26 diciembre 2010

La Conferencia Internacional de Argel - La República

13 Y 14 DE DICIEMBRE. A 50 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE DESCOLONIZACIÓN DE LA ONU
La Conferencia Internacional de Argel
El Palacio de las Naciones de Argel fue sede el 13 y 14 de diciembre de la Conferencia Internacional en conmemoración del 50º aniversario de la Declaración Nº 1514 de la ONU sobre independencia y autodeterminación de los países y pueblos coloniales.
Argelinos asesinados por la represión colonial

Niko Schvarz |

Argel. Centro de conferencias por la autodeterminación de los pueblos.
En el cuadro de la nueva situación mundial creada por la victoria de la Unión Soviética y los aliados contra el nazismo en la II Guerra Mundial y de la Revolución china triunfante el 1º de octubre de 1949, se produjo un auge formidable de la lucha liberadora de los pueblos coloniales y dependientes, que alumbró una serie de naciones independientes y soberanas en Africa y Asia. El mapa del mundo cambió.
La Declaración Nº 1514 adoptada por la ONU el 14 de diciembre de 1960 reconoció y legitimó la lucha de estos pueblos y a la vez dotó de un nuevo impulso a los que aún no se habían emancipado del colonialismo, lucha que aún persiste, porque restan 18 territorios coloniales esparcidos en el planeta (entre ellos las islas Malvinas y Puerto Rico en América Latina).
La Conferencia se realizó en la capital de Argelia, cuyo pueblo llevó a cabo una lucha heroica por liberarse del colonialismo francés, la que contó con la solidaridad de las fuerzas de izquierda de Francia y de los sectores progresistas del mundo entero. En Argelia se ejercieron los métodos más feroces y tecnificados de la tortura, a cargo de los "paras" del general Massu, en el intento de doblegar a los combatientes por la independencia, tal como lo denunciaron Henry Alleg en su célebre alegato "La tortura" y Zelmar Michelini en múltiples sesiones de la Asamblea General.
En la Conferencia, el secretario general del Frente de Liberación Nacional y ministro de Estado argelino, Abdelaziz Beljadem, representó al presidente Abdelaziz Buteflika, y participaron además los ex presidentes de Argelia Ahmed Ben Bella, de Sudáfrica Thabo Mbeki, de Nigeria Olusegun Obasanjo, de Zambia Kenneth Kaunda, la ex vicepresidenta de Vietnam Nguyen Thi Binh (a quien yo tuve el gusto de conocer y entrevistar en París en el curso de las conversaciones con Henry Kissinger), y también intervino en forma destacada el actual presidente de la República Arabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz. Delegaciones de Africa, Asia, Oceanía, Oriente Medio, América Latina y el Caribe sumaron más de 2000 participantes, entre ellos Tayé-Brook Zerihoun, subsecretario general de la ONU, en nombre de Ban Ki-moon, el secretario general de la Liga Arabe Amr Mussa, el presidente de la Comisión de la Unión Africana Jean Ping, la guatemalteca Rigoberta Menchú y el cubano Raúl Roa, así como Olivier Fanon, hijo del teórico tercermundista Frantz Fanon. Se recuerda que Argel fue considerada la meca de los movimientos de liberación anticolonialistas y desempeñó importante papel en el Movimiento de los No Alineados.
La resolución de Argel valora los sacrificios realizados por los pueblos coloniales para alcanzar su derecho a la autodeterminación y a la independencia, así como el papel de las mujeres y los jóvenes en la brega emancipadora. Destaca que gran número de las antiguas colonias son hoy estados soberanos miembros de la ONU, que asumen plenamente sus responsabilidades como tales. En este proceso, dichos países se han empeñado en "la reconstrucción de sus estructuras estatales, sociales y económicas que la colonización se había esforzado en destruir" y se subraya que "a pesar de la pesada herencia colonial, los países nuevamente independientes han registrado avances innegables en su proceso de desarrollo político, económico y social (...) y conocen una dinámica de progreso multidimensional que el sistema colonial hacía imposible" (puntos 18 y 19 de la Declaración). En ese marco estiman que la cooperación Sur-Sur y la integración regional contribuyen a reforzar la independencia y a facilitar la participación equitativa de estos países en la economía mundial, aportando a la vez su apoyo a los programas en curso a nivel internacional en Africa, Asia e Hispanoamérica.
Los participantes expresan su convicción de que "la culminación de la descolonización es inexorable". En ese sentido, reafirman su solidaridad con los pueblos de los territorios "no autónomos" que aspiran a ejercer su derecho a disponer de sí mismos en el marco de la resolución Nº 1514 y sostienen que no puede haber pretexto de ninguna índole (superficie del territorio, situación geográfica, dimensión numérica de sus habitantes) para impedirlo. Destacan en tal sentido la situación del Sahara Occidental y de Palestina. Y en un párrafo incisivo (punto 16), "expresan su preocupación ante la impunidad con que las potencias ocupantes prosiguen su agresión y apelan al Consejo de Seguridad a que asuma sus responsabilidades a este respecto". No cabe duda de que se refieren a la conducta de Marruecos contra los saharauies y de Israel contra los palestinos.

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