20 abril 2007

TODO 20/4

La UE fija penas de cárcel para la negación del Holocausto y la incitación al racismo

Maribel Núñez Corresponsal Bruselas.

Los ministros de Justicia e Interior de la UE aprobaron ayer, tras más de seis años de negociaciones, una ley europea contra la incitación al racismo y la xenofobia que en la práctica, deja mano libre a los países para castigar como mejor les parezca e, incluso, dejar impune si el delito no incita a la violencia.
Además, el texto aprobado, para el que los países miembros disponen de dos años para trasladar a sus respectivas legislaciones, incluye también reservas para los países en los que la libertad de expresión permite este tipo de manifestaciones y para los siete países europeos que necesitan confirmación de sus Parlamentos para aprobar una ley de estas características.
El texto que salió ayer del Consejo de la UE prevé en principio penas de entre 1 y 3 años de cárcel para los delitos de incitación al odio y la violencia contra un grupo o una persona en función de su color, raza o su origen nacional o étnico.
Banalización del genocidio
Estas mismas penas se aplicarán a la apología, la negación o la banalización de los crímenes de genocidio, contra la humanidad y los crímenes de guerra, tal y como los define la Corte Penal Internacional y la Carta del Tribunal de Nuremberg. Este último párrafo incluye de manera implícita el Holocausto, tal y como ya figura en la legislación de varios Estados como Austria, Alemania, Francia, Bélgica, España, Polonia o Rumanía en los que además se estipulan penas superiores a las establecidas ayer.
Para que el texto pudiera ser aprobado por los países nórdicos, históricamente reticentes a cualquier ley que pueda esconder implícitamente un recorte de la libertad de expresión, el texto aprobado incluye una mención a que estos comportamientos podrán ser sancionados tan sólo en la medida en que se incite de manera colectiva a la violencia o al odio. Es decir, un negacionista del Holocausto podrá seguir expresándose libremente en países como Reino Unido o Dinamarca siempre que no incite al odio o la violencia colectivas.
Polonia y los Países Bálticos, por su parte, fracasaron en su petición de que el texto hiciera una referencia explícita a los crímenes estalinistas, extremo al que se opusieron el resto de los países por entender que tale crímenes no tenían como motivo principal el racismo y la xenofobia, aunque en el compromiso final se incluyó una alusión de condena de todos los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios.
El comisario europeo de Justicia e Interior, Franco Frattini, intentó calmar a los países bálticos anunciando la celebración de una audición pública sobre los crímenes llevados a cabo por los regímenes totalitarios.

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