EEUU VETA CONDENA A ISRAEL
ESTADOS UNIDOS VOLVIO A QUEDAR EN ABSOLUTA SOLEDAD EL VIERNES 18 AL VETAR EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU UN PROYECTO DE RESOLUCION DE CONDENA A LOS ASENTAMIENTOS ISRAELIES EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS OCUPADOS. ES LA PRIMERA VEZ QUE EL GOBIERNO DE OBAMA UTILIZA ESTE RECURSO. LOS OTROS 14 MIEMBROS DEL CONSEJO DE SEGURIDAD: GRAN BRETAÑA, FRANCIA, RUSIA, CHINA, BRASIL, COLOMBIA, LIBANO, NIGERIA, GABON, PORTUGAL, BOSNIA-HERZEGOVINA, INDIA, SUDAFRICA Y ALEMANIA VOTARON A FAVOR DE LA RESOLUCION, QUE CONTABA CON EL APOYO EXPRESO DE UNOS 130 MIEMBROS DEL ORGANISMO INTERNACIONAL.
Niko SchvarzEstados Unidos volvió a quedar en absoluta soledad el viernes 18 al vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución de condena a los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados.Es la primera vez que el gobierno de Obama utiliza este recurso. Los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad: Gran Bretaña, Francia, Rusia, China, Brasil, Colombia, Líbano, Nigeria, Gabón, Portugal, Bosnia-Herzegovina, India, Sudáfrica y Alemania votaron a favor de la resolución, que contaba con el apoyo expreso de unos 130 miembros del organismo internacional.La resolución vetada por EEUU establecía que "los asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados en 1967, incluido Jerusalén este, son ilegales y constituyen un gran obstáculo para alcanzar una paz justa, duradera e integral".En un segundo punto instaba al gobierno israelí, como potencia ocupante, a que "cese inmediatamente todas las actividades en los asentamientos" y cumpla con todas las obligaciones internacionales al respecto.Esto es lo que EEUU rechazó, en contubernio con el gobierno israelí, del mismo modo que el gobierno de Tel Aviv es el único que no vota en la ONU las reiteradas resoluciones de condena a EEUU por el bloqueo a Cuba.Más aún: EEUU ejerció intensas presiones para tratar de evitar la votación en el Consejo y aprobar en su lugar una declaración sin carácter vinculante. Trascendió que en esas gestiones se involucró personalmente el jefe de la Casa Blanca, quien habló con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en un esfuerzo por frenar la discusión de la resolución. Un cable atribuye a fuentes palestinas la afirmación de que en una conversación telefónica Obama solicitó al mandatario de la ANP retirar la moción de condena a Israel y lanzó "veladas amenazas" sobre las posibles repercusiones si se negaban a detener la ofensiva diplomática. Se habló incluso de chantaje.A estas presiones se sumó el cinismo expuesto en el debate del Consejo por la embajadora estadounidense Susan Rice, que empezó afirmando que su país está de acuerdo con el resto del Consejo y el mundo en general sobre "la insensatez e ilegitimidad de continuar la actividad israelí en los asentamientos" (textual), pero a la vez consideró "poco aconsejable" que el cuerpo intentara resolver el litigio. Por cierto no convenció a nadie.Desde distintos ángulos se sostuvo que ello implica dejar las manos libres a Israel para continuar sin límites la construcción de asentamientos y viviendas en territorios palestinos, como ha venido ocurriendo en forma acelerada desde que finalizó la moratoria, en setiembre pasado.Resoluciones del gobierno de Tel Aviv acaban de autorizar nuevas construcciones en Jerusalén este, y autoridades locales en algunas ciudades israelíes han adoptado medidas especiales en ese sentido y contra los residentes palestinos. Como se sabe, estas construcciones ilegales multiplicadas en Jerusalén oriental y Cisjordania son las que han determinado la interrupción de las negociaciones bilaterales.La organización Human Rights Watch de EEUU dijo en un mensaje de su directora para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, que "la oposición de EEUU a un texto preciso en el Consejo de Seguridad no permite decirle a Israel, en una fórmula vinculante, que debe cesar los asentamientos en territorios palestinos, lo cual socava los esfuerzos por hacer cumplir el derecho internacional".Recordó que la Convención de Ginebra, de la cual Israel es signatario, prohíbe a una potencia ocupante transferir población al territorio que ocupa (lo que fue refrendado por la Corte Internacional de Justicia en 2004), pese a lo cual casi 500.000 israelíes se han trasladado con el apoyo de su gobierno a asentamientos en territorio palestino y además, pese al rechazo internacional, "se ha anexado de hecho parte de Jerusalén este, que los palestinos consideran la capital de su futuro Estado" (y donde el gobierno israelí autorizó nuevas construcciones en fecha reciente). Por añadidura, HRW documentó cómo las autoridades israelíes discriminan a los habitantes palestinos de Jerusalén este, a los que les restringen el acceso a servicios básicos y a la construcción de viviendas, mientras proporcionan "generosos beneficios financieros" a la construcción de infraestructuras y casas en los asentamientos judíos.La actitud de EEUU ha recogido una repulsa generalizada. Dirigentes palestinos llaman a protagonizar un "día de la ira" contra el bloqueo de la Casa Blanca al texto presentado por la ANP con el apoyo de países árabes. Ayer hubo manifestaciones de protesta de militantes palestinos frente al muro que construye Israel, y varios fueron detenidos por soldados israelíes. Estos hechos repercuten en toda la región, que sigue convulsionada, como veremos
Estados Unidos volvió a quedar en absoluta soledad el viernes 18 al vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución de condena a los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados.
Es la primera vez que el gobierno de Obama utiliza este recurso. Los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad: Gran Bretaña, Francia, Rusia, China, Brasil, Colombia, Líbano, Nigeria, Gabón, Portugal, Bosnia-Herzegovina, India, Sudáfrica y Alemania votaron a favor de la resolución, que contaba con el apoyo expreso de unos 130 miembros del organismo internacional.
La resolución vetada por EEUU establecía que "los asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados en 1967, incluido Jerusalén este, son ilegales y constituyen un gran obstáculo para alcanzar una paz justa, duradera e integral".
En un segundo punto instaba al gobierno israelí, como potencia ocupante, a que "cese inmediatamente todas las actividades en los asentamientos" y cumpla con todas las obligaciones internacionales al respecto.
Esto es lo que EEUU rechazó, en contubernio con el gobierno israelí, del mismo modo que el gobierno de Tel Aviv es el único que no vota en la ONU las reiteradas resoluciones de condena a EEUU por el bloqueo a Cuba.
Más aún: EEUU ejerció intensas presiones para tratar de evitar la votación en el Consejo y aprobar en su lugar una declaración sin carácter vinculante. Trascendió que en esas gestiones se involucró personalmente el jefe de la Casa Blanca, quien habló con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en un esfuerzo por frenar la discusión de la resolución. Un cable atribuye a fuentes palestinas la afirmación de que en una conversación telefónica Obama solicitó al mandatario de la ANP retirar la moción de condena a Israel y lanzó "veladas amenazas" sobre las posibles repercusiones si se negaban a detener la ofensiva diplomática. Se habló incluso de chantaje.
A estas presiones se sumó el cinismo expuesto en el debate del Consejo por la embajadora estadounidense Susan Rice, que empezó afirmando que su país está de acuerdo con el resto del Consejo y el mundo en general sobre "la insensatez e ilegitimidad de continuar la actividad israelí en los asentamientos" (textual), pero a la vez consideró "poco aconsejable" que el cuerpo intentara resolver el litigio. Por cierto no convenció a nadie.
Desde distintos ángulos se sostuvo que ello implica dejar las manos libres a Israel para continuar sin límites la construcción de asentamientos y viviendas en territorios palestinos, como ha venido ocurriendo en forma acelerada desde que finalizó la moratoria, en setiembre pasado.
Resoluciones del gobierno de Tel Aviv acaban de autorizar nuevas construcciones en Jerusalén este, y autoridades locales en algunas ciudades israelíes han adoptado medidas especiales en ese sentido y contra los residentes palestinos. Como se sabe, estas construcciones ilegales multiplicadas en Jerusalén oriental y Cisjordania son las que han determinado la interrupción de las negociaciones bilaterales.
La organización Human Rights Watch de EEUU dijo en un mensaje de su directora para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, que "la oposición de EEUU a un texto preciso en el Consejo de Seguridad no permite decirle a Israel, en una fórmula vinculante, que debe cesar los asentamientos en territorios palestinos, lo cual socava los esfuerzos por hacer cumplir el derecho internacional".
Recordó que la Convención de Ginebra, de la cual Israel es signatario, prohíbe a una potencia ocupante transferir población al territorio que ocupa (lo que fue refrendado por la Corte Internacional de Justicia en 2004), pese a lo cual casi 500.000 israelíes se han trasladado con el apoyo de su gobierno a asentamientos en territorio palestino y además, pese al rechazo internacional, "se ha anexado de hecho parte de Jerusalén este, que los palestinos consideran la capital de su futuro Estado" (y donde el gobierno israelí autorizó nuevas construcciones en fecha reciente). Por añadidura, HRW documentó cómo las autoridades israelíes discriminan a los habitantes palestinos de Jerusalén este, a los que les restringen el acceso a servicios básicos y a la construcción de viviendas, mientras proporcionan "generosos beneficios financieros" a la construcción de infraestructuras y casas en los asentamientos judíos.
La actitud de EEUU ha recogido una repulsa generalizada. Dirigentes palestinos llaman a protagonizar un "día de la ira" contra el bloqueo de la Casa Blanca al texto presentado por la ANP con el apoyo de países árabes. Ayer hubo manifestaciones de protesta de militantes palestinos frente al muro que construye Israel, y varios fueron detenidos por soldados israelíes. Estos hechos repercuten en toda la región, que sigue convulsionada, como veremos
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