25 mayo 2007

Es necesario un nuevo Mendelssohn

Tomado de Argentinos Amigos de PAZ AHORA (*)

Sharif Hafez


Dado que Israel se acerca a su 60º aniversario, debería mirar hacia atrás y examinar los años transcurridos. Han habido muchos aciertos y muchas equivocaciones, como en toda empresa humana. Sin embargo, desde que por primera vez un primer ministro israelí fuera asesinado, Israel ha utilizado una forma de accionar que está causando muchos problemas en Medio Oriente.
Como los radicalizados en todo el mundo árabe, el Israel oficial ha estado actuando como un extremista que no puede encontrar otro recurso que la fuerza. Esto ha derivado en un público palestino iracundo, conducido por un liderazgo puesto de espalda contra la pared, y otro que ganó titulares por medio del terror, y logró por último ganar las elecciones palestinas. La ira se diseminó con rapidez al resto de las masas árabes.
En vista de esto y presintiendo el peligro, el rey Abdullah Ibn Abdul Aziz (entonces príncipe) instaló la Iniciativa de Paz Árabe en la Cumbre Árabe de Beirut en el 2002. Sin embargo, los funcionarios israelíes la ignoraron totalmente. Esta ignorancia de la iniciativa puede ser comparada con la ignorancia de Golda Meir a la iniciativa de Sadat del 4 de febrero de 1971. Entre las consecuencias indirectas de este desconocimiento de la Iniciativa de Paz Árabe, señalamos la guerra del verano de 2006 entre Israel y el Hezbollah, cuando muchos inocentes fueron muertos en el Líbano y en Israel.
Resulta claro que Israel está necesitado, con carácter urgente, de nuevos líderes, líderes con visión y coraje, dispuestos a actuar por la causa del futuro israelí. Deberían salir de su encasillamiento y pensar, observar las innumerables oportunidades que Israel tiene hoy en Medio Oriente.
No obstante, uno tiene que preguntarse, teniendo en cuenta la historia judía e israelí, qué clase de líder desea hoy Israel en un Medio Oriente que ha cambiado dramáticamente en los pocos años transcurridos desde la muerte de Yitzhak Rabín. ¿Es un tipo de líder como Ben Gurión, o Sharet, o Rabín; o la respuesta es “ninguno de los citados anteriormente”?
Creo que hoy Israel necesita un Moses Mendelssohn, un hombre que podría sacar a los israelíes de su autoelaborado gran gueto de 59 años, para integrar un Oriente Medio más grande. Sin embargo, este nuevo Mendelssohn no tiene que traducir la Torá al árabe para concretarlo. Sólo tiene que negociar la Iniciativa de Paz Árabe o ponerse de acuerdo o no sobre muchas o algunas de sus cláusulas. Al final le sería requerido firmar un acuerdo por un nuevo iluminismo judío que comprendería a todos los países en la zona y finalizaría este incansable conflicto. Esto traería una auto-emancipación para todos en la región, aparte de entender que estaría logrando lo más conveniente para el conjunto.
La violencia nunca cesará mientras haya en la zona un enfoque de “ellos” y “nosotros.” La fuerza nunca vencerá, como se ha demostrado en los últimos 59 años, mientras la región se desliza de una guerra a otra, sin poner fin a la animosidad aún después de los acuerdos de paz, dado que todavía hay países y pueblos que no son parte de las negociaciones.
Todos queremos paz, pero, ¿como podemos alcanzarla, mientras presumidos quiero-y–no-puedo nos guían hacia el futuro, dejando una historia fracturada detrás, con una mirada inadecuada, dejándonos resentidos respecto de los acontecimientos del pasado, engendrando cada día más odio y propagando así violencia en todo el Oriente Medio?
El muro de hierro debe caer, acompañado por un renacimiento de la fórmula de Mendelssohn, que la haga funcionar en la región, donde la gente está necesitada de desarrollo y educación para sus niños. Ya ha habido suficientes enfrentamientos. Ahora ha llegado el tiempo de la paz, y ésta es una voluntad árabe estratégica, y no solo una expresión individual.
Cuando los acuerdos multilaterales estén concluidos entre Israel y la mayor parte o todos los estados árabes, entonces las fuerzas de la violencia serán derrotadas por doquier. Ellas entonces podrán estar conduciendo un acto de Don Quijote, luchando contra los molinos del tiempo. Sus ideas podrán ser eliminadas por la luminosa reflexión de la tasa superior de desarrollo que se extendería por el Oriente Medio.
Esta es una idea que aún un niño puede formular y una persona joven puede desarrollar fácilmente.
Sin embargo, líderes de Israel están todavía pensando acerca de asentamientos, esto es como si les estuvieran dando una mano de apoyo a los fundamentalistas de la región, para que sea derramada más sangre sin recibir nada a cambio.
Es difícil describir una persona como líder, mientras va detrás del pueblo, y no que éste lo guíe y conduzca. Es también problemático pensar que el status quo es lo mejor, cuando todas las opciones para la paz podrían dar a los israelíes más de lo que ya tienen. Mejorar la calidad de vida de cualquier pueblo es mejor que un millón de asentamientos y vidas en peligro. El ciclo de violencia puede continuar por siempre, pero finalizará de igual modo
Entonces ¿Por qué deberíamos perder más tiempo? ¿Vale la pena que muera más gente? ¿Es para que hagamos esto que Dios nos creó?
Israel puede liderar el Oriente Medio en los años venideros, pero solamente si surge un nuevo líder que esté dispuesto hacer penosas concesiones a cambio de ganancias y beneficios que pueden hacer de Israel una próspera potencia real.
Salgan del encasillamiento mental, aprovechen la oportunidad de vivir como vuestros padres fundadores deseaban que lo hicieran, en paz y prosperidad con sus vecinos árabes. No le tengan miedo a la paz. El primer Iluminismo judío tuvo lugar cuando ustedes vivieron con el pueblo. Traten nuevamente de coexistir con el pueblo que vive a su alrededor, que permita a la historia documentar el segundo Iluminismo Judío-Árabe.

El autor es un estudioso egipcio especializado en políticas de Medio Oriente.

Fuente: Peace Now - 6/05/2007 - Revisión: Roberto F.
(*) Sitio web: www.pazahora.net

24 mayo 2007

TODO el mundo a través del pensamiento

T O D O e l m u n d o
a través del pensamiento
(Título de la revista editada por Bernardo Kordon en 1946)

24 de mayo − 2007 - Editado en Maalot Tarshija − Israel

Editor y creador de la página: Andrés Aldao
suscripciones o cartas, escribir a: andresaldao2005@yahoo.es


“Las ideas no se matan... se deforman” (Andrés Aldao)

"Si no lee los diarios, estará desinformado, si los lee, estará mal informado" (Marck Twain)

Informe de Amnistía Internacional:


“Israel cometió crímenes de guerra en el Líbano y en la Franja de Gaza”

■ Israel mató a cerca de 1200 ciudadanos libaneses, entre ellos a centenares de niños.

Castigos colectivos. Decenas de miles de casas fueron destruidas, como asimismo puentes, red eléctrica y rutas.

Bombas−ráfagas con retardo. En los últimos días de la 2da. guerra del Líbano se arrojaron cuatro millones de bombas−ráfagas con retardo que causaron víctimas civiles luego del cese del fuego.

■ Durante el año 2006 fueron muertos por el ejército israelí 650 palestinos, de ellos 120 niños (tres veces más que en el año 2005). Las víctimas israelíes fueron 21 civiles y seis soldados en el año 2006, la cifra más baja desde que que comenzó la 2da. Intifada, en el año 2000.
■ Hizhballa arrojó al norte de Israel alrededor de 4000 raquetas sobre la población civil.

■ El informe acusa a Israel de groseras violaciones a los derechos humanos, y señala la inmunidad y el amparo que Israel presta a los soldados y a los colonizadores que actúan contra los DD.HH.

La ley vale sólo para los que viven en países desarrollados

Siento lo de Palestina, los veo en un país - casa, como los de esa
época en que la dictadura pateaba las puertas y no había ningún reparo.
Me olvidaba que todas las vidas no valen igual. El racismo (aunque no se tenga
la sinceridad de verbalizarlo) se lee en la diferente valoración de las
vidas
Masacres ,rompiendo casas, calles y bienes de gente pobre.Las demolición de
las casas me parece un acto aberrante que el mundo mira en silencio.
Las casas son nuestra envoltura,contienen las fotos,los recuerdos,son una
frontera de nuestra intimidad,simbolizan el propio cuerpo¿Qué puede sentir
el que las ve demolidas de esa forma?.Los países tienen fronteras que son
una puerta defensiva¿qué es una autonomía donde los tanques las bombas,los
aviones,patean la puerta -frontera.invaden y toman los símbolos más preciados
de un pueblo?
La paz, que no se construye de esa manera, es la única solución. Sin el
respeto por el otro no puede haber paz,los ejércitos invasores no son
respetuosos,humillan al otro en su identidad más profunda ¿Por qué a los
ejércitos no se los llama terroristas? ¿acaso no siembran el terror y matan a
población civil? Los distintos nombres tienen que ver sólo con la riqueza o
pobreza de los países.Los pobres no tiene ejércitos...


Cristina Villanueva

23 mayo 2007

¿Quién gobierna y quién decide en Israel?


Cuando hace algunos meses escribí una nota considerando que en Israel gobiernan los políticos y deciden los militares, que desde que el señor Olmert fue elegido para el cargo de primer ministro y entró en funciones, un grupo de generales dio un silencioso golpe de estado y se encarga desde entonces de tomar las decisiones fundamentales sobre paz y guerra, entrar a Gaza, o no entrar. Cuando el señor Efraim Sneh, hijo del fundador y dirigente del Maki Israelí, anunció que las violaciones a las normas de guerra, es decir, los asesinatos selectivos sin juicio previo ni posterior, se llevarán a cabo también sobre los dirigentes políticos del Hamás, traduzco entrelíneas que los pequeños dictadores del ejército están considerando el tema. El cerebro del señor Snéh hijo es demasiado pequeño, y su personalidad enclenque en exceso como para enunciar por su cuenta y bajo su responsabilidad tamaño decreto de muertes.
Habría muchos argumentos sinuosos, de hilado fino, interpretaciones freudianas y cosas por el estilo. Yo me manejo con realidades. La invasión al Líbano la decidió el presidente de la “junta”, Dan Jalutz, inepto, petit napoleón (el sobrino...) con el apoyo de su pequeña y arrogante guardia pretoriana.
Por lo visto, hay otros comentaristas de mirada aguda y que no temen escribir lo que piensan... y concuerdan que en Israel hubo un putsch militar, todavía sin nombres ni fecha. Pero fue...


Andrés Aldao

* Aparecido en la 2da. sección de HAARETZ, 18/5/2007

“Hay una tendencia política en el ejército que ocasiona el abandono de la población árabe del centro de Hebrón” −escribe Merón Rapoport en su artículo El ejército decide y ejecuta*. “Es un hecho. Si lo dijeran en forma descubierta, si nuestra política fuera crear una continuidad judía en Hebrón, y el gobierno hubiera dado esas instrucciones al ejército, yo lo aceptaría. Si fuera así el asunto se podría resolver en las elecciones. Pero esa no es la política del gobierno de Israel. El problema es que en un gobierno militar la concepción del comandante es más fuerte que cualquier otra cosa” Estas palabras fueron dichas por Alon Hagai, el consejero del Ministro de Defensa en la llamado “trama vital” (control del muro en lo que afecta a la vida diaria de los palestinos).. (...) En algunos casos tiene éxito, dice. Por ejemplo la ruta de la Depresión del Jordán dejó de ser “sólo para israelíes”. En el puesto fronterizo de Karni se duplicaron las horas de trabajo y la cantidad de mercaderías que pasan, pero en definitiva Hagai está desanimado. En el año que transcurrió desde que ocupa ese puesto, su experiencia le demostró que la política oficial de Israel es una cosa y los actos del ejército son otra, a veces exactamente la contraria (...) El Banco Mundial publicó hace una semana un grave informe según el cual desde que Israel firmó en el año 2005 el acuerdo para reducir las limitaciones de movimiento en Judea y Samaria, éstas se agravaron. Según este informe, Israel impide que los palestinos se acerquen a la mitad del territorio y las limitaciones de movimiento dan prioridad a los colonos y ayudan a la ampliación de las colonias en detrimento de la población palestina".



Editorial de HAARETZ del 21/5/07

¿Se mantiene aún en Israel el orden correcto de las cosas, en que el gobierno elegido fija la política y los servidores públicos la ejecutan? Según el artículo publicado en el diario HAARETZ el último viernes (El ejército decide y ejecuta −Miron Rapaport), parece que en todo lo que respecta al ejército la respuesta es negativa. Mientras los ministros del gobierno hablan de una solución de dos estados, en la banda Oriental hay una especie de golpe de estado militar en el que Tzáhal transforma esa zona en un Estado de los Colonos. Mientras la población palestina se ahoga, las colonias florecen.
No tiene tanta importancia si el ministro de defensa es o no un civil, ya que el ejército tien su propia agenda, y su dependencia de la autoridad civil es muchas veces sólo aparente. Durante muchos años el Estado de Israel se enorgulleció del milagro democrático, de un ejército obediente que no acumula demasiada fuerza y sirve fielmente al gobierno elegido, a pesar que el estado está en permanente estado de guerra por su sobrevivencia.
Y sin embargo, en la última guerra también se quebró esta creencia, cuando se descubrió que el gobierno se vio arrastrado a aprobar planes militares que ni siquiera le fueron presentados.. Cosas más graves ocurren todos los días en las zonas ocupadas. Hagai Alon, el consejero del Ministro de Defensa, Amir Peretz, encargado de la trama vital en la zona Este, dice que el ejército actúa desentendiéndose de la agenda política del gobierno y, de hecho, es el ejército de los colonos. Por lo menos en todo el período de mando de Dan Halutz...
Uno de los ejemplos más temibles de la crisis democrática, es la indiferencia del ejército hacia las decisiones del Juzgado en relación con la posición del muro de separación. Después de años de discusiones en la Corte Suprema sobre cada metro del muro, con el objeto de equilibrar las necesidades de seguridad con las de la vida de los palestinos, se descubre que en la ruta 317, que conecta algunas colonias al sur del Monte Hebrón, el ejército ignoró esas decisiones y agregó un nuevo mini-muro además del que se aprobó, y está justamente en el sitio que la Corte Suprema anuló.
El tramo del muro en la zona de la Ruta que atraviesa Samaria, y que se debía haber construido pegado a la línea verde, no se completó opor la oposición de los colonos. El ejército dejó de revisar los vehículos con chapa amarilla por la protesta de los colonos, que no estaban dispuestos a parar en los puestos de revisión, y esto, a pesar de que últimamente logró entrar un auto bomba con chapa amarilla. El ejército no informa a la autoridad política cuántos puestos de revisión hay en la franja Este, para que el gobierno pueda seguir hablando de mejoras mientras Tzáhal siguen sin llevarlas a la práctica. Así, con la ayuda de los oficiales del ejército, se ocupó la “casa de la discordia” en Hebrón, así se clausuró el centro de Hebrón para los palestinos, así consiguieron llegar a Homesh 3000 manifestantes, en abierta contradicción con lo decidido por el gobierno, y así ocurre con todo lo relacionado con la ampliación de las colonias en distintos lugares, cuando el ejército hace la vista gorda o ayuda abiertamente.
Las palabras de Amir Peretz sobre el desmantelamiento de poblaciones en la Cisjordania, como así también las promesas de Ehud Olmert y Tzipi Livni de llegar a un nuevo acuerdo de división del país entre Israel y Palestina, considerando a esta realidad están más vacías que nunca. Aparentemente, no importa qué partido político esté en el gobierno, mientras el ejército sirva los intereses de los colonos y no los del estado.

Traduccióndel hebreo: Ester Mann

Miles de refugiados huyen...


Miles de refugiados huyen por la noche del campo de Nahar el Bared

Los residentes aprovechan la oscuridad y una frágil tregua para escapar del asedio

Miles de palestinos aprovecharon la noche para huir del campo de refugiados de Nahar el Bared, en medio del alto el fuego tras tres días de combates entre el ejército libanés y el grupo radical suní Fatah al Islam. Hombres, mujeres y niños con los pocos enseres que han podido recuperar y en coches destartalados, han abandonado Nahar el Bared rumbo al cercano campamento de Badawi, a unos 5 kilómetros del lugar de los combates.

"En el interior todavía queda mucha gente atrapada y bastantes heridos que no han podido salir durante la noche. La situación es desesperada, dijo Ali Mustafa, vecino de la zona y testigo del éxodo de los palestinos.
Los combates disminuyeron ayer después de que los radicales islámicos propusieran un alto el fuego que ha sido violado reiteradamente por ambos contendientes.

Mañana 'tranquila'

En la mañana de hoy, Nahar el Bared amaneció envuelto en una relativa calma. El ejército libanés mantenía el asedio a la barriada pero había cesado el fuego artillero. De forma aislada, se escuchaba el estruendo causado por escaramuzas con fuego de metralleta y armas ligeras.
Unidades de infantería ligera del ejército libanés se desplegaron en los muros adyacentes que separan el campamento para tratar de reducir a los francotiradores apostados en los desvencijados tejados.
"El objetivo ahora es acabar con las últimas bolsas de resistencia para permitir que las ambulancias y los equipos de bomberos puedan seguir entrando en el campamento" explicó Hamdan Radawi, capitán del ejército libanés.
Los enfrentamientos entre el ejército libanés y el grupo radical suní Fatah al Islam han causado al menos 77 muertos en tres días de combates en el norte del país. El conflicto ha tenido como escenario el campo de refugiados de Nahar, donde viven alrededor de 40.000 palestinos en pésimas condiciones humanitarias y víctimas del fuego cruzado entre ambos bandos.

21 mayo 2007

"DE POPULO BARBARO" (del salmo 113 de David)


Israel redobla sus ataques en la franja de Gaza

EFE | GAZA

Milicianos palestinos han reanudado el disparo de cohetes Al Kasam contra el sur de Israel después de la muerte, anoche, de nueve personas en la franja de Gaza por los ataques de la Fuerza Aérea israelí, que causaron además 20 heridos.
Dos de los cohetes cayeron, sin consecuencias, a primeras horas de la mañana en Sderot, localidad que han abandonado al menos 5.000 de sus 23.000 habitantes tras los reiterados ataques lanzados desde Gaza en la última semana.
Otro proyectil cayó al sur de la ciudad de Ashkelon, sobre el Mediterráneo, y el cuarto en el desierto del Néguev. Tampoco se ha detallado si ha habido víctimas o producido daños por estos dos últimos ataques.
A más
El Ejército israelí, y en particular la Fuerza Aérea, tiene carta blanca para intensificar sus ataques contra los milicianos de Gaza a fin de impedirles el lanzamiento de los imprecisos cohetes Al Kasam, que disparan desde plataformas móviles.
Fuentes militares han reiterado hoy que el ataque lanzado anoche en el barrio de Seyaíe de Gaza, en el que perdieron la vida nueve personas, no tenía como objetivo el "asesinato selectivo" del diputado palestino Jalil Al Haya, sino que iba dirigido contra cinco milicianos islamistas de Hamas.

Venganza

Israel liquidará al jefe de Hamás en el exilio, Jaled Mechael "a la primera oportunidad" que se le presente, según ha afirmado el ministro israelí de Seguridad Interior y miembro del gabinete de Seguridad, Avi Dichter. Israel trató de matar a Mechaal en 1997 en Ammán, pero la operación fracasó. "No está seguro en ninguna parte, ni en Damasco (donde vive exiliado), ni en ningún otro lado. Y lo sabe perfectamente", ha subrayado.
El primer ministro de la Autoridad Nacianal Palestina (ANP), Ismail Haniye, aseguraba ayer en Gaza que "la sangre palestina no se derramó en vano" y, junto al presidente Mahmud Abás, exigió una intervención urgente de la comunidad internacional a fin de presionar a Israel para que detenga sus ataques.
"Todas las opciones están abiertas" para vengar a los muertos palestinos, dijo, por su parte, un portavoz de Hamas, Abu Obeid, mientras otros prometen "sacudir a Israel como un terremoto".
Muchas personalidades de Hamas y la Yihad Islámica, los objetivos determinados por el Gabinete israelí de Seguridad, y no sólo sus milicianos, se hallan ahora supuestamente en la clandestinidad al reanudar Israel sus "asesinatos selectivos", incluso contra sus dirigentes políticos, según el viceministro de Defensa, Efraim Sné.

SEA PATRIOTA: MATE PALESTINOS


Israel intensifica sus operaciones en Gaza con varios ataques que causan nueve muertos

Un misil lanzado contra la casa de un diputado de Hamás mata a siete miembros de una misma familia

El Gobierno israelí ha intensificado sus operaciones en Gaza durante las últimas horas contra los grupos que lanzan cohetes contra Israel y la aviación ha llevado a cabo el ataque más mortífero de la actual campaña, un bombardeo contra la casa de un diputado de Hamás que dejó ocho muertos y doce heridos. Además de la intensidad, lo más llamativo de los siete ataques de esta noche es que los objetivos en dos de ellos no eran miembros de las milicias islamistas, sino dirigentes políticos.
Después de que el Gobierno haya decidido que se iban a intensificar las operaciones contra el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, y la Yihad Islámica, cuyas milicias atacan Israel con misiles artesanales Al Kasam, el viceministro de Defensa, Efraim Sneh, ha dado a entender que no sólo se atacaría a guerrilleros. "No se puede distinguir" entre los responsables políticos y las milicias afiliadas al movimiento, ha dicho Sneh, al ser preguntado sobre si los políticos podían convertirse en blanco.
Un palestino ha muerto y otros cuatro han resultado heridos en un ataque aéreo israelí contra un taller metalúrgico en el barrio de Touffahm, en el sector oriental de Gaza, según fuentes médicas palestinas. Un portavoz del Ejército israelí ha confirmado el ataque contra varios camiones de Hamás cargados con cohetes "que iban a ser lanzados contra Israel".
Pocas horas antes, ocho personas morían y otras 12 resultaban heridas por la explosión de un misil lanzado por un avión israelí contra la residencia del diputado de Hamás Jalil Al Haya. Según los servicios de ambulancias palestinos, el misil ha caído en un complejo de edificios donde vive la extensa familia Al Haya, en el este de Gaza, a pocos metros de la residencia del parlamentario. Fuentes militares han reiterado que el ataque no tenía como objetivo el "asesinato selectivo" del diputado palestino, sino que iba dirigido contra cinco milicianos islamistas de Hamás.
Niños heridos
Siete de los muertos son familiares del diputado y entre ellos hay un anciano y un adolescente de 16 años, mientras que entre los heridos hay una mujer y dos niños. No está claro si el legislador, uno de los negociadores del último alto el fuego entre facciones palestinas, se encontraba en casa. Algunas versiones apuntan a que asistía a una reunión del comité que sigue la aplicación de la tregua, pero otras señalan que entre los muertos hay un guardaespaldas suyo que debería haber estado con él.
En cualquier caso el diputado ha salido ileso y ha acudido al hospital donde ha declarado a medios locales que Hamás seguirá adelante "pese a los mártires y el dolor". Un portavoz militar israelí sólo ha confirmado que el Ejército ha llevado a cabo un ataque "contra una célula de hombres armados que se encontraban en la calle" y ha precisado que "se están investigando" las informaciones respecto a que se han producido víctimas civiles.
Riesgo de atentados suicidas
El segundo ataque ha sido con fuego de artillería y el objetivo era también la residencia de un diputado de Hamás, Amin Al Masri, en la ciudad de Jabalia. Tres hijos del diputado de cinco, nueve y once años, han resultado levemente heridos. El portavoz de Hamás en Gaza, Fawzi Barhum, ha calificado el ataque contra Al Hayan de "muy serio" pues, ha dicho , demuestra que Israel está dispuesto a atacar civiles, y ha advertido de que ahora "todas las opciones están abiertas".
El mismo Barhum ha indicado hace pocos días que Hamás estaba dispuesto a reanudar los atentados suicidas en Israel. El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, había advertido por su parte, antes de los bombardeos de esta noche, de que el grupo seguiría atacando "las comunidades y asentamientos judíos". El Gobierno israelí ha señalado, entretanto, en el comunicado emitido tras el consejo de ministros, que tiene que garantizar "la paz de los 40.000 residentes de la zona" donde caen los cohetes de Gaza y que los responsables "seguirán pagando un elevado precio". En total, desde este domingo han muerto en diferentes ataques 14 palestinos.
Campaña diplomática
Los cohetes artesanales que caen sobre Sderot, la ciudad más afectada, y otras localidades del sur de Israel no suelen causar víctimas, pero las frecuencia de los ataques, unos 140 en los últimos días, tiene desquiciada a la población local y alarmada a la opinión pública israelí. Esto, unido a las los gritos de alarma de la oposición, crean una fuerte presión sobre el Gobierno, que dio a entender además en su comunicado que pretende aplicar en Gaza las enseñanzas de la poco exitosa guerra del Líbano.Unos 35 palestinos, en su mayoría militantes de Hamás, han muerto en ataques aéreos israelíes en los últimos seis días. Paralelamente, el Ejecutivo se ha propuesto hacer entender a la comunidad internacional que la situación en el sur de Israel es insostenible y para ello la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, ha emprendido una campaña diplomática que comprenderá este lunes una visita a Sderot con el alto representante de Política Exterior y Seguridad de la UE Javier Solana. Pero, tras los ataques de esta noche, el presidente palestino, Mahmud Abbas, ha hecho su propio llamamiento a la comunidad internacional para que presione a Israel a desistir de esta escalada de ataques contra Gaza. Los ataques de Israel parecen, en cambio, haber motivado a las facciones palestinas a respetar el acuerdo de alto el fuego que pactaron ayer y que se aplica sin incidentes.

Reportaje a Mohamed Shihab, diputado palestino

"Los jefes militares leales al presidente Abbas son un cáncer que hay que extirpar"

J. M. MUÑOZ - Yabalia - 21/05/2007

Hace dos décadas el farmacéutico Mohamed Shihab formaba parte del núcleo fundador del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). A sus 50 años, es diputado desde la victoria de su partido en las elecciones de enero de 2006. En su casa del campo de refugiados de Yabalia, comenta la violencia que inunda Gaza de muerte. Convencido de que la lucha de Hamás contra Israel se prolongará décadas, la prioridad, asegura, no es sostener el Gobierno de unidad nacional. Adicto a los símiles, el dirigente islamista afirma de los dirigentes de Al Fatah que encabezan los cuerpos de seguridad leales al presidente: "Son un cáncer. Es el momento de aplicar el bisturí".

Pregunta. ¿Por qué no se logra un acuerdo firme con Al Fatah?

Respuesta. Nuestro problema no es con Al Fatah, sino con ciertas corrientes de ese partido. Los colaboracionistas con Israel hacen lo que les viene en gana y nadie es capaz de controlarlos. No hacen prevalecer los intereses del pueblo palestino porque deben conseguir que sus jefes israelíes y estadounidenses estén satisfechos. Nada más poner en marcha un plan de seguridad hace 10 días, estalló la violencia de nuevo. Lo que está ocurriendo es un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos.

P. ¿El presidente Mahmud Abbas no controla Al Fatah?

R. No pinta nada. No manda, pero desea que su partido termine con Hamás. No podrán con nosotros. Hemos alcanzado acuerdos con Abbas, pero otros dirigentes siguen otras agendas. Estos grupos son un cáncer que también va a acabar con Al Fatah. Son Mohamed Dahlan, consejero de Seguridad Nacional, Rashid Abu Shabak, jefe de la Seguridad Preventiva, y su gente, que están formando escuadrones de la muerte. Abbas no quería nombrar a Dahlan, pero se lo impusieron EE UU e Israel.

P. El Gobierno de unidad no resuelve problemas de la vida cotidiana. ¿Tiene los días contados?

R. Ahora lo más importante es extirpar este tumor, porque estas personas son quienes destruyeron el anterior Gobierno, destruyen el actual y destrozarían el próximo. No me preocupa el Gobierno de unidad. Tenemos que aplicar el bisturí porque Al Fatah no puede hacerlo. Ni siquiera muchos de sus dirigentes que se oponen abiertamente a Dahlan. Todos saben que si llegara al poder la gente limpia de Al Fatah, los colaboracionistas acabarían en la cárcel o muertos.

P. ¿Cuánto durará la violencia entre los dos partidos?

R. A Dahlan le han dado un plazo de dos meses para atacar a Hamás e intentar destruirnos. Pero va a terminar como Antoine Lahad, el jefe del Ejército del Sur de Líbano (aliado de Israel), que acabó abandonado por los cristianos. Eso si vive. Nuestra religión dice que quien mata, debe morir.

P. ¿Cual será la reacción israelí?

R. Operaciones aéreas. Saben que si van más allá, no conseguirán nada. Sólo quedarán al descubierto los colaboracionistas que ayudan a Israel.

P. Hosni Mubarak afirmó el miércoles que Egipto pretende desalojar a Hamás del Gobierno. ¿Están solos?

R. Su representante en Gaza negó esas declaraciones. Poco importa. Sobre el terreno se constata que son ciertas. Mientras la policía egipcia maltrata a los dirigentes de Hamás en la frontera de Rafah, dejan pasar a los miembros de la Guardia Presidencial para que luchen contra nosotros. No nos interesa enfrentarnos a los países de nuestro entorno.

P. Mucha gente opina que la catastrófica situación económica y el desgobierno también van a afectar a Hamás.

R. El pueblo sabe distinguir. Ahora se siente mucho más amenazado por la falta de seguridad que por la situación económica. Y también sabe que Hamás no es responsable de la inseguridad. Antes de que llegáramos al poder la economía ya estaba destruida.

20 mayo 2007

La palabra contra los depredadores (comentario previo del editor)


Esta disertación del escritor David Grossman se están difundiendo por la red de una manera vertiginosa y amplia. Me impresiona como una especie de expiación de muchos israelíes que se saben grandes pecadores durante los días 12 de julio de 2006 hasta el 14 de agosto del mismo año.
También David Grossman se debía un texto de este tenor para sí mismo... En el comienzo de esa calamitosa aventura del ejército y el gobierno israelíes. Grossman, junto a A.B. Ioshua y el siempre oportunista Amos Oz emitieron una deplorable declaración en la que sostenían que "esta guerra está justificada".
La desgracia de perder un hijo en el anteúltimo día de esa guerra ha servido de luctuoso toque de atención para este prestigioso intelectual israelí que siempre se caracterizó por sus posiciones pacifistas, sinceras y fundadas. (Andrés Aldao)

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En el último congreso del Pen Club, el escritor israelí David Grossman leyó este texto. En él, habla del poder de la escritura para liberar a los autores y a la sociedad del congelamiento y la arbitrariedad que impiden entender el propio pensamiento.


"Para bien o para mal, las contingencias de la realidad tienen gran influencia sobre lo que escribimos", dice Natalia Ginzburg en su libro È difficile parlare di sé (Es difícil hablar de uno mismo) , en el que habla de su vida y de su escritura después de pasar por un desastre personal.
Es difícil hablar de uno mismo, y por eso antes de hablar acerca de mi experiencia de escritura actual, en este momento de mi vida, quiero decir algo acerca del impacto que un desastre, una situación traumática, tiene sobre toda una sociedad, sobre todo un pueblo. Y de inmediato recuerdo las palabras del ratón de "Una pequeña fábula", el cuento de Kafka. El ratón, que dice, mientras la trampa lo encierra y el gato lo acecha desde atrás: "Ay... el mundo se hace más estrecho cada día." Sin duda alguna, tras muchos años de vivir en una realidad violenta y extrema, plagada de conflictos políticos, militares y religiosos, puedo informarles, con tristeza, que el ratón de Kafka tenía razón: el mundo, por cierto, se hace cada vez más estrecho, cada vez más reducido con cada día que pasa.
Y también puedo hablarles del espacio vacío que crece lentamente, el espacio que se extiende entre la persona, el individuo y la situación externa, violenta y caótica en la que vive. La situación que determina su vida.Y ese espacio nunca permanece vacío. Se llena rápidamente... de apatía, cinismo y, más que nada, de desesperanza; la desesperanza que provoca situaciones distorsionadas y que les permite persistir, a veces incluso durante generaciones. Desesperanza respecto de la posibilidad de cambiar alguna vez el estado de cosas reinante, de poder redimirse de él. Y una desesperanza aún más profunda... la desesperación por las cosas que esta situación distorsionada saca a la luz, finalmente, en cada uno de nosotros.
Y siento el alto costo que yo y la gente que veo y que conozco pagamos por este persistente estado de guerra. La reducción del "área de superficie" del alma que entra en contacto con el mundo violento y amenazante. La limitación de la capacidad -y de la voluntad- de identificarnos, aunque sea un poco, con el dolor ajeno; la suspensión del juicio moral. La desesperanza que casi todos nosotros experimentamos respecto a la posibilidad de entender nuestros verdaderos pensamientos, en una situación que resulta tan aterradora y engañosa y compleja, tanto en el aspecto moral como en la práctica; y por lo tanto uno se convence de que estará mejor si no piensa y si elige no saber: tal vez estaré mejor si dejo la tarea de pensar y hacer y establecer las normas morales en manos de aquellos que, supuestamente, "saben más".

Y, más que nada, me sentiré mejor no sintiendo demasiado, al menos hasta que esto pase, y si no pasa, al menos habré aliviado de algún modo mi sufrimiento, habré desarrollado una insensibilidad útil, me habré protegido de la mejor manera con la ayuda de un poco de indiferencia, un poco de sublimación, un poco de ceguera deliberada y una gran dosis de autoanestesia. En otras palabras: a causa del perpetuo -y siempre demasiado auténtico- miedo de resultar herido o muerto, o de sufrir una pérdida insoportable o incluso una "mera" humillación, todos y cada uno de nosotros, los ciudadanos del conflicto, sus prisioneros, recortamos nuestra propia vivacidad, nuestro diapasón mental interno y cognitivo, envolviéndonos en capas protectoras que terminan por asfixiarnos.

El ratón de Kafka está en lo cierto; cuando el depredador nos acecha, el mundo se vuelve cada vez más estrecho. Y lo mismo ocurre con el lenguaje que lo describe. Por experiencia propia puedo afirmar que el lenguaje con que los ciudadanos que viven un conflicto sostenido describen su situación se vuelve más plano cuanto mayor es la duración del conflicto. El lenguaje se convierte gradualmente en una secuencia de clichés y consignas. Todo empieza con el lenguaje creado por las instituciones que dirigen el conflicto de manera directa -el ejército, la policía, los diferentes ministerios del gobierno-, rápidamente se filtra a los medios masivos que informan sobre el conflicto, dando nacimiento a un lenguaje aún más ingenioso que pretende ofrecer a su público una historia de digestión más sencilla; y todo este proceso desemboca en última instancia en el lenguaje privado, íntimo, de los ciudadanos del conflicto, aun cuando ellos lo rechacen.

En realidad, es un proceso absolutamente comprensible: después de todo, la riqueza natural del lenguaje humano y su capacidad de expresar los matices y los hilos más delicados de la existencia pueden resultar profundamente hirientes en esas circunstancias, porque nos recuerdan incesantemente esa pródiga realidad de la que nos han despojado, su verdadera complejidad, sus aspectos más sutiles. Y cuanto más irresoluble parece la situación, y cuanto más plano es el lenguaje empleado para describirla, tanto más se reduce el discurso público. Sólo quedan las banales y rígidas acusaciones mutuas entre los enemigos, o entre los adversarios políticos del mismo país. Sólo quedan los clichés que usamos para describir a nuestro enemigo y a nosotros mismos, esos clichés que son, en última instancia, una colección de supersticiones y de crudas generalizaciones en los que nos encerramos y encerramos a nuestros enemigos. El mundo, sin duda, se está haciendo cada vez más estrecho.

Mis pensamientos no aluden sólo al conflicto en Medio Oriente. Hoy en muchas partes del mundo hay millones de personas que enfrentan alguna clase de "situación" en que la existencia personal, los valores, la libertad y la identidad están amenazados en alguna medida. Casi todos nosotros tenemos una "situación" propia, una maldición propia. Todos y cada uno de nosotros sentimos -o podemos intuir- que nuestra particular "situación" puede convertirse rápidamente en una trampa que nos despojará de nuestra libertad, del sentido de hogar que nos proporciona nuestro país, de nuestro lenguaje personal, de nuestro libre albedrío.

En esta realidad escribimos nosotros, los escritores y poetas. En Israel y en Palestina, en Chechenia y en Sudán, en Nueva York y en el Congo. A veces, durante mi jornada de trabajo, después de escribir durante varias horas, alzo la cabeza y pienso... ahora mismo, en este mismo momento, otro escritor a quien no conozco, en Damasco o en Teherán, en Ruanda o en Dublin, está sentado exactamente como yo, practicando este oficio o arte peculiar, quijotesco, dentro de una realidad que contiene tanta violencia expulsiva, indiferencia y humillación. En eso encuentro un aliado distante, que ni siquiera me conoce, pero juntos tejemos esta telaraña intangible, que tiene sin embargo un poder tremendo, el poder de crear y cambiar el mundo, el poder de hacer hablar a los mudos y el poder de Tikkun , de corregir, en el sentido profudo que tiene en la Kabbala.

En cuanto a mí, durante los últimos años, en la ficción que escribí he dado casi intencionalmente la espalda a la feroz realidad inmediata de mi país, la realidad del último boletín de noticias. Escribí antes libros sobre esta realidad y también en los últimos años seguí escribiendo sobre ella, y nunca dejé de esforzarme por entenderla, en artículos y ensayos y entrevistas. Participé en docenas de protestas, en iniciativas internacionales de paz. Me reuní con mis vecinos -algunos de los cuales eran mis enemigos- en cada oportunidad en la que consideré que tenía oportunidad de diálogo. Y sin embargo, en los últimos años, por una decisión consciente y casi como protesta, no hice literatura sobre estas zonas de desastre.

Escribí sobre los feroces celos de un hombre hacia su esposa, sobre los niños sin techo de las calles de Jerusalén, sobre un hombre y una mujer que crean un lenguaje íntimo propio, casi hermético, dentro de una engañosa burbuja de amor. Escribí sobre la soledad de Sansón, el héroe bíblico, y sobre las intrincadas y frágiles relaciones entre las mujeres y sus madres y, en general, entre padres e hijos.

Hace unos cuatro años, cuando mi segundo hijo, Uri, estaba por ingresar en el ejército, ya no pude continuar en el camino que había elegido. Me inundó un sentimiento de urgencia y de alarma, que me llenaba de inquietud. Entonces empecé a escribir una novela que se ocupa directamente de la sombría realidad en la que vivo. Una novela que describe de qué manera la violencia externa y la crueldad de la realidad política y militar atraviesan el tierno y vulnerable tejido de una familia y acaban por desgarrarlo.

"En cuanto uno escribe -dice Ginzburg- milagrosamente empieza a ignorar las circunstancias de la propia vida, aunque la felicidad o la desdicha nos impulsen a escribir de cierta manera. Cuando somos felices, nuestra imaginación es la que predomina. Cuando somos desdichados, prima el poder de la memoria." Es difícil hablar de uno mismo, particularmente cuando se tocan estos temas. Sólo diré lo que puedo decir a esta altura y desde mi lugar.

Escribo. Desde la muerte de mi hijo Uri el verano pasado en la guerra entre Israel y el Líbano, la conciencia de lo que ocurrió está presente en cada momento de mi vida. El poder de la memoria es por cierto enorme y pesado, y a veces tiene una cualidad paralizante. No obstante, a veces el propio acto de escribir crea para mí un espacio, un marco de pensamiento que nunca antes experimenté, donde la muerte no es solamente la absoluta y unidimensional negación de la vida. Los escritores presentes en este auditorio lo saben: cuando escribimos, sentimos que el mundo está en movimiento, es flexible, rebosante de posibilidades. No es un mundo congelado. Siempre que se filtra lo humano... ya no hay congelamiento ni parálisis, no hay más status quo . Incluso aunque a veces creamos equivocadamente que hay status quo , incluso si algunos se esfuerzan por hacernos creer que lo hay. Cuando escribo, incluso ahora, el mundo no se cierra sobre mí ni se vuelve tan estrecho: da muestras de abrirse, de tener un futuro.

Escribo. Imagino. El acto de imaginar me revitaliza. No estoy congelado ni paralizado ante el depredador. Invento personajes. A veces siento que estoy desenterrando gente del hielo con que la realidad los ha amortajado, pero quizás es a mí mismo a quien estoy desenterrando. Escribo. Percibo la riqueza de posibilidades inherentes a cualquier situación humana. Percibo mi capacidad de elegir entre ellas. La dulzura de la libertad, que creía haber perdido. Me permito recurrir a la riqueza del verdadero lenguaje, íntimo y personal.

Escribo y siento que el uso correcto y preciso de las palabras es a veces como la cura de una enfermedad. Una manera de purificar el aire que respiro de las opacas manipulaciones de los villanos lingüísticos. Escribo y siento que la ternura y la intimidad que me unen al lenguaje en todas sus capas, su erotismo y su sentido del humor y su alma, me devuelven la persona que yo solía ser antes de que mi yo fuera nacionalizado y confiscado por el conflicto, por gobiernos y ejércitos, por la desesperanza y la tragedia.

Escribo. Me libero de una de las turbias cualidades distintivas del estado de guerra en el que vivo... la cualidad de ser un enemigo y sólo un enemigo. Hago lo posible por no escudarme, no cegarme ante la justicia que asiste al enemigo y su sufrimiento. Tampoco ante la tragedia y la tortuosidad de su propia vida. Sus errores y crímenes, la conciencia de lo que yo mismo le estoy haciendo. Tampoco ante las sorprendentes semejanzas que veo entre él y yo.

De repente ya no estoy condenado a esta dicotomía absoluta, falaz y asfixiante, a esta elección inhumana entre ser "víctima o agresor" sin tener una tercera alternativa más humana. Cuando escribo puedo ser un ser humano que fluye natural y vitalmente entre sus diferentes aspectos humanos, un ser humano con aspectos en los que se siente próximo al sufrimiento y a la justicia que asiste a sus enemigos, sin renunciar ni a una pizca de su propia identidad.

A veces, cuando escribo, puedo recordar lo que todos sentimos en Israel durante un momento en particular, cuando el avión del presidente egipcio Anwar Sadat aterrizó en Tel Aviv después de décadas de guerra entre las dos naciones: entonces, de pronto, descubrimos qué pesada era la carga que llevamos durante toda nuestras vidas... la carga de enemistad, miedo y sospecha. La carga de un estado de alerta permanente, la pesada carga de ser el enemigo en todo momento. Y qué placer fue sacarse por un momento la poderosa coraza de la sospecha, el odio y el estereotipo, un placer casi aterrador, erguirse desnudo, casi prístino y ver surgir un rostro humano de esa visión unidimensional con la que nos habíamos observado mutuamente durante años.

Escribo. Le doy a un mundo externo y extraño mis nombres más íntimos y privados. En cierto sentido, lo hago mío. En cierto sentido, dejo de sentirme exiliado y extraño para sentirme en casa. Con eso ya estoy haciendo un pequeño cambio en lo que antes me parecía inalterable. Además, cuando describo la hermética arbitrariedad que signa mi vida -la arbitrariedad humana, la arbitrariedad del destino-, de pronto descubro nuevos matices, sutilezas. Descubro que el solo hecho de escribir acerca de la arbitrariedad me permite cierta libertad de movimiento con respecto a ella. Que el solo hecho de enfrentarme con la arbitrariedad me concede libertad... tal vez la única libertad que un hombre pueda tener para defenderse de cualquier arbitrariedad: la libertad de expresar su tragedia con sus propias palabras.

Y también escribo sobre lo que no puede recuperarse. Y sobre lo inconsolable. Entonces, también, de una manera que aún me resulta inexplicable, las circunstancias de mi vida no se cierran sobre mí para paralizarme. Muchas veces, cada día, sentado ante mi mesa, toco el tema del dolor y de la pérdida como quien toca la electricidad con las manos desnudas, y sin embargo no muero. No entiendo cómo se produce este milagro. Tal vez cuando termine de escribir esta novela intente entenderlo. Todavía no. Es demasiado pronto.

Y escribo la vida de mi tierra, Israel. La tierra torturada, frenética, intoxicada por una sobredosis de historia, emociones excesivas que el ser humano no puede contener, excesivos extremos de logros y tragedias, ansiedad excesiva y sobriedad paralizante, memoria excesiva, esperanzas truncas, circunstancias de un destino único entre todas las naciones; una tierra cuya existencia parece a veces ser un relato de proporciones míticas, un relato "más grande que la vida" hasta el punto de desfasarse de la vida misma, una tierra cansada de la esperanza de tener alguna vez la vida normal de un país entre otros países, de ser una nación más entre otras naciones.

Nosotros, los escritores, pasamos a veces por momentos de desesperación y de automenosprecio. Nuestra tarea es esencialmente el trabajo de deconstruir la personalidad, de desarticular algunos de los más tortuosos mecanismos de defensa humanos. Voluntariamente, nos ocupamos de los más duros, feos y crudos materiales del alma. Nuestro trabajo nos obliga, una y otra vez, a reconocer nuestras limitaciones, como seres humanos y como artistas.

Y sin embargo, éste es el gran misterio, la gran alquimia de nuestras acciones: en cierto sentido, en cuanto aferramos la lapicera o tecleamos en la computadora, dejamos de ser víctimas indefensas de aquello que nos ha sometido y humillado antes de que empezáramos a escribir, ya sea nuestra situación o nuestras angustias privadas, la "historia oficial" de nuestro país o el destino mismo.

Escribimos. El mundo no se cierra sobre nosotros. Qué suerte tenemos. El mundo no se hace cada vez más estrecho.

Por David Grossman

Traducción: Mirta Rosenberg