Opinión/Ideas
Maximiliano Sbarbi Osuna, director del Panorama Mundial de Historia y Actualidad y asiduo colaborador de El Corresponsal, acaba de publicar "Nueva guerra por los recursos - La lucha por la hegemonía de Europa Oriental y Asia Central" (Editorial Dunken). El libro explica la estrategia geopolítica llevada adelante por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y China con respecto a la explotación y transporte de los nuevos y voluminosos recursos energéticos descubiertos en la cuenca del Mar Caspio y en el centro de Asia, a través de sus compañías multinacionales estatales y privadas. A modo de adelanto, anticipamos un capítulo: Tres fases de la nueva Guerra Fría.
Por Maximiliano Sbarbi Osuna
Antes de los ataques a Washington y Nueva York de septiembre de 2001, Estados Unidos tenía una limitada participación en los grandes recursos energéticos del Caspio y Asia Central. Las relaciones diplomáticas con los ex estados soviéticos eran casi inexistentes.
Hasta mediados de los 90s, luego del espacio dejado por la URSS en las nuevas repúblicas independientes, el mundo se preguntaba qué iba a pasar con el arsenal nuclear heredado de la potencia, cómo evitar que cayera en manos de extremistas y de qué manera se iban a conseguir los fondos para la manutención o, llegado el caso, el desmantelamiento de las cabezas atómicas.
Otros gobiernos y analistas se preguntaban cómo iba a ser la transición del comunismo al capitalismo en Rusia, pero pocos miraban hacia el resto de la ex URSS. No obstante, por diversas razones, sólo algunos veían la posibilidad de explotar sus recursos. Era prácticamente imposible que una compañía occidental lograra establecerse en el espacio post soviético, al ser países tan remotos, sin salida al mar abierto en la mayoría de los casos, con fuertes lazos con Rusia y China. Era inconcebible invertir, arriesgar el capital en exploración porque durante los largos años socialistas Moscú privilegió la explotación de sus propios recursos y no realizó significativas inversiones en ductos para el resto de la Unión.
Además, no existía seguridad jurídica en la zona como para atraer grandes capitales occidentales. Las dictaduras que sucedieron a la URSS no habían abierto los mercados lo suficiente como para que hubiese empresas occidentales interesadas en arriesgar su patrimonio cuando no había una ley clara, que les asegurara grandes ganancias.
Por otro lado, Occidente disponía del petróleo de Medio Oriente como fuente primaria de energía y no se preocupaba por buscar alternativas. No se conocía a ciencia cierta el enorme volumen de recursos fósiles que tenía Asia Central y el Cáucaso sur.
Por esos años, Rusia seguía manteniendo dentro de su órbita de influencia al resto de la CEI, la Comunidad de Estados Independientes que sucedió al gigante socialista. Miraba con recelo la expansión de la OTAN y de la Unión Europea, que cada vez se acercaban más a sus fronteras.
Quizás por su cercanía geográfica a la región, o tal vez por su desesperada necesidad de conseguir fuentes de energía para su creciente industria, China ya se había adelantado a Occidente, en 1994 era el principal inversor en Asia Central, exceptuando a Rusia. Las inversiones chinas se centraban en gas y petróleo y más tarde se extendieron hacia recursos minerales como el oro y el uranio, que se utiliza para generar energía nuclear.
Recién en 1997 la empresa petrolera norteamericana Chevron logró una concesión para crear una empresa mixta con el estado de Kazajstán que le permitía extraer el petróleo de su subsuelo hasta un puerto ruso en el Mar Negro. [1] Pero aun era muy temprana la participación occidental en la región como para construir sus propios oleoductos, por lo tanto la vía que debía utilizar esta empresa era un viejo oleoducto construido por Moscú en la época soviética. Es decir, que Occidente debía seguir las reglas del juego ruso a pesar de intentar acercarse tímidamente a la región.
Se puede hablar de Nueva Guerra por los Recursos o Nuevo Gran Juego recién en 2001, con la guerra de Afganistán. Esa sería la primera fase, las otras dos fases serían las Revoluciones de Colores y el crecimiento del Grupo de Shanghai. A partir del 2001, EE.UU. logró ingresar primero militarmente a la zona y luego a través de las compañías energéticas norteamericanas y europeas, que comenzaron a invertir capitales en esta región vedada para Occidente.
Primera Fase: Guerra de Afganistán
Existen las más variadas teorías conspirativas acerca de los atentados del 11-S, que cambiaron la historia de la humanidad. No es la intención de este libro desarrollar todas las posibilidades que se plantean con respecto a la posibilidad de que este haya sido un autoatentado. La verdad absoluta al respecto no se va a develar en pocos años.
Lo cierto es que EE.UU. aprovechó la guerra de Afganistán en varios sentidos. La razón que nos interesa describir es de qué manera la invasión a Afganistán benefició a Washington en la lucha por los recursos de Asia Central.
A fines de septiembre de 2001, antes de iniciar la guerra contra los talibanes, el gobierno de George W. Bush solicitó al gobierno de Uzbekistán de Islam Karimov una base denominada K2, a Kirguizistán la base de Manás y a Tayikistán un aeropuerto. Tanto Tayikistán como Uzbekistán son limítrofes de Afganistán.
Además el gobierno de Georgia cedió su espacio aéreo para la guerra, y Kazajstán ofreció pistas de aterrizaje.
Washington consiguió estas bases, en nombre de la lucha contra el terrorismo y la democracia en Afganistán, a cambio de grandes beneficios económicos para los países locales y del silencio ante las violaciones de los Derechos Humanos y del autoritarismo ejercido por los gobiernos de Asia Central contra su población.
La penetración militar de EE.UU. en territorio de la ex Unión Soviética y la utilización de las antiguas bases de Moscú era un hecho impensado con anterioridad a los atentados del 11-S.
El interés que tenían las ex repúblicas soviéticas en estrechar lazos con EE.UU. tenía varios motivos. El primero, era lograr una mayor independencia de Rusia, algo que en parte ya había logrado Ucrania, que en ese momento actuaba de bisagra entre Oriente y Occidente, aunque su dependencia comercial y energética de Rusia impedía que se acercara demasiado a los gobiernos europeos.
El segundo motivo consistía en que la lucha de EE.UU. contra el islamismo radical profesado por el gobierno afgano coincidía con la guerra abierta librada por los estados centroasiáticos en contra de guerrillas como el MIU (Movimiento Islámico de Uzbekistán), que fue entrenado por los talibanes en Afganistán y cuyo objetivo era derrocar al gobierno dictatorial de Islam Karimov, que prohibía algunas corrientes del islam.
También, existía el movimiento Hizb ut Tahrir, que pretendía crear un califato musulmán que abarcara toda Asia Central desde el Mar Caspio incluyendo la única provincia musulmana de China, rica en recursos llamada Xinjiang.
La coincidencia de intereses entre EE.UU. y los países de Asia Central produjo que además de la alianza militar, la diplomacia avanzara y se comenzaran a forjar lazos comerciales que hasta ese momento no existían.
El periodista pakistaní Ahmed Rashid narra la historia de que el proyecto de Washington de beneficiarse de los recursos de la región es anterior a la guerra de Afganistán. El plan conjunto con Pakistán que consistía en tender un gasoducto que partiera desde Turkmenistán, atravesase Afganistán y llegase hasta Pakistán se vio entorpecido por la escarpada geografía afgana y por la ruptura de lazos con el gobierno talibán de Kabul. [2]
Otro proyecto que aun no se ha podido llevar a cabo es el oleoducto que parta desde Kazajstán, pase por Afganistán y llegue a Pakistán. La inestabilidad de Beluchistán, una nación que no tiene estado propio y que se encuentra repartida entre Irán, Afganistán y Pakistán ha entorpecido este plan.
Rashid cuenta que poco antes de la guerra, el rechazo de EE.UU. hacia Irán llevó a que éste simpatizara con el extremista régimen talibán y que el Congreso norteamericano autorizara a la CIA a que invirtiese 20 millones de dólares para desestabilizar a Irán. Teherán acusa de que este dinero fue a parar a manos de los talibanes. [3]
El cambio de postura de Washington acerca del movimiento talibán, luego de los atentados del 11-S, condujo a que EE.UU. reordenara el tablero de Asia y penetrara literalmente en la zona con sus tropas y armas de guerra.
Durante la contienda, Moscú percibió que la injerencia de Occidente podría traerle pérdidas de influencia en la zona, porque ya vislumbraba que luego de la guerra llegarían las inversiones y las compañías norteamericanas y europeas, con un escenario totalmente diferente al de la década del 90, en el cuál el petróleo comenzaba a escasear más y a subir de precio a lo que se sumaría la apertura de los mercados y de los gobiernos de los países ex soviéticos.
Sin embargo, Rusia decidió apoyar la lucha contra el terrorismo, en parte porque la segunda guerra de Chechenia ya había empezado y Moscú había sido duramente criticado desde el oeste por las violaciones a los Derechos Humanos que había cometido en contra de la población civil en este país del Cáucaso.
Durante los seis primeros meses de la guerra contra Bin Laden y el mullah Omar, Rusia escuchó lo que quería oír de Washington: que los guerrilleros chechenos tenían lazos con Al Qaeda y por lo tanto eran un blanco legítimo de la lucha global contra el terrorismo.
Ya debilitados los talibanes, Moscú se dio cuenta de que había perdido grandes aliados en la zona, por eso decidió iniciar una contraofensiva, las inversiones rusas en la región crecieron en Asia Central y las bases rusas en Georgia vieron aumentados sus efectivos militares.
Pero lo peor para Rusia no había llegado. Aun faltaban las revoluciones de terciopelo, un duro golpe del que Moscú todavía no ha podido recuperarse.
Segunda fase: Revoluciones de Colores
La primera vez que se utilizó el término Revolución de Terciopelo fue durante la revuelta popular pacífica que obligó a dimitir al gobierno comunista de Checoslovaquia a fines de 1989. Alrededor de 200 mil manifestantes ocuparon las calles, sin generar disturbios, en protesta por la violencia policial contra estudiantes que se revelaban en contra del gobierno en Praga. La multitud exigió la renuncia del presidente Gustav Husak, quien al verse acorralado por las protestas y por la falta de apoyo del gobierno soviético, encabezado por Mijail Gorbachov, debió renunciar al cargo, poniendo fin al período socialista.
La segunda parte en la que se puede dividir la lucha por lograr aliados en el ex espacio soviético, y por ende acceder a nuevos lugares a dónde invertir, se caracterizó por rebeliones populares que derribaron gobiernos de manera pacífica y se llamaron precisamente Revoluciones de Terciopelo o Revoluciones de Colores, que comenzaron a fines de 2003 y finalizaron a principios de 2005.
La hegemonía de Moscú sobre la extracción, refinamiento y transporte de los hidrocarburos en el ex espacio soviético comenzaba a resquebrajarse. Los viejos oleoductos de la era de la URSS empezaban a ser reemplazados por nuevos conductos de compañías europeas y norteamericanas.
Habitualmente el gas del Mar Caspio es explotado por empresas rusas y transportado por oleoductos rusos a Europa Oriental (Ucrania y Polonia principalmente) y de ahí siguen sus -cursos hacia Alemania, Austria e Italia. Sin embargo estos oleoductos deben pasar por zonas conflictivas del Cáucaso, como por ejemplo Chechenia, cuya población vive en una constante guerra contra Rusia, por su autodeterminación y su objetivo apunta a tomar parte en el negocio del transporte del petróleo y del gas.
Por eso, el bloque estadounidense-europeo logró concretar la construcción del oleoducto más costoso y ambicioso de la región, que une el Mar Caspio con el sur de Turquía, para llevar desde allí por barco el petróleo a todo el mundo. El ducto se llama Bakú- Tbilisi-Ceyhan, lo que significa que nace a orillas del Mar Caspio en la ciudad de Bakú, capital de Azerbaiyán, atraviesa Tbilisi, capital de Georgia y finaliza en el puerto turco de Ceyhan, en el Mar Mediterráneo.
Aunque el recorrido no sea directo y por lo tanto es más costoso al tener que zigzaguear sorteando países hostiles, de esta manera Occidente evitó que el ducto atravesase Irán y Rusia, ya que circula por tres países aliados.
El costo de esta obra fue de 3.600 millones de dólares y participan en la extracción y el transporte: British Petroleum, Unocal, Total Final Elf, ENI, Conoco Phillips entre otras compañías.
En noviembre de 2003, Estados Unidos dio un gran paso para arrebatarle la zona a Rusia. De acuerdo al Kremlin y a varios analistas, EE.UU, para asegurarse un tramo del transporte del petróleo, financió el derrocamiento incruento del presidente de Georgia Eduard Shevardnadze, que en ese momento cooperaba con Moscú.
En connivencia con Rusia, el presidente georgiano creó un impuesto a las empresas extranjeras, que perjudicó en su mayoría a las norteamericanas. Ese fue el factor decisivo para la caída de Shevardnadze, ya que esto elevaba el costo de la construcción y utilización del oleoducto.
Aunque en el pasado, Georgia había sido aliado de Washington al permitir que los aviones militares norteamericanos cargaran combustible para seguir su viaje a Irak, donde EE.UU. estaba librando una nueva guerra, pero el contexto regional había cambiado en pocos meses, lo que provocó que Washington tuviese que derrocar al gobierno georgiano para preservar el megaproyecto energético.
En lugar de Shevardnadze, asumió un abogado de 36 años formado en EE.UU., llamado Mijail Saakashvili. Así, luego de la presión popular, se llevó a cabo la llamada Revolución Rosa, denominada de esta manera por ser pacífica.
En diciembre de 2004, ocurrió otra revolución pacífica, pero esta vez en Ucrania. También Europa y Estados Unidos estuvieron sospechados de ser partícipes de los hechos. Ésta fue llamada Revolución Naranja, por el color del partido del nuevo presidente, el prooccidental Víktor Yuschenko.
Y por úlimo en marzo de 2005, un cambio pacífico de gobierno se produjo en Asia Central, precisamente en Kirguizistán. La Revolución Amarilla o de los Tulipanes llegó esta vez a las fronteras de China.
Para lanzar a las calles a las multitudes, el modus operandi que usaron los gobiernos occidentales, en representación de sus compañías petroleras fue, de acuerdo a varios politólogos, la utilización de ONG (Organizaciones No Gubernamentales) financiadas para crear propagandas opuestas a los regímenes que eran contrarios a sus intereses.
De esta manera las ONG utilizaban los fondos para fortalecer la publicidad de la oposición y se pagaba a los militantes, quienes eran los encargados de difundir el odio antigubernamental y de resaltar la grave corrupción existente luego de la caída de la URSS.
La primera vez que se utilizó este método fue en Serbia, cuando los manifestantes obligaron a renunciar al presidente Slobodan Milosevic en 2000.
Los nuevos gobiernos fortalecieron las alianzas con Europa y EE.UU., tanto Ucrania como Georgia han solicitado formar parte de la OTAN y de la Unión Europea, le dieron la espalda a Rusia en cuestiones políticas, comerciales y energéticas. Ucrania con apoyo norteamericano logró ingresar mucho antes que Rusia a la OMC (Organización Mundial del Comercio), lo que le abrió las posibilidades de acceder a nuevos mercados, y dejar paulatinamente de importar y de exportar casi todo lo que produce a Rusia.
Pero Moscú seguía teniendo la carta fuerte con Ucrania, ya que este país no tiene yacimientos de gas y debe aprovisionarse desde el este, es decir de Rusia.
En el nuevo escenario, con tres nuevos países dentro de la órbita occidental, no sólo se vieron beneficiadas las empresas de hidrocarburos occidentales, sino que las buenas relaciones diplomáticas entre los gobiernos abrieron las puertas a un intercambio comercial que abarcó distintas industrias, pero se privilegiaron las energéticas, que son las que más han invertido en la región.
En este contexto, el gobierno de Georgia aceleró la construcción del nuevo oleoducto y se aseguró de protegerlo de eventuales atentados, demostrando su nuevo alineamiento con el Oeste.
Aunque, el caso de Georgia y Ucrania encaje perfectamente con la teoría de que las Revoluciones de Terciopelo fueron dirigidas desde Occidente, Kirguizistán parece ser la excepción a la regla porque no hubo ONG occidentales operando en su territorio. Por eso, muchos expertos sostienen que este cambio de gobierno responde a una elite que se sucedió a sí misma mediante un golpe interno.
Tercera Fase: Grupo de Shanghai
Las dos primeras fases fueron ganadas por el bloque estadounidense-europeo, el cuál logró afianzar sus empresas transnacionales por primera vez en una región que tradicionalmente estuvo bajo la influencia rusa y abrir un camino más amplio a nuevas compañías, la tercera fase constituye un contraataque del bloque ruso-chino y sus aliados regionales. Este período comenzó en marzo de 2005, luego de la Revolución Amarilla en Kirguizistán.
Después del cambio de gobierno en este país centroasiático, el Grupo de Shanghai conformado por: Rusia, China, Uzbekistán, Kirguizistán, Tayikistán y Kazajstán, que se formó en 2001 y cuyo principal fin es combatir al terrorismo, se reunió en julio de 2005 y declaró su repudio a la presencia estadounidense en la región, incluyendo la exigencia del abandono de la base de K2 en Uzbekistán y de Manás en Kirguizistán.
La dura reacción del bloque no sólo se limitó a las declaraciones de sus líderes, sino que Moscú estrechó aun más los lazos con los miembros del Grupo de Shanghai, para que no se resquebrajase ante la posibilidad de perder a Kirguizistán por el cambio de gobierno.
Hasta ahora ningún estudioso del tema ha demostrado que la revuelta popular en Kirguizistán haya sido influenciada por Washington, como ocurriera en Georgia y Ucrania. Esto no quita que el nuevo gobierno kirguiz no se haya acercado a EE.UU. para ampliar sus mercados y posibilidades comerciales, dado que Kirguizistán a diferencia de sus vecinos es un país muy pobre en recursos, y ha dependido casi exclusivamente de Rusia luego de la disolución de la URSS. Como Moscú le ha dejado de comprar varios productos por su crisis económica de la década del 90, Bishkek ha visto estancada su economía. La posibilidad de un cambio de gobierno incluía la potencial apertura de este país hacia capitales occidentales.
A todo esto hay que sumarle que en mayo de 2005, una cruenta represión del gobierno uzbeco de Islam Karimov, que dejó entre 170 y 700 muertos (las cifras difieren según las fuentes), contra manifestantes que reclamaban la liberación de presos islámicos en la ciudad oriental de Andizán, cercana a Kirguizistán.
Las fuentes oficiales de Uzbekistán adujeron que la manifestación comenzó de manera pacífica, pero luego se sumaron guerrilleros islámicos armados, por eso la policía comenzó la matanza indiscriminada.
Pero, organismos independientes de Derechos Humanos denunciaron que la policía le tiró a los manifestantes desarmados. [4]
Inmediatamente, luego de estos hechos, la secretaria de Estado de Estados Unidos Condoleeza Rice, anunció que iba a promover una investigación independiente para que determine qué pasó exactamente el día de la masacre de Andizán.
La respuesta uzbeka fue la exigencia de que Estados Unidos se retirara de su base, ya que según Karimov la situación en Afganistán se había estabilizado.
Kirguizistán importa el gas de Uzbekistán, por eso a lo largo de su corta historia como país independiente, ha tenido que someterse a los caprichos del gobierno de Karimov, no sólo para recibir hidrocarburos, sino que se ha visto obligado a cambiar sus prestigiosas políticas de libertad de opinión, únicas en Asia Central, porque según Uzbekistán eran una mala influencia para los ciudadanos de este país. Además, el depuesto gobierno kirguiz de Askar Akayev ha tenido que reprimir duramente a los militantes islámicos por expreso pedido de Karimov. [5]
Por su parte, la consolidación del bloque ruso-chino se acentuó también en el Mar Caspio, ganándole terreno a la coalición norteamericana, con la creación de una patrulla multinacional, formada por los países del Caspio afines a Rusia, con la excusa de prevenir el terrorismo, pero con el fin de controlar lo que aun Rusia mantiene bajo su esfera de influencia.
Sin embargo, para que esta empresa sea viable debe contar con el visto bueno de Naciones Unidas. De todas maneras es un paso adelante para dominar la zona.
Asimismo, las inversiones chinas de hidrocarburos y comunicaciones en Uzbekistán, Kazajstán y Tayikistán crecieron considerablemente durante el 2005.
El actual gobierno kirguiz también declaró, presionado en el marco de la reunión del Grupo de Shanghai, que EE.UU. debería irse de la zona.
Estados Unidos, al ver que su ex aliado Karimov se mostraba cada vez más hostil hacia Washington y más cercano a Moscú y a Pekín, que Kirguizistán manifestara que Estados Unidos debía retirarse de la región y que las empresas chinas arribaban a Asia Central en grandes contingentes, decidió mover a su alfil y amenazar a varias piezas enemigas.
El entonces secretario de defensa norteamericano, Donald Rumsfeld realizó un viaje relámpago en agosto de 2005 a Kirguizistán y Tayikistán para hacerles acordar de quién manda. Luego de la entrevista con Rumsfeld, el nuevo presidente kirguiz, Kurmanbek Bakiyev, en un reportaje hecho por la televisión rusa, manifestó una gran contradicción: "La presencia de tropas norteamericanas responde a nuestros intereses nacionales. El problema de Afganistán está muy lejos de solucionarse".
Por otra parte, el alquiler de la base de Manás representa el 7 % del Producto Bruto Interno de Kirguizistán, algo difícil de despreciar. Lo cierto es que la situación en Afganistán está lejos de resolverse y que el movimieno Talibán ha ganado terreno durante 2006. Pero también es cierto que la presencia de EE.UU. en Asia Central no se debe solamente a la guerra de Afganistán, sino a aumentar y preservar la inversión en materia energética.
A comienzos de 2006, EE.UU. ofreció aumentar el alquiler de la base de Manás al gobierno kirguiz.
El Grupo de Shanghai existía desde hacía 4 años, pero cobró mayor importancia en 2005 por la reacción de Rusia y China que temieron seguir perdiendo mercados y países aliados por la militarización de la zona por parte de Occidente y por las revueltas pacíficas, que seguían a cada elección en los ex estados soviéticos.
Este Grupo tiene el objetivo de formar un bloque económico y sobre todo defensivo en contra de la creciente actividad de guerrillas islámicas con fuertes influencias de los talibanes afganos. A pesar, de que el gobierno de Kabul haya caído, las guerrillas de la zona centroasiática son autónomas y han seguido realizando incursiones armadas contra los gobiernos que comparten el Valle de Fergana, entre Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán.
El interés que tiene China en que el Grupo de Shanghai se fortalezca se debe precisamente a la preservación de su provincia noroccidental rica en recursos petroleros denominada Xinjiang, cuya población es mayoritariamente musulmana, y que ya ha manifestado el deseo de separación de Pekín.
Por otro lado, el bloque ruso-chino no sólo aumentó la integración y el repudio a Occidente, sino que además boicoteó a los países que cambiaron de bando, como Georgia, Ucrania, Moldavia y también a la Unión Europea.
A comienzos de 2006 Moscú intentó desestabilizar a su vecino del Cáucaso sur, Georgia, al cortarle el suministro de gas, con un atentado a un gasoducto que partía desde Rusia hacia Tbilisi. Al mismo tiempo bloqueó la entrada de vinos gerogianos, produciéndole numerosas pérdidas a esa fructífera industria georgiana. Además alentó los separatismos en sus provincias secesionistas.
Con respecto a Ucrania, Moscú decidió aumentarle el precio preferencial del gas que venía pagando Kiev como país amigo, muy por debajo del internacional. La crisis del gas que perjudicó a varios países de Europa, la analizaremos más adelante.
Es difícil ver quién ganó la tercera fase. No hay duda de que el bloque ruso-chino conquistó posiciones y debilitó en algunos sectores al bloque enemigo, tanto a los países que lo encabeza, como a los post soviéticos aliados de Occidente. Pero, aun esta fase no ha concluido del todo, es muy prematuro hacer un análisis preciso de cómo finalizó o va a finalizar el auge del Grupo de Shanghai.
Notas: [1] – Periódico El economista de Cuba Nro 142, Octubre 2001. “¿Por qué Afganistán?” ; [2] Ahmed Rashid en http://www.socialismo-o-barbarie.org/medio%20oriente/060611_afganistan_a_rashid.htm; [3] Ahmed Rashid en http://www.wsws.org/es/articles/2001/nov2001/span-n14.shtml; [4] Amnistía Internacional http://www.amnestyusa.org/countries/uzbekistan/document.do?id=ENGEUR620112006; [5] Ahmed Rashid en “Yihad” (Ediciones Península. Barcelona. 2002). Pág. 96.
La fuente: El autor es analista de temas internacionales y director del Panorama Mundial de Historia y Actualidad.
tomado de El Corresponsal
Editor: Andrés Aldao - Boletín de noticias y comentarios. Si no lees los diarios no estás informado, y si lo lees estás mal informado Una versión distinta de los hechos en el mundo. ¡DIFUNDILO!
12 noviembre 2007
Israel construye una carretera al ’apartheid’

La Cisjordania ocupada es un enjambre de controles militares, vallas metálicas, alambradas, torretas grises a las salidas de los pueblos palestinos, y de carreteras, algunas exclusivas para los colonos que viven en su torre de marfil. Es probable que algún día se desmantelen algunos asentamientos. Pero el este de Jerusalén es diferente. Israel no va a renunciar a un centímetro de esa tierra que pretende anexionar y que habitan un cuarto de millón de árabes. En esta zona se está terminando una carretera, que unirá Ramallah con Belén, propia del régimen del apartheid. En uno de sus lados circularán los israelíes; en el otro, segregados por un muro, los palestinos. Los primeros podrán salir a cualquier pueblo o ciudad; los segundos, no. Y menos aún a la Ciudad Santa.
Por Juan Miguel Muñoz
La proporción de población palestina crece paulatinamente respecto a la judía en Jerusalén. Aunque algunos líderes políticos y religiosos israelíes la preconizan, no es posible su expulsión. Pero ese cuarto de millón de personas van a quedar recluidas en el interior del muro de hormigón, que bordeará por el este el asentamiento en expansión de Maale Adumín. Necesitan una salida. Eso sí, nunca en dirección a Jerusalén. La carretera en construcción servirá para que los palestinos puedan trasladarse desde el norte hasta el sur de Cisjordania sin necesidad de atravesar barrios judíos. E Israel la utilizará para seccionar Jerusalén del resto del territorio ocupado y para construir un cinturón de asentamientos alrededor de la Ciudad Santa, anexionada ilegalmente en 1981 por el Ejecutivo hebreo.
En el desierto, habitado por beduinos y dominado por el asentamiento judío de Maale Adumín (35.000 residentes), a los pies de la Universidad Hebrea y del monte de los Olivos, se asfalta esa carretera dividida por un muro construido con piedra blanca, el material preceptivo en toda construcción de Jerusalén desde los tiempos del mandato británico. Es menos impactante que el gris hormigón que se levanta alrededor de pueblos y ciudades palestinas. La carretera contará con muchas más salidas para los ciudadanos israelíes que para los palestinos, que no podrán acceder a Jerusalén, y permitirá que los israelíes viajen por territorio ocupado sin toparse con árabes.
"Hay cuatro carreteras más de este tipo ya terminadas y seis en construcción. Teóricamente, son vías para conectar pueblos aislados por la construcción del muro. Se trata de que los palestinos puedan moverse en zonas que quedarán bajo control israelí", explica Yehezkel Lein, uno de los coordinadores de B’tselem, una de las ONG israelíes que examinan periódicamente los hechos sobre el terreno. Dentro del muro
"Estas carreteras transcurrirán en gran medida dentro del muro, e Israel podrá controlarlas a su antojo para restringir los movimientos de los palestinos", añade. La obra -"irracional desde el punto de vista económico", a juicio de Lein- requerirá soterrar la carretera con terraplenes en sus bordes y la construcción de túneles. "Por motivos de seguridad", según las autoridades hebreas.
Hoy día es frecuente ver a los colonos judíos de Cisjordania circular en sus vehículos por el arcén para no perder tiempo en los controles militares. Los soldados les dan vía libre. No esperan. Pero no deja de suponer una molestia. "Hoy día, si se monta un control en cualquier vía, también les afecta. Con este sistema [de segregación] se podrán colocar puestos militares en el lado palestino sin que los conductores israelíes los padezcan", comenta Lein. Cuando entre en funcionamiento, los colonos de Cisjordania podrán acudir a sus empleos en Jerusalén sin padecer la menor molestia.
La nueva vía -llamada "fábrica de vida" por las autoridades israelíes, porque los palestinos podrían circular sin cortapisas- no es más que una nueva modalidad en un sistema laberíntico organizado a veces para beneficio de unos pocos. Existen carreteras construidas sólo para unas decenas de usuarios. "El gran boom de la construcción de carreteras para colonos se dio en los años noventa, durante el proceso de Oslo, para impedir que israelíes viajaran por zonas controladas por la Autoridad Nacional Palestina". Hoy ya existen en Cisjordania 24 tramos de vías -unos 315 kilómetros- totalmente vetados a los palestinos, o a las que muy pocos pueden acceder, con permiso del Ejército. En las que pueden utilizar, las restricciones -mediante los controles militares fijos y los móviles, siempre sorprendentes- provocan desesperación. A este tipo de vetos alude el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter cuando equipara el apartheid surafricano con el régimen de ocupación que el Gobierno israelí impone en los territorios ocupados.
En opinión de Lein, impera la arbitrariedad. Los palestinos lo saben mejor que nadie y lo han interiorizado. En la autopista 443, una alternativa a la vía principal que conecta Jerusalén con Tel Aviv, la carretera transcurre en parte por la Cisjordania ocupada y, en teoría, los palestinos podrían acceder. No hay prohibición expresa. "El Ejército dice que no existe tal prohibición para entrar en la 443 o en otras carreteras, pero todos los pueblos árabes tienen a la salida bloques de piedra o montañas de arena cortando la entrada a la autopista. Los mandos dan órdenes verbales de las que no queda constancia", concluye Lein. Con la nueva carretera, siempre bajo llave israelí, puede suceder lo mismo.
La fuente: El País (Madrid, España). (tomado de El Corresponsal)
10 noviembre 2007
Balada para un loco
nota: Publico este texto aparecido en La República de Montevideo, en mi carácter de rioplatense y porteño jubilado de tanta arrogancia, napia pa´rriba y ceñuda egolatría de pillado de Buenos Aires. Sí, soy también porteño y cuando escribo "los hermanos uruguayos" pienso en Rama, Quijano, Onetti, Idea Vilariño, los tablados, Marcha, Telecataplum y Viglietti...(Andrés Aldao)
por ROBERTO CABALLERO *
El martes 2 de octubre sobre las 15 horas bajé del Buquebús en el puerto de Buenos Aires, iba enviado por un grupo de compañeros de la Corriente de Acción y Pensamiento ¬ Libertad (CAP-L) a visitar al Flaco Nicolini, quien había hecho un infarto precisamente cruzando el Río de la Plata el sábado anterior y operado de urgencia el domingo 30 de mañana en un sanatorio bonaerense.
Llevaba los saludos de decenas de compañeros, portaba el abrazo solidario de mucha gente, cargaba el mensaje de que los compañeros estamos en cualquier circunstancia, pero sobre todo cuando --como en el caso del Flaco-- estás pasando por una mala. Toda esta responsabilidad no sólo me pesaba mucho más que el bolso con mi ropa, sino que debía llevarla con el mayor de los amores porque aquello del "Che" es cierto, hay que endurecerse, pero sin perder la ternura, jamás.
Me encontré con el Flaco rodeado por el amor de una familia increíble, numerosa, que se prodigaban en entregarle todo el afecto y cariño que fuera posible para sacarlo adelante, me sentí incómodo, intruso en medio de ese estrechar filas en torno a quien necesitaba apoyo. Así, me dije, es como debe ser el compañerismo, la camaradería: generosa y a cada cual según su necesidad. Entré al CTI tres minutos, le di un apretón de manos y alcancé a decirle: "... Flaco los compañeros me mandaron a buscarte, te queremos en Montevideo lo antes posible, vamo'arriba...", se sonrió, me preguntó cómo estaban las cosas, los demás, "el que importa sos vos", contesté y me fui, lo dejé casi sin respuesta.
Hacía 48 horas le habían practicado una angioplastia ingresando por la arteria femoral aplicándole dos stent en tantas otras arterias, agravado por una neumonía que lo tenía con más de 38ª de fiebre.
Viajé al otro día al centro porteño. En el tren, un veterano, de impecable camisa y corbata, tocaba al bandoneón "Verano Porteño", de Piazzola, siguió con "Cambalache" de Enrique Santos Discépolo, los pasajeros del vagón lo aplaudimos y llenamos su gorro de monedas; en los andenes, grandes afiches de tipo comercial anunciaban que dentro de 20 días había elecciones en Argentina, sin ser eso, poca cosa electoral más y si uno era medio distraído podría llegar a pensar que era publicidad de programas de la TV como los de Tinelli.
Por Florida, cada dos o tres cuadras, parejas de bailarines evolucionaban con cortes y quebradas para las fotografías de los turistas, todo Buenos Aires respira tango, tal vez por eso cuando de tardecita regresé al barrio de San Isidro --donde está el sanatorio--, me encontré de pronto caminando por una calle alfombrada de naranjas, pensé que se habían caído del naranjal de alguna casa.
No, los naranjales estaban en la vereda sobre el cordón, llenos de naranjas, tantas que las ramas se doblaban por el peso, seguí caminando asombrado ante ese espectáculo de los naranjales en la vía pública, hasta que en la esquina miré el nombre de la calle: Arenales, fue leerlo y el play accionó mi memoria, era la voz del Polaco Goyeneche: "Salís de tu casa por Arenales. Lo de siempre en la calle y en vos...Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo".
Me imaginé que el Flaco Nicolini era el personaje del tango. Horacio Arturo Ferrer debió conocerlo antes que nosotros o inventarlo a imagen y semejanza.
Cuál fue la locura del Flaco para vivir este calvario de casi un año, acaso es más grave que las acusaciones cruzadas entre otros compañeros del FA sobre fraude, estafa, traba de embargo, etc.
¿Alguien les pidió la renuncia a sus bancas ante acusaciones de tan subido como grave porte?, ¿con qué vara medimos la apariencia de la honestidad? Se argumenta que un hombre público --como la mujer del César-- ocupando un cargo público no sólo debe ser honrado, sino aparentarlo, argumento con el que no estoy de acuerdo. En mis años de bancario, conocí infinidad de tipos que parecían, aparentaban, simulaban ser honestos y eran todo lo contrario, lo que importa es serlo; si después andás con medio melón en la cabeza y no parecés, a qué prejuiciado le importa. Entonces vuelvo a lo mismo: ante estas nuevas acusaciones entre otros compañeros me pregunto: ¿la teoría de la mujer del César es "pa'todos o pa'lgunos"?
Hubo muchos saludos de apoyo, pero faltaron otros, de los que no quiero hablar hoy.
Salvo de la cancillería.
El señor Bustillo, embajador en Argentina, quien no hace mucho nos llevó junto a Nicolini (cuando era senador) a conocer el lujo desmedido de la embajada en Buenos Aires, no leyó la prensa uruguaya o no vio o escuchó por otros medios la noticia de que Leonardo Nicolini estaba internado con un infarto. ¿No se enteró realmente? Hay que avisarle: ¡Bustillo, Nicolini perdió la banca pero no la nacionalidad! ¡Pobres uruguayos de a pie y anónimos si les llega a pasar algo en la Argentina!
Sí, el Flaco es esa cosa rara que sale cada tanto de atrás de un árbol, mezcla de penúltimo linyera y primer polizonte en quien sabe qué viaje, por eso, por estar piantao, pero bien piantao, se trepó a la locura de operarse en Salud Pública hace casi un año.
Hoy los medios de prensa están dando la primicia de que la Justicia lo declaró inocente y archivó el caso. Pero claro, eso no le devuelve la banca de senador, ni le paga el alquiler, ni la luz, ni los impuestos, ni nada..., salvo su dignidad, esa que no necesariamente necesita aparentarse, figurarse, maquillarse como si fuera la mujer del César, ¿qué cosa ¿no?
Recuerdo ahora, que cuando por Arenales llegué a Avda. Libertador y pegué la vuelta me pareció sentir todavía al Polaco:
"Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir...¡Vení, volá, vení!"
Vení Flaco, vení, vamos a tomar ahora sí una de más. *
* Secretario del Senador E. Fernández Huidobro. Ex preso político (MLN-T) 1972- 1985
por ROBERTO CABALLERO *
El martes 2 de octubre sobre las 15 horas bajé del Buquebús en el puerto de Buenos Aires, iba enviado por un grupo de compañeros de la Corriente de Acción y Pensamiento ¬ Libertad (CAP-L) a visitar al Flaco Nicolini, quien había hecho un infarto precisamente cruzando el Río de la Plata el sábado anterior y operado de urgencia el domingo 30 de mañana en un sanatorio bonaerense.
Llevaba los saludos de decenas de compañeros, portaba el abrazo solidario de mucha gente, cargaba el mensaje de que los compañeros estamos en cualquier circunstancia, pero sobre todo cuando --como en el caso del Flaco-- estás pasando por una mala. Toda esta responsabilidad no sólo me pesaba mucho más que el bolso con mi ropa, sino que debía llevarla con el mayor de los amores porque aquello del "Che" es cierto, hay que endurecerse, pero sin perder la ternura, jamás.
Me encontré con el Flaco rodeado por el amor de una familia increíble, numerosa, que se prodigaban en entregarle todo el afecto y cariño que fuera posible para sacarlo adelante, me sentí incómodo, intruso en medio de ese estrechar filas en torno a quien necesitaba apoyo. Así, me dije, es como debe ser el compañerismo, la camaradería: generosa y a cada cual según su necesidad. Entré al CTI tres minutos, le di un apretón de manos y alcancé a decirle: "... Flaco los compañeros me mandaron a buscarte, te queremos en Montevideo lo antes posible, vamo'arriba...", se sonrió, me preguntó cómo estaban las cosas, los demás, "el que importa sos vos", contesté y me fui, lo dejé casi sin respuesta.
Hacía 48 horas le habían practicado una angioplastia ingresando por la arteria femoral aplicándole dos stent en tantas otras arterias, agravado por una neumonía que lo tenía con más de 38ª de fiebre.
Viajé al otro día al centro porteño. En el tren, un veterano, de impecable camisa y corbata, tocaba al bandoneón "Verano Porteño", de Piazzola, siguió con "Cambalache" de Enrique Santos Discépolo, los pasajeros del vagón lo aplaudimos y llenamos su gorro de monedas; en los andenes, grandes afiches de tipo comercial anunciaban que dentro de 20 días había elecciones en Argentina, sin ser eso, poca cosa electoral más y si uno era medio distraído podría llegar a pensar que era publicidad de programas de la TV como los de Tinelli.
Por Florida, cada dos o tres cuadras, parejas de bailarines evolucionaban con cortes y quebradas para las fotografías de los turistas, todo Buenos Aires respira tango, tal vez por eso cuando de tardecita regresé al barrio de San Isidro --donde está el sanatorio--, me encontré de pronto caminando por una calle alfombrada de naranjas, pensé que se habían caído del naranjal de alguna casa.
No, los naranjales estaban en la vereda sobre el cordón, llenos de naranjas, tantas que las ramas se doblaban por el peso, seguí caminando asombrado ante ese espectáculo de los naranjales en la vía pública, hasta que en la esquina miré el nombre de la calle: Arenales, fue leerlo y el play accionó mi memoria, era la voz del Polaco Goyeneche: "Salís de tu casa por Arenales. Lo de siempre en la calle y en vos...Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo".
Me imaginé que el Flaco Nicolini era el personaje del tango. Horacio Arturo Ferrer debió conocerlo antes que nosotros o inventarlo a imagen y semejanza.
Cuál fue la locura del Flaco para vivir este calvario de casi un año, acaso es más grave que las acusaciones cruzadas entre otros compañeros del FA sobre fraude, estafa, traba de embargo, etc.
¿Alguien les pidió la renuncia a sus bancas ante acusaciones de tan subido como grave porte?, ¿con qué vara medimos la apariencia de la honestidad? Se argumenta que un hombre público --como la mujer del César-- ocupando un cargo público no sólo debe ser honrado, sino aparentarlo, argumento con el que no estoy de acuerdo. En mis años de bancario, conocí infinidad de tipos que parecían, aparentaban, simulaban ser honestos y eran todo lo contrario, lo que importa es serlo; si después andás con medio melón en la cabeza y no parecés, a qué prejuiciado le importa. Entonces vuelvo a lo mismo: ante estas nuevas acusaciones entre otros compañeros me pregunto: ¿la teoría de la mujer del César es "pa'todos o pa'lgunos"?
Hubo muchos saludos de apoyo, pero faltaron otros, de los que no quiero hablar hoy.
Salvo de la cancillería.
El señor Bustillo, embajador en Argentina, quien no hace mucho nos llevó junto a Nicolini (cuando era senador) a conocer el lujo desmedido de la embajada en Buenos Aires, no leyó la prensa uruguaya o no vio o escuchó por otros medios la noticia de que Leonardo Nicolini estaba internado con un infarto. ¿No se enteró realmente? Hay que avisarle: ¡Bustillo, Nicolini perdió la banca pero no la nacionalidad! ¡Pobres uruguayos de a pie y anónimos si les llega a pasar algo en la Argentina!
Sí, el Flaco es esa cosa rara que sale cada tanto de atrás de un árbol, mezcla de penúltimo linyera y primer polizonte en quien sabe qué viaje, por eso, por estar piantao, pero bien piantao, se trepó a la locura de operarse en Salud Pública hace casi un año.
Hoy los medios de prensa están dando la primicia de que la Justicia lo declaró inocente y archivó el caso. Pero claro, eso no le devuelve la banca de senador, ni le paga el alquiler, ni la luz, ni los impuestos, ni nada..., salvo su dignidad, esa que no necesariamente necesita aparentarse, figurarse, maquillarse como si fuera la mujer del César, ¿qué cosa ¿no?
Recuerdo ahora, que cuando por Arenales llegué a Avda. Libertador y pegué la vuelta me pareció sentir todavía al Polaco:
"Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir...¡Vení, volá, vení!"
Vení Flaco, vení, vamos a tomar ahora sí una de más. *
* Secretario del Senador E. Fernández Huidobro. Ex preso político (MLN-T) 1972- 1985
La madre de todos los pretextos
DELIRIUM TREMENS...
El gobierno menesteroso de Ehud Olmert se parece a un barquichuelo a la deriva, aunque siempre gira sobre su eje y en el mismo lugar.
¿Llamarlo lamentable? ¿Desdoroso? ¿Inservible? ¿Peligroso? El señor Olmert, un pequeño y triste mafioso, ha cometido todos los errores y desarciertos previstos. Incluidos sus peregrinos aciertos (ninguno)... Rodeado de fascistas, ineptos, corruptos y ladrones, arrogantes y resbaladizos laboristas, rabinos trepadores e ignorantes, gente convicta de hurtos y defraudaciones −ladronzuelos y estafadores− (incluido y en primer lugar el propio primer ministro), prosigue imperturbable su marcha hacia el precipicio, hacia el hundimiento del estado de Israel en vísperas del 60º aniversario de su creación. Un lúcido análisis de Ury Avnery pone a los ciudadanos de Israel frente a su propia conciencia: los que no comparten que traigan pruebas, sólidas, inefables y contundentes...
Este artículo es de uno de los pocos, contados,a veces inhallables israelíes que tienen lucidez, valentía, conocimiento profundo de la situación y nada de pelos en la lengua... Es digno de leerse varias veces, y aquellos que forman parte de la legión de pilaricos raholistas, que cierren la boca sucia y vocera de los fulleros del gran poder imperial- ¡Bravo, Ury Avnery! (Andrés Aldao)

La visión del choque de civilizaciones se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles. La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.
Por Uri Avnery
Cuando oigo mencionar el 'choque de civilizaciones' no sé si reír o llorar.
Reír, porque semejante concepto es absurdo. Llorar, porque es propenso a causar desastres incalculables.
Llorar todavía más porque nuestros líderes están explotando ese eslogan como un pretexto para sabotear cualquier posibilidad de una reconciliación israelo-palestina. Sólo es uno más de una larga lista de pretextos.
¿Por qué el movimiento sionista necesitaba excusas para justificar la manera en que trató al pueblo palestino?
En el origen, el sionismo era un movimiento idealista. Tenía una gran carga moral. No sólo para convencer al mundo, sino, ante todo, para tranquilizar su propia conciencia.
Desde la más tierna infancia aprendimos de los pioneros, muchos de ellos hijos e hijas de familias acomodadas y de buena formación que dejaron atrás una vida cómoda en Europa para empezar una nueva en un lejano y -para los estándares de aquella época- primitivo país. Aquí, en un clima salvaje al que no estaban acostumbrados, a menudo hambrientos y enfermos, realizaron trabajos físicos de romperse los huesos bajo un sol brutal.
Para eso necesitaban creer totalmente en la rectitud de su causa. No sólo creyeron en la necesidad de salvar a los judíos de Europa de la persecución y los pogromos, sino también en la creación de una sociedad tan justa como nunca antes se había visto, una sociedad igualitaria que sería un modelo para el mundo entero. León Tolstoi no era menos importante para ellos que Teodor Herzl. Los quibutz y moshav eran símbolos de todo el proyecto.
Pero ese movimiento idealista tenía como objetivo establecerse en un país habitado por otro pueblo. ¿Cómo dirimir la contradicción entre sus ideales sublimes y el hecho de que su realización requería la expulsión de un pueblo de su tierra?
La manera más fácil fue reprimir totalmente el problema e ignorar su propia existencia: la tierra, nos dijimos, estaba vacía, no había ningún pueblo en absoluto viviendo aquí. Esa fue la justificación que sirvió de puente sobre el abismo moral.
Solamente uno de los Padres Fundadores del movimiento sionista fue lo suficientemente valiente para llamar al pan pan y al vino vino: Ze'ev Jabotinsky escribió hace ya 80 años que era imposible engañar al pueblo palestino (cuya existencia reconoció) y comprar su consentimiento a las aspiraciones sionistas.
Somos colonos blancos que colonizan la tierra de la población nativa, dijo, y no hay ninguna oportunidad en absoluto de que los nativos se resignen voluntariamente a esto. Se resistirán violentamente, como todos los pueblos nativos de las colonias europeas. Por lo tanto necesitamos un 'muro de acero' para proteger la empresa sionista.
Cuando a Jabotinsky le dijeron que su enfoque era inmoral, contestó que los judíos estaban intentando salvarse del desastre que los amenazaba en Europa y, por consiguiente, su moralidad ganaba a la moralidad de los árabes en Palestina.
La mayoría de los sionistas no estaba preparada para aceptar este enfoque de orientación a la fuerza y buscaron fervientemente una justificación moral con la que pudieran vivir.
Así empezó la larga búsqueda de justificaciones, con un pretexto tras otro según las cambiantes modas espirituales del mundo.
La primera justificación precisamente fue la que ridiculizó Jabotinsky: realmente hemos venido para beneficiar a los árabes. Los redimiremos de sus primitivas condiciones de vida, de la ignorancia y la enfermedad. Les enseñaremos métodos modernos de agricultura y les traeremos medicina avanzada. Todo (excepto el empleo, porque necesitábamos cada trabajo para los judíos que estábamos trayendo aquí, a los que estábamos transformando de judíos del gueto en un pueblo de obreros y labradores de la tierra).
Cuando los ingratos árabes procedieron a resistirse a nuestro gran proyecto, a pesar de todos los beneficios que supuestamente les estábamos trayendo, encontramos una justificación marxista: no son los árabes quienes se oponen a nosotros, sino sólo los effendis. Los árabes ricos, los grandes hacendados, tienen miedo de que el ejemplo resplandeciente del igualitarismo de la comunidad hebrea atraiga al explotado proletariado árabe y origine que éste se levante contra sus opresores.
Eso tampoco funcionó mucho tiempo, quizás porque los árabes vieron cómo los sionistas compraban la tierra de esos mismos effendis y expulsaban a los arrendatarios que la habían cultivado durante generaciones.
El ascenso de los nazis en Europa trajo masas de judíos al país. El público árabe vio cómo le segaban la hierba bajo los pies y empezó una rebelión contra británicos y judíos en 1936. ¿Por qué, preguntaron los árabes, debemos pagar por la persecución de los judíos por parte de los europeos? Pero la revuelta árabe nos dio una nueva justificación: los árabes apoyan a los nazis. Y de hecho, el Gran Muftí de Jerusalén Hajj Amin al-Husseini, se fotografió sentado junto a Hitler. Algunas personas 'descubrieron' que el muftí era el auténtico instigador del Holocausto (años después se reveló que Hitler detestaba al muftí, y que éste no tenía ninguna influencia sobre los nazis.)
La Segunda Guerra Mundial acabó y fue seguida por la guerra de 1948. La mitad del vencido pueblo palestino se convirtió en refugiado. Eso no preocupó a la conciencia sionista porque todos lo sabíamos: se fueron por su propia y libre voluntad. Sus líderes los habían llamado a dejar sus casas y volver después con los ejércitos árabes victoriosos. La verdad es que jamás se ha encontrado ninguna prueba para sostener esta afirmación absurda, pero era suficiente para aliviar nuestra conciencia hasta este día.
Se podría preguntar: ¿por qué no se permitió a los refugiados regresar a sus casas una vez que la que la guerra había terminado? Bien, fueron ellos quienes rechazaron el plan de partición de la ONU de 1947 y empezaron la guerra. Si debido a esto perdieron el 78% de su país, sólo se pueden culpar a sí mismos.
Entonces vino la Guerra Fría. Nosotros estábamos, por supuesto, en el lado del 'mundo libre', mientras que el gran líder árabe Gamal Abd-al-Nasser recibió sus armas del bloque soviético (ciertamente en la guerra de 1948 a nosotros nos fluyeron armas soviéticas, pero eso no es importante). Estaba bastante claro: hablar con los árabes es inútil porque apoyan la tiranía comunista.
Pero el bloque soviético se derrumbó. 'La organización terrorista llamada OLP', como la denominaba Menajem Begin, reconoció a Israel y firmó el acuerdo de Oslo. Hubo que buscar una nueva justificación para nuestra renuencia a devolverle al pueblo palestino los territorios ocupados.
La salvación vino de América: un profesor llamado Samuel Huntington escribió un libro sobre el 'Choque de Civilizaciones' y así nosotros encontramos la madre de todos los pretextos.
El enemigo mortal, según esta teoría, es el Islam. La civilización occidental judeocristiana, liberal, democrática y tolerante, está frente al ataque del monstruo islámico, fanático, terrorista y asesino.
El Islam es asesino por naturaleza. Realmente, 'musulmán' y 'terrorista' son sinónimos. Cada musulmán es un terrorista, cada terrorista un musulmán.
Un escéptico podría preguntar: ¿cómo fue que la maravillosa cultura occidental dio a luz a la Inquisición, los pogromos, la quema de brujas, la aniquilación de los nativos americanos, el Holocausto, las limpiezas étnicas y otras atrocidades sin par?; pero eso fue en el pasado. Ahora la cultura occidental es la encarnación de la libertad y el progreso.
El profesor Huntington no estaba pensando particularmente en nosotros. Su tarea era satisfacer un peculiar deseo de Estados Unidos: el imperio estadounidense siempre necesita un enemigo virtual que abarque todo el mundo, un solo enemigo que incluya a todos los opositores a Estados Unidos del mundo entero. Los comunistas cumplieron su promesa: el mundo entero se dividió entre tipos buenos (los estadounidenses y sus partidarios) y tipos malos (los comunistas). Todo el que se opusiera a los intereses estadounidenses automáticamente se convertía en comunista -Nelson Mandela en Sudáfrica, Salvador Allende en Chile, Fidel Castro en Cuba-, mientras que los señores del apartheid, los escuadrones de la muerte de Augusto Pinochet y la policía secreta del Sha de Irán pertenecían, como nosotros, al mundo libre.
Cuando se derrumbó el imperio comunista los Estados Unidos se quedaron sin un enemigo mundial. Este vacío ahora está ocupado por los musulmanes-terroristas. No sólo Osama ben Laden, sino también los combatientes chechenos por la libertad, la colérica juventud norteafricana de los suburbios de París, los guardias revolucionarios iraníes, los insurgentes de Filipinas...
Así, la visión mundial estadounidense se reestructuró: un mundo bueno (la civilización occidental) y un mundo malo (la civilización islámica). Los diplomáticos todavía tienen cuidado de hacer una distinción entre 'islamistas radicales' y 'musulmanes moderados', pero eso sólo es para las apariencias. Entre nosotros sabemos, por supuesto, que todos son Osamas ben Ladens. Todos son iguales.
Así, una gran parte del mundo formada por múltiples y muy diferentes países y una gran religión, con tendencias muy diversas e incluso opuestas (como en la cristiandad o el judaísmo), que ha dado tesoros científicos y culturales incomparables al mundo, se arroja entera al mismo saco.
Esta visión se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles.
La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.
Ahora la línea argumental del Israel oficial es ésta: los palestinos eligieron a Hamás, un movimiento islámico asesino (si no existiera, habría que inventarlo -y de hecho, algunas personas afirman que, en su inicio, lo crearon nuestros servicios secretos-). Hamás es terrorista, igual que Hezbollah. Quizás Mahmoud Abbas no sea un terrorista, pero es débil y Hamás está a punto de tomar el control exclusivo de todos los territorios palestinos. Por lo que nosotros no podemos hablar con ellos. No tenemos ningún compañero. En realidad, posiblemente no podamos tener un compañero porque pertenecemos a la civilización occidental que el Islam quiere erradicar.
En su libro de 1896 Der Judenstaat, Teodor Herzl, el 'Profeta oficial del Estado israelí”, ya profetizó este desarrollo. Esto es lo que escribió en 1896: 'Nosotros constituiremos para Europa (en Palestina) una parte del muro contra Asia, serviremos como una vanguardia de cultura contra la barbarie'.
Herzl estaba pensando en un muro metafórico, pero entre tanto hemos erigido un muro auténtico. Para muchos, éste no es sólo un muro de separación entre Israel y Palestina, sino una parte del muro entre Occidente y el Islam, la línea de fuego del choque de civilizaciones. Más allá del muro no hay hombres, mujeres y niños, no existe una población palestina conquistada y oprimida, no hay pueblos y ciudades ahogados como Abu-Dis, a-Ram, Bil'in y Qalqilia. No, más allá del muro hay mil millones de terroristas, multitudes de musulmanes sedientos de sangre que sólo tienen un deseo en la vida: arrojarnos al mar simplemente porque somos judíos, parte de la civilización judeocristiana.
Con una posición oficial como ésta, ¿quién puede dirigirse a nadie? ¿De qué se puede hablar? ¿Cuál es el punto de encuentro en Annapolis o en cualquier otra parte?
¿Y qué podemos hacer, llorar o reír?
La fuente: Uri Avnery es periodista, ex legislador y pacifista israelí. La traducción del inglés pertenece a Carlos Sanchis para Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.
El gobierno menesteroso de Ehud Olmert se parece a un barquichuelo a la deriva, aunque siempre gira sobre su eje y en el mismo lugar.
¿Llamarlo lamentable? ¿Desdoroso? ¿Inservible? ¿Peligroso? El señor Olmert, un pequeño y triste mafioso, ha cometido todos los errores y desarciertos previstos. Incluidos sus peregrinos aciertos (ninguno)... Rodeado de fascistas, ineptos, corruptos y ladrones, arrogantes y resbaladizos laboristas, rabinos trepadores e ignorantes, gente convicta de hurtos y defraudaciones −ladronzuelos y estafadores− (incluido y en primer lugar el propio primer ministro), prosigue imperturbable su marcha hacia el precipicio, hacia el hundimiento del estado de Israel en vísperas del 60º aniversario de su creación. Un lúcido análisis de Ury Avnery pone a los ciudadanos de Israel frente a su propia conciencia: los que no comparten que traigan pruebas, sólidas, inefables y contundentes...
Este artículo es de uno de los pocos, contados,a veces inhallables israelíes que tienen lucidez, valentía, conocimiento profundo de la situación y nada de pelos en la lengua... Es digno de leerse varias veces, y aquellos que forman parte de la legión de pilaricos raholistas, que cierren la boca sucia y vocera de los fulleros del gran poder imperial- ¡Bravo, Ury Avnery! (Andrés Aldao)

La visión del choque de civilizaciones se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles. La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.
Por Uri Avnery
Cuando oigo mencionar el 'choque de civilizaciones' no sé si reír o llorar.
Reír, porque semejante concepto es absurdo. Llorar, porque es propenso a causar desastres incalculables.
Llorar todavía más porque nuestros líderes están explotando ese eslogan como un pretexto para sabotear cualquier posibilidad de una reconciliación israelo-palestina. Sólo es uno más de una larga lista de pretextos.
¿Por qué el movimiento sionista necesitaba excusas para justificar la manera en que trató al pueblo palestino?
En el origen, el sionismo era un movimiento idealista. Tenía una gran carga moral. No sólo para convencer al mundo, sino, ante todo, para tranquilizar su propia conciencia.
Desde la más tierna infancia aprendimos de los pioneros, muchos de ellos hijos e hijas de familias acomodadas y de buena formación que dejaron atrás una vida cómoda en Europa para empezar una nueva en un lejano y -para los estándares de aquella época- primitivo país. Aquí, en un clima salvaje al que no estaban acostumbrados, a menudo hambrientos y enfermos, realizaron trabajos físicos de romperse los huesos bajo un sol brutal.
Para eso necesitaban creer totalmente en la rectitud de su causa. No sólo creyeron en la necesidad de salvar a los judíos de Europa de la persecución y los pogromos, sino también en la creación de una sociedad tan justa como nunca antes se había visto, una sociedad igualitaria que sería un modelo para el mundo entero. León Tolstoi no era menos importante para ellos que Teodor Herzl. Los quibutz y moshav eran símbolos de todo el proyecto.
Pero ese movimiento idealista tenía como objetivo establecerse en un país habitado por otro pueblo. ¿Cómo dirimir la contradicción entre sus ideales sublimes y el hecho de que su realización requería la expulsión de un pueblo de su tierra?
La manera más fácil fue reprimir totalmente el problema e ignorar su propia existencia: la tierra, nos dijimos, estaba vacía, no había ningún pueblo en absoluto viviendo aquí. Esa fue la justificación que sirvió de puente sobre el abismo moral.
Solamente uno de los Padres Fundadores del movimiento sionista fue lo suficientemente valiente para llamar al pan pan y al vino vino: Ze'ev Jabotinsky escribió hace ya 80 años que era imposible engañar al pueblo palestino (cuya existencia reconoció) y comprar su consentimiento a las aspiraciones sionistas.
Somos colonos blancos que colonizan la tierra de la población nativa, dijo, y no hay ninguna oportunidad en absoluto de que los nativos se resignen voluntariamente a esto. Se resistirán violentamente, como todos los pueblos nativos de las colonias europeas. Por lo tanto necesitamos un 'muro de acero' para proteger la empresa sionista.
Cuando a Jabotinsky le dijeron que su enfoque era inmoral, contestó que los judíos estaban intentando salvarse del desastre que los amenazaba en Europa y, por consiguiente, su moralidad ganaba a la moralidad de los árabes en Palestina.
La mayoría de los sionistas no estaba preparada para aceptar este enfoque de orientación a la fuerza y buscaron fervientemente una justificación moral con la que pudieran vivir.
Así empezó la larga búsqueda de justificaciones, con un pretexto tras otro según las cambiantes modas espirituales del mundo.
La primera justificación precisamente fue la que ridiculizó Jabotinsky: realmente hemos venido para beneficiar a los árabes. Los redimiremos de sus primitivas condiciones de vida, de la ignorancia y la enfermedad. Les enseñaremos métodos modernos de agricultura y les traeremos medicina avanzada. Todo (excepto el empleo, porque necesitábamos cada trabajo para los judíos que estábamos trayendo aquí, a los que estábamos transformando de judíos del gueto en un pueblo de obreros y labradores de la tierra).
Cuando los ingratos árabes procedieron a resistirse a nuestro gran proyecto, a pesar de todos los beneficios que supuestamente les estábamos trayendo, encontramos una justificación marxista: no son los árabes quienes se oponen a nosotros, sino sólo los effendis. Los árabes ricos, los grandes hacendados, tienen miedo de que el ejemplo resplandeciente del igualitarismo de la comunidad hebrea atraiga al explotado proletariado árabe y origine que éste se levante contra sus opresores.
Eso tampoco funcionó mucho tiempo, quizás porque los árabes vieron cómo los sionistas compraban la tierra de esos mismos effendis y expulsaban a los arrendatarios que la habían cultivado durante generaciones.
El ascenso de los nazis en Europa trajo masas de judíos al país. El público árabe vio cómo le segaban la hierba bajo los pies y empezó una rebelión contra británicos y judíos en 1936. ¿Por qué, preguntaron los árabes, debemos pagar por la persecución de los judíos por parte de los europeos? Pero la revuelta árabe nos dio una nueva justificación: los árabes apoyan a los nazis. Y de hecho, el Gran Muftí de Jerusalén Hajj Amin al-Husseini, se fotografió sentado junto a Hitler. Algunas personas 'descubrieron' que el muftí era el auténtico instigador del Holocausto (años después se reveló que Hitler detestaba al muftí, y que éste no tenía ninguna influencia sobre los nazis.)
La Segunda Guerra Mundial acabó y fue seguida por la guerra de 1948. La mitad del vencido pueblo palestino se convirtió en refugiado. Eso no preocupó a la conciencia sionista porque todos lo sabíamos: se fueron por su propia y libre voluntad. Sus líderes los habían llamado a dejar sus casas y volver después con los ejércitos árabes victoriosos. La verdad es que jamás se ha encontrado ninguna prueba para sostener esta afirmación absurda, pero era suficiente para aliviar nuestra conciencia hasta este día.
Se podría preguntar: ¿por qué no se permitió a los refugiados regresar a sus casas una vez que la que la guerra había terminado? Bien, fueron ellos quienes rechazaron el plan de partición de la ONU de 1947 y empezaron la guerra. Si debido a esto perdieron el 78% de su país, sólo se pueden culpar a sí mismos.
Entonces vino la Guerra Fría. Nosotros estábamos, por supuesto, en el lado del 'mundo libre', mientras que el gran líder árabe Gamal Abd-al-Nasser recibió sus armas del bloque soviético (ciertamente en la guerra de 1948 a nosotros nos fluyeron armas soviéticas, pero eso no es importante). Estaba bastante claro: hablar con los árabes es inútil porque apoyan la tiranía comunista.
Pero el bloque soviético se derrumbó. 'La organización terrorista llamada OLP', como la denominaba Menajem Begin, reconoció a Israel y firmó el acuerdo de Oslo. Hubo que buscar una nueva justificación para nuestra renuencia a devolverle al pueblo palestino los territorios ocupados.
La salvación vino de América: un profesor llamado Samuel Huntington escribió un libro sobre el 'Choque de Civilizaciones' y así nosotros encontramos la madre de todos los pretextos.
El enemigo mortal, según esta teoría, es el Islam. La civilización occidental judeocristiana, liberal, democrática y tolerante, está frente al ataque del monstruo islámico, fanático, terrorista y asesino.
El Islam es asesino por naturaleza. Realmente, 'musulmán' y 'terrorista' son sinónimos. Cada musulmán es un terrorista, cada terrorista un musulmán.
Un escéptico podría preguntar: ¿cómo fue que la maravillosa cultura occidental dio a luz a la Inquisición, los pogromos, la quema de brujas, la aniquilación de los nativos americanos, el Holocausto, las limpiezas étnicas y otras atrocidades sin par?; pero eso fue en el pasado. Ahora la cultura occidental es la encarnación de la libertad y el progreso.
El profesor Huntington no estaba pensando particularmente en nosotros. Su tarea era satisfacer un peculiar deseo de Estados Unidos: el imperio estadounidense siempre necesita un enemigo virtual que abarque todo el mundo, un solo enemigo que incluya a todos los opositores a Estados Unidos del mundo entero. Los comunistas cumplieron su promesa: el mundo entero se dividió entre tipos buenos (los estadounidenses y sus partidarios) y tipos malos (los comunistas). Todo el que se opusiera a los intereses estadounidenses automáticamente se convertía en comunista -Nelson Mandela en Sudáfrica, Salvador Allende en Chile, Fidel Castro en Cuba-, mientras que los señores del apartheid, los escuadrones de la muerte de Augusto Pinochet y la policía secreta del Sha de Irán pertenecían, como nosotros, al mundo libre.
Cuando se derrumbó el imperio comunista los Estados Unidos se quedaron sin un enemigo mundial. Este vacío ahora está ocupado por los musulmanes-terroristas. No sólo Osama ben Laden, sino también los combatientes chechenos por la libertad, la colérica juventud norteafricana de los suburbios de París, los guardias revolucionarios iraníes, los insurgentes de Filipinas...
Así, la visión mundial estadounidense se reestructuró: un mundo bueno (la civilización occidental) y un mundo malo (la civilización islámica). Los diplomáticos todavía tienen cuidado de hacer una distinción entre 'islamistas radicales' y 'musulmanes moderados', pero eso sólo es para las apariencias. Entre nosotros sabemos, por supuesto, que todos son Osamas ben Ladens. Todos son iguales.
Así, una gran parte del mundo formada por múltiples y muy diferentes países y una gran religión, con tendencias muy diversas e incluso opuestas (como en la cristiandad o el judaísmo), que ha dado tesoros científicos y culturales incomparables al mundo, se arroja entera al mismo saco.
Esta visión se adapta perfectamente a nosotros. De hecho, el mundo de las civilizaciones que chocan para nosotros es el mejor de todos los mundos posibles.
La lucha entre Israel y los palestinos ya no es un conflicto entre el movimiento sionista que vino a establecerse a este país y el pueblo palestino que lo habitaba. No, ha sido desde el mismo principio una parte de una lucha mundial que no proviene de nuestros actos y aspiraciones. El ataque del Islam terrorista al mundo occidental no empezó por culpa nuestra. Nuestra conciencia puede sentirse completamente limpia; estamos entre los tipos buenos de este mundo.
Ahora la línea argumental del Israel oficial es ésta: los palestinos eligieron a Hamás, un movimiento islámico asesino (si no existiera, habría que inventarlo -y de hecho, algunas personas afirman que, en su inicio, lo crearon nuestros servicios secretos-). Hamás es terrorista, igual que Hezbollah. Quizás Mahmoud Abbas no sea un terrorista, pero es débil y Hamás está a punto de tomar el control exclusivo de todos los territorios palestinos. Por lo que nosotros no podemos hablar con ellos. No tenemos ningún compañero. En realidad, posiblemente no podamos tener un compañero porque pertenecemos a la civilización occidental que el Islam quiere erradicar.
En su libro de 1896 Der Judenstaat, Teodor Herzl, el 'Profeta oficial del Estado israelí”, ya profetizó este desarrollo. Esto es lo que escribió en 1896: 'Nosotros constituiremos para Europa (en Palestina) una parte del muro contra Asia, serviremos como una vanguardia de cultura contra la barbarie'.
Herzl estaba pensando en un muro metafórico, pero entre tanto hemos erigido un muro auténtico. Para muchos, éste no es sólo un muro de separación entre Israel y Palestina, sino una parte del muro entre Occidente y el Islam, la línea de fuego del choque de civilizaciones. Más allá del muro no hay hombres, mujeres y niños, no existe una población palestina conquistada y oprimida, no hay pueblos y ciudades ahogados como Abu-Dis, a-Ram, Bil'in y Qalqilia. No, más allá del muro hay mil millones de terroristas, multitudes de musulmanes sedientos de sangre que sólo tienen un deseo en la vida: arrojarnos al mar simplemente porque somos judíos, parte de la civilización judeocristiana.
Con una posición oficial como ésta, ¿quién puede dirigirse a nadie? ¿De qué se puede hablar? ¿Cuál es el punto de encuentro en Annapolis o en cualquier otra parte?
¿Y qué podemos hacer, llorar o reír?
La fuente: Uri Avnery es periodista, ex legislador y pacifista israelí. La traducción del inglés pertenece a Carlos Sanchis para Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.
Duras críticas de Chávez y Kirchner a las empresas españolas

El presidente venezolano acusa a la CEOE de haber apoyado el golpe de 2002
JORGE MARIRRODRIGA - Santiago de Chile - 10/11/2007
Los empresarios españoles se convirtieron ayer en los inesperados protagonistas de la sesión plenaria de la 17ª Cumbre Iberoamericana cuando fueron citados tanto por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez -que dedicó un furibundo ataque contra el presidente de la CEOE, la patronal española-, como por el presidente argentino, Néstor Kirchner. Mientras, y tratando de desechar la visión de que es un simple acuerdo retórico, los representantes de los 22 países asistentes a la cumbre aprobaron ayer impulsar el desarrollo de un sistema de cohesión social panamericano que beneficie sobre todo a los seis millones de emigrantes de Iberoamérica.
Chávez, quien llegó al amanecer a Santiago cantando una ranchera -"No soy monedita de oro pa caerle bien a todos"-, calificó el programa de acción aprobado como "una declaración de buenas intenciones sin metas que se puedan medir en el tiempo" e hizo blanco de sus críticas al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien esta misma semana manifestó su preocupación por la inseguridad jurídica que existe en Venezuela, Bolivia y Ecuador. "Son los mismos que apoyaron el golpe de abril [de 2002, contra el propio Chávez y que no tuvo éxito], la derecha española. Y ahora los empresarios vienen a decirnos que el capitalismo es el camino", destacó el venezolano, quien a continuación arremetió contra el ex presidente José María Aznar, a quien acusó de ser el encargado de vender "el discurso de Washington" y tachó de "fascista". Algunos asistentes al acto comentaron que don Juan Carlos regañó después, en tono distendido y para rebajar la tensión, a Chávez por sus palabras. El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó anoche a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, el malestar de España por las declaraciones de Chávez.
El presidente de Venezuela restó valor a los acuerdos alcanzados en la cumbre y volvió a proponer a sus homólogos que abracen su proyecto bolivariano para Latinoamérica, del que subrayó ya se han puesto en marchas iniciativas concretas como el Banco del Sur, PetroSur, ALBA (el tratado económico alternativo al ALCA) y Telesur. En particular sobre la televisión, Chávez subrayó que "las élites se han adueñado de los medios" y aseguró que tiene razones para cerrar "todas las televisiones privadas" de Venezuela. "Aunque en Venezuela somos generosos y en vez cerrarlas esperamos a que se acaben las concesiones", anunció. La de Chávez no fue la única referencia al empresariado español que se escuchó ayer en la sede del encuentro. "Los empresarios españoles me corrían por todos lados y yo no tuve más remedio que pelear", destacó el argentino Néstor Kirchner, en un discurso que suponía su despedida oficial de sus homólogos. Kirchner agradeció en público su apoyo al rey Juan Carlos.
Hay dos grandes empresas españolas que atraviesan momentos delicados en Argentina: por un lado Repsol, que está negociando la venta del 25% de YPF a un empresario amigo personal del presidente argentino y, por otro, el Grupo Marsans, propietario de Aerolíneas Argentinas, compañía con un altísimo nivel de conflictividad laboral donde el Estado argentino quiere aumentar su participación.
Quien es, según las encuestas, el presidente más popular de los asistentes a la cumbre, el ecuatoriano Rafael Correa, pidió que se emitiera una condena del racismo y la xenofobia, espoleada por la reciente agresión a una ecuatoriana en Barcelona.
Evo Morales planta a Bachelet
El presidente boliviano prefiere jugar al fútbol que asistir con el resto de los mandatarios a la cena oficial ofrecida por la anfitriona de la cumbre
EP - Santiago de Chile - 10/11/2007
Mientras sus homólogos del continente sudamericano asistían a la cena oficial ofrecida la noche del viernes por la anfitriona de la cumbre, la presidenta Michelle Bachelet, el mandatario boliviano, Evo Morales, prefirió jugar al fútbol contra los chilenos. Y ganó por goleada.
El equipo de Morales ganó 8-1 a un once local que incluía viejas glorias del fútbol y legisladores. El mandatario boliviano marcó el segundo gol de su equipo, integrado por miembros de su comitiva, incluyendo al parecer algunos de sus guardaespaldas. Al final del partido, en la cancha de la academia de formación de oficiales de la Policía, el presidente intercambió su camiseta verde por la roja que había usado el capitán del equipo chileno y autor del gol del honor, el ex internacional Carlos Caszely.
Por el lado chileno jugaron otro ex internacional, Jaime Pizarro, y dos senadores, el derechista Hernán Larraín y el demócrata cristiano Jorge Pizarro. "Nos pasó un tsunami por encima", reconoció Pizarro, que en su juventud destacó como jugador de rugby. Morales se retiró de la cancha con una gran sonrisa y eludió los micrófonos de los periodistas.
EP - Santiago de Chile - 10/11/2007
Mientras sus homólogos del continente sudamericano asistían a la cena oficial ofrecida la noche del viernes por la anfitriona de la cumbre, la presidenta Michelle Bachelet, el mandatario boliviano, Evo Morales, prefirió jugar al fútbol contra los chilenos. Y ganó por goleada.
El equipo de Morales ganó 8-1 a un once local que incluía viejas glorias del fútbol y legisladores. El mandatario boliviano marcó el segundo gol de su equipo, integrado por miembros de su comitiva, incluyendo al parecer algunos de sus guardaespaldas. Al final del partido, en la cancha de la academia de formación de oficiales de la Policía, el presidente intercambió su camiseta verde por la roja que había usado el capitán del equipo chileno y autor del gol del honor, el ex internacional Carlos Caszely.
Por el lado chileno jugaron otro ex internacional, Jaime Pizarro, y dos senadores, el derechista Hernán Larraín y el demócrata cristiano Jorge Pizarro. "Nos pasó un tsunami por encima", reconoció Pizarro, que en su juventud destacó como jugador de rugby. Morales se retiró de la cancha con una gran sonrisa y eludió los micrófonos de los periodistas.
Bush: entre la fe y la bravuconería
'The New York Review of Books' analiza el diálogo Bush-Aznar publicado por EL PAÍS
ERNESTO EKAIZER 10/11/2007
La tarde del pasado 26 de septiembre, los editores de la prestigiosa revista The New York Review of Books se pusieron en contacto con EL PAÍS. Querían autorización para publicar un documento que el periódico había entregado ese mismo día a sus lectores: la transcripción de la conversación mantenida por el entonces presidente del Gobierno español José María Aznar y el presidente estadounidense, George W. Bush, en el rancho de Crawford el 22 de febrero de 2003.
• "Como un gánster de película..."
Su petición era más concreta: ¿era posible que se le facilitara la versión original en inglés? La respuesta fue ésta: la versión publicada era la transcripción original realizada por uno de los participantes en la reunión, el entonces embajador de España en Washington, Javier Rupérez, quien fue el encargado de tomar las notas y redactar el acta. Los editores estadounidenses necesitaban debatir si seguir adelante. El argumento: no es usual que una publicación norteamericana transcriba palabras del presidente de Estados Unidos traduciéndolas del español al inglés. Uno de los especialistas con los que cuenta la revista, el periodista Mark Danner, que trabajó anteriormente para The New Yorker, consideró que la conversación de Crawford era un documento de importancia equivalente al célebre Downing Street Memo, una transcripción en la que el primer ministro británico Tony Blair y sus colaboradores estiman, el 23 de julio de 2002, que Bush considera la guerra como inevitable y que "la información de los servicios secretos y los datos giraban en torno a la política". Los editores llegaron finalmente a una conclusión: se haría la traducción del español al inglés del texto íntegro por un equipo de especialistas en ambos idiomas y se publicaría junto con un texto del citado periodista. "Es la primera vez que hacemos esto. No hay precedentes de poner las palabras en inglés del presidente norteamericano traducidas del español. La veracidad del texto y el hecho de que no ha sido cuestionado por la Casa Blanca nos han convencido", dijo uno de los editores. En su edición del 8 de noviembre, The New York Review of Books publica el largo ensayo de Danner junto con la versión completa en inglés de la entrevista de Crawford. Danner califica a Bush como un "gánster de película" en algunos pasajes del diálogo con Aznar.
ERNESTO EKAIZER 10/11/2007
La tarde del pasado 26 de septiembre, los editores de la prestigiosa revista The New York Review of Books se pusieron en contacto con EL PAÍS. Querían autorización para publicar un documento que el periódico había entregado ese mismo día a sus lectores: la transcripción de la conversación mantenida por el entonces presidente del Gobierno español José María Aznar y el presidente estadounidense, George W. Bush, en el rancho de Crawford el 22 de febrero de 2003.
• "Como un gánster de película..."
Su petición era más concreta: ¿era posible que se le facilitara la versión original en inglés? La respuesta fue ésta: la versión publicada era la transcripción original realizada por uno de los participantes en la reunión, el entonces embajador de España en Washington, Javier Rupérez, quien fue el encargado de tomar las notas y redactar el acta. Los editores estadounidenses necesitaban debatir si seguir adelante. El argumento: no es usual que una publicación norteamericana transcriba palabras del presidente de Estados Unidos traduciéndolas del español al inglés. Uno de los especialistas con los que cuenta la revista, el periodista Mark Danner, que trabajó anteriormente para The New Yorker, consideró que la conversación de Crawford era un documento de importancia equivalente al célebre Downing Street Memo, una transcripción en la que el primer ministro británico Tony Blair y sus colaboradores estiman, el 23 de julio de 2002, que Bush considera la guerra como inevitable y que "la información de los servicios secretos y los datos giraban en torno a la política". Los editores llegaron finalmente a una conclusión: se haría la traducción del español al inglés del texto íntegro por un equipo de especialistas en ambos idiomas y se publicaría junto con un texto del citado periodista. "Es la primera vez que hacemos esto. No hay precedentes de poner las palabras en inglés del presidente norteamericano traducidas del español. La veracidad del texto y el hecho de que no ha sido cuestionado por la Casa Blanca nos han convencido", dijo uno de los editores. En su edición del 8 de noviembre, The New York Review of Books publica el largo ensayo de Danner junto con la versión completa en inglés de la entrevista de Crawford. Danner califica a Bush como un "gánster de película" en algunos pasajes del diálogo con Aznar.
Características argentinas
Por Osvaldo Bayer
De “aquí tenés el sobre” ahora hemos pasado al “ojo, que te pueden pontaquartar”, sinónimo de “te pueden ‘buchonear’” después de que el negocio esté listo. El léxico muy argentino en torno de la “coimisión” ha ganado otro vocablo. Ahora existe la advertencia redonda. Sí, en estos días, el juicio al ex presidente De la Rúa, mandatario catapultado en helicóptero nuevamente al llano, nos hace recordar a que en todo tiempo argentino se practicó aquello de la “coimisión”. Desde los tiempos de Roca, con el nuevo verbo “atalivar”, pasando por la década infame de las tierras de El Palomar, después a enfermeros que se convirtieron en multimillonarios, y las épocas de la pizza con champán y ahora lo de la complicación del pontaquartismo. Estas tierras ubérrimas dan para todo, pero no para todos. Pero no vamos a hablar ahora del nivel de pobreza y de la desnutrición de niños argentinos.
El punto más estridente de la historia de las coimisiones argentinas fue sin duda alguna la venta de las tierras de El Palomar, que manchan tanto al poder militar como al mundo político de la Década Infame. La cosa fue simple. Dos empresarios compraron para el ejército 222 hectáreas de El Palomar, a 0,65 centavos el metro cuadrado, y en la misma acción se la vendieron al Estado a 1,10 peso. En ese negociado estaban involucrados legisladores de la Comisión de Defensa del Congreso y el mismo ministro de Guerra, general Márquez, que pasó a llamarse para la picardía popular como “general Palomárquez”. Pero la estafa quedó en descubierto y terminó con el suicidio del legislador radical Guillot y la prisión de otros implicados. El escándalo provocó la renuncia del propio presidente de la Nación, doctor Ortiz, la que finalmente no fue aceptada.
La llamada Década Infame dejó tras de sí el “affaire” de la Chade, el de los colectivos, el de la lotería nacional llamado “de los niños cantores”, donde a los menores que sacaban las bolillas premiadas les hacían leer otras cifras.
La doble moral fue invadiendo todos los sectores y llegó también al fútbol, con varios casos de soborno, “coimisiones” en la compraventa de jugadores, y, en la vida diaria, aquello de “conversar” las multas y “ponerse”.
Pero digamos que fue la picardía de Sarmiento la que dejó al descubierto este método argentino de resolver los problemas. Fue cuando desde sus páginas de El Censor empleó por primera vez el verbo “atalivar”. Decía el sanjuanino que el presidente Julio Argentino Roca “hace los negocios y su hermano ‘ataliva’”. Y ahí ponía punto. Hasta que los lectores adivinaron de por sí lo que quería decir. Sí, Roca, el presidente tenía un hermano llamado Ataliva Roca. Y “atalivar” era usado por Sarmiento como verbo para significar que cobraba la coimisión. Pero de allí, Sarmiento pasa a la acusación directa en el artículo del periódico El Censor, del 18 de diciembre de 1885. Dice sin pelos en la lengua acerca del gran negociado de las tierras del “desierto” conquistadas por Roca: “El general Roca, educado en el Colegio del Uruguay, no ha traído a su gobierno otra idea sobre el reparto de la tierra pública que en la práctica en aquellos tiempos (de Urquiza) –la voluntad sin límites de aquel que ejerce el poder– adoptándolo como sistema”. Y luego Sarmiento se ríe de la llamada “conquista del desierto de Roca diciendo que sólo fue un paseo en carruaje”. Dice textual: “El pensamiento de un paseo en carruaje a través de La Pampa cuando no había en ella un solo indio fue un pretexto para levantar un empréstito enajenando la tierra fiscal a razón de 400 nacionales la legua, en cuya operación la Nación ha perdido 250 millones de pesos oro, ganados por los Atalivas, Goyos y otras estrellas del cielo del presidente Roca. Pero si se puede explicar, aun cuando no se justifique, esta medida antieconómica y ruinosa para el Estado, por la famosa Expedición al Desierto, después de que ésta se realizó sin batallas ni pérdidas de ningún género para el gobierno, no hay razón, no hay motivo alguno para que tal empréstito continúe hoy abierto... para los amigos del general Roca, máxime cuando la suscripción se cerró hace ya mucho tiempo. Es necesario llamar a cuentas al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos. ¿En virtud de qué ley, el general Roca, clandestinamente, sigue enajenando la tierra pública a razón de 400 nacionales la legua que vale 3000? El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del Crédito Público órdenes directas, sin expedientes, ni tramitaciones ‘inútiles’ (sistema Urquiza), para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas. Allí están los libros del Crédito Público que cantan y en alta voz para todo el que quiera hacer la denuncia al fiscal... Al paso que vamos, dentro de poco no nos quedará un palmo de tierra en condiciones de dar al inmigrante y nos vemos obligados a expropiar lo que necesitamos, por el doble de su valor, a los Atalivas”.
Así se repartió la tierra de las enormes pampas sureñas. Al presidente de la Sociedad Rural de aquellos tiempos se le entregaron dos millones y medio de hectáreas. Un apellido –Martínez de Hoz, nada menos– conocido en todas las épocas argentinas. El bisnieto, en 1976 estará sentado al lado del dictador Videla, en la Casa Rosada. Todo en carroza. Aunque en el billete de cien pesos nos muestren al general Roca, a caballo, para hacerlo más marcial y heroico.
El investigador René Orsi, en su libro Alem y Roca señala que “Julio A. Roca integraba una sociedad de hecho con su hermano mayor, Ataliva, a quien endilgaban el neologismo de ‘atalivar’ y era ‘il padrone’ mientras que Julio Argentino oficiaba como ‘gerente de la casa de comercio’”. Y añade: “Ataliva Roca, habiendo iniciado su vida carente de bienes como sus hermanos, al morir dejó una cuantiosa fortuna compuesta por importantes fracciones de campo en la provincia de Buenos Aires y La Pampa, de más de diez propiedades urbanas en Capital Federal, acciones de capital de diversas sociedades comerciales, varias chacras y loteos en Morón, La Matanza, Bahía Blanca, Junín y La Plata”. Al morir dejó tres estancias de enorme extensión.
Por eso, nosotros los argentinos hemos bautizado una ciudad en La Pampa como Ataliva Roca y también una calle en Morón.
Su hermano, Julio Argentino, el “conquistador del desierto”, fue su socio comercial permanente.
La campaña del desierto costó muy caro a pesar de haber sido solo un paseo –como lo calificó en esa época Leandro N. Alem–, quien señaló “fue un paseo del ejército argentino por el desierto mientras su general iba cómodamente entre los almohadones de su carruaje”. El mismo Roca lo atestigua en una carta a su hermano Ataliva: a quien escribe que han llegado ya al Río Negro “sin que nos haya costado más sacrificios que comer carne de yegua. Si no hubiera sido por el pequeño contratiempo de los proveedores esta campaña hubiera tenido los aires de un paseo”.
Un paseo que le salió muy caro el Estado argentino –se puede ver en el presupuesto de la época– y enriqueció a los poderosos de siempre (basta ver la lista oficial de los que recibieron las tierras). Por eso al monumento más grande de Buenos Aires, el bronce a Roca, no lo mueve nadie. Valió la pena “atalivar”.
En cambio sí, al colegio secundario de la ciudad bonaerense de Moreno se le ha quitado el nombre de Roca y llevará en el futuro el de un docente desaparecido. Y la plaza Julio Argentino Roca, de Rosario, se llama ya Pueblos Originarios. La Etica avanza a veces muy lenta, pero triunfa finalmente.
De “aquí tenés el sobre” ahora hemos pasado al “ojo, que te pueden pontaquartar”, sinónimo de “te pueden ‘buchonear’” después de que el negocio esté listo. El léxico muy argentino en torno de la “coimisión” ha ganado otro vocablo. Ahora existe la advertencia redonda. Sí, en estos días, el juicio al ex presidente De la Rúa, mandatario catapultado en helicóptero nuevamente al llano, nos hace recordar a que en todo tiempo argentino se practicó aquello de la “coimisión”. Desde los tiempos de Roca, con el nuevo verbo “atalivar”, pasando por la década infame de las tierras de El Palomar, después a enfermeros que se convirtieron en multimillonarios, y las épocas de la pizza con champán y ahora lo de la complicación del pontaquartismo. Estas tierras ubérrimas dan para todo, pero no para todos. Pero no vamos a hablar ahora del nivel de pobreza y de la desnutrición de niños argentinos.
El punto más estridente de la historia de las coimisiones argentinas fue sin duda alguna la venta de las tierras de El Palomar, que manchan tanto al poder militar como al mundo político de la Década Infame. La cosa fue simple. Dos empresarios compraron para el ejército 222 hectáreas de El Palomar, a 0,65 centavos el metro cuadrado, y en la misma acción se la vendieron al Estado a 1,10 peso. En ese negociado estaban involucrados legisladores de la Comisión de Defensa del Congreso y el mismo ministro de Guerra, general Márquez, que pasó a llamarse para la picardía popular como “general Palomárquez”. Pero la estafa quedó en descubierto y terminó con el suicidio del legislador radical Guillot y la prisión de otros implicados. El escándalo provocó la renuncia del propio presidente de la Nación, doctor Ortiz, la que finalmente no fue aceptada.
La llamada Década Infame dejó tras de sí el “affaire” de la Chade, el de los colectivos, el de la lotería nacional llamado “de los niños cantores”, donde a los menores que sacaban las bolillas premiadas les hacían leer otras cifras.
La doble moral fue invadiendo todos los sectores y llegó también al fútbol, con varios casos de soborno, “coimisiones” en la compraventa de jugadores, y, en la vida diaria, aquello de “conversar” las multas y “ponerse”.
Pero digamos que fue la picardía de Sarmiento la que dejó al descubierto este método argentino de resolver los problemas. Fue cuando desde sus páginas de El Censor empleó por primera vez el verbo “atalivar”. Decía el sanjuanino que el presidente Julio Argentino Roca “hace los negocios y su hermano ‘ataliva’”. Y ahí ponía punto. Hasta que los lectores adivinaron de por sí lo que quería decir. Sí, Roca, el presidente tenía un hermano llamado Ataliva Roca. Y “atalivar” era usado por Sarmiento como verbo para significar que cobraba la coimisión. Pero de allí, Sarmiento pasa a la acusación directa en el artículo del periódico El Censor, del 18 de diciembre de 1885. Dice sin pelos en la lengua acerca del gran negociado de las tierras del “desierto” conquistadas por Roca: “El general Roca, educado en el Colegio del Uruguay, no ha traído a su gobierno otra idea sobre el reparto de la tierra pública que en la práctica en aquellos tiempos (de Urquiza) –la voluntad sin límites de aquel que ejerce el poder– adoptándolo como sistema”. Y luego Sarmiento se ríe de la llamada “conquista del desierto de Roca diciendo que sólo fue un paseo en carruaje”. Dice textual: “El pensamiento de un paseo en carruaje a través de La Pampa cuando no había en ella un solo indio fue un pretexto para levantar un empréstito enajenando la tierra fiscal a razón de 400 nacionales la legua, en cuya operación la Nación ha perdido 250 millones de pesos oro, ganados por los Atalivas, Goyos y otras estrellas del cielo del presidente Roca. Pero si se puede explicar, aun cuando no se justifique, esta medida antieconómica y ruinosa para el Estado, por la famosa Expedición al Desierto, después de que ésta se realizó sin batallas ni pérdidas de ningún género para el gobierno, no hay razón, no hay motivo alguno para que tal empréstito continúe hoy abierto... para los amigos del general Roca, máxime cuando la suscripción se cerró hace ya mucho tiempo. Es necesario llamar a cuentas al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos. ¿En virtud de qué ley, el general Roca, clandestinamente, sigue enajenando la tierra pública a razón de 400 nacionales la legua que vale 3000? El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del Crédito Público órdenes directas, sin expedientes, ni tramitaciones ‘inútiles’ (sistema Urquiza), para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas. Allí están los libros del Crédito Público que cantan y en alta voz para todo el que quiera hacer la denuncia al fiscal... Al paso que vamos, dentro de poco no nos quedará un palmo de tierra en condiciones de dar al inmigrante y nos vemos obligados a expropiar lo que necesitamos, por el doble de su valor, a los Atalivas”.
Así se repartió la tierra de las enormes pampas sureñas. Al presidente de la Sociedad Rural de aquellos tiempos se le entregaron dos millones y medio de hectáreas. Un apellido –Martínez de Hoz, nada menos– conocido en todas las épocas argentinas. El bisnieto, en 1976 estará sentado al lado del dictador Videla, en la Casa Rosada. Todo en carroza. Aunque en el billete de cien pesos nos muestren al general Roca, a caballo, para hacerlo más marcial y heroico.
El investigador René Orsi, en su libro Alem y Roca señala que “Julio A. Roca integraba una sociedad de hecho con su hermano mayor, Ataliva, a quien endilgaban el neologismo de ‘atalivar’ y era ‘il padrone’ mientras que Julio Argentino oficiaba como ‘gerente de la casa de comercio’”. Y añade: “Ataliva Roca, habiendo iniciado su vida carente de bienes como sus hermanos, al morir dejó una cuantiosa fortuna compuesta por importantes fracciones de campo en la provincia de Buenos Aires y La Pampa, de más de diez propiedades urbanas en Capital Federal, acciones de capital de diversas sociedades comerciales, varias chacras y loteos en Morón, La Matanza, Bahía Blanca, Junín y La Plata”. Al morir dejó tres estancias de enorme extensión.
Por eso, nosotros los argentinos hemos bautizado una ciudad en La Pampa como Ataliva Roca y también una calle en Morón.
Su hermano, Julio Argentino, el “conquistador del desierto”, fue su socio comercial permanente.
La campaña del desierto costó muy caro a pesar de haber sido solo un paseo –como lo calificó en esa época Leandro N. Alem–, quien señaló “fue un paseo del ejército argentino por el desierto mientras su general iba cómodamente entre los almohadones de su carruaje”. El mismo Roca lo atestigua en una carta a su hermano Ataliva: a quien escribe que han llegado ya al Río Negro “sin que nos haya costado más sacrificios que comer carne de yegua. Si no hubiera sido por el pequeño contratiempo de los proveedores esta campaña hubiera tenido los aires de un paseo”.
Un paseo que le salió muy caro el Estado argentino –se puede ver en el presupuesto de la época– y enriqueció a los poderosos de siempre (basta ver la lista oficial de los que recibieron las tierras). Por eso al monumento más grande de Buenos Aires, el bronce a Roca, no lo mueve nadie. Valió la pena “atalivar”.
En cambio sí, al colegio secundario de la ciudad bonaerense de Moreno se le ha quitado el nombre de Roca y llevará en el futuro el de un docente desaparecido. Y la plaza Julio Argentino Roca, de Rosario, se llama ya Pueblos Originarios. La Etica avanza a veces muy lenta, pero triunfa finalmente.
08 noviembre 2007
EN AMÉRICA LATINA MUCHAS COSAS PASAN POR CHÁVEZ...

Sin cultos a la personalidad, EN AMÉRICA LATINA MUCHAS COSAS PASAN POR CHÁVEZ
El presidente venezolano Hugo Chávez es la persona idónea para mediar en el canje entre rehenes de las FARC y guerrilleros presos en Colombia, pues el grupo rebelde tendrá que "oírlo y prestarle mucha atención", opinó Juan Carlos Lecompte, esposo de Ingrid Betancourt, una de las secuestradas en manos de la guerrilla.
CARACAS, AFP
"Chávez lo puede lograr, porque quiéranlo o no, es el líder de la izquierda en América Latina hoy", dijo Lecompte en una entrevista que publicó ayer el diario El Nacional.
"El grupo que tiene a mi mujer dice ser una guerrilla de izquierda. Si es así tendrán que oír y prestar mucha atención a lo que diga la máxima figura de la izquierda latinoamericana", agregó Lecompte.
Betancourt, ex candidata presidencial de nacionalidad colombiana y francesa, forma parte de los 45 rehenes en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (comunistas) que podrían ser intercambiados por unos 500 guerrilleros presos.
Sobre las dificultades de la negociación, Lecompte opinó que "hay dos bandos: el gobierno colombiano y la guerrilla están atrincherados y en un pulso político por la zona de despeje".
"Allí es donde se verá la destreza y creatividad de Chávez, porque ese es el principal escollo que se debe superar", refirió.
Lecompte, quien se encuentra en Caracas en una actividad de la Federación de los partidos Verdes de las Américas, no tiene previsto reunirse con el presidente Chávez o algún otro funcionario del gobierno venezolano en esta ocasión.
Chávez anunció el lunes que estaba a punto de reunirse con dos integrantes del secretariado (mando central) de las FARC, que se encuentran en Venezuela para negociar el canje humanitario.
Después de eso, el presidente venezolano no ha dado otras informaciones.
El esposo de Betancourt narró que la última vez que vio a Chávez fue el 31 de agosto, cuando el mandatario venezolano se reunió en Bogotá con Uribe y fue encargado de la mediación internacional para el canje.
"En esa oportunidad me pregunté cómo podría tocarle el corazón. Entonces tomé una foto de una entrevista que tuvo con Ingrid después de ser electo presidente, pero antes de tomar posesión en 1999. Allí aparecen los dos abrazados, riéndose. El se quedó con la foto", dijo.
"El presidente se conmovió muchísimo, me dijo que la admiraba y me prometió que iba a luchar por su liberación. Ingrid me contó alguna vez que durante sus encuentros tuvieron buena química", agregó.
Pero sobre los contactos con el gobierno colombiano dijo que ningún funcionario lo ha llamado nunca para informarle sobre las gestiones para liberar a su esposa. *
Hugo Chávez llama "ignorante" a Dick Cheney
CARACAS, AFP
El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó "ignorante" al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, por confundir a Perú con Venezuela. "Como son tan ignorantes, son una pila de ignorantes", señaló Chávez durante un encuentro con militantes del Partido Socialista (PSUV) para impulsar el "Sí" en la reforma constitucional.
El mandatario venezolano leyó el martes unas declaraciones realizadas por Cheney, quien señaló que "Chávez es un peligro para América Latina, aunque creo que los peruanos se encargarán de él". Chávez, que mantiene tensas relaciones con la administración estadounidense, agregó con sorna: "Y ese es el Vicepresidente de Estados Unidos. Estos 'caballeritos' se les pone a dibujar el mapa del mundo y no saben dónde queda Venezuela, Perú, Namibia ni China". El presidente venezolano, que llama "genocida" al presidente George Bush cada vez que habla de la Guerra de Irak, dijo recientemente que Venezuela está interesada en mantener buenas relaciones diplomáticas con todo el mundo, menos con Estados Unidos. También señaló que Bush "está al borde del manicomio", al comentar su proyecto de un escudo antimisiles en Europa. *
Hugo Chávez llama "ignorante" a Dick Cheney
CARACAS, AFP
El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó "ignorante" al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, por confundir a Perú con Venezuela. "Como son tan ignorantes, son una pila de ignorantes", señaló Chávez durante un encuentro con militantes del Partido Socialista (PSUV) para impulsar el "Sí" en la reforma constitucional.
El mandatario venezolano leyó el martes unas declaraciones realizadas por Cheney, quien señaló que "Chávez es un peligro para América Latina, aunque creo que los peruanos se encargarán de él". Chávez, que mantiene tensas relaciones con la administración estadounidense, agregó con sorna: "Y ese es el Vicepresidente de Estados Unidos. Estos 'caballeritos' se les pone a dibujar el mapa del mundo y no saben dónde queda Venezuela, Perú, Namibia ni China". El presidente venezolano, que llama "genocida" al presidente George Bush cada vez que habla de la Guerra de Irak, dijo recientemente que Venezuela está interesada en mantener buenas relaciones diplomáticas con todo el mundo, menos con Estados Unidos. También señaló que Bush "está al borde del manicomio", al comentar su proyecto de un escudo antimisiles en Europa. *
EL ESCEPTICISMO DEFINE LA REUNIÓN DE ISRAELÍES Y PALESTINOS EN EE UU

La cumbre fijada para el 26 de noviembre será la primera en siete años
JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén - 08/11/2007
Será poco más que una fotografía. El 26 de noviembre en Annapolis (Estados Unidos) arrancará, siete años después de la última intentona frustrada y si nada se tuerce, una negociación entre israelíes y palestinos que casi nadie augura fructífera. Cunde el escepticismo. Mientras los líderes políticos de una y otra acera hablan y hablan de la cumbre, la desconfiada sociedad israelí poco quiere saber de Annapolis. Y la población palestina, pendiente de la mera subsistencia, apenas atiende a los avatares diplomáticos. Tanto árabes como israelíes coinciden en que un factor novedoso supone un escollo añadido a los de siempre: la irrupción de Hamás como fuerza pujante en los territorios ocupados.
En los últimos siete años han muerto 4.500 palestinos y 1.000 israelíes
Los socios del Gobierno israelí amenazan a diario con abandonar
Las posiciones iniciales no pueden ser más distantes. La delegación palestina eleva el listón de las reivindicaciones y exige límites temporales a la negociación. Los representantes israelíes se niegan a fijar plazos y a abordar el meollo del conflicto hasta después de la conferencia. El primer ministro, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, conversan desde hace 11 meses, aunque ambos admiten que los progresos son nulos hasta la fecha. El propio gobernante hebreo asegura, rebajando expectativas: "El propósito de la reunión es crear la atmósfera adecuada para el diálogo". Será un banderazo de salida. Después habrá que afrontar las raíces del conflicto: fronteras, asentamientos judíos, Jerusalén, refugiados, la seguridad de Israel, el agua... Olmert ha prometido que así será. Pero las dificultades se adivinan innumerables.
Henri Kissinger lanzó décadas atrás una sentencia siempre vigente: "La política exterior israelí es su política interior". Sin el carisma de sus predecesores (Ariel Sharon, Ehud Barak o Isaac Rabin), Olmert parece enfrentarse a los políticos hebreos que sólo plantean rechazos categóricos.
Sus principales socios de la coalición de Gobierno amenazan a diario con abandonar el Ejecutivo; el opositor Likud -"Los esfuerzos de Olmert son para conseguir la paz con un socio virtual en una realidad virtual", apunta Benjamín Netanyahu- desprecia la iniciativa, y la derecha fundamentalista, ya soliviantada por el hecho de que se negocie, empapela Jerusalén con carteles en los que aparece el presidente Simón Peres tocado con una kufía palestina. Como en los meses precedentes al magnicidio de Rabin, en 1995. La frase que lanzó en 2001 el hoy ministro de Defensa, Ehud Barak -"No tenemos socio para la paz"-, ha calado en la sociedad israelí.
En la otra orilla, la coyuntura tampoco es halagüeña. El desacreditado presidente Abbas es incapaz de poner orden en Al Fatah, su partido, y en sus milicias, que desafían su poder a cara descubierta. Si en 2000, en los estertores del mandato de Bill Clinton, el proceso de paz se frustró por el asunto de Jerusalén, 4.500 muertes de palestinos y un millar de israelíes después, todo se ha complicado con la súbita aparición de Hamás en la arena política. Son ya dueños de Gaza, y su capacidad para desbaratar el proceso negociador nadie lo pone en duda.
Son legión quienes opinan que en Annapolis sólo se trata de apaciguar este frente de Oriente Próximo porque la Administración de George W. Bush tiene el punto de mira en Irán. Y para ello necesita el apoyo de sus aliados: Egipto, Jordania y Arabia Saudí, siempre susceptibles ante la cuestión palestina, y temerosos a su vez del ansiado poder nuclear de Teherán.
La obsesión de Israel es y será la seguridad. Olmert y Abbas han acordado regresar a la Hoja de Ruta, el plan elaborado en 2003 y cuya primera fase exige el desmantelamiento de las milicias palestinas y la congelación de la expansión de los asentamientos. Pero lejos queda la fecha del desarme de los hombres de Hamás. Es más, abundan quienes auguran que el fracaso del diálogo fortalecerá a los islamistas. Paradójicamente, los servicios de inteligencia militar israelí coinciden con las predicciones de Hamás. "Las posibilidades de éxito tienden a cero", filtraron ayer los espías hebreos.
En las colinas y carreteras de Cisjordania tampoco hay mejorías. La ONG israelí Paz Ahora denunciaba ayer que 88 asentamientos siguen ampliándose y que los más fanáticos alzan nuevas colonias.
Olmert lo admite: "No hemos cumplido nuestra parte". Tampoco las promesas de eliminar controles militares y retirar bloques de cemento -560 en un territorio como La Rioja- que impiden la circulación a los palestinos. Tony Blair, enviado del Cuarteto (EE UU, UE, ONU y Rusia), que todavía tantea el terreno, resume la coyuntura: "La ironía es que el acuerdo final no es muy difícil de ver. Pero el camino está plagado de tensiones".
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