12 mayo 2007

TODO / “Quienes toman como objetivo a los civiles son simples criminales''

El secretario general de la Asociación de Ulemas Musulmanes de Irak, Hareth ad-Dhari, sostiene que uno de los objetivos -no de las consecuencias- de la invasión anglonorteamericana de Irak fue fomentar los enfrentamientos sectarios, pero asegura que la resistencia que "continuará mientras los ocupantes sigan en territorio iraquí".

Por Halib Harb

“Muchos apostaron y muchos conspiraron para que la resistencia se acabase o fuera aplastada, pero la resistencia continúa. De hecho, se ha fortalecido y se ha hecho más eficaz contra el enemigo y sus agentes [internos]. La resistencia ha desbaratado y sigue frustrando los planes de los ocupantes en Iraq porque no se mueve exclusivamente por emociones o cálculos equivocados sobre la fuerza material del enemigo como algunos erróneamente pensaban. Por lo tanto, la resistencia continuará mientras los ocupantes sigan en territorio iraquí. Cualquiera que piense lo contrario se equivoca.”
"Uno de los objetivos —no de las consecuencias— de la invasión y la ocupación fue fomentar los enfrentamientos sectarios y étnicos en Iraq", afirma Ad-Dhari.
- Han pasado cuatro años desde el inicio de la ocupación de Irak. ¿Qué han significado estos años para usted?
- Han sido los peores cuatro años de mi vida y de la vida de cualquier ciudadano iraquí honrado y leal a su patria y a su país.
- A su juicio, ¿cuáles son las consecuencias más peligrosas de la guerra en Irak?
- Si la guerra continúa y la ocupación no acaba pronto, las consecuencias más graves serían la desintegración del tejido social iraquí, la división de Irak y la transformación de su estructura demográfica. Otra consecuencia grave sería la profundización de las brechas sociales entre los iraquíes. En relación con los países vecinos y de la región pueden surgir muchos problemas y acontecimientos adversos; sólo Dios conoce su magnitud. Ya se están avecinando muchos indicios de estos problemas y acontecimientos.
- A la vista de la postura de la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM) en relación con lo que sucede en Irak en los años de ocupación, ¿cree que se han equivocado en algo? ¿Han demostrado los acontecimientos que sus posturas ante los temas fundamentales han sido las acertadas? ¿Podría darnos algunos ejemplos?
- No creo que en la AUM nos hayamos equivocado en ninguna de las decisiones tomadas hasta ahora, tanto en el plano político como en el plano de la jurisprudencia islámica. Los hechos han demostrado lo acertado de nuestras posturas. Por ejemplo, revisemos nuestra posición con respecto al denominado “proceso político”. Desde el primer momento afirmamos que se trataba de un proceso fracasado, que no conduciría a la liberación de Irak ni a sacar al país de la situación en la que la ocupación lo había colocado. Más aún, este proceso no nos proporciona las condiciones ni de seguridad ni sociales necesarias para la supervivencia. Los acontecimientos han demostrado lo acertado de nuestras predicciones: el proceso se diseñó para encubrir el proyecto norteamericano y se estableció sobre presupuestos sectarios y étnicos.
Ocurre lo mismo respecto de nuestra posición sobre la Constitución impuesta por la ocupación y las fuerzas que dominan hegemónicamente en Irak, que introdujeron artículos y párrafos en el texto que pueden llevar a la división de Irak y de su pueblo, y que pueden destruir la identidad árabe e islámica del país.
Pero lo más importante es nuestra postura global ante la ocupación. Desde el primer momento pedimos la salida de los ocupantes -o al menos el establecimiento de un calendario para su retirada- y afirmamos que la ocupación es la raíz de todo el problema. Al pasar el tiempo, hemos sufrido la violencia, las carnicerías y las peores intenciones de la ocupación que condujeron al fortalecimiento de la resistencia contra ella. Aquellos que se opusieron a muestra postura en el pasado ahora reclaman un calendario de retirada.
Finalmente está nuestra postura sobre el proyecto de federación con el que se pretende dividir Irak, que muchas personalidades iraquíes conocidas del interior y del exterior apoyan. Nosotros nos posicionamos en contra de esa federación y la rechazamos porque sirve a los deseos de los enemigos de Irak, en especial a los de Israel. Hemos mantenido desde los primeros días de la ocupación una postura unionista, moderada, islámica y patriótica, y la hemos mantenido a pesar de las presiones psicológicas y de seguridad utilizadas contra la AUM para arrastrarnos a adoptar discursos sectarios y fraccionalista.
- A su juicio, ¿cuál es la solución ideal para lo que ocurre en Irak?
- La solución ideal es la supresión del proceso político que ha ocasionado todos estos males y calamidades en Irak y que lo ha llevado al borde del abismo que era de esperar. El gobierno surgido de este proceso político debería sustituirse por un gobierno fuerte, reforzado con el núcleo de un ejército nacional leal a Irak y a toda su población, en lugar de unos partidos y unas milicias sectarios y fraccionalistas. Y todo ello debería ir acompañado de un calendario definitivo para la total retirada sin demora de las fuerzas de ocupación de Irak.
Como hemos señalado y advertido en repetidas ocasiones, los hechos y las situaciones han demostrado que es la ocupación la que dirige todos los hilos de este juego sucio.
- ¿Considera que, en general, el gobierno de al-Maliki es mejor que sus predecesores, y por qué?
- El gobierno de al-Maliki es peor que los gobiernos que le precedieron. Es incluso peor que el gobierno de su colega al-Yafari, del que es continuación en cuanto a sus objetivos, tendencias y comportamiento. Es claramente tendencioso en el plano sectario. El gobierno de al-Maliki protege las bandas criminales y asesinas, y defiende las acciones de las milicias sectarias.
- Su postura de oponerse a la ocupación ha sido manifiesta desde el principio. ¿Han intentado los norteamericanos establecer contacto con ustedes en los últimos años para ganárselos respecto a su política en Irak? ¿Cuándo y cómo?
- Los estadounidenses no contactaron directamente con nosotros excepto en una ocasión, a principios de 2005, antes de las primeras elecciones. Pidieron al embajador francés que actuara como intermediario porque lo conocíamos debido a sus frecuentes visitas a la Asociación -en especial a partir del secuestro de los periodistas franceses-, simpatizaba con nosotros y estaba descontento con las actuaciones de la ocupación en Irak. Aceptamos su mediación y una delegación, compuesta por el encargado de negocios norteamericano, en representación del entonces embajador John Negroponte, y unos generales y oficiales del ejército de los Estados Unidos, nos visitó. Miembros de la AUM nos reunimos con ellos en Egipto y Bagdad.
La finalidad de la visita era asegurar el apoyo de la Asociación a las elecciones. Dijeron que las elecciones contribuirían a aportar seguridad y estabilidad en Irak. Les contestamos que lo que contribuiría a aportar seguridad y estabilidad en Irak sería ofrecer al pueblo iraquí la esperanza de que abandonarían el país y no las elecciones, que darían lugar a un gobierno débil que les pediría que permanecieran en el país. Dijo: “[…] No estamos de acuerdo” y yo contesté: “Sí, no estamos de acuerdo, y la reunión ha terminado”. Desde aquel encuentro hasta el día de la fecha no nos hemos reunido con ninguno de ellos, gracias a Dios.
- Muchos apostaron que la resistencia contra los ocupantes terminaría, pero el tiempo ha demostrado que no ha sido así. ¿Qué tiene que decir sobre ello?
- Sí, muchos apostaron y muchos conspiraron para que la resistencia se acabase o fuera aplastada, pero la resistencia continúa. Esto los ha decepcionado y defraudado en sus expectativas. De hecho, la resistencia se ha fortalecido y se ha hecho más eficaz contra el enemigo y sus agentes internos.
La resistencia ha desbaratado y sigue frustrando los planes de los ocupantes en Irak porque no se mueve exclusivamente por emociones o cálculos equivocados sobre la fuerza material del enemigo, como algunos erróneamente pensaban. Por lo tanto, la resistencia continuará mientras los ocupantes sigan en territorio iraquí. Cualquiera que piense lo contrario se equivoca.
Resistencia y terrorismo
- Hay quien se opone a las operaciones de la resistencia. ¿Cómo distingue usted entre la resistencia contra las fuerzas de ocupación y los atentados contra civiles llevados a cabo por cualquier facción o grupo sectario?
- La diferencia entre la resistencia y otras fuerzas está muy clara excepto para quienes odian la resistencia contra las fuerzas ocupantes o piensan mal de ella, bien porque son colaboracionistas o la envidian. Nosotros -y otros como nosotros que reconocen la legitimidad de la resistencia y el derecho de las naciones a resistir contra sus enemigos y ocupantes- creemos que la resistencia debería enfrentarse exclusivamente a los ocupantes enemigos y a los más descarados colaboracionistas iraquíes que cooperan, apoyan y luchan junto a los ocupantes.
Quienes toman como objetivo militar a iraquíes pacíficos e inocentes, de cualquier comunidad, identidad o creencia, son criminales que infringen la jurisprudencia islámica y se colocan al margen de la ley y de los valores nacionales. Son igual que los enemigos y los ocupantes de la patria, con independencia de a qué comunidad o facción pertenezcan.
- ¿Qué hay de verdad en las informaciones que circulan de vez en cuando sobre que la resistencia es una resistencia exclusivamente sunnita, que los ‘escuadrones de la muerte’ son shiítas y que los atentados suicidas son obra de grupos sunnitas? En su opinión, ¿qué se pretende con la utilización de semejantes caracterización?
- La resistencia en Irak es una resistencia nacional e islámica en la que participan todos los componentes del pueblo iraquí, si bien son mayoría los sunnitas. En cuanto a los escuadrones de la muerte, la mayoría pertenece a las milicias de los partidos shiitas y de los partidos políticos kurdos que forman parte del gobierno. Pero no representan a la mayoría de nuestros hermanos shiitas y kurdos: representan exclusivamente los intereses de los partidos a los que pertenecen. La mayoría de los shiitas y de los kurdos se oponen a ellos y se distancian de sus actividades criminales.
Respecto de los atentados suicidas, son, en su mayoría, iraquíes sunnitas y otros iraquíes que representan la política de una conocida facción de la resistencia [Al-Qaeda]. Al principio, sus actuaciones iban dirigidas sólo contra las fuerzas de ocupación y únicamente con posterioridad ampliaron sus actuaciones para incluir las fuerzas gubernamentales, esas fuerzas que ayudaban a los ocupantes en combatir la resistencia y en atacar algunas ciudades que se enfrentaran a la ocupación, como Fallujah, Samarra, Nayaf y otras. Se ha apuntado que esta clase de atentados casi se están reduciendo, si bien los medios de comunicación internacionales se refieren a ellos remitiéndose a noticias oficiales [iraquíes y de EEUU] inexactas o muy precipitadas.
Desde un principio, la AUM se opuso a esta manera de actuar porque no era necesaria y por los peligros inherentes derivados de sus trágicas consecuencias.
Moqtada as-Sáder y el conflicto sectario
- Durante algún tiempo su relación con la corriente de Moqtada as-Sáder fue buena, pero en los últimos meses parece que esa relación se ha deteriorado. ¿Por qué?
- Sí, nuestra relación con los grupos vinculados en la actualidad a as-Sáder y con el propio Sayid Moqtada as-Sáder fue buena por su inicial posicionamiento patriótico, que rechazaba la ocupación, el proceso político y la federación. Pero ha abandonado, ha entregado las armas de su grupo al gobierno y ha participado en las operaciones militares
Las milicias del Ejército del Mahdi se han involucrado en las operaciones de limpieza étnica. Se han convertido en un instrumento manipulado por la ocupación, por los servicios de espionaje de Irán y por la Organización Badr [brazo armado del Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Irak], que ha abierto brechas en sus filas y lo ha conducido hacia los despreciables objetivos de una limpieza étnica y sectaria que ha determinado la desaparición y el desplazamiento de centenares de miles de iraquíes. No obstante, Sayid Muqtada no condenó ni denunció con claridad estas acciones criminales, ni ha exigido que cesen. Por ello, era lógico que nuestras relaciones perdieran confianza y se deterioraran.
- Una de las consecuencias de la invasión y de la ocupación ha sido el intento de fomentar un conflicto sectario en Irak. ¿Cómo se enfrentan ustedes a esto?
- Uno de los objetivos -no de las consecuencias- de la invasión y la ocupación fue fomentar los enfrentamientos sectarios y étnicos en Irak. Esto era evidente por varias cuestiones. Por ejemplo, las fuerzas de ocupación dejaron armas para que cualquiera las robara sin ningún tipo de cortapisa. El Consejo de Gobierno [establecido en 2003 por los ocupantes] se constituyó sobre bases sectarias. La redacción de la Constitución, documento que consagraba la soberanía, se dejó en manos de los líderes políticos shiitas y kurdos que apoyaban los planes norteamericanos al tiempo que se marginaba a otros grupos, incluidos la mayoría de los shiitas y de los kurdos que se oponían a la ocupación. Las elecciones [de 2005], que estuvieron controladas por la ocupación, se amañaron en favor de los intereses de sus conocidos aliados.
A pesar de todos aquellos decididos a instigar la sedición, la ocupación no tuvo éxito gracias, en primer lugar, a Dios, y a la firme, fraternal y patriótica cohesión de los iraquíes a lo largo de su historia. Cuando fracasaron en provocar la guerra civil, recurrieron a actos diabólicos como la voladura de los mausoleos de los dos imames Ali-al-Hadi y Hasan al-Askari [en Samarra, en febrero de 2006]. Este atentado lo llevaron a cabo los servicios de seguridad del Ministerio del Interior con la supervisión de los servicios de espionaje de un país vecino y con el conocimiento de Estados Unidos. Ello dio lugar a las actuaciones de las bandas criminales, que estaban dirigidas por las fuerzas de seguridad del gobierno iraquí presidido entonces por Ibrahim al-Yafari.
Aquellos hechos criminales se vieron reforzados con las fatwas [edictos religiosos islámicos] emitidas por diversas autoridades religiosas que, basadas en declaraciones de la máxima autoridad religiosa shiita, acusó a una determinada facción apenas minutos después de que se diera la noticia, sin haber verificado quiénes habían llevado a cabo realmente aquel atroz atentado criminal. Así, la autoridad religiosa shiita acusó a los partidarios de Saddam, a los takfiristas [anatemizadores, musulmanes que consideran a otros musulmanes como infieles] y a los al-nawasib [término peyorativo que utilizan los shiitass para calificar a los sunnitas], sabiendo muy bien lo que ello quiere decir: fueron genéricamente acusados de cometer un atroz acto criminal que en realidad habían perpetrado bandas y milicias que formaban parte de ciertos grupos políticos shiitas bien conocidos, en concreto la Organización Badr, el Ejército del Mahdi y otros.
A pesar de todo esto, la situación no se deterioró hasta provocar una guerra civil gracias al autocontrol y a la disciplina que demostraron los sunnitas. La AUM exigió entonces ese autocontrol con el fin de contener la sedición planificada por quienes acabo de mencionar. En nuestro trabajo recibimos la ayuda de hermanos como el jeque Jawad al-Jalesi, el ayatollah Al-Sayid Ali al-Baghdadi, el ayatollah Al-Sayid Mahmud al-Husni al-Sarkhi, y de otras personalidades y autoridades patrióticas reconocidas.
- En su opinión, ¿quién es el primer beneficiario de la división sectaria y de las matanzas basadas a la identidad? ¿Por qué algunas organizaciones de la resistencia se responsabilizan en ocasiones de atentados contra civiles? ¿No es un error?
- Los beneficiarios inmediatos de esta división sectaria y de las matanzas identitarias son los enemigos de Irak y de su unidad, y el poder dirigido por la ocupación. Ha quedado demostrado con pruebas irrefutables que la ocupación estaba detrás de muchos de los grupos nefastos y criminales que tomaron como objetivo a las gentes de nuestro pueblo. Tras el inicio de la ocupación, quienes los apoyaron fueron sus aliados -los defensores del sectarismo y del proyecto fraccionalista- y los agentes de países que odian Irak y que no desean el bienestar del país.
Tomar como objetivo militar a los civiles se debe a muchos factores. Algunos de ellos son de carácter puramente sectario, otros factores son ideológicos, y otros son destructivos y dirigidos a fomentar la división y a controlar la situación para alcanzar un determinado objetivo o finalidad, que puede incluir la simple venganza y la revancha. Esto sirve a los intereses de aquellos que promueven el enfrentamiento sectario y las matanzas fundamentadas en la identidad de cada uno. A veces, algunas organizaciones de la resistencia han respaldado tales acciones por sus propios motivos, pero es un respaldo equivocado y está prohibido por la jurisprudencia islámica. No es un acto aceptable de jihad y no ayuda a conseguir sus objetivos legítimos a quienes lo proponen, en el caso de que tengan objetivos legítimos.
Nosotros, en la AUM, hemos denunciado semejantes métodos y actos inhumanos no ajustados al Islam, y pedimos a Dios que nos aleje de tales individuos con independencia de a qué facción o secta puedan pertenecer.
Los países árabes, Irán e Irak
- ¿De qué manera considera que los países árabes pueden ayudar a Irak para que salga de su actual situación? ¿Qué países son los más influyentes en este aspecto?
- Los países árabes pueden sacar a Irak de la situación actual haciendo uso de su potencial y de sus recursos geográficos, materiales y políticos. También pueden ayudar a Irak aprovechando lo que la resistencia iraquí les ha facilitado al interceptar y frustrar los planes estadounidenses, y obligar a Estados Unidos a consultarlos o a buscar su ayuda para resolver sus problemas en Irak. En cuanto a cómo los países árabes pueden ayudar a Irak, existen muchas formas de hacerlo y estas formas son obvias para esos países.
Dios guiará a aquellos que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de tal honor. Los países que pueden jugar ese papel son, en primer lugar, el reino de Arabia Saudita, dado su peso en muchos aspectos vitales, seguido de Egipto y, a continuación, los demás países árabes que estén dispuestos a asumir ese papel.
- En un futuro inmediato, ¿Es posible prever una mejora de las relaciones entre ustedes e Irán habida cuenta de que ustedes afirman que Irán está decidido a expulsar a los ocupantes de Irak, lo que también es su objetivo principal? ¿Es posible que se produzca un acercamiento entre ustedes puesto que ello crearía un clima positivo en las calles iraquíes y en la región?
- Desde que estamos sufriendo la ocupación nos hemos preocupado por tener una buena relación con todos los vecinos, aunque algunos de ellos, en especial Irán, cooperaron con la ocupación en contra nuestra. A pesar de eso, deseamos tener relaciones más estrechas con Irán que con otros países a la vista de su buena vecindad y de los excelentes efectos que ello tiene, por muchas razones, en la situación de Irak. Desgraciadamente, sin embargo, nuestras esperanzas se vieron defraudadas cuando comprobamos que Irán penetraba en Irak, se inmiscuía en sus asuntos, favorecía una facción iraquí sobre el resto y despreciaba sus deseos, y actos incluso a costa de la unidad de Irak y de los intereses de otros ciudadanos iraquíes.
Irán acepta y bendice el proceso político iraquí a pesar de que es ilegítimo. Guarda silencio sobre todos las prácticas y acciones llevadas a cabo por sus aliados, partidos y corrientes a los que apoya a pesar de nuestros consejos, que transmitimos a través de algunos de los responsables iraníes que han visitado Irak.
Hemos permanecido en silencio y no hemos hecho comentarios sobre la intromisión y la parcialidad de Irán durante los tres primeros años de ocupación. Cuando hemos perdido la esperanza de que reconsideran su postura, hemos expresado nuestra opinión, y fuimos los últimos en manifestarnos acerca de su ostensible intervención y de sus proyectos para Irak. No obstante, esperamos que reconsideren su actitud respecto de Irak por su propio bien en el futuro y por el bien de Irak y de la región. Confiamos en que cierren las puertas del mal, abiertas contra nosotros y contra ellos mismos. Esperamos que comprendan que una buena vecindad es algo que nos interesa a todos y que conducirá a la seguridad y a la estabilidad que necesitamos y que necesita toda la región.
En cuanto a su pregunta sobre un posible acercamiento entre nosotros, le digo que se puede producir si Irán nos demuestra que trata con todos los iraquíes sin inclinarse a favor de una facción frente a otra y si renuncia a sus planes y ambiciones en Irak.
- ¿Cómo califica sus relaciones con Siria? ¿Cuál es su postura ante las acusaciones vertidas contra Siria de que apoya a los terroristas en Irak?
- Nuestra relación con Siria es buena. Se basa en el respeto y en el aprecio por sus actitudes firmes y fraternales hacia Irak y hacia los iraquíes representadas por su oposición a la ocupación. A pesar de las enormes presiones y amenazas contra ella, Siria no negocia sobre Irak ni sobre sus intereses.
Siria define la ocupación como tal y a la resistencia cuyo objetivo son los ocupantes como tal, no como terrorismo, como la llaman otros. Siria acoge calurosamente a más de un millón de iraquíes desplazados por la extraordinaria situación en Irak. Por estos y otros hechos apreciamos a Siria.
Con Siria tenemos una deuda de lealtad por su toma de posición árabe y humanitaria hacia sus hermanos de Irak que están atravesando momentos muy duros. A la vista de la oposición de Siria a la ocupación y del hecho de no haber abandonado su postura, no nos sorprende que Siria esté sometida a todo tipo de acusaciones, incluida la de apoyar a los terroristas. Si lo que se intenta con el término terroristas es denominar a quienes están resistiendo contra la ocupación, no sé de ningún país árabe -con independencia de que se trate de Siria o de cualquier otro país árabe- que esté apoyando materialmente a la resistencia. Si embargo, si a lo que se refieren con la palabra terroristas es a quienes apuntan a los inocentes iraquíes de cualquier facción para llevar a cabo sus proyectos y planes hostiles contra Irak y su gente, esos están apoyados exclusivamente por los enemigos de Irak y de la unidad del país. Siria apoya a Irak, su independencia y su unidad. No apoya a sus enemigos.
- ¿Prevé volver pronto a Irak? El gobierno iraquí ha ordenado su detención. ¿Está preocupado porque pueda pedir a la Interpol que lo detenga?
- Sí, pienso volver pronto y cuando lo permitan las circunstancias. En cuanto a la Interpol, no me preocupa. La Interpol no es un policía del gobierno iraquí que ejecuta sus órdenes o sus exigencias arbitrarias e ilegales.


La fuente: Halib Harb es redactor del diario libanés As-Safir, medio en el que esta entrevista fue publicada originalmente el 27 de marzo de 2007. La versión en español pertenece a Felisa Sastre para IraqSolidaridad

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