Editor: Andrés Aldao - Boletín de noticias y comentarios. Si no lees los diarios no estás informado, y si lo lees estás mal informado Una versión distinta de los hechos en el mundo. ¡DIFUNDILO!
18 octubre 2009
INFORME GLODSTONE: LOS CRÍMENES DE GUERRA SE PAGAN
Un apagón de luces para el mundo
A propósito del informe de la comisión investigadora de las ONU bajo la presidencia de Richard Goldstone, jurista judío de Sudáfrica, que acusó a Israel y Hamas de cometer delitos de guerra y tal vez delitos de lesa humanidad durante el último operativo Plomo Fundido en Gaza.
Por Yitzhak Laor
Con todo el pánico que se apoderó del gobierno en Israel, pudimos sentir una grata brisa. El “macho israelí”, con su mechón humano, ya no aparece en la tapa del “Times” o de “Life” sino en las listas de sospechosos de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, y tal vez en el futuro, del Tribunal de La Haya.Tras largos años de desprecio total de la comunidad internacional, transgresiones de leyes y convenciones internacionales, cuando los expertos en leyes en Israel se convirtieron en un tipo de defensores de “nuestros generales”, finalmente en la elite militar hay quienes no pueden volar para esquiar una semana en Suiza, o presenciar una función de ópera en el Covent Garden de Londres, o visitar una exposición tecnológica en Madrid, sin consultar previamente con sus abogados. Eso está bien. La arrogante consigna de Ben Gurion, “no importa lo que digan los gentiles, importa lo que hacen los judíos” siempre acompañó al Estado de Israel y permitió una actitud “rebelde” no solo a sus responsables de seguridad, el Mossad, pasando por Tzahal y hasta el Centro de Estudios Atómicos, sino que también se convirtió en combustible nacionalista para un público que se unifica alrededor de la idea de que “todo el mundo está en contra nuestro”. “Iluminamos al mundo”, otra estupidez de Ben Gurion de la época de Qibya (1) y el operativo en Gaza, se convirtió con el tiempo en un apagón de luces para que nadie vea, no sepa. Resumiendo: Pnina Sharvit Baruj, quien asesoró jurídicamente a Tzahal en el último operativo en Gaza, fue invitada a dar clases de derecho en la Universidad de Tel Aviv y la verdadera misión de “iluminar al mundo” la tomó a su cargo el juez judío Goldstone. Nuestros juristas, aquellos que ahora ruegan por una “comisión investigadora”, ¿dónde estuvieron exactamente durante la guerra? La consigna de Ben Gurion también era una mentira. El Estado de Israel siempre dependió de lo que el mundo “dice”. También ahora, con todo el poderío militar. Israel surgió de una dramática decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y se dio el lujo de escupir sobre esa fuente solo cuando se incorporaron a esa organización decenas de países en liberación. Entonces esos países fueron descalificados por ser “oscuros” y “no desarrollados”. Para los israelíes, el mundo se reduce al occidente ex colonial, y también él fue rechazado con desprecio por Israel en toda oportunidad que la conquista de los territorios palestinos no era fotogénica. ¿Con que argumentación? Hipócrita, por supuesto, u odio eterno a Israel. Lentamente todo el occidente se encogió solo a Estados Unidos, y este también se redujo solo a un grupo de presión (allá no muy apreciado), constituido por fábricas militares, organismos secretos y el Pentágono. Resumiendo, el mundo se concentró en lo que la elite militar identifica como su ambiente. Las “relaciones especiales” se consideraban un logro, ya que Israel se esforzó mucho, desde su creación, en convencer a los Estados Unidos que se trata de un socio estratégico. Nuestra democracia la comercializaron como un embalaje de lo principal: nosotros haremos nuestro trabajo, que también será vuestro trabajo. Si en su tiempo las guerras se programaban según los días de combate hasta la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, he aquí que a partir de 1967 el veto norteamericano también nos liberó de este freno. El establishment de seguridad aprendió a relacionarse con “la opinión pública mundial” como espectador de una espantosa imagen, y de aquí se desarrolló un cálculo estratégico de audiencia informativa negativa. Gaza fue herméticamente cerrada al acceso de fotógrafos y la guerra fue programada según los días del almanaque televiso de occidente, entre navidad y año nuevo. Resumiendo, el cuento de “no importa lo que el mundo diga”, ahora se hace añicos delante de nuestros ojos. Hay un mundo. No todo es traficante de armas. No todo es hipócrita. No todo es antisemita. Hay buenos judíos que no están dispuestos justamente a hacer lo que diga Tzahal. Llegó el momento en que sería oportuno equiparse de unos cuantos nuevos analistas de la realidad. (1) Acción de represalia por el ataque a una familia judía y el asesinato de una mujer en la ciudad de Yehud. La noche del 14 de octubre de 1953 Tzahal atacó la aldea Kibia en Cisjordania (entonces bajo dominio jordano) con el triste resultado de 45 casas derruidas y 60 civiles muertos (Nota del traductor).
La fuente: El autor es columnista del diario israelí Haaretz (Tel Aviv, Israel). La traducción del hebreo pertenece a Daniel Kupervaser, editor del blog Ojalá me equivoque, dedicado a la discusión de los temas centrales de la sociedad israelí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario