09 marzo 2007

TODO el mundo... al día

ESTÁ ACUSADO DE DESERCIÓN

Un tribunal militar de EEUU juzga al soldado mexicano que dijo 'no' a la guerra de Irak

§ Se declaró objetor de conciencia cuando fue requerido para regresar a la zona
§ El soldado sanitario tuvo que patrullar durante su año de estancia en Irak
§ Se le juzga en la base militar estadounidense de Mannheim, en Alemania


BERLÍN.- Agustín Aguayo se negó a volver a Irak, donde durante un año vivió la guerra en primera persona. El soldado estadounidense de origen mexicano se declaró objetor de conciencia cuando volvió a ser requerido para regresar a la zona. Ahora se sienta en el banquillo de un tribunal militar donde se le juzga por deserción, en la base estadounidense de Mannheim, en Alemania. Puede ser condenado a una pena de hasta siete años de cárcel.
Aguayo, soldado sanitario de 35 años, está encarcelado en la prisión militar estadounidense de Mannheim, en el oeste de Alemania, desde el pasado mes de octubre por negarse un mes antes a ser trasladado de nuevo a Irak con su unidad, la Primera División de Infantería, con base en Schweinfurt.
El soldado, que tiene doble nacionalidad, estadounidense y mexicana, trata desde hace tres años de ser reconocido por el Ejército estadounidense como objetor de conciencia, aunque su solicitud ha sido rechazada sin argumentación, rechazo contra el que planteó recurso.
Las ONG que siguen el caso en Alemania señalaron con motivo del comienzo del proceso que el recurso de Aguayo fue rechazado por un tribunal militar hace un mes. Ello supone un reconocimiento indirecto de que los militares son competentes a la hora de decidir sobre solicitudes de objeción de conciencia, lo que atenta contra la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Este organismo atribuye esa competencia únicamente a gremios imparciales e independientes, según denunciaron ONG como el Military Counseling Network (MCN).
En su recurso, Aguayo recordaba su año de servicio como sanitario en una unidad militar estadounidense destinada en la localidad iraquí de Tikrit. Allí, a pesar de su condición de soldado no combatiente, participó en misiones militares que "podían ser mortales tanto para estadounidenses como para iraquíes".
"Lamento mi participación porque en el fondo fue una aportación a la guerra. Me declaro objetor de toda guerra, basándome en mi educación religiosa y mi fe. Debo defender mis principios y valores morales y dejarme conducir por mi conciencia. Por eso no pienso acudir esta vez al traslado de mi unidad", afirmó el soldado en su solicitud.
El caso de Aguayo ha provocado incluso la intervención de las autoridades mexicanas, cuyo Gobierno anunció el pasado 21 de febrero que condena el proceso contra el soldado sanitario. "Es un preso de conciencia y una nueva víctima del afán militar del presidente George W. Bush", afirmó entonces el senador mexicano del Partido de la Revolución Democrática Silvano Aureoles.

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