SAL EMERGUI - Jerusalén - 09/06/2007
A raíz de las últimas informaciones, movimientos militares y mensajes secretos, Israel y Siria se encaminan en los próximos meses a negociaciones de paz o a un conflicto bélico. Ayer, la balanza se inclinó ligeramente hacia el primer escenario tras darse a conocer el mensaje que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha enviado al presidente sirio, Bashar el Asad, gracias a la mediación de Turquía y Alemania. Ambas partes no han desmentido esta noticia revelada ayer por el diario israelí Yediot Ajaronot.
"Soy consciente del precio de un acuerdo de paz con Siria y estoy dispuesto a pagarlo", dice Olmert en referencia a la devolución de los Altos del Golán, territorios que precisamente hoy hace 40 años, en la guerra de los Seis Días, fueron ocupados por las tropas israelíes en un ataque que duró 36 horas.
A cambio, Olmert exige a Damasco que "deje de promover el terror de los grupos Hamás y Hezbolá y disuelva gradualmente sus alianzas con Irán". Fuentes oficiales israelíes aseguran que "de momento la respuesta de Asad ha sido el silencio". En una reciente reunión de su Gobierno, Olmert confesaba: "Yo sé que Asad ha recibido mis mensajes personalmente". Un diplomático sirio reconoció: "Siria está abierta a las negociaciones con Israel pero no somos muy optimistas con vistas a un acuerdo de paz".
Antes de dar este paso, Olmert buscó la bendición de EEUU, contrario hasta el momento a los contactos con el régimen de Damasco. El camino se allanó el pasado 24 de abril, día de la independencia de Israel. En una conversación telefónica de una hora, Olmert le comentó al presidente Bush que "considerando casi nulas las posibilidades de avanzar en las negociaciones con los palestinos", desea comprobar la opción de Siria. Bush le dio luz verde con la condición de que se limiten a negociar sobre el Golán.
Reunión en Washington
Olmert y Bush se reunirán dentro de 10 días en Washington para, al margen de hablar sobre Irán, discutir hasta qué punto se puede resucitar el diálogo israelo-sirio.
El mensaje de Olmert ha provocado la contundente oposición de los partidos más nacionalistas. El Likud le acusó "de no tener la legitimidad del pueblo para retirarse del Golán. Olmert demuestra una vez más que es un peligro para la seguridad del país". La reacción de la izquierda fue de satisfacción cautelosa, ya que temen que "sea una maniobra de Olmert para sobrevivir políticamente y usar el frente sirio para desviar la atención y que se olviden sus errores en la guerra del Líbano", en palabras de Zehava Galon, diputada de Meretz.
Israel ofrece a Siria devolver el Golán a cambio de romper con Irán y el terror
LAURA L. CARO CORRESPONSAL. JERUSALÉN.
A pesar de las advertencias del Mossad de que tras de las ofertas de diálogo de Damasco no hay más que el interés de Bashar al Assad de aliviar la presión internacional sobre su país, Israel ha entablado contactos con Siria para evacuar los Altos del Golán a cambio de la paz.
El inicio del acercamiento era confirmado por el ministro de Construcción, Meir Shitrit -«se ha creado un diálogo entre Israel y Siria», proclamaba en la radio pública- el mismo día en que el diario «Yedioth Ahronot» de Tel Aviv daba cuenta ayer de los «mensajes secretos» trasladados recientemente por el primer ministro Ehud Olmert al presidente Assad relativos a la disposición del Estado hebreo de abandonar la meseta conquistada en 1967 en el marco de «un acuerdo global de paz», y siempre que Damasco «deje de promover el terror» rompiendo su alianza «con Irán y los grupos terroristas en la región».
Según declaraciones de Shitrit, miembro del Kadima, de alcanzarse un pacto en este sentido, Siria accedería primero a un régimen de «arriendo» sobre el Golán durante los próximos 25 años, tiempo que Israel se tomaría para certificar que el país vecino deja de constituir una amenaza para su seguridad y que daría paso, a la plena soberanía de Damasco sobre los altos ocupados.
Intermediarios turcos
De acuerdo con el rotativo hebreo, Olmert habría recurrido a intermediarios turcos y alemanes para comunicarse con el dirigente sirio sólo después de recibir el beneplácito de Bush en el transcurso de una conversación telefónica mantenida el pasado 24 de abril, día de la independencia de Israel, durante la que el mandatario estadounidense habría concedido su aprobación al inicio de negociaciones, pero descartado cualquier participación de su país en un posible proceso.
Las condiciones de Washington -que hasta enero de 2000 patrocinó el último intento de paz ensayado entre Israel y Siria- incluirían también órdenes a Ehud Olmert de que las conversaciones se limiten a la devolución del Golán. Los pasos del primer ministro orientados a descongelar el trato con Damasco encendían ayer las iras de la oposición, en especial del Partido Nacionalista Religioso, que acusaba a Olmert de emprender esta maniobra sólo para salvarse. «Está dispuesto a todo, hasta a vender los Altos del Golán, para mantenerse en el poder», reprochaba el diputado Zevulon Orlev, abundando en que una negociación con Siria constituye casi la única opción del jefe del Ejecutivo de dotarse de una agenda política capaz de conjurar su impopularidad, su ineficacia y sus responsabilidades en la estrepitosa derrota de la guerra contra Hizbolá en 2006.
Con todo, la iniciativa responde a las voces que han reclamado a Israel un esfuerzo para prevenir una guerra con Siria que podría desencadenarse por un simple error de cálculo sobre las verdaderas intenciones del contrario, el lanzamiento de un ataque de Irán, el calentamiento de la frontera con el Líbano o un colapso del régimen de Beirut. Ante esta posibilidad, el Ejército hebreo ha intensificado en los últimos meses sus ejercicios militares en las inmediaciones del Golán.
Siria se prepara también para la guerra, como lo evidencian sus maniobras y las adquisiciones de armas orientadas a compensar la debilidad de su Fuerza Aérea, caso de los misiles balísticos Scud-D -que ya probó en febrero, y que con 700 kilómetros de alcance amenazan todo el territorio israelí- y los planes para comprar a Rusia los sistemas de precisión Iskander y los antiaéreos SA-300.
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