infantería 172 de la Guardia Nacional da la respuesta. Organizado por la cineasta Deborah Scranton, muestra a varios soldados escoltando los camiones de suministros de Halliburton, (la gran empresa ligada al vicepresidente Dick Cheney, que obtuvo la graciosa concesión por parte de Bush) o protegiendo los camiones cisternas de la empresa cuando descargan detritus. Se muestran logotipos de cadenas de comida rápida y alquiler de videos impresos en las paredes de las bases militares. Los soldados comentan que el gobierno paga 28 dólares por cada plato de comida desechable en que les sirven la comida. El comentario es que quienes marcharon a Irak cargados de patriotismo " regresan henchidos de sarcasmo al descubrir que el único propósito de la demencial acción es obtener beneficios económicos".

Hablando de documentales. El formidable realizador Michael Moore debió vencer enormes dificultades para viajar a Cuba, lo que finalmente logró, pero se le impidió visitar las prisiones de Guantánamo, donde deseaba documentar la situación de los centenares de presos. El mundo entero y sociedades civiles de EEUU reclaman que se cierre la base y se libere a los detenidos, víctimas de bestiales torturas y de la violación total de los DDHH. La Corte Suprema de EEUU discute por tercera vez si allí rige la Constitución norteamericana. Pero todo sigue igual.



La cólera de Karzai


¿Por qué continúa la guerra en Irak y se envían más tropas? En "El corresponsal de Medio Oriente y Africa" se da la siguiente respuesta: "La opinión generalizada en Bagdad es que el ejército de EEUU está provocando en forma deliberada una guerra civil en el país como pretexto para permanecer allí. Una abrumadora mayoría cree que EEUU seguirá en el país ­incluso aunque el gobierno iraquí le pide que se retire- y que el gobierno norteamericano tiene previsto mantener bases permanentes, opinión compartida por todos los grupos étnicos". Los sunitas, que tienen 44 diputados en 275 y 6 ministerios en el gabinete de Nuri al Maliki, se retiraron del gobierno.

No sólo en Irak. También en Afganistán las tropas norteamericanas perpetran verdaderas masacres contra la población civil, incluso niños. Estos atentados, a pretexto de combatir el terrorismo, se han reiterado en las últimas semanas. Hemos visto al presidente Karzai expresar públicamente su cólera ante estos procedimientos, que se acometen sin consultar al gobierno, en los marcos de la más absoluta impunidad. *

Vargas Llosa y la antigua estrategia de la desmoralización

"De tal palo tal astilla" (TODO)

JORGE MAJFUD - The University of Georgia


No hacía muchas horas que Colón había pisado el Nuevo Mundo cuando se encontró con sus primeros habitantes. En sus diarios de viaje anotó lo primero que le llamó la atención: aquellas personas eran pacíficas e ingenuas, desconocían el arte de la guerra y sus instrumentos de violencia eran ridículamente primitivos. "No traen armas ni las conocen --anotó el almirante--, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia". Este momento no debió ser muy diferente al que ilustró Walt Disney en el personaje de Rico McPato: sus ojos centellaron con un símbolo de dinero ante una tribu de ingenuos primitivos que desconocían el correcto uso de lo que poseían.

Si para recibir la verdadera religión esta ingenuidad valía oro, para desprenderse del prometido oro también.

Tan ingenuos eran aquellos americanos, que se creyeron la historia de que los españoles comían oro, y de ahí la inexplicable hambre por ese metal. Más tarde, en tiempos de la Conquista, la "idiotez" de los nativos sirvió de justificación de los insaciables conquistadores.

El teólogo Ginés de Sepúlveda no fue el único que justificó la esclavitud basándose en una Biblia que parecía condenar a los idiotas.

Según E. Hostos (1873), fue "una guerra de exterminio hecha por los bárbaros de la civilización a los bárbaros de la naturaleza" en nombre de la paz y el derecho.

Actualmente la acusación de "idiota" no sólo se ha popularizado en la tesis central de libros como Manual del perfecto idiota (1996) o El regreso del perfecto idiota latinoamericano (2007), sino además ya es costumbre de un mismo discurso repetido en talks shows y best sellers: es el regreso del método medieval por el cual el caballero probaba su verdad atacando al adversario y acrecentando su honor mediante la brutalidad. "Stupid liberal (progresista)" en Estados Unidos, "gilipollas" o "progresista maricón" en España, etc.

Todo dicho a viva voz y con gran excitación, como si la antigua persuasión ensayística se redujera ahora al contagio del telepastor.

No en vano nuestra época está marcada por el triunfo de los sofistas sobre los socráticos: el lenguaje, los símbolos son la realidad y todo lo demás es ficción (incluido el hambre, la tortura y la muerte).

Tan exitoso comienza a ser este antiguo método que intelectuales como el Premio Nobel José Saramago han decidido usarlo en público.

En una reciente conferencia, para expresar su disconformidad o impotencia con el estado actual de cosas, nuestro respetado amigo declaró: "Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda".

Lo único que nos puede quedar claro es que esta facultad mental no es propiedad de ninguna tendencia ideológica, sino del agotamiento de la energía intelectual en un mundo huracanado que busca desesperadamente un indicio de su nueva era.

En varios escritos, tanto Hostos como González Prada observaron, hace más de un siglo, la estratégica actitud científica de Europa al definir a los habitantes hispanoamericanos como una raza enferma. Incluso más acá del continente idiota: "crímenes y vicios de ingleses o norteamericanos son cosas inherentes a la especie humana y no denuncian la decadencia de un pueblo; en cambio, crímenes y vicios de franceses o italianos son anomalías y acusan degeneración de raza". (G. Prada, Nuestros indios, 1908),

No hace mucho, el Diccionario de psiquiatría de Antoine Porot (1977) definió una enfermedad como "psicopatología de los negros" referida a las incapacidades intelectuales de los indígenas de Africa.

Después de enumerar diferentes síndromes, que yo imaginaba cualidades culturales (como el onirismo), "soma-psicosomáticos" (como la depresión, el alcoholismo) y económicos (como el parasitismo intestinal y la sífilis), el especialista recomendó la repatriación de los negros enfermos. Todo a pesar de que años antes, en su célebre Peau noire, masques blancs (1952) el doctor Frantz Fanon había desenmascarado esa vieja estrategia de definir razas y esencias ajenas en lugar de considerar la dinámica psicoideológica del colonizado y del colonizador. En pocas palabras lo resumió así: "el blanco [colonizador] me niega todo valor, toda originalidad, me dice que soy un parásito del mundo".

Aunque el negro se convierta en blanco para que su humanidad sea reconocida, le dirán: "tú no puedes, porque existe en lo profundo de tu ser un complejo de dependencia -- le 'complexe de Prospéro'--. [Por el contrario] el blanco obedece a un complejo de autoridad, a un complejo de jefe" (traducción nuestra). Establecido este orden, "tut le monde est satisfait".

En la misma dirección, otro hito del pensamiento mundial lo marcó Orientalism (1978) del palestino-americano Edward Said.

Allí, Said hizo un "inventario de trazas" sobre el sujeto representado (el oriental, el otro), en la cual los intereses del colonizador se revelan como la fuerza primaria de la representación del otro y ésta, como un instrumento de la misma colonización política y cultural.

Por ejemplo, nos recuerda que, para Renán, "un semita era un rabioso monoteísta incapaz de producir mitología, arte, comercio, civilización [...] todo lo cual representa una combinación inferior de la naturaleza humana'".

Y luego: "Ya en 1810 teníamos europeos como Cromer que afirmaban que los orientales necesitaban ser conquistados, y que esta conquista no era para dominar, sino para liberar". (traducción nuestra)

Si aún asumiésemos que todos estos críticos estaban equivocados --por no decir que eran "idiotas", como lo afirman los autores del Manual para idiotas-- , les queda la virtud incontestable de haber abierto brechas en la muralla del statu quo, desafiado la violencia de las arbitrariedades de todo tipo: morales, políticas, culturales; la violencia de los mismos perfectos de siempre, de los exitosos, de los césares de turno y de los bufones del rey.

Les queda la virtud de haber dinamizado el pensamiento y desafiado la historia, actitud siempre inconveniente a los principales intereses del poder bruto del momento, ese que no sólo ha colonizado el mundo, sino que también pretende colonizar la crítica, haciéndonos reconocer que le debemos el pan, la vida y todo lo que somos a un sistema del cual no podemos escapar sin caer en la marginalidad. ¿Por qué deberían irse los críticos a una isla en el Pacífico y no los dueños del mundo, con sus clérigos y bufones?

Si echamos una mirada a los horrores de la historia, podemos pensar que el capitalismo no es el peor de los sistemas que ha producido la humanidad. Lo peor que ha producido --después de la violencia de la explotación ajena-- es la justificación de sus propios crímenes como necesarios y hasta como virtudes humanas.

O como virtudes bíblicas: "El egoísmo capitalista resulta, pues, tan solidario que parece el que predica la Biblia" (Manual... Mendoza, Montaner y Vargas Llosa Jr.) Ni siquiera han podido aportar una sola idea nueva a la historia. Aunque su recurso principal es burlarse de los grandes del pensamiento, no hay una sola línea en tan extensos libros donde aparezca otra cosa que pálidos reciclajes (como cualquier junk food) de las repetidas y anacrónicas supersticiones del siglo XIX. Y eso que son tres, además de papá D'Artagnan que sólo aporta la fama de su nombre. *