22 julio 2008

BARUJ GOLDSTEIN / AMI POPER / YGAL AMIR / EL GRUPO DE ASESINOS JUDÍOS DE LOS AÑOS 80

LA MEMORIA TENDENCIOSA Y RUIN
uN LECTOR, INGENUO (O NO...?????) LE RECRIMINA A TODO UNA SUPUESTA SIMPATÍA POR EL ASESINO KUNTATR. A LA INFAMIA DE LA CALUMNIA, LE RECUERDO ALGUNOS MUCHACHOS DE ISRAEL QUE TIENEN LAS MANOS, LA CONCIENCIA Y LA MEMORIA LLENA DE SANGRE...


¿Actuó Goldstein realmente solo?


Un militar resucita la teoría de que el asesino fue apoyado por otro tirador



RAMY WURGAFT
CORRESPONSAL
JERUSALEN ¿Tuvo Baruj Goldstein un cómplice para perpretar la matanza en el Templo de los Colonos? El testimonio de un sargento de la Policía Militarizada, ante la comisión que investiga los sucesos del viernes 25 de febrero, resucita una hipótesis que los altos mandos militares de la ciudad de Hebrón descartaron (¿premeditadamente?) en sus declaraciones: que el asesino de la gruta de Abraham no actuó solo.
Kobi Yosef, quien se encontraba de guardia al desatarse el tiroteo, declaraba ayer que Baruj Goldstein ingresó en el santuario portando un fusil M-16 y que minutos más tarde, entró «otro individuo», con un fusil Galil de cañón recortado. Este testimonio contradice la versión entregada por los superiores del sargento Yosef, según la cual Baruj Goldstein poseía un fusil del tipo Galil y que ésa fue el arma del crimen.
Interrogado acerca de la identidad del «segundo individuo», el sargento Yosef respondió, tras cierta vacilación, que se trataba de «un colono», pero no supo identificarlo por su nombre.
Kobi Yosef volvió a contradecir las declaraciones de sus superiores, al señalar que él y otro soldado que montaban guardia en la gruta, hicieron algunos disparos, «pero no en dirección a los fieles islámicos». Anteriormente, el gobernador militar de Hebrón, coronel Shalom Goldstein, había atestiguado que las fuerzas de seguridad no abrieron fuego dentro del Templo.
Otro testimonio revelador, especialmente en lo que concierne a las relaciones que mantenía Baruj Goldstein con los responsables militares de Hebrón, fue el que entregó ayer el subteniente Rotem Ravivi, jefe directo de la dotación que custodiaba la gruta, la madrugada de la masacre. Rotem Ravivi reveló que fue él quien dejó entrar a Goldstein al santuario. «Al ver que vestía uniforme le pregunté si estaba cumpliendo su servicio de reservas, a lo que él me respondió que sí. Le di los buenos días y le dejé entrar», afirmó el subteniente. Y agregó más adelante: «El Ejército había proporcionado a Goldstein una radio y un fusil Galil. Además le daban permiso para aparcar su coche junto a la gruta, lo que está prohibido para el resto de los colonos. Todas estas prerrogativas, me hicieron pensar que Goldstein era un buen ciudadano».

Alivio en los cuarteles y protestas de los judíos moderados y los palestinos


La comisión investigadora sostiene que sólo el colono Goldstein fue responsable del asesinato de los 29 fieles árabes-El alcalde palestino de Hebrón dice que la sentencia muestra la «injusticia de la Justicia hebrea»



RAMY WURGAFT, CORRESPONSAL
JERUSALEN.-Ayer fue un día de fiesta para los «halcones» judíos y de ira para los israelíes moderados y los palestinos. La comisión judicial que investigó la matanza del Templo de los Patriarcas, absuelve al Gobierno y al Ejército israelí, de toda responsabilidad por los sucesos ocurridos la madrugada del 25 de febrero, en la ciudad cisjordana de Hebrón.
Fue entonces cuando Baruj Goldstein, habitante de la colonia judía de Kiriat Arba, abrió fuego dentro del santuario judeo-musulmán, dando muerte a 29 fieles árabes e hiriendo a más de cuarenta.
Además de poner en peligro el proceso de paz, el atentado de Goldstein desató una ola de violencia en la que murieron otros cuarenta palestinos y doce israelíes.
El informe de la comisión investigadora, sorprendió por su suavidad tanto a los políticos como a la cúpula del Ejército. Según divulgó la prensa, varios de los altos mandos militares habían contratado abogados, previendo que la comisión «haría rodar algunas cabezas castrenses».
Los temores resultaron infundados y todos los generales dejaron escapar un suspiro de alivio. Porque en el capítulo que hace referencia a la hilación de los hechos, el documento establece que «la matanza no pudo ser evitada ya que no existían elementos suficientes» como para haberla anticipado.
En este punto clave, la comisión que encabezaba Meir Shamgar, presidente del Tribunal Supremo de Israel, dio la razón al testimonio del jefe del Ejército, general Ehud Barak, quien afirmó que la masacre fue tan imprevisible, como «un trueno en un día soleado».
ADVERTENCIAS.- Curiosamente, el documento de 339 páginas, apenas menciona las advertencias que el Servicio de Seguridad General (SHABAK) hizo al Ejército y al Gabinete de Isaac Rabin, sobre la intención de los colonos radicales de efectuar un atentado durante Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes. «La propia esposa del doctor Baruj Goldstein desconocía las intenciones de su marido», comenta el informe, lavando así de toda responsabilidad a los jefes militares de la ciudad de Hebrón. Es más, el informe justifica las «reglas de apertura de fuego» vigentes hasta el día de hoy, que prohíben a los soldados disparar sobre los colonos, incluso si estos últimos ponen en peligro las vidas de otras personas, tal y como sucediera en aquel fatídico viernes de Ramadán.
De modo que de acuerdo al informe Shamgar, la matanza de Hebrón tuvo como responsable directo solamente a su autor material, el doctor de origen norteamericano Baruj Goldstein. La comisión descartó que el asesino tuviera cómplices o que algunos de los fieles murieran por los disparos que hicieron los soldados.
La única culpabilidad indirecta rebota en los tres agentes de la Policía Militarizada que llegaron con retraso a su turno de guardia. La comisión sostiene que su presencia en el recinto sagrado pudo «ahorrar sangre» si bien no evitar por completo la masacre. Pero la comisión no solicita el enjuiciamiento de los soldados en cuestión, ni de cualquier otro militar o civil vinculado a la seguridad de los territorios palestinos ocupados.
A la pregunta de por qué se permitió a Goldstein meter todo un arsenal en el Templo, la comisión responde que el susodicho entró con su uniforme de oficial, por lo cual no podía despertar sospechas. En el capítulo de las recomendaciones, la comisión de la que formaban parte tres jueces, un historiador y un ex jefe del Ejército, sugiere prohibir la entrada de personas armadas al Templo, sean estos civiles o soldados.
Sugieren también crear una fuerza parapolicial para velar por la seguridad en su interior.
BARRERA DIVISORA.- El documento considera insuficiente la barrera que separa a los fieles judíos de los musulmanes dentro de la sala de Isaac y pide la instalación de un tabique a prueba de balas.
Las reacciones al informe no se hicieron esperar. El alcalde palestino de Hebrón, Muhamad Natshe, calificó el documento como «una comedia que retrata la injusticia de la justicia israelí».
El diputado israelí Dedi Tsuker, del frente pacifista Merets, que forma parte de la coalición del Gobierno, coincidió con Natshe en que los investigadores dejaron de lado que la masacre fue precedida por «los continuos vejámenes de los colonos mientras el Gobierno militar y la Policía israelíes hacían caso omiso de las denuncias».
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Sharon recuerda la diferencia del trato de los jueces con él
En 1983 tuvo que dimitir como ministro de Defensa por vinculársele en la masacre de palestinos en Beirut
El «halcón de los halcones» israelí, el ex ministro de Defensa, Ariel Sharon, elogió ayer la sentencia de los jueces israelíes, pero lamentó que no hubieran actuado de igual manera con él en 1983.
Sharon tuvo que dimitir tras ser acusado de responsable indirecto de las masacres de palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila, en Líbano, que llevaron a cabo milicianos cristianos aliados de Israel.
El, en otra época, líder de la línea más extremista del Likud, actualmente en la oposición, fue considerado por la comisión investigadora Kahan en 1983 como principal responsable de aquella impresionante masacre, fundamentalmente de mujeres y niños refugiados.
«Arik», como lo llamaban sus compañeros de partido, fue el hombre que en 1982 envió cientos de carros de combate para cercar Beirut, dirigiendo un ataque mortífero contra los milicianos y los refugiados palestinos.
Fue a partir de esa inesperada y rápida invasión militar israelí en Líbano, que Yasir Arafat y sus hombres debieron abandonar sus cuarteles generales en Beirut para refugiarse en Túnez.
A pesar de que Sharon fue encontrado culpable de la masacre de civiles, posteriormente pudo ocupar la cartera de ministro de Vivienda, puesto que utilizaría para fomentar los asentamientos judíos en los territorios árabes ocupados, destruir viviendas de palestinos y «sellar» otras a cal y canto.
Sharon critica la «blandura» del régimen laborista de Isaac Rabin frente a los palestinos, considera una «traición» la devolución de la franja de Gaza y Jericó y augura que con la nueva política autónoma palestina, aumentarán los actos violentos contra Israel.
Sharon sueña con volver a ser protagonista de la realidad política judía una vez que se desgaste el Gobierno Rabin.

1 comentario:

alicia-susana-gomez-bruzzone.blogspot.com dijo...

Dijo, hace poco, el gran defensor de los DDHH, Osvaldo Bayer: "Me he propuesto no tener más piedad con ningún genocida..." Seguramente la locura que reina en Medio Oriente es el producto de maléficos planes ajenos a ellos mismos. Cuando los judíos de todo el mundo retornaron a las tierras ancestrales, se habían propuesto crear, en la diversidad, una sociedad de todos y de nadie, en convivencia con los vecinos, y no distinguían fronteras, ya que se necesitaban unos a otros, en respeto mutuo. ¿Quiénes destruyeron la utopía? Lo sabemos. Todos lo sabemos.