"Los jefes militares leales al presidente Abbas son un cáncer que hay que extirpar"
J. M. MUÑOZ - Yabalia - 21/05/2007
Hace dos décadas el farmacéutico Mohamed Shihab formaba parte del núcleo fundador del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). A sus 50 años, es diputado desde la victoria de su partido en las elecciones de enero de 2006. En su casa del campo de refugiados de Yabalia, comenta la violencia que inunda Gaza de muerte. Convencido de que la lucha de Hamás contra Israel se prolongará décadas, la prioridad, asegura, no es sostener el Gobierno de unidad nacional. Adicto a los símiles, el dirigente islamista afirma de los dirigentes de Al Fatah que encabezan los cuerpos de seguridad leales al presidente: "Son un cáncer. Es el momento de aplicar el bisturí".
Pregunta. ¿Por qué no se logra un acuerdo firme con Al Fatah?
Respuesta. Nuestro problema no es con Al Fatah, sino con ciertas corrientes de ese partido. Los colaboracionistas con Israel hacen lo que les viene en gana y nadie es capaz de controlarlos. No hacen prevalecer los intereses del pueblo palestino porque deben conseguir que sus jefes israelíes y estadounidenses estén satisfechos. Nada más poner en marcha un plan de seguridad hace 10 días, estalló la violencia de nuevo. Lo que está ocurriendo es un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos.
P. ¿El presidente Mahmud Abbas no controla Al Fatah?
R. No pinta nada. No manda, pero desea que su partido termine con Hamás. No podrán con nosotros. Hemos alcanzado acuerdos con Abbas, pero otros dirigentes siguen otras agendas. Estos grupos son un cáncer que también va a acabar con Al Fatah. Son Mohamed Dahlan, consejero de Seguridad Nacional, Rashid Abu Shabak, jefe de la Seguridad Preventiva, y su gente, que están formando escuadrones de la muerte. Abbas no quería nombrar a Dahlan, pero se lo impusieron EE UU e Israel.
P. El Gobierno de unidad no resuelve problemas de la vida cotidiana. ¿Tiene los días contados?
R. Ahora lo más importante es extirpar este tumor, porque estas personas son quienes destruyeron el anterior Gobierno, destruyen el actual y destrozarían el próximo. No me preocupa el Gobierno de unidad. Tenemos que aplicar el bisturí porque Al Fatah no puede hacerlo. Ni siquiera muchos de sus dirigentes que se oponen abiertamente a Dahlan. Todos saben que si llegara al poder la gente limpia de Al Fatah, los colaboracionistas acabarían en la cárcel o muertos.
P. ¿Cuánto durará la violencia entre los dos partidos?
R. A Dahlan le han dado un plazo de dos meses para atacar a Hamás e intentar destruirnos. Pero va a terminar como Antoine Lahad, el jefe del Ejército del Sur de Líbano (aliado de Israel), que acabó abandonado por los cristianos. Eso si vive. Nuestra religión dice que quien mata, debe morir.
P. ¿Cual será la reacción israelí?
R. Operaciones aéreas. Saben que si van más allá, no conseguirán nada. Sólo quedarán al descubierto los colaboracionistas que ayudan a Israel.
P. Hosni Mubarak afirmó el miércoles que Egipto pretende desalojar a Hamás del Gobierno. ¿Están solos?
R. Su representante en Gaza negó esas declaraciones. Poco importa. Sobre el terreno se constata que son ciertas. Mientras la policía egipcia maltrata a los dirigentes de Hamás en la frontera de Rafah, dejan pasar a los miembros de la Guardia Presidencial para que luchen contra nosotros. No nos interesa enfrentarnos a los países de nuestro entorno.
P. Mucha gente opina que la catastrófica situación económica y el desgobierno también van a afectar a Hamás.
R. El pueblo sabe distinguir. Ahora se siente mucho más amenazado por la falta de seguridad que por la situación económica. Y también sabe que Hamás no es responsable de la inseguridad. Antes de que llegáramos al poder la economía ya estaba destruida.
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