24 mayo 2008

''LOS LATINOAMERICANOS HAN SIDO CARNE DE CAÑÓN EN IRAK''

Jeremy Scahill: ''LOS LATINOAMERICANOS HAN SIDO CARNE DE CAÑÓN EN IRAK''
El periodista, que acaba de presentar en España su libro "Blackwater, el auge del ejército mercenario más poderoso del mundo", relata cómo la empresa recluta a mercenarios en países que los EEUU ha desestabilizado o en los que ha apoyado a escuadrones de la muerte y dictaduras.

Por Marta Miera

El 31 de marzo de 2004 cuatro estadounidenses fueron brutalmente asesinados en Fallujaha, Irak. No eran militares ni civiles. Se trataba de mercenarios privados de una compañía hasta entonces desconocida: Blackwater.
El periodista estadounidense Jeremy Scahill (Chicago, 1974) desvela en su libro Blackwater el auge del ejército mercenario más poderoso del mundo (Paidós) los entramados de esta empresa que nació en 1996 en Carolina del Norte y durante la guerra de Irak se convirtió en una importante multinacional.
Scahill describe a Blackwater como una guardia pretoriana de elite, con su propia base militar, una flota de veinte aviones, y 20.000 contratistas privados listos para entrar en acción y que la administración Bush emplea para todo tipo de aspectos bélicos. La ecuación es sencilla: cuantos más contratistas, menos soldados de reemplazo. De esa forma el Gobierno se resguarda de sus bajas, ya que los soldados privados no están incluidos en las listas oficiales de muertos estadounidenses.
En el momento álgido de la guerra de Irak la presencia de soldados privados ascendía a 20.000 y representaban el 30% del presupuesto total destinado a la reconstrucción del país.

El padre del ejército privado

El padre de este ejército privado se llama Eric Prince, "un archimillonario cristiano y derechista radical estadounidense que ha sido un importante apoyo financiero de las campañas del presidente George W. Bush", escribe Scahill.
En una entrevista con ADN.es, el periodista sostiene que "Prince, su familia y su entorno existen a la sombra de la política estadounidense. Su influencia y la de Blackwater son como sus operaciones en Irak: todo ocurre en la oscuridad. Ha sido el brazo que ha financiado el integrismo religioso en EEUU y también el partido y a los políticos republicanos. Ellos lanzan las armas y reciben el dinero".
Las aspiraciones de Blackwater no se limitan exclusivamente a las guerras internacionales. Su campo de acción se extiende desde Irak, Afganistán o el mar Caspio hasta Nueva Orleans, tras el huracán Katrina.

Un historial más que dudoso

Cuanto más sumergida se encontraba Irak en el caos más se enriquecían las empresas privadas. Fue entonces cuando Blackwater comenzó a reclutar a "soldados de alquiler" en América latina por un precio muy inferior al que pagaba por un ex oficial estadounidense.
Frente a los 10.000 dólares al mes que puede cobrar un mercenario estadounidense, los latinoamericanos aceptan el mismo riesgo, ofreciendo la misma preparación, por sueldos de 1.000 dólares.
"Una de las cosas más despreciables de la guerra de Irak es la forma en la que los latinoamericanos han sido carne de cañón", explica el periodista.
Muchos de los hombres contratados por Blackwater presentaban un historial más que dudoso en materia de respeto de los derechos humanos: "Estas empresas privadas contratan a gente en países que los EEUU ha desestabilizado o en los que han apoyado escuadrones de la muerte y dictaduras". "Una treintena de las personas que enviaron a Irak eran torturadores de la dictadura de Augusto Pinochet".

Scahill afirma que ni un solo guardia o vigilante estadounidense a sueldo de un contratista militar ha sido enjuiciado: "Muchos expertos en derechos internacionales y derecho federal luchan para que la compañía sea denunciada por los crímenes cometidos pero esto es algo que nunca ocurrirá. Gozan de una total impunidad".

Un final para Irak

Irak se convierte así en el epicentro de una guerra privatizada que ha disparado los ingresos de las compañias militares. Scahill escribe en su libro que en noviembre de 2006 "se calcula que cada semana eran asesinados mil iraquíes".
"Creo que cualquier violencia que tenga lugar en Irak es el resultado directo de la invasión y de la ocupación. Creo que la violencia sectaria entre chiíes, suníes y, en menor medida, kurdos se debe a la invasión. Creo que EEUU debe sacar a todas sus tropas de Irak y creo que la situación es tan terrible que ni siquiera es posible la paz", comenta el autor de Blackwater.
Para Scahill, con una amplia experiencia como reportero en Irak, escribir el libro ha sido un proceso costoso: "Ha sido muy difícil recopilar información. Si alguno de los empleados de Blackwater hablaba conmigo podía llegar a pagar 250.000 dólares de multa".

Tras la publicación del libro nunca ha sabido directamente nada de la multinacional: "Blackwater nunca haría algo en público con lo que se le pudiese identificar. Pero he recibido amenazas por correo electrónico y por teléfono. Algunas creo que van muy en serio. Pero sin duda la experiencia más abrumadora la viví cuando tras una presentación del libro. Se me acercó un hombre que había trabajado para Blackwater para decirme que en realidad todo era mucho peor de lo que había escrito".
La fuente: El artículo fue publicado por el periódico español ADN.

23 mayo 2008

B R U N O



Por Osvaldo Bayer


Treviso (norte de Italia). Camino por el Prato di Fiera, hay aire de primavera aquí. Ya hay flores. Me vienen los recuerdos del sábado pasado. Uno de los momentos más increíbles de mi vida. En la Feria del Libro de Buenos Aires presentamos Carcoveando, un libro de relatos escritos por chicos de la villa de emergencia De la Cárcova, sí, la villa de José León Suárez, que esta ahí nomás, cercana a los basurales de la “Operación Masacre” descripta por nuestro querido Rodolfo Walsh. Sí, los chicos de una de las villas más carecientes, de esa escuela que tiene setecientos alumnos y no cuenta siquiera con un teléfono, fueron capaces de escribir un libro donde se mezclan las fantasías más inesperadas con las realidades fotográficas de la vida diaria.. ¿La idea? De Claudia y Myriam, dos maestras de allí que los empujaron, los tomaron de la mano, les mostraron otros horizontes, los sacaron de la vida diaria de la villa y los llevaron al bosque de las ideas, a las alturas de los sueños y a la realidad de que ellos también saben expresar en palabras. Myriam y Claudia, sí, con chicos de ojos brillantes como estrellas y piel morena como la tierra. En la Feria del Libro. Dije allí que el ser humano nunca se va a dar por vencido y va a crear poesía donde los fusiles sólo quisieron la muerte como siempre. En aquel escenario de la masacre comenzaron a brotar las semillas pese a la muerte, al fuego, al egoísmo y los preconceptos. Y de la Feria del Libro, estos autores jóvenes como el amanecer irán “carcoveando” el 5 de junio al salón Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. Cuando se entere Borges va a murmurar: “la fantasía se ha adueñado del Barrio Norte”. Y hubiera escrito un cuento: “Los pibes de la esquina celeste”.
Pero de la alegría de lo justo a la profunda tristeza de lo inexplicable. En la madrugada del lunes el llamado: ha muerto Bruno.
Levanto la cabeza. Miro los libros, que me observan en la eterna espera. Los lápices, las hojas en blanco. Ha muerto Bruno, a los veinte años. Veo que hay apenas tres o cuatro hojas escritas. Con frases para el futuro, planes, sueños. Me levanto; sólo puedo insistir, no me rindo. Ya sólo me queda regar las plantas, que me observan, siempre más verdes..
Estoy ya en Treviso, camino por el Prato di Fiera. Todo esto lo vio adolescente a Bruno. El joven increíble que leía, discutía, soñaba y proyectaba. Era el libertario soñado por la utopía. Entusiasta, hacedor, con ganas de meter la vida en todo. También en las sociedades pacatas de intereses y codazos. Sí, él eligió el secundario “científico” y no el humanista aunque solo no podía salvar el mundo y necesitaba para hacerlo el pensamiento humanista. Esa búsqueda lo hizo abandonar sus estudios por un breve tiempo y dedicarse a recorrer Europa para conocer la vida. Lo vieron muchos llegar con miles de jóvenes a Heiligendamm, en Alemania, a protestar contra la reunión de los Ocho, el G-8, de los que manejan el mundo. Lo vieron a Bruno, en el momento en que avanzaban más de 800 policías y soldados contra la protesta juvenil, él, Bruno, en ese momento les salió al encuentro y sin ninguna defensa les gritó a los uniformados –pleno de humor y desprecio– esa palabra italiana que lo dice todo: vaffanculo. Todos se quedaron perplejos ante la valentía de ese muchacho con aire de poeta. Lo hubieran podido destrozar. Pero él se quedó inmutable, sonriente, demostrando que la decisión de un ser humano puede ser más digna y tenaz que mil gatillos y corazas. Esa palabra vaffanculo tendría que utilizarse en cada manifestación popular contra la represión del poder.
Después Bruno recorrió diversos países trabajando en las más humildes labores para ganarse la vida y para conocerla bien desde abajo. Ya en Treviso iba a recibir la injusticia bruta. Los cabezas rapadas fascistas lo iban a sorprender a él y a un amigo y los golpearon con ferocidad. Poco después se iba a repetir lo mismo en una plaza.
Luego reinició sus estudios pero no ya en Treviso, una ciudad cada vez más derechizada donde se vive un constante racismo contra los trabajadores extranjeros. Reinició sus estudios en Trieste, una ciudad distinta, con una población más internacionalizada. Para él fue una nueva vida. Uno de sus amigos lo describe así: “Era un placer ver a Bruno cuando estaba presente. Siempre demostraba alegría. Era inteligente, simpático, hablaba cuatro idiomas, músico, tolerante y amante de la libertad”.
Esa cualidad de amar la libertad iba a ser fatal para él en esa Italia que marchaba hacia el Berlusconismo. Su último viaje fue a Berlín, como intérprete del alemán ante sus propios colegas de estudio y sus profesores. Allí se sentía en el centro del mundo, por la historia de esa ciudad de la historia de la crueldad máxima del nazismo, pero al mismo tiempo, ciudad de la revolución de los obreros, soldados y campesinos del ‘19, con Rosa Luxemburgo, ese ser increíblemente justo y noble, asesinada a culatazos por los esbirros del poder.
De regreso lo esperaba el Norte de Italia con su irreversible retorno a la derecha. El triunfo de Berlusconi y sus aliados fue aplastante. El neofascismo volvió a salir a la calle. Bruno no comprendió cómo en Italia, que había dado tantos pensadores pacifistas que aconsejaban como única salida futura la paz, la sociedad cayera en un racismo tan desnudo y eligiera como líder máximo a un todopoderoso, representante del capitalismo más descarnado. El diario alemán Suddeutsche Zeitung tituló: “Paliza mortal”. Simplemente así: “La extrema derecha italiana no pone ningún límite a sus excesos. Italia teme una nueva ola de violencia política”.. E informa la muerte a trompadas y patadas del joven Nicola Tommasoli a manos de cinco miembros de la juventud neofascista. Lo mataron porque sí. Ocurrió esto en Verona, la ciudad de Romeo y Julieta. “La ciudad del amor –dice el diario– que se ha convertido en símbolo del miedo que transita por las calles italianas.” “El miedo ante el odio, la intolerancia, la decadencia social”, explica en sus columnas y prosigue el diario: “Se puede sentir la inseguridad en todas las grandes ciudades italianas, en los míseros barrios pobres de los inmigrantes en las orillas romanas del Tíber, en las orgías alcohólicas en las calles que rodean a la Universidad de Bolonia, y los video-celulares de torturas sadistas entre estudiantes, todo esto hace temer la decadencia italiana.” Para eso, más seguridad, más policía, más Berlusconi. El mismo diario alemán sostiene que “en Italia reina un clima cultural y político en el que florece el odio y la intolerancia con los más débiles”. Ni pobres ni extranjeros es la divisa como si ellos fueran los culpables y no el sistema.
El diario italiano La Repubblica denuncia que el creciente neofascismo tiene como lema: “Caza al distinto” y publica fotos escalofriantes con jóvenes con carteles: “Veneto Fronte”, “Skinheads” y con banderas fascistas con símbolos de imitación de la cruz svástica. Muchos de ellos son fans de clubes de fútbol. Se dicen herederos de los legionarios romanos y son apasionados por el boxeo. El diario La Tribuna titula el 7 de mayo “Alarma negra”. Cruces svásticas, cruces celtas, cabezas rapadas... Lo curioso –o no– es que la mayoría de los neofascistas proviene de escuelas católicas.
Todo este clima fue determinante para Bruno, que no podía comprender la violencia. Estos hechos fueron minando su optimismo y cayó en la melancolía de que tal vez, pese a toda la lucha de parte de la humanidad, es ya imposible de lograr el Paraíso en la Tierra que él soñaba.
Tal vez, si Bruno hubiera conversado con las maestras Claudia y Myriam de la villa de José León Suárez habría desistido de su última voluntad.
Esto fue lo último que Bruno escribió a sus amigos, esta poesía de Hermann He-sse. Que lo dice todo. Todo lo que él nos quiso decir en su adiós.

Noche en vela

Porque no duermes...
Aquello que quieres
decirme en esta hora
¡no lo digas!
–mira abajo el fondo del lago
–que se vuelve oscuro
–y cómo se persiguen las nubes
–reflejándose en el negro terciopelo
¡No lo digas!
Esta es una mala noche
lo sé,
en esta hora aflora
en lo profundo de tu pecho
todo aquello que te apremia.
¡No lo preguntes!
De tu boca aparece
ahora la palabra que te hace infeliz
¡No la digas!
Esta es una mala noche
me lo dirás mañana.
No lo sabemos
quizás, tal vez...
mañana todo será milagrosamente fácil,
esto que ningún corazón puede soportar,
esto que hoy me hace tan infeliz.
¡No lo preguntes!
Esta es una mala noche.
Bruno era mi nieto.

22 mayo 2008

Ataque planeado Usraelí contra Irán: ¿habrá guerra?

Michel Chossudovsky - Global Research
Traducción Horacio J. Garetto

Los medios de comunicación han fallado en informar sobre la historia de las preparaciones de guerra norteamericanas contra Irán. Algo, muy poco, comenzó recién a aparecer a principios de 2007. Aunque estamos en presencia de algo confirmado por informes y documentos oficiales militares sin embargo el hecho es que la opinión pública ha sido mantenida en la oscuridad y desinformada en lo que respecta a estas preparaciones de guerra.

Una guerra contra Irán viene siendo considerada ya desde mediados de los 90’. Durante la administración de Bill Clinton el Comando Central ya había formulado planes para teatros de guerra que incluían primero a Irak y luego a Irán:


“…El objetivo siempre es proteger los intereses vitales de los Estados Unidos en esa región, de forma ininterrumpida, y asegurar el acceso de EU y de sus aliados al Golfo Pérsico”.

(USCENTCOM, http://www.milnet.com/milnet/pentagon/centcom/chap1/stratgic.htm#USPolicy , emphasis added)


Concordantemente con las secuencias planeadas por el Comando Central ya en el año 1995 los planes para atacar Irán fueron reactivados en medio de la ola de la invasión de Irak en el año 2003, bajo lo que se denomina TIRANNT (Theater Iran Near Term). Consiste en un modelo de teatro de guerra directamente diseñado contra Irán que examina todas las alternativas a ese respecto.


"El Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, los marines, todos tienen preparados planes detallados y han gastado cuatro años construyendo bases y entrenando para la operación “Libertad de Irán”. El almirante Fallon, el Nuevo jefe del Comando Central [renunciado en marzo de 2008], heredó planes bajo el nombre de TIRANNT (Theatre Iran Near Term)." (New Statesman, 19 Feb 2007)


El trabajo al que se hace referencia en la cita de abajo fue publicado hace tres años por Global Research, en el mes de mayo de 2005. Se titulaba Planned US Israeli Attack on Iran y detallaba la primera fase de esos preparativos de guerra en relación con Irán.

(Véase http://www.globalresearch.ca/articles/CHO505A.html)


Ese universo de planificaciones militares está hoy en estado más avanzado. Y asimismo evolucionan las estructuras de las alianzas militares. La OTAN es hoy parte de una alianza militar.


Con los auspicios de la OTAN, relacionados al Pentágono, están los británicos, los alemanes, los franceses, los turcos, todos jugarán un rol de responsabilidad importante en el caso de un ataque contra Irán y contra Siria.


A este respecto conviene tener presente que la OTAN e Israel firmaron un acuerdo de cooperación militar de amplio alcance en el año 2005. También, que existe un acuerdo de cooperación militar entre Israel y Turquía.


De acuerdo con declaraciones y documentos militares que tienen estado público Estados Unidos, Israel y otras fuerzas aliadas están en avanzado estado de preparación. En realidad buena parte de esa planificación ya está lista desde el año 2005.


Pero importantes variables intervienen en la evaluación de la conveniencia de una guerra contra Irán. Un importante número de factores en contrario de esta decisión también están en curso de ponderación.


Ruidos de sables


Ahora bien, todo ese conjunto de preparativos militares se los aprovecha también a menudo para otros objetivos. Esos escenarios de guerra asociados a ultimátums y preparaciones militares también sirven para forzar a otros países a resignar soberanía, a abrir su economía a los inversores occidentales, a privatizar y vender los mejores activos a las compañías norteamericanas, etc. Estas amenazas son efectivas solo si un país carece de capacidades defensivas. La fortaleza de su economía es también de la mayor importancia.


Hay ruidos de sables en relación con Irán. El objetivo final es neutralizar a Irán como poder regional y el de tomar posesión de su fastuosa riqueza petrolera, aproximadamente un 10% del total mundial.


¿Cuáles son las capacidades militares de Irán, a saber su habilidad para defenderse a sí mismo y también para infligir daño a Estados Unidos y sus aliados?


La respuesta a esta cuestión tiene dos aspectos esenciales. Primero, Irán tiene avanzados sistemas de defensa aérea, tanto con tecnologías propias como rusas. Pero además, según los expertos militares occidentales tiene perfeccionados sistemas de misiles con los que puede provocar importantes daños a las instalaciones militares de USA en Iraq, en el Golfo Pérsico y en Israel.


En los últimos años Irán se ha estado preparando activamente para una guerra. Con los ingresos petroleros pudo financiar mejoras en su preparación. Está en una situación muy diferente de la que tenía Irak antes de la invasión de 2003, que había sido blanco de ataques aéreos angloamericanos por más de diez años más otros diez de debilitantes sanciones económicas.


Este factor es el que ha venido operando a favor de demorar las hostilidades.

Los militares norteamericanos son plenamente conscientes de la posibilidad de una escalada. Si se lanza un ataque aéreo el ejército de Irán podría cruzar la frontera de Irak y atacar las instalaciones norteamericanas. Esta circunstancia ha venido ayudando a poner un freno.


Pero en lugar de un vasto bombardeo que podría tener una fuerte réplica los yanquis podrían lanzar ataques aéreos limitados con la idea de que Irán no conteste. Según especula Philip Giraldi el ataque sería como una especie de pin pong cortito, circunscripto a golpear solo a la gente de al-Qods y evitar bajas entre la población civil. Mediante amenazas y negociaciones secretas Washington podría intentar asegurarse de que Irán no replique.


Las capacidades militares americanas


El almirante Fallon, que fue recientemente despedido como Jefe Supremo del Comando Central del Ejército tenía plena conciencia de las habilidades militares y de la capacidad de réplica iraní. Esta comprensión fue transmitida a comienzos de 2003 en el marco de los escenarios de guerra TIRANNT.


Antes de ser renunciado el almirante Fallon desechó la posibilidad de una guerra “mientras el estuviera”.


El almirante Mullen, Jefe de la Junta de Jefes de Estados Mayores, reconoció las debilidades americanas. Dijo que las guerras de Irak y de Afganistán pueden haber socavado la capacidad militar de librar guerras contra adversarios de gran envergadura, incluido Irán (citado por el diario israelí Haaretz, octubre 22 de 2007)


En una entrevista con el New York Times, Mullen dijo:


"...los riesgos pueden ser altos, muy altos….... estamos ya en conflictos con dos países … tenemos que pensar muy bien antes de meternos en un tercero en esa parte del mundo”


Estas declaraciones fueron hechas al comienzo de su mandato como Comandante de la Junta de Jefes de Estado Mayor en octubre de 2007.


Las dudas del almirante Mullen no se originan en una postura política divergente sino en una evaluación realista de las capacidades militares americanas. Mullen ve que están sobreextendidos y que enfrentan severos problemas para conseguir reclutas para la guerra.


Pero además tácitamente se reconoce que el Pentágono y las fuerzas de la coalición enfrentan una fiera resistencia tanto en Afganistán como en Irak.


La designación del general Petraeus como jefe del Comando Central


La designación del general Petraeus como jefe del Comando Central tiene por objetivo neutralizar las oposiciones eventuales que pueda haber dentro de las Fuerzas Armadas. Refuerza la posición del vicepresidente Cheney y sus posibilidades de asegurarse de que si ordena el ataque tenga el apoyo sin fisuras de las Fuerzas Armadas.


El objetivo es preparar el escenario para un ataque utilizando como pretexto que Irán sería responsable de la caída de soldados norteamericanos en Irak (Ver “Iran should be "Set Up for an Attack" by Muriel Mirak-Weissbach, Global Research, May 2008). Irán es acusado también de intervenir en Afganistán y Líbano. A este respecto los ataques israelíes del 2006 al Líbano son parte de una amplia agenda militar de guerra contra Irán y contra Siria. (ver Mahdi D. Nazemroaya, Global Research, May 2007)


Enfrentamientos armados en el Líbano


Los recientes enfrentamientos armados en el Líbano entre el Hezbollah contra el movimiento 14 de mayo apoyado por Estados Unidos y por Israel precipitaron el país en el caos. Las peleas brotaron después de que el gobierno pro norteamericano de Siniora anunció medidas enérgicas contra el Hezbollah.


El Hezbollah tomó el control de partes del Beirut occidental lo cual podría preparar el escenario para una intervención de la OTAN de “mantenimiento de la paz”. Una mayor implicación de la OTAN y más militarización de toda la costa este del Mediterráneo, los dos forman parte del escenario de guerra contra Irán y contra Siria: las referidas fuerzas de “mantenimiento de la paz de la OTAN”, actuando por cuenta de Israel, en realidad apuntan a Siria, al Hezbollah y al Hamas.


Estos acontecimientos fueron deliberados. Tenían por objetivo desestabilizar el país. Forman parte de los planes militares de EU. Están preparado el escenario de una confrontación con Siria.


La estructura de las alianzas militares



Conocer la estructura de las alianzas militares es crucial. Norteamérica cuenta con Israel y con la OTAN.


Los aliados de Iran son China, Rusia y los estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO).


China y Rusia tienen acuerdos militares de cooperación de amplio alcance con Irán. Desde 2005, Irán tiene el estatus de miembro observador en la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO). Esta organización a su vez está vinculada con el Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), un conjunto de acuerdos militares de cooperación entre Rusia, Armenia, Bielorrusia, Uzbekistan, Kazajstan, Kirguistán y Tajikistan.


En octubre de 2007, la gente del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO) y los de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) firmaron un Memorandum de Entendimiento poniendo las bases de la cooperación militar entre las dos organizaciones. Este acuerdo entre el SCO-CSTO, un hecho de gran importancia pero sin embargo apenas mencionado en los multimedias occidentales, implica la creación de una alianza militar completa (full-fledged) entre China, Rusia y los miembros del SCO/CSTO. Es importante tener presente que esta gente realizó ejercicios militares conjuntos en el año 2006, en coincidencia con los realizados por Irán. (Para más detalles ver Michel Chossudovsky, Russia and Central Asian Allies Conduct War Games in Response to US Threats, Global Research, August 2006)


EU y sus aliados buscan debilitar la estructura de lazos militares que tiene Irán con Rusia y con China. En este último país están los cuarteles generales de la Organización de Cooperación de Shangai.


Esto indica que la alianza militar euroasiática que subyace debajo de la OCS se fortaleció. Irán actualmente tiene estatus jurídico de observador. Pero su gobierno ya manifestó deseos de ser miembro pleno de la SCO. Pero además en el último año Irán fortaleció sus vínculos energéticos petroleros y gaseros mediante oleoductos y gasoductos que llegan hasta la India pasando por Pakistán. La inclinación de la India hacia el lado de Irán en el terreno petrolero y gasero debilita la influencia de Washington en la región.


"Lo que Teheran está buscando es "nada menos que un rediseño de una nueva relación entre las naciones de Eurasia, cuya colaboración en el desarrollo de una infraestructura de nivel continental-- energía nuclear, gas y oleoductos petroleros y gaseros y transporte –debería todo ello establecer las bases de una auténtica independencia política y económica”( Muriel Mirak Weissbach, May 2008)


La historia alecciona mucho respecto de la importancia de las alianzas militares. Los Estados Unidos y sus socios de la OTAN están buscando socavar la formación de una alianza militar cohesionada que pueda desafiar y contener el expansionismo de la dupla US-OTAN en Eurasia, combinando las capacidades militares no solo de India y de China, Rusia, sino también de varias antiguas repúblicas soviéticas lo cual incluye Bielorrusia, Armenia, Kazajstan, Tajikistan Uzbekistán y Kirguistán.

La decision de ir a la Guerra

La decisión de ir a la Guerra no la toman los altos mandos militares.

Esa decisión la toman civiles.


El Ejército de E.U. tiene una jerarquía y una estructura de comando. Las órdenes vienen de arriba, emanan del gobierno civil, o sea, hoy, de la administración Bush. Van hacia abajo a través de la estructura de comando. Una vez dada la orden de ir a la guerra no se discute, no se debate, es ejecutada por el aparato militar. Además, con toda probabilidad, puentearán al Congreso, en una flagrante violación del art. 1 Sección 8 de la Constitución. No les importa.
En la práctica el presidente y comandante en jefe del Ejército no deciden. Ellos también obedecen órdenes. Aplica los dictacts de poderosos intereses corporativos.

La guerra es motivada por el afán de ganancias. “La guerra es buena para los negocios”, se repite constantemente, como un mantra. Es una operación para ganar dinero. Son miles de millones de ganancias para Wall Street, para los gigantes petroleros, para el complejo militar industrial, ni hablar de los especuladores en monedas, en barriles de petróleo, y en los mercados de materias primas agrícolas.

El objetivo de la guerra propuesta es para extender las fronteras de la economía global capitalista, eventualmente, si se puede, tomar el control de la riqueza petrolera iraní. Las tremendas implicaciones éticas y políticas de usar armas nucleares tácticas en un teatro de guerra convencional no preocupan a los tipos que deciden la guerra.


El rol central del vice presidente Dick Cheney


A diferencia de otras administraciones, en esta de George W. Bush, el vicepresidente juega un rol importantísimo, en realidad, eclipsa al presidente. En la práctica, rodeado de un ejército de consejeros y funcionarios, es el hombre que controla la Casa Blanca. Es el vértice, además de un poderoso aparato corporativo, por medio de sus vínculos con Halliburton y el rol que esta empresa cumplió en la definición de una agenda militar determinada por el apetito de ganancia.


Cheney jugó personalmente un rol clave en activar planes de guerra contra Irán.

“ Al principio del segundo mandato de Bush, Cheney tiró una bomba. Dijo que Irán estaba en el tope de la lista de los estados canallas, enemigos de Norteamérica y que Israel debería bombardearla (Michel Chossudovsky, May 2005)


Dick Cheney es de hecho la cabeza del estado. Bush es meramente figurativo. Recientemente jugó un rol clave en presionar a los estados árabes de la línea del frente en apoyar un ataque contra Irán.


Al vice presidente Cheney le importan muy poco las consecuencias probables y las vidas que se puedan perder como consecuencia del uso de armas, ya sea convencionales, ya sean nucleares, contra Irán. Tiene plena conciencia de que aún un ataque aéreo limitado puede desatar un enorme conflicto que abarque todo el Medio Oriente y todo el Asia Central, hasta las fronteras occidentales con China. Todos estos escenarios ya fueron considerados. Se los tiene presente.


La crisis más seria de la Historia Moderna

Estamos en la encrucijada más seria de la historia moderna. Estos planes de guerra están en paralelo con un proceso de reestructuración económica y con una bastante bien instalada depresión económica mundial. La guerra y la globalización son procesos que están íntimamente relacionados. La militarización de Medio Oriente y de Asia Central tienen que ver con el proyecto de extender el sistema del “libre mercado” hacia esas nuevas fronteras.
A su vez la Guerra intensifica la crisis económica. La economía civil está colapsando, eclipsada y socavada por el complejo militar industrial, el que sí que, en un sentido bien real, y no figurado, produce armas de destrucción masiva. Concurrentemente los altos precios del crudo, de los alimentos de primera necesidad, empujados por la especulación en los mercados de commodities, empobrecieron a millones de personas.

El movimiento antiguerra tiene que actuar de forma inequívoca, contundente, para prevenir esta nueva fase de la guerra. No es fácil. Altos funcionarios, militares y del Congreso se han arrogado la autoridad para mantener una agenda de guerra ilegal. Se precisará de un amplio movimiento de masas, nacional e internacional, que desafíe la legitimidad de los que dicen que gobiernan en nuestro nombre.

Criminales de Guerra ocupan posiciones de poder. Las ciudadanías están hipnotizadas en el apoyo a los gobernantes que nos dicen que están comprometidos con nuestra “seguridad y nuestro bienestar”. A través de la desinformación de los medios se nos presenta a la guerra con un rostro humano.
Para revertir la marea de la guerra las bases militares tienen que cerrarse, la maquinaria de la guerra (entre otras la producción de sistemas de armas avanzados) tiene que ser detenida y la construcción de un estado policial tiene que ser desmantelada.

Hay que enfocarse asimismo en las grandes corporaciones, en las grandes petroleras, en los grandes bancos, en los grandes contratistas de la defensa, todos los cuáles devinieron parte integral de la maquinaria de guerra militar.
Con solo los sentimientos antiguerra no vamos a ningún lado. Los criminales de guerra de Estados Unidos, de Israel y de Gran Bretaña tienen que ser echados de sus oficinas.
Lo que es absolutamente necesario es revelar el verdadero rostro del Imperio Americano y la subyacente criminalización de la política exterior norteamericana que usa la “guerra contra el terrorismo” y la amenaza de al Qaeda para conseguir el apoyo del público a favor de una agenda permanente de guerra (Michel Chossudovsky, 1 de mayo de 2005).

''Israel y Palestina son dos pueblos que tienen razón''


Nadine Gordimer: ''Israel y Palestina son dos pueblos que tienen razón''

Nadine Gordimer.

Aunque la escritora sudafricana y Premio Nobel analizó rasgos comunes entre el apartheid y los "brutales métodos de Israel en los territorios palestinos", cree que es imposible equiparar la ocupación israelí con la antigua segregación racial de su país. Además, señaló que ambos pueblos poseen argumentos válidos en sus reivindicaciones ancestrales.
"La humillación de la gente, sacándola de sus casas, dejándola en una parte del muro (de separación en Cisjordania), mientras su sustento, sus cosechas y granos están en el otro... Esto es ciertamente comparable a lo que pasó en Sudáfrica", indicó en una entrevista publicada por el diario israelí The Jerusalem Post.

La Premio Nobel de Literatura de 1991, quien se encuentra en Jerusalén con motivo de un festival literario, cree que "los israelíes deberían sentirse muy molestos -y de hecho muchos se sienten así- por la brutalidad y la falta de humanidad básica hacia los habitantes de los territorios palestinos".

De origen judío, Gordimer recuerda, no obstante, que durante el periodo del "apartheid" la minoría blanca no reivindicaba "una sola pulgada de todo el continente africano", mientras que aquí "hay dos derechos, dos pueblos que tienen razón en sus reivindicaciones ancestrales, y eso complica la situación enormemente".

En este sentido, la novelista apoya la existencia de un Estado judío, aunque se declara atea y considera que su condición de hebrea "es tan sólo con lo que se nace, como ser negro".

Para resolver el conflicto, Gordimer aboga porque Israel dialogue con Hamás y la Jihad Islámica, algo que se niega a hacer por considerarlas organizaciones terroristas.

"Todo el mundo tiene que ser incluido (en las negociaciones) si quieres llegar a algún lado", opina la autora de 83 años, antes de recordar que "por muchas razones, también el 'apartheid' parecía no tener solución".

Gordimer acudió al festival literario en Jerusalén, pese a las presiones que recibió de grupos pro palestinos para que declinara la invitación en denuncia del "apartheid israelí".

La literata justificó entonces en un comunicado su decisión de asistir y dejó en claro que ésta no debería generar dudas entre sus "camaradas" sobre su "solidaridad con la lucha contra el 'apartheid'".

El evento cuenta con la participación de unos quince escritores extranjeros, como el argentino Guillermo Martínez, y unos cuarenta israelíes, entre los que se destacan Amos Oz y David Grossman.



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20 mayo 2008

PALESTINA: EL SUFRIMIENTO COMO IDENTIDAD

TODO: Los pocos lectores israelíes, y algunos pocos lectores del exterior, sionistas, han terminado por no "aguantar" la línea severa y crítica, objetiva, del TODO, basada en hechos sin ninguna clase de sentimentalismos, sólo realidades y tomando partido por los castigados, los humillados, los perdedores. Si un kassam mata a un inocente, chico o adulto en el sur de israel, lo lamentamos. Si matan a docenas de chicos e inocentes civiles en un par de semanas, también lo lamentamos. Cuando leemos Haaretz, o vemos los canales de televisión de Israel, la primer noticia (muertos en Israel) ocupa los monitores, vienen todos loos especialistas, comentaristas y militares a proponer "la gran operación armada en Gaza" hasta no dejar piedra sobre piedra. Pero no lo hacen... Hace meses que lo vienen anunciando: la "sangre en el ojo de la derrota en la 2da. aventura del Líbano" les quita el sueño, los irrita, los desastabiliza. Pero no se atreven. A todos los interrogados sobre el futuro del conflicto no se les ocurre decir, "hay que hacer la paz". Algunos pocos extraviados ven en la paz el futuro del Medio Oriente. Prefieren la paz de los cementerios, sobre todo los que no tienen hijos en el ejército.
Algunos israelíes murmuran, cuchichean a mis espaldas. Hoy, por primera vez un lector, o ex lector, se atrevió a desafiarme. ¿Cómo lo hizo? Tocando un clarinete desafinado, sectario, estúpido. Y acusandome de actividades que jamás fueron reales. No sabe nada de mí... Tuve (tengo) el buen cuidado de mostrar un par de cartas de mi pasado. Nadie sabe qué fui, qué hice, qué no hice. Y ellos felices y contentos con sus estúpidas invenciones. Bien, no quiero robar más tiempo a los lectores. Ahhh, y agradezco a los que entran, copian y reenvían a sus amigos. Andrés Aldao





A sesenta años del nacimiento del Estado de Israel, el sionismo ha sido bien estudiado. No es el caso de la identidad palestina, construida, a pesar de otros nacionalismos árabes, sobre la base de sucesivos fracasos. El éxito de Israel contrasta con la irresolución de la "cuestión palestina", sometida a los avatares de la descolonización del siglo XX.
Por Andrés Criscaut
En términos generales, los nacionalismos israelí y palestino tienen varias similitudes: fueron ideados por elites alejadas de la zona anhelada; se formaron en un contexto colonial; cristalizaron en ausencia de una estructura estatal y vieron como potenciales ciudadanos a poblaciones diseminadas en diásporas y muy disímiles entre sí. En su gran mayoría, israelíes y palestinos fueron -y lo son- refugiados, desplazados, migrantes y/o sobrevivientes; personas que han padecido o ejercido de alguna manera la violencia o la discriminación a la largo de sus vidas.

El sionismo, una de las variantes del nacionalismo judío que homologó a las diversas judeidades en la idea de un ser israelí, es un caso bien estudiado. Pero recién ahora se está comenzando a investigar y a entender desde un punto de vista académico la otra cara de la misma moneda: ¿quiénes son, qué creen ser y cómo son vistas esas personas que se denominan "palestinos"? Este retraso se debió en primer lugar a la dificultad de Occidente por entender las múltiples identidades y superposiciones de lealtades que se presentan en casi todos los nacionalismos de los países árabes. Para los ciudadanos occidentales, con una larga tradición de sistemas estatales que fomentan y sostiene identidades (escuelas, museos, fechas patrias, etc.) es difícil entender que para un palestino su identidad es mucho más compleja, móvil y simultánea (árabe en algún contexto, musulmán o cristiano en otro, de Naplús o de Jaffa, y finalmente palestina). A su vez, hasta fines de los años '60, cuando se diluyó la idea del pan-arabismo, el concepto de un Estado-Nación en el mundo árabe también había sido visto con temor y sospecha, como una más de las imposiciones del colonialismo europeo. El auge relativamente reciente de un nuevo pan-islamismo (otra fuente poderosa de representación), mucho más radical y anti-occidental, aún se encuentra en plena evolución en el mundo árabe.

Otro factor importante es haber entendido la historia del nacionalismo palestino como un subproducto o una simple reacción -y por lo tanto, menos legítima- de una de las más poderosas y efectivas narrativas nacionales: el sionismo-israelismo. La primera ministra israelí, Golda Meir, supo decir: "no hay nada que pueda entenderse como palestinos… ellos nunca han existido".

Por ejemplo, en un kibutz del norte de Israel, adolescentes judíos de todo el mundo juegan a ver quién sabe más de "israelidad". Cuál es el nombre del nuevo ministro de Defensa, cuántos escaños tiene la Knesset, qué equipo de Tel Aviv ganó la última final de básquet, y cuántos y cuáles son los países que limitan con Israel. Alguien responde "cuatro: Líbano, Siria, Jordania y Egipto", y todos aplauden esta respuesta. Pero otros no, y menos aun los palestinos, quienes han padecido una de las mayores políticas de "no existencia" o de "obliteración" de la historia.

Lo fascinante de la narrativa palestina fue que logró afianzarse casi exclusivamente en hacer del fracaso una fuente constante de identidad, haciendo de la derrota una victoria. En ese sentido, el nacionalismo palestino no es menos real o más ficticio que cualquier otro tipo de nacionalismo, pero sí podría decirse que pudo desarrollarse "a pesar" de los otros nacionalismos de la región, especialmente del israelí y del jordano.

Política de la negación

Al igual que todos los nacionalismos que se generaron en Medio Oriente durante el siglo XX, el palestino fue un producto de la injerencia extranjera. Paradójicamente, casi todos los procesos de descolonización estuvieron basados en las ideas de independencia, libertad y autodeterminación, influidas por el proceso de modernización al que se vieron arrastrados los pueblos colonizados. Así, el Mandato británico sobre Palestina significó un arma de doble filo, ya que a la par del control y la explotación, también representó una unificación política y administrativa sin precedentes. El sistema secular y centralizado del Mandato desarticuló ciertas lealtades religiosas y sectarias tradicionales, modelando y asentando las bases para el posterior desarrollo de un pensamiento nacional moderno. Al mismo tiempo que los británicos acentuaban y perpetuaban el antiguo sistema de patronazgo, clientelismo y favoritismo entre los árabes, la administración moderna generaba nuevos actores, necesidades y marginalidades que constituían un desafío para las nuevas elites palestinas.

Como todas las sociedades de estructura tradicional de Medio Oriente, los árabes de Palestina se vieron sumergidos en el gran vendaval de cambios que produjeron las fuerzas políticas y económicas de la modernidad de principios del siglo XIX, y la consolidación del mercado mundial y del capitalismo. Los profundos procesos de politización y control administrativo articularon una suerte de islam secularizado, que también involucraba en forma muy activa a los árabes cristianos, los primeros en entrar en contacto con las nociones europeas de nacionalismo y patriotismo en las escuelas misioneras o a través de otros contactos con europeos (1). Esto comenzó bajo el Imperio Otomano y se profundizó con las administraciones de Inglaterra y Francia en la zona.

Pero al caso palestino se le sumó un factor ausente en todos los otros procesos de construcción nacional del mundo árabe: una doble amenaza. El proceso "natural" de explotación, saqueo y dominio imperial se vio acompañado por una colonización judía, altamente modernizada en los cánones europeos, que competía por el mismo espacio geográfico y por los mismos factores de producción.

El nacionalismo palestino no es una simple reacción al proceso de construcción sionista de un Estado judío, pero sin él su evolución hubiera sido sumamente diferente. Los sionistas hicieron de la política de negación de la población autóctona uno de sus lineamientos ideológicos. La consigna "un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo", así como una política económica que excluía la mano de obra árabe a favor de un "trabajo judío" redentor, son tan sólo algunos ejemplos.

Por otro lado, Inglaterra mantuvo durante todo su mandato sobre Palestina una evidente política de favoritismo hacia los judíos, ya que dentro de la lógica de "civilización o barbarie" que guiaba al Imperio no había dudas cuál de estas dos comunidades debía ser civilizada y cual no. Un claro ejemplo de esto fue cuando Inglaterra tomó posesión del Mandato sobre Palestina tras el desmembramiento del Imperio Otomano, luego de la Primera Guerra Mundial. Una modificación de su Estatuto incluyó la aprobación de permitir un asentamiento judío en la zona (declaración de Balfour), pero aclarando que esto no debía perjudicar a las otras poblaciones "no judías". La población autóctona era definida por la negativa, pese a que los árabes representaban casi el 90% de la población del Mandato. El historiador israelí Ilan Pappé explica así esta falsa paridad: "Si los británicos hubieran llevado a cabo elecciones democráticas para representantes y autoridades locales, como hicieron en Egipto o en Irak, el carácter árabe de Palestina jamás hubiese sido puesto en duda" (2).

Durante ese período, la idea de una identidad particular palestina era compartida por una elite muy reducida de profesionales árabes urbanos, muchos de ellos cristianos, educados en escuelas de carácter europeo y favorecidos por la prosperidad del dominio del Mandato. Pero la gran mayoría de la población palestina se encontraba en el macizo central montañoso, conocido hoy como Cisjordania, y veía su tradicional vida campesina de fellaheen cada día más complicada por la colonización judía.

Esta pauperización persistente del interior montañoso del país contrastaba con el auge de la planicie costera, cuya pujante economía se orientaba al voraz mercado europeo, y donde comenzaba a delinearse asimismo una clase social de jóvenes trabajadores árabes marginados, desclasados y desempleados, los shabab. El conflicto comenzaba a perfilarse en sus múltiples facetas: autóctonos contra foráneos, ricos contra pobres, campo y ciudad, modernidad versus tradición... árabes contra árabes.

Esta segmentación dentro de la misma sociedad palestina era fomentada por los británicos en su política de "divide y reinarás" favoreciendo y potenciando las lealtades locales de los pueblos y de los clanes en detrimento de un incipiente sentimiento nacional palestino.

Un pueblo sin líderes

Antes de la Primera Guerra Mundial existía una identidad arraigada que cementaba en términos pre-nacionales a la población con la región: una percepción de Palestina como lugar sagrado para musulmanes y cristianos, como centro de peregrinaje y de codicia para los europeos, dentro de una tradición política de patriotismo local. Esta identificación con el pueblo o la aldea nunca ha desaparecido del todo en las múltiples identidades árabes de la zona, a tal punto que muchos de los palestinos de los campos de refugiados aún siguen identificándose con los lugares de donde fueron expulsados sus padres o abuelos, pese a que jamás hayan estado allí y que muy probablemente ya ni siquiera existan.

Pero varios cambios políticos producidos en las décadas de 1920 y 1930 impondrían un fuerte viraje de adaptación y de reorganización identitarios en la región para todas las colectividades árabes. Durante la Primera Guerra Mundial, Inglaterra venció a los turcos otomanos en Medio Oriente gracias al apoyo de los rebeldes árabes, a quienes prometió como contrapartida la creación de un gran Estado árabe independiente. Sin embargo, los acuerdos con los franceses tenían prioridad. En 1920, Francia expulsaba de Damasco al rey Faisal, poniendo fin al sueño de una "Gran Siria" (Siria, Jordania, Líbano y Palestina), al que muchos de los incipientes nacionalistas palestinos adherían con fervor. Dos años después, los ingleses pusieron en práctica lo que se puede considerar la primera división de Palestina, creando un gobierno de beduinos hashemitas semi autónomo, pero funcional a los intereses de Londres, al otro lado del río Jordán.

Así, donde antes no había casi diferencias, ahora existían fronteras, pasaportes, visas, monedas y aduanas. Donde antes había una población árabe casi indiferenciada, ahora había sirios, transjordanos y judíos. Los árabes de Palestina, tanto urbanos como campesinos, se vieron por primera vez solos y ante una colonización judía que creció de 12.500 personas en 1932 a 66.000 en 1935, cuando se intensificó la huída de la Alemania nazi.

Entre 1936 y 1939 se produjo una revuelta espontánea -similar a la ocurrida en la última década con las dos Intifadas- compuesta básicamente por campesinos y marginados de los centros urbanos, conocida como la Gran Revuelta árabe de Palestina, y que tomaría por sorpresa a la pequeña elite de dirigentes palestinos (sólo un 9% participaron, y menos de un 5% digirió acciones armadas o de guerrilla) (3).

El levantamiento, si bien fue disparado por los desafíos y las inequidades ante el creciente enclave judío en el Mandato, tuvo una orientación abiertamente antibritánica, ya que la Corona era responsable directa de ese desequilibrio. Pero en su etapa final terminó siendo una verdadera guerra civil entre palestinos (4). La revuelta puso en serios aprietos a la administración del Mandato, que desplegó más tropas en la pequeña zona de Palestina que en todo el subcontiente indio.

A pesar de obtener una restricción limitada de la migración judía por parte de Londres, la revuelta resultó en un fracaso total desde el punto de vista palestino: la represión británica, una de las más brutales de todas sus colonias, dejó un saldo de 5.000 muertos (10% de los varones adultos), entre 15.000 y 20.000 heridos y la casi total desaparición y destierro de los líderes urbanos y dirigentes campesinos. A su vez, ratificó para los británicos la imposibilidad de ejercer el mandato por mucho tiempo más bajo esas condiciones, mientras que para los judíos constituyó la certeza de que no habría posibilidad alguna de evitar el conflicto con los árabes. Este fue el primer paso para la militarización de la sociedad judía, que tras la revuelta mantendría a más de 15.000 personas entrenadas en la disciplina militar y con experiencia en la logística del combate.

Durante la revuelta, los líderes campesinos palestinos obligaron a usar en las "zonas liberadas" la kafiya (el pañuelo negro y blanco que diferenciaba a los campesinos de las montañas de la elite ciudadana, que usaba el fez o sombrero redondo otomano), posteriormente utilizado como símbolo por excelencia de la identidad palestina. Como explican los historiadores Baruch Kimmerling y Joel Migdal: "En el momento en que la política británica estaba tomando decisiones cruciales para el futuro de Palestina, los palestinos se encontraron a sí mismos sin los grupos que habían definido hasta entonces su sociedad, que habían modelado el movimiento nacional, o que habían sido los portavoces de sus asuntos locales e internacionales. La dirigencia había comenzado un exilio que duraría hasta hoy" (5).

Otra de las características que perdurarían por mucho tiempo fue que, a partir de ese momento, los británicos dejaron de negociar directamente con los palestinos y comenzaron a tratar el conflicto local a través de los gobiernos árabes de los países vecinos. La representación palestina se encontró entonces ante un vacío de líderes, que fue llenado con árabes no palestinos. Esto sería una constante en varias etapas de la historia palestina, en las cuales las elites dejaron en manos "extranjeras" varios elementos cruciales de su destino. Como ejemplo, la "opción jordana" (una posible solución con Israel a través de la mediación de Amman), recién finalizó en 1988, cuando Jordania dejó de reclamar la soberanía sobre Cisjordania.

De derrota en derrota

Cuando Naciones Unidas, inaugurando una línea política de resolución de conflictos a través de la división -India-Pakistán, Corea, Vietnam, etc.- decidió la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe, en el territorio de la Palestina británica, la suerte ya estaba quizás echada. El historiador israelí Benny Morris denominó al período que va de 1937 y 1948 "la neutralización política y militar de los árabes de palestina" (6). En 1947, cuando llegó el momento de luchar para llenar el espacio de poder dejado por los ingleses, los palestinos ya eran un pueblo derrotado, con una marcada desventaja frente a la estructura casi estatal y muy bien organizada de los judíos.

Ese año, gran parte de los 1,3 millones de árabes de Palestina se convirtieron en refugiados y/o se vieron afectados por la primera guerra árabe-israelí.

En 1948, siguiendo un arreglo tácito entre el rey de Jordania y el gobierno judío, las tropas jordanas invadieron la margen occidental del río Jordán, conocida como Cisjordania, y núcleo central de lo que debería haber sido el Estado de los árabes de Palestina. Por su parte Egipto se apoderó de la franja de Gaza. Para los israelíes, 1948 fue el año en que los judíos ganaron la "Guerra de la Independencia" y crearon el Estado de Israel. Para los palestinos, fue el año de la Nakba (el desastre), el año que perdieron Palestina y su sociedad fue devastada.

Entre 1948 y 1964, cuando se creó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), muchos llegaron incluso a creer que los palestinos habían desaparecido del mapa político como actores independientes, e incluso quizás como pueblo. Sin embargo, la derrota del '48 inauguraría una nueva cultura del refugiado y de la dispersión conocida como Ghurba, la fantasía de un Paraíso Perdido, de una vida pueblerina apacible volatilizada; la de ser simples víctimas de una conspiración internacional. Esto sería un nuevo factor que redefiniría a los múltiples fragmentos de la comunidad palestina: los refugiados en los campos de Naciones Unidas; los que fueron "jordanizados"; los que permanecieron en Cisjordania, o los que se transformaron en palestinos-israelíes.

Esta traumática y prolongada experiencia los identificaría con la visión común de una realidad de sufrimiento en el exilio y de un destino de redención y justicia puesto en el retorno al Paraíso Perdido. Como aclara el historiador Rashid Khalidi: "lo que ahora los palestinos comparten es algo mucho mayor de lo que los separaba: todos han sido desposeídos, ninguno es dueño de su destino, todos están a merced de autoridades hostiles, distantes y frías. Si hasta 1948 la población árabe de Palestina no había estado segura de su identidad, ahora la experiencia de la derrota, de la privación y del exilio garantizó que ellos supieran muy pronto lo que significa su identidad como palestinos" (7). Así quedó inaugurada una nueva narrativa histórica que haría de toda derrota o error un triunfo y, en cierta medida, absolvería a los palestinos y a sus dirigentes de cualquier tipo de responsabilidad sobre su propio destino. La imagen recurrente de esta nueva etapa es la del sumud; el que resiste.

A partir de ese momento las colectividades palestinas dispersas y fragmentadas se vieron ante el desafío de forjar estructuras institucionales representativas, pero siempre sometidas a poderosas fuerzas centrífugas o de "despalestinización". Las dos primeras son las que afectaron al casi 80% de la población palestina que permaneció, de alguna u otra manera, dentro de los límites de la Palestina del Mandato.

Los palestinos israelíes fueron sometidos a un férreo sistema de "judaización", de control y de cooptación. Con una evolución marginal dentro de la sociedad israelí, en cierta medida lograron articular, a través del Partido Comunista Israelí, la idea de ser parte de la causa palestina, pero siempre dentro de su intento por alcanzar todos sus derechos dentro de la sociedad israelí (8).

Por su parte, Amann pondría en práctica durante sus casi 20 años de control en Cisjordania un fuerte aparato para evitar el nacionalismo palestino y "jordanizar" a los palestinos, que forman casi el 75% de la población total del reino hashemita.

Pero el gran reservorio identitario será preservado en las particulares características de la sociedad de los campos de refugiados. Una nueva generación de palestinos será formada a través del patronazgo de Naciones Unidas, en donde un sistema educativo que en 1980 cubría a casi el 95% de los niños y empleaba en su gran mayoría a palestinos, generará una nueva clase dirigente altamente politizada, dinámica y con una gran noción del poder de la educación y los medios como factores de concientización. Al universo simbólico palestino de desarraigo, resentimiento y desesperanza, se agregarán la imagen del fedayin, el guerrero mártir, así como la posterior representación del shahid o niño de las piedras de la primera Intifada. A su vez se irá formando en la diáspora palestina en los países árabes una clase dirigente de profesionales que logrará, con el tiempo, canalizar políticamente a las sociedades de refugiados.

La construcción de la unidad

Cuando en 1968 el grupo Al-Fatah de Arafat, una de las tantas organizaciones guerrilleras que luchaban por la causa palestina, toma la dirección de la Organización de Liberación Palestina (creada por la Liga Árabe y por el presidente egipcio Nasser como una fachada para enfrentar indirectamente a Israel y también testear el compromiso del "britanizado" rey de Jordania con la causa del panarabismo), comenzará la institucionalización definitiva de la identidad palestina.

Varios fueron los factores que hicieron de Al-Fatah-OLP el único representante de los Palestinos. El primero, la presentación de una plataforma política lo suficientemente amplia y difusa como para aglutinar al amplio abanico de actores y estamentos de las comunidades palestinas: desde ricos comerciantes en Jordania hasta guerrilleros maoístas en el Líbano, pasando por paupérrimos refugiados en Gaza, estudiantes universitarios en El Cairo o campesinos en Cisjordania. El segundo, ser la primera organización en tener como prioridad única y particular la liberación de Palestina y el retorno de los refugiados, idea a contracorriente de la gran unidad árabe del momento.

Pero, paradójicamente, el gran catalizador y homogenizador de la identidad palestina sería la victoria israelí de 1967 en la "Guerra de los Seis Días"; la humillación y la evidente ineficiencia de los gobiernos árabes. Tras la invasión de Gaza y Cisjordania (llamada por los palestinos la Naksa, La tragedia), los israelíes pondrían nuevamente a la gran mayoría de la sociedad palestina bajo una misma unidad administrativa, tras dos décadas de separación. Un año después de la derrota del '67, la OLP, con la ayuda del ejército jordano, logró derrotar a los israelíes en un enfrentamiento en un campo de refugiados: en la "batalla de Karama" la OLP logró el reconocimiento y la adhesión de casi todas las colectividades palestinas.

La historia palestina seguiría su curso con importantes fluctuaciones (acuerdos de paz; reconocimiento de Israel; declaración de independencia; aceptación de un Estado sólo en Gaza y Cisjordania; creación de Estados dentro de Estados en Jordania y Líbano; apoyo a Saddam Hussein; Intifadas; surgimiento del islam político, etc.) pero ya no habría dudas de qué es ni quiénes son los palestinos.

Pero hablar de "catástrofes" y "tragedias" -sin duda las hubo para los palestinos- es también entender la historia como un desastre natural que simplemente acontece, libre de cualquier tipo de responsabilidad y dimensión humana. Los palestinos existen, pero lo que aún no queda tan claramente definido, más allá de su narrativa "quijotesca" o su panteón de heroicas derrotas, es la "dimensión" que tendrá su identidad. Les queda el desafío de demostrar que, así como han dado un claro ejemplo de la posibilidad de estructurar una identidad no "a pesar" sino "gracias a" los intentos de evitar y silenciar el surgimiento nacional, también son capaces de mostrar cómo y qué implica construir un nuevo país en el mapa del siglo XXI.

Notas:

1 Dos de los diarios más importantes que fomentaron el nacionalismo palestinos, Filistin y al-Karmil, fueron fundados, dirigidos y escritos mayoritariamente por árabes palestinos cristianos.
2 Ilan Pappé, A History of Modern Palestine, Cambridge Univesity Press, Londres, 2004.
3 Bayan Nuweihid al-Hout, "The Palestinian Elite during the Mandate Period", Journal of Palestine Studies, nº 9, Berkeley, 1979.
4 Baruch Kimmerling y Joel Migdal, Palestinians: The Making of a People, New York Free Press, Nueva York, 1993.
5 Ibid.
6 Benny Morris, The Birth of the Palestinian Refugee Problem 1947-1949, Cambridge University Press, Londres,1987.
7 Rashid Khalidi, Palestinian Identity, The Constructions of Modern National Consciousness, Columbia University Press, Nueva York, 1997.
8 Joseph Algazy, "El traumatismo persistente de los árabes-israelíes", Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, octubre de 2005.
La fuente: El autor es un periodista especializado en política internacional. Colaborador en Israel y Palestina de Amnesty International, Rabbis for Human Rights y Machsom Watch durante 2007.

19 mayo 2008

BOICOTEAN AL HALCÓN BUSH EN ISRAEL

El grupo parlamentario de Jadash boicotea la sesión
festiva de la Knesset en la que participa Bush


Los miembros del grupo parlamentario de Jadash en la Knesset (parlamento israeli), Mujammad Barakeh, Jannah Sweid y Dov Khenin, boicotearon hoy la sesión festiva, la semana pasada, a la que en la que participo el presidente de los EEUU, George W. Bush. Un comunicado emitido por el frente explica que "a lo largo de los años Bush ha estado liderando una agresiva política que no tiene en consideración los intereses humanos, sociales y medioambientales de las distintas naciones de la región. Estos últimos años nos han llevado a pensar que la alianza estratégica estadounidense-israelí es peligrosa para el futuro mismo de la región."

El pasado enero varios cientos de activistas del Jadash (Frente Democrático por la Igualdad y la Paz) y del Partido Comunista de Israel participaron en una concentración anti-Bush en frente del consulado norteamericano en Jerusalén oeste. Llegaron a pie, debido a los puestos de control y los cierres masivos de calles en la ciudad, establecidos para facilitar la movilidad del convoy de Bush. El lider de Jadash, y miembro del CC del CPI, Barakeh, dijo durante esta concentración que:

"Bush adopta ciegamente las posturas más extremistas de Israel y entorpece los progresos hacia un acuerdo final. Sin las presiones internacionales a Israel, no habría ningún progreso en el proceso de paz."

NÁPOLES SE HUNDE EN LA BASURA Y EL CAOS


TODO:...e Italia se hunde en la basura fascista de Berlusconi. ¿Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen? ¡NO! tIENEN LOS GOBIERNOS QUE VOTAN!!!

Incendios, desórdenes y alarma sanitaria reciben el primer Consejo de Ministros de Berlusconi
MIGUEL MORA - Roma - 19/05/2008

"La inmundicia es riqueza", se dice en Nápoles. Para demostrarlo, 4.200 toneladas de basura inundaban ayer otra vez la ciudad. Las hogueras humeaban en el centro, la periferia y el campo. La población volcó contenedores, cortó calles y vías ferroviarias e incendió un centenar de montañas de desperdicios. Grupos de guerrilla urbana, subidos en las inevitables vespinos, lanzaron piedras contra los bomberos y la policía. Aunque la empresa de basuras ha recogido 2.000 toneladas en las últimas horas, la situación es terrible en la capital y la provincia. El caos preside la ciudad y un olor nauseabundo lo impregna todo.

Bomberos y policías fueron atacados a pedradas durante sus intervenciones
La organización de los actos de protesta hace pensar en la mano de la Camorra
"Esto es horrible. Aunque están recogiendo, la basura se está pudriendo con el calor y el olor es insoportable", explicaba ayer por teléfono Elvira Zingone, una agente de viajes de estudios que vive y trabaja en Nápoles. "La sensación es apocalíptica, de abandono total. Ya no es la sensación de vivir en el Tercer Mundo, es peor que eso. Los niños no pueden ni respirar".
El Colegio de Médicos advirtió ayer de que la situación higiénica está al límite de lo tolerable. "Era ya difícil, pero tiende a hacerse dramática", dijo su presidente, Giuseppe Scalera.
Los fuegos y el desorden son la enésima señal de protesta que lanza al mundo una población desesperada, que se siente abandonada por sus gobernantes. Pero la metódica organización de los incendios y de la consiguiente guerrilla, subrayada por los responsables policiales, hace pensar que la Camorra está detrás de la revuelta.
Nápoles sufre hace 15 años la llamada "emergencia de los residuos", que es vista como una consecuencia directa de la incapacidad de los políticos italianos, de todas las ideologías, para poner orden en un sector económico controlado, como tantos otros en la provincia, por la mafia napolitana.
Gomorra, la novela-reportaje de Roberto Saviano, que ha sido llevada al cine por Matteo Garrone y se ha estrenado este fin de semana en toda Italia, explica con claridad el origen del problema. La Camorra lleva 30 años descargando ilegalmente y a bajo precio millones de toneladas de residuos tóxicos, producidos por las empresas del rico norte de Italia, en la región de Campania. El progresivo envenenamiento del territorio, que ha aumentado la incidencia del cáncer en la zona en un 20%, ha producido el lógico pánico entre los habitantes, que se niegan a dejar que se construyan más vertederos e incineradoras. De manera que ya no hay sitio donde eliminar la basura fresca, y ésta debe ser exportada, pagando cantidades millonarias, a países como Alemania o Suiza.
El nuevo Gobierno de Silvio Berlusconi ha prometido que resolverá el problema como sea. Durante la campaña, Berlusconi anunció que celebraría su primer Consejo de Ministros en Nápoles para simbolizar su voluntad de reparar antes que nada la "arruinada imagen del país".
El miércoles, el Ejecutivo se debe reunir en Nápoles y aprobar las primeras medidas del llamado "paquete de seguridad", obra del ministro del Interior, Roberto Maroni, y que tanta polémica ha levantado. El recibimiento preparado por los napolitanos invita a pensar que el Gobierno tiene ahora problemas más urgentes.
Ayer, el gobernador de la región de Nápoles, Antonio Bassolino, del Partido Democrático, tendió la mano a Berlusconi para colaborar y resolver el problema. "La única posibilidad que tenemos está ligada a la colaboración con el Gobierno", dijo en una entrevista concedida al diario La Repubblica. "Tampoco a Berlusconi le interesa que se desestabilice la situación en Nápoles".
La solución, añadió Bassolino, es terminar la incineradora que se está construyendo -hay una en Acerra-, mejorar la recogida diferenciada y abrir los vertederos "creando a continuación leyes y ordenanzas".
En Nápoles se dice que la revuelta es un mensaje camorrista al nuevo Gobierno: si Berlusconi realmente piensa trabajar tres días a la semana en Nápoles, como prometió también en la campaña, tendrá que hacerlo con la nariz tapada. Si quiere arreglar el problema de la basura, tendrá que pactar con nosotros.
La ciudad celebró ayer, entre las nueve de la mañana y la una de la tarde, el día sin coches; una singular jornada ecológica: ratas, escarabajos e insectos circulaban a sus anchas entre montones de desperdicios y contenedores volcados.
Los médicos advierten del peligro a corto y medio plazo: "Los daños mayores los provocan las dioxinas desprendidas por los incendios de basura, que pueden contaminar la cadena agroalimentaria y los acuíferos superficiales", dijo ayer Scalera. "No hay tiempo que perder, porque el riesgo de enfermedades aumentará con el calor".
Militares y policías han sido movilizados para ayudar a la empresa Asia a recoger los detritus esparcidos. Casi todas las tiendas y bares han cerrado sus puertas ante la inmundicia acumulada. En el Vomero, uno de los barrios ricos, donde los vecinos afirman que ni en los peores días se ha dejado de recoger la basura, hay un océano de bolsas tiradas.
La situación ha alarmado incluso a los marines, que han tomado muestras de tierra y de agua en 130 de las 1.800 viviendas que ocupan los militares y civiles estadounidenses que habitan en la región, en total 9.000 personas. Las muestras se enviarán a Alemania para ser analizadas.
Un portavoz de la Oficina de Apoyo a la Actividad Naval estadounidense de Nápoles expresó ayer "la preocupación de los miembros de servicio de Estados Unidos por los incendios de basura y la presencia de vertederos tóxicos e ilegales".

BUSH Y EL ESPEJISMO DE LA 'PAX AMERICANA'




SAMI NAÏR 19/05/2008

Israel no ha tenido nunca, desde 1948, un aliado tan bien dispuesto como el presidente Bush. Más que un aliado, un partidario incondicional, totalmente devoto de los ideales sionistas y religiosos de las facciones israelíes más radicales. Para los dirigentes israelíes es una maravilla; para muchos israelíes lúcidos, conscientes del reto histórico que representa la existencia de Israel en esa parte del mundo, es una catástrofe.

Sin negociar con Hamás, Siria e Irán es imposible la paz en Oriente Próximo
Annapolis no lleva a ninguna parte porque se basa en premisas erróneas
Porque, desde que llegó a la Casa Blanca, Bush ha desempeñado el papel de genio malvado: ha empujado a Israel a seguir sus peores inclinaciones, ha convertido la política de la fuerza brutal y la expansión del caos -la que él mismo ha practicado en Irak- en estrategia banal para gestionar el conflicto palestino-israelí, e incluso llegó a extender esta concepción a las relaciones con el vecino libanés cuando Israel llevó a cabo su intervención en 2007. Esta solidaridad cómplice con los halcones israelíes ha quedado al descubierto como un desastre estratégico, diplomático y moral para Israel, que hoy, ocho años después de la llegada de Bush al poder, no ha avanzado absolutamente nada hacia la solución del conflicto. Es decir, la paz está más lejos que nunca.
Ahora, Bush está a punto de retirarse y quiere dejar como legado un recuerdo feliz: el del hombre que organizó Annapolis y abrió el camino a la paz. Pero también ahí fracasará, porque toda la estrategia estadounidense obedece a cálculos equivocados, que no tienen en cuenta ni la realidad de las correlaciones de fuerzas sobre el terreno, ni la naturaleza sociopolítica de los movimientos involucrados en el conflicto, ni la debilidad de los aliados tradicionales de Estados Unidos en Oriente Próximo, ni mucho menos la complejidad del juego de las potencias regionales.
¿Cuál es la situación? Ehud Olmert, primer ministro israelí, está muy debilitado por sus dificultades con la justicia; además, sus adversarios no van a dejarle tomar ninguna decisión, sobre todo a pocos meses de las elecciones estadounidenses, porque saben que el futuro de cualquier iniciativa depende del próximo titular de la Casa Blanca. El bando palestino, por su parte, está más dividido que nunca, tanto porque la Autoridad Palestina representada por Abbas ya no representa a la mayoría de los palestinos como porque el movimiento Hamás está excluido -por su no reconocimiento formal de Israel- de las negociaciones. El vecino Líbano está en llamas, consecuencia, entre otras cosas, de la invasión israelí de 2007, que provocó el reforzamiento de Hezbolá. Siria, a la que se pretendía marginar mediante una estrategia franco-norteamericana, es la que controla Líbano y sabe que el tiempo, factor decisivo en Oriente Próximo, juega a su favor.
Sigamos. Irán, demonizado desde el principio de los años ochenta, se ha convertido en la principal potencia regional, gracias a la intervención estadounidense en Irak. En cuanto a los
aliados árabes de Estados Unidos, son más impotentes que nunca. Egipto prácticamente no cuenta por su seguidismo proamericano; Arabia Saudí, considerable potencia económica, se ha debilitado tras su casi ruptura con Siria y la negativa israelí a discutir sus propuestas de paz. Además, está presa de un dilema: no puede abandonar el apoyo a Hamás por miedo a empujarlo en brazos de Irán, que ya le respalda con fuerza. Y Hamás sabe aprovecharse de esa rivalidad.
En resumen, las grandilocuentes perspectivas de Annapolis, que debían desembocar en la creación del Estado palestino este mismo año, se encuentran en bastante mal estado. ¿Significa eso que estamos ante un objetivo inalcanzable? No está claro, porque la Autoridad Palestina, Israel, Egipto y Arabia Saudí pueden firmar un papel, un simple papel, que proclame "la existencia de un Estado palestino" e intente dar el pego. Un documento que no resolvería nada sobre el terreno, del mismo modo que Annapolis no ha aportado ninguna solución.
¿Por qué este estancamiento? Por desgracia, no es nada nuevo: es el bloqueo de siempre, el grano de arena que paraliza todas las soluciones. El problema fundamental es un parámetro de la propia negociación: Israel y Estados Unidos no aceptan negociar más que con quienes reconozcan de antemano la existencia de Israel, lo cual para ellos significa la renuncia a la resistencia.
Es un parámetro de negociación erróneo que pone en un callejón sin salida una realidad estructural del conflicto: Israel no puede ser reconocido mientras siga adelante con sus asentamientos, como no puede tener paz y seguridad al tiempo que sigue ocupando los territorios palestinos. O una cosa o la otra.
Baste pensar lo que ocurrió después de los Acuerdos de Oslo y el histórico encuentro entre Rabin y Arafat. Los acuerdos implicaban el reconocimiento del Estado israelí por parte de los palestinos, cosa que estos últimos hicieron, pero también el fin de los asentamientos y la ocupación.
Ahora bien, el general Sharon se propuso destruir los acuerdos porque los consideraba peligrosos para Israel. Y efectivamente los destruyó y sacó provecho de ello: regresó al poder y acabó con la infraestructura del incipiente Estado palestino, con lo que dejó el territorio palestino en manos de la resistencia islamista. Al destruir así a la OLP, en 2002, Israel abrió la puerta a Hamás.
Arafat se negó a someterse a la estrategia de israelíes y estadounidenses -basada en el parámetro de que el reconocimiento de Israel implica, en la práctica, la no resistencia a la colonización y, por tanto, equivale a una capitulación- y, como consecuencia, fue bombardeado en Yenín, aislado y eliminado.
Su sucesor, Abbas, fue elegido con el aval de Estados Unidos y, desde que está en el poder, no ha cambiado nada, absolutamente nada, en los parámetros de la negociación, salvo que sobre el terreno manda Hamás.
Una serie de grandes tendencias muestran la inanidad del parámetro estratégico mencionado. Por una parte, la opinión pública israelí, en su gran mayoría, quiere la paz. El pueblo israelí tiene la sensación de que sólo es posible ganar esta guerra de más de medio siglo si los palestinos obtienen su propio Estado. Por otra parte, los palestinos no votaron mayoritariamente a Hamás porque sea un partido islamista integrista, sino porque les parece que representa la resistencia a la ocupación y está libre de corrupción, a diferencia de Al Fatah. La Autoridad Palestina está totalmente desacreditada y Mahmud Abbas tiene la imagen, real o equivocada, de hombre de Estados Unidos.
Ya no es posible la Pax americana en el conflicto palestino-israelí. El modelo de Annapolis, que excluye a Irán y Hamás, está condenado al fracaso. La paz pasa por la negociación directa con todas las fuerzas palestinas, incluido Hamás, que ha declarado estar dispuesto a aceptar la existencia de dos Estados, israelí y palestino, si terminan la ocupación y los asentamientos. Y tampoco es posible ninguna paz que excluya a Siria e Irán.
Pero Bush no tiene más estrategia respecto a Irán, Siria y Hamás que la confrontación. Una estrategia nada inteligente y cargada de sufrimiento para todos los pueblos de la zona, empezando por israelíes y palestinos.

Sami Naïr es profesor invitado de la Universidad Carlos III de Madrid. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Un poco de poesía combativa no viene mal

GANANCIA

desidia y desatino intentan tasar todo
y promover exclusivas
en pos de ganancia

tras este pacto, a toda costa
mercado trata de alimentarse
evadiendo fronteras, y humanas.


GUERRA

término poco desprendido desde los albores del hombre

llámese a la conquista
o expropiación de lo ajeno
con el uso de la fuerza

(acepción: cuando se trata de recuperar lo autóctono
actualmente nos lo definen como "Terrorismo")

de momento
los misiles toman el lugar de las aves
y las lágrimas riegan la tierra rojo púrpura.

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JORGE BOUSOÑO (La Habana, 1957)

Poeta e Informático. Licenciado en Cibernética Matemática por la Universidad de La Habana (1990). Textos poéticos suyos figuran en diversas antologías de poesía hispanoamericana (aBrace Editora; The Refined Savage Editions; Alternativa Editorial; Editorial Poetas de América, Editorial Maribelina), entre otras publicaciones especializadas de Canadá, España, Italia, Estados Unidos de América, y países latinoamericanos. Representante en Cuba del Movimiento Cultural aBrace y Cónsul por La Habana en Poetas del Mundo.

http://alascuba.blogspot.com/

10 GUERRAS, 10 MENTIRAS MEDIÁTICAS

michelcollon.info
Traducido por Caty R.


Contra Venezuela y Ecuador, Bush recupera la estrategia de las «armas de
destrucción masiva».
Todas las guerras van precedidas por una gran mentira mediática. Actualmente, Bush amenaza a Venezuela y a Ecuador. ¿Mañana a Irán? ¿Y después? ¿A quién le tocará el turno.
Con el presidente Uribe, narcotraficante y exterminador de indios (cuatro millones de desplazados) en el papel de marioneta. Uribe pretende haber hallado en el indestructible ordenador de Raúl Reyes (FARC), las pruebas del apoyo de Chávez al «terrorismo» y la militarización de la región.
Periódicos como Le Monde se hacen eco de esta campaña de propaganda para la próxima guerra de Bush. Recordemos simplemente cuántas veces los mismos Estados Unidos y los mismos medios de comunicación ya nos manipularon. «Nos justifican» cada gran guerra con lo que aparecerá más tarde (demasiado tarde) como una información falsa.


Inventario rápido…

1. Vietnam (1964-1975):
Mentira mediática: El 2 y el 3 de agosto Vietnam del Norte atacó a dos barcos estadounidenses en la bahía del Tonkin.
Lo que supimos después: El ataque nunca existió. Fue una invención de la Casa Blanca.
Objetivo real: Impedir la independencia de Vietnam y mantener la dominación estadounidense sobre la región.
Consecuencias: Millones de víctimas, malformaciones genéticas (agente naranja), enormes problemas sociales.

2. Granada (1983):
Mentira mediática: Se acusa a la pequeña isla del Caribe de construir una base militar soviética y poner en peligro la vida de médicos estadounidenses.
Lo que supimos después: Totalmente falso. El presidente Reagan fabricó el pretexto de cabo a rabo.
Objetivo real: Impedir las reformas sociales y democráticas del Primer Ministro Bishop (que fue asesinado).
Consecuencias: Represión brutal y restablecimiento de la influencia de Washington.

3. Panamá (1989):
Mentira mediática: La invasión tenía por objeto detener al presidente Noriega por tráfico de drogas.
Lo que supimos después: Noriega era un producto de la CIA y reclamaba la soberanía del canal cuando acabase la concesión a USA. Intolerable para Estados Unidos.
Objetivo real: Mantener el control estadounidense en esta vía de comunicación estratégica.
Consecuencias: Los bombardeos estadounidenses mataron entre 2.000 y 4.000 civiles, ignorados por los medios de comunicación.

4. Iraq (1991):
Mentira mediática: Los Iraquíes habían robado las incubadoras de la maternidad de Kuwait City.
Lo que supimos después: Invención total de una agencia publicitaria pagada por el emir de Kuwait, Hill & Knowlton.
Objetivo real: Impedir que Oriente Próximo resista a Israel y consiga independizarse de EEUU.
Consecuencias: Innumerables víctimas de la guerra y después un largo embargo incluso sobre los medicamentos.

5. Somalia (1993):
Mentira mediática: Kouchner «sale a escena» como héroe de una intervención humanitaria
Lo que supimos después: Cuatro sociedades estadounidenses habían comprado la cuarta parte del subsuelo somalí, rico en petróleo.
Objetivo real: Controlar una región militarmente estratégica
Consecuencias: Al no conseguir controlarla, Estados Unidos mantendrá la región sumida en un caos interminable.

6. Bosnia (1992 - 1995):
Mentira mediática: La empresa estadounidense Ruder Finn y Bernard Kouchner ponen en escena supuestos campos serbios de exterminio.
Lo que supimos después: Ruder Finn y Kouchner mentían. Eran campos de prisioneros para intercambios. El presidente musulmán Izetbegovic lo reconoció.
Objetivo real: Romper Yugoslavia, demasiado a la izquierda, eliminar su sistema social, someter la zona a las multinacionales, y controlar el Danubio y las rutas estratégicas de los Balcanes.
Consecuencias: Cuatro años de una guerra atroz para todas las nacionalidades (musulmanes, serbios, croatas), provocada por Berlín y prolongada por Washington.

7. Yugoslavia (1999):
Mentira mediática: Los serbios cometen un genocidio sobre los albaneses de Kosovo
Lo que supimos después: Invención pura y simple de la OTAN, como reconoció Jamie Shea, su portavoz oficial.
Objetivo real: Imponer la dominación de la OTAN sobre los Balcanes, y su transformación en policía del mundo. Instalación de una base militar estadounidense en Kosovo.
Consecuencias: Dos mil víctimas de los bombardeos de la OTAN. Limpieza étnica de Kosovo por la UCK, protegida de la OTAN.

8. Afganistán (2001):
Mentira mediática: Bush pretende vengar el 11-S y capturar a Bin Laden
Lo que supimos después: No hay ninguna prueba de que exista la red (Al Qaeda, N. de T.). En cualquier caso, los talibanes habían propuesto extraditar a Bin Laden.
Objetivo real: Controlar militarmente el centro estratégico de Asia, construir un oleoducto que permitiera controlar el suministro energético del sur de Asia.
Consecuencias: Una larga ocupación y un gran incremento de la producción y el tráfico de opio.

9. Iraq (2003):
Mentira mediática: Sadam poseía peligrosas armas de destrucción masiva, afirmó Colin Powell a la ONU, probeta en mano.
Lo que supimos después: La Casa Blanca ordenó a sus servicios que falsificaran o fabricaran las pruebas (asunto Libby).
Objetivo real: Controlar todo el petróleo y chantajear a sus rivales: Europa, Japón, China…
Consecuencias: Iraq hundido en la crueldad, las mujeres relegadas a la sumisión y el oscurantismo.

10. Venezuela - Ecuador (¿2008?):
Mentira mediática: Chávez apoya el terrorismo, importa armas, es un dictador (el pretexto definitivo parece que todavía no se ha elegido).
Lo que ya sabemos: Ya se han vertido varias mentiras mediáticas: Chávez dispara contra su pueblo, Chávez es antisemita, Chávez es militarista… Y la satanización continúa.

Objetivo real: Las multinacionales estadounidenses quieren el control del petróleo y los demás recursos de toda América Latina. Tienen miedo de la liberación social y democrática del continente.

Consecuencias: Washington está librando una guerra global contra el continente: golpes de Estado, sabotajes económicos, chantajes, establecimiento de bases militares cerca de las riquezas naturales.

En resumen, todas las guerras van precedidas y «justificadas» por una gran mentira mediática. ¡Y nuestro inventario está muy lejos de ser completo!
Para impedir las guerras es imprescindible destapar estas mentiras mediáticas cuanto antes y de la forma más amplia posible. Gracias por difundir este texto y, si es posible, traducirlo y comunicarnos dichas traducciones ¡En la guerra de la información la verdadera fuerza es nuestra!

Sobre las mentiras mediáticas:
Actualmente muchos de los pretextos para las guerras y las mentiras mediáticas han salido a la luz. Otras, por el contrario, siguen en pie. Por ejemplo, sobre Bosnia y Yugoslavia exponemos las pruebas de la desinformación en los libros Poker menteur y Monopoly.