AMENAZAS DE GUERRA TOTAL

Israel y Hamás se intercambian amenazas de guerra total

LAURA L. CARO CORRESPONSAL
GAZA. El baño de sangre que esta semana dejó 30 muertos en Gaza y uno en la ciudad hebrea de Sderot, dio paso ayer a una escalada de amenazas mutuas entre Israel y Hamás, que hacen temer un recrudecimiento del conflicto. La advertencia más grave llegaba desde Jerusalén, donde el viceministro de Defensa, Matar Vilnai, anunciaba que «cuanto más se intensifique el fuego de los kassam y los cohetes alcancen mayor distancia, los palestinos atraerán sobre sus cabezas un holocausto mayor, porque -decía- utilizaremos todo nuestro poder para defendernos».
A pesar de que un portavoz precisó que Vilnai había empleado el término «shoa» -que en hebreo designa el genocidio judío- en su acepción de «desastre», Hamás no perdió oportunidad de denunciar que el pueblo palestino «se enfrenta a nuevos nazis que quieren matarnos e incinerarnos». Ni tampoco de desafiar a su enemigo subrayando que pronto sus cohetes estarán tecnológicamente listos para alcanzar «cualquier objetivo» en Israel, según aseguró ayer en Gaza el diputado islamista Fathi Hamad durante una protesta masiva en la franja contra las últimas operaciones militares. Hasta el depuesto primer ministro, Ismail Haniyé, salió de su escondite para intervenir en la manifestación y reiterar que Hamás no se rendirá.
Provocaciones
El intercambio de provocaciones se disparaba coincidiendo con la reavivación en Israel del debate sobre la procedencia de «reocupar» la franja de Gaza ahora, cuando Hamás ha utilizado proyectiles Grad de 122 milímetros - más conocidos como Katiusha- capaces de alcanzar objetivos a 20 kilómetros. Entre 10 y 15 de ellos impactaron esta semana en Ashkelon, de 120.000 habitantes, e Israel dice que dentro de su radio peligra la vida de un cuarto de millón de sus ciudadanos.
El jefe del Comité parlamentario de Defensa, Tzachi Hanegbi, del Kadima, reclamó que se prepare al Ejército para derrocar a Hamás y ocupar «las áreas desde donde disparan los cohetes», para quedarse en ellas durante años.
Ante el riesgo de una escalada, Estados Unidos ha enviado el destructor USS Cole al Mediterráneo Oriental para evitar que pudiera abrirse un segundo frente en el Líbano.