11 mayo 2009

LA PAZ NO CONVIENE

La paz no conviene

por Amira Hes — Haaretz, 11/05/2009

La fortaleza de todos los gobiernos israelíes consiste en que todos sabían, desde 1993, por qué no hay que apurarse en lograr la paz con los palestinos. Como representantes de la sociedad israelí, y como parte de ella, los gobiernos entendieron que la paz implica un duro golpe a los intereses nacionales:
● Perjuicios a la economía. La industria de seguridad es una importante rama de la exportación israelí. Las armas, las municiones y las mejoras que se aplican día en el terreno experimental local: Gaza y la margen occidental. El proceso de Oslo —las negociaciones interminables— permitió a Israel desembarazarse de su posición de fuerza ocupante (que obliga a preocuparse por el bienestar de la población ocupada) y considerar a las zonas palestinas como personerías independientes. Es decir, utilizar distintos tipos de armas y municiones que no pudieron ser empleadas contra los palestinos después de 1967. La vigilancia en las colonias ilegales obliga a desarrollar permanentemente nuevos medios de seguridad, de seguimiento y alarma (cercos, vallas, controles electrónicos, cámaras y robots) que son lo fundamental del creciente consumo de seguridad en el primer mundo: bancos, empresas, barrios cerrados al lado de villas de emergencia, grupos étnicos a los que hay que reprimir.
La creatividad colectiva de Israel en el ámbito de seguridad germina debido al permanente conflicto de la mayoría de los israelíes con una población catalogada como enemiga. La situación conflictiva mantenida a fuego lento, que se eleva a veces, genera el acercamiento entre diversos temperamentos israelíes: “Rambos” caseros con genios de computación, manos de oro con inventores. Si hubiera paz las posibilidades de conocerse serían mínimas.
● Perjuicios a las carreras personales. El mantener la ocupación y la ausencia de la paz, da trabajo a cientos de miles de israelíes: alrededor de 70mil personas trabajan en la industria de seguridad. Todos los años decenas de miles terminan su servicio militar con una capacidad y un oficio requeridos en el mercado. Para miles se convierte en su labor principal: militares de carrera, servicios de información, expertos de seguridad en el exterior, mercenarios, traficantes de armas. La paz, por lo tanto, arriesga la carrera y el futuro profesional de una capa importante y considerable de israelíes cuya influencia en los gobiernos es muy grande.
● Perjuicios a la calidad de vida. Un tratado de paz obligaría a un reparto equitativo de las fuentes de agua de todo el país (desde el río hasta el mar) entre israelíes y palestinos, y esto sin tener en cuenta la conversión de agua de mar en agua potable y las distintas técnicas de ahorro. Actualmente, por la sequía, es difícil para los israelíes acostumbrarse a la disciplina del ahorro de agua. No es difícil adivinar lo traumático que sería racionar el agua si es fruto de un reparto equilibrado.
● Perjuicio al bienestar social. Como enseñan los últimos 30años, cuanto más florecen las colonias ilegales más se reduce el Estado de bienestar social. Las colonias les ofrecen a las personas comunes lo que su sueldo no les permite recibir dentro de las fronteras legales del Estado de Israel. Tierra barata, departamentos amplios, beneficios y subsidios, espacio, paisaje, una excelente red de carreteras y un amplio sistema de educación. Aun cuando los israelíes no se trasladen a las colonias, éstas siempre están a la vista como una opción para mejorar tanto económica como socialmente. Esta posibilidad es más concreta que las brumosas promesas de beneficios en tiempos de paz, que son desconocidos.
La paz disminuirá o hará desaparecer la excusa de la seguridad para discriminar a los ciudadanos israelíes palestinos: en la distribución de la tierra, en los presupuestos de desarrollo, en el sistema educativo y de salud, en los lugares de trabajo, en los derechos civiles (como contraer nupcias y nacionalizarse). El que se acostumbró a vivir como dueño de los derechos en un sistema basado en la discriminación étnica, considera que su eliminación es una amenaza a su bienestar.

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