14 abril 2007

TODO / ...conflicto entre el Vaticano e Israel


El recuerdo del Holocausto provoca un conflicto entre el Vaticano e Israel

JUAN VICENTE BOO CORRESPONSAL ROMA.

Un enorme retrato de Pío XII junto a las fotos aéreas del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau es algo más de lo que un Nuncio Apostólico puede tolerar, sobre todo si acusa de indiferencia criminal al responsable de la Iglesia católica la organización que salvó mas judíos en toda Europa, e ignora que Pío XII recibió los mayores agradecimientos de la comunidad judía al término de la Segunda Guerra Mundial. Por ese motivo, el Nuncio en Israel, Antonio Franco, será el único embajador que no acudirá mañana a la ceremonia de recuerdo del Holocausto en el memorial de Yad Vashem (Jerusalén).
Sobre el retrato del Papa junto a la fotografía de la mayor fábrica de muerte se lee, en inglés y en grandes letras: «Mientras los hornos crematorios eran alimentados día y noche, el Santo Padre que vive en Roma no salió de su palacio con el crucifijo en lo alto para presenciar un día del pogrom».
El texto explicativo, en inglés y hebreo, tergiversa casi todas las actuaciones de Eugenio Pacelli señalando que «negoció un Concordato con Alemania que reconocía el régimen nazi», «archivó una encíclica contra el racismo y el antisemitismo preparada por su predecesor», «se abstuvo de firmar la declaración de los aliados contra el exterminio de los judíos en 1942» y «no intervino cuando los judíos de Roma fueron deportados a Auschwitz». En definitiva, casi un cómplice del crimen mas pérfido del siglo XX.
Como sus protestas sobre la foto y los textos no han servido, el Nuncio en Israel, Antonio Franco, anunció que boicoteará la ceremonia y se convertirá en el primer embajador ausente en la conmemoración oficial del Holocausto. Según Franco, «no acudir a la ceremonia es una renuncia dolorosa, y mi ausencia no significa una falta de respeto por el recuerdo o por las víctimas de esa tragedia».
La portavoz de Yad Vashem, Iris Rosenberg, respondió al Nuncio que «estamos desconcertados y decepcionados por la decisión de no respetar la memoria del Holocausto», al tiempo que pidió al Vaticano la apertura de los archivos para examinar la conducta del Papa.
«Debate difícil y doloroso»
Intentando calmar las aguas, el embajador de Israel ante la Santa Sede, Oded Ben-Hur, afirmó ayer que «este debate difícil, penoso y doloroso no debe echar a perder los esfuerzos serios de Israel y el Vaticano para llegar a una verdadera reconciliación. No podemos olvidar los gestos de Juan Pablo II (en su visita del 2000 a Jerusalén) y del Papa actual en sus visitas a la sinagoga de Colonia y al campo de Auschwitz».
Las malas relaciones de Israel con el Vaticano se deben en parte a que la Santa Sede condena la ocupacion de los territorios palestinos y el exceso de violencia. Israel retrasa conceder a la Iglesia católica el estatuto jurídico y fiscal previstos en la apertura de relaciones en 1993, y dificulta la concesion de visados a sacerdotes y religiosos.
Por el contrario, las relaciones del Vaticano con los rabinos y con las organizaciones religiosas judías van muy bien y han pasado poco a poco del respeto al afecto mutuo.
La campaña de propaganda contra Pío XII -iniciada por la Unión Soviética en 1946 y continuada por una serie de dramaturgos y autores de libros de pseudodivulgación histórica- contrasta con las conclusiones de los historiadores, menos visibles que las polémicas.
El historiador judío Pinchas Lapide calculó que «la Santa Sede, los nuncios y la Iglesia católica salvaron de la muerte de 740.000 a 850.000 judíos», un esfuerzo elogiado por personajes como Einstein o Golda Meir. El mismo instituto de Yad Vashem ha declarado «justos entre los gentiles» a 387 italianos, entre ellos 58 obispos, sacerdotes y religiosos. El rabino e historiador americano David Dalin propuso hace dos años nombrar a Pío XII «justo entre los gentiles».

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