Algunas ideas erróneas que se repiten: Hamas tomó el poder por la fuerza
El bloqueo económico fue impuesto tras el 'golpe de Estado' de Hamas
La culpa de la ofensiva es de Hamas por seguir lanzando cohetes
Israel se defiende de la ofensiva palestina
Se trata de un ataque contra la infraestructura terrorista de Hamas
MÓNICA G. PRIETO (*)
BEIRUT.- Ver la cobertura de los acontecimientos en Gaza en los canales de televisión árabes y en los occidentales es como asomarse a dos mundos diferentes. Influidos por la corriente de opinión promovida por la Administración de Washington, próxima a Israel, los medios europeos y estadounidenses han asumido medias verdades como hechos, ignorando la situación global en la Franja y muchos de los recientes acontecimientos políticos imprescindibles para comprender qué está ocurriendo.
Para entender el masivo movimiento de solidaridad que se está viviendo en los países musulmanes hacia Gaza es necesario contextualizar los hechos y desmontar algunos de los tópicos. Estos son algunos ejemplos.
Hamas tomó el poder por la fuerza en 2007.
En realidad, el Movimiento de Resistencia Islámica accedió al poder en enero de 2006 tras obtener el respaldo del 65% de los palestinos en las elecciones celebradas entonces, en una victoria masiva que sorprendió dentro y fuera de los territorios ocupados.
La supervisión internacional reveló que no se habían producido irregularidades, pero el Cuarteto (EEUU, la UE, Rusia y la ONU) congeló sus ayudas para los palestinos con el pretendido objetivo de obligar a Hamas a renunciar a la violencia y debilitar al grupo.
Por su parte, Israel comenzó una dura estrategia de aislamiento que comenzó con la retención de los fondos que cobra en nombre de las autoridades palestinas en concepto de aduanas, unos 40 millones de euros vitales para la supervivencia de los territorios.
Además, soldados israelíes arrestaron a la mayor parte de los diputados islamistas en Cisjordania y Jerusalén Este inhabilitando el Parlamento palestino, que quedó sin 'quórum' para trabajar.
La histórica confrontación entre la facción Al Fatah, derrotada en las urnas, y Hamas se agravó más que nunca, pero una sutil intervención internacional logró que pasara de las palabras a las armas.
Según una investigación de la revista 'Vanity Fair' apoyada en documentos confidenciales autentificados por fuentes norteamericanas, "hubo una iniciativa encubierta aprobada por Bush e implantada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el viceconsejero de Seguridad Nacional, Elliott Abrams, para provocar una guerra civil palestina.
El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por [Mohamed] Dahlan [líder de Al Fatah] y dotarlas con nuevo armamento suministrado a petición norteamericana para dar a Fatah la fuerza necesaria para eliminar del poder al Gobierno democráticamente electo de Hamas. Es decir, Washington promovió un conflicto civil interpalestino para acabar con los islamistas.
Así, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen, (Mahmud Abbas) se negó a entregar el control de las fuerzas de Seguridad a Hamas, que organizó sus propias fuerzas. Los choques aislados entre ambas facciones se sucedieron durante casi un año y medio, hasta que en junio de 2007 derivaron en una corta guerra intestina.
A los islamistas les bastaron pocos días para expulsar a Al Fatah. Abu Mazen disolvió el Gobierno electo de Hamas para nombrar otro Ejecutivo, tachado de ilegal por algunos expertos palestinos que también criticaron duramente la actuación de Hamas, y dividiendo 'de facto' los dos territorios palestinos.
El bloqueo fue impuesto tras el 'golpe de Estado' de Hamas.
El bloqueo comenzó días después de que los islamistas llegaran al Gobierno, pese a las denuncias de las organizaciones humanitarias que advirtieron de que, sin la ayuda internacional, los territorios estaban abocados a una grave crisis asistencial, sanitaria y alimentaria.
Pocos meses después de la victoria electoral las ONG advirtieron de la escasez de medicinas en los hospitales y avisaron del riesgo de enfermedades infecciosas. Lo peor estaría por llegar. Primero fue la respuesta israelí a la captura del soldado Guilad Shalit, que castigó duramente la Franja.
Un año después, tras los combates interpalestinos, Tel Aviv declaró Gaza entidad enemiga, permitiendo la entrada de apenas 19 productos básicos de los 3.500 que entraban antes.
Desde entonces, la primera crisis humana creada expresamente por Occidente ha empobrecido a la población hasta límites insospechados. Si en 2007, un millón de personas en Gaza (donde habitan 1,5 millones de palestinos) sobrevivía gracias a las ayudas de la ONU, hoy se calcula que 1,2 millones comen gracias a Naciones Unidas, que ha dejado de recibir alimentos básicos por el cierre israelí. Hoy en día, los habitantes de Gaza tienen serias dificultades para encontrar pan.
La culpa de la ofensiva es de Hamas por seguir lanzando cohetes.
El pasado día 19 de diciembre, Hamas dio por finalizada una tregua unilateral de seis meses en la que los islamistas no lanzaron su artillería casera salvo en respuesta a bombardeos israelíes, sin causar muertos. A cambio, exigían que Tel Aviv aliviara el cerco permitiendo la entrada de productos básicos y de combustible, algo que nunca ocurrió.
En esos meses la situación se fue deteriorando en la Franja, hasta el punto de que los israelíes prohibieron el paso de ayuda de Naciones Unidas e incluso vetaron el suministro del combustible necesario para que las agencias de la ONU pudieran asistir a la población.
"¿En qué otro lugar padece la ONU un embargo? ¿Dónde se somete la ayuda alimentaria a tan severas restricciones?", se interrogaba el director de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, John Ging.
Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció que "el bloqueo es una violación de las leyes internacionales y humanitarias".
El relator especial de la ONU para los territorios palestinos, el profesor judío estadounidense Richard Falk, exigió a principios de diciembre un "esfuerzo urgente [...] para aplicar las normas que protegen a la población civil palestina de las políticas de castigo que suponen un crimen contra la humanidad". Falk, que calificó el bloqueo contra Gaza de "continuada, flagrante y masiva de la ley humanitaria internacional", fue expulsado por Israel cuando intentó regresar a los territorios para terminar el informe que debe presentar ante la ONU en marzo.
Israel se defiende de la ofensiva palestina.
Es cierto que las facciones armadas palestinas lanzan sus cohetes contra el sur de Israel, al igual que es cierto que Tel Aviv acomete ofensivas aéreas contra la Franja en lo que califica de "asesinatos selectivos", que por lo general suelen ocasionar víctimas civiles. La cuestión está en qué tipo de daño hacen unos y otros.
Según datos del Ministerio de Defensa israelí, la ONG The Israeli Project calcula que 23 israelíes han muerto entre principios de 2001 y el verano de 2008 a causa de los proyectiles palestinos. Según el Centro Palestino para los Derechos Humanos, en ese periodo 3.800 palestinos han muerto por ataques israelíes, de los cuales casi 850 son niños.
Por otro lado, el Gobierno israelí invierte fuertes sumas en la seguridad de su población asentada en las proximidades de Gaza, mientras que los palestinos carecen no sólo de búnqueres, sino de medicinas, agua o suministro eléctrico.
Se trata de un ataque contra la infraestructura terrorista de Hamas.
Mezquitas, el canal de televisión de Hamas (Al Aqsa TV), la Universidad Islámica de Gaza. Varios edificios civiles han sido atacados en la actual ofensiva de Tel Aviv, además de centros políticos y militares.
El problema es que cualquier ataque contra un objetivo, incluso militar, en Gaza arrastra a numerosos civiles dado que la Franja es uno de los lugares con mayor densidad de población del mundo.
La mayoría de las víctimas han sido oficiales de la policía palestina afiliada a Hamas, entre ellos su máximo responsable, nombrado por Al Fatah, lo cual lleva a Israel a afirmar que las bajas son militares.
Sin embargo, según la IV Convención de Ginebra relativa a la protección de civiles en tiempos de guerra, los funcionarios (incluidos los oficiales de policía) son considerados civiles en los conflictos y no combatientes, por lo que los grupos de Derechos Humanos denuncian una masacre.
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(*) Mónica G. Prieto fue corresponsal para Israel y los territorios palestinos entre 2005 y 2007, y vivió en Gaza la victoria electoral de Hamas, las consecuencias del bloqueo y la situación tras la guerra civil palestina.
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