16 enero 2008

El “tuertismo” o “me disfrazo de pirata”

Con el artículo de más abajo, comencé una nota polémica dedicada a un periodista argentino israelí que vive apegado al sionismo delirante. No retiro una sola palabra del mismo aunque pasaron dos largos años. La nota decía lo siguiente:

por Andrés Aldao

Cuando era pibe me gustaba disfrazarme de pirata. Pibe judío rioplatense, de hogar proletario, el disfraz de corsario era barato; gratis diría. Le pedía un pañuelo de cuello a la vieja, me metía un parche sobre el ojo, una pañoleta en la cabeza, un pantalón rotoso (lo único que tenía...), una “espada” de madera, un trapo negro enrollado en una pierna desde la rodilla hasta el tobillo (la pata de palo), y listo, ya tenía el disfraz... Y a disfrutar del carnaval.

Que nadie se preocupe: no voy a escribir una nota sobre los disfraces en el Buenos Aires de antaño... Deseo compartir con los lectores las enseñanzas que me deparó ese disfraz. Porque allí aprendí una lección muy importante para mi futuro: el que ve con un solo ojo es un tuerto, ve la mitad de la vida, la mitad de la realidad, su mitad derecha, o la izquierda, pero sólo una. De allí me viene esa sensibilidad hacia las personas que ven un solo lado de la realidad, de la historia, de los conflictos y las guerras. Son los tuertos...los que practican el “tuertismo”.
Por lo general, los políticos (del oficialismo y de la oposición) son tuertos de vocación, a sabiendas. Practican el tuertismo con un entusiasmo fuera de lo común. El mundo es una mitad... la mitad que les conviene, la que les lleva tantos a sus juegos de truco–planes.
Aunque no sólo los políticos, los funcionarios, los gobernantes e incluso una gran parte de los gobernados practican el tuertismo. También la prensa, la televisión, las radios, y los relatores de fútbol son practicantes asiduos del tuertismo... Y los comentaristas, sobre todo los que comentan “política”... que siempre buscan el tema picante para tuertear a trochi moche.
Con toda seriedad (no importa la edad), se ponen el disfraz de corsario, el traje de Sandokán y el parche en el ojo, el atuendo clásico que los caracteriza y los distinge del resto de los mortales. Ejercen el tuertismo con una ejemplar aplicación... Aunque hay un secreto, una trampa: el parche, aunque negro, es traslúcido, permite ver...

Ahora tenemos un tema tuerto, el Hamás, que ocupa las primeras planas de la prensa, convoca a los comentaristas, sacude a los candidatos de Kadima, Likud y Avodá, Olmert, Netaniahu y Peretz (y ahora Barak, nota del autor)... Con el ojo tuerto y a contramano de la historia, nos atemorizan: ¡Cuidado, socorro, viene el Hamás, la organización de terroristas que quiere la destrucción de Israel, que no reconoce la existencia del Estado de Israel, que ahora no sólo seguirá siendo una estructura criminal sino que va a estar al frente del gobierno... Oi va boi lanu, oi va boi... (pobre de nosotros...)

Una pregunta cándida de viejo corsario, con perdón de los presentes: ¿qué era la OLP? ¿quién era Yaser Arafat –preguntaban con fruición Rabin, Shamir, Netaniahu, Barak– sino un asesino de judíos con las manos tintas de sangre? ¿Cuál es la diferencia entre Arafat y la OLP, por un lado, y los jefes del Hamás? ¿Hay alguna, mis estimados tuertos? ¿Los documentos de la OLP previos a Oslo y los documentos del Hamás son diferentes en algún punto? Cuándo la OLP (el FATAJ, si les gusta más) quitó el espinoso y conflictivo punto de la destrucción del Estado de Israel, reconoció al estado, y el derecho del pueblo judío a tener su país.
¿A qué viene esa deformación de la realidad, esa visión tuerta y tortuosa, ese deseo irreprimible de colmar de pánico a nuestro pueblo cansado de la guerra, de los duelos y el terror recíproco, de las felonías de nuestros políticos y de las frases retorcidas de los comentaristas políticos que saben, muy bien (tan bien como los políticos que tienen el 28 de marzo delante de sus narices), que la paz se hace con el enemigo? ¿O sensu contrario con quién?
Tuvieron a Abu Mazen a su disposición, lo pelotearon, lo humillaron, le exigieron que en meses “desarme” a los guerrilleros palestinos (cuando Israel con el ejército, durante largos años, no pudo ni puede materializar la tarea...). Lo encerraron en un gueto, lo dejaron a la “intemperie”, lo usaron como vocero de las exigencias israelíes. Pero nada de nada. Fue entonces cuando el Hamás (que aceptó la hudna, que ya lleva un año y dos meses de vigencia) se consagró vencedor en las elecciones más limpias y democráticas que se hayan realizado alguna vez en los países árabes del Cercano Oriente...
Ahora bien, hay que preparar la tortilla antiHamás con todos sus componentes... Por ejemplo, vincular la lucha de los palestinos por su independencia, por la recuperación de los territorios ocupados y la construcción de su propio estado con... el antisemitismo y el nazismo! Aquí está el golpe maestro... una hermosa voltereta al estilo Pilar Rahola. Je je: ¡Esta es la mamá del borrego! Aquí reside el auténtico secreto: el Hamás no es tan malo, muchachos, se podría incluso tratar, intentar, probar de negociar con ellos... Pero por Dios, además de terroristas, musulmanes y palestinos son... ¡antisemitas! Como Anwar Sadat, ¿lo recuerdan? Lo tienen escrito, figura en la carta fundacional, nos dicen con el terror pintado en sus PC. Igualito que la OLP (o el FATAJ, si les gusta más).
Evocan el ascenso de Adolf Hitler al poder, el 3er. Reich, la noche de los cristales. Es lo mismo, un calco, Hamás uber alles: ¿quién podrá hacerles frente? ¿eh? Tzáhal no existe, la aviación de Israel no existe, no hay tanques, no hay soldados, no hay funcionarios de seguridad: estamos solos frente al Hamás... disfrazados de piratas...
Otra pregunta inocente... Y si los Hamasiniquim son tan antisemitas, si se revuelcan en la sangre de los judíos que asesinan... ¿cómo es que durante un año y dos meses no han despachado a ningún judío?. ¿Cómo es que han respetado la “hudna”? ¿Porqué tenían que aceptar hudnas con los sionistas judíos, eh? Pero claro, incluir en la tortilla el componente antisemita amedrenta más, ensombrece la coreografía, la gente que vive en la pavura percibe la proximidad del Apocalipsis, los últimos días del reino de Dios, ¡Socorro, viene el Hamás, el fin del mundo está muy cercano!
A los politicos israelíes el triunfo del Hamás les vino como anillo al dedo, o como disfraz de corsario para el tuerteo... Y la campaña electoral.
Netaniahu proclamó, no bien se conoció la victoria del Hamás en las elecciones de los territorios ocupados, que Olmert va a negociar con ellos (consigna mucho más tuerta que aquella de que “Olmert va a repartir Jerusalém”). Oportuna y oportunista. De inmediato Olmert, que les pagó los tributos que le corresponde por derecho a la Administración Palestina y al pueblo palestino, reaccionó y encontró de inmediato un lugarcito bajo el cielo pirata y se tapó un ojo. Lo mismo hizo Amir Peretz. Sí, el mismo que apoyó todas las huelgas de las grandes compañías y dejó morir a todas las empresas israelíes de la industria liviana, quien también se sumó al coro angelical anti Hamás.
Ahora quieren ganar las elecciones en Israel, y para llegar al gobierno se desviven por escarmentar al Hamás. Inmediatamente después del 28 de marzo se quitarán el parche negro del ojo y el disfraz de filibustero, tratarán de negociar un acuerdo sin acuerdo, propondrán retirarse de partes de las zonas ocupadas. Y todo en orden. Lo mismo que ocurrió con la OLP y Arafat: el apretón de manos, la firma de documentos tipo Oslo, un abrazo (sabiendo que es un gesto para la TV y la prensa escrita), etc. Y la derecha fanática kanahista atacando, agrediendo (o matando a un primer ministro de Israel por la mano criminal de un asesino judío...).
Pero esa historia de Oslo fue paso a paso, ¿recuerdan? Primero, Israel reconoció el derecho de los palestinos a recobrar su suelo, su derecho a la autodeterminación nacional. Y la OLP, en consecuencia, reconoció al Estado de Israel, borró los puntos conflictivos...
Cuando ello ocurra –y no hay ninguna duda de que va a ocurrir...–, los graciosos comentaristas políticos de los diarios y las radios se van a tener que tragar las profecías, sus grandes conocimientos de las cartas fundacionales de los “grupos terroristas”, y deberán comenzar a desovillar la histeria del antisemitismo y toda la joda esa. Excepto que los asesinatos selectivos continuen y los eternos provocadores logren desatar la tercera intifida.*
Una vez más Goethe va a alumbrarnos con aquella frase de antología que iluminó el camino de muchos politólogos modestos, analíticos, serios, enemigos de la demagogia: “La teoría es gris, pero el árbol de la vida es verde, eternamente verde”. Muy claro, ¿no?
Conviene, desde ya, quitarse el parche del ojo y las prendas de bucanero. Y aprender la lección de uno de los mejores luchadores israelíes por la paz, el “Ieque” Uri Avnery: El único camino para lograrla es admitir y negociar con la “otredad”, con el “otro...”.

Ya soy adulto, muy adulto: ya hace mucho tiempo que no me disfrazo de pirata ni me pongo parches negros sobre el ojo... Cuando era ese pibe judío rioplatense que jugaba en las calles de Buenos Aires, ser pirata era una travesura agradable, barata, inocente. Hoy es un acto suicida, un mirar hacia otro lado cuando el futuro nos pide cuentas: ser tuerto es marchar a contramano de la historia ■

2 comentarios:

silvia dijo...

CLARO Y CONTUNDENTE. QUIEN NO QUIERA OIR QUE NO OIGA...LUEGO SERÁN LAS CONSECUENCIAS. EXCELENTE


SILVIA

Willie Heine dijo...

Pensamiento, opinión y lucha en clarísimo texto. Excelente artículo Andrés. Mercedes Sáenz