30 abril 2008

Fumarse un porro en el Ejército

SAL EMERGUI desde Jerusalén

30 de abril de 2008.- Ocurrió tras una de las últimas incursiones del Ejército israelí en la Franja de Gaza. Cerca de la frontera, miembros de la Policía Militar esperaban el regreso de las tropas. Protegidos con chalecos antibalas al ser una zona llena de francotiradores, los investigadores esperaban a un soldado. "Teníamos sospechas de que llevaba encima hachís. Como hacía unas horas habíamos detenido a cuatro compañeros suyos en una base militar en posesión de drogas ligeras, temíamos que al volver de la operación en Gaza, fuera avisado por el teléfono móvil. Por eso, fuimos hasta la línea de combate. Le sorprendimos y tras un rápido registro encontramos una droga muy parecida a hachís", cuenta uno de los investigadores.
El Ejército israelí ha declarado la guerra al consumo de drogas en sus filas. Tradicionalmente, las normas castrenses eran muy duras con los soldados en cuestión. En primer lugar, los jóvenes israelíes que antes de cumplir los 18 años (cuando son reclutados obligatoriamente, tres años para los varones y 20 meses para las chicas), son pillados consumiendo algún tipo de drogas no eran aceptados en el Ejército. En segundo lugar, los soldados en posesión de drogas eran castigados con la expulsión fulminante.
Una política de mano dura que en los últimos años se ha matizado intentando "dar una segunda oportunidad". En el último año, 70 soldados que reconocieron consumir drogas ligeras mientras estaban en servicio no han sido expulsados. Una comisión especial interna decide y escucha cada caso. Si se convencen que no volverán a las drogas, serán solo sancionados pero no expulsados. En los últimos meses, la comisión ha estudiado 130 casos de soldados que han reconocido 'el pecado' o han sido pillados consumiendo drogas. 70 han recibido 'una segunda oportunidad' y siguen en el Ejército y al resto les han enseñado la puerta. Una mancha en su currículum en Israel ya que a la hora de buscar trabajo deberán explicar el motivo de su expulsión.
La alarma sobre el uso de drogas se ha activado. El motivo, que el perfil del consumidor no es ya solo el habitual soldado raso que hace aburridas guardias en 'tranquilas' bases y que para pasar el tiempo y 'sentirse mejor' se apresta de marihuana u otras materias. Los oficiales han visto cómo con mayor frecuencia soldados de varias unidades de élite no dudan en fumarse un canuto antes o después de una peligrosa operación. Como el soldado detenido tras volver de una incursión en Gaza. Miembro de la unidad Golani, no tuvo reparos en llevar en uno de los bolsillos una pequeña cantidad de hachís. "Tras una investigación de varias semanas, llegamos a la conclusión que cinco soldados no solo fumaban las drogas fuera de servicio sino incluso durante las operaciones militares o en alguna guardia de una base fronteriza con Gaza", dice una fuente del Ejército.

La oficina del portavoz militar: "El Ejército lleva a cabo una guerra sin cuartel contra el uso de drogas".
Tras reconocer las acusaciones, los cinco soldados siguen detenidos en una cárcel militar esperando un veredicto final pero sobre todo ejerciendo de ejemplo para que otros se lo piensen dos veces antes de fumarse un porro en el Ejército.

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