30 noviembre 2008

¿CÓMO SERÁ EL MUNDO EN 2025?

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TODO: NO CREER A PIE JUNTILLAS, PERO EN ÚLTIMA INSTANCIA HAY PUNTOS MUY INTERESANTES PARA CONSIDERAR. DE TODOS MODOS, ES UNA HIPÓTESIS BASADA EN ALGUNAS TENDENCIAS REALES.

Informe de Inteligencia. Global trends 2025: A transformed world (Tendencias globales 2025: un mundo transformado




Cada cuatro años, EEUU pone a la élite de los 16 servicios de inteligencia a elaborar un diagnóstico global. En Global trends 2025: A transformed world (Tendencias globales 2025: un mundo transformado), Washington hace un análisis de cómo serán los conflictos en un futuro cercano. Un insumo para su presidente y para los principales líderes mundiales.
José Luis Martínez |


La conclusión del informe de 120 carillas es que, si bien EEUU seguirá teniendo un gran poder económico y militar, ya no será una potencia sin rivales, y deberá enfrentar el advenimiento de un sistema global multipolar.
"Estamos proyectando un mundo multipolar", señala Thomas Fingar, presidente del National Intelligence Council (Consejo Nacional de Inteligencia) que ha elaborado el documento. "El momento unipolar ha terminado, o ciertamente habrá terminado en el 2025", añadió.
El reporte publicado, afirma que el dominio económico, militar y político estadounidense se está reduciendo, a medida que crece el de China, India y, en alguna medida, el de Rusia. Pekín dejará a la Unión Europea como segundo actor en la economía global, convirtiéndose en el mayor importador y el mayor contaminante del mundo. Se convertirá en una potencia tecnológica y militar, con un control de las rutas marítimas al mismo nivel que el de EEUU.
Sin embargo, de aquí a 17 años EEUU seguirá liderando el ranking económico mundial y mantendrá una demografía óptima, con unos niveles de envejecimiento propios de una sociedad avanzada. El debate sobre un eventual ocaso de EEUU es recurrente. La discusión sobre la declinación no es nueva y aún precede al colapso de la Unión Soviética en 1991. Pero, la historia demostró que más allá de sus crisis tras la retirada de Vietnam, el asesinato de un presidente y la renuncia de otro, el escándalo de Watergate, o las shocks petroleros o las grandes depresiones económicas, la potencia volvió a resurgir mientras que sus enemigos históricos se desintegraron o están por debajo en las mediciones mundiales.
El reporte afirma que, a pesar de todo, depende de Washington cambiar estas predicciones. Los expertos señalan, además, que el acierto en muchos de sus pronósticos dependerá de las acciones de los principales líderes mundiales.
Global trends 2025 está en sintonía con el pensamiento de intelectuales como Fareed Zakaria, autor de The post-American world, Francis Fukuyama -que predijo el fin de la historia y el dominio del modelo capitalista-democracia liberal-, y autor de The fall of America, Inc., y otros formadores de opinión, como el neoconservador Robert Kagan, que publicó el alarmista artículo Still Nº 1, en The Washington Post.
En cuanto a posibles rivales de EEUU, el informe hace sus diferencias. Mientras China y la India son referentes del "capitalismo estatal", el potencial de Rusia aparece más endeble. La corrupción y el déficit en infraestructuras -incluidas las energéticas- se consideran un pesado lastre para el fortalecimiento ruso.
Pero otras naciones, como Irán, Turquía e Indonesia, podrían sumarse a la discusión. Y Medio Oriente y Africa subsahariana perdurarán como focos continuos de inquietud, explican los expertos.
El cambio climático será un factor cada vez más importante en la aparición de conflictos. La progresiva desaparición de agua, vegetación y alimentos podría expandir en Africa las dificultades que se viven en Darfur, donde nómadas y agricultores locales han entrado en una guerra abierta por los escasos alimentos.
A pesar de la redistribución de la riqueza y una mayor pujanza de países en vías de desarrollo, los países pobres seguirán estancados en los actuales índices de pobreza y tendrán un menor acceso a los recursos globales.
También menciona la actual crisis, de la que no espera que lleve a una depresión extendida, sino que sirva para "rebalancear" la economía mundial.
"Es posible que las rivalidades estratégicas giren en torno al comercio, a las inversiones, a la innovación y adquisición de tecnología, pero no podemos descartar un escenario similar al Siglo XIX, con una carrera armamentista, expansión territorial y rivalidades militares", dice el detallado análisis.
Un cambio en el sistema energético que se aleje del petróleo como principal fuente estará en curso o completo para el 2025. Energías renovables como los biocombustibles, la solar o eólica serán la mejor oportunidad para una transición rápida y a bajo costo, explica el reporte.
"El sistema internacional, como fuera conocido después de la Segunda Guerra Mundial, será casi irreconocible para el 2025, debido al aumento de los poderes emergentes, la economía globalizada, una histórica transferencia de la riqueza del oeste al este y la creciente influencia de actores no estatales", expresa el reporte.
En materia de seguridad, el informe afirma que grupos terroristas como Al Qaeda perderán apoyo de los países de Oriente Medio y otras naciones musulmanas, pero al mismo tiempo serán más peligrosos, debido a la proliferación de armas químicas y biológicas.
Por otra parte, las preocupaciones de que Irán siga decidido a adquirir armas nucleares pudiera desatar una carrera armamentista nuclear en el Medio Oriente, estimulando una competencia regional por influencia que aumente el riesgo de un conflicto, explica el reporte.
El estudio considera cuatro posibilidades que pudieran ocurrir en los próximos 20 años, incluyendo un gran huracán vinculado al cambio climático que devaste Nueva York y una guerra entre China y la India por acceso a recursos vitales.
Los países de América Latina disfrutarán hacia el 2025 de un crecimiento económico "moderado" pero sufrirán una "continua violencia urbana", alerta el reporte de los servicios de inteligencia.
El informe estima que "muchos países de América Latina habrán alcanzado marcados progresos en la consolidación de la democracia para el 2025".
El reporte también señala a Brasil, Chile, Colombia y México como los mejor posicionados, y a Venezuela y Bolivia como los que más se retrasarán debido a sus "políticas populistas", con Haití como un país que se hundirá aún más en el caos. Cuba, sin la ayuda de Caracas, "podría verse forzada a iniciar reformas de mercado al estilo chino".
Si bien algunas naciones latinoamericanas serán "potencias de medianos ingresos", otros, "particularmente aquellas que abrazaron políticas populistas, quedarán atrasadas, y algunas, serán más pobres y sin embargo menos gobernables", sostiene el estudio.
En el informe, alerta que los "problemas de seguridad" en el subcontinente "seguirán siendo intratables, y en algunos casos inmanejables" para el 2025.
América latina también aportará una buena tajada de los 1500 millones de nuevos habitantes del planeta que se sumarán a los actuales, lo cual se estima hará crecer la demanda de agua y alimentos en un 50% para 2030.
El estudio prevé un crecimiento económico sostenido de alrededor del 4 por ciento hasta el 2025, lo que resultará en caídas "modestas" en los niveles de pobreza en algunos países. En cambio, la competitividad económica de América Latina "seguirá detrás de la de Asia y otras regiones de rápido crecimiento", indica.
Finalmente, el capítulo dedicado a América Latina señala para el 2025 una posible "disminución de la influencia de Estados Unidos en la región", en parte a causa de la ampliación de las relaciones económicas y comerciales del subcontinente con Asia, Europa "y otros bloques".
Como conclusión: Nos espera un mundo con múltiples centros de poder sería menos estable que uno en el que predominan una o dos superpotencias y habría una mayor posibilidad de que se desaten conflictos, sostiene el reporte. Sin embargo, a Estados Unidos le seguirá correspondiendo la labor de intermediario internacional, como un primero entre iguales, pero manteniéndose como el actor individual más poderoso. Las consecuencias del calentamiento global, el agua, los alimentos y la energía serán elementos que podrían desatar conflictos por recursos, en un mundo más peligroso, y con una carrera armamentista potenciada con actores no estatales, señala el reporte de inteligencia.

Publicado en La República de Uruguay

¿Por qué vivo en EEUU?

¿Por qué vivo en EEUU?

Jorge Majfud - Alai-amlatina


En 2001, Oriana Fallaci escribió su célebre artículo «La Rabbia e l'Orgoglio» donde no sólo hacía un ataque indiscriminado a los inmigrantes del tercer mundo en Europa y Estados Unidos, sino a todas las culturas que no eran la «cultura occidental». En 2002 publiqué en algunos diarios una larga respuesta sobre al menos una veintena de puntos, los cuales consideré errores de la autora. El ensayo se llamó «El lento suicidio de Occidente» (http://mrzine.monthlyreview.org/majfud141106.html) y, lejos de atacar a Occidente y elogiar a Oriente, la idea central radicaba en prevenir a Occidente de uno de sus mayores enemigos: Occidente mismo.
Gracias a este ensayo he recibido ataques anónimos que van desde recuerdos sobre mis antepasados -factor que explicaría mis razonamientos- hasta advertencias de los dueños del mundo sobre los peligros de discurrir por carriles no oficiales. Hace pocos días un amigo me envió por correo la crítica de un lector y me pidió que respondiera a sus observaciones. En síntesis, el lector, asumiéndose como estadounidense, se preguntaba si realmente yo me sentía tan incómodo con nuestra cultura y nuestros valores («our culture and values»), por qué no me iba a vivir a esos países que tanto admiraba. Al final agregaba: «no importa si Majfud está en lo cierto sobre Occidente. Se trata de coherencia. Lo menos que se le puede pedir a un intelectual es coherencia».
La verdad es que admiro la filosofía griega de los siglos V y IV, la poesía de Omar Kayyam, la física de Albert Einstein, pero creo innecesario y quizás imposible irme a vivir a la Grecia de Pericles, a la antigua Persia o la Alemania nazi de los años veinte. De hecho, la mayor parte de los intelectuales alemanes que se exiliaron en Estados Unidos durante el nazismo no pasaron a ser, por esa razón, acríticos complacientes del nuevo orden -sin duda preferible al que abandonaban-, sino que continuaron coherentes con su pensamiento anterior: el poder no necesita defensores; suficientes aduladores tiene.
Es parte de un pensamiento fascista confundir a todo un país con la ideología de quienes dominan sus esferas de poder: si alguien critica la ideología dominante X -muchas veces articulada por intelectuales funcionales al poder militar y económico del momento-, estaría atacando a todo el país donde domina X, ergo alguien debe irse a vivir a otra parte y dejar a X expandirse libremente hasta el último rincón de la conciencia humana.
Está claro que este lector no terminó de leer el ensayo, urgido por una reacción epidérmica, propia de las primeras etapas de la nueva cultura digital. Si mencioné que los holocaustos, las inquisiciones y la vasta practica de la tortura también eran productos bien occidentales, no fue para demostrar la inferioridad de Occidente sino, por el contrario, para ejercitar una costumbre también occidental según la cual ha sido la crítica y no la adulación la que ha prevenido algunas veces contra nuestros propios defectos. Entre éstos, contemos la soberbia y la pureza de la ignorancia, según la cual todo fue inventado por Europa o por Estados Unidos hace cien años, desde el alfabeto fenicio, los números arábigos, la teología africana y hebrea, los fundamentos de las ciencias y el vasto legado de las artes y el pensamiento.
A lo largo de la historia ha existido este tipo de pensamiento, pero en determinados periodos ha dominado la mayoría de una sociedad y en ocasiones ha regido las leyes de un gobierno y de un Estado. En el siglo XX se llamó fascismo pero hay ejemplos anteriores, como el de la España del siglo XV y XVI. A pesar de que la península ibérica tenía una de las culturas más antiguas y más ricas en diversidad cultural, racial, religiosa y lingüística, hubo un movimiento político que definió cuál era «nuestra cultura» y decidió que ser español era ser católico, hablar castellano, tener la piel blanca y la sangre libre de la contaminación de moros y judíos. Este gran país se desangró por siglos tratando de superar la cultura del garrote ideológico y policial hasta que en el siglo XX el generalísimo Francisco Franco rescató el mito fascista: hay una sola forma de ser español, de ser hombre, de hablar, de pensar y de publicar, de merecer la vida o de merecer pisar la tierra limitada por unos límites políticos, generalmente arbitrarios.
Este ejemplo de uno de los países que más quiero sobre el planeta después de mi propio país es apenas un ejemplo clásico. No tendría espacio para recordar que esta misma idea fascista de unidad y pureza por exclusión hizo estragos en todas las dictaduras de América Latina como en África, en Oriente y en cualquier rincón del planeta por donde miremos. Incluido, está de más decir, mi país de origen, al que quiero sin razones y sin justificar mis emociones diciendo que es el mejor país del mundo ni que allí está la gente más buena y más bonita, lo cual además de arbitrario demuestra un nacionalismo con retardo agudo, cuando el país no es una potencia mundial, y un nacionalismo peligroso, cuando lo es.
Afortunadamente en Estados Unidos viven millones de personas que no piensan como mi inquisidor. Millones de personas no creen que este país heterogéneo, compuesto de muchos estados y de muchos otros grupos disidentes del poder político, se defina por una única cultura y unos valores únicos, imprecisamente definidos pero claramente declarados por algunos grupos fascistas que ni siquiera conocen la historia del país donde nacieron pero se arrogan el derecho de excluir de la moral a todos aquellos que no caen dentro de su estrecho círculo mental. En esto son tan coherentes como puede serlo una mula que, al poseer una sola idea para todo, no puede nunca entrar en contradicciones. También los señores que azotaban a los negros esclavos en el siglo XIX -o los apaleaban y arrastraban con sus camionetas en el siglo XX- y los esclavos compartían los mismos valores y la misma cultura. Otros hombres y mujeres, libres y esclavos, despreciaron estos valores y esta cultura dominante y no fueron precisamente los peores norteamericanos.
Debería comenzar respondiendo que vivo en Estados Unidos porque no vivo solo, porque no soy yo el dictador que decide donde debe vivir mi familia, según sus deseos y necesidades. Vivo en Estados Unidos porque es aquí donde tengo mi trabajo. Estas deberían ser dos razones suficientes, pero nunca debemos subestimar la simplicidad del fascismo.
Cuando vivía en mi país (mi país de origen, no de mi propiedad) y publicaba duras críticas contra su gobierno y contra algunas de nuestras costumbres, no faltó el fascista que me acusara de antipatriota, lo que también sugería que para ser patriota es necesario un alto grado de acrítica (hipo-critica). Cuando la crisis económica azotó a la clase media y baja en mi país, me vi en la definitiva necesidad de emigrar, aceptando una invitación de un profesor norteamericano para continuar mi carrera aquí. Los ricos y acomodados en el poder de turno no emigran. Mueven sus capitales o salen de vacaciones y luego se inflaman el pecho con su patriotismo. «El señor X sirvió toda la vida a su patria», repiten luego, para disimular el hecho de que su patria le sirvió toda la vida.
Es decir, vivo en Estados Unidos porque ejerzo el derecho a trabajar donde considero que hay una mejor oportunidad de trabajo, como cualquier otra persona, y eso no significa que deba hacer un ojo ciego a todos los defectos y barbaridades que veo en el país donde vivo. También muchos norteamericanos viven y trabajan en Irak y en muchos otros países, al tiempo que critican o desprecian esas mismas culturas. Y no por eso se van de allí. También muchos norteamericanos tienen grandes negocios en casi todos los países del mundo, trabajan y viven en ellos y no es amor por los valores y la cultura de esos países lo que los mantiene donde están.
No es mi caso. Yo no desprecio el país de mi hijo. Vivo en Estados Unidos porque todavía creo que este país no está compuesto de trescientos millones de McCarthys sino también de unos cuantos Carl Sagan, Norman Mailer, Ernest Hemingway, Toni Morrison, Charles Bukowski, Paul Auster, Truman Capote, Noam Chomsky y outsiders como Edward Said, Albert Einstein y muchos más que en su momento fueron acusados de ser peligrosos, sólo porque se atrevieron a ejercer la crítica radical -radical, como toda critica que va a las raíces de un problema- porque aun creían en la humanidad.
Vivo en Estados Unidos porque también admiro algo de este país -me dan risa los que afirman alegremente que aquí no hay cultura-, no por la basura que es consumida como deliciosos manjares, sino por sus exquisitas mentes que son despreciadas como basura. Es decir que también vivo en Estados Unidos porque, para un escritor acostumbrado a la lucha dialéctica, nada mejor que vivir, como decía José Martí con alguna imprecisión, «en las entrañas del monstruo».
Vivo en Estados Unidos porque no creo que un país o una cultura tengan dueños ideológicos ni dueños legales. Vivo en Estados Unidos como podría vivir en cualquier otro lugar del mundo, porque me puede mover la necesidad laboral y profesional, pero no me amedrentan aquellos que no sólo se creen dueños del Planeta, sino que además pretenden expandir sus dominios exigiendo que los críticos terminen por ceder, amablemente y de forma voluntaria, los últimos espacios que todavía quedan para la disidencia o, simplemente, para el análisis crítico.

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NO

Por José Pablo Feinmann

No parecería posible. Porque es una decisión casi imposible, casi inimaginable. Sin embargo, 32 años atrás, en la siniestra D2 de Córdoba, bajo la mirada fría, macabra, del general Menéndez, un policía y cinco de sus compañeros se negaron a torturar. Se trata de un acontecimiento. Ahora fueron premiados por ese gesto. Pero cuando lo hicieron, estaban solos. Fue un acto libre de un sujeto libre que, en algún lugar de su hiperdeterminada conciencia, encontró un foco de libertad, un resto, algo suyo, desde ahí, desde ese pequeño lugar en que él tiene la potencia del Espíritu Absoluto hegeliano, dijo que no. “Disculpen, señores. Pero yo no puedo torturar a otro hombre. No me niego por desobedecer. Me niego porque no puedo cumplir esa orden. Es imposible para mí. Hay algo que me lo impide. Y todavía conservo la fuerza para negarme.” Todavía –está diciendo– mi convicción es más fuerte que mi miedo. Porque sabe que esa desobediencia le va a costar, y mucho. Sabe que, a partir de ahora, el castigado, el torturado, será él. Que otros –otros que han sido compañeros suyos– van a cumplir la orden que se les dará. Que esos otros no se van a detener porque él haya sido uno de ellos, un compañero. Sino que tal vez lo torturen más salvajemente por eso. Porque ya son “máquinas de obediencia” y porque, muy especialmente, lo odian por mostrarles la posibilidad de otra respuesta, de otro camino. Le van a hacer pagar cara su valentía insólita. Esa jactancia de negarse a hacer lo que ellos sumisamente hacen, torturar. Y lo torturan, le dan máquina durante horas, días. Sus mismos compañeros, los que hasta ayer tomaban mate con él y escuchaban los partidos de Instituto y de Belgrano de Córdoba.
La posibilidad de un hombre que dice “no” es un agravio intolerable para los otros. Cuestiona todo el aparataje que se habían armado para hacer su tarea. Que torturan a “subversivos”, “marxistas”, “ateos”, “enemigos de la patria”, “zurdos del trapo rojo”. Todo eso se cae. De pronto tienen frente a ellos a un tipo que se niega y, negándose, les dice: “Torturamos personas. Como vos, como yo, como nuestros hijos y hermanos y padres”. La furia que esta revelación les produce no tiene límites. No quieren dejar de ser “máquinas de obediencia”. Se entra al Ejército y, al hacerlo, se entra en el mundo de la disciplina. Por eso hay grados: hay generales, coroneles, tenientes, sargentos, cabos y ratas de tropa, ellos, soldados. Es una pirámide. Cada uno obedece a su superior. Cada uno actúa según una orden que recibe. La “orden” busca aliviar la posible “culpa” del que tiene que hundir sus manos en el barro. Del que tiene que hacer la tarea. La tarea es torturar. Es la tarea de “información” y es imprescindible que el Ejército, que la Policía, que el Estado posea las informaciones que necesita. Sólo así sabrá dónde buscar a los enemigos de la Patria. Si se tortura para salvar a la Patria es la Patria, entonces, la que a través de sus hijos pide la tortura de quienes la agreden o de quienes tienen información acerca de ellos. Torturamos para saber. No torturamos porque sí. No somos enfermos, no somos sádicos, somos patriotas.
Imaginemos el escándalo. De pronto, cuatro o cinco locos dicen: “No, no podemos torturar”. El ejemplo que están dando es terrible. No debe expandirse. Si todos se niegan a torturar, se acaba el Poder, muere la “tarea de Inteligencia”, la Patria queda ciega, des-informada, tiene que buscar a tientas a sus enemigos. El “interrogatorio” no puede existir sin la tortura. ¿Qué nos piden que hagamos? ¿Conseguir informaciones sin arrancar uñas? ¿Conseguir verdades sin electricidad? ¿Quebrar enemigos sin negarles alimentos, sin humillarlos, sin arrojarlos a dormir entre ratas voraces, sin tirarlos a piletones con mierda, sin torturar a sus hijos? Nadie dice la verdad si no lo torturan. Pregúntenles hoy a los norteamericanos, a todos los que luchan contra el terrorismo. ¿Cómo se sabe dónde se esconde un terrorista, dónde se está fabricando la bomba que volará mañana un hotel en Chicago, un subterráneo en Madrid, el Big Ben, la Torre Eiffel? Sólo hay un modo: atrapar terroristas, todos los que sea posible atrapar, y torturarlos.
De aquí que sea improbable que la criatura humana deje de torturar. Necesitará para ello crear incesantemente lo que llamaremos “mecanismos de inocencia”, es decir, aquellos que convencen al torturador de que no es él el que tortura. Es un orden jerárquico, es un Estado en lucha contra un enemigo poderoso y esquivo, es la Patria misma, amenazada como nunca. Hay otros “mecanismos de inocencia”. Son los fundamentalismos religiosos. El fundamentalista entrega su libertad al someterse a la fe que el credo le impone. Aquí, es el credo el que funciona. Yo no soy yo, soy eso en lo que creo, eso que me trasciende, que es más que yo. Es la fe en un orden celestial, un orden del más allá, donde espera Dios o donde esperan riquezas, mujeres vírgenes, vida eterna en el regazo de Alá.
Ya Voltaire, de un modo notable, identificó la tortura con la búsqueda de información. La tortura, así entendida, es “interrogatorio”. En su Diccionario filosófico, decía que es “llamada también interrogatorio. Es una extraña manera de interrogar a los hombres (...). Los conquistadores (...) encontraron muy útil para sus intereses; la pusieron en uso cuando sospecharon que había contra ellos algunos malos designios, como, por ejemplo, el de ser libre (Voltaire, Diccionario filosófico, Akal, Madrid, 2007, p. 501). El texto es formidable. El mayor enemigo de los designios del poder es la libertad. Eso que ejercieron estos héroes de la condición humana. Cinco policías que, en Córdoba, bajo el Tercer Cuerpo de Ejército, bajo el matarife Menéndez, se negaron a torturar. Sus nombres son: Luis Alberto Urquiza, José María Argüello, Horacio Samamé, Carlos Cristóbal Arnau Zúñiga y Raúl Ursugasti Matorral. Fueron dados de baja por la Junta Militar. Ahora, 32 años después, fueron premiados por el gobernador de Córdoba y les dieron un subsidio honorífico. Luis Alberto Urquiza dijo: “Nunca pensé que, después de 32 años, pudiera pasar esto”. Nunca –o sólo como una utopía– pensamos nosotros que pudiera pasar lo que el señor Urquiza y sus compañeros hicieron: un acto libre. Una rebelión contra el Poder, una sublevación. Michel Foucault (el más talentoso de los filósofos que sucedieron a Sartre) decía, en medio de sus reflexiones sobre Irán: “El hombre que se rebela es inexplicable”. Lo es, sobre todo, si nos sometemos a los dictámenes de la “filosofía contemporánea”, envilecida en una negación neurótica de la posible libertad del sujeto. La filosofía que se enseña hoy en las academias de todo el mundo occidental es incapaz de entender el acto libre, fundante, de estos cinco simples policías. Es una filosofía institucional, que le cae como anillo al dedo al Poder: el hombre no sólo no existe como concepto de la filosofía, sino que nada puede. ¿La rebelión es inexplicable? Tendremos que ser entonces inexplicables. Como lo fueron Luis Alberto Urquiza y sus compañeros. Si todas las “explicaciones” hacen del hombre un esclavo sometido a condicionamientos feroces (el lenguaje, el inconsciente, la semiología, la etnología, la lingüística, el positivismo lógico, la estructura, el ser heideggeriano, el pensamiento estratégico sin sujeto de Foucault), entonces la tortura es más explicable que la rebelión. Contra esto nos vamos a seguir rebelando siempre, y, para colmo, vamos a tratar de explicarnos. No podemos seguir aceptando (¡y como “contemporáneas”!) filosofías que aniquilen al sujeto, a la libertad, a la rebelión, y justifiquen el sometimiento, la esclavitud, la tortura. No, como claramente dijeron esos cinco canas que –probablemente sin saberlo– hicieron más por la filosofía que montones de profesores satisfechos con sus cátedras, sus congresos y sus papers.

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29 noviembre 2008

ISRAEL/GEORGIA: LOCURA MILITAR

ISRAEL/GEORGIA: LOCURA MILITAR

Said Jedidi

A pesar de que el informe que la Agencia internacional de energía atómica ( AIEA ), publicó el pasado día 19, no lo mencionaba de manera explícita, limítandose a prever de manera poco profesional, confusa y deliberadamente abstracta, la eventualidad de que Irán « podría tener en su posesión el uranio enriquecido suficiente para fabricar una bomba atómica », la mayoría de las cancillerías occidentales han puesto el grito en el cielo y se pusieron a barajar las advertencias de toda índole.
Ni en Washington ni en Madrid, Paris, Londres, Roma o Bruselas se escuchó alguna valoración sobre la central nuclear israelí Damuna, descaradamente a fines bélicos, ni la amenaza que representa Tel Aviv y sus generales a la paz y la estabilidad medioriental y ahora como vamos a intentar de explicar, mundial.
Es más : muchos servicios de inteligencia de los paises de la OTAN daban cuenta durante toda la semana transcurrida de la, según su preterición geo-estratégica, « posibilidad de una acción (agresión ) militar preventiva (…sic ) contra los lugares nucleares iraníes ».
En este « tira y afloja » no se olvidan de recordar que una operación de este tipo requiere previamente el acuerdo, por lo menos tácito, de los Estados Unidos porque, según el rotativo israelí Yediot Ahoronot, « la aviación israelí deberá sobrevolar el espacio aéreo de Iraq, que está controlado ( colonizado) por los americanos ».
Por un lado se recurre a la cooperacón y comprensión del « big brather » americano. Para ello viaja a Washington el, en espera de su encarcelamiento, tambaleante primer ministro de Israel, pero al mismo tiempo, se reconoce cínica y voluntariamente el carácter colonial de la « acción democratizadora » de la potencia ocupante en Iraq.
El guión es casi perfecto. La complicidad occidental corrige las imperfecciones pero nada es más falso.
El eje militar Tel Aviv-Tbilissi adquiere, cada vez más importancia estratégica. El hecho de que el ministro georgiano de defensa, Davit Kezerashvili sea un ex ciudadano israelí que habla perfectamente el hebreo ha facilitado la « instalación » de sus ex compatriotas como el general de reserva israelí, Gal Hirsch que había dirigido la agresión de Israel contra el Libano en julio del 2008, siendo substituido ( reconvertido) en un instructor en georgia después de la paliza de Hizballah.
O sea : que ademàs de la venta de armas ( factor económico) existe otra razón ( militar ) de inquietarse :
¿ Y si Israel y sus generales hayan optado por su atavismo habitual ? :
En los años 1970-1980 Israel era el mejor aliado del Apartheid en África del Sur. Durante el mismo periodo y hasta ahora entrena y arma por instrucciones de sus padrinos en América Central, a « escuadrones de la muerte » y desde el 11-9 Tel Aviv presume de su calidad del mejor experto en materia de lucha contra « el terrorismo islamista ». Con esta calidad viola todas las leyes internacionales en Ghazza y fuera de ella.
O lo que es más claro : ¿ Y si el paso por territorio iraquí y el acuerdo tàcito estadounidense no fuese más que una desviación del verdadero objetivo de tan elevado interés militar por Georgia. Es decir : el lugar de donde espera lanzar su locura militar contra Iràn ?
¿E Irán?.
En Teherán ni las revelaciones occidentals ni el “ scoop” del Yediot Ahoronot han quitado el sueño a los dirigentes iraníes, los cuales saben, como sabe todo el mundo, que nadie permetirá al fracasado Bush cuyas desastrosas decisiones están costando muy caro al mundo ni al corrumpido, acusado, juzgado y condenado Ehoud Olmert tomar tan grave decisión.
La amenaza del ataque intervino en vísperas del anuncio por Irán de la ahorcadura de Ali Ashtari, 45 años, reconocido « enemigo de Dios en la tierra » por un tribunal revolucionario y condenado a muerte por justamente…. Espionaje en favor de Israel.
No. Irán no lo toma en serio y debe tener sus razones. Razones que, por otra parte, Estados Unidos y su gendarme cursillista israelí conocen perfectamente.
De hecho no se trata des la primera « revelación » sobre las « intenciones » de Israel de atacar a Irán. Brian Harring, un periodista de invstigación americano reveló durante la crísis georgiana-rusa un plan de ataque israelí contra Irán a partir del territorio georgiano y con el beneplácito de sus dirigentes a los que, desde hacía siete años ayudaba a la guerra contra Rusia, vendiéndoles armamento altamente sofisticado, entrenando su infantería y proporcionándole consejos en materia de segruidad y de combate.
El resto lo sabe todo el mundo. De nada sirvieron los consejos de los instructores israelí de crear en Georgia unidadedes de élite como la israelí Sayeret Matkal ni las lecciones durante años de combate en zonas urbanas o urbanizadas o la cooperación en materia de espionaje y contra-espionaje.
Como fue el caso en el Líbano, en Georgia los generales de Tel Aviv prometieron e incumplieron.
Y el resultado es que después del fiasco del Líbano y después hace poco en Georgia díficilmente se puede confíar en las fanfarronadas de Israel, sus invectivas y su cabalmente desmentida invencibilidad

Said Jadidi, escritor y periodista. Ha dirigido ( hasta hace muy poco) los diarios y telediarios de la radiotelevision marroqui, habiendo sido corresponsal en el Magreb de El Pais ( Espana) y de Galavision ( Mexico). Ha publicado cuatro novelas: Grito Primal ( una historia de amor entre un docto musulman y una monja en Martil, Tetuan) Autodeterminacion de Invernadero, Precintado y Yamna o Memoria intima. Está dando los ultimos retoques a su nueva obra: “11-M/ MADRID 1425 ”

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LA MALDICIÓN DE LOS MENEM

LA MALDICIÓN DE LOS MENEM

Buenos aires, 28 de Noviembre de 2008
Más de trecientas personas de organizaciones de Derechos Humanos, sociales y políticas, encabezadas por el representante en Buenos aires del Movimiento Campesino de Formosa, Marcelo Coria, marcharon hoy desde el Congreso Nacional a la Casa de esa provincia para repudiar la detención de 5 campesinos y el procesamiento de 18 de sus compañeros. Los mismos están detenidos por oponerse al desalojo de los legítimos habitantes del paraje La Florencia, cercana a la localidad de Ingeniero Juárez por parte de la policía provincial enviada por el Juez Schaeffer, quienes ingresaron a la zona disparando armas de fuego; y por denunciar la quema de una vivienda por parte de comandos civiles, hechos que el magistrado jamás investigo.


La manifestación se encontró con la sede formoseña vallada fuertemente por la policía lo que impidió la entrega del documento que agregamos mas abajo.

Con consignas que reclamaron la libertad de los detenidos y el desprocesamiento de los encausados, los manifestantes permanecieron durante media hora a metros de la delegación. Durante ese lapso se anoticiaron, mediante una comunicación telefónica con la abogada defensora en Ing. Juárez que el juez de la causa pidió la detención de 50 personas mas, algunos de ellos de localidades muy distantes de la zona de los hechos, entre los que se encuentran dirigentes de cooperativas y miembros de la conducción del MOCAFOR lo que demuestra a las claras que los motivos judiciales son una simple excusa para una persecución política a la organización campesina producto del cuestionamiento a la política del Gobernador Gildo Insfran.

Comisión Directiva.
MO.CA.FOR.
BENIGNO LOPEZ 03717-15563469.
MARCELO CORIA (011) 156-448-8123




26 de noviembre de 2008

Declaración sobre el conflicto en Formosa


Los abajo firmantes manifiestan:


Libertad y restitución de sus tierras a los campesinos de La Florencia, municipio de Ingeniero Juárez, encarcelados por la patota y la justicia cómplice del gobierno de Formosa.



El 13 de octubre de este año el juez provincial de Formosa Raúl Schaeffer ordenó el desalojo de las comunidades Wichis de sus tierras ancestrales, ubicadas en el Paraje La Florencia, localidad de Ingeniero Juárez.

La resistencia de las 170 familias que conforman estas comunidades, a las que se sumaron solidariamente 230 familias de campesinos y criollos, impidió el cumplimiento de la orden judicial por parte de la policía provincial, la cual había ingresado disparando armas de fuego. Estos métodos poseen antecedentes cercanos. Días antes, comandos civiles ligados a terratenientes locales incendiaron la vivienda de una campesina del lugar.

Ante el fracaso en la expulsión de las comunidades y el robo de sus tierras, el mismo juez ordenó la detención de 5 integrantes del Movimiento Campesino de Formosa (MOCAFOR) en la localidad de Las Lomitas, y la captura de otros 18. Sus familiares son objeto de persecuciones, escuchas ilegales y amenazas.

Por orden del mismo Juez la policía provincial echó a los empujones del juzgado actuante a la abogada del MOCAFOR, Dra. Graciela Rojas, impidiendo la defensa de los presos y perseguidos, y obstaculizando la denuncia de la agresión armada y el incendio intencional de las viviendas.

Amparado por el marco de impunidad que le ofrece el poder judicial, a través del accionar del Juez Schaeffer, y la policía provincial, el terrateniente Bellsolá Ferrer intenta expulsar de las tierras a sus históricos habitantes.

A 25 años de terminada la dictadura, los formoseños se preguntan cuándo van a llegar la democracia, la justicia social y la vigencia de los DD. HH. a la provincia.
Formosa es gobernada por Gildo Insfrán, quien avaló la política del menemismo, el fomento de los pool de siembra y la expansión de los terratenientes locales a costa del desalojo de criollos e indígenas.

Coherente con su trayectoria, ya que es socio del hijo de genocida Emilio Massera en una financiera, tuvo entre sus funcionarios a militares procesados por desapariciones y torturas durante la última dictadura, como Elvio Lorenzo Borrini. Mantuvo -y mantiene- estrechas relaciones con el stronismo paraguayo, y profesa simpatías por dirigentes de la Sociedad Rural Argentina como Ricardo Buryaile, quien impulsaba el cierre del Congreso si este sancionaba la Resolución 125.

La alianza reaccionaria que dice representar al "campo" encuentra en el gobierno formoseño un aliado natural que impide la profundización de la democracia y la distribución de la riqueza, y ampara a los genocidas y sus cómplices.

Mientras el gobierno nacional impulsa los juicios a los genocidas, Gildo Insfrán los legitima en su gobierno y hace negocios con ellos.

Mientras el gobierno nacional estimula la formación y desarrollo de cooperativas campesinas e indígenas, Gildo Insfrán promueve y avala el robo de tierras y el desalojo de sus legítimos dueños.

Mientras el gobierno nacional impulsa la distribución de la riqueza a través de iniciativas como la Resolución 125, Gildo Insfrán promueve la concentración de la tierra, el avance de los monocultivos y el empobrecimiento de la población.

Exigimos la inmediata libertad de los detenidos, la anulación de las causas, el cese de las persecuciones a sus familiares y amigos, y la restitución de las tierras a sus verdaderos dueños, que las habitan, trabajan y cuidan desde siempre.

Para generar un canal de resolución del actual conflicto proponemos la creación de una mesa de diálogo conformada por el gobierno nacional, el Movimiento Campesino de Formosa y autoridades de la provincia.

MOVIMIENTO CAMPESINO DE FORMOSA - MO.CA.FOR
FRENTE NACIONAL CAMPESINO - F.N.C

ADHIEREN: ASOCIACION MADRES DE PLAZA DE MAYO, MOVIMIENTO ECUMENICO POR LOS DERECHOS HUMANOS, LIGA ARGENTINA POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE, HEBE DE BONAFINI, LEON GIECO, TERESA PARODI, RUBEN DRI, NORBERTO GALASSO, CARLOS HELLER, RICARDO VELASCO, FAMILIARES DE DETENIDOS Y DESAPARECIDOS POR RAZONES POLITICAS, ASAMBLEA PERMANENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS, ESPACIO POPULAR PADRE MUJICA - LUIS MALDONADO, CENTRAL DE TRABAJADORES ARGENTINOS, FUNDLADDHH, C.T.A CAPITAL, BARRIOS DE PIE, MOV. LIBRES DEL SUR, PARTIDO SOLIDARIO, F.A.C.T.A, COOPERATIVA B.A.U.E.N., ESPACIO CARTA ABIERTA, LA CAMPORA , MUP, FRENTE BARRIAL 19 DE DICIEMBRE, ALBERTO NADRA (P.D.I.), ASOCIACIÓN MUTUAL HOMERO MANZI, HORACIO FONTOVA, NORA KRISTOF, LIA SALAS, CENTRO DE ACTIVIDADES SOCIALES, MOVIMIENTO TUPAC AMARU (CTA), MOVIMIENTO TERRITORIAL DE LIBERACIÓN, JUNTA INTERNA-ATE-CONICET, MOVIMIENTO SANMARTINIANO, COMEDOR LOS PIBES DE LA BOCA , CTA QUILMES, MOVIMIENTO POPULAR DE LIBERACIÓN, AGRUPACIÓN ASOCIACION DE JUDICIALES BONAERENSES, CONVOCATORIA
POR LOS DERECHOS PUBLICOS" , CENTRO CULTURAL "EL SURCO", AREA POLITICA PARROQUIA SANTA CRUZ, C.N.P. 25, PROYECTO 7, MULTISECTORIAL SAN CRISTOBAL, ASOCIACIÓN SIGLO XXI, ONG "AMIGOS ANONIMOS", PAULA FERRE (cantautora), SOBERANIA Y LIBERACIÓN, DEMOCRACIA Y EQUIDAD, ASOCIACION JULIO CANESA (EX YPF Y GAS DEL ESTADO), ASAMBLEAS DE: PLAZA DORREGO, J. B. JUSTO Y CORRIENTES, BARRIAL DE FLORESTA. COOP DE VIVIENDA "NUEVA ERA" Ltda, EDITORIAL "NUESTRA AMERICA", COMISION DE SOCIOS DEL BCO CREDICOOP DE ENSENADA, MANOS SOLIDARIAS DE LA BOCA, AGRUPACIÒN SOLANO VIVE, MOVIMIENTO NACIONAL CAMPESINO INDIGENA, BIBLIOTECA POPULAR GASTON GORI -ROSARIO, REVISTA 2010- COCO FONROUGE.ONG MEDICOS DEL MUNDO, AGRUPACION JUVENTUD SINDICATO LAVADEROS ARTESANALES, AGRUPACION AZUL - SINDICATO LAVADEROS ARTESANALES - MANUALES, SINDICATO DE LAVADEROS ARTESANALES - MANUALES, ASOC. MUTUAL UPPSABA, FEDERACION UNIVERSITARIOS DE RIO IV
GRUPO ECOLOGISTA CUÑA PIRU (MISIONES
También se solidarizaron con el reclamo: ADOLFO PEREZ ESQUIVEL, SERPAJ, COMISION DE JUSTICIA Y PAZ CLARETIANA, ASAMBLEAS POR LA RECUPERACION DE LAS PRIVATIZADAS Y ALCIRA ARGUMEDO
Mandaron sus adhesiones a la conferencia de prensa realizada en día de ayer, jueves 27, las DIP. NACIONAL VICTORIA DONDA, CECILIA MERCHAN, SILVIA VAZQUEZ y los DIP. NAC. JUAN CARLOS DANTE GULLO y ARIEL BASTEIRO.

27 noviembre 2008

APOYO INTERNACIONAL A LOS TRABAJADORES DE ZANÓN


Recibimos este Comunicado. ayudennos a reenviarlo para que mas personas puedan colaborar con esta lucha.
MALUT- LA PAMPA

Al Presidente de la República Argentina Néstor Kirchner, el Gobernador de la provincia de Neuquén, el Juez Federal Rafael Barreiro, demás miembros del gobierno y al pueblo argentino:

En todo el mundo, el movimiento argentino de fábricas y empresas recuperadas es visto como un modelo inspirador en la lucha contra el neoliberalismo, y un importante símbolo de que otro mundo es posible, necesario y emergente.
Uno de las joyas de este movimiento es la fábrica Cerámica Zanón, bajo control obrero, en Neuquén: una alternativa local concreta y exitosa al modelo económico global. Desde que se encuentra bajo el control obrero, la fábrica ha incrementado el personal un 50\% en un año, pasando de 300 a 450 trabajadores: ¿qué empresa multinacional puede presumir de un récord semejante? Los trabajadores de Zanón la han administrado democráticamente, con decisiones tomadas en asambleas abiertas donde cada trabajador tiene la misma cuota de poder. ¿Cuantos de nosotros hemos experimentado alguna vez una verdadera democracia en el lugar de trabajo?.
Los trabajadores de Zanón también han logrado un enorme apoyo popular en la provincia de Neuquén, y han mostrado su compromiso hacia su comunidad de muchas maneras, la más reciente con la construcción de un centro de salud comunitario en la empobrecida comunidad próxima a la fábrica.
Y sin embargo, la retribución por su éxito extraordinario en estos últimos tres años parece ser la constante amenaza de desalojo, y un estado de precariedad que podría ser evitado con simples medidas legales y legislativas.
Nosotros, los abajo firmantes, llamamos por lo tanto al gobierno argentino, al de la provincia de Neuquén y a los juzgados intervinientes en los varios aspectos del caso de quiebra a actuar de forma inmediata, llevando a cabo las siguientes medidas:
1. Dejar de lado cualquier amenaza de desalojo de la fábrica, tanto ahora como en el futuro.
2. Otorgar reconocimiento legal a la cooperativa de los trabajadores de Zanón, FaSinPat, y reconocer la importante contribución social y económica que éstos han hecho a la comunidad a lo largo de los últimos tres años. Sin el reconocimiento judicial de su cooperativa, los trabajadores de Zanón no pueden llevar a cabo su plan de exportación de cerámicos: ¡en el resto del mundo estamos ansiosos por comprar sus productos!
3. Aprobar una ley de expropiación permanente y definitiva a favor de los trabajadores de Zanón, de manera que ellos puedan dejar de malgastar sus energías en batallas legales y políticas, y dedicar sus esfuerzos a la creación de más puestos de trabajo, ayudando a construir hospitales, escuelas y viviendas, colaborando con el interés público y extendiendo este modelo de democracia económica, algo que se necesita desesperadamente en la provincia de Neuquén y en el resto del mundo.
Los movimientos sociales de todo el mundo están observando la lucha de los trabajadores de Zanón con gran interés y la apoyan fervientemente. Esta alternativa extraordinariamente exitosa al status quo neoliberal no debe ser reprimida o amenazada: ¡debe ser celebrada, apoyada y exportada!
Firma el Petitorio en: http://www.petitiononline.com/zanon/petition-sign.html.

La protesta social alarma al Gobierno chino


TODO: La revolución china fue nuestra gran esperanza en los años 60 y 70. Tras la muerte de Mao, tras los fracasos de las políticas de expansión y bienestar, tras las consecuencias de la "revolución cultural", China, como Rusia, demostraron en los hechos, históricamente, que "...la revolución debía comenzar por los países más desarrollados..." según las previsiones de Carlos Marx. El intento de la industrialización forzada, implementada con muchos sacrificios del proletariado y el campesinado de China, desembocó en el capitalismo de estado burocrático. De todos modos, el proceso chino fue una experiencia histórica que remató la sociedad feudal y construyó un nuevo y gigantesco país. Pero muchas rémoras del pasado han quedado intactas. Es cierto, no se puedo todo en un periodo tan corto de tiempo. Pero la República China de hoy nada tiene que ver con el socialismo Andrés Aldao


Los despidos y el cierre de fábricas por la crisis provocan un incremento de los disturbios

JOSE REINOSO - Pekín - 27/11/2008

Trabajadores despedidos, taxistas enfrentados a sus empresas, ciudadanos expropiados. La lista de colectivos que han protagonizado violentas protestas en las últimas semanas en China -la última, el pasado martes en la provincia sureña de Guangdong- ha provocado gran inquietud en el Gobierno, que se ha apresurado a dar instrucciones a los dirigentes provinciales y a la policía para que, por encima de todo, aseguren la estabilidad.
Las manifestaciones son frecuentes en China, a menudo a causa de disputas laborales, requisiciones ilegales y otros abusos de poder de los gobiernos locales, pero han adquirido una nueva dimensión con la crisis mundial, que ha comenzado a pasar factura al país asiático por la ralentización de la demanda extranjera.
La economía china creció un 9% en el tercer trimestre, cuando en el conjunto de 2007 lo hizo un 11,9%, y el Banco Mundial ha dicho esta semana que prevé que en 2009 sólo avance un 7,5%. Una cifra peligrosa, ya que se sitúa entre el 7% y el 8% que las autoridades consideran que debe aumentar para proporcionar trabajo a la población y garantizar la paz social. Según Yin Weimin, ministro de Seguridad Social, la situación del empleo es "crítica", y el paro subirá en los próximos meses.
La pérdida de trabajos supone, según los analistas, uno de los mayores desafíos para el Partido Comunista Chino (PCCh), que ha buscado legitimarse en el poder, en gran parte gracias al fuerte crecimiento que ha experimentado el país desde que Deng Xiaoping inició las reformas hace 30 años.
"La principal amenaza para el PCCh es no ser capaz de cuidar de su gente. Hace mucho tiempo que los líderes chinos abandonaron la igualdad como medida de su éxito, para centrarse en el crecimiento económico y la riqueza material del pueblo. Si no puede entregar crecimiento, la legitimidad del partido resultará minada", explica Yuen Pau Woo, presidente de la Fundación Asia Pacífico de Canadá. La consultora estadounidense IMA ha modificado la calificación de riesgo político para China de bajo a medio, debido al "potencial de disturbios entre la gran masa de trabajadores emigrantes que se enfrentan al despido en los sectores de la construcción y manufacturero".
Pekín aprobó a principios de mes un plan financiero por valor de 586.000 millones de dólares (450.000 millones de euros) hasta 2010 para revitalizar la economía, impulsar el consumo interno y disminuir la dependencia de las exportaciones, que en 2007 representaron el 40% del producto interior bruto (PIB). Y ayer realizó la mayor bajada de tipos de interés de los últimos 11 años.
Decenas de miles de emigrantes se han quedado sin trabajo, especialmente en las provincias industriales de Guangdong y Zhejiang. El resultado ha sido un incremento de protestas como la que protagonizaron el martes más de 500 trabajadores de la fábrica de juguetes de capital hongkonés Kaida, en Dongguan (Guangdong), por el descontento sobre las indemnizaciones de algunos de los 380 despedidos la semana pasada. Más de 1.000 policías y antidisturbios fueron desplazados para dispersar a los manifestantes, que volcaron un coche de la policía, y causaron destrozos en las oficinas de la firma.
El sur de China ha vivido un boom exportador en las últimas décadas, pero la crisis ha provocado una bajada de los pedidos sin precedentes que, unida al incremento de los costes laborales y de las materias primas y a la apreciación del yuan, ha obligado a muchas compañías a reducir plantilla o echar el cierre. Unos 7.000 obreros mantuvieron una protesta similar el mes pasado en otra fábrica de juguetes.
Estos disturbios se suman a los que han protagonizado en las últimas semanas miles de taxistas en varias ciudades del país por los altos precios de alquiler de los coches exigidos por sus empresas y la competencia de taxis piratas. Además, en la provincia de Gansu, miles de personas, algunas con barras de hierro, cadenas y hachas, se enfrentaron la semana pasada a la policía por la expropiación de viviendas para construir en su lugar un edificio gubernamental. Decenas de personas resultaron heridas.
¿Significa esto que la sociedad china está perdiendo el miedo a manifestarse? No, según Woo. "Lo que ocurre es que están adquiriendo mayor número de formas. No sólo se están produciendo en las calles, sino también en los blogs, o los mensajes de teléfono móvil. La mayoría tiene que ver con el bolsillo de la gente. Las protestas políticas son todavía un tabú y seguirán siéndolo por un futuro no definido".
Los disturbios inquietan al Gobierno. Meng Jiangzhu, ministro de Seguridad Pública, ha advertido del "desafío que supone la crisis financiera global", y ha urgido a los funcionarios provinciales a que "mantengan la cabeza fría y sean conscientes de la necesidad de salvaguardar la estabilidad".

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26 noviembre 2008

Martti Ahtisaari: el hombre que apoyó la invasión a Irak

Martti Ahtisaari
Premio Nobel de la Paz 2008:
el hombre que apoyó la invasión a Irak


Por Cristina Castello

Lo llaman «Papá Mumin» por su parecido con un corpulento personaje de la familia Moomins, de cuentos y cómics escandinavos. Martti Ahtisaari recibirá la recompensa, equivalente a 1.4 millones de dólares en coronas suecas, el próximo 10 de este diciembre; y el 11 gozará de una fiesta que reunirá al Jet Set, en su honor.
¿No será hora de cuestionar este galardón, el Premio Nobel de la Paz? Los motivos abundan: estuvo nominado Georges W. Bush, por ejemplo. Sí. El mismísimo, a quien gran parte de los estadounidenses quieren juzgar por crímenes contra la humanidad. ... justamente él, el adalid de la paz.
¿Y qué tal si pensamos en Alfred Nobel, el padre del premio? Primero inventó la dinamita y otros explosivos que sirvieron a fines militares: la balistita o pólvora sin humo, por caso. Pobló a la humanidad de municiones, y con el rédito de sus inventos colmó su vida: hizo una fortuna colosal. Pero antes de morir quiso lavar su culpa, y creó este y otros laureles que llevan su nombre: para literatura, medicina, física y química. «Ahí anda el artesano del desprecio, implorando el amor del despreciado» (Pablo Neruda).
Sin embargo, el mundo acepta la curiosa expiación de Alfred Nobel, y aplaude sus premios.
«Papá Mumin» había dicho que le hubiera sido más fácil ganar la lotería que obtener este reconocimiento. ¿Será que el ansiado Nobel de la Paz se juega a los dados que tira el Poder, según convenga a sus designios? De cualquier manera, este premiado tiene méritos, aunque también... Ya se verá.
Martti fue presidente de Finlandia entre el ’94 y el 2000 y acumula tres décadas consagradas a la mediación y resolución de conflictos en el planeta. Como comisionado y enviado especial de la ONU, su logro mayor fue haber supervisado la independencia de Namibia en 1990, causa por la cual luchó durante trece años. Además, atesora como éxitos su tarea como mediador en la guerra entre la OTAN y Serbia —donde no lo quieren ni un poquito—, y, muy especialmente, la supervisión del acuerdo de paz en el prolongado conflicto en la región indonesia de Aceh. Gracias a sus oficios, lo firmaron las partes beligerantes el 15 de agosto de 2005 en Helsinki y con él como testigo.
Sus ojos celestes nacieron en Viipuri, hoy Viborg, ciudad de la ex Unión Soviética; si naciera ahora sería ruso. Hijo de un suboficial del ejército, sufrió desde los dos años —en 1939 era casi un bebé— las consecuencias de la guerra entre la entonces URSS y Finlandia, que terminó en el ’44. Después quiso ser maestro, se graduó en la Universidad de Oulu y partió hacia el servicio militar obligatorio. Pero él no podía ser uno más. Entonces salió de allí, pero no como todos, sino con el grado de capitán. Siempre atento a los asuntos de comercio e industria de los países llamados «en vías de desarrollo», formó parte del Comité Asesor del gobierno finés.
«Papá Mumin» —gesto siempre adusto— es persona de costumbres simples. Cuando fue presidente por la socialdemocracia de su país, todo lo que tenía un tufillo ceremonioso le molestaba, y por eso y sin proponérselo, resultaba tan gracioso como su personaje de historieta. Fue el hazmerreír de la prensa cuando se cayó dos veces al suelo durante recepciones oficiales y elegantes. No soportaba el frac, y los zapatos de charol le eran demasiado estrechos; el golpe era tan inevitable como lo fueron sus heridas en la nariz.
«El hipopótamo», lo llaman también así, sonríe serio y feliz... fiel a su estilo, a pesar de todo. Tiene humor y sigue enamorado. Se casó con la historiadora Eeva Irmeli Hyvärinen en el ’68. Cuarenta años de amor, que los hicieron recibir juntos la noticia de la lotería, del juego de dados, o el Premio Nobel de la Paz, según se vea.
El hijo de ambos, Marko, nació en 1969. Altísimo ejecutivo empresarial de telefonía móvil. De una multinacional. Y es también músico reconocido: su padre lo educó en la Universidad de Columbia, en los USA.

Curioso carnaval:
«Papá Mumin» o la cara de la indignidad

Defensor de la causa de Palestina y el Líbano, la posición de Ahtisaari con respecto a Irak fue, en cambio, francamente indigna. En 2003 encabezó un equipo que evaluó las condiciones de seguridad para el personal de la ONU en Irak, tras la ocupación anglo-norteamericana. En aquel momento, fue favorable a la invasión. No compró el argumento mentiroso de las supuestas armas de destrucción masiva que dieron la excusa a Bush para atacar; pero justificó su defensa en los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos por Saddam Hussein.
En una palabra: el flamante Premio Nobel de la Paz invocó la defensa de la vida para apoyar la muerte: los crímenes de lesa humanidad que cometerían el Imperio y su aliado británico.
En enero de 2007, el hoy flamante premiado había presentado su plan de paz, incluida una propuesta de «soberanía limitada», para Kosovo; y esa independencia que ayudó a conseguir, lo enorgullece, a pesar de las reticencias de países como España y Grecia; y del rechazo por parte de Serbia, Rusia y Cuba. El embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogosin, se mostró francamente molesto por el Nobel para Ahtisaari y, como muchos otros, interpretó que su plan para Kosovo no hizo más que perjudicar a Serbia.
De todos modos, Ahtisaari parece estar más allá de las críticas. A los 71 años se regocija porque su rostro será inmortalizado en un sello de correos de alrededor de un dólar, en moneda finesa, mientras espera la gran fiesta en honor de su premio.
En Oslo, la capital noruega, los ricos y famosos
—pero sobre todo los poderosos— le rendirán homenaje durante una celebración que comenzará con un concierto y donde no faltará ni el mayordomo de Batman. Precisamente, el presentador será Michael Caine —quien desempeñó ese papel en el reciente filme El caballero negro—, junto a la actriz norteamericana Scarlett Johansson; y entre otras stars, desfilarán por el escenario Diana Ross, la mexicana Julieta Venegas, la cantautora canadiense Leslie Feist y el cantante de country Dierks Bentley.
Claro que el día anterior Martti Ahtisaari habrá embolsado el dinero del premio que, según ha dicho, le servirá para fortalecer la CMI, su ONG; se trata de la «Iniciativa para la Gestión de Conflictos», creada en el año 2000 para apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional para prevenir y resolver crisis de seguridad en diversas áreas del mundo. Tal, la declaración de principios; pero según el diario ruso «RBC Daily» esta empresa es un verdadero negocio que le reporta grandes beneficios... ¿Qui sait?
Desde 1901, fecha de la entrega de los primeros premios del arrepentido creador de explosivos de muerte, Alfred Nobel, la nómina de los ganadores es —por lo menos— discutible. Es verdad que entre los premiados, muchos hicieron honor a aquellas palabras de Erich Fromm según las cuales el corazón de hombre nunca deja de ser humano. Albert Schweitzer, Linus Carl Pauling, Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, o los latinoamericanos Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel.
Pero también, en una suerte de carnaval perverso, recibieron el galardón hombres cargados de sombra y muerte. Entre ellos, Theodore Roosevelt (no confundir con Franklin Delano Roosevelt), Henry Kissinger, Shimon Peres y Menachem Begin. Según Gabriel García Márquez, Begin —a quien con razón comparó a Adolf Hitler— debería haber merecido el «Premio Nobel de la Muerte».
Martti Ahtisaari, la figura viviente de «Papá Mumin», se lleva el premio en momentos en que el planeta padece más que nunca la mundialización de la miseria, la violencia y el desamparo. El día de su fiesta, mientras El caballero negro se verá en todas las pantallas del mundo, brindará con Michel Caine, el mayordomo de Batman, por su Nobel de la Paz. Y pues la crisis de la Tierra toda se acrecienta cada día, palpitarán también con más fuerza, las palabras de Martin Luther King en 1963: «Tengo un sueño». La libertad, la justicia, la paz.

http://www.cristinacastello.com
Poeta y periodista
castello.cristina@gmail.com

25 noviembre 2008

ISRAEL ELIGE A SU BUSH

A BUSH MUERTO BUSH PUESTO... La conclusión es bien clara: Israel es un país colonialista y terrorista, opresor de otro pueblo y de otro país en formación. El likud es la expresión más abierta y concentrada del fascismo judío, que representa, principalmente, a las heces de la sociedad israelí, racista, prepotente, a los puesteros, a los mafiosos como la familia Alperón, a los lúmpenes y abogados del diablo, a los fracasados filibusteros de la política como Beny Beguin, Meridor, Dayán. ex comandantes del ejército desplazados por ineptos, verduleros, dueños de casinos, ladrones de cuello blanco y chorritos de morondanga.Esta casta de mafiosos y fachos va a dirigir Israel en los próximos años, Y el pueblo de este país tendrá el gobierno que se merece. ¡SIN DUDAs! Andrés Aldao

Gideon Levy - Haaretz.com

Las elecciones para el 17º parlamente –Knesset-, ya han sido decididas: Benjamin Netanyahu será el próximo primer ministro. Nada de la actual tendencia cambiará, que se vio reflejada en las encuestas del último fin de semana. En momentos en que el mundo entero, incluyendo Israel, está asombrado y movilizado por el milagro de la elección de Barack Obama, Israel está a punto de elegir un George Bush.
El enlodamiento de Tzipi Livni ya no se modificará, como ella tampoco el candidato Ehud Barak encontrará el camino perdido. Tampoco la organización del nuevo partido de izquierda hará la diferencia hacia un lado u otro –es demasiado pequeño y demasiado tarde. Israel tiene la intención de votar al conservador, del ala derechista, nacionalista y belicoso candidato, el Bush israelí. El mundo se mueve hacia delante, mientras Israel hace un paso hacia atrás.
Posiblemente Netanyahu no sea tan horroroso como la izquierda lo ve, pero el muy fuerte apoyo del que goza en las encuestas, nos muestra a nosotros y al mundo, incluyendo al mundo árabe, la naturaleza verdadera de la sociedad israelí. Menudo alivio para el engañoso mito de que la mayoría de los israelíes desean la paz; se pueden olvidar de las engañosas encuestas que mostraban a la mayoría del público apoyando la solución de dos estados. No solución, no dos estados, solamente la verdad que nuevamente se explicita: un nacionalista, una sociedad beligerante, nacionalista eligiendo su vivo retrato como líder.
Una vez en cada pocos años tenemos este referéndum sobre las posibilidades de la futura paz y la ocupación, principal tema de las campañas electorales. Una vez cada tantos años, la izquierda se revela como una fuerza virtual incomparable. Los candidatos discuten entre ellos mismos sobre quién va a “repartir” y quien va a “devolver”, quien va a “renunciar” y quién va a “dar”, preguntas que son claramente inmorales, a la luz de la verdad de que se trata de territorios que no son nuestros. Y al final, el elegido, todos los elegidos, es muy poco lo que hacen, si es que algo hacen, por alcanzar la paz y finalizar con la ocupación de los territorios. El diálogo engañoso, como si algo fuera a cambiar inmediatamente después de las elecciones, se hace trizas una y otra vez. Desde este punto de vista, no hay grandes diferencias entre los candidatos. Sin embargo, el amplio apoyo al candidato Netanyahu es significativo. Refleja el espíritu predominante de la nación: ellos quieren que los árabes “desaparezcan de sus ojos”, ó, por lo menos, tener “tranquilidad de ellos”, no importa cómo. Y olvídense del resto.
Votaremos todos por Netanyahu y su partido Likud, con el bizarro de Benny Begin y Moshe Ya’alon a la cabeza, y estaremos dando nuestro voto por más años de violencia y ocupación, de los cuales no se ve el final. Votaremos a Netanyahu y recibiremos “paz económica” y economía de derecha, esa que nosotros deseamos, esa que nosotros nos merecemos. Les avisaremos a los árabes: olvídense de la paz, de la iniciativa de Arabia Saudita, un compromiso justo e histórico, de los moderados que hay entre ustedes, de las negociaciones basadas en una clara voluntad de alcanzar la paz. En esta línea, escucharán la mentira de la “paz económica” y la ya famosa y absurda “ellos darán, ellos recibirán” y la de la “mayor operación” tan deseada en Gaza, que pondrá fin a las verdaderas negociaciones.
La sociedad israelí escuchará nuevamente las declamaciones “ellos tienen m-i-e-d-o”, susurros de que “la izquierda olvidó lo que es ser judío”, el cerdo capitalismo y el thatcherismo. Ni un microscopios pequeño podría enseñar algún cambio de
Netanyahu, desde el tiempo que los israelíes se alimentaron de él. Nada cambió en él, sólo nosotros cambiamos. El genio belicoso y nacionalista nuevamente salió de la botella.
Hay tiempos en los cuales el voto para la derecha puede significar posponer por un tiempo un proceso histórico inevitable. No es así en este momento. El mundo árabe esta golpeando repetidamente a las puertas de Israel, casi suplicando para resolver el problema palestino y todos llegaremos a la paz; el presidente sirio hizo llamamientos similares a los que trajo a Israel a Anwar Sadat, sin recibir respuesta. Los desesperados palestinos están a las puertas de una próxima gran confrontación con nosotros, con Hamas a la cabeza y que pronto liderará también en Cisjordania; algunos de los antiguos dirigentes de la derecha, con Ehud Olmert como principal, despertaron finalmente de su peligroso sueño de la Gran Tierra de Israel; y ya hay no pocos colonos que están dispuestos a considerar el abandono a cambio de compensaciones económicas. Mientras todo esto ocurre y es dejado atrás, Israel vota a favor del rechazo.
Estamos a punto de elegir a un candidato que declaró explícitamente que no hay nada que discutir con los palestinos, que ya demostró sus nada despreciables dones piromaniacos cuando abrió un túnel en el muro de los lamentos, alguien que trata de engañar al público con declaraciones acerca de abrir zonas industriales palestinas en lugar de evacuar las colonias y proveyendo ayuda económica en lugar de garantizar a los palestinos independencia política como se merecen, como se merece cada pueblo. Netanyahu volverá y nos engañará, Obama guardará distancia debido a otros urgentes problemas, se perderán oportunidades y el fuego volverá y arderá. Esto es lo que nosotros queremos, y es esto lo que recibiremos. Sin embargo, los poco favorables sondeos contribuirán en algo: se les corre la máscara. Un Israel que vota Likud no desea la paz,sin ningún pero.
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1039947.html

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'Z 32', RETRATO DE UN MILITAR ASESINO

TODO: La fábula sionista o Las pesadillas de algunos (poquísimos) soldados israelíes entrenados para matar, humillar, torturar, disfrutar y sobre todo... ¡no pensar!... Hasta que sí piensan!! cargarán entonces la culpa de los crímenes y las vejaciones hasta el último día de sus vidas. Cuando cobran conciencia de sus actos criminales, ya no pueden mirar a los ojos de nadie, no pueden amar, ni formar familia, ni fornicar, ni tener hijos, ni ser personas civilizadas. Esta es la breve y minúscula normalidad de Israel. Los otros, en cambio, los que son mayoría y creen que un árabe bueno es un árabe muerto, piden sangre, guerra, muerte, duelo. Este es el Israel de todos los días, el Israel apoyado por USA y la Europa "liberal", la de buenas maneras y diplomática. La israel común y corriente... Y todo lo demás son cuentos chinos, fábulas de Dayan y Ben Gurión, el "pequeño David" que derrota a los gigantes de Hizbala, y todos los días escarmienta al Hamás y hambrea al pueblo palestino...
El 10 de febrero habrá elecciones en este país: derecha e izquierda, hipócritas jurados, se disputan las bancas. Nadie merece el voto. Todos merecen ser arrojados de estas tierras, denunciados, y su élite, al banquillo del tribunal internacional de La haya.


Un controvertido documental muestra las acciones de un soldado israelí de élite

FRANCESC RELEA - Lisboa - 21/10/2008

Durante 20 meses, Z 32 recibió entrenamiento en una unidad de élite del Ejército de Israel. Fue adiestrado para matar, sin preguntar y actuar como un robot que sólo cumplía órdenes. Una noche de febrero de 2002, seis soldados murieron en un atentado terrorista. El alto mando ordenó una respuesta inmediata: eliminar a seis palestinos indiscriminadamente, sin importar su identidad. Cuatro unidades de élite prepararon los operativos. Resultado: 12 policías palestinos fueron asesinados en cuatro puestos de control. Dos de ellos cayeron bajo las balas del fusil de Z 32, que abrió fuego sin vacilar. No sabía a quién disparaba. Z 32 cumplía órdenes. Y así se refleja en el documental homónimo dirigido por Avi Mograbi.
Z 32, el filme, se presentó en Venecia y ha inaugurado la sexta edición del Festival Internacional de Documentales DocLisboa, que se celebra estos días en la capital portuguesa. "Una acción militar de venganza es propia de una organización criminal o terrorista. Pero no debería ser la estrategia de un Estado democrático", dice Mograbi sobre el trasfondo de Z 32, un retrato demoledor del Ejército de su país. "No tiene que ver sólo con el Ejército israelí. Es una historia que vale para los militares estadounidenses en Irak o Afganistán, los rusos en Chechenia, o los franceses en la guerra de Argelia", precisa Mograbi. "Y no sólo los ejércitos convencionales; también sirve para las organizaciones guerrilleras o de liberación nacional, cuyos integrantes no pueden dudar a la hora de actuar".
Frente a la cámara de Mograbi, el soldado Z 32 desgrana su participación en aquel operativo. Su novia le acorrala con sus preguntas: ¿qué le pasó por la cabeza cuando disparaba a un desconocido? ¿Pensó en su familia? ¿Tendría esposa? ¿Hijos? Hay momentos en que el soldado parece tener remordimientos, con pretensiones de ser perdonado, y al mismo tiempo reconoce que fue "divertido y excitante". La cámara le lleva a la aldea donde mató a dos palestinos y, con la mayor naturalidad, describe la carnicería.
¿Habrá perdón para él? "La sociedad israelí perdona. Ésta es la realidad", afirma Mograbi. "¿Qué otra cosa puede hacer? Los soldados cometen actos terribles. Vuelven a casa. ¿Qué deben hacer sus familias? ¿Entregarlos a la policía? Buscan la vía para inhibirse o justificar". Autor de documentales punzantes y controvertidos en Israel, Mograbi es uno de los fundadores de la organización Breaking The Silence (Rompiendo el Silencio), que se dedica a recoger testimonios de militares que sirvieron en los territorios ocupados. Cada caso tiene una letra y un número en un archivo de más de 400. Cuando escuchó el relato de Z 32, tuvo claro desde el primer momento que tenía material para una película. Convenció al soldado, que aparece con un rostro que no es el suyo, después de nueve meses de trabajo digital. Sin capucha y sin máscara. "Quería mostrarlo con un rostro común, como podría ser el del hijo del vecino". Mograbi ha querido hacer una película "contra la lucha armada". ¿Quién da el primer paso? "Mi hijo ya lo dio", responde convencido el realizador. Se negó a servir en el Ejército y fue a parar a la cárcel. De momento es un paso que apenas han dado unas docenas de israelíes. ■

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21 noviembre 2008

UN MY LAI POR MES

Nick Turse
The Nation

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


A mediados de los años sesenta, el Delta del Mekong, con sus verdes arrozales y aldeas bordeando canales, era el tazón de arroz de Vietnam del Sur y residencia de casi 6 millones de vietnamitas. También fue uno de los baluartes revolucionarios más importantes durante la Guerra de Vietnam. A pesar de su importancia militar, responsables del Departamento de Estado estaban “profundamente inquietos” ante la posible introducción de muchos soldados de EE.UU. en el área densamente poblada, temiendo que sería imposible limitar la matanza de civiles.
Sin embargo, a fines de 1968, cuando las negociaciones de paz en París comenzaron en serio, los funcionarios de EE.UU. lanzaron una “acometida por tierra” para pacificar inmensos sectores del Delta y colocar a la población bajo el control del gobierno sudvietnamita en Saigón. Para lograrlo, desde diciembre de 1968 hasta mayo de 1969, la Novena División de Infantería realizó una operación en gran escala, con apoyo de recursos no pertenecientes a la división que iban desde helicópteros artillados a bombarderos B-52. La ofensiva, conocida como Operación “Speedy Express”, reivindicó un recuento de enemigos muertos de 10.899 al coste de sólo 267 vidas estadounidenses. Aunque se sabía que los guerrilleros estaban bien armados, la división capturó sólo 748 armas.
A fines de 1969, Seymour Hersh reveló la historia de la masacre de My Lai ocurrida en 1968, durante la cual soldados de EE.UU. masacraron a más de 500 civiles en la Provincia Quang Ngai, al extremo norte del Delta. Algunos meses después, en mayo de 1970, un “grunt” [acrónimo para soldado sin entrenamiento especial enviado al frente, N. del T.] que participó en “Speedy Express” envió una carta confidencial a William Westmoreland, en aquel entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, diciendo que las atrocidades de la Novena División equivalían a “un My Lai por mes durante un año.” En sus memorias de 1976 “A Soldier Reports,” Westmoreland insistió en que: “El Ejército investigó cada caso [de posibles crímenes de guerra] no importa quién hizo la afirmación,” y afirmó que “ninguno de los crímenes se aproximó ni remotamente a la magnitud y al horror de My Lai.” Sin embargo él actuó personalmente para acallar una investigación de las atrocidades en gran escala descritas en la carta del soldado.
Descubrí esa carta y dos más, cada una sin firma o firmada sólo “Sargento Inquieto,” en los Archivos Nacionales en 2002, en una colección de archivos sobre el caso de Sargento que había sido desclasificado, pero olvidado, iniciando lo que se convirtió en una investigación de un año de duración. Los antecedentes muestran que sus afirmaciones – sobre helicópteros artillados que ametrallaban a no-combatientes, de ataques aéreos contra aldeas, de campesinos abatidos a tiros en sus campos mientras los comandantes presionaban inexorablemente para altos recuentos de víctimas mortales – fueron una fuente de preocupación a alto nivel. Un estudio de la carta por un experto del Pentágono estableció que sus afirmaciones eran extremadamente plausibles, y funcionarios militares identificaron provisoriamente al autor como George Lewis, condecorado con el “Corazón Púrpura”, quien sirvió en la Novena División en el Delta desde junio de 1968 hasta mayo de 1970. Sin embargo no existe información alguna de que investigadores hayan tomado contacto alguna vez con él. Ahora, a través de mi propia investigación - utilizando material de cuatro importantes colecciones de papeles de archivo y personales, incluyendo cartas confidenciales, relatos de informaciones secretas del Pentágono, entrevistas no publicadas con sobrevivientes de Vietnam y funcionarios militares, realizadas en los años setenta por periodistas de Newsweek, así como entrevistas nuevas con oficiales y personal alistado de la Novena División – he podido corroborar las horrendas afirmaciones de Sargento. La investigación muestra un inquietante cuadro de matanza de civiles en una escala que por cierto hace parecer pequeña la de My Lai, y un encubrimiento a los niveles más altos del Ejército. Las matanzas no ocurrieron por accidente o aberración. Fueron, en cambio, el resultado de políticas de mando que convirtieron amplios sectores del Delta del Mekong en “zonas de libre fuego” en un implacable esfuerzo por lograr un elevado recuento de víctimas mortales. Aunque la carnicería en el Delta no comenzó ni terminó con “Speedy Express”, la operación provee una dura nueva instantánea de la desalmada matanza que caracterizó las acciones de EE.UU. durante la Guerra de Vietnam.
El sargento inquieto
Una sospecha de que algo terrible había tenido lugar en el Delta del Mekong apareció en una fuente extremadamente improbable – un Informe de Interrogatorio para Oficiales de Alta Categoría de septiembre de 1969 que antes era confidencial, de ningún otro que el comandante de la Novena División, entonces el general Julian Ewell, que llegó a ser conocido entre los militares como “el Carnicero del Delta” por su obsesión total con el recuento de víctimas mortales. En el informe, copias del cual fueron enviadas a la oficina de Westmoreland y a otros altos responsables, Ewell señaló francamente que aunque la Novena División colocaba el acento sobre “el uso discriminado y selectivo del poder de fuego,” en algunas áreas del Delta “donde dicho énfasis no fue aplicado o no era factible, el campo se parecía a los campos de batalla de Verdún,” el sitio de una batalla tristemente célebre por lo sangrienta de la Primera Guerra Mundial.
En diciembre de ese año, un documento producido por el Frente de Liberación Nacional [de Vietnam] precisó el cuadro. Informó que entre el 1 de diciembre de 1968 y el 1 de abril de 1969, primordialmente en las provincias Kien Hoa y Dinh Tuong del Delta, la “9ª División lanzó un “ataque expreso” y “destruyó muchas áreas, masacrando a 3.000 personas, sobre todo ancianos, mujeres y niños, y arrasando miles de casas, cientos de hectáreas de campos y huertos.” Pero es casi seguro que, al igual que la mayoría de los informes del FLN sobre atrocidades contra civiles, éste fue descartado como propaganda por funcionarios de EE.UU. Un informe de ese mismo mes de United Press International en el que asesores de EE.UU. acusaron a la división de haber aumentado el Recuento de víctimas mortales matando a civiles con helicópteros artillados y artillería, también fue ampliamente ignorado.
Luego, en mayo de 1970, la carta de diez páginas de Sargento Inquieto llegó a la oficina de Westmoreland, diciendo que tenía “información sobre cosas tan malas como My Lai” y describiendo, en detalle, el coste humano de la Operación “Speedy Express”.
En esa primera carta, el sargento no escribió sobre un puñado de masacres sino que de políticas oficiales de mando que habían llevado al asesinato de miles de inocentes.
“Señor, la 9ª División no hizo nada para impedir los asesinatos, y al impulsar con tanta energía el recuento de víctimas mortales, nos “dijeron” que matáramos muchos vietnamitas más que en My Lai, y sólo sabíamos que unos pocos por cientos de ellos eran enemigos...
“En caso que usted no piense que quiero decir que muchos vietnamitas fueron muertos de esa manera, le puedo dar una cierta idea de cuántos lo fueron. Un batallón mataba tal vez 15 o 20 por día. Con 4 batallones en la Brigada eso sería fácilmente entre 40 a 50 por día, o entre 1.200 y 1.500 por mes. (¡Un batallón reivindicó casi 1.000 recuentos de víctimas en un mes!) Si sólo tengo razón en un 10%, y créame que es mucho más, le estoy hablando de unos 120 a 150 asesinatos, o sea un My Lay por mes durante un año...
“Los francotiradores llegaban a entre 5 y 10 por día, y creo que todos los 4 batallones tenían equipos de francotiradores. Eso representa 20 por día o por lo menos 600 por mes. De nuevo, si tengo razón en un 10% [solo] los francotiradores representaron un My Lai cada dos meses.”
En esta carta, y en dos más enviadas durante el año siguiente a otros altos generales, el sargento informó que la artillería, los ataques aéreos, y los helicópteros artillados habían causado estragos en áreas pobladas. Bastaban, dijo, unos pocos disparos desde una aldea o desde una arboleda cercana y los soldados “siempre pedían artillería o helicópteros o ataques aéreos.” “Muchas veces,” escribió, “eran pedidos aunque no nos dispararan. Y cuando llegábamos a la aldea había mujeres y niños llorando y a veces heridos o muertos.” Los ataques eran disculpados, decía, porque eran considerabas “zonas de libre fuego.”
El sargento escribió que la política de la unidad era disparar no sólo contra guerrilleros (a los que los soldados de EE.UU. llamaban Vietcong o VC) sino a cualquiera que corriera. Ése fue el “asesino número uno” de civiles desarmados, escribió, explicando que los helicópteros “sobrevolaban a un sujeto en los campos hasta que se atemorizaba y corría y entonces lo aniquilaban” y los francotiradores de la 9ª División abatían a tiros a campesinos a larga distancia para aumentar el recuento de víctimas mortales. Informó que era común que se detuviera a civiles desarmados y se les obligara a caminar frente a una unidad para activar trampas-bomba del enemigo. “Ninguno [de] nosotros quería que lo volaran,” escribió, “pero no era correcto utilizar civiles para hacer estallar las minas.” También explicó la baja ratio de armas:
“compárelos [los recuentos de víctimas] con la cantidad de armas que obtuvimos. No los escondites, o las armas que encontramos después de un gran enfrentamiento con los más duros, sino a un VC muerto con un arma. El general simplemente tenía que saber de las muertes equivocadas por las armas. Si informamos de armas, teníamos que entregarlas, así que decíamos que las armas fueron destruidas por balas o lanzadas a un canal o arrozal. En la estación seca, antes de los monzones, había sitios en los que muchos canales y todos los arrozales estaban secos. El general tiene que haber sabido que era inventado.”
Según el Sargento Inquieto, esos asesinatos fueron todos realizados por un motivo: “el general a cargo y todos los comandantes, que nos presionaban permanentemente para que tuviéramos un alto recuento de víctimas mortales.” Señaló que: “Nadie dio alguna vez órdenes directas de ‘disparar a civiles,’ que yo sepa, pero los resultados no mostraron ninguna diferencia con si... lo hubieran ordenado. Los vietnamitas estaban muertos, víctimas de la presión por el recuento de víctimas mortales y a nadie le importaba lo suficiente como para detenerlo.”
El carnicero del Delta y el Papaíto del Arrozal
Durante el período de Ewell como comandante de la Novena División, desde febrero de 1968 hasta abril de 1969, sus unidades lograron ratios de muertes notablemente elevadas. Mientras el promedio histórico de EE.UU. era de diez a uno, se dice que los soldados de Ewell lograron setenta y seis a uno en marzo de 1969. La obsesión de Ewell con el recuento de víctimas mortales fue compartida con entusiasmo por su adjunto, el entonces coronel Ira”Jim” Hunt, quien sirvió de comandante de brigada en la Novena División como jefe de estado mayor de Ewell.
“Hunt, que fue durante un tiempo nuestro Comandante de Brigada y luego fue general adjunto... solía vociferar y maldecir por radio y hablar de los malditos “gooks”, y decir a los helicópteros artillados que dispararan a los hiputas, que era una zona de libre fuego,” escribió el Sargento Inquieto. Hunt, dijo, “no se preocupaba por los vietnamitas ni por nosotros, sólo quería el máximo de todo, incluyendo el recuento de víctimas mortales”; “Hunt siempre maldecía y gritaba por radio desde su C and See [helicóptero de Comando y Control] a los soldados o a los helicópteros artillados que dispararan a algunos vietnamitas que veía corriendo aunque no sabía si tenían un arma o si eran mujeres o qué.”
El sargento escribió que el observador avanzado de artillería (FO) “decía al comandante de mi compañía que no podía disparar a la aldea porque estaba en la lámina superpuesta de población.” El comandante del batallón “se enfurecía y maldecía por radio al comandante de mi compañía y... declaraba un contacto [con el enemigo] para que el FO disparara como sea. Yo estaba ahí, y no estábamos en contacto pero el comandante de mi compañía y el FO hacían lo posible por conseguir que el COL [coronel] echara marcha atrás.” Continuó: “Ni siquiera escuchaba cuando el FO quería esperar hasta que oscureciera y utilizar granadas de WP [fósforo blanco] que estallaban en el aire para ajustar... para no aniquilar chozas.” En su lugar, dijo el coronel “tenía que ser HE (alto explosivo) directamente en las casas.”
En una entrevista que realicé en 2006 con Deborah Nelson, que era periodista en Los Angeles Times, Ira Hunt afirmó que la Novena División no disparó artillería cerca de aldeas. También negó todo conocimiento de las afirmaciones de Sargento Inquieto y argumentó contra la noción de que un énfasis del mando en el recuento de víctimas mortales haya conducido al asesinato masivo de civiles. “Nadie va a decir que civiles inocentes no sean muertos en tiempos de guerra, pero tratamos de limitarlo a un mínimo absoluto,” dijo. “Las muertes civiles son anatema, e hicimos lo posible por proteger a civiles. Considero increíble que haya gente que salga y mate a civiles inocentes sólo para aumentar un recuento de víctimas mortales.” Pero entrevistas con varios participantes en “Speedy Express”, junto con testimonios públicos e informes publicados, confirman sólidamente las afirmaciones en las cartas de Sargento.
El comandante del batallón de Sargento Inquieto, al que se refieren las cartas, fue el difunto David Hackworth, quien tomó el mando de la Infantería 4/39 de la Novena División en enero de 1969, En sus memorias de 2002: “Steel My Soldiers' Hearts,” se hizo eco de las afirmaciones de Sargento sobre la presión abrumadora para producir elevados recuentos de víctimas. “Numerosos civiles vietnamitas inocentes fueron masacrados por el impulso de Ewell-Hunt por tener el recuento de víctimas mortales más elevado del país,” escribió. También señaló que cuando Hunt presentaba una recomendación para una mención, citando una ratio elevada de muertes, excluía el hecho incómodo de que “la 9ª División tenía la ratio más baja de armas capturadas al enemigo en Vietnam.”
Durante “Speedy Express”, el mayor William Taylor Jr. también vio a Hunt in acción, y en una entrevista en septiembre se hizo eco de la evaluación de Sargento Inquieto. Taylor, actualmente coronel en retiro y asesor sénior en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, recordó haber volado sobre arrozales con Hunt: “Dijo algo al piloto, y repentinamente el artillero en la puerta comenzó a disparar una ametralladora de calibre .50 por la puerta, y dije: ‘¿Qué diablos es eso?’ Él dijo: ¿Ves a esos piyamas negros ahí en los arrozales? Son Vietcong. Acabamos a matar a dos.’” Inmediatamente después, Hunt habló de nuevo con el piloto. “Estaba haciendo un recuento de víctimas mortales,” dijo Taylor. “Informando de un recuento de víctimas mortales.” Más tarde preguntó a Hunt cómo podía identificar a Vietcong desde el helicóptero, sin ver armas o recibir fuego desde tierra. “Dijo: ‘Porque llevan piyamas negros.’ Dije: ‘Bueno, señor, pensé que los trabajadores en los campos llevan piyamas negros.’ Dijo: ‘No, no aquí. Los piyamas negros son Vietcong.’”
Como Hackworth, Taylor recordó un énfasis predominante en los recuentos de víctimas. Era “la medida más importante de éxito, y venía del ejemplo personal del comandante de la Novena División, general Julian Ewell," dijo. “Lo vi directamente. El recuento de víctimas mortales lo era todo.”
En agosto hablé con Gary Nordstrom, enfermero en combate de la Compañía C, Infantería 2/39 de la Novena División, durante “Speedy Express”, quien describió cómo el énfasis en el recuento de víctimas mortales llegaba al terreno. “Para todos los soldados rasos, ésa era la mentalidad,” recordó. “Conseguid el recuento de víctimas mortales. Conseguid el recuento de víctimas mortales. Prevalecía por doquier. Pienso que era la mentalidad del cuerpo de oficiales de arriba abajo.” En múltiples casos, su unidad disparó contra vietnamitas sin otro motivo que porque iban corriendo. “Por lo menos en una ocasión,” dijo, “fui y confirmé que estaban muertos.”
En los últimos meses, hablé con dos oficiales de la Novena División que se pelearon con Ewell por políticas de la división. El teniente general en retiro, Robert Gard, quien comandó los cinco batallones de artillería de la división durante su período de servicio 1968-69, me habló del fuerte énfasis de Ewell en el recuento de muertos y dijo que nunca supo de restricción alguna respecto a los disparos en o cerca de aldeas. “No cabe duda alguna de que nuestras operaciones resultaron en víctimas civiles,” me dijo en julio. Gard recordó haber discutido con Ewell una vez sobre tiros de artillería contra una aldea después de recibir fuego de morteros desde ella. “Le dije que no, pensaba que era imprudente hacerlo,” dijo en una entrevista en 2006 conmigo y Nelson.” Tuvimos un enfrentamiento por el tema.” Gard también sirvió con Hunt, a quien sucedió como jefe de estado mayor de la división. Al preguntarle si también Hunt, presionaba por mayores recuentos de víctimas, Gard respondió: “A lo grande”. “Jim Hunt se apodaba “Papaíto del Arrozal,” recordó Gard, refiriéndose a la señal de radio de Hunt. “Perdía las riendas.”
El mayor Edwin Deagle sirvió en la división de julio de 1968 hasta junio de 1969, primero como ayudante de Ewell y Hunt y luego como oficial ejecutivo (XO) de la Infantería 2/60 de la división durante “Speedy Express”. En septiembre me habló sobre “la tremenda presión que Ewell aplicaba a todas las operaciones de unidades de combate, incluyendo la artillería, que tendría a crear circunstancias bajo las cuales aumentaba la cantidad de víctimas civiles.” Inquieto específicamente de que la presión sobre las unidades de artillería había erosionado la mayoría de las salvaguardas sobre los disparos cerca de aldeas, enfrentó a su comandante. “Terminaremos por matar a muchos civiles,” dijo a Ewell.
Deagle recordó además un incidente después de hacerse cargo como XO cuando estaba escuchando en la radio como una de sus unidades cayó en una emboscada y perdió al comandante de la compañía, dejando a cargo a un oficial subalterno. Confuso e incapaz de ganar la partida a las fuerzas enemigas, el teniente pidió un ataque de helicópteros con instrucciones poco precisas. “Lanzaron una tremenda cantidad de cohetes de 2,75 mm a la localidad,” recordó Deagle, “y eso mató a un total de unos 145 familiares o civiles vietnamitas.”
Deagle emprendió amplios análisis estadísticos de la división y estableció que 2/60, uno de diez batallones de infantería, daba razón de un 40% desproporcionado de las armas capturadas. Sin embargo, incluso en su batallón atípico, prevalecía una mentalidad de recuento de víctimas mortales, según el enfermero en combate Wayne Smith, quien llegó en los últimos días de “Speedy Express” y terminó por servir con el 2/60. “Todo tenía que ver con el recuento de víctimas mortales,” recordó en junio. Cuando tenía que ver con zonas de libre fuego, “Todo el que estaba era víctima fácil,” dijo Smith. “Así eran las cosas. A veces pueden haber tenido armas. Otras no. Pero si estaban en un área, seguro que tratábamos de matarlos.”
Otro estadounidense que presenció la carnicería fue John Paul Vann, teniente general en retiro del Ejército que llegó a ser jefe de los esfuerzos de pacificación de EE.UU. en el Delta del Mekong en febrero de 1969. Voló en algunas de las operaciones nocturnas de helicópteros de la Novena División. Según notas de una entrevista no publicada con el corresponsal del New York Times en la Guerra de Vietnam, Neil Sheehan, en 1975, el adjunto de Vann, coronel David Farnham, dijo que Vann estableció que los soldados utilizaban artefactos de visión nocturna para atacar a cualquiera y a toda persona, casas y búfalos de agua que discernían. No se hacía ningún intento para determinar si se trataba de civiles o enemigos, y como resultado se mató o hirió a una gran cantidad de no combatientes.
Louis Janowski, quien sirvió como consejero en el Delta durante “Speedy Express”, vio muchas cosas similares y se mostró mordaz en un informe interno de fin de su período de servicio en 1970. En el informe, calificó a otras operaciones de helicóptero en el Delta, conocidas como programa Phantom, de una forma de “terrorismo no selectivo.” “He volado misiones de Phantom III y he volado en operaciones de evacuación médica en helicópteros a suficiente gente mayor y niños como para creer firmemente que el porcentaje de Viet Cong muertos por recursos de apoyo corresponde aproximadamente al porcentaje de Viet Cong en la población,”, lo que indica un modelo de muertos totalmente indiscriminado. “Es decir, si un 8% de la población de un área es Vietcong, aproximadamente un 8% de la gente que matábamos eran Viet Cong.”
Un consejero en otra provincia del Delta, Jeffrey Record, también presenció la carnicería infligida a civiles por el programa Phantom durante “Speedy Express”. En un artículo de 1971 en Washington Monthly, Record recordó que vio como helicópteros artillados bombardeaban una manada de búfalos de agua y a seis o siete niños que los cuidaban. Segundos después, el tranquilo arrozal había sido “transformado en un légamo sanguinolento lleno de trozos de carne,” escribió Record. “Los niños muertos y los búfalos de agua fueron agregados al recuento de víctimas mortales oficial de Viet Cong.”
El encubrimiento
En abril de 1969 Ewell ascendió a jefe de la II Field Force, Vietnam, que entonces era el mayor comando de combate de EE.UU. en el mundo. Ese mismo mes, en un artículo de AP, Ira Hunt defendió el recuento de víctimas mortales contra los que lo calificaban de “terrible medida de rendimiento.” El artículo también citaba a un alto oficial que negó que se matara deliberadamente a no combatientes, mientras aceptaba que muertes de no combatientes resultaran de operaciones de la Novena División. “¿Hemos matado a civiles inocentes?” preguntó retóricamente durante una entrevista. ‘Diablos, sí’ respondió, ‘pero lo mismo hacen los sudvietnamitas.’”
En la primavera de 1970, cuando Ewell se preparaba para abandonar Vietnam para servir como máximo consejero militar de EE.UU. en las conversaciones de paz de París, R. Kenley Webster, asesor jurídico interino del Ejército, leyó la carta de Sargento Inquieto a pedido del Secretario del Ejército Stanley Resor. Según un memorando que Webster escribió en esos días, que estaba entre los documentos que descubrí en los Archivos Nacionales, lo “impresionó su acometividad” y “sinceridad” y ordenó un informe interno anónimo de un respetado veterano de Vietnam. Ese informe confirmó las afirmaciones de Sargento Inquieto:
“Es de conocimiento común que la carrera de un oficial puede ser hecha o destruida en Vietnam... Bajo tales circunstancias – y especialmente si incentivos como “salidas de los cuarteles”, adjudicaciones de R&R [descanso y relajación], y condecoraciones están ligadas a las cifras de recuentos de víctimas – la presión de matar indiscriminadamente, o por lo menos dar parte de cada víctima vietnamita como si fuera una baja del enemigo, parecería ser prácticamente irresistible.”
En junio de 1970 Webster envió un memorando, con el estudio, a Resor, recomendando que consultara con
Westmoreland y Creighton Abrams, en aquel entonces máximo comandante en Vietnam, sobre el asunto. Según documentos del Ejército, Resor y Abrams discutieron las afirmaciones, pero no se inició una investigación.
Noticias de las atrocidades en el Delta ya se filtraban al público. Ese invierno, veteranos de “Speedy Express” hablaron sobre la matanza de civiles en la Investigación Nacional de Veteranos en Washington, y en la Investigación del Soldado de Invierno en Detroit. En abril de 1971, en audiencias dirigidas por el representante
Ronald Dellums, graduados de West Point veteranos de Vietnam testificaron sobre la “manía del recuento de víctimas mortales” de Ewell. Ese mismo mes, apareció el artículo de Record en Washington Monthly.
Dentro de días, Robert Komer, ex adjunto de Westmoreland y jefe de los esfuerzos de pacificación en Vietnam, escribió a Vann solicitando su evaluación del artículo y señalando que: “¡Todo suena demasiado verosímil!” A comienzos de mayo de 1971, Vann respondió a Komer, entonces consultor con la RAND Corporation, que “EE.UU. se encuentra en terreno muy frágil respecto de si las misiones aéreas Phantom u otras de “caza y mata,” y literalmente asesores iracundos, militares y civiles han documentado cientos de horribles ejemplos.”
Por aquel entonces, Ira Hunt había vuelto de Vietnam y, en un extraño vuelco del destino, dirigía la investigación del Ejército del coronel Oran Henderson, el comandante de brigada cuya unidad realizó la masacre de My Lai. Aunque Hunt recomendó sólo un castigo suave, no-judicial según el Artículo 15 – Henderson fue juzgado por un consejo de guerra. El 24 de mayo, Henderson soltó una bomba, diciendo que el asesinato masivo no era una aberración. “Cada unidad de tamaño de brigada tiene su My Lai oculto en algún sitio,” dijo. El único motivo por el que no eran conocidos era que “cada unidad no tiene un Ridenhour." De hecho, la brigada de Hunt tenía un denunciante como Ron Ridenhour, pero en lugar de enviar cartas a docenas de destacados funcionarios del gobierno y de las fuerzas armadas, el Sargento Inquieto mantuvo por desgracia sus quejas dentro del Ejército – temiendo, escribió, que si las publicaba el Ejército se metería “en más líos.”
La falta de exposición al público posibilitó que los militares disimularan las afirmaciones. En agosto de 1971, mucho más de un año después de la primera carta de Sargento a Westmoreland, un memorando del Ejército señaló que por fin la División de Investigación Criminal intentaba identificar y ubicar al autor de la carta – no para investigar sus afirmaciones sino para evitar que sus quejas llegaran al señor Dellums.” En septiembre, la oficina de Westmoreland ordenó al CID que identificara al Sargento Inquieto y “le asegurara que el Ejército estaba comenzando a investigar sus afirmaciones”; dentro de días, el CID informó que la división lo había “identificado provisoriamente” y que buscaría una entrevista. Pero el mismo día de ese informe del CID, un asistente de Westmoreland escribió un memorando declarando que el general había solicitado el consejo de
Thaddeus Beal, subsecretario del Ejército y abogado civil, quien recomendó que ya que las cartas de Sargento Inquieto eran anónimas, el Ejército podía legítimamente desecharlas. En el memorando, el asistente resumió los pensamientos de Westmoreland diciendo: “Hemos hecho todo lo que podíamos hacer en este caso,” y “de nuevo reiteró que no estaba tan seguro de que debiéramos enviar algo al exterior en este asunto de afirmaciones generales de crímenes de guerra.” Poco después, en una reunión a fines de septiembre entre funcionarios del CID y alto personal del Ejército, la investigación que apenas había comenzado fue oficialmente liquidada.
Enterrando la historia
En 1971, algo atrajo la atención de Alex Shimkin, corresponsal a tiempo parcial de Newsweek, fluente en vietnamita, mientras estudiaba minuciosamente documentos emitidos por el Comando de Ayuda Militar de EE.UU., Vietnam, o MACV, que coordinaba todas las actividades militares de EE.UU. en Vietnam del Sur: la ratio extremadamente desequilibrada de enemigos muertos a armas capturadas durante “Speedy Express”. A instancias de Kevin Buckley, jefe del buró de Newsweek en Saigón, y sin conocimiento de las afirmaciones de Sargento Inquieto, Shimkin inició un exhaustivo análisis de los documentos del MACV que incluían fechas, lugares y estadísticas detalladas. De ahí, él y Buckley comenzaron a ahondar.
Entrevistaron funcionarios civiles y militares de EE.UU. a todos los niveles, rebuscaron a través de registros de hospitales civiles y viajaron a áreas del Delta más afectadas por “Speedy Express” para hablar con sobrevivientes vietnamitas. Lo que averiguaron – en gran parte documentado en entrevistas y notas no publicadas que obtuve recientemente de Buckley – se hacía eco exactamente de lo que el Sargento Inquieto confió a Westmoreland y a otros altos generales. Todas sus fuentes les aseguraron que no había falta de armas del enemigo que justificaran la burda disparidad entre muertes y armas. La única explicación de la ratio, descubrieron, era que muchos de los muertos eran civiles. Inmensas cantidades de ataques aéreos habían diezmado el campo. Fulminantes andanadas de artillería y morteros fueron realizadas continuamente. Muchas, si no la mayoría, de las muertes fueron registradas en la bitácora de helicópteros y ocurrieron de noche.
“El horror fue peor que My Lai,” dijo a Buckley un funcionario estadounidense familiarizado con las operaciones de la Novena División de Infantería en el Delta. “Pero en el caso de la Novena, las víctimas civiles llegaban poco a poco y se extendían durante largos períodos. Y en su mayoría fueron infligidas desde el aire y de noche. También, fueron avaladas por la insistencia del comando en elevados recuentos de víctimas.” Otro cuantificó el asunto, señalando que hasta 5.000 de los muertos durante la operación eran civiles.
Relatos de sobrevivientes vietnamitas en Kien Hoa y Dinh Tuong repitieron los escenarios descritos por el Sargento Inquieto. Buckley y Shimkin hablaron con un grupo de ancianos de una aldea que sabían de treinta civiles que fueron asesinados cuando tropas de EE.UU. los utilizaron como detectores humanos de minas. Un anciano vietnamita de Kien Hoa les dijo: “Los estadounidenses destruyeron cada casa con artillería, ataques aéreos o quemándolas con encendedores para cigarrillos. Unas 100 personas fueron muertas por bombardeos.” Otro hombre, el señor Hien, recordó: “Los helicópteros ametrallaron el área incluso a plena luz del día porque la gente que trabajaba en sus campos y jardines se asustó al aproximarse los helicópteros y comenzaron a escaparse corriendo.”
Otro anciano de Kien Hoa, el señor Ba, recordó: “Cuando llegaron los estadounidenses a comienzos de 1969 hubo fuego de artillería contra la aldea todas las noches y varios ataques de B-52 que excavaron la tierra.” Los registros del MACV no sólo mostraron bombardeos en el área exacta de la aldea; el informe fue confirmado por entrevistas con un enfermero Vietcong local que más tarde se sumó a las fuerzas sudvietnamitas aliadas con EE.UU. Les dijo que “cientos de granadas de artillería cayeron en la aldea, causando numerosas víctimas.” Siguió diciendo: “Trabajé para un doctor del Frente [Nacional de Liberación] y el operó a menudo cuarenta o más personas por día. Su hospital trató a por lo menos mil personas de cuatro aldeas a inicios de 1969.”
Buckley y Shimkin encontraron registros que mostraban que durante “Speedy Express”, un 78% de los 1.882 civiles heridos por la guerra tratados en el hospital provincial Ben Tre en Kien Hoa – que servía sólo a una pequeñísima área del vasto Delta – estaban heridos por fuego de EE.UU. E incluso esa gran cantidad fue probablemente una subestimación de la cantidad de víctimas. “Mucha gente que fue herida murió camino a los hospitales,” dijo un funcionario de EE.UU. “Muchos otros fueron atendidos en casa, o en hospitales dirigidos por el VC, o en pequeños dispensarios operados por el [Ejército sudvietnamita]. La gente que llegó a Ben Tre tuvo suerte.”
En noviembre de 1971. Buckley envió una carta al MACV en la que se hizo eco de las afirmaciones de Sargento Inquieto sobre matanzas masivas durante “Speedy Express”. Citando la asimétrica ratio de muertes y armas, Buckley escribió: “La investigación en el área por Newsweek indica que una considerable proporción de los muertos eran civiles no combatientes.” El 2 de diciembre MACV confirmó la ratio y muchos de los detalles de Buckley: “Un elevado porcentaje de víctimas fue infligido de noche”; Un alto porcentaje de las víctimas fue infligido por las unidades [de helicópteros] de la Caballería Aérea y de la Aviación del Ejército”; pero con advertencias e insistencia de que MACV no pudo substanciar la “afirmación de que una proporción considerable de las víctimas fueron civiles no combatientes.” En su lugar, MACV sostuvo que muchos de los muertos eran guerrilleros desarmados. Como reacción a la solicitud de Buckley de entrevistar al comandante de MACV Creighton Abrams, MACV declaró que Abrams, quien había sido informado sobre las afirmaciones de Sargento Inquieto el año antes, no tenía “información adicional.” La mayoría de las preguntas de seguimiento de Buckley, enviadas en diciembre, no recibieron respuesta.
Pero según la entrevista de Neil Sheehan con el coronel Farnham, quien sirvió como adjunto de Vann, para entonces el tercer estadounidense por su poder sirviendo en Vietnam, se había difundido la información sobre la próxima aparición del artículo de Newsweek. A fines de 1971 o inicios de 1972, Vann se reunió en Washington con Westmoreland y el Vicejefe de Estado Mayor del Ejército Bruce Palmer Jr. Antes de la reunión, Vann informó a Farnham sobre el próximo artículo de Newsweek y dijo que estaba eludiendo a Buckley a fin de evitar preguntas sobre “Speedy Express”. En la reunión, a la que asistió Farnham, Vann dijo a Westmoreland y Palmer que la Novena División de Ewell había matado desenfrenadamente a civiles en el Delta del Mekong a fin de aumentar el recuento de víctimas mortales y así favorecer la carrera del general, destacado las misiones nocturnas de helicópteros artillados como la peor de las tácticas de la división. Según Farnham, Vann dijo que “Speedy Express” fue, en efecto, “muchos My lais” – remedando de cerca el lenguaje de Sargento Inquieto. Farnham dijo que Westmoreland puso en escena una “actuación magistral”, afirmando repetidamente que nunca había oído semejantes afirmaciones. Cuando Vann mencionó la próxima revelación de Buckley, Westmoreland instruyó a su ayudante y a Farnham para que abandonaran la habitación porque él, Palmer y Vann, tenían que discutir “un tema muy delicado.”
Finalmente, la investigación de casi 5.000 palabras de Buckley y Shimkin, incluyendo un recuadro convincente de testimonios de testigos presenciales de sobrevivientes vietnamitas, fue vetada por los editores superiores de Newsweek, que expresaron su preocupación de que un artículo semejante constituiría un ataque “innecesario” contra el gobierno de Nixon [vea "The Vietnam Exposé That Wasn't," en thenation.com, que discute la investigación de atrocidades de Buckley y Shimkin, incluyendo la de un equipo de los SEAL [fuerzas especiales] de la Armada dirigido por el futuro senador Bob Kerrey]. Buckley argumentó en un cable que el artículo era más que una revelación de atrocidades. “Es decir,” escribió Buckley a fines de enero de 1972, “que todos los días la [Novena] División mataba no-combatientes con un poder de fuego totalmente indiscriminado. La aplicación del poder de fuego se basaba en que cualquiera que corriera era enemigo y por cierto, que cualquiera que vivía en el área podía ser matado.” Un artículo trunco de 1.800 palabras fue finalmente publicado en junio de 1972, pero muchos hechos cruciales, entrevistas de testigos, incluso la mención del nombre de Julian Ewell, quedaron en el piso de la sala editorial. En su forma eviscerada, el artículo provocó sólo un interés mínimo.
Días antes de que apareciera la historia, Vann murió en un accidente de helicóptero en Vietnam y, unas pocas semanas después, Shimkin fue muerto cuando cruzó por error las líneas norvietnamitas. También murió la historia de “Speedy Express”.
Ewell se retiró del Ejército en 1973 como teniente general, pero fue invitado por el jefe de estado mayor del Ejército para que trabajara con Ira Hunt en el detalle de sus métodos para desarrollar “futuros conceptos operativos.” Hasta ahora, Ewell y Hunt tuvieron la palabra final sobre la Operación “Speedy Express”, en su libro “Sharpening the Combat Edge” [Afilando el lado cortante del combate] de Estudios de Vietnam del Ejército de 1974. Aunque el nombre de la operación falta en el texto, alabaron tanto los resultados como las técnicas brutales condenadas por Sargento Inquieto, incluyendo las operaciones nocturnas de helicópteros y el uso agresivo de francotiradores. En las últimas páginas del libro, hicieron una referencia sesgada a las afirmaciones que hicieron erupción en 1970 para ser invalidadas por Westmoreland. “La 9ª División de Infantería y la II Field Force, Vietnam han sido criticadas con la justificación de que ‘su obsesión por el recuento de víctimas mortales’ era básicamente erróneo o condujo a prácticas a prácticas indeseables,” escribieron, antes de repudiar rápidamente esas afirmaciones. “La conclusión básica de que estuvieron ‘obsesionados por el recuento de víctimas mortales’ no es verdad,” escribieron, afirmando en cambio que sus métodos terminaron por “‘desbrutalizar’ la guerra.”
Ewell vive ahora en Virginia. Durante una visita que hice a su casa en 2006 junto con Deborah Nelson, la esposa de Ewell nos dijo que ya no otorga entrevistas. Ira Hunt se retiró del servicio activo en 1978 como general. También vive en Virginia.
George Lewis, el hombre identificado provisoriamente por el Ejército como Sargento Inquieto, procedía de
Sharpsburg, Kentucky. Recibió el “Corazón Púrpura” así como Medallas de Mención de Honor del Ejército con una “V” por valor por su servicio en Vietnam y fue dado de baja formalmente en 1974. Lewis murió en 2004, a los 56 años, antes de que pudiera ubicarlo.
Hasta hoy, civiles vietnamitas en el Delta del Mekong recuerdan los horrores de la Operación “Speedy Express” y los innumerables civiles muertos para aumentar el Recuento de víctimas mortales. Registros del Ejército indican que ningún soldado de la Novena División de Infantería, y menos aún sus comandantes, han sido alguna vez juzgados en consejo de guerra por matar a civiles durante la operación.
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Nick Turse es editor asociado y director de investigación de Tomdispatch.com. Ha escrito para Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, Adbusters, the Nation, y regularmente para Tomdispatch.com. Su primer libro: “The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives,” una exploración del nuevo complejo militar-corporativo en EE.UU., fue recientemente publicado por Metropolitan Books. Su sitio en la red es: Nick Turse.com
Este artículo aparece en la edición del 1 de diciembre de 2008 de The Nation.
Apoyo para la investigación de este artículo fue suministrado por el Investigative Fund de The Nation Institute. Ayuda para la investigación fue suministrada por George Schulz del Center for Investigative Reporting, Sousan Hammad y Sophie Ragsdale.
http://www.thenation.com/doc/20081201/turse