Un tribunal de Milán acusa a 26 agentes de la CIA del secuestro de un imán egipcio
LAURA LUCCHINI - Milán - 09/06/2007
El primer juicio contra la política antiterrorista de los servicios secretos de Estados Unidos se inició ayer en Milán: 33 personas están acusadas del secuestro y traslado ilegal a Egipto, en 2003, del imán egipcio Abu Omar, de 44 años. Entre los encausados figuran 26 agentes de la CIA, el ex director de los servicios secretos militares italianos (Sismi), el ex número uno del contraespionaje y dos altos funcionarios del Sismi. El juez del tribunal, Oscar Magi, declaró en rebeldía a los 26 agentes por entender que conocen las acusaciones contra ellos y no se han presentado al juicio.
El imán radical egipcio Osama Mustafá Hasan Naser, alias Abu Omar, contra el que la justicia italiana mantiene cargos por terrorismo internacional, fue secuestrado en Milán en febrero de 2003. De ahí fue trasladado a la base italiana de Aviano, de allí a Alemania y, con posterioridad, a varias prisiones de Egipto. En total, sufrió un calvario de cuatro años en prisión sin que mediara acusación ni juicio. Torturado, violado y aislado, al poco tiempo de ser liberado, el pasado febrero, paseaba por las calles de Alejandría y declaró a este periódico: "Apenas puedo hablar. Me han reventado los riñones. He llorado tanto todo este tiempo que ahora no puedo contener la alegría". También expresó su deseo de que lo admitieran como testigo de cargo contra quienes le "machacaron la vida para siempre".
El deseo de Abu Omar de comparecer en Milán parece estar dando sus frutos, ya que el juez Magi ha aceptado su presencia en la sala como parte civil, así como la de su esposa. Pero aún tienen que conseguir el permiso del Gobierno egipcio para desplazarse.
El abogado de Abu Omar, Montasser Al-Zayat, llegó ayer por la mañana desde Egipto a Milán. Antes de entrar en la sala donde se celebra el juicio, declaró que Abu Omar quiere viajar a Italia, aunque sea "a costa de ir a la cárcel". La fiscalía de Milán tiene abierta una causa contra él por presuntos delitos de terrorismo internacional.
Obstáculos de Egipto
El letrado del imán asegura que las autoridades egipcias están poniendo obstáculos a su viaje y al de su mujer, quien la noche del pasado jueves fue retenida en el aeropuerto de El Cairo cuando estaba a punto de tomar un avión hacia Milán. "Haremos todo lo posible para hacerlos venir a Italia", aseguró el abogado Al-Zayat.
Se trata de la primera vez que la política de las llamadas operaciones de rendición (traslado de sospechosos de terrorismo a cárceles secretas para interrogarlos sin garantías judiciales), impulsada por el presidente norteamericano, George W. Bush, tras los atentados del 11-S, rinde cuentas ante un tribunal de justicia europeo.
La fiscalía de Milán ha pedido la extradición de todos los agentes secretos de la CIA implicados en el caso, pero el ministro de Justicia, Clemente Mastella, ha asegurado que esperará antes al pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre violación del secreto de Estado.
El inicio del proceso coincidió con la visita a Italia del presidente Bush, procedente de la cumbre del G-8 en Alemania. Su llegada estaba prevista anoche. Bush será recibido por el papa Benedicto XVI, y se entrevistará con el primer ministro italiano, Romano Prodi, y otros dirigentes políticos.
El juicio comenzó con la petición de los abogados defensores de dos ex agentes del Sismi -Giuseppe Ciorra y Raffaele di Troia- para que la sesión se celebrase a puerta cerrada con el objetivo de que no pudieran ser identificados públicamente, pero el juez consideró que la seguridad está garantizada y no procedía la petición. Entre los principales encausados se encuentra Nicolò Pollari, ex jefe de los servicios secretos destituido por el Gobierno italiano durante las investigaciones por su supuesta implicación en el secuestro. Pollari no acudió ayer al juicio a petición de su abogado, Titta Madia. Madia aseguró que no había ninguna prueba de que Abu Omar hubiese firmado un documento que el tribunal deberá examinar durante el juicio. "La firma está en lengua árabe y no hay ninguna garantía de que sea auténtica, porque no se sabe nada de quién la autentificó", dijo. Pidió la retirada del documento, que fue rechazada por el tribunal.
Acto seguido, los abogados defensores del ex director de Sismi pidieron la suspensión del juicio, tal y como se preveía, a la espera de que el Tribunal Constitucional decida en un conflicto de competencias presentado contra la magistratura milanesa, sobre el cual se espera una decisión para después del verano. El juez Magi fijó para el próximo día 18 la próxima audiencia.
Sólo uno de los imputados, el italiano Luciano di Gregorio, estuvo presente ayer en la primera vista del juicio, que fue larga y tensa. Di Gregorio dijo que no tenía miedo y que estaba "preparado a dar la cara en el juicio".
El anterior Gobierno de Italia, presidido por Silvio Berlusconi, se negó en su día a pedir la extradición a Estados Unidos de los 26 agentes secretos de la CIA, como tampoco lo ha hecho el actual presidente, Romano Prodi.
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