17 DE OCTUBRE DE 1945
Quizás haya sido la epopeya más importante de los “descamisados” del Siglo XX. Quizás esa foto que recorrió el mundo con los pies en la fuente de la Plaza de Mayo haya sido un grito: “Esta es Nuestra Plaza”. Quizás esa marea humana que recorrió un largo y sinuoso camino hasta allí no sabía que estaba escribiendo una de las páginas más hermosas y heroicas de la clase trabajadora.
Era el 17 de octubre de 1945 y los grasitas, los negros, los descamisados, los laburantes salieron a las calles a reclamar por Su General preso –ya se era Coronel, pero prefiero llamarlo General-.
Pero era mucho más lo que reclamaban: reclamaban la libertad de aquel Hombre que les había dado la palabra, que les había otorgado derechos sociales negados durante décadas, que los empezaba a dignificar.
Ser parte de la Historia es ser protagonista, es cruzar el Riachuelo como se pueda, es subirse a camiones atestados, es gritar, es movilizarse, es ser Hombres en Movimiento.
Mucho se escribió sobre el 17 de octubre de 1945, gesta inigualable desde el nacimiento de la Patria hasta esa fecha.
Aquellos que formaban el “subsuelo de la Patria sublevada”, como escribiera Scalabrini Ortiz, levantaron la cabeza, alzaron sus manos, se reconocieron en sus miradas y marcharon a la Plaza.
Cuando se lucha por la justicia social son ejemplares los actos de los pueblos.
Después de tanta peregrinación, después de tanta maratón justiciera, era necesario refrescarse y meter “las patas en la fuente”, un hecho que perturbó a algunos y que emocionó a muchos.
Otro 17 de octubre, una fecha histórica, que marcó un antes y un después en el protagonismo del pueblo.
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